TRABAJO DE FINAL DE MÁSTER DEL ESCÁNER LÁSER A LA COMPRENSIÓN ARQUEOLÓGICA: EL CIRCO ROMANO DE TARRAGONA -SECTOR SEDASSOS

May 24, 2017 | Autor: Ivan Fernandez Pino | Categoría: Roman Circuses, Tarraco, Tarragona, Roman Circus, Roman Archaeology
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Descripción

TRABAJO DE FINAL DE MÁSTER IVÁN FERNÁNDEZ PINO

DEL ESCÁNER LÁSER A LA COMPRENSIÓN ARQUEOLÓGICA: EL

CIRCO ROMANO DE TARRAGONA - SECTOR SEDASSOS

INSTITUT CATALÀ D’ARQUEOLOGIA CLÀSSICA – UNIVERSITAT ROVIRA I VIRGILI – MUSEU D’HISTÒRIA DE TARRAGONA

IVÁN FERNÁNDEZ PINO

DEL ESCÁNER LÁSER A LA COMPRENSIÓN ARQUEOLÓGICA: EL

CIRCO ROMANO DE TARRAGONA - SECTOR SEDASSOS

TRABAJO DE FINAL DE MÁSTER

DIRIGIDO POR: JOSEP MARIA MACIAS SOLÉ (ICAC) JOSEP MARIA TOLDRÀ DOMINGO (URV)

TRABAJO DE INVESTIGACIÓN REALIZADO CON EL APOYO DEL INSTITUT CATALÀ D’ARQUEOLOGIA CLÀSSICA

TARRAGONA 2015

ÍNDICE:

1- INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS 2- METODOLOGÍA 3- HISTORIOGRAFÍA 4- ANÁLISIS Y RESTITUCIÓN DE LOS RESTOS 5- CONCLUSIONES 6- LISTADO DE UNIDADES 7- PLANOS 8- BIBLIOGRAFÍA

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Agradecimientos Los agradecimientos suele ser un elemento muy recurrente a la hora de presentar un trabajo, en este caso sin embargo tienen una especial importancia, porque, como fácilmente os podrán comentar los compañeros del ICAC, mi presencia y mis preguntas han sido constantes. Por ello, en primer término, me gustaría agradecer el trabajo de mis tutores, Josep Maria Macias y Josep Maria Toldrà, quienes a pesar de tener mucho trabajo me han dedicado su tiempo. Esta extensión también me gustaría agradecerla a todos los compañeros de la unidad de documentación gráfica del ICAC, que me han tenido que soportar casi todos los días; Josep Maria Puche, que ha sido un tercer tutor de este trabajo, Paloma Aliende e IñaKi Matías. A nivel general, agradezco a todo el ICAC el haberme permitido realizar el trabajo allí y por la ayuda generalizada que me han prestado. También a Pablo Varona y Lourdes Moreno, que me han ayudado a realizar el trabajo

de documentación del Circo Romano de Tarragona que desarrolla el ICAC, donde convergen la experimentación de nuevas tecnologías de captura de datos y la voluntad de inserir este edificio de espectáculos en la dinámica histórica de la ciudad de Tarragona. Finalmente a mi familia y amigos que han tenido que aguantarme y mantenerme otros dos años más mientras realizaba el máster. Especialmente a mi abuelo que siempre me criticaba que me dedicara a la “escobita” en lugar de ayudar a mi padre en su trabajo.

Labor muy importante han desempeñado los profesores del máster, especialmente los de arqueología de la arquitectura Eva Subías y Ricardo Mar. Finalmente también agradecer la colaboración del Museu d’Història Ajuntament de Tarragona, especialmente de Imma Teixell, tutora de mis prácticas del máster, y de Lluís Piñol, que en todo momento se mostró dispuesto a ayudarme explicándome y transmitiéndome los conocimientos que poseía del sector a raíz de las excavaciones que dirigió. Así como la universidad Rovira i Virgili y su Escuela de Arquitectura que me han prestado el material necesario para la investigación y su tiempo para la resolución de dudas técnicas. Precisamente con dicha facultad ha salido la colaboración que ha permitido realizar este trabajo. Esta colaboración ICAC-ETSA se fundamenta en dos líneas, una pedagógica mediante la realización de una asignatura conjunta del plan de estudios de arquitectura, en la que se realizó el escaneo de mi área de trabajo en el curso 2013-2014, y otra investigadora mediante la creación de un grupo de trabajo, Pau de Sola Morales, Josep Maria Toldrà, Josep Maria Macias y Josep Maria Puche, destinado a tal fin. Es con mi colaboración en estas dos líneas que he podido introducirme en el mundo de la arqueología de la arquitectura. Y por ello resulta tan importante para mí, ya que mi trabajo se incluye en una línea de investigación conjunta y de largo recorrido. Este estudio se enmarca en el proyecto

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1-Introducción y objetivos

La elección de este trabajado ha sido motivada por la gran importancia que tiene el circo en la ciudad. Son pocas las ciudades donde podemos pasear por la arena de un circo, dormir en una vivienda que se sustenta sobre el podio del mismo, tomar un café en una terraza ubicada en el visorio de este o recorrer casi 100 metros por las bóvedas que lo formaban. Son pocas las ciudades que pueden utilizar tanto los restos de un edificio sin conocerlo. Por ejemplo, pienso en la cara de sorprendidos que tienen mis amigos cuando les explico cómo era el edificio y pienso que este, a pesar de estar presente en la ciudad y en la vida de sus ciudadanos, no es suficientemente conocido. Por ello con este trabajo se quiere rendir un homenaje al mismo y ayudar a comprenderlo mejor.

actuales, y que todos sabemos que sobrepasa la capacidad que tiene una persona de procesarla. También el trabajo nos servirá de herramienta para acceder, utilizando los conocimientos arquitectónicos adquiridos en nuestra formación, al mundo de la arqueología de la arquitectura. No obstante esto no quiere decir que el trabajo sea un trabajo metodológico tradicional. La utilización de los conocimientos arquitectónicos irá encaminada a la comprensión arquitectónica general del sector, y a una documentación gráfica que acerque el mundo arquitectónico y arqueológico, de forma que los planos sean comprensibles tanto por unos como por otros. Siempre había creído que la arquitectura romana era muy sistemática y pragmática, pero con este trabajo he visto que esto no es tan rígido como creía y esta muchas veces se adapta a las circunstancias del momento.

Con este trabajo se pretende reunir en un solo documento divulgativo todos los datos que tenemos sobre un sector en concreto del Circo de Romano de Tarraco, el de la plaça dels Sedassos. Este sector, aunque no se conoce desde tan antiguamente como otros, ha sido estudiado desde hace décadas, y en los últimos años se han realizado importantes labores arqueológicas que nos permiten 1 comprender mejor su funcionamiento . Para este estudio nos serviremos de las últimas técnicas de obtención de datos y veremos cómo utilizar estas para obtener el análisis que deseamos. Por tanto este trabajo no quiere tener como único objetivo llegar a unas conclusiones, que serán metodológicas y arquitectónicas, sino que tiene que ser una búsqueda de una metodología de uso de nuevas tecnologías. Ello nos llevará a probar diferentes sistemas, programas y técnicas para al final establecer la forma más directa de explotar toda esa información que nos permiten los sistemas

La cronología del edificio se ha ubicado en época 2 domiciana , si bien en lo que no hay consenso es en datar su concepción también en esta época o bien considerar que es consecutivo con las terrazas superiores que forman el complejo imperial de la ciudad. El circo ocupa la terraza inferior de las tres en las que se organizaba la parte monumental. A simple vista se nota que es un edificio muy singular, porque literalmente separa de punta a punta la ciudad entre la parte residencial y la administrativa. Si buscamos en las urbes romanas edificios que actúen de una manera similar tendríamos que remontarnos a construcciones tardo-republicanas 3 como las de Palestrina, Tivoli o la propia Roma, donde grandes edificios hacían de separación de una ciudad residencial a los pies y una ciudad administrativa en la cima. En el ejemplo de Roma tenemos como el templo de Apolo Aziac dominaba el Circo Máximo, con el que estaba conectado mediante un porticus panorámico, el de las Danaides (Carandini, 2008, cap. 3 y 4). Es así como el circo se enmarca en el nexo de unión de la parte alta, con gran sentido burocrático y religioso y la parte baja, que era la de la plebe. Otro ejemplo en provincias lo podríamos encontrar en la ciudad de Ancyra y fechable en el año 25 d.C. En la antigua capital de la Galatia, el epígrafe OGIS 533, que se halla en el texto de las Res Gestae del templo de Roma y Augusto, recuerda a Pylaimenes, hijo del último rey gálata Amintas, como responsable del culto imperial, que había cedido los terrenos para

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Se ha escogido solo un sector del mismo porque creemos que es la medida adecuada para un trabajo de máster. La experiencia metodológica nos obligará a realizar visiones suficientemente amplias del sector a la vez que el análisis arquitectónico nos llevará a realizar visiones de elementos muy concretos. Por tanto esta parece una escala de una dimensión correcta para poder ser analizada en un trabajo como este.

Para conocer las importantes labores de estudio sobre el mismo véase el apartado 3: Historiografía.

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Según los estudios del TED’A (TED’A 1989). Antiguas Praeneste y Tibur respectivamente.

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construir el Sebasteion, el “sitio de la fiesta” y el 4 hipódromo . Para ver como, se establecía esta unión tenemos que tener en cuenta el propio carácter de los espectáculos, puesto que los ludi circenses se celebraban muchas veces en relación con festividades religiosas. Por eso el circo está relacionado con los órganos de representación del estado en la provincia, que a su vez eran los representantes del culto imperial. Así aquellos rituales religiosos que se realizaban en la plaza de representación tenían su colofón con la participación ciudadana en los ludi circenses. El circo fue uno de los espectáculos de masas por excelencia de la antigua Roma, eso se pone de manifiesto en el gran numero que se edificaron por el imperio. En Hispania por ejemplo en el siglo II/III d.C. se documentan un buen número realizados en madera (Humphrey 1986, 386). Por desgracia no están muy bien estudiados, al ser muchos de materiales perecederos y los que como el de Tarraco no lo fueron, han sido sistemáticamente ocupados. Aun con estos problemas sí que podemos llegar a comprender el gran desarrollo tecnológico y arquitectónico que logró el imperio, solo hay que ver como grandes partes del antiguo circo continúan en uso, transformadas en viviendas en su mayoría, casi XX siglos después. En Hispania conservamos restos arquitectónicos de 17 circos. Aunque se conocen más a través de escrituras, mosaicos, esculturas o pinturas.

Fig. 1.1: Los 17 circos de los que conservamos restos arqueológicos en Hispania

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…poll[ous] topous an(e)[thek]e opo[u] to / Sebasteón estin kai e pan[é]gy / ris geínetai kai o hippodrómos (visto en Ruiz de Arbulo, J. y Mar, R. 2001, 142)

Los datos nos indican que los primeros circos monumentales de piedra y opus caementicium datan del siglo I d.C. Estos serían los casos del de Tarraco y Toletum en la Citerior y Emerita Augusta en la Lusitania, de estos el más antiguo es el de Emerita, entre el 20 y el 60 d.c., (Sánchez-Palencia et alii 2001, Humphrey 1986, 375), el de Toletum entre el 50 y el 80 d.C. (Sánchez-Palencia, Sainz 2001, 110; Humphrey 1986, 359) y el de Tarraco en la domiciana (en torno a 90 d.C.).

Fig. 1.2: Planta hipotética de los circos de Tarraco y de Emerita. (Imágenes de http://www.spanisharts.com)

Las similitudes entre los de Emerita y Toletum en estructura nos suponen que para el segundo se tomó de referencia el primero (Humphrey 1986, 8586). Este no sería un fenómeno extraño pues al final todas las ciudades intentaban asimilarse a Roma en sus monumentos. Un tema muy curioso es que, si bien las ciudades se monumentalizan en época augustea, no es hasta más avanzada la dinastía Julio-Claudia que tenemos los primeros circos, a raíz de eso se plantea la hipótesis que puede ser que existieran anteriormente circos no monumentales que no nos han perdurado (Humphrey 1986, 375). En cambio, en el siglo II y III d.C. asistimos a una fiebre constructiva de circos en ciudades mucho más pequeñas como podrían ser Sagunto o Calahorra (Humphrey 1988, 386).

Fig. 1.3: Tarraco a mediados del siglo II dC. 1) almacenes portuarios. 2) bahía y zona portuaria. 3) colector. 4) circo. 5) vía periurbana. 6) teatro. 7) fuente pública. 8) foro altoimperial. 9) sede Concilium provinciae. 10) puente sobre el río Tulcis. 11) anfiteatro. 12) posibles recintos termales. 13) suburbia. (Macias y Remolà 2003: Fig 23).

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Civitas

Dimensiones

Tarraco (Tarragona, Cataluña)*

325 x 115 m

Saguntum (Sagunto, Valencia)

354 x 73'4 m

Arena

290 x 77 m

400 x 75 m

Toletum (Toledo)

423 x 101 m

s. I

342 x 63'5 m Mediados del s. II

Valentia (Valencia) Calagurris (Calahorra, La Rioja)

Fundacion

TARRACONENSE

408 x 85 m

Abandono

Capacidad

Bibliografia

s. V-VI

23.000 27.000

Humphrey 1986; Teja 2002; Macias et alli 2007; Puche 2010

s. IV

10.000

Teja

Mediados del s. II

s. V - VI

1º mitad s. I

¿s. III?

5.000 10.000

Piernavieja 1977; Ceballos 2007; Teja 2002

Finales s. I

Finales s. IV

15.000 30.000

Ceballos 2004

Castulo (Cazlona, Linares Jaén)** Oretum (Granátula de Calatraba, Ciudad Real)**

Ceballos 2007

Piernavieja 1977; Humphrey 1986 Piernavieja 1977; Humphrey 1986

Emerita Augusta (Mérida, Badajoz)

440 x 115 m

Mirobriga (Santiago do Cacém, Portugal)

359 x 77 m

403 x96 m

Olisipo (Lisboa)** Balsa (Luz, Tavira)**

Brú y Vidal 1987; 2002

¿700 m de largo?

LUSITANIA Inicio año 20. Inauguración año 50

s. IV

30.000

Primera mitad del s. II

Finales s. III

¿10.000?

Segunda mitad del s. III

Inicios s. IV

¿ss. II o III?

Humphrey 1986; Maldonado et alii 2010; Ceballos 2004 Piernavieja 1977; Humphrey 1986; Ceballos 2004 Ceballos 2004; Sepúlveda et alii 2002 Humphrey 1986

BETICA Italica (Santiponce, Sevilla)**

¿300 x 62'5 m?

Corduba (Córdoba)** Segeda (Burguillos del Cerro, Zafra, Badajoz)**

¿430 x125 m?

Astigi (Écija, Sevilla)**

¿400 - 77 m?

Vrso (Osuna, Sevilla)**

¿270 x 42 m?

¿13.000? ¿Finales s. III?

¿350 x 70 m? ¿400/450 m de longitud?

Humphrey 1986; Canto 1986; Ceballos 2007 Jiménez Sánchez 2001

¿10.000?

Piernavieja 1977

¿50 - 60?

Gómez, C. y Hernández, J. 2008 Piernavieja 1977

Fig. 1.4: Tabla de relaciones de los circos romanos en Hispania (elaborada a partir de Lara, 2014, 46).

*El circo de Tarraco presenta diversas hipótesis sobre sus dimensiones, en la tabla figura las del Humphrey para utilizar la misma fuente que en la mayoría de los otros. Recientes estudios (Macías et alii 2007, fig. 22 y pag. 42) nos muestra que la proporción del mismo respondería a unas dimensiones de la arena de 1076 pies, lo que equivale a 318,5 metros y unas distancias perpendiculares máxima de 81.34 metros y mínima de 66,48. Esto es debido a que por su inserción urbanística el circo no tiene sus gradas paralelas, sino de forma trapezoidal. También se reconstruye la longitud de la gradería septentrional en 294,19 metros. Sin embargo, en el trabajo posterior de J.M. Puche (Puche 2010) se reconstruye la arena con unas dimensiones de 1000 pies, que equivale a 296 metros, esto se hace así por la equivalencia que existiría entre las dimensiones del circo y el foro provincial. Como medida exterior propone un eje longitudinal de 319,68 metros. **De estos circos no se han encontrado restos arqueológicos, la mayoría de ellos solo se conocen por menciones epigráficas. De la existencia del circo de Lisboa somos conocedores gracias al hallazgo de una serie de piezas de terra sigillata (Sepúlveda 2002, 250). Del circo de Itálica solo se tiene constancia por el famoso mosaico del Circo y las Musas, el de Osuna solo se menciona en inscripciones de la Lex Vrso (CILA II 3 nº 611; CIL II 2/5 1022), al igual que el de Carmona (CIL II 1380). El circo de Córdoba sigue sin excavarse.

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En Tarragona el hecho que no se haya encontrado la spina plantea algunos problemas que han llevado a investigadores a considerar la hipótesis que pudiera ser un hipódromo. Para ver más la diferencia entre estos edificios tenemos que acudir a la interpretación de especialistas en arquitectura romana y así discernir la duda; aun así esta discusión entre hipódromo o circo en Tarraco presenta una difícil solución, en primer término porque aún existen dudas sobre el propio uso de la terminología. De este modo, normalmente está aceptado que hipódromo se refiere a los edificios de tradición griega y circo es para los de tradición romana. En nuestro caso nos basaremos en la definición que nos proporciona Pierre Gros (1996, 346): “el hipódromo griego es un edificio concebido por su función, por tanto el objetivo es la carrera que en él se desarrolla y por tanto la pista es el centro de la estructura. En cambio en el mundo romano el circo es un edificio concebido para los espectadores y por tanto el centro del edificio son las gradas donde estos se asientan”. Si resumimos esta expresión en sentido arquitectónico podríamos decir que circo e hipódromo son dos edificios con las mismas funciones y que lo único que los diferencia es que en el circo existe una gran estructura perimetral a la pista que sirve de grada a los espectadores y en el hipódromo esta es una estructura más modesta. También podríamos buscar el significado cultural de los mismos. En este caso el hipódromo está pensado para la actividad deportiva que se desarrolla y en cambio el circo está pensado para divertir a las multitudes. Para ver la poca importancia dada en el mundo griego a la gradería solo tenemos que ver como la mayoría de estas instalaciones nunca dispusieron de elementos permanentes, incluso en fechas tan tardías como el periodo helenístico, de forma que los espectadores muchas veces se disponían en el pendiente natural del terreno (Patrich 2011, 185). De este modo la parte más importante de un hipódromo es la zona de salida, carceres, donde encontramos ya desde los inicios complejos mecanismos que permiten la obertura regulada de las puertas para que ningún corredor tuviera 5 ventaja sobre el resto .

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En Olimpia, los puestos estaban dispuestos en forma de V invertida (ver Humphrey 1986: 7-9, fig. 2a, 2b) y cada

También según Joseph Patrich (2011, 188), la diferencia entre el hipódromo y circo radica que el hipódromo está pensado para que se celebran carreras con un solo caballo en competiciones individuales, en cambio el circo está pensado para carreras de bigas o cuadrigas en competiciones por equipos. Estos equipos se diferenciaban según los colores y en periodo republicano eran dos, blancos y rojos, para después en época imperial pasar a ser 4, con la suma de azules y verdes. Al ser por equipos las carreras estaban limitadas en el número de carros y tenían que ser múltiplos de 4 para que todos los equipos tuvieran el mismo número de competidores.

Fig. 1.5: 1 Planimetría con el esquema funcional del circo de Majencio. 2 La visual desde el tribunal iudicum y el pulvinar. 3 La visual desde el puesto del editor spectaculorum (Ioppolo 1999, fig. 7).

