Trabajo, productividad y condiciones para la incorporacion de las mujeres al desarrollo en el Chile actual (1997)

August 25, 2017 | Autor: V. Oxman-Vega | Categoría: Gender Studies, Work and Labour
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Descripción

Servicio Nacional de la Mujer Departamento de Sectores Sector Trabajo

SEMINARIO GÉNERO Y TRABAJO

TRABAJO, PRODUCTIVIDAD Y CONDICIONES DE INCORPORACIÓN DE LAS MUJERES AL DESARROLLO EN EL CHILE ACTUAL Verónica Oxman Vega Uno de los grandes cambios civilizatorios ocurridos en el último siglo ha sido el reconocimiento de la igualdad de derechos para las mujeres. Esta consciencia política en un sentido amplio se genera a partir del entrecruce de una diversidad de fenómenos históricos, económicos, sociales, culturales a nivel grupal e individual. Las concepciones liberales de los siglos XVIII y XIX, expresadas en la Revolución Francesa y la Declaración Universal de los Derechos del Hombre se han ido transformando y complejizando. Hoy podemos decir que para la realización de los mismos se están tomando diversas medidas que apuntan a su verdadera implementación. Vale decir, los individuos - hombres y mujeres - son concebidos como seres capaces de desarrollar potencialidades y habilidades a partir del acceso a oportunidades múltiples. El derecho a ser persona se complejiza, tanto para hombres y mujeres en todas las etapas del ciclo vital. Hoy existe una Carta de Derechos de los Niños y Niñas; al mismo tiempo se reconoce en forma creciente la necesidad de integración de los adultos y adultas mayores; nos planteamos la necesidad de buscar las herramientas y mecanismos para asegurar que los ciudadanos y ciudadanas de los países cuenten con el piso - calidad de vida - necesario para desarrollarse en el mundo moderno, cambiante y lleno de desafíos. Parte crucial de estos cambios profundos en la historia mundial se relacionan con las concepciones de género, infancia, familia y otros que se abordarán en el transcurso de este seminario. La recuperación de la democracia en Chile en 1990, ha significado un lento proceso de recomposición de las instituciones públicas y del Estado de derecho en el país. El presente gobierno de la Concertación Democrática, el segundo democráticamente elegido y comprometido con la reconstitución de una sociedad pluralista y participativa, se ve muchas veces ante la dificultad de avanzar debido a la vigencia de la Constitución de 1980, que al preservar un número importante de senadores designados, constituyen una barrera a las reformas constitucionales y legislativas que se han ido proponiendo durante los últimos años. A nivel del Estado se ha iniciado un proceso de modernización y descentralización, que sigue encontrando obstáculos derivados de prácticas autoritarias y jerárquicas que atentan contra los preceptos de desarrollo con equidad y la participación activa de actores sociales largamente postergados, tales como las mujeres y los indígenas en la toma de decisiones. Prácticas de discriminación de género se encuentran profundamente arraigadas. El proceso de transición democrática ha desvelado el nivel de conservadurismo cultural prevaleciente en el país, este cobra especial importancia en términos de la equidad de género y los derechos de las mujeres, en la medida