En cambio en el mundo griego las competiciones podían ser del número de participantes que se quisiera, pues estos no tenían que pertenecer a ningún equipo, el único requisito necesario era ser un miembro rico, podía ser hombre o mujer, que pudiera mantener un caballo y un jinete. Sea el caso que sea ya vemos que la línea divisoria entre ellos es muy difícil de trazar, por suerte uno de los pocos elementos de que disponemos en Tarraco nos explica como lo entendían los antiguos, par de puestos se abría con un retardo relativo a la apertura del par de puestos anterior. De esta manera, todos los carros llegarían a la línea de salida al mismo tiempo. Este método posteriormente será reemplazado por un mecanismo que garantice la apertura simultánea de todos los puestos. Con ello la ubicación de los puestos también se modificó en consecuencia.

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de este modo vemos como en la lápida de Eutyches (CIL II 4314; Ceballo 2005, 121) que nos habla de “circis”, por tanto los antiguos llamaban al de Tarraco “circo”. También se discute sobre el papel que podría jugar la spina en la diferenciación entre circo e hipódromo, así por ejemplo se piensa que los circos contarían con la misma y los hipódromos no. Con todo esto desde nuestro punto de vista no tenemos dudas de que el edificio es un circo, lo único que impide el no haber hallado la spina, o lo que pudiera quedar de la misma, es el hecho

que esta se encuentra en la cimentación de las construcciones posteriores que ocupan el ámbito que correspondía a la arena.

Fig. 1.6: Imagen de la planimetría arqueológica de Tarraco donde se aprecia que las excavaciones que se han realizado en la arena no pueden corresponder con la zona donde tendría que estar la spina. Marcada en rojo (Macias et alii 2007, lam. 4).

En el pasado siglo el circo de Tarraco fue revalorizado y ello llevó a que fuera protegido por dos planes especiales complementarios que se 6 redactaron a principios de los 80 . También fue la época en que se comenzó a realizar la planimetría del mismo así como su topografía. Todo ello fue posible en gran parte por las campañas arqueológicas que se realizaron por parte de Xavier Dupre (Dupre et alii 1988) y del Taller Escola 7 d’Arqueologia (TED’A) entre los años 1986 y 1989 . Posteriormente los trabajos arqueológicos los dirigió el Centro de Arqueología Urbana de Tarragona (CAUT) y la URV con el objetivo de musealizar la cabecera. Cosa que finalmente se realizó a través del proyecto arquitectónico de 8 Andrea Bruno en 1994 .

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Plan especial Pilatos y Plan especial del centro históricoParte Alta. 7 Véase TED’A 1989 y TED’A 1990b. 8 Este proyecto fue galardonado con el Premio Europa Nostra en 1995. Europa Nostra es una asociación pan-

europea que tiene como misión salvaguardar el patrimonio histórico. Cubre más de 50 países y está integrada por más de 250 organizaciones miembros (asociaciones y fundaciones del patrimonio, que cuentan con más de 5 millones de miembros), 150 organizaciones asociadas (organismos gubernamentales, autoridades y empresas locales) y también 1500 miembros individuales que soportan directamente la misión de Europa Nostra.

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2-Metodología En este trabajo la metodología es una parte de los resultados que se desean conseguir. Por ello este apartado va a ser diferente al resto: no solo se expondrá la metodología aplicada sino también la evolución de los diferentes caminos que se han ensayado para establecer una propuesta de la misma. No hay que olvidar que este trabajo surge de la unión de un fin académico, la puesta al día de los restos de Sedassos, un fin experimental, la utilización de los últimos recursos tecnológicos para la obtención de datos, y un fin educativo, puesto que el proyecto surge de la colaboración entre el ICAC y la Escuela de Arquitectura de la URV. De hecho los datos fueron obtenidos en una práctica con alumnos de arquitectura en que se les enseñaba a utilizar las herramientas de captura masiva de datos.

integrada que lleva el aparato para obtener el color del píxel y de esta forma ver los puntos en gama de colores. Todos estos datos posteriormente tuvieron que ser importados a un ordenador y, en nuestro caso, trabajados con un programa de la propia casa Leica que se llama Cyclone 3d. Una vez importados al programa se procedió a la unión de las diferentes nubes para obtener el modelo general, de cerca de 262 millones de puntos. Cyclone es un programa de gestión de nubes de puntos y no de edición. Por tanto la propia casa Leica también dispone de un 10 programa que se encarga de ello, el 3dReshaper . En este programa se transformó la nube de puntos en una malla, de cerca de 1,3 millones de caras, que se genera a partir de crear superficies triangulares entre tres puntos de la nube. Con ello obtenemos una superficie que será nuestra base de trabajo. Hasta este punto la metodología es la propia que se seguiría para generar un modelo 3d a partir de un escaneo. Sin embargo en nuestro trabajo el objetivo reside en estudiar cómo procesar estos datos para obtener una documentación gráfica y un análisis arquitectónico. De este modo nuestro siguiente paso fue utilizar el propio programa 3dReshaper para generar un patrón de corte cada 10 cm en sentido horizontal, y algunas veces en sentido vertical. Con ello definimos curvas de nivel de todo nuestro sector.

Fig. 2.1: Imagen del momento de la toma de datos en el interior de la bóveda del subsuelo de la calle Ferrers.

Los datos se obtuvieron con un escáner laser de la empresa Leica, modelo C5. Este proyecto requirió dos días de trabajo y 23 estacionamientos. Como vemos fue bastante tiempo, esto se debió en gran parte al dedicarse el primer día casi en exclusividad a explicar el funcionamiento del escáner a los alumnos y la realización de pruebas. La calidad utilizada fue media al estar en un lugar de relativamente pequeño y la gran superposición de escaneos que se realizaron. En este caso, debido a la complejidad de los rincones que generan los restos y la presencia de exteriores e interiores, se trabajó con dianas para la posterior fusión de las 9 nubes de puntos . También se utilizó la cámara 9

Actualmente es posible no utilizar las dianas si hay suficiente solape entre las distintas nubes de puntos

Una vez obtenidas estas curvas de nivel, utilizamos la orden exportar como DXF del programa para generar un archivo que podría abrir el programa AutoCAD. De esta forma habíamos trasladado ya nuestra nube de puntos a un sistema de trabajo de líneas, en lugar de puntos o mallas, y a un programa ampliamente utilizado.

como para que los programas donde se descargan los datos puedan situar en un único sistema de referencia los distintos escaneos. 10 Sin embargo existen otros programas de pago o gratuitos que cumplen los mismos objetivos como son: el Meshlab, CloudCompare

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Esto será importante para que después el trabajo pueda ser relacionado con estudios de otras zonas o un estudio más detallado de esta.

Fig. 2.2: Imagen de las curvas de nivel importadas en el programa AutoCAD.

Como ver una sucesión de cotas de nivel superpuestas puede generar problemas a la hora de identificar objetos ocultos, generamos también con programa 3dReshaper una imagen de un corte de la malla, que al ser una superficie no deja ver los objetos que han quedado debajo. Para ello primero tuvimos que definir que cota marcaria la planta que generaría la imagen, esta fue la cota 50,20 msnm. De esta forma esta imagen podremos insertarla en AutoCAD y escalarla debajo de nuestras curvas de nivel para así poder tener la referencia tanto de la malla como de las curvas de nivel. También utilizamos la misma orden para generar unas vistas de los muros de las vueltas de acceso al circo, de esta forma podíamos observarlos en su conjunto y nos resultarían útiles a la hora de generar una sección.

Fig. 2.3: Imagen del corte de la malla a cota arbitraria generada con 3dReshaper.

Una vez analizados los datos con los que tendríamos que trabajar, observamos la gran cantidad de información existente y que esta no sería fácilmente entendible. Por ello en este punto se realizó una lectura de toda la documentación histórica y arqueológica que se había realizado del sector: se consultaron las memorias existentes en los Serveis Territorials de Cultura de la Generalitat y las publicaciones sobre el sector realizándose también visitas informativas a los despachos de arquitectura e ingeniería que han realizado propuestas de musealización del sector. Con esta información se comprendió mejor el funcionamiento del mismo y se obtuvieron las diferentes visiones de los que habían trabajado sobre el mismo. El siguiente paso fue realizar las primeras plantas con la información que se tenía. En este caso contábamos con la ventaja de que el monumento estaba en la misma ciudad en la que trabajábamos y por tanto podíamos visitarlo. De hecho, gracias a ello he podido realizar este trabajo, porque si algo he aprendido con el mismo es la dificultad de abarcar todos los detalles y particularidades de una estructura tan compleja como es el circo romano de Tarragona. Para realizar las plantas separamos las curvas de nivel en dos capas, una para las que se encontraban sobre nuestra cota de trabajo y otra para las que se encontraban por debajo. Las que se encontraban por encima de nuestra cota de trabajo se ocultaron porque no serían visibles en nuestra planta. Y de las que se encontraban por debajo se realizó un trabajo de redibujado de las mismas para escoger las más representativas, consiguiendo así que el dibujo no estuviera tan “sucio”.

En nuestro caso el escaneo se realizó con un soporte topográfico complementario que nos 11 permite situar la nube en las coordenadas UTM . 11

El Sistema de Coordenadas Universal Transversal de Mercator (Universal Transverse Mercator, UTM) es un sistema que está dentro de las llamadas proyecciones cilíndricas, por emplear un cilindro situado en una determinada posición espacial de coordenadas, está basado también en la proyección geográfica transversa de Mercator, pero en vez de hacerla tangente al Ecuador, se la hace tangente a un meridiano. A diferencia del sistema de coordenadas tradicional, expresadas en longitud y

latitud, las magnitudes en el sistema UTM se expresan en metros únicamente al nivel del mar que es la base de la proyección del elipsoide de referencia. Esta proyección es "conforme", es decir, que conserva los ángulos y casi no distorsiona las formas pero inevitablemente sí lo hace con distancias y áreas.

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acceso a las cotas altas del graderío y el obstáculo que constituye la valla de la calle Ferrers impedía un buen escaneo desde arriba, por lo que el modelo resultante del escaneo no era suficientemente completo en los niveles más altos del sector estudiado. Para solucionar este problema se decidió recurrir a una combinación de fotogrametría y escáner. Para ello se utilizó una cámara colocada en el extremo de una pértiga que nos permitía fotografiar desde la calle la parte superior de la gradería del circo del circo. Fig. 2.4: Imagen de las curvas de nivel, en perfil, antes y después de ocultar las superiores a la cota de trabajo.

El siguiente paso fue ubicar la imagen de guía debajo de esas curvas, encajarla y escalarla. Este proceso se repitió diversas veces puesto que por la complejidad de alturas de la zona se requieren 3 plantas de trabajo, una a cota 50,20 msnm, la de las bóvedas perpendiculares al podio; otra a cota 53,25 msnm, la de las bóvedas paralelas al podio; y una última superior de todo el conjunto a una cota de 55,00 msnm. Estas plantas pudieron aprovechar las partes de las anteriores al ser el suelo el mismo en gran parte de las mismas, de este modo se pudo optimizar trabajo de depuración.

Otro paso consistió en eliminar los tramos de las curvas de nivel que se encuentren dentro de los objetos de delimite la curva de referencia, de 50,20 msnm. Algún tramo que penetra profundamente en los objetos se dejó para después ser puesto en otra capa de proyección. Hay que tener en cuenta que esta operación es totalmente subjetiva, no existe una fórmula que diga qué tramos son significativos. Una vez eliminados los segmentos ocultos por los objetos, se procederá a poner en una capa los elementos vistos, que antes fueron limpiados para que no se superpusieran tantas curvas de nivel.

Fig. 2.6: Se muestra la gran cantidad de curvas de nivel que se solapan en un muro.

Fig. 2.5: Imagen donde se muestra el resultado de la fusión de la imagen en planta con las curvas de nivel.

Fig. 2.6: Imagen donde se muestra el resultado de la planta 2.

El problema surgió al querer realizar la tercera planta. Esto es debido a que los problemas de

Rápidamente observamos que este sistema de trabajo era demasiado lento, ya que nos daba demasiada información que después no nos sería útil al no poder ser representada en el plano, debido a la gran precisión que alcanzan las herramientas de captura masiva de datos usadas: desviaciones de menos de un centímetro en muros de longitudes de decenas de metros. Para ello tuvimos que pensar en un sistema de representación que permitiera ser entendido y visto a diferentes escalas. De este modo se pensó en trabajar la planta con diferentes capas de dibujo, de forma que los elementos seccionados tenían un grosor y color de línea superior al resto. También se ha trabajado con el color los elementos de época romana y los de épocas posteriores, de esta forma los elementos posteriores al circo se han designado con un color cian que provoca que no sean muy

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visibles sobre el fondo blanco. Los elementos proyectados se han dibujado con una línea discontinua. Todo esto busca favorecer un dibujo más entendible que permita trabajar solo con los elementos deseados, pudiendo ocultar el resto. Se comenzó a probar este sistema por la bóveda más próxima al pulvinar. En esta bóveda se distinguen dos grandes paramentos de opus vittatum que delimitan unos grandes elementos portantes de opus caementicium. Por tanto vamos a reflejar esas dos hojas del muro. En este punto tuvimos que encontrar un sistema para representar el opus vittatum sin tener que dibujar piedra a piedra, que no es el objetivo del trabajo. Para ello recurrimos a ver cómo lo representaban los manuales de Archeologia Documentazione Grafica de Guiliani y el Manuale di Rilievo Archeologico de Medri. Con esta información decidimos crear un patrón que representara este elemento, en nuestro caso fue un bloque de 4 piezas de sillería de opus vittatum con un relleno sólido cuando estaban seccionados, en este caso se le puso un ancho al opus vittatum de 15 cm para que sea visible en los planos.

Fig. 2.7: En la imagen podemos ver cómo se han marcado los paramentos de opus vittatum y el interior de opus caementicium.

En este momento también se vio la necesidad de dividir la zona de estudio en sectores ante la imposibilidad de organizar la información o ver los elementos en detalle. De esta forma la zona se dividió en sectores que se correspondían con las bóvedas o el espacio de grada, de este modo se definieron 7 sectores. A la hora de analizar determinados puntos resultó claro que no era suficiente con tener las líneas de cota o el modelo 3d. Existían dudas que era necesario corroborar sobre el terreno y sobre dibujos restituidos. Un buen ejemplo de ello fue la zona de acceso al sector 1, el más cercano al

pulvinar, en el cual encontramos elementos muy arrasados, y se puede distinguir información que no había captado el escaneo. Este momento también fue aprovechado para invitar a las visitas a los restos a arqueólogos que habían excavado el sector y lo conocían como son Lluis Piñol o Jordi López. Pero no solo contamos con la ayuda de arqueólogos, sino que también vinieron a darnos su visión arquitectos especializados en patrimonio como Pau de SolaMorales y otros profesionales como son los de la Unidad de Estudios Arqueométricos del ICAC.

Fig. 2.8: Paramento de opus vittatum que quedaba oculto al escaneo.

Las visitas también se aprovechaban para recopilar imágenes de los elementos más característicos. Estas necesitaban ser ordenadas para que pudieran ser consultadas con facilidad, por lo que se realizó un plano de la planta donde podemos ver unas marcas que nos indican la dirección de toma de la fotografía y el número de la misma. El número hace referencia al que le hemos puesto a la foto en la carpeta destinada a tal uso, pues para hacer más fácil la comprensión de la foto estas se organizarán según los sectores de trabajo. Por ejemplo en esta primera vuelta que trabajamos lo hemos llamado sector 100 y por tanto las imágenes empezaran en el 101 y siguientes.

Fig. 2.9: Plano donde se muestran las imágenes y la dirección de toma.

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En estas visitas también analizábamos la planta con los restos para ver la total concordancia de estos con los planos. Y para poder realizar un estudio arquitectónico de las estructuras se numeraban los diferentes paramentos. Dicha numeración no buscaba ser exhaustiva para ver cada proceso que había sufrido la edificación. El objetivo de la misma era poder situar en el plano los elementos que describíamos y tener una secuencia constructiva relativa establecida a partir de las entregas de los elementos arquitectónicos. Por tanto un muro era una unidad única y no se tenían en cuenta juntas de trabajo o modificaciones posteriores. Estos datos se obtuvieron gracias a la realización de unas fichas de trabajo de arqueología de la arquitectura, siguiendo un modelo definido por Antonio Pizzo (2010, 283).

La última fase del trabajo consistió en la realización de una interpretación reconstructiva de la gradería del circo. Para ello teníamos que utilizar paralelos y cálculos volumétricos debido a que nuestra área se encontraba muy transformada. Lo que se realizó fue un trabajo en diferentes secciones de esta grada. Cada una permitía interpretar una parte de la misma y después se fusionaban las diferentes partes para ver si estas encajaban. La última prueba consistió en proyectar este perfil teórico y comprobar que este no interfería con los elementos originales conservados in situ. De esta forma podíamos saber que esta propuesta sería factible (véase el capítulo 4).

Con toda esta información comprendimos mejor el proceso constructivo del ámbito y ya podíamos entrar en la siguiente fase de trabajo. Esta consistió en el análisis de los diferentes formatos documentales (dibujos, imágenes, referencias arqueológicas…) para conjugarlos en un análisis más profundo de los componentes arquitectónicos. De este modo se realizaron 3d de replanteo de las diferentes posibilidades de funcionamiento de los restos, separación de partes que podrían no ser originales, dibujos detallados de los muros representativos… Es esta fase también nos ayudamos de una nueva técnica, la fotogrametría; esto fue así porque vimos que había elementos que perdían mucha expresividad transformados en líneas, ya que no es lo mismo ver siluetas de sillares que apreciar los detalles de su superficie. Por ello decidimos realizar una fusión de las dos técnicas en la generación de los planos. Tendríamos la precisión de escaneo para la realización de las líneas principales y la textura de la fotogrametría como fondo, si bien es cierto que esta restaría en segundo orden ante lo que más nos interesaba, el dibujo lineal.

Fig. 2.10: Imagen de la fusión de los planos y la fotogrametría.