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en que los principales cambios ocurridos se relacionan con la división sexual del trabajo, la sexualidad y el consecuente debate sobre la pertinencia y el rol del Estado y del sector público en la vida de las personas. Sin embargo, hasta hoy, seguimos normados por una polarización falaz que divide lo público y lo privado, sin considerar las interacciones, complementaciones y matices que median entre ambos. La interacción entre producción y consumo familiar, es clara en términos de políticas económicas; la relación entre el ingreso individual de cada miembro de la familia y el desarrollo de las personas es evidente en el análisis de las posibilidades para superar la pobreza de los grupos familiares; la inserción de las mujeres al trabajo tiene repercusiones directas en el desarrollo de las potencialidades de los niños1; trabajadores satisfechos en el mundo laboral tienden a tener mejores relaciones familiares, menores índices de violencia y a la inversa personas con familias armónicas tienden a tener mejores rendimientos laborales2. Es en este contexto que se plantea la necesidad de generar políticas innovadoras, tanto a nivel económico como social, propuestas de políticas factibles y asegurar el seguimiento a estas propuestas para asegurar su concreción. Postulamos que la incorporación de las mujeres al mercado laboral en forma digna, es un beneficio directo para ellas mismas, para sus grupos familiares, para las empresas y para la sociedad chilena en su conjunto. Para la mujer el acceso al trabajo, tiene repercusiones directas en su calidad de vida, en primer lugar el acceso a un ingreso independiente, que ella puede destinar según sus propias opciones le asegura mayores grados de autonomía en todos sentidos. Al mismo tiempo, diversos estudios a nivel internacional demuestran que las mujeres en general optan por destinar más del 50% de su ingreso individual al gasto familiar, siendo su aporte al ingreso familiar porcentualmente mayor que el aporte del hombre al consumo familiar, quien deja una mayor parte de su ingreso para el autoconsumo independientemente de la clase social a la que pertenezcan. La contradicción se genera cuando es ese mismo grupo familiar el que actúa como freno a la incorporación de la mujer al mercado de trabajo, especialmente debido al fuerte peso de la tradición cultural que asigna casi en forma exclusiva la responsabilidad del cuidado de los hijos y adultos mayores a la mujer, tarea reproductiva que hasta ahora se encontraba reducida al mundo de “lo privado”, por décadas las mujeres han llevado la doble carga de realizar el trabajo reproductivo y al mismo tiempo han presionado por lograr su incorporación al mundo económico, al trabajo productivo para acceder a un ingreso autónomo. En Chile si bien se han producido transformaciones importantes, aún se mantienen en el país niveles relativamente bajos de incorporación de las mujeres a la población económicamente activa (PEA), constituyendo sólo un tercio de las mujeres en edad de trabajar. Durante las tres últimas décadas se ha incrementado sostenidamente el número de mujeres que se incorporan al trabajo remunerado fuera del hogar: “este crecimiento ha tenido lugar tanto en relación con la participación masculina como respecto de la propia población femenina en edad de trabajar. En 1976 trabajaba un 25,2% de las mujeres que tenía 15 años y más y en 1990 esa proporción había

Schkolnik, M: 1994.

1 Building Bridges. Work and Family Practices and workplace productivity: 1995. 2

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ascendido al 31,8%. Pero aún las tasas de participación en los hombres son mucho mayores: 70,2% y 75,1% en las mismas fechas”3. Según la última Encuesta de Empleo del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) realizada para el trimestre Enero a Marzo de 1997 el Total de Población Femenina de 15 años y más alcanzaba a 5.268.930 mujeres de las cuales 1.782.050 estaban insertas en la fuerza de trabajo constituyendo un 31,9% del total de la fuerza laboral. Un 33,8 % del total de mujeres está en la fuerza de trabajo, de estas 1.436.590 se sitúan en el tramo de edad entre 20 y 49 años, es decir un 80,6% de las mujeres en la fuerza de trabajo se encuentran en el tramo de edad correspondiente a la edad reproductiva. Del total de mujeres en la fuerza de trabajo 1.320.460 se encontraban ocupadas y un 80,34% de éstas se encuentran en el tramo de edad correspondiente a la edad reproductiva4. El doble rol de productora-reproductora de la mujer puede ser analizado en el marco global de la economía del país, como un aporte importante al sistema productivo. Existe una mayor cantidad de mano de obra disponible, las mujeres. Hecho positivo para un país con nivel de crecimiento económico sostenido, para el ámbito social, por las mayores posibilidades de superar la pobreza. Pero nos encontramos frente a la situación de que son justamente las mujeres pertenecientes a los quintiles más bajos de ingresos las que menos participan en el mercado laboral. Según datos de las Encuesta CASEN 1992 y 1994 “la población de 15 años y más del país, se observa que en 1994 las mujeres tienen una tasa de 34,4% y los hombres de 75,6%. Entre los hombres, este indicador muestra pequeñas diferencias según su situación de pobreza, mientras que entre las mujeres la cifra varía de 18,0% - para aquéllas que pertenecen a hogares indigentes - a 38,6% entre las que pertenecen a hogares no pobres”5. Por otra parte, se observa en Chile, la misma tendencia que se está dando a nivel mundial, de que las familias se componen de dos padres que trabajan, “hoy es de sentido común el reconocimiento de que los ingresos masculinos son insuficientes para sostener las necesidades familiares dada la creciente privatización de los servicios, el encarecimiento de los mismos, junto al aumento de las expectativas de mejoramiento de la calidad de vida y de consumo”6. Según el último Censo de Población y Vivienda de 1992, un 12% de los hogares presentan a los dos cónyuges en la fuerza de trabajo, correspondiendo a hogares biparentales con hijos/as menores y mujer activa, a su vez el porcentaje de hogares monoparentales donde la mujer es la principal aportadora del ingreso familiar alcanza a un 9,2%7. Al mismo tiempo, un 36% de las mujeres que participan en la fuerza de trabajo están casadas y 12% son separadas y viudas, lo cuál indicaría que más de la mitad de las mujeres tienen responsabilidades familiares que cumplir. Diversos estudios8 muestran que uno de los principales factores que actúan como barrera a la inserción laboral de la mujer, a su permanencia en el mercado de trabajo y a las posibilidades de desarrollo de Valdés, T y Gomariz, E.:92:39.

3 Ver: Tabla N°1 Anexa 4 Ver: Tabla N° 2 Anexa 5 Rivera y Guajardo: 96:52. 6 Reca, Espíndola: 1996. 7 Ver: Rivera y Guajardo:1996; Sharim:1995. 8

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una vida laboral con proyecciones -carreras laborales, capacitación y acceso a mejores empleos y remuneraciones - sigue siendo la responsabilidad por el cuidado de las nuevas generaciones: el cuidado infantil. Culturalmente son las mujeres quienes han asumido históricamente el cuidado de los menores y ancianos al interior del grupo familiar, así se ha aceptado, por ejemplo, que las niñas reemplacen a la madre frente a sus hermanos/as menores, o que los niños/as pequeños queden a cargo de otras mujeres del grupo familiar, abuelas, tías, u otras; pero que los padre asuman el cuidado de los niños/as y que los niños hombres compartan con los padres el trabajo reproductivo aún constituye un desafío. Sin embargo, en forma creciente se considera que una mejor calidad de vida de las personas, se relaciona con las oportunidades y posibilidades concretas de conciliar la vida personal y familiar con la vida laboral.

Desde el Servicio Nacional de la Mujer, organismo público que tiene bajo su responsabilidad el promover y monitorear el cumplimiento del Plan de Igualdad de Oportunidades para las Mujeres 19941999, se han ido desarrollando múltiples iniciativas para que las medidas e iniciativas allí contenidas vayan siendo implementadas en la práctica, en ese sentido se han elaborado y se encuentran en elaboración propuestas de políticas, proyectos de reformas legales al Código Laboral y la difusión de los acuerdos internacionales acatados por Chile.