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3-Historiografía 3.1. El Circo de Tarraco. Apuntes históricos. No conocemos muy bien cuándo dejó el circo de ser 12 un espacio de ocio , las fuentes sobre la época final en Tarraco son escasas y la arqueología se encuentra con problemas para ofrecer una datación y explicación exacta sobre todas las transformaciones en la ciudad. Sí que es cierto que en los últimos años se ha conseguido avanzar en el tema y tenemos ya un general consenso sobre este cambio, que podríamos entender más como una transformación del mundo clásico que como una ruptura del mismo. Los principales ejes de este cambio serían la vuelta de los vertederos al ámbito urbano, la ausencia del mantenimiento de los edificios e infraestructuras públicas, la pérdida del poder de las ciudades y sus elites y, el tema que más nos afecta aquí, la privatización de los espacios 13 públicos (Macias 2013, 123) . Sí que sabemos que existe una referencia, situada entre el 614 y el 620, en que el rey Sisebuto le recrimina al obispo 14 metropolitano de Tarraco, Eusebio , su afición por los “ludi teatriss faunorum”. En este caso A. Jiménez (Jiménez 2003, 373) cree que los juegos no serían un espectáculo público sino más bien de carácter privado. Dichos juegos seguramente tendrían que tener lugar en el circo, no hay que olvidar que el anfiteatro y el teatro habían sido abandonados siglos antes y que en ese momento el anfiteatro estaba ocupado por una basílica martirial. Con esta fuente podríamos hipotetizar que, si bien seguramente no estaría en muy buen estado, el circo seguía cumpliendo parte de sus funciones de lugar de ocio público, aunque fuera para espectáculos teatrales. (Dupré 1988, 20; TED’A 1990, 242). El periodo comprendido desde la caída de la ciudad en manos árabes y su repoblación en el siglo XII d.C. nos resulta un vacío histórico en todos los aspectos 12

La fuente más antigua de ludi circenses en Hispania, a inicios del siglo VI, la tenemos en la Chronica Caesaraugustana. Para saber más véase Jiménez 2006. 13 Para conocer más sobre el proceso de transformación de la ciudad romana al final del imperio ver Macias 2013: La Medievalización de la Ciudad Romana 14 La epístola es Sisebvtvs, Ep., 6. Cuyo texto completo se puede encontrar en la edición de. J. Gil (Miscellanea Wisigothica Sevilla. 1972. p. 14-15). La edición de W. Gundlach (Epistolae wisigoticae MCH epist ., III. Berlin. 1892, p. 668-669) presenta esta carta con el número 7 del epistolario.

de la ciudad y por tanto no conocemos nada sobre el circo o los elementos que se construyeron sobre él a partir del siglo V, como se desprende de los trabajos de Lluís Piñol y Jordi López (Peña 2010). Seguramente el edificio estaría totalmente abandonado puesto que la ciudad se encontraba prácticamente despoblada. Una vez fue repoblada se aprovechó el muro de división del circo con la plaza del fórum provincial para ubicar el “mur vell”. En este momento el circo quedó fuera de los límites amurallados de la ciudad y por tanto se transformó en una zona susceptible de ser aprovechada para cultivos y ganados. También se cree que la parte más próxima a la muralla sería aprovechada por aquellas actividades que no podían ubicarse dentro por sus molestias a vecinos como: herreros, curtidores… Es así como en este momento el circo fue conocido como el “corral”, que ya se documenta en 1128 por parte de Oleguer de la iglesia de San Salvador del Corral al obispo de Vic (Bosch et alii 2002, 318). Todos estos datos los hemos podido comprobar arqueológicamente con las excavaciones que se realizaron en la zona de la cabecera gracias a su musealización, que consistió en el derribo de estructuras modernas y medievales para dejar visto el edificio romano. Estos trabajos, iniciados por el Servei Arqueològic de la URV, fueron luego continuados por Lluís Piñol (Piñol 2000) y por la empresa Codex-Arqueologia i Patrimoni, bajo la dirección de Josep M. Macias (Bosch et alii 2002). Recientemente se ha concluido la fase de musealización de la zona con la colocación de un suelo que imita la arena del circo. De este modo encontramos durante la segunda mitad del siglo XII y primera del XIII pequeños vertederos en el interior de la arena, lo que demuestra que la ocupación urbana no está consolidada hasta el siglo XIV en que 15 se construye la nueva muralla (Bosch et alii 2002, 318). Poco a poco la ciudad fue creciendo gracias a un periodo de paz interior del principado. Dicho periodo finalizó con las guerras entre los dos 16 Pedros a principios del siglo XIV. A raíz de ello se 15

Para una mejor explicación de la evolución de las defensas de la ciudad véase Menchon; Masso 1999: 16 La guerra castellano-aragonesa de 1356-1369, representó una serie de enfrentamientos que mantuvieron Pedro I de Castilla y Pedro IV de Aragón entre 1356 y la muerte del primero en 1369. No constituyeron un conflicto continuo sino que, como era habitual en la Edad Media, estuvieron separados por varias treguas y negociaciones de paz que fracasaron. El

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construyó “la muralleta”, con esta quedó integrado el circo en la trama urbana al ser la muralla llevada a la fachada del circo, actualmente “Rambla 17 Vella” . Con la llegada del renacimiento se vuelve a valorar el pasado glorioso de la ciudad y surgen estudiosos que se dedican a documentar los restos, el más conocido de todos será Lluís Pons D’Icart. Él fue el primero en tratar sobre las estructuras del circo, así en 1572 se dedicó a describirlas. También de esta época tenemos la suerte de tener gravados de Anton Wyngaerde que nos muestran los restos que se conservaban en la ciudad y actualmente ya no 18 son visibles . En estos momentos también se documentan dos inscripciones funerarias dedicadas a dos aurigas: Eutyches y Fuscus (ver en CIL II 4314 y CIL 4315) y que ayudaron a los contemporáneos a entender mejor cómo era la figura de los mismos. En los siglos posteriores los elementos del circo serán objeto de estudio y documentación por parte de muchos intelectuales e ingenieros. La primera planta general que se conoce del circo llegara en 1748 de la mano de Joan Rafael Silvy.

Fig. 3.1: Planta y secciones de la cabecera del Circo Máximo de Joan Rafael Silvy de 1748 (Archivo Histórico del Colegio de Arquitectos de Cataluña).

conflicto entre ambos monarcas se encuadra dentro de otros de mayor envergadura como la Primera Guerra Civil Castellana (1351-1369) y la guerra de los Cien Años (13371453). 17 Veáse en Remolà, J.A.; Menchon, J.; Macias, J.M. 2001: “Intervenciones arqueológicas en la Torre de les Monges (Tarragona)”, en Huerta, P. (Ed.) Actas del IV Curso de

Cultura Medieval: Seminario, la fortificación medieval en la Península Ibérica: Centro de Estudios del Románico, Aguilar de Campoo, 21-26 de septiembre de 1992, pp. 339-351. 18

Para conocer más sobre los trabajos de Pons d’Icart o Anton Wyngaerde ver los trabajos de Duran, E 1984: Lluís Ponç d’Icard i el «Llibre de les grandeses de Tarragona», Barcelona. O Remola 2004.

A inicio del siglo XIX el circo, como toda la ciudad, sufre graves daños por culpa de las destrucciones sufridas a causa de la guerra del francés. Por suerte antes de eso pudo ser documentado por Alexandre 19 de Laborde , con el fin de localizar los puntos débiles de la ciudad ante la posible invasión francesa. Después de la guerra vendrá una época de mayor documentación del circo a través de los diversos trabajos de Hernández Sanahuja (Hernández 1867, 1877).

Fig. 3.2: Reconstrucción hipotética del fórum provinciae y del circo, con la inclusión del palacio de Augusto, según Hernández Sanahuja (1877).

Hace siglo y medio se fundó también la Real Sociedad Arqueológica Tarraconense, la cual marcó un punto de inflexión en el estudio de los restos arqueológicos de la ciudad. Sus miembros se encargaron no solo de documentar los restos sino 20 de luchar por su preservación . En el siglo XX, aunque no estudiara directamente el circo, los trabajos del Dr. Theodor Hauschild nos permitieron enlazar este edificio con el conjunto 21 monumental de la parte alta . Es en esta época que se realizan excavaciones como las de la cabecera del circo (Dupre et alii 1988) o las numerosas 19

Se pueden consultar sus trabajos en Laborde, A. 1806: Voyage pittoresque et historique de l’Espagne, t. I, Paris o la reedición Laborde, A. 1974: Viatge pintoresc i històric. El principat, edición de O. Valls y notas de J. Massot, Barcelona. 20

Ferrer, M. A., Dasca, A., Rovira, J. 1994: -CL- anys de la Reial Societat Arqueològica Tarraconense. Una aproximació a la seva història (1844-1994), Reial Societat Arqueològica Tarraconense, Tarragona. 21 Véase: Hauschild, T. 1972-1974: “Römische Konstruktionen auf der oberen Stadtterrasse des antiken Tarraco”, AEspA, vol. 45-47, pp. 3-44 (traducción al castellano en Hauschild 1983). Hauschild, T. 1976: “Construcción romana de planta central, próxima a Tarragona”, Butlletí Arqueològic, èp. IV, fasc.129-132, pp. 5-31. Hauschild, T. 1983: Arquitectura romana de Tarragona, Tarragona.

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excavaciones realizadas por el Taller-Escola d’Arqueologia de Tarragona entre los años 1986 y 22 1990, la mayoría inéditas . Se procedió a un proyecto de restauración del circo de Tarragona a cargo del arquitecto Salvador Tarragó que generó una nueva documentación planimétrica (Tarragó 1993). La última gran intervención arqueológica en la zona vino motivada por una excavación de urgencia en la arena del circo (Gebellí 1998) con motivo de la construcción de un parking en la Plaça de la Font. En esta excavación se pudieron documentar niveles anteriores y posteriores a la construcción del circo, en época de Augusto. En los últimos años se han publicado obras que recogen los conocimientos de que disponemos sobre el circo, la mayoría han estudiado la ciudad más ampliamente y el circo ha sido tratado como un elemento más de la misma, ello ha llevado a que no fuera estudiado de forma intensiva (Mar/Ruiz de Arbulo 2001; Mar 1993a; Mar, 1993b). El único estudio en profundidad del circo se corresponde con la tesis de licenciatura de Lluis Piñol (1995). Cabe mencionar la ejecución del proyecto de Planimetria Arqueológica de Tarraco (Macias et alii 2007) que compila, documental y planimétricamente, las intervenciones arqueológicas efectuadas hasta el año 2004. Recientemente ha aparecido el libro “Tarraco. Arquitectura y urbanismo de una capital provincial Romana. Volumen II. La ciudad Imperial” por parte del grupo de trabajo de la URV Setopant, cuyos estudios no se han incluido por estar este trabajo en fase de finalización.

Fig. 3.3: Superposición de la planta baja del circo con las estructuras actuales según Salvador Tarragó (1993)

Desde los noventa las administraciones públicas han seguido dos líneas de trabajo para recuperar el circo. La primera, dirigida por el Museu d’Història de Tarragona, tiene como fin la adquisición de inmuebles que se asientan sobre el circo para sacar a la luz zonas de la cabecera y las gradas. Esta tarea no se ha podido finalizar como se deseaba, y parece que será así por mucho tiempo debido al gran coste económico que conlleva. La segunda gran línea de actuación arqueológica está dirigida por el Servei d’Arqueologia de la Generalitat: mediante la obligación de ejecutar excavaciones arqueológicas en todos los inmuebles de la zona, que se construyan o reformen, pretende realizar un control exhaustivo de los restos y su conservación.

3.2 Historiografía del ámbito Sedassos. Si nos centramos en Sedassos vemos como la primera persona que documentó los restos romanos en el sector fue Hernández Sanahuja, del que nos ha llegado un grabado del interior de una de las bóvedas, concretamente del número 18 de la 23 plaza. Este grabado tiene la peculiaridad de mostrar elementos que no conseguimos identificar en los restos que vemos a día de hoy. Concretamente una puerta al final de la bóveda del número 18 que conduciría al Palau de Montoliu. Justo delante de esta puerta también observamos un agujero vertical en la bóveda, por ello pensamos que seguramente lo que Sanahuja interpreta como

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Vease: Menchon, J.; Macias, J.M.; Remàola. J.M. 1993: “El circ romá de Tarraco, Intervencions del anys 19911992”, Actas del XIV congreso de arqueología clásica, Tarragona, Fig 1); TED’A 1990c: El Circ, Quaderns de difusió 1, Tarragona; TED’A 1989: “El Foro Provincial de Tarraco, un complejo arquitectónico de época Flavia”, Archivo Español de Arqueología, 62, Madrid, 141-191; TED’A 1990b: Taller Escola d’Arqueologia 1987-1990, Tarragona.

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visto en Tarragó 2003 pero procedente de Sanahuja, H.: Historia de Tarragona, op. Cit., pag. 8 de l’apendix 1

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Fig. 3.4: Bóveda del número 18 de la Plaça dels Sedassos según Hernández Sanahuja y como la podemos apreciar actualmente.

una puerta en realidad podría corresponder con el desagüe de la plaza del foro provincial. Esta puerta también es comentada en los trabajos de Miquel Aleu en los años 60 (Aleu 1983). Posteriormente, en los años 90, cuando se dibuja la planimetría del circo por Salvador Tarragó ya no se documenta dicha puerta (Tarragó 1993, 290). Sí que podría ser que en época medieval este desagüe escalonado fuera utilizado como escalera de acceso a un almacén ubicado en la bóveda; de esta forma, a pesar de sus reducidas dimensiones, se puede explicar que Sanahuja lo describiera como puerta.

Como vemos todos los restos de este sector ya son conocidos desde como mínimo el siglo XIX (ver Cortés-Gabriel 1985 y Dupré et alii 1988), no obstante el Sedassos estuvo oculto por viviendas hasta finales del siglo pasado y no pudo ser bien estudiado. Ejemplo de cómo se conocía el sector tenemos el uso que se realizó en la bóveda paralela a la arena durante la guerra civil como refugio. De hecho la vuelta fue acondicionada con un pavimento de hormigón e inscripciones de la CNT y la UGT, como pudo investigar Lluís Piñol (Peña 2010).

En este mismo grabado también podemos ver un rebaje en el terreno, actualmente visible, pero en el caso del grabado se nos muestra como este tiene un acabado de opus vittatum que actualmente no distinguimos; quizás sea una visión romántica del dibujo puesto que si la representación fuera exacta tendríamos media bóveda rebajada en época romana, y sería extraño el diferente tipo de acabado de este paramento con el resto de la bóveda.

Las primeras referencias a actuaciones arqueológicas en el sector las tenemos en una intervención de 1986 en el número 22 de la plaza (Dupré 1987a-b; Dupré et alii 1988, 79). Sin embargo tendríamos que esperar a los 90 para ver las intervenciones más extensas que nos han permitido conocer el sector en profundidad. La primera de ellas (Peña 1995) se realizó en verano de 1995 a cargo de Isabel Peña y el Servei Arqueològic de la URV. Esta tuvo lugar en el número 16 de la plaza y tenía como finalidad limpiar el espacio para intentar localizar las estructuras del circo que estaban ocultas bajo una capa de desechos y matorrales. La autora nos explica que en el solar ha podido observar los restos de las substrucciones de sustentación de la gradas, así como lo que identifica como una bóveda perpendicular a la arena y que sustentaría la ima cavea, que en este tramo se encuentra desaparecida pero que se conserva en el sector

Las siguientes referencias históricas que tenemos son de Juan Francisco Albiñana y de Borrás que nos menciona que “D. Línea de bóvedas en varios trozos de Occidente a Oriente, que cruzan debajo de las escaleras de Arbós” (Albiñana 1849, 120), sin embargo en otra página sitúa la ubicación de estos restos en las escaleras de la Plaça del Sedassos, y según Cortés-Gabriel (1985, 32) este último emplazamiento sería el correcto.

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occidental. Esta bóveda comunica en la parte final con una galería longitudinal que sería el sustento del praecinto, summa cavea y el praecintio superior. Finalmente nos remarca el paralelismo con las estructuras halladas en la antigua casa de los militares, en las excavaciones de 1994. De esta forma estos trabajos arqueológicos consistieron primero en la limpieza de la parte baja del solar. Después, en retirar una pavimentación de cemento de la gradería del circo y un relleno de tierra moderno que se extendía entre esta y las estructuras circenses. Estos trabajos no pudieron completarse porque aproximadamente un tercio de la grada estaba ocupado por una higuera que no se podía arrancar. La autora señala además que las raíces de la higuera estaban dañando los restos del graderío.

Fig. 3.5: Planta del solar de excavación. Servei d’arqueologia de la URV.

Como conclusión de sus trabajos, la autora señala que el solar está directamente sobre un sector de la grada septentrional del circo. En la excavación se limpió y documentó el nivel del praecintio y las tres primeras gradas de la ima cavea, que estaban cubiertas de tierra y una capa de pavimentación de cemento. En general comenta que se encontraron los restos en buen estado de conservación, a pesar de haber sido aprovechados en estructuras posteriores. Por similitudes con la bóveda aparecida al final de la volta llarga, la autora ya expresó la posibilidad que el núcleo de opus vittatum que se encuentra en el centro también seria de un núcleo de escaleras que nos llevaría a la parte superior de la ima cavea. También el buen estado de conservación de la bóveda paralela a la arena, y situada debajo de la calle Ferrers, hizo pensar a la investigadora que no fue abierta hasta la guerra civil, cuando según fuentes visuales de la época, se utilizó como refugio antiaéreo, este punto entra en conflicto con las notas de Albiñana (1849, 119) antes vistas puesto que él comenta las dos bóvedas paralelas a la arena que se encuentran debajo de la calle Ferrers. De la bóveda perpendicular nos comenta que a la bóveda romana de opus caementicium se le adosan dos arcos, que no puede fechar, hechos con fragmentos de sillares.

Fig. 3.6: Planta y sección de la excavación. Servei d’arqueologia de la URV

En el año 1997 se procedió al derribo de los inmuebles del número 16 al 20 de la Plaça dels Sedassos y del 29 al 31 del calle Ferrers por parte del Museu d’Història de Tarragona, bajo la dirección arqueológica de Arcadi Abelló. Con esto se permitió la realización de la siguiente intervención (Peña y Piñol 2010), un gran proyecto arqueológico que se desarrolló en la grada norte del circo en 1998. La intervención estaba dividida en dos grandes sectores, la Baixada Peixateries y la Plaça dels Sedassos. En Sedassos era la primera gran intervención arqueológica y tenía como objetivo recuperar los restos ocultos por las casas y permitir su musealización pasando a formar parte de los ámbitos visitables gestionados por el Museu d’Història de Tarragona.