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Cuidado Infantil9 El Servicio Nacional de la Mujer a través de los Programas: Centros de Atención para Hijos e Hijas de Mujeres Temporeras y del Programa de Apoyo a Mujeres Jefas de Hogar de Escasos Recursos ha implementado medidas innovadoras en materia de Cuidado Infantil. Programa Mujeres Temporeras: Centros de Atención a Hijos e Hijas de Mujeres Temporeras Este programa se ha implementado en el sector frutícola de agroexportación donde el 52% de la fuerza de trabajo está constituida por mujeres, el programa apunta a solucionar el problema del cuidado de niños y la doble jornada de trabajo de las trabajadoras durante los períodos de mayor requerimiento de mano de obra. El programa se ha implementado en coordinación con los municipios, específicamente con los establecimientos de educación municipalizada, con aportes de JUNAEB, JUNJI, DIGEDER e INTEGRA. Los Centros de Atención a Hijos/as de Mujeres Temporeras (CAHTM), son un modelo de intervención del Programa Mujeres Temporeras que ha permitido la adecuación de la oferta social para favorecer la incorporación de las mujeres al trabajo, atendiendo una de sus necesidades principales: el cuidado y atención de las hijas/os.

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Información proporcionada por Isabel Cárcamo del Programa Mujeres Temporeras,Dpto de Programas de SERNAM

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Los CAHMT datan desde 1991 y se han ido incrementando año tras año, entre la III y VII regiones del país. El Programa de Mujeres Temporeras se ha implementado en base a la coordinación a nivel comunal, a través de la cual se posibilitó atender y aumentar el número de hijos beneficiados: AÑO 1994 1995 1996 1997

N° de NIÑOS ATENDIDOS 6.608 6.482 7.827 8.367

Durante 1997 se han implementado 119 CAHMT en 78 comunas: con 2.682 vacantes a pre-escolares (2 a 6 años) y 5.685 escolares (6 a 12 años), beneficiando aproximadamente a 4.200 mujeres trabajadoras de temporada. LÍnea Cuidado Infantil del Programa de Apoyo a Mujeres Jefas de Hogar de Escasos Recursos En el período 1991-93 SERNAM desarrolló un Plan Piloto dirigido a 2500 mujeres jefas de hogar de escasos recursos en cinco comunas del país. Una de las cinco líneas que contemplaba este piloto era el cuidado infantil, en un abordaje de intervención integral hacia este tipo de hogares. A partir de 1994, se convierte en Programa de Apoyo a Mujeres Jefas de Hogar de Escasos Recursos, dada la relevancia que el programa da a la Capacitación Laboral y habiendo constatado que una de las principales barreras que enfrentan las mujeres jefas de hogar para participar tanto en la capacitación como en el mercado laboral es la responsabilidad exclusiva que les cabe por el cuidado de los niños/as el programa ha desarrollado diversas medidas innovadoras a este respecto10. Ejemplos de medidas tomadas por el Programa: 1. Coordinación de la extensión horaria en todas las salas cunas que atendían a niñas y niños de mujeres jefas de hogar y de núcleo y en 50 jardines infantiles. En 1996 se duplicó la cobertura a 100 jardines infantiles. Desde 1995 se inició la extensión horaria en algunos centros dependientes de Integra que reciben hijos/as de jefas de hogar. 2.

Implementación de la jornada alterna en escuelas municipales o centros comunitarios. AÑO 1995 1996

LACTANTES 1.166 1.132

PREESCOLAR 2.197 3.177

ESCOLARES 2.801 4.684

TOTAL 6.164 8.993

3. Traspaso de recursos a algún miembro de la familia para la atención de los menores experiencia llevada a cabo en Coyhaique.

10

Bergen, E y Palestro, S.: Programa de Apoyo a Mujeres Jefas de Hogar de Escasos Recursos. Experiencias Comunales Innovadoras: SERNAM: Stgo-Chile:

1995.

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4. Hogares Comunitarios, son casas de mujeres, algunas de ellas jefas de hogar que son seleccionadas y capacitadas para el cuidado de los niños, iniciativa implementada en la Comuna de La Florida en Santiago. 5. Casas Cuna, se capacita a mujeres como cuidadoras de niños, en sus casas con apoyo para adaptar la vivienda para cumplir con los requerimientos de sala-cuna, iniciativa llevada a cabo en la Comuna de Huechuraba. 6. Programa de Hogares de Cuidado Diario11, implementado en convenio con la Ilustre Municipalidad de Conchalí, consiste en la permanencia y cuidado de niños/as en casas de mujeres de la comunidad. Cada “guardadora” tiene a su cargo tres niños que permanecen en su casa de lunes a viernes, por un tiempo máximo de 9 horas al día. Incluye alimentación aportada por JUNAEB y un pago mensual a la mujer por cada niño. La flexibilidad con la que se implementa el programa a nivel de cada comuna es un aspecto clave en la implementación de alternativas innovadoras en materia de cuidado infantil, se considera que cada comuna encontrará el procedimiento más adecuado, basado en redes familiares y sociales a quienes se les traspasa parte de la responsabilidad asesorados y financiados vía subvención municipal o contratación del servicio de ONGs o profesionales contratadas directamente por el programa. Reformas Legales12 El Servicio Nacional de la Mujer tiene entre sus objetivos prioritarios la articulación de la noción de la maternidad con la igualdad de oportunidades para mujeres y hombres, en la medida en que muchas de las acciones y medidas apuntan a hacer compatible el ejercicio de la maternidad con el desempeño laboral de las mujeres. Al mismo tiempo se está iniciado un trabajo de difusión e información sobre los Tratados 103 y 156 de la OIT ratificados por Chile con el objeto de ir creando consciencia y prácticas a nivel social para avanzar en el cumplimiento de dichos tratados, especialmente en lo que se refiere a los derechos de los trabajadores hombres y mujeres con responsabilidades familiares. La legislación laboral en Chile abordó el tema de la protección a la maternidad ya en el año 1917. Las varias modificaciones que desde entonces ha experimentado no han significado un cambio sustancial en las instituciones contempladas sino que, más bien, las han ido perfeccionando. Actualmente el Código del trabajo trata el tema en el Libro II Título II, llamado “De la protección a la Maternidad” (Artículos 194 a 208 del Código laboral Chileno) citados anteriormente. Estos beneficios alcanzan a todas las mujeres sujetas a contratos de trabajo, tanto de empresas privadas como del sector público, excepto el derecho de acudir a dar alimentación al niño en sus primeros dos años de vida y el derecho a sala cuna que cubre sólo a aquellas trabajadoras insertas en empresas que tengan, a lo menos, 20 mujeres entre su personal.

11

Artigas, N.: Programa de Apoyo a Mujeres Jefas de Hogar de Escasos Recursos. Programa de Hogares de Cuidado Diario: SERNAM: Stgo-Chile: 1993 y 1995.

12

La información proporcionada en materia de Reformas Legales fue elaborada por Imay Ortiz y Claudia Iriarte de la Unidad de Reformas Legales de SERNAM.