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Los trabajos consistieron en el control arqueológico de las obras de demolición de los edificios existentes entre los números 16 y 20 de la plaza. Posteriormente al derribo también se procedió a una excavación manual de los solares para sacar a la luz los restos del circo. Por las dimensiones de la intervención esta tuvo que ser dividida en sectores, así el primero fue el correspondiente a la galería paralela a la arena de mayores dimensiones. Esta es la que estuvo en uso como refugio en la guerra y en ella los trabajos consistieron principalmente en retirar todos los elementos modernos para dejar vistas las estructuras romanas. Los autores pudieron constatar que debajo de estos añadidos modernos los niveles de tierra que extrajeron contenían ya elementos de época augustea, por tanto anteriores a la construcción del circo. Estos niveles a su vez se encontraban a una cota inferior al suelo natural calcáreo, por tanto en un momento anterior a la construcción del circo ya se habían realizado importantes rebajes en esta zona. También como resultado de esta intervención se pudo observar como el estribo norte de la bóveda, que se adosa al muro de sillares del foro provincial, fue realizado con un encofrado de madera y en su rasa de cimentación se encontraron dos fragmentos de TSA A que son compatibles con la teórica datación de época domiciana del circo El segundo sector fue el de la bóveda paralela a la arena pero de menores dimensiones. Al igual que en el sector predecesor, los trabajos consistieron en la eliminación de los añadidos modernos. En esta bóveda es muy remarcable la existencia de unos grandes bloques megalíticos, que según la opinión de R. Mar (2012, fig. 51), podrían pertenecer a la 24 muralla republicana . También se observa en el sector la existencia del gran muro de sillares de la plaza provincial y el desagüe de la misma, de iguales características que el hallado en la volta llarga. Este 24

Sobre este aspecto nos mantenemos al margen de las diferentes propuestas planteadas. Para saber más sobre el trazado de las primeras murallas de la ciudad véase el capítulo 1.3 de Mar 2012; Menchon, J.J., Massó, J.M. 1999: Les muralles de Tarragona. Defenses i fortificacions de la ciutat (segles II aC -XX dC), Tarragona; Martín, O., Rovira, J. 2009: Arquitectura i Urbanisme de la Part Alta de Tarraco en època Republicana i Imperial, Tarraco Archaeologica 1, Tarragona.

muro ha sido recientemente estudiado en la zona del Pretori planteando una secuencia arquitectónica más compleja (Vinci et alii 2014). El siguiente sector que estudiaron corresponde a las diferentes bóvedas que configuran el núcleo de escaleras para acceder a la summa cavea. A raíz de las excavaciones los autores vieron que anteriormente a la construcción de la bóveda se realizaron los muros perimetrales y la canalización de desagüe, para la que se tuvo que abrir el muro de separación del foro. La escalera, ubicada en la bóveda, se articulaba de forma que el acceso a la misma era una puerta en el podio del circo a nivel de arena. Esta daba acceso a un pasillo con rampa y cubierto por una bóveda inclinada. Al final el pasillo se bifurcaba en dos para rodear el núcleo de la escalera. Estos corredores laterales también eran en rampa y daban acceso a un distribuidor desde el que se accedía, volviendo hacia la arena, a las escaleras que daban acceso a la summa cavea. En el siglo V todo el espacio sufrió grandes transformaciones con la eliminación de la rampa y la adecuación del espacio para un uso de vivienda y espacio de trabajo. Los siguientes sectores explorados en la intervención se corresponden a la zona de la gradería. Los autores remarcan como esta está mejor conservada en la zona de la summa cavea que en la de la ima cavea, donde existen grandes recortes hasta nivel de podio para construir una superficie plana, que sirvió de nivel de circulación a las viviendas modernas. Como conclusión de la excavación se extrajo que la gran mayoría de todas las obras son flavias, solo vemos elementos anteriores en el sector de la bóveda paralela larga con los niveles augusteos. También se localizó una escalera en una de las bóvedas y la salida de la alcantarilla de desagüe de la plaza superior. También permitió a los autores ofrecer la primera reconstrucción de como estaría distribuida la grada: “La pista estaba separada de las gradas por un pódium de 3 metros de altura y acabado con un balteus. La sección de las grada es con una ima cavea de tres gradas, seguida de un pasillo de circulación, praecinto, un muro vertical de separación y una summa cavea de cinco gradas acabada en una plataforma superior plana”. Otra nueva intervención arqueológica se desarrolló ese mismo año, 1998, de la mano de Moisés Díaz y

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Josep Maria Macias (Díaz y Macías 1999) mediante la empresa Codex Arqueologia i Patrimoni. Estuvo motivada por el proyecto de adecuación del podio y la grada del circo con el fin de hacer visitable la zona. También en esta campaña se realizó una segunda fase que consistió en hacer el seguimiento de los trabajos de derribo del número 24 de la plaza. Los trabajos arqueológicos se centraron en la excavación de una franja paralela al podium para documentar la secuencia estratigráfica y por ende la evolución histórica del espacio que ocupó la arena. No se agotó la secuencia estratigráfica pues solo se quería llegar a nivel de arena. De esta manera la excavación tuvo diferentes fases que consistieron en la excavación, mecánicamente, de una tubería que discurría paralela al pódium, para poder alejarla del mismo. En la segunda fase se rebajó el relleno de la plaza hasta la cota deseada. Debido a la poca consistencia del terreno y las construcciones vecinas, la excavación no pudo ser uniforme sino que tuvo que ser trabajada por damas. En la excavación si bien no se agotó el estrato geológico sí que se cree que este no estaría muy lejano por salir tramos de la piedra calcaría natural. En cuanto a lo excavado se pudieron documentar diversas fases: la primera es la relacionada con la construcción del circo, que a su vez se divide en dos fases. En una primera se construye la alcantarilla y posteriormente la propia estructura circense. La segunda fase se correspondería con los aprovechamientos tardoantiguos de las estructuras del circo. Sobre estos se documenta una tercera fase que se corresponde con una reutilización de los espacios en época medieval, a partir del siglo XIII. La última fase ocupacional ya se corresponde con los aprovechamientos modernos del espacio. Los últimos trabajos de la intervención, como hemos comentado, consistieron en el seguimiento de las obras de desmontaje del número 24 de la plaza. En estas se descubrió una nueva bóveda perpendicular a la arena y que continúa hasta el muro de separación con la plaza del Concillium provinciae Hispaniae Citerioris. La bóveda estaba muy afectada por las estructuras posteriores y la grada ubicada sobre la misma muy rebajada y de la que solo conservamos pequeños fragmentos en opus caementicium. También se pudo observar en la medianera con el número 26 como tenemos parte

de la gradería conservada y con sillares que se podrían corresponder con los originales. Los elementos más destacables de esta excavación fueron la localización de la alcantarilla en su salida a la arena y el descubrimiento de una nueva bóveda perpendicular a la arena.

Fig. 3.7: Emplazamiento de la excavación. Codex

Fig. 3.8: Planta de la excavación. Codex

Los trabajos arqueológicos se volvieron a reanudar en este siglo. Esta nueva intervención (Vilalta 2002a ) fue motivada por la remodelación de la Plaça dels Sedassos para su peatonalización y la mejora del acceso a los restos recientemente excavados. Por ese motivo el ayuntamiento encargó a la empresa Cota 64 S.L. que realizara los trabajos de seguimientos de las obras, cosa que se realizó bajo la dirección de Enric Vilalta. En esta intervención se pudo documentar una nueva puerta de acceso entre la arena y las bóvedas del circo. Con los datos de que dispone el autor nos dice que estima que la puerta tendría 1,35 metros y que esta comunicaría con un sistema de escaleras que conduciría al espacio entre el podium y la ima cavea, como vemos en una similar ubicada en la calle Trinquet Vell (en el restaurant Les Voltes). Como los trabajos arrojaron datos prometedores, ese mismo año, 2002, se realizó una nueva intervención arqueológica en el número 24 de la plaza, que nuevamente dirigió Enric Vilalta (Vilalta

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2002b) mediante la empresa Cota 64 S.L. Con esta intervención se pretendía sacar a la luz el interior de la bóveda del solar nº24 de la Plaça dels Sedassos. Como vemos esta intervención viene muy relacionada con la anterior, realizada el mismo año y bajo el mismo director, que permitió documentar el acceso a la bóveda. Esta excavación, que si bien por tiempo no pudo ser finalizada, permitió documentar el lado interior de la puerta, ya descubierta por la parte exterior. También el autor indica que debido a la existencia de unos paramentos de opus vittatum, el espacio tendría que ser transitable. En el año 2004 volvemos a encontrar trabajos en el sector. Esta intervención, también llevada a cabo por Codex y dirigida por Paloma Aliende y Moisès Diaz (Aliende y Díaz 2004), fue motivada por la adecuación de un local ubicado en el número 28 de la plaza. La intervención consistió en el seguimiento de la retirada del suelo existente. Debajo de este ya aparecieron las estructuras del circo y por ello no fue necesario realizar una excavación, de este modo los trabajos consistieron en la realización de las plantas acotadas de los restos. En la intervención se dejaron vistos los sillares del podio del circo, en total un tramo de 2,1 metros. También se observó una rasa de desagüe que afectaba el macizo de opus caementicium y agujereaba un sillar para salir a la plaza. También se pudo documentar en la cara interna del podio una inscripción con la letra L bien trabajada en cuña y al lado de esta un círculo más pequeño que no estaba trabajado igual. Estas irían ocultas en la estructura del circo y solo han sido visibles gracias a las destrozas medievales. Esta intervención permitió a los autores comprobar como el podium continúa en las casas adyacentes y por tanto parece que todas lo utilizaron como cimentación. También se pudo comprobar como aparecen las improntas de una bóveda de sustentación de las grada en el solar pero que aparece repicada. En el año 2005 el ayuntamiento de Tarragona encargó una nueva excavación en la bóveda del número 24 de la plaza. Esta excavación fue motivada porque la corta durada de la anterior realizada en la bóveda no permitió agotar el nivel arqueológico. Por ello el ayuntamiento encarga a la empresa Àrea SCP la realización de una nueva excavación en el solar bajo la dirección de Ruben

Pallejà (Pallejà. 2005a) entre enero y febrero de 2005. Esta intervención permitió al autor corroborar la existencia del pasillo abierto en el podium y que permitía el acceso a las escaleras que desembocaban en la parte superior del podium. De estas, el autor nos señala que no son visibles más que dos escalones por estar ocultas detrás de un depósito moderno que sería retirado en la siguiente intervención. Lo que sí se puede apreciar de dichas escaleras es la cimentación. También le permitió comprobar cómo la bóveda había sido utilizada continuamente y cuenta con estructuras de diversas épocas, como muros de cierro, fuegos, silos… Por desgracia en esta intervención tampoco se pudieron documentar los niveles de fundación del circo ante la imposibilidad de bajar más, pero sí que se llegó a niveles de cimentación. Ese mismo año, en mayo, se realizaron los trabajos de desmontaje de los depósitos modernos que existían en la bóveda para poder sacar a la luz estructuras romanas, como la de las escaleras. En esta intervención (Pallejà 2005b) se pretendía acabar de excavar el solar y proceder a desmontar los elementos modernos para permitir la musealización de los restos del circo. La empresa responsable fue también Àrea SCP bajo la dirección de Ruben Pallejà. De este modo la intervención consistió en excavar niveles que quedaban para dejar toda la bóveda a la misma cota y también la excavación del silo documentado en la anterior excavación. Finalmente se procedió a desmontar las estructuras que impedían visualizar el funcionamiento de las escaleras documentadas al inicio de la bóveda. Con ello la excavación permitió documentar un segundo cubo de opus vittatum, el que servía de caja a la escalera. Por desgracia también se pudo apreciar que la escalera no se ha conservado. También en el interior del silo se pudieron documentar los niveles de arena y drenaje del circo, formados por piedras de mediano y gran formato. Existe una última intervención (Pociña 2010) arqueológica en la plaza motivada por la adecuación de un solar para su uso comercial. Dicha intervención, realizada por la empresa Codex y bajo dirección arqueológica de César Augusto Pociña, no llegó a documentar material antiguo por estar

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ubicada sobre la arena y no profundizar hasta la cota romana. Las últimas propuestas a realizar en el sector han venido de parte del ayuntamiento que encargó un concurso de adecuación de la zona en que el estudio de arquitectura ganador, NAM Arquitectura y Windmill Structural Consultants, propusieron la realización de una grada superpuesta a la romana para permitir la realización de espectáculos en la plaza. Actualmente no se sabe cuándo se llevará a cabo el proyecto.

Fig. 3.9: Imagen del proyecto de reconstrucción de la grada redactado por NAM Arquitectura.

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4-Análisis y restitución de los restos

Para realizar el análisis de los restos conservados, el sector se dividirá en diferentes espacios: se expondrá de forma radial respecto al eje perpendicular, N-S, del circo, que circularía por el pulvinar, y de la arena hacia el exterior. De esta

forma la bóveda más cercana al pulvinar y la arena correspondería al sector uno, y así respectivamente. También cuando se haga referencia a un elemento, este estará definido por una numeración de referencia que consistirá en la centena del sector y en los dos números siguientes que le correspondan dentro del sector, de esta forma la referencia servirá para localizar dichas unidades en los planos.

Fig. 4.1: Planta a 40,20 msnm con los sectores marcados

Fig. 4.2: Planta a 53,25 msnm con los sectores marcados

En primer término vamos a explicar un elemento que discurre por varios sectores, el podio (002). En nuestro ámbito se encuentra muy degradado y no conservamos ningún tramo entero. La parte mejor conservada se corresponde con la zona del sector 5, donde observamos 4 hiladas. Igualmente podemos conocer su parte superior porque podemos ver tramos conservados en los restos de Trinquet Vell. De esta forma el podio está formado por una banqueta de cimentación (001) de sillares que

descansan sobre el terreno natural. Estos sillares tienen un tamaño irregular y no podemos ver si el ancho de la cimentación está formado por uno o dos (fig. 4.3). Suponemos que es un solo sillar 25 porque si se puede apreciar Trinquet Vell . Esta cimentación tiene un pequeño escalón (fig. 4.4) en 25

Recientemente musealizado por Carles Brull a cargo del Ajuntament de Tarragona. La intervención ganó el premio Catalunya Construcció 2014.

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algunos tramos de la parte sobre la que se apoya el sillar de inicio del podio. Como la cota de cimentación es la misma, 47,00 msnm en todo el recorrido, este desnivel que aparece, solo puede deberse a la búsqueda de crear un plano inclinado para colocar las hiladas del podio y que estas faciliten la evacuación del agua pluvial, aunque suponemos que toda la banqueta estaría cubierta por la arena del Circo.

interna del podio recogiendo las aguas pluviales que desembocaban en la ima cavea. El podio está formado por 4 hiladas de sillares y una coronación superior en forma de L, el balteus. Los sillares se van reduciendo de tamaño; el largo varía entre 1,20 y 1,50 metros, el ancho entre 0,80 y 0,95 metros y la altura varía desde una primera hilada de 58 cm a una cuarta de 42, de forma que la suma de los sillares es de aproximadamente 2,10 metros. El balteus en su parte baja tiene 30 cm y hace que la altura de circulación de la praecintio llegue a los 2,40 metros. En cambio, desde el inicio del podio al punto más alto del balteus la altura es de 3,00 26 metros .

Fig. 4.3: Se pueden apreciar los diferentes tamaños o disposición de los sillares de cimentación. Fig. 4.5: Restitución del podio.

Fig. 4.6: Balteus y asiento expuestos en el MNAT (www.mnat.cat) Fig. 4.4: Reconstrucción del fragmento de sillar rebajado para crear el desnivel.

En el sector se puede apreciar que este salto varía desde ser inexistente a 10 cm; si tenemos en cuenta que observamos cerca de 30 metros de este fenómeno, podemos decir que la pendiente es aproximadamente del 0,3% hacia el Pulvinar. Si realizamos la comprobación de la inclinación en las hiladas superiores vemos como se mantiene. Quizás esta solución estaría también planteada en la cara

Gracias a los elementos conservados en Trinquet Vell podemos saber más sobre el podio, por ejemplo, debido a que los sillares no son uniformes y varían entre los 0.80 y 0.95 metros de ancho, observamos que se han tenido que realizar diferentes soluciones para los encajes del podio con 26

Hay que tener en cuenta que estos números solo son válidos donde no existe el realzado de la cimentación. En esos casos la altura total podría llegar a ser de 10 cm más.

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la grada (fig. 4.7 y 4.8 y 4.9). En los sillares de la cuarta hilada del podio, observamos que algunos de ellos presentan unos rebajes en el lado que toca el sillar que formará la praecintio, para conseguir un plano recto de trabajo sobre el que colocar la hilada superior.

En el podio también podemos ver cómo se abren oberturas que permiten acceder a las bóvedas que se encuentran dentro. En nuestro sector podemos ver dos de estas oberturas, la P1 (fig. 4.10), que da acceso al sector 1 y tiene un paso de 1,30 metros. La P2 (fig. 4.11), que da acceso al sector 4 y presenta un paso de 2,00 metros. Ambas puertas están enmarcadas con los sillares del podio que se recortan para hacer las jambas de la misma. No conservamos ninguna que presente su sistema de cobertura. Tradicionalmente se han representado cubiertas por un arco (Piñol 1999, fig 4), aunque en la última infografía que se puede ver en los paneles presentes en la zona de la cabecera, aparecen sin dintel.

Fig. 4.7: Detalle del rebaje que puede sufrir la cuarta hilada del podio.

Fig. 4.10: Restitución de la P1, actualmente tapiada.

Fig. 4.8: Se muestra un sillar de la cuarta hilada que presenta parte rebajada, en el Trinquet Vell.

Fig. 4.11: P2 donde se aprecian las jambas

Como vemos la cubrición de la puerta, por desgracia, solo puede ser realizada por suposiciones o comparativa. En nuestro caso hemos intentado realizar una prueba de las diferentes coberturas.

Fig. 4.9: Otro ejemplo de este rebaje en el área Sedassos.

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ello no podemos afirmar si podría ser circulable o no.

Fig. 4.12: Restos de la puerta 2.

Fig. 4.14: Reconstrucción axonometrica de la cavea y las escaleras de acceso del circo de Tiro (Humprey 1986, fig 221).

Fig. 4.13: Pruebas de dinteles para la P2.

La primera prueba se realizó con un arco. En la arquitectura romana los arcos son prácticamente de medio punto y esto nos proporcionaba un paso útil de 1,95 metros en el centro, pero que se reduce hasta 1,20 en los extremos. El hecho que la altura libre sea muy pequeña y que no tengamos improntas de ningún arranque de arco en los sillares que conservamos nos obliga a suponer que esta opción no sería posible. La segunda opción que probamos fue con un dintel plano, que para tener una altura libre de 1,95 metros, estaríamos obligados a que este fuera el balteus. Esta opción presenta dos problemas: El primero es el hecho que el balteus tendría que cubrir los dos metros de luz con un canto de 0,3 metros, si bien este punto puede ser solucionado si tenemos presente que la parte de la barandilla nos proporciona un canto de 0,90 metros; El otro punto problemático de esta propuesta reside en que la praecintio no solo está formada por el balteus sino también por parte de un sillar. En este caso si el dintel solo estuviera formado por el balteus el espacio de circulación quedaría reducido a 0,5 metros, en lugar de los 75 cm que tiene con la suma del balteus y la parte del sillar correspondiente. Por

Fig. 4.15: Reconstrucción del acceso a la ima cavea del circo de Majencio por G. Ioopolo (Pisani 2008, fig. 17)

Fig. 4.16: Túnel del lado sur del circo de Leptis Magna que conduce al anfiteatro (Humprey 1986, 29).

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Un último punto a comentar de este podio es que al final de nuestro ámbito, en dirección a las carceres, se muestran, ya medio oculto por las estructuras actuales, dos sillares almohadillados (fig. 4.19). Esto representa un unicum porque no conocemos ningún otro en todo el podio, por ello no queda duda que algo especial tiene que suceder en ese punto. Por desgracia, como hemos comentado, la zona queda oculta y solo podemos hacer conjeturas por paralelos.

Fig. 4.17: Puerta de acceso de la arena a la cavea tipo 1 del circo de Leptis Magna (Humrey 1986, 30).

Otro referente más cercano de puerta lo encontramos en Mérida, pero en este caso para acceder del exterior a la arena que nos muestra como su cubrición se realizaba con un dintel formado por el balteus.

Fig. 4.19: Sillares almohadillados en el podio.

Fig. 4.18: Puerta de entrada al circo romano de Emerita.

La puerta P2 (fig. 4.10) al tener menos luz, presenta menos problemas estructurales y puede ir cubierta con el balteus de piedra. Parece evidente que el dintel no podría ser un arco, ya que no tenemos ningún elemento que nos marque su arranque en los sillares (fig. 4.11) donde debería estar y la altura libre sería demasiado pequeña. Esto, como más adelante veremos, nos condicionará también el espacio interior.

Por ello realizamos un pequeño estudio de qué elemento podría existir en ese punto. El problema reside en que, al no conocer la spina o las dimensiones exactas de las carceres, este trabajo resulta imposible. De este modo, realizaremos un pequeño intento de ubicación de la spina (fig. 4.21), sin ser el objetivo de este trabajo. Esto lo haremos mediante proporciones geométricas para analizar el % de longitud de spina respecto a longitud de arena en otros circos y la distancia de separación respecto a la porta triumphalis y las carceras. Las propuestas que siguen a continuación constituirán elementos a corroborar o precisar en el futuro.