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En los últimos años se han incorporado a la legislación algunas normas que introducen el principio de las "responsabilidades parentales compartidas". En virtud de estas normas se han otorgado los siguientes derechos a los padres trabajadores: - Un día de permiso con goce de remuneraciones, por el nacimiento de un hijo. - Derecho a gozar del permiso de descanso posterior al parto, en caso de muerte de la madre. - Derecho a licencias médicas por enfermedad de hijos menores a un año. Este derecho podrá ser ejercido por la madre o el padre, a elección de la madre. - Derecho a permisos sin goce de remuneraciones por enfermedad grave de un hijo menor de 18 años. Este derecho también será ejercido por la madre o el padre a elección de la primera. Además se han otorgado derechos a descansos, subsidios y licencias a las trabajadoras o trabajadores a quienes se les haya entregado judicialmente la tuición o el cuidado de un menor de seis meses. Los trabajadores que tengan bajo su cuidado o tuición a niños mayores de seis meses, tendrán los derechos que les habría correspondido en caso de ser sus padres. En el caso chileno sigue predominando la situación tradicional en la cual es la madre, en forma exclusiva, quien accede al derecho de “fuero maternal”, que consiste en la prohibición del despido de la trabajadora durante el período pre y postnatal y por dos años a partir del momento de término del período postnatal. Este derecho dice relación con el ejercicio de la maternidad cuando el niño es menor de dos años. Si bien existe el permiso para cuidar personalmente al hijo menor de un año gravemente enfermo y este fue ampliado dando derecho al padre, en la práctica debido a factores culturales y sociales no se ha alcanzado una mayor flexibilidad en términos de la utilización de los permisos parentales y aún no se conciben las licencias familiares a modo de incorporar a los padres en el cuidado de los niños pequeños. Uno de los adelantos fue el cambio en la legislación que otorga permiso especial a los padres y madres para el cuidado de un hijo menor de 18 años enfermo grave, en este caso se otorgan licencias, sin goce de remuneración, de 7 días hábiles repetibles por cuatro veces consecutivas y puede ser utilizada ya sea por el padre o la madre del niño. Los padres adoptivos también acceden a este derecho. Según información provista por la Comisión de Medicina Preventiva e Invalidez (COMPIN) del Servicio de Salud, el mayor número de licencias parentales tomadas por trabajadores y trabajadoras del sector público se relacionan con el cuidado del niño menor de un año y aunque mayoritariamente son licencias otorgadas a la madre existe un número escaso de padres que han solicitado este beneficio durante 1996-1997. Para 1996 el Número total de días autorizados por el Sistema ISAPRE por concepto de Licencias Maternales alcanzó a 3.726.301, con una duración promedio de las Licencias autorizadas de 50,5 días y un promedio de 27,3 días de licencias rechazadas por el mismo tipo de licencias.

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Donde se refleja más claramente la necesidad del cuidado infantil y flexibilidad es cuando los niños pequeños se enferman, a continuaciónse presenta información sobre las licencias tramitadas por el sistema de ISAPRE para el cuidado del niño menor de un año13. Para 1996 la duración promedio de las Licencias Autorizadas por el Sistema de Isapre por concepto de enfermedad del hijo menor de 1 año llegó a 8,7 días y con una duración promedio de Licencias Rechazadas por el mismo concepto que alcanzó a 10,4 días. Propuesta de Salas Cuna SERNAM ha estado estudiando una propuesta que implique modificar la forma en que se concede el beneficio de salas cunas a mujeres trabajadoras, consagrado en el artículo 203 del Código del Trabajo. La propuesta plantea ampliar este beneficio a todos los hijos/as de padre que trabajen y contempla un sistema de financiamiento solidario donde los diversos actores involucrados concurran a él. Para ello esta propuesta se funda en los siguientes principios: -

Igualdad de Oportunidades en materia laboral para mujeres y hombres. Red social de la reproducción humana. Responsabilidades familiares compartidas.

En este contexto la propuesta en estudio daría respuesta al problema de salas cunas quienes trabajen en la pequeña y micro empresa, ya que se extiende el beneficio a todos los padres que trabajen (mujeres y hombres) y que tengan responsabilidades compartidas. En cuanto al aporte que deban hacer los empresarios (problema que presenta la normativa actual), este sería de tal magnitud, que podría ser pagado incluso por los microempresarios. Es nuestra intención iniciar la difusión y discusión del Convenio 156 de la OIT de Igualdad de Oportunidades y de trato entre trabajadores y trabajadoras: trabajadores con responsabilidades familiares. En el marco de los aspectos allí señalados es que queremos debatir el tema del cuidado infantil y de las jornadas horarias. Entonces, ¿qué significa una mejor calidad de vida? Para la mayoría de las personas, la obtención de un ingreso no necesariamente tiene que ser a costa de las relaciones humanas - de afectividad y sociabilidad - que generan los lazos familiares. ¿Qué solución podemos dar a esta contradicción? Tal vez la respuesta estaría en repensar la organización del trabajo y la organización interna de la familia, la flexibilización de roles para mujeres y hombres.