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CIRCO

EPOCA POSICION

% DIM. DIM. SPINA/AREN DIS. META % DIS. META % A ARENA SPINA SECUNDA DIST/TOTAL PRIMAE DIST/TOTAL

BIBLIOGRAFIA Sánchez-Palencia et al. 2001 Sánchez-Palencia & Sáinz 2001 Bru 1987 Filomena 2011 Ribera 2001

EMERITA

S. I

Extramuros

403

251

62

117

29

29

7

TOLETUM SAGUNTO MIROBRIGA VALENTIA

S.I S. II S. II S. II

Extramuros Extramuros Extramuros Extramuros

408 348 359 350

240 200 232 198

59 57 65 57

131 110 100 110

32 32 28 31

44 33 35 36

11 9 10 10

LEPTIS MAGNA

S. II

Extramuros

458

229

50

160

35

61

13

CARTAGO CAESAREA HERODES CAESAREA ROMAN MAJENCIO

S. I S. I S. II S. IV

Intramuros Intramuros Intramuros Extramuros

414 301 465 478

226 214 230 288

55 71 49 60

140

34

46

11

150 66

32 14

83 19

18 4

Blas de Roblès 2005 Golvin & Fauquet 2003 Patrich 2011 Patrich 2011 Ioppolo 1999

S. I

Intramuros

300

180

60

90

30

29

10

Macias et al. 2007

TARRACO

Fig. 4.20: Tabla comparativa de spina de circos. Se ha realizado con las plantas de los mismos puestas a escalas y medidas con los mismos parámetros.

Fig. 4.21: Superposición de la supuesta spina sobre la planta arqueológica. En rojo marcamos la supuesta posición de la spina y en azul la visual entre la posición de los sillares almohadillados y la porta triumphalis.

Como vemos, la zona donde se ubican los sillares almohadillados justamente coincide con la posición hipotética de la meta secunda y el último lugar que tiene una visión directa con la porta triumphalis. Con todo ello vemos que se trata de una ubicación especial donde podría existir una alteración del graderío para formar un tribunal iudicum o un palco, como sucede en el circo de Majencio (Ioppolo 1999, fig. 7).

Sector 1 Este sector se corresponde con el más recientemente descubierto de la zona. Los primeros trabajos en el mismo datan del seguimiento arqueológico de las tareas de derribo de la casa que lo ocupaba en el número 24 de la plaza. No se conocían los restos de la bóveda del solar hasta los trabajos dirigidos por Moisés Díaz y J.M. Macías (Díaz 1999). Posteriormente se procedió a la realización de labores de excavación arqueológica en diferentes fases. Actualmente el sector aún no ha llegado a ser completamente excavado, si bien sí que se ha llegado a la cimentación de los muros circenses.

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en el septentrional (107), aunque en época romana el límite seria el muro de sillares de la plaza de representación (003), pero en fases posteriores el subsuelo ha sido excavado a fin de aumentar la superficie del solar. Por los laterales el sector está delimitado por dos muros (104 y 105), que aunque no son exactamente iguales en todo su recorrido, discurren del podio al muro de sillares. Las medidas totales del sector serian de 16.95 x 3,80m. El primer elemento constructivo seria el muro de sillares (003), anterior al circo, y posteriormente se realizaría el podio (002) y, finalmente, entre estos dos elementos se adosarían los muros longitudinales (104 y 105).

Fig. 4.22: Imagen del sector 1

El sector a su vez se puede subdividir en dos grandes espacios: el primero conforme se entra tiene paramentos de opus vittatum en sus laterales con una excelente calidad de trabajo y con unas dimensiones aproximadas de 4.35 x 2.10 m (en la fig. 4.24 en color azul). Al adentrarse hacia el fondo accederíamos al segundo subsector, que no presenta estos paramentos tan trabajados y con unas dimensiones aproximadas de 12.85 m (en la fig. 4.24 en color rojo).

Fig. 4.23: Unidades del sector 1

Al sector se accedía por una puerta (P1) ubicada en el podio (002) de 1,30 metros de paso, actualmente sellada en una época indeterminada. El espacio está delimitado por tanto por el podio (002) en el lado meridional y por diversos muros de época moderna

Fig. 4.24: Imagen del sector 1 con las medidas y los subsectores.

Al acceder, vemos como el primer subsector, azul, guarda un gran parecido con el acceso al sector 4.

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Tenemos dos dados con paramentos de opus vittatum (101 y 102) que generan un pasillo. El 101 presenta una forma prismática, de 4,20 metros de largo por 0,8 de ancho, con su parte superior arrasada. El 102, situado enfrente, con una dimensión de 4,20 de largo y un ancho de 1,40 metros, presenta unas características muy concretas: está arrasado en su parte superior pero, a diferencia del otro, se puede ver la altura máxima que podría haber tenido porque podemos ver como sube el paramento de opus vittatum en la pared (105) de donde surge el dado (fig. 4.25). También vemos que presenta un retranqueo de aproximadamente 1,30 de ancho por 1,45 de profundidad. En este retranqueo podemos ver como los dos paramentos que conservamos son de opus vittatum, con ello se aprecia que este retranqueo es originario de la obra. También, coincidiendo con la zona donde estaría el retranqueo, vemos que la zona de contacto con el terreno es de sillares, a diferencia del resto en que el opus vittatum descansaba sobre una cimentación de opus caementicium encofrada con madera.

lo único que podemos ver son los sillares que formarían el primero. Esta escalera también se articula de forma muy semejante a una existente en el restaurante Les Voltes. Pero no creemos que sean tan similares. Aquella está encajada en una estructura de opus caementicium con paramentos de opus vittatum. Esta, en cambio, está solo adosada por un lado, quedando el otro libre. En aquella, además, parece accederse en un ángulo de 180 grados desde el podium, en cambio a esta se accede en un ángulo de 90 (fig. 4.26).

Fig. 4.26: Recorrido hipotético para acceder al praecinto del podium desde la arena.

La unidad 104, donde se adosa la escalera, se encuentra en este punto rehundida respecto al resto del sector, sin duda esto debe deberse a la intencionalidad de dar mayor amplitud de circulación.

Fig. 4.25: Imagen de la base con el retranqueo.

Estos elementos tan característicos de este cuerpo fueron los que llevaron a pensar a Ruben Pallejà que estos elementos serían lo que queda de una escalera que llevaría desde este espacio a la praecintio existente entre el podium y la ima cavea (Pallejà 2005a). En esta memoria, el arqueólogo nos explica que puede ver dos escalones de la misma, nosotros actualmente no somos capaces de identificar a cuáles se refiere exactamente porque

Como hemos visto en la figura 4.25; la escalera se encuentra prácticamente irreconocible. No obstante sí que podemos saber la cota de partida y de llegada de la misma, con ello, y suponiendo que los escalones sean iguales al primero, que conservamos en el sillar de la base, podemos reconstruir dicha escalera para comprobar su existencia. Por tanto el principal problema lo tendríamos a la hora de saber la cota a la que tenemos que llegar, pues esta no es visible en este punto pero sí que lo es en otros puntos del podio (002). En toda la zona de Sedassos podemos ver como lo máximo que tenemos son cuatro sillares en el podio, y que esta parece ser la altura máxima a partir de la que empezaría el balteus. Pero sí tenemos todos los

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elementos conservados en el tramo de Trinquet Vell. Un elemento sobre el que solo podemos especular es si la escalera tendría un rellano superior con el ancho de la praecintio o en este caso el ancho seria solo el de la pieza del balteus, por ello se realizarán los dos modelos de escalera.

Fig. 4.27: Reconstrucción escalera con el rellano superior de ancho igual a la praecintio.

Como vemos, las reconstrucciones nos dan una huella de 35 cm en el caso de la praecintio de rellano y de 40 en el caso del balteus. La contrahuella en los dos casos la hemos supuesto igual al ancho del sillar que conservamos, que es de 27 30 cm . Esta contrahuella la encontramos en otras escaleras del circo como sería la de la fachada, donde aún conservamos 3 escalones con esta altura, o la escalera ubicada en el restaurante Les Voltes (fig. 4.32). En estos casos podemos observar como la altura de huella de 1 pie romano es bastante normal en la arquitectura de Tarraco; actualmente nos resulta incómoda pero parece que en aquellos tiempos no tenían esa percepción.

Fig. 4.29: Axonometría de la escalera con el ancho de rellano superior igual a la praecintio.

Fig. 4.30: Axonometría de la escalera con ancho de rellano superior igual al balteus.

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Fig. 4.2: Reconstrucción de la escalera con rellano superior de ancho igual al balteus.

Estos valores serian intolerables hoy en día puesto que lo máximo que se acepta en una contrahuella es de 18 cm en edificios públicos, según el Código técnico de la edificación (CTE). Actualmente se utiliza una fórmula matemática para la construcción de escaleras, dicha fórmula relaciona la huella y la contrahuella para encontrar la relación cómoda para el hombre. La fórmula dice que 2 Contrahuellas + 1 huella tiene que ser igual a 64 cm.

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Como ejercicio reconstructivo también se ha realizado una prueba para ver cómo podría ser la zona si no tuviera la escalera. En este caso apreciamos que resulta un cuerpo vacío en otro que no llega a cota respecto nada. Por ello pensamos que la hipótesis de la escalera tiene que ser la más factible en este lugar, aunque no funcionaría como la que se ubica en el restaurant les Voltes.

Fig. 4.32: Planos y axonometría de la escalera del restaurante Les Voltes.

Estos casos obedecen a prácticas habituales en la arquitectura circense. Así, en el caso de Leptis Magna (fig. 4.33), conservamos ejemplos de escaleras en que se accede desde la arena girando 180 grados. Fig. 4.31: Imagen reconstructiva de los restos sin una escalera.

En el caso de la escalera del restaurante les Voltes (fig. 4.32) sí que conservamos los escalones, pero estos se encuentran muy desgastados y resulta difícil encajar las medidas de la escalera de este sector con aquella. Pero sí que podemos hacer una aproximación. En este caso los escalones oscilan entre 30 y 35 cm de contrahuella y 30 de huella. No podemos establecer una medida homogénea porque la erosión sufrida por esos escalones ha sido muy intensa.

Fig. 4.33: Escalera tipo 2 del circo de Leptis Magna (Humprey 1986, 32)

Si bien este tipo de escaleras de acceso a la ima cavea son las menos frecuentes pues la mayoría ascendían paralelas al podio, como puede ser en el mismo circo de Leptis Magna, en el de Setif (fig. 4.34), el de Majencio o en la misma cabecera del circo de Tarraco.

Fig. 4.34: Planta y restitución de los accesos a la ima cavea del circo de Setif (Humprey 1986, 314)

No podemos saber qué características tendría el suelo del recinto, lo único que podemos deducir es que actualmente se circula a una cota inferior al poder ser visible la cimentación de los muros. Sí que

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parece que la cota de circulación estaría al mismo 28 nivel que la arena y sin pendiente . Tampoco tenemos muchas pistas sobre cómo iría cubierto el espacio. Personalmente creemos que no podría ir cubierto: en primer término porque si intentamos reconstruir la bóveda que tendría que cubrir el espació, situando la impronta a partir de donde tenemos arrasados los basamentos, el resultado de su desarrollo interferiría con el normal discurrir de la grada, como veremos más adelante; no podemos tampoco olvidar que en la zona de la escalera el muro sube a mayor cota sin existir una impronta de esta bóveda; i finalmente porque si estamos ubicando una escalera en el cuerpo prismático de la derecha (102) el hecho de que tenga que permitir el paso de personas nos obliga a realizar una perforación en la bóveda que supondría la práctica totalidad de la superficie de apoyo de esta en el muro, por tanto la bóveda seria estructuralmente inestable y colapsaría (fig. 4.25).

Fig. 4.35: Imagen donde se ve el diferente acabado del opus vittatum de los dos sectores. Si comparamos la estructura de esta primera parte del espacio con el resto de la bóveda, vemos importantes diferencias (fig. 4.38): la más evidente es que el resto sí que lo tenemos cubierto por una bóveda. Pero la más importante, para nosotros, reside en el acabado de los paramentos. Si en el 28

En la otra bóveda N-S, el sector 4, en cambio tiene un suelo en pendiente.

primer subsector estos eran de un opus vittatum de muy buenas características, en el interior estos se vuelven de características muy irregulares y en las que se pueden observar las diferentes jornadas de trabajo. Vemos unas más regulares, otros menos e incluso algunas en que se observa una desviación de la alineación horizontal de las hiladas (4.37). Esto nos lleva a plantear la posibilidad que los dos espacios tenían que estar separados y no formarían parte del mismo. Para esto tenemos que tener un elemento separador, no necesariamente arquitectónico, al final de los prismas. Observando ese punto no podemos ver nada que nos sirviera para justificar eso, pero también tenemos que tener en cuenta que toda la zona se encuentra rebajada. A pesar de no tener evidencias, la existencia de este elemento separador es la única explicación que encontramos a un cambio tan diferente de los acabados del espacio. Y sin duda alguna obedece a que el primer recinto constituía una zona de tránsito mientras que la parte final de la bóveda formaría parte del sistema de subestructuras.

Fig. 4.36: Imagen donde se ve el lugar donde tendría que ir el elemento separador.

También sería un elemento que apuntaría en esa dirección el hecho que la anchura del espacio de entrada no es la misma que la del espacio interior de la bóveda. Esto es debido a que el muro 105 ha ganado unos 80 cm más de grosor, manteniéndose el 104 en la misma alineación. No conocemos la explicación para este fenómeno, la única que

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podemos imaginar está relacionada con darle mayor dimensión a la escalera de acceso a la praecintio. En este sector interior de la bóveda los únicos elementos de época antigua que conservamos son los dos muros longitudinales con paramento de opus vittatum (104 y 105), de forma bastante tosca, como hemos mencionado. Estos en su parte final tienen la característica de no acabar en una línea vertical. Esta irregularidad, junto a la ausencia del cierre septentrional original, nos permite plantear que originariamente los extremos septentrionales de los estribos de la bóveda se adaptaban a las condiciones del terreno geológico, que estaría en pendiente (fig. 4.37).

interrumpen y la bóveda continua unos dos metros más hasta un muro moderno (107), que sirve de cierre a la misma. Este muro está alineado aproximadamente con el muro de sillares (003) de cierre del foro provincial. Este muro descansa sobre un afloramiento de roca calcárea del geológico (004) y seguramente este en época romana descansaba sobre unas margas naturales. Estas actualmente se encuentran excavadas y en la vertical del muro es donde se ha ubicado el muro de cierre moderno (107). En el muro de la derecha (104) el espacio entre el muro acabado en opus vittatum y el muro moderno se ha rellenado con un aparejo de materiales diversos posiblemente de época moderna. En cambio en el lado izquierdo (105) el espacio no ha sido sellado, sino que se le ha practicado una obertura que llega a pasar por debajo del sector 3. En cambio podemos observar que la mitad superior de los muros laterales (104 y 105), una vez superada la cota de este estrato calcáreo del geológico (004), sobrepasan la profundidad de la mitad inferior y llega a adosarse al muro de sillares anterior al circo (003) (fig. 4.38). Ello nos indicará que en el momento de construcción de estos muros el geológico aún se conservaba en la mitad inferior de los mismos pero no a partir del arranque de la cimentación del muro de sillares (003).

Fig. 4.37: Imagen donde se puede apreciar el contacto que podría haber tenido el muro 104 con el terreno natural.

De ser así, el final de la bóveda sería bastante diferente a como lo visualizamos actualmente. A día de hoy los muros acabados en opus vittatum se

En estos muros laterales observamos otra característica que no tenían los anteriores, la presencia de agujeros de andamiaje. A pesar de encontrarse camuflados por los múltiples agujeros posteriores, y a falta de un estudio más preciso, si cogemos de ejemplo el muro 104, estos parecen no encontrarse a distancias regulares, sino que oscilan entre cada 1,30 y 2,00 metros. En total se observan dos líneas de agujeros a una altura de 49,10 msnm y 50,75 msnm. Observamos que estos no mantienen la alineación vertical y que la hilada superior presenta uno menos debido a que la bóveda inclinada interfiere con el muro.

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Fig. 4.38: Ortofotografíia del muro 104 con las posibles marcas de andamiaje.

Dentro del espacio (106) solo se observan estructuras de épocas posteriores, algunas de las cuales se corresponden a la tardoantiguedad. Este espacio no ha sido completamente excavado, si bien sí que nos permite ver la cimentación de los muros laterales que está realizada contra madera, lo que nos informa que seguramente la cota de trabajo estaría por debajo del nivel actual de circulación. Como no tenemos evidencias de ningún vestigio original en este interior, no podemos imaginar su uso a pesar que sabemos que sería accesible desde el espacio precedente.

Fig. 4.39: Imagen donde se muestra el muro 104 ,por encima de la cota del terreno natural (004), hasta adosarse a la cimentación del muro de cierre del foro (003).

Todo este espacio, como hemos dicho, estaría cubierto por dos bóvedas, la 108, que conservamos en su totalidad, serviría de substruccion a parte de la summa cavea y la praecintio superior. Sus estribos descansan en los muros laterales, 104 y 105, y discurre de forma horizontal desde el muro de sillares hasta encontrar la bóveda 109. De la 109 solo conservamos la parte colindante con la 108, aunque podemos apreciar la impronta que ha dejado en los muros laterales (fig. 4.35), que le servían de estribo, en la parte no conservada. Esta es inclinada y tiene como finalidad servir de substruccion a la parte de la summa cavea inferior.

Reconstruyendo estas bóvedas hemos visto una incongruencia con el discurrir de la grada. Podemos ver como la bóveda 109 es inclinada hacia el suelo, siguiendo lo que sucede con la gradería. En la parte más cercana a la arena no tenemos evidencias de la existencia de una bóveda, pero sí que sabemos que la grada continúa descendiendo hasta adosarse al podio. El problema nos surge con los elementos existentes, la escalera y la altura necesaria de circulación. La escalera tiene unas dimensiones moderadas, 1,45 metros de ancho, y no presenta evidencias que en el lateral de la misma pueda descansar una bóveda. Hemos pensado que una buena forma de comprobar si podría existir esta bóveda es hacer una reconstrucción de la misma y ponerla en relación con la reconstrucción de la grada. Hay que pensar que la grada tiene que estar toda a la misma cota o unos asientos impedirían la visión de otros. Si esta interfiere en el espacio resultaría evidente que

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no podría existir la bóveda y por tanto el espacio estaría descubierto.

caso vemos como los sillares están a cota más baja que el discurrir teórico de la grada.

El primer paso, por tanto, será reconstruir la gradería. En este caso, como en el sector de trabajo los restos se encuentran muy erosionados, nos ayudaremos de otros sectores en que se encuentran en mejor estado (fig. 4.40). Después aprovecharemos el reciente escaneo del ámbito de la casa de los militares para comprobar nuestro resultado con los restos allí. En Sedassos tenemos cuatro medianeras modernas, que es donde mejor se conservan los restos. Dos delimitan el sector 1, el muro 104 y 105. Las otras se encuentran en el sector 2 y 4.

Fig. 4.40: Secciones que se utilizarán para realizar la reconstrucción de la grada

Fig. 4.41: Sección 1 con los restos in situ.

Fig. 4.42: Sección 2 con los restos in situ.

La cota de partida de la grada la tenemos definida por la altura de la praecintio del podio (002), que es de 2,40 metros. Los sillares que formarían la grada y conservamos, tienen unas dimensiones de 0,8 a 0,95 metros de ancho por una altura de 0,58 la primera hilada a 0,42 la cuarta (fig. 4.7). Con estos elementos vamos a ir reconstruyendo la grada desde el podio y veremos si se ajusta a nuestro perfil. Al hacerlo se ha visto que existen partes que resultan difíciles de encajar. Esto no es extraño si pensamos que el ámbito está rebajado, erosionado o que trabajamos con una sección media del conjunto. Pero sí que vemos partes con importantes desviaciones de la sección tipo. Por ello tenemos que estudiar si existen partes que presentan elementos específicos. Un ejemplo de esto lo encontramos en el alzado de la medianera. En este

Fig. 4.43: Sección 3 con los restos in situ.

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Fig. 4.45: Secciones de ámbito de Trinquet Vell que nos servirán para reconstruir la gradería.