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Ver Tabla N° 4 Anexa

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BIBLIOGRAFÍA Clery, Eda (1995): Género y Pobreza. Elementos para una Discusión: Documento de Trabajo N°29: SERNAM: Santiago-Chile. Comisión de las Comunidades Europeas (1995): Igualdad y Protección de la Mujer En la Normativa de la OIT. Recopilación actualizada de Convenios y Recomendaciones: Comisión de Comunidades Europeas, Ministerio de Asuntos Sociales, Ministerio de la Mujer: Serie Documentos N°15: España. Commonwealth of Australia. Work and Family Unit. Department of Industrial Relations (1994): The Workplace Guide to Work and Family: Canberra: Australia. Dunoon, D & Wilcox, D (1995): Building Bridges. Work and Family Practices and Workplace Productivity: Work and Family Unit. Department of Industrial Relations: Commonwealth of Australia:Canberra-Australia. FOCUS Ltda. (1997): Consultoría para determinar la Situación y Proyecciones de los Sistemas de Cuidado Infantil para Hijos/as de Trabajadores/as: Foro de Desarrollo Productivo. Ministerio de Economía: Santiago-Chile. Jackson, J (1994): Workers with Family Responsibilities: a Handbook for Unions: Victorian Trades Hall Council for the Women’s Employment, Education and Training Advisory Group: Commonwealth of Australia: Canberra: Australia. Ministry of Health and Social Affairs (1996): Shared Power-Responsibility. National Report by the Government of Sweden for the Fourth World Conference on Women in Beijing 1995: Regeringskansliets Offsetcentral: Stockholm-Sweden. Oxman; V. (1997): The Contribution of a Gender Perspective to the Democratization of Economic Policies in Chile: Project Work for the Women in Management Course at CENTEK, Lulea University: Lulea-Sweden. Reca, Inés (1993): La familia Chilena en los Noventa: Documento de Trabajo N°27: SERNAM: SantiagoChile Reca, Inés, Perez, E. y Espíndola, E. (1996): Familias y Hogares en situaciones Críticas en Chile según el Censo 1992: Documento de Trabajo N°46: SERNAM: Santiago-Chile. Rivera, D y Guajardo, G (1996): Transformaciones en la Familia con motivo de la Incorporación de la Mujer al Trabajo: Documento de Trabajo N°49: SERNAM: Santiago-Chile Schkolnik, M (1994): Marco Conceptual y Desafíos para formular Políticas de Inversión en la Infancia: Documento de Trabajo: UNICEF: Santiago-Chile. Sharim, D (1995): Responsabilidades Familiares Compartidas: sistematización y Análisis: Documento de Trabajo N°41: SERNAM: Santiago-Chile.

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Valdés, T. Y Gomariz, E. (1992): Mujeres Latinoamericanas en Cifras. Chile: Instituto de la MujerFLACSO: Santiago-Chile. Venegas, S. (1996): Diagnóstico sobre la situación de Pobreza de las Mujeres en Chile: Documento de Trabajo N°48: SERNAM: Santiago-Chile

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Tabla N° 1: Población de Mujeres de 15 años y más por situación en la Fuerza de Trabajo y Grupos de Edad (en miles) Pob Total Mujeres

Total en la Fuerza de trabajo

Total

15 años y más de 15-19 de 20-24 de 25-29 de 30-34 de 35-39 de 40-44 de 45-49 de 50-54 de 55-59 de 60-64 de 65-69 de 70 y más

5.268,93 1.782,05 1.643,55 1.474,15 169,40

Desocupada Total Cesantes Buscan Trabajo por 1° Vez 138,50 104,98 33,52

598,09 592,49 559,56 601,04 578,69 466,52 385,96 351,82 267,32 255,25 233,13 379,18