Fig. 4.44: Unión de las diferentes secciones y las partes propuestas del circo.

Fig. 4.46: Restitución de las diferentes partes de la gradería según los restos de Trinquet Vell.

Con todos estos elementos vemos como existen unos puntos de coincidencia que nos permiten reconstruir la mayoría de la gradería. Las partes que nos resultan más difíciles de reconstruir son la 2 praecintio y una extraña línea que nos separa los sillares y la impronta de hormigón a lo largo del sector 1 (marcado con un círculo en la fig. 4.44). Vemos como nos surge una ima cavea de 3 gradas, seguido de una praecintio y, en una cota superior, 29 una summa cavea de un mínimo de 7 gradas (fig. 4.47). Para acabar de definir la praecintio utilizaremos secciones obtenidas de los restos de la calle Trinquet Vell, donde este elemento está mejor conservado.

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Nosotros solo podemos contrastar 6 de forma ocular pero gracias a las excavaciones realizadas en el carrer Enrajolat (Teixell 2015), podemos ver que existía la séptima grada de la summa cavea con unas condiciones iguales a la tercera de la ima cavea.

Fig. 4.47: Reconstrucción de la gradería a partir de los restos in situ.

En la reconstrucción solo existe una zona problemática, que justamente se da en el sillar que vemos que está desplazado de la impronta en el opus caementicium (fig. 4.48). Este fenómeno también se nos muestra en el muro de la medianera existente en el sector. Antes ya habíamos comentado que existía esta separación en todo el recorrido del sector 1 y posiblemente sea algo planificado en el momento de la construcción. Aunque no sabemos si era un elemento de proyecto o un replanteo de obra. También hemos podido ver como la última grada de la ima cavea es más estrecha que el resto. Esto tiene un claro sentido si tenemos en cuenta que esta solo está destinada a servir de asiento y no a reposar los pies del superior, como sucede en el resto de gradería. Estas gradas, según se ha podido comprobar en Trinquet Vell, presentan una ligera inclinación hacia la arena, de unos 4 cm, que seguramente fue hecha para evacuación de agua.

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aparecía en la summa cavea y que podría deberse a la colocación de otro balteus para proteger el hueco en la ima cavea.

Fig. 4.48: Líneas de referencia del opus caementicium y de la grada.

Con la sección tipo obtenida procederemos a comprobar los restos conservados en la medianera del sector 1. Fig. 4.50: Representación de la bóveda sobre el perfil de la gradería.

Sector 2

Fig. 4.49: superposición restos medianera con la reconstrucción de la gradería.

Al realizar la superposición vemos que existen zonas problemáticas, especialmente la correspondiente a la praecintio. Esto nos lleva a plantear que o bien los sillares no estarían colocados en su lugar original o bien esta zona tiene un singularidad. Nos decantamos por la segunda opción porque la existencia de una escalera obliga a una altura libre mínima entre esta y su cubrición de cerca de 2 metros (que actualmente seria de 2,2 m). Por ello, y que no sea posible colocar una bóveda en este lugar sin interrumpir la gradería, pensamos que el espacio no estaría cubierto y por tanto los restos se corresponderían con un hueco de escalera que podemos entender que estuviera acabado con sillares y un posible balteus. Esto nos lleva a entender que no es posible reconocer el perfil de la gradería en esta medianera. Para comprobar que no cabría la bóveda solo tenemos que ver que la distancia de separación entre los dos dados con paramentos de opus vittatum es de 2 metros, si colocamos una bóveda (fig. 4.50) que cubra esa distancia desde el último punto que resta actualmente de los dados, vemos como esta sobrepasaría la ima cavea. Este fenómeno también podría explicar esa extraña separación que nos

El sector dos se corresponde a la zona de gradas de la ima cavea ubicadas entre el sector 1 y el 4. Toda la zona fue ocupada por edificaciones modernas que dañaron mucho la grada hasta hacerla irreconocible. Estas edificaciones fueron desmontadas en los años 90 y el sector estudiado por Isabel Peña y Lluís Piñol (Peña 2010).

Fig. 4.51: Imagen del sector 2

Fig. 4.52: Unidades y medidas del sector 2

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Este sector se inicia en el podium (002); a este le falta el balteus. Este podio sirvió de encofrado a una gran masa de opus caementicium (201), esta actúa como una losa y descansa directamente sobre el suelo, que podemos ver que era inclinado. No obstante, en algunos puntos parece que el terreno se escalonó puesto que el opus caementicium tiene esa forma por su parte inferior. Suponemos que este escalonamiento artificial fue elaborado para una mayor estabilidad de la estructura de cimentación.

Fig. 4.53: Vista del corte del Sector 2 al 3 en el lado este donde se ve una restitución hipotética del terreno previo al circo.

en diversos puntos con el sector 3, con el que está muy relacionado, por medio de unas perforaciones practicadas en el opus caementicium (201). Todo el sector ha sido rebajado a una cota más o menos uniforme para su adecuación al uso residencial, las únicas partes que presentan mayor cota son aquellas que servían de sustentó a los muros medianeros de las edificaciones. Durante un tiempo existió la creencia que el sector estaba ocupado por pequeñas bóvedas que sustentarían la ima cavea, pero en las excavaciones de Isabel Peña y Lluis Piñol (Peña 2010) se comprobó como todo debió ser una misma masa de opus camenticium. Esto supone que la cantidad de opus caementicium utilizado es de dimensiones muy considerables, que podremos calcular gracias a la realización de una sección el terreno y la reconstrucción de la gradería que hemos realizado. En este bloque se pueden distinguir gran cantidad de juntas de trabajo, estas nos informan de un mínimo de 4 jornadas diferentes. Las jornadas tienen una altura de 1,70, 1,10, 1,30 y 0,5 metros, respectivamente. También resulta de especial mención una junta en diagonal que nos aparece atravesando las diferentes jornadas de trabajo. Este tipo de juntas no es frecuente en la edilicia romana y tiene que surgir de una intencionalidad. Seguramente se buscó facilitar la construcción en fases, la primera seria la masa de caementicium y posteriormente se adosarían a esta junta en diagonal las bóvedas N-S.

Fig. 4.54: Vista del corte del Sector 2 al 3 en el lado oeste donde se ve una restitución hipotética del terreno previo al circo.

El sector tiene unas medidas aproximadas de 17,45 metros en sentido E-W y entre 4,9 y 8,25 en sentido N-S (fig. 4.52). En el lado septentrional se encuentra

Fig. 4.55: Imagen donde se ve la junta diagonal entre el sector 2 y el 4 y las jornadas de trabajo.

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En este sector realizamos una pequeña comprobación sobre el uso de cámaras infrarrojas para la detección de juntas. Con esta prueba pudimos apreciar como las juntas que no están sometidas a la influencia de los rayos solares presentan una menor temperatura que la superficie del bloque. Esto resulta lógico, pues en la junta encontramos aire que mantiene la temperatura de la noche mucho más tiempo que no el caementicium que aumenta su temperatura con los rayos solares. Esto, no obstante, no nos es válido cuando el plano de la junta sobresale, como nos sucede en dos casos, pues este plano aumenta la temperatura mucho más rápido al recibir los rayos solares en una posición más perpendicular y, por tanto, le afectan en mayor proporción.

Fig. 4.58: Sección del sector 2 y 3.

En la sección podemos ver como el opus caementicium del sector 2, 201, se acaba transformando en el estribo y la bóveda del sector 3, 301 y 308 respectivamente. Esta a su vez en el otro extremo se apoya en otro estribo, 302, que por proyección de los sectores 1 y 4, podemos deducir que esta adosándose al muro del cierro del foro, 003. Por ello podemos ver que en el momento de verter el caementicium, todo el sector 2 y 3 fue tratado como un solo elemento y la bóveda del sector 3 se construía a la vez que la masa del sector 2. El caementicium discurría del muro de cierre del foro, 003, al podio, 002, lo que nos da una distancia de 17, 5 metros.

Fig. 4.57: Imagen infrarroja de las juntas de trabajo del sector 2 obtenida con una cámara infrarroja de la casa Flir, serie E.

Por lo demás el sector presenta pocas más evidencias de época romana. Ha sufrido muchas transformaciones y actualmente el opus caementicium ha sido vaciado, entre otras funciones para abrir una comunicación entre este sector y el 3. Es en esta transición donde se observan elementos muy importantes para la comprensión de la obra. Al ser perforado el opus caementicium ha dejado a la vista la línea del terreno natural (fig. 4.53 y 4.54), que posteriormente fue vaciado para colocar cisternas modernas. También nos permite ver como este bloque se asienta sobre megalitos. Finalmente este mismo caementicium es el que servirá de pared y sustento de la bóveda del sector 3, como ahora veremos mediante unas secciones que engloben los diferentes sectores.

Fig. 4.59: Proyección muro de sillares.

Fig. 4.60: Sección aproximada del opus caementicium del sector 2 y 3.

La sección da aproximadamente 60 m2 de opus caementicium, esto si lo multiplicamos por la longitud del sector, 17,00 metros, nos da 1020 m3

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de opus caementicium. Esto nos lleva a que, 30 aplicando un coeficiente de 2400 kg/m3 , nos da un peso aproximado de 2500 toneladas, según nuestros parámetros actuales de cálculo.

Sector 3 Este sector está formado por la bóveda paralela a la arena que discurre debajo de la calle Ferrers. Como hemos comentado está conectado al sector dos y se encuentra entre él y el muro de cierre provincial (003), al que se adosa (fig. 4.58). De esta forma el sector está formado por dos alturas: la superior se corresponde con la cota originaria de la bóveda, 50,15 msnm, y la inferior se corresponde con un rebaje posterior para su aprovechamiento como parking por el cónsul inglés. Esta última está a una cota de 48,60 msnm.

sector 1, 305, que es el paramento opuesto al 104. En cambio en el límite con el sector 4 no conservamos el paramento al haber sido este eliminado en algún momento posterior. Todos estos paramentos presentan un pseudovittatum en aquellos puntos donde el estribo tiene que bajar de cota y se transforma en un muro. A la plataforma inferior se accede desde el sector 2 a través de unas oberturas modernas practicadas en el opus caementicium (201 y 301) y el terreno natural en pendiente sobre el que este descansa. El muro 301, que es equivalente al 201, se asienta en el lado occidental sobre el terreno natural y en el lado oriental sobre un conglomerado de piedras de gran tamaño unidas con mortero; estas son anteriores a la construcción de la grada del circo, pues se han colocado en un rebaje del terreno natural que se efectuó en un momento indeterminado, pero que posteriormente fue rellenado con esos grandes bloques.

Fig. 4.61: Planta de la cota baja del sector 3 (48,60 m.s.n.m.). Fig. 4.63: Corte en el terreno donde se aprecia el relleno de grandes bloques y opus caementicium.

Fig. 4.62: Planta de la cota superior del sector 3 (50,15 m.s.n.m.).

Si analizamos la cota originaria de la bóveda, observamos que esta tenía unas dimensiones de 17,10 por 3,45 metros y está formada por los estribos 301 y 302. Conservamos su límite con el 30

Este coeficiente es el que se utiliza actualmente para el hormigón en masa según la Instrucción Española del Hormigón Estructural (EHE 2008), que es de los materiales actuales el más similar al opus caementicium.

El muro, 301, es el estribo sobre el que descansa el lado meridional de la bóveda, 308. El estribo septentrional forma el muro 302, hecho con un pseudovittatum que a su vez se asienta sobre el terreno natural y megalitos. A su vez, por proyección del muro de cierre del foro (003) en los sectores 1 y 4, deducimos que el muro se adosa al mismo (fig. 4.59). En el límite oriental (304) de esta plataforma observamos el corte en el terreno que se realizó para la construcción del parking. Este resulta muy interesante al mostrar el estado de este terreno en el momento de construcción del circo y como el corte en el geológico había sido rellenado (fig. 4.63). Por eso encontramos que el estribo meridional

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(301) de la bóveda del sector 3 tiene una cota de cimentación inferior al caementicium del sector 2. El limite occidental (303) de la plataforma también nos muestra un recorte en el terreno con las mismas características. Pero este tiene una estructura (307) de opus caementicium que en su centro se incluye el desagüe que después desemboca en el sector 4 y de allí a la arena. Este fue el desagüe que Sanahuja confundió con unas 31 escaleras de acceso al palacio de Augusto , que el imaginaba adosado al muro. Actualmente el desagüe ha sido desmontado en su parte aérea y solo podemos ver cómo funcionaba por los sillares que aún quedan incrustados en la bóveda.

Fig. 4.64: Restos del desagüe en la bóveda 308.

Fig. 4.66: Sección del desagüe de la plaza del foro provincial.

Fig. 4.67: Axonometría del recorrido del desagüe por Sedassos. (Sillares en amarillo y opus caementicium en verde)

Esta plataforma se eleva sobre la cota de circulación de la bóveda 1,40 metros, y aunque no podemos saber cómo es su interior parece lógico pensar que está formada por opus caementicium. Por tanto, todo este sector de la bóveda está formado por una masa de opus caementicium que discurre hasta el sector 4.

Fig. 4.65: Interior del desagüe entre el sector 3 y 4.

Fig. 4.68: Cotas de actuales de la bóveda.

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Como ya mencionamos podría ser posible que en algún momento posterior este desagüe hubiera sido utilizado como escalera, pero no podemos saberlo hasta que no se realice una excavación en el mismo.

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Sector 4 Cuando Isabel Peña y Lluís Piñol excavaron el sector en 1998, salieron a la luz grandes restos de época romana que habían sido reutilizados en época tardo-antigua para la ubicación de zonas de trabajo y hogar en su interior. Después en época moderna fueron utilizados los restos como cimentación de las viviendas superiores. Esto fue posible porque la cota de circulación se elevó unos 3 metros respecto a época romana.

meridional como por el muro de sillares de la plaza de representación (003) en el lado septentrional, aunque delante de este encontramos otro adosado (407). Por los laterales está delimitado por dos muros (404 y 405), que discurren del podio al muro de sillares. Las medidas totales serian de 15.95 x 4,50m. El primer elemento que encontramos es el muro de sillares (003), anterior al circo, y posteriormente se realizaría el podio (002), después entre estos dos elementos se adosarían los muros longitudinales (104 y 105) y el de final de bóveda (407). El sector a su vez se puede subdividir en dos grandes espacios: uno de dimensiones más reducidas, 2,35 x 4,15 m (en la fig. 4.71 en color azul), y desde este, adentrándonos hacia el fondo, accederíamos al segundo subsector que presenta unas dimensiones mayores, 4,50 x 15,95 metros (en la fig. 4.71 en color rojo).

Fig. 4.69: Planta del sector

Fig. 4.71: Imagen del sector 1 con las medidas y los subsectores.

Fig. 4.70: Unidades del sector 400

Al sector se accede por una puerta (P2), de 2,00 metros de paso, en el podio (002), esta es aun transitable y sus límites están trabajados directamente por los sillares del podio. El espacio está delimitado tanto por el podio (002) en el lado

Al podio (002) se le adosan dos dados con paramentos de opus vittatum (401 y 402), que son muy similares a los del sector 1 (101 y 102) pero estos son de mayor longitud. Estos dados están rebajados en épocas posteriores y no podemos más que suponer que su altura estaría relacionada con la gradería (fig. 4.72). En el sector 1 hemos podido demostrar que el espacio no estaría cubierto (fig. 4.50), y este tiene la misma casuística, por tanto, tampoco lo podría estar. Lo que sí podemos observar es que el corte de estos dados coincide con el del muro de sillares del podio. Lo que nos resulta lógico si pensamos que en época moderna la cota de circulación estaba a esa altura.

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Los dados no son exactamente iguales, de esta forma, la 401, tiene unas dimensiones de 4,15 metros de largo por 1,10 de ancho, además presenta un ángulo con la pared de la bóveda, 404, que podríamos asimilar a 90 grados. Mientras que su homóloga, 402, es de dimensiones más reducidas, 4,10 metros por 1 y su ángulo es difícilmente identificable con un ángulo recto. Entre ellos hay una separación de 2,25 metros y presentan también la característica que no son perpendiculares al podio sino ligeramente desviadas y paralelas a las paredes de la bóveda (404 y 405).

núcleo de escaleras, que es de unos 30 cm (fig. 4.73). Por tanto suponemos que la cota de circulación discurría desde la cota 47,15 msnm en la zona del podio a la cota 47,90 msnm al llegar al núcleo, con una inclinación aproximada del 7%.

Fig. 4.73: Imagen donde podemos apreciar la zona recubierta por mortero en el núcleo central.

Fig. 4.72: Dimensiones de las unidades 401 y 402.

Entre estos dos dados discurre una línea de losas (403) a nivel actual de circulación. Las losas, a pesar de no estar excavadas, se corresponden con la cubierta de la alcantarilla romana. Esto lo podemos saber porque siguen la alineación de los restos visibles en el interior de la bóveda y los que Moisés Díaz y Josep Maria Macías (Moisés 1999) excavaron en la arena delantera de la cimentación del podio. En el caso del tramo de la arena los investigadores vieron que no estaba cubierta con sillería sino por una bóveda de opus caementicium. La parte superior de la alcantarilla, a la altura del podio, circula a la cota 47,00 msnm. Desde este punto asciende hasta el núcleo de escalera con una pendiente del 6%. En los 7 metros que recorre sube 0,6 metros, para posteriormente introducirse debajo del volumen de escalera. Por las excavaciones realizadas en el podio (Moisés 1999) sabemos que la arena del circo estaba a unos 15 cm por encima de la cota de inicio del podio, cota 47,00 msnm. Esta es inferior a la marca que observamos en el paramento de opus vittatum del

El hecho de que en esta zona los paramentos de opus vittatum estén recubiertos de mortero en la cota inferior a la de circulación, nos habla de la posibilidad de que este acceso tuviera un pavimento más rígido que la arena, pero no es posible confirmarlo con las pocas evidencias disponibles. El espacio comprendido entre los dados, unidades 402 y 403, y el núcleo de escaleras (406), se ensancha y adquiere unas dimensiones de 4,40 metros de ancho por 2,25 de largo, siempre en sentido longitudinal de la bóveda. Este espacio tiene la característica de presentar dos alineaciones diferentes. De este modo las paredes laterales (404 32 y 405) siguen la alineación de la bóveda . En cambio el frontal del núcleo de escaleras (406) y la pared interna de los dados (401 y 402) están alineados con el podio. Esto se puede deber a que la pared frontal del núcleo de escaleras es visible desde la arena y por eso busca su alineación.

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En el sector 1 los muros laterales, 104 y 105, no eran continuos en su alineación y el 105 variaba su alineación para dejar más espacio a la escale que conducía a la praecintio inferior.

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Fig. 4.74: En la imagen se puede ver la diferente alineación entre los muros 401 y 402 (rojo) y la perpendicular a la bóveda (azul).

En este espacio, como hemos visto antes, discurre la alcantarilla con cierre de sillares (403) que es la que nos ha servido para interpretar que la cota de circulación era inclinada hacia el núcleo de escaleras (406). También podemos ver como en la parte superior de los muros laterales conservamos la impronta del arranque de una bóveda (fig. 4.75), que sería inclinada, lo que nos permite afirmar que este espacio estaría cubierto con bóveda y que sobre esta estaría ubicada parte de la summa cavea, gracias a la reconstrucción que hicimos de la gradería (fig. 4.49). Un paralelo de esta bóveda lo podemos hallar en la existente al final de la volta llarga. Aunque peligroso, no podemos evitar buscar comparativas con la otra bóveda por las grandes similitudes que presentan y que, a pesar de aun no estar completamente excavada, nos aporta gran cantidad de información que esta no puede por estar mucho más arrasada.

Una vez hemos recorrido este espacio desde la arena, nos enfrentamos a un cuerpo que se corresponde con el núcleo de escaleras (406). Para continuar avanzando debemos rodear este núcleo, de 2,30 metros de ancho. Al rodear-lo nos encontramos con dos pasillos entre este núcleo de escaleras y los muros laterales de la bóveda: el occidental (404) de 1,10 metros y el oriental (405) de 1,00 metro. Vemos que, como ha sucedido en los bloques de la entrada, los elementos del lado occidental son ligeramente más anchos que los del lado oriental. En estos pasillos encontramos evidencias de la continuación de la rampa que observamos en la zona de acceso. En este punto tenemos que señalar que se observan diferencias entre las marcas que ha dejado en los paramentos el antiguo pavimento. La oriental tiene una impronta más irregular en el paramento de opus vittatum (405) por la parte exterior, en cambio por la interior sí que marca una línea continua en el núcleo de escaleras (406). Esta marca también parece tener una mayor inclinación que la otra.

Fig. 4.76 y 4.77: En las imágenes vemos las improntas dejadas en el pasillo oriental.

Fig. 4.75: Imagen del muro 404 con la impronta del arranque de la bóveda.

En cambio el pasillo occidental (407), a pesar de estar parcialmente cubiertp por un depósito moderno (409), dibuja una línea más nítida, esta línea nos marcaría una pendiente más suave. Dicha

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pendiente, siempre que sea continua en la zona que no podemos observar, no nos nace en el inicio del núcleo de escaleras, ya que si la proyectamos y situamos la cota de circulación 0,30 metros por encima de la alcantarilla, nos coinciden a 1,45 metros del inicio del núcleo de escaleras. Sí que es cierto que hay que ser muy prudentes con estas proyecciones, puesto que la línea de referencia en realidad es la ausencia del acabado de opus vittatum y tiene un gran margen de imprecisión. El muro exterior del pasillo (404) tiene la característica, al igual que el 405, de no tener una cimentación bajo el suelo, todo el actúa como una 33 losa . La diferencia con este reside en que este primer muro parece descansar en el suelo en la misma inclinación que la impronta. Sabemos que es así y no debido a una falta de materiales porque aún puede verse la entrega del muro al terreno por la parte inferior del mismo.

circulación. Esto provoca que los muros se inicien a cotas diferentes, siendo la de inicio del oriental (405) inferior a la del occidental (404). Una explicación podría ser una diferencia en el geológico o que la capa resistente del mismo estuviera a mayor profundidad. A estos datos tenemos que añadir un tercero: en la pared del fondo de la bóveda (407), tenemos unos bloques de piedra encastados debajo del vittatum y sobre el terreno natural. Estos bloques podrían ser los restos de la cubrición del desagüe, y en ese caso lo lógico sería que quedaran por debajo de la cota de circulación romana.

Fig. 4.80: Posibles solución de la existencia de una rampa única que nos llevara a la cota de los sillares encajados en el muro 407.

Fig. 4.78: En la imagen podemos observar la línea de la erosión del terreno debajo del muro.

Fig. 4.79: En la imagen se puede ver la proyección de la rampa occidental y su intersección con el terreno.

En el pasillo oriental sucede el fenómeno contrario y podemos observar como el paramento de opus vittatum desciende hasta la actual cota de

Hasta este punto teníamos en mente que nos hallábamos ante dos rampas, como en la zona de acceso. Pero ante las evidencias de la gran inclinación que estas tendrían, 19 %, nos surgen dudas que efectivamente fuera una rampa. Un hecho que podemos afirmar es que seguro que no podrían ser de tierra ante el gran peligro de resbalar que supondrían. También tenemos que tener en cuenta que no disponemos de ninguna evidencia que este espacio estuviera cubierto. De hecho Piñol (1999, fig. 4) ya plantea la hipótesis, comprobada en nuestras reconstrucciones, que los arcos que vemos actualmente (413) no son originarios y que la bóveda finalizaba a la intemperie sin más, como podemos observar en la bóveda homónima de la calle Trinquet vell. Entonces lo que encontraríamos es que la bóveda de opus caementicium (411) acababa sin un recubrimiento final de sillería y dejaba paso a un hueco vertical que servía al núcleo de escaleras y con opus vittatum en los paramentos.

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Recordemos que en el sector 1 el sistema era el opuesto y los muros, 103 y 104, cimentaban con zapatas corridas.

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Fig. 4.81: Imagen donde observamos los arcos que podrían ser de una época posterior.

Una vez recorridos estos pasillos llegaríamos a lo que podemos interpretar como un rellano en que teníamos que girar 180 grados para que nos diera acceso a la propia escalera en sí. Este rellano resulta bastante complejo de interpretar debido a que la cota actual es bastante inferior a la que correspondería en principio y que ha sufrido importantes modificaciones. De este modo encontramos que debajo de este rellano volvemos a hallar la alcantarilla, a la que hemos dado una nueva unidad, la 408. En este caso la alcantarilla no cuenta con la tapa superior y parte de sus muros están rebajados. Aun así podemos observar una superficie sobre el muro de la izquierda que nos parece indicar que era el apoyo de un sillar. Como los restos del desagüe prosiguen ascendiendo debemos suponer que la cota de acceso a la escalera sería la más elevada, 50,50 msnm. Con estos datos podemos suponer que en esta cota es donde se situaría el rellano que nos sirve para girar y encarar la escalera que nos llevaría a la summa cavea. Si atendemos a los sillares que tenemos encastados en el muro 407, observamos que estos son de 30 cm (fig. 4.82). Sin embargo dentro del núcleo de escaleras aún conservamos sillares y estos son de 0,5 metros de canto, igual que el que conservamos encastado en el muro 405. Estos sillares, no obstante, tienen una característica que pueden llevarnos a pensar que sean diferentes a los del rellano, y es que los dos mencionados están sirviendo de soporte a unos cuerpos superiores, por eso es factible que tengan una mayor inercia que les permita soportar los requerimientos que se les aplican. El muro 407, de cierre de la bóveda, se adosa al muro de sillares previo (003), esto no sucede en la bóveda del sector 1 o la de Trinquet Vell. Por ello entendemos que su función contemplaba, además,

asegurar la cimentación del muro. Sabemos que su construcción es coetánea a los laterales de la bóveda porque están entrelazados en sus paramentos. Este muro se encuentra bastante descarnado pero parece asentarse la mitad oriental, la más cercana a la unidad 405, sobre los sillares de la alcantarilla y mitad occidental, cercana a la unidad 404, sobre el terreno natural, como el muro lateral de la bóveda. EL muro no cubre completamente el fondo de la bóveda, gracias a ello podemos observar parte de la cimentación del gran muro de sillares y sus dos primeras hiladas (fig.4.66 y 4.82). Este gran muro, de 2 metros de ancho, está elaborado con sillares y tiene una gran cimentación de opus caementicium, de la que en algún sector como el de la bóveda al final de la Volta Llarga, podemos observar una profundidad de 7 metros. Parece evidente que este muro, de una altura indeterminada, busca cimentar sobre un terreno muy resistente, por ello la cimentación va a buscar el geológico resistente. Por ejemplo, en esta bóveda podría ser que la cimentación no fuera tan profunda ya que la capa donde cimientan los muros laterales de la boveda, capa resistente, se encuentra a la vista y podría ser la misma.

Fig. 4.82: Imagen del muro final de la bóveda con los dos muros superpuestos.

El desagüe entra en la bóveda por una obertura en el muro 405; este orificio está enmarcado por una obra de caementicium, que es anterior a la bóveda, y en la parte superior por un sillar que sirve de dintel a la obertura. La entrada se realiza de forma perpendicular a la unidad 405, a partir de aquí la alcantarilla circula paralela a la unidad 407, a una distancia de 1 metro, durante 2,35 metros. Llegados a este punto la alcantarilla (408) y sus muros giran para llegar al centro del núcleo de escaleras, donde según se aprecia por el hueco del canal, esta realiza

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una serie de saltos para descender a la cota de la arena del circo. De la escalera central solo conservamos la base y podemos saber que se accedía desde la parte septentrional. Para realizar una reconstrucción de la misma debemos recorrer a la paralela de Trinquet Vell. De esa escalera conservamos un perfil irregular, puesto que le han arrancado los peldaños. No obstante, sí que tenemos en los laterales unos grandes sillares que parecen estar en posición secundaria, encastados en unos muros posteriores. Pero aun así, analizando estos se puede apreciar entre ellos tres que por su colocación sí que parecen estar in situ (fig. 4.84). Estos sillares son de gran tamaño, 70 cm de huella y 45 cm de contrahuella. Como vemos, una altura de peldaño de 45 cm, 1,5 pies romanos, no resulta apta para una escalera. Pero si tenemos en cuenta que de los bloques solo observamos el limite podría ser, que al igual que sucede en las escaleras que conservamos en el graderío, este bloque estuviera tallado en su parte central para dejar dos peldaños; de esta forma estos peldaños serían de 30 cm de huella por 22,5 cm de contrahuella, muy similares a los que encontramos en la gradería. No podemos saber si esta técnica constructiva se debería a la necesidad de ubicar la barandilla o el hecho de no existir el peldaño en el límite ya cumpliría el efecto de esta.

evidencias in situ al no conservar los sillares, que la llegada no se produjera en una grada sino en una escalera de distribución de la misma. Para decidir dónde ubicar el rellano de llegada hemos podido observar que, si colocamos un sillar de 30 cm, como habíamos deducido de la escalera de Sedassos, encima del hueco del desagüe que tenemos en la pared de la bóveda, este coincide con un peldaño. Por tanto, esta es la cota que creemos sea la del rellano inferior

Fig. 4.84: Sección generada con la malla y fondo de nube de puntos de la bóveda con escalera de Trinquet Vell.

Con estos datos ya estamos en disposición de generar un modelo de escalera. Al generar el modelo hemos hecho también la prueba de llevar esta escalera hasta la cota de inicio de las rampas que limitan el núcleo de escalera, cota 47,9 msnm. Esto lo hemos hecho porque antes ya observamos que su inclinación era demasiado pronunciada para su uso (fig. 4.80). Al realizar la propuesta, partiendo desde la cota del nuevo rellano y dirección hacia el inicio de las marcas de mortero en los paramentos del núcleo, el resultado ha sido muy coherente, con un error de 5 cm en la distancia de inicio de la rampa con respecto al núcleo y de menos de 5 cm con la cota esperada.

Fig. 4.83: Reconstrucción de la escalera utilizando los sillares presentes en la bóveda y posible solución de barandilla.

También en esta escalera, si bien no podemos ver el punto de arranque, sí que observamos el punto de llegada, concretamente la tercera grada de la summa cavea. Esta cota de llegada la tenemos que reconstruir prolongando la grada que tenemos en el lado oriental, pues justo en ese punto esta se encuentra rebajada. El hecho que llegue en medio de la gradería comportaría problemas de circulación y esto nos lleva a plantear la necesidad, sin

Fig. 4.85: Reconstrucción de la escalera de acceso a la summa cavea en Trinquet Vell.

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Cuando transportamos esta propuesta a la escalera del sector 4, observamos como existe una pequeña diferencia de cota en el desagüe que surge del núcleo, esta se encuentra 40 cm más baja que el de la bóveda homónima y esto inevitablemente afecta a nuestra escalera. Lo lógico es pensar que entonces el rellano estaría estos 40 cm más bajo y por tanto tendríamos un sillar menos en el primer tramo y uno más en el segundo. Obviamente las soluciones de un sector no tuvieron que realizarse miméticamente en el otro y nuestro modelo es hipotético con los pocos restos que hemos podido analizar.

Sector 5 Este sector presenta unas características muy similares al número 2, una vez superado el intervalo del sector 4. El sector tiene unas dimensiones aproximadas de 5,95 metros de largo por 4,80 de ancho.

Fig. 4.84: Imagen del sector 5

Fig. 4.86: Traslado de la propuesta de escalera de la bóveda de Trinquet Vell a Sedassos

Fig. 4.87: Planta reconstructiva de la escalera del sector 4 y su sistema de circulación.

Por ello planteamos que el sector se distribuye con una primera parte sin cubrición y con el suelo ligeramente inclinado. La segunda parte es con el techo cubierto con bóveda para las tres primeras gradas de la summa cavea. Después llegamos al núcleo de escaleras que nos obliga a rodearlo por una de las dos escaleras, que estarían descubiertas. El siguiente espacio ya es el rellano de giro de la escalera cubierto por bóveda y desde aquí accedemos al segundo tramo de escalera que nos llevaría a la tercera grada de la summa cavea.

Fig. 4.85: Dimensiones del sector

Este fue el primer sector en salir a la luz de la zona, en 1995 de la mano de Isabel Peña (1995). En él también se puede observar lo que nos queda de la ima cavea. Se encuentra más rebajado en su zona central que el número 2, al haberse ubicado en el mismo una prensa de vino en época tardoantigua. De este modo solo conservamos, al igual que en el 2, la parte inferior del pódium (002), entre 3 y 4 sillares. Sobre este se adosa nuevamente un cuerpo de opus caementicium (501) que habría dado forma a la ima cavea. En este caso no resultan tan visibles las jornadas de trabajo como en el 2. Esto se puede

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deber tanto a la distribución mucho más caótica de los restos de la masa de opus caementicium o a las reducidas dimensiones que podemos ver, comparado con el otro tramo. Este caementicium, al igual que sucede en el otro tramo, también fue excavado para realizar una entrada a la bóveda del sector 6. En este sector se puede apreciar los desperfectos que se han producido en el ámbito recientemente. Se ven trozos de opus caementicium caídos que, por las aristas vivas, deben ser bastante actuales, seguramente se correspondan con los desperfectos causados por las raíces de una higuera que comenta Isabel Peña (2010) en su memoria.

Fig. 4.87: Imagen del sector 6

Fig. 4.88: Dimensiones y unidades del sector 6.

Esta bóveda era ya conocida desde hace siglos, aunque no fue utilizada hasta la guerra civil en que se sirvió como refugio. De hecho las intervenciones arqueológicas realizadas en la misma han consistido en desmontar los elementos modernos de la época de la guerra civil que sirvieron para su habilitación como refugio. Para acceder a esta bóveda actualmente se hace desde una obertura, que Piñol (Peña 2010) data de la guerra civil pero que no podemos saber si fosilizaría otra anterior, en el muro 404. Antiguamente, pero no en época clásica, también existiría una entrada directa desde el sector 5 pero que a efectos prácticos hoy no podemos considerar como tal.

Fig. 4.86: Imagen donde se ven los restos de opus caementicium caídos y la fisura que los ha provocado.

Sector 6 Este sector se corresponde con una gran bóveda paralela a la arena del circo y que discurre debajo de la calle Ferrers. La bóveda guarda una gran relación con la del sector 3 y su construcción suponemos que es contemporánea. Tiene unas dimensiones aproximadas de 32,45 metros de largo y una distancia de estribos de entre 3,1 y 3,45.

Una vez entramos en la bóveda desde el sector 4 (404 o 601), vemos una estructura continua de 32 metros. El lado septentrional de la misma está formado por un muro de opus caementicium (602) que sirve de estribo de la bóveda que cubre el espacio. Este está adosado contra el muro de cierre del foro (003), que no es visible pero tendría que discurrir tocando la unidad 601 (fig. 4.59). Por el otro lado, este muro de opus caementicium esta encofrado contra madera y se eleva aproximadamente 1 metro sobre el nivel actual de circulación. Presenta unos recortes en el mismo que podrían reflejar que se utilizó para apoyar unos elementos hoy perdidos. Estos no presentan una forma regular ni una distancia exacta aunque si rondan el metro de inter-eje, con un intervalo de +/20 cm. Estas son más visibles en la parte final de la bóveda porque en la primera esta circula muy aplomada con el estribo.

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único momento que podrían haber existido estos elementos se corresponde al momento de construcción de la bóveda, en que podrían haber dos plantas, o en un momento más tardío pero sin ser accesible la parte inferior del forjado.

Fig. 4.89: imagen de las muescas en los estribos de la bóveda.

No podemos entender la finalidad de estos recortes, podrían corresponderse a bigas para colocar un forjado de madera. Pero siempre se ha supuesto que la bóveda no habría tenido acceso en época antigua y la tierra que tenemos dentro parece corresponder a ese momento histórico, por ello el

El estribo meridional de la bóveda (603) parece no tener cimentación sino descansar sobre el terreno natural. Si fuera así, el mismo elemento que nos conforma este muro es el que aun vemos en el sector 5 (501) y que nos llegaría hasta el pódium (002), como sucedía en el sector 3 (fig. 4.60). Por tanto, actuaría todo conjuntamente como una losa y por eso carece de cimentación. La gran diferencia con el sector 3 es que aquí parece que se invierte la situación del geológico y, si en el lado meridional podemos verlo, en el lado septentrional este circula a una cota muy inferior.

Fig. 4.90: Estribo meridional (603) con el afloramiento rocoso y estribo septentrional (602) con su cimentación.

Este hecho nos obliga a replantear nuestra concepción de la formación del espacio. ¿Puede ser que en lugar de un corte en el terreno hubiéramos tenido una trinchera? Por desgracia solo tenemos un sondeo realizado y ello no nos permite saber si estamos ante un elemento especial o esto ocurre a nivel generalizado. Sobre el estribo meridional, y principalmente el geológico, se ha realizado una obertura que comunica este sector con el número 5. Adentrándonos un poco más en la bóveda también vemos como a este muro se le ha adosado una estructura moderna (604) que reaprovecha sillares para realizar una escalera y que la bóveda sea accesible desde la calle Ferrers; actualmente dicha obertura permanece cerrada. No nos es posible datar la cronología exacta de esa obertura ni de la escalera pero sí deducir que por lo menos fue reparada durante su utilización como refugio al presentar mortero Portland.

Junto a esta encontramos una agrupación de sillares (605) que, según Piñol (Peña 2010), se superpone a la cota de circulación de la bóveda de forma que solo existe la hilada que observamos. Ellos identifican esta agrupación de sillares como la base de una grúa para la construcción de las grada del circo. No podemos corroborar esa afirmación ante la poca información que tenemos pero sí que podemos ver su paralelismo con los bloques que existen en la volta llarga (Vinci 2015, 9). El espacio que ha quedado configurado por las unidades que hemos mencionado se encontraba hasta la intervención del 1998 cubierto por una capa de hormigón moderno, como el resto de la bóveda. Esta fue retirada y las partes más representativas, como las que contenían inscripciones de la CNT o la FAI fueron depositadas en los almacenes del MNAT. Una vez se retiró este suelo moderno, no se procedió a realizar una excavación generalizada de los niveles antiguos, solo se realizaron dos sondeos: el mencionado antes

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en el final de la bóveda y otro en el límite occidental de los sillares ubicados en el suelo (605). De esta forma según el sondeo realizado por Piñol este suelo dio poco material, pero los elementos más representativos se corresponderían a época augustea. El final de la bóveda nos aporta información sobre el terreno y las fases constructivas. La mitad superior está formada por un paramento de piedras unidas con mortero. Estas actualmente no descansan sobre el terreno, pero antiguamente podemos suponer que sí. Este muro (606) se apoya sobre los estribos (602 y 603), por lo que sabemos que es posterior a ellos. A su vez la bóveda (607) se adosa a él y por tanto es anterior a ella. Si observamos el terreno bajo el muro, podemos observar como presenta grandes diferencias. La mitad septentrional parece que está formada por el geológico. Este geológico, no obstante, parece haber sido perforado para construir el estribo, que se adentra en él, y vuelto a rellenar. En cambio, en el lado meridional del tape parece que vuelven a insinuarse los megalitos que observábamos en los sectores 2 y 3.