18,28 44,98 25,76 18,61 13,26 9,26 4,15 3,63 0,57 -

69,32 255,98 261,07 272,95 258,86 219,83 167,90 123,83 74,24 41,39 24,87 11,92

Ocupada Total Trabajaron

51,04 210.90 235,31 254,34 245,60 210,57 163,74 120,20 73,67 41,39 24,87 11,92

50,33 194,97 213,53 222,31 222,80 185,42 142,94 105,77 65,55 37,48 21,72 11,23

No Trabajaron

0,71 15,94 21,78 32,04 22,80 25,15 20,80 14,43 8,02 3,91 3,15 0,68

Fuente: Encuesta de Empleo INE-Chile Trimestre Enero-Marzo 1997.

12

7,15 31,44 20,58 16,74 12,08 8,63 4,15 3,63 0,57 -

11,13 13,53 5,18 1,86 1,18 0,64 -

Tabla N°2: Población de Hombres de 15 años y más por situación en la Fuerza de Trabajo y Grupos de Edad (en miles) Pob Total en la Fuerza de trabajo Total Hombres Total Ocupada Total Trabajaron

15 años y más de 15-19 de 20-24 de 25-29 de 30-34 de 35-39 de 40-44 de 45-49 de 50-54 de 55-59 de 60-64 de 65-69 de 70 y más

5.043,95 3.795,22 3.608,25 3.432,20

176,04

Desocupada Total Cesantes Buscan Trabajo por 1° Vez 186,98 162,81 24,17

615,53 596,10 541,64 569,04 544,73 454,37 391,33 345,11 260,22 228,64 199,70 297,54

2,32 9,03 18,10 24,55 27,20 25,22 22,70 21,09 9,89 9,87 4,66 1,43

20,97 44,15 33,68 25,27 15,40 14,62 9,77 10,07 6,05 5,75 1,22 0.04

157,62 437,24 506,08 550,43 527,17 439,94 368,82 312,10 210,52 148,43 83,81 53,08

136,25 393,08 472,40 525,16 511,77 425,32 359,05 302,03 204,47 142,68 82,59 53,05

134,34 384,06 454,30 500,61 484,57 400,10 336,35 280,94 194,58 132,81 77,94 51,62

No Trabajaron

Fuente: Encuesta de Empleo INE-Chile Trimestre Enero-Marzo 1997.

13

11,91 35,53 31,36 24,17 14,72 14,22 9,16 9,06 5,66 5,70 1,08 0,04

9,06 8,62 2,12 1,10 0,68 0,40 0,61 1,01 0,39 0,05 0,14 -

Tabla N°3: Tasa de Participación según Sexo y Situación de Pobreza, 1992-1994

Sexo Hombre Mujer Total

Indigente 1992 71,0 16,2 41,0

Pobre No Indigente 1992 1994 76,2 76,6 23,1 22,7 47,8 47,9

1994 72,4 18,0 42,0

No Pobre 1992 76,3 37,6 56,5

1994 75,5 38,6 56,6

Total 1992 75,9 33,0 53,6

1994 75,6 34,4 54,2

Fuente: CASEN 1992 - 1994 en Venegas, S. : 1996: Cuadro 13

Tabla N° 4: Licencias por Enfermedad Hijo Menor de 1 año Tramitadas Sistema ISAPRE 1991-1996 Licencias Hijo menor 1991 de 1 año N° licencias ingresadas N° licencias tramitadas N° licencias autorizadas N° licencias rechazadas

1992

1993

1994

1995

1996

36.560

48.463

55.776

64.939

79.257

96.721

36.458

46.685

55.474

64.513

78.682

96.061

35.700

46.097

54.262

63.195

77.186

94.155

334

592

1.212

1.318

1.496

1.906

Fuente: Compendio Estadístico 1995 y 1996 de la Superintendencia de ISAPRE, Santiago-Chile.

Junio 1997 Santiago- Chile

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