Fig. 4.91: Imagen de la bóveda con el muro de cierre (UE 606)

La bóveda que discurre sobre estos muros está realizada en opus caementicium, igual que los estribos, y nace de unas improntas situadas a la misma cota que las del sector 3. Se pueden observar las marcas de la cimbra, esta no presenta ni la misma longitud ni el mismo radio en su recorrido, por lo que suponemos que no se abría empleado la misma para la bóveda. Con el escaneo hemos podido averiguar que no es completamente horizontal, sino que tiene una ligera pendiente con la parte a menor cota justo donde se ubican los sillares (604). Por la unión de las bóvedas de este sector, y del sector 3, podemos ver cómo estas bóvedas se construyeron primero, se dejó el hueco del sector 4 y, al construir esta, los estribos de la bóveda sirvieron de tapón de las bóvedas laterales.

Fig. 4.92: Sección obtenida de la nube de puntos donde se observa la inclinación de la bóveda.

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Sector 7 El sector 7 se corresponde con los restos de las gradas superiores conservados sobre las bóvedas; debido a los rebajes este sector está dividido en 3 subsectores. Estos presentan un estado de conservación muy diferente según los tramos. Los tramos correspondientes al sector 1 y 5 presentan un perfil bastante bien definido mientras que en el resto de tramos la gradería queda prácticamente irreconocible. Como antes mencionamos, este sector lo hemos tratado de manera diferente al resto. Esto es debido a que el escaneo no se realizó de forma correcta y nos hemos ayudado de la fotogrametría para obtener una planta del mismo. Fig. 4.93: Imagen de la zona que podría ser un cosido de los sectores 4 y 6.

Fig. 4.94: Planta fotogramétrica del sector 7 (7.1 en el subsector oriental, 7.2 en el subsector central y 7.3 en el subsector occidental).

Fig. 4.95: Dimensiones y unidades del sector 7.

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El primer subsector (701) se corresponde con los restos conservados más próximos al pulvinar, sobre el sector 1 y parte del 2. Tiene unas dimensiones aproximadas de 9,75 por 2,25 metros. Podemos observar 4 gradas que se corresponden la segunda, tercera, cuarta y quinta gradas de la summa cavea según nuestra reconstrucción. En el centro del subsector también podemos observar unos relieves que funcionan diferentes a la gradería y que creemos que puede corresponder con una escalera de distribución.

Otro fenómeno diferenciador lo encontramos en la zona que no acaba de encajar en las reconstrucciones y por ello pensamos que tendría una singularidad respecto al resto. A este solo sabemos proporcionar dos explicaciones: o bien en este punto existió un problema de obra y se tuvieron que replantear los escalones o bien este hueco se dejó con la finalidad de encastar un elemento en este punto. En un principio nos parecía que la segunda opción era la correcta, el problema surge cuando el hueco aparece en medio de la cavea y no en el límite, por tanto la barandilla dejaría aislada una zona que a priori debería ser útil.

Fig. 4.96: Reconstrucción 3d de los sectores 1 y 7.1.

Fig. 4.98: Medianera de Sedassos con la reconstrucción de la gradería (blanco) y posible ubicación de la barandilla que se observa en el sector 7.1 (negro).

También en este subsector observamos otro elemento peculiar, que ya comentamos cuando reconstruimos la gradería. Observamos como existe la estructura de caementicium principal y que, a diferencia de lo que ocurre en la ima cavea, sobre esta parece añadirse una “piel”. Esto en altura nos habla de las diferentes tongadas de trabajo. Podemos observar como existe una separación entre estas y el cuerpo de debajo. Esto nos generaba problemas interpretativos cuando en realidad esta separación se debe a una mala base de la jornada superior.

El subsector 7.2 se corresponde con unos restos conservados en medio del sector 2 y tiene unas dimensiones aproximadas de 3,40 por 2,70 metros. Estos se encuentran muy arrasados y no se puede leer nada de la gradería que habría existido en su parte superior. El tercer subsector, 7.3, se corresponde con los restos que conservamos sobre el sector 5 y 6. Este tiene unas dimensiones de 5.90 por 2,35 metros y limita en el lado oriental con el sector 4 y en el occidental con las escaleras que delimitan el ámbito. En este se conservan las mismas gradas que en el 7.1, pero su estado de conservación es muy irregular y se aprecian solo en parte del mismo.

Fig. 4.97: Unión entre las diferentes jornadas de trabajo del sector 7.1. Fig. 4.99: Planta del subsector 7.3.

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5- Conclusiones

Este trabajo fue concebido con una vertiente eminentemente metodológica sobre el proceso de transición entre los sistemas de captura masiva de datos y la documentación gráfica. Sabíamos que la documentación gráfica nos obligaría a realizar una interpretación de los restos ya que, al fin y al cabo también queríamos reconstruir los mismos. Pero en la consecución de este camino se ha hecho necesaria una labor analítica que ha transformado nuestra idea inicial y proporcionado al trabajo una doble vertiente: la metodológica y la de arqueología de la arquitectura. Por tanto las conclusiones también las dividiremos entre metodológicas y arqueológicas.

una malla que pudiéramos seccionar y volver al sistema de 2d. Esto es debido a la gran dificultad que aún nos supone el trabajo en 3d, acostumbrados a pensar en plantas, alzados y secciones. En definitiva, a pesar de todos los progresos tecnológicos que existen a nuestro alcance actualmente, estos solo nos permiten agilizar el tiempo de toma de datos, elemento muy importante, pero nosotros, como especialistas en la arquitectura o arqueología, debemos recopilar esos datos, analizarlos y tratarlos para conseguir un resultado apto para nuestros propósitos. Y es esta parte la que, aunque muy apasionante, resulta más ardua.

En el apartado metodológico hemos visto las ventajas y desventajas de utilizar un sistema de captura masiva de datos, como es el escáner laser. Lo primero que observamos es la gran rapidez en la toma de datos y el nivel de detalle que estos adquieren. Antes, para realizar una toma de datos como la que realizamos, que jamás habría sido posible al nivel de detalle de esta, se hubieran necesitado meses de trabajo y un equipo humano numeroso. Ahora con este sistema la toma de datos se reduce como mucho a un par de días. La gran diferencia viene en la segunda fase; antes al tener que dibujar los elementos te obligabas a un análisis de los mismos y a una esquematización de tus dibujos en función de lo que quisieras representar. Ahora, en cambio, este trabajo se realiza después de la toma de datos y con una cantidad de información difícil de dirigir y que requiere un procesado posterior. Asimismo, no puede prescindirse de un examen y análisis visual minucioso de los restos por las limitaciones intrínsecas del escáner láser. Por tanto, parte de ese tiempo que ahorrábamos en la primera fase lo gastaremos en la segunda. No obstante, el resultado aun será claramente a favor de los sistemas de captura masiva de datos. En esta fase de análisis de la información vemos como existen numerosos programas y maneras de proceder, no obstante, seguramente por falta de tiempo para experimentar más a la hora de trabajar la información, acabamos recurriendo a los programas clásicos, en nuestro caso el AutoCAD,. Es así como utilizamos la nube de puntos para crear

Fig. 5.1: Comparativa entre nube de puntos, ortofoto y alzado clásico en AutoCAD del alzado oriental del sector 1.

No obstante estas técnicas continuarán en evolución y en breve tiempo, el público general, seremos testigos de nuevas formas de trabajo que

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no somos capaces aun ni de comprender. El próximo salto será la gestión de esta información directamente desde el 3d con sistemas BIM que permitan trabajar la información a todas las escalas posibles. Y con un solo modelo 3d que podremos gestionar desde nuestro ordenador, móvil, tableta o cualquier aparato electrónico y disponer de todos los planos que podamos imaginarnos. Por otra parte en la vertiente arquitectónica vamos a ver las conclusiones en una explicación evolutiva de lo que sucede en este área. De esta forma iremos repasando los momentos formativos del área, desde la llegada de los romanos a la construcción del circo. En un primer momento nos encontramos con un terreno natural que, a juzgar por las interpretaciones que se han dado (Gabriel 2001, fig. 11, Puche 2010, fig. 18), tenía inicialmente una pendiente en descenso desde la colina. Este, según sugieren las reconstrucciones de las curvas de nivel, podría presentar un desnivel más pronunciado en las proximidades de la calle Ferrers. Este cambio de cota resulta lógico si tenemos en cuenta que el punto más alto de la colina se encontraría en la zona de la Torre de Minerva y desde allí el terreno descendía, en dos vertientes, hacia la actual playa del Miracle y la zona portuaria.

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trabajo realizado por Óscar Martin y Jordi Rovira , en que se muestra una posible retícula de este espacio ya a inicios del siglo II a.C. Las únicas evidencias que tenemos de posibles muros en esta época se corresponden con las referencias que nos da Hernández Sanahuja (Piñol 1993, 259-260) y con los trabajos arqueológicos que realizó Lluís Piñol en 1993 (Piñol 1993, 259-260), en los que documentó un conjunto de piedras ciclópeas en la calle Merceria. Si bien Piñol creyó que no se encontraban contextualizadas, sí que ve la relación con las menciones de Sanahuja. Esto llevó a diferentes estudiosos, como Mar (1993, 112) o Martin (2009, 21), a plantear la posibilidad que la futura estratificación en plazas del recinto superior en realidad estuviera fosilizando una primera estratificación de esta época. (Mar 2012, fig. 29 y 30).

Fig. 5.3: Restitución hipotética en planta y sección en la primera fase del área de Sedassos.

Fig. 5.2: Líneas de cota originarias de la colina de Tarraco (Gabriel, R. 2001: “Aproximació a la topografia antiga de Tarragona”, Butlletí Arqueològic V, 23, fig. 11)

El asentamiento romano en la colina obligó a regularizar ese desnivel. Por ello con toda probabilidad empezaron a realizar terraplenes en el terreno para conseguir espacios allanados; evidencia de ello podrían ser recortes en la roca hallados en el antiguo colegio de arquitectos o la 34 Rambla Vella 21 . En esta línea también tenemos el 34

Véase Diaz, M. 1998: “La Tarraco Republicana: Estado de la cuestión”, Butlletí arqueològic, Ep. 5 1997-1998, núm. 19-20, pp. 121-135.

La primera evidencia de actividad romana que tenemos en el área es como en este terreno natural 36 realizaron un corte de aproximadamente 9 metros de anchura, del que no podemos precisar su longitud. No tenemos ninguna evidencia de que existiera un margen en este corte, las únicas piedras presentes en la zona son unos grandes bloques ciclópeos, claramente descontextualizados, de dónde proceden, no lo podemos saber. Este corte no presenta una alineación paralela a las 35

Véase Martin, O., Rovira, J. 2009: Arquitectura i Urbanisme de la Part Alta de Tarraco en época Republicana i Imperial, Tarraco Archaelogica 1, Tarragona. 36 Ante las vagas referencias al fenómeno que tenemos nos decantamos por la posibilidad de que fuera un corte y no una trinchera. Lo hacemos porque podemos certificar que en el sector 3 existe un corte en el terreno y, aunque en el 6 nos parezca que este se haya transformado en una trinchera, no tenemos más prueba que la especulación.

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estructuras del circo o del muro de sillares (003) y como las futuras estructuras se le superpondrán podemos decir que es anterior a ellas y que respondería a otros propósitos.

Fig. 5.4: Imagen del corte en el terreno de la segunda fase que nos permite diferenciar el terreno natural de los rellenos antrópicos.

Fig. 5.5: Restitución hipotética en planta y sección de la segunda fase del área de Sedassos.

La siguiente evidencia que podemos documentar en el sector es la construcción de un muro de sillares almohadillado y con cimentación de opus caementicium con encofrado de madera en la cara visible. El muro solo lo podemos observar en tres puntos del área pero por su continua y alineada presencia en todo el recorrido entre la Torre del Petrori y la de la Antiga Audiencia podemos afirmar 37 que este discurría de punta a punta , y por tanto dividía el área completamente.

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Este muro lo documentamos en la Torre de l’Antiga Audiència (ver en Piñol, LL. 2000: “Baixada del Roser 5-7”, Intervencions Arqueològiques a Tarragona i entorn (19931999), Tarragona, pp. 261-265; Dupré, X., Carreté, J.M. 1993: “La “Antiga Audiència”. Un acceso al foro provincial de Tarraco”, Excavaciones Arqueológicas en España, 165, Madrid; Dupré, X., Subías, E. 1993: “Els precedents de l'anomenat Pretori de Tarragona”, en Padró, J., Prevosti, M., Roca, M, y Sanmartí, J. (eds.), Homenatge a Miquel

Este muro no tiene una función defensiva, más bien parece de aterrazamiento, por tanto en el momento de su construcción podemos suponer, también apoyados en evidencias cronológicas de la zona del Pretori (Vinci 2015, 10), que toda el área se encuentra ya en el ámbito urbano. En relación a los bloques megalitos que aquí se observan, estos habrían sido puestos en su ubicación actual antes de la construcción del muro de sillares (003). Entendemos que los grandes bloques que aparecen en el corte del terreno habrían llegado a su posición antes de la construcción del muro (003), ya que estos bloques tendrían que venir de una cota superior y resultaría muy complicado sobrepasar el muro una vez construido este. También las evidencias del sector 6 (sondeo del muro 602) que, aunque no concluyentes, parecen indicar que el muro rellena partes de este corte (sector 6 muro 602); esto nos evidencia que cuando se construye el muro el recorte ya no tendría sentido. Este muro (003), de 300 metros de largo, presenta una cimentación de opus caementicium, excavada en el subsuelo geológico y encofrada. Los rebajes posteriores relacionados con la construcción del circo nos permiten apreciar el paramento meridional de esta cimentación. La cimentación tiene una profundidad variable en función de la profundidad del geológico compacto, tenemos zonas que solo tienen un par de metros y zonas que alcanzan más de 7 metros. El muro tiene la ventaja de enseñarnos la cota de los trabajos de cimentación, 50,30 msnm, y la de uso después de la construcción del muro, 52.80 msnm. Con ello vemos que el área tiene diferentes concepciones según el momento cronológico. En un primer momento tenemos un corte. En un segundo momento se construye el muro y se circula a 3 metros por encima del corte, esto quiere decir que o bien el corte se encontraba ya tapiado totalmente y el terreno volvía a tener un desnivel similar al Tarradell, Estudis Universitaris Catalans XXIX, pp. 603-609, Barcelona.) y en la Torre del Pretori (ver en Balil, A. 1969: “Excavaciones en la “Torre de Pilatos” (Tarragona). Campañas de Excavaciones de 1962”, Excavaciones Arqueológicas en España, 65, Madrid; Vinci, M. S., Macias, J. M., Puche, J. M., Solà-Morales, P. y Toldrà, J. M. 2014: “El subsuelo de la Torre del Pretorio: substructiones de tradición helenística bajo la sede del Concilium Prouinciae Hispaniae Citerioris (Tarraco)”, Arqueología de la Arquitectura, vol. 11: e012

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originario, o bien se había generado un espacio de circulación antrópico entre el corte y el muro de sillares. Aun posteriormente esta cota de circulación se elevará 1,60 metros más en el momento de construcción del circo. Con ello vemos que existió una primera idea representada por el recorte del terreno, una segunda con la construcción del muro y una tercera con la construcción del circo, y cada una de estos proyectos implicaba una mayor cota de circulación.

Fig. 5.6: Cotas de circulación de los diferentes elementos.

Este muro también nos presenta la peculiaridad de estar planeado conjuntamente con el sistema de desagüe de la plaza superior (306). Esto lo podemos afirmar por la homogeneidad y contemporaneidad de los elementos compositivos, a la vez que observamos como los sillares que deja el muro para el desagüe presentan almohadillado. Este desagüe circularía por el interior del muro de forma escalonada, para romper la fuerza del agua. Una vez sale de este muro, no sabemos cómo circularía, puesto que los elementos que vemos son posteriores y pertenecientes al circo. Suponemos que el desagüe en este momento circularía en la dirección de la pendiente natural con el fin de llegar al mar, si no desembocaba en el terreno adyacente. Por tanto no tendría el recorrido del que ahora podemos apreciar.

Fig. 5.7: Restitución hipotética en planta y sección de la tercera fase del área de Sedassos.

La cuarta fase del área se inicia con las obras de construcción del circo. Estas tienen un primer momento con la construcción del podio (002), que utilizarán de encofrado, y en el vertido de una gran cantidad de piedra y mortero de cal (201, 501). En nuestra área observamos como este primer momento del circo no engloba la construcción de las bóvedas perpendiculares a la arena (sectores 1 y 4), sino solo el espacio entre ellas (sectores 2, 3, 5 y 6). Esto podría deberse a una voluntad de generar zonas de trabajo y de acceso al interior de la obra (fig. 4.55). Observamos como este caementicium se entrega directamente contra el terreno, no obstante este terreno no es natural, por lo menos en su mayor parte, y es fruto de la aportación humana de los bloques ciclópeos, antes mencionados y, aun sobre estos, de tierra. Esos restos aun son observables debajo del caementicium.

Fig. 5.8: Restos de tierra debajo del opus caementicium.

También es curioso ver como estos rellenos de tierra son presentes en los sectores 2, 3, 5 y 6 pero no en el 1 y el 4, que se corresponden con las bóvedas perpendiculares, donde los rebajes son más profundos. A este fenómeno le podemos dar dos explicaciones: bien es debido a que estos sectores actúan como una losa y no necesitan buscar una cota de cimentación más sólida, a diferencia del 1 y 4 que actúan como zapatas corridas y podrían haber requerido mayor profundidad de cimentación; la otra explicación

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podría venir dada porque no se hubiera rellenado todo el corte, trabajo que requeriría mucho esfuerzo, y solo se hubieran ubicado unas rampas de acceso a la cota de circulación del muro en determinados puntos.

Fig. 5.9: Estado hipotético del sector una vez construido el muro y rellenado el rebaje antrópico. Las cotas estratigráficas superiores se deducen a partir del negativo inferior de la losa de cimentación de los sectores 2 y 3.

Fig. 5.11: Restitución hipotética en planta y sección de los primeros trabajos, cuarta fase A, de construcción del CircoSedassos.

Podemos ver cómo la cara inferior de estructura de opus caementicium (201 y 501) presenta un escalonado. Esto seguramente es debido a la necesidad de cimentar sobre un terreno llano y no inclinado. De esta forma las diferentes jornadas de fraguado se asentaban sobre la jornada anterior y un terreno allanado. Este trabajo escalonado también lo vemos en la parte superior que ya deja el caementicium con la forma apta para colocar posteriormente los sillares de la gradería. Fig. 5.12: Megalitos arrojados en el recorte y adosados al muro de sillares.

Fig. 5.10: escalonado del terreno con las diferentes jornadas de trabajo.

Es en este momento también cuando el desagüe (306) fue conducido por su itinerario actual (403, 409 y 410). La explicación de este fenómeno seguramente se debió a que la construcción del podio (002) les habría obligado a bajarlo de cota y prefirieron pasarlo por una puerta (P02) del mismo para no alterar la pendiente de forma excesiva y que se tuvieran que hacer grandes excavaciones en el otro extremo de la arena.

Fig. 5.13: Restitución hipotética en planta y sección de los trabajos, cuarta fase B, de construcción del Circo-Sedassos.

El segundo momento constructivo del circo en nuestra área se corresponde con la construcción de las bóvedas (307 y 609) paralelas al podio y adosada al muro de sillares. Estas, en su extremo meridional, tienen la imposta (301 y 603) sobre una de las jornadas de caementicium que se han abocado

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sobre el terreno para cimentar la gradería. De esta manera el estribo meridional de la bóveda discurre desde el interior de esta hasta la gradería. En cambio en el lado septentrional (302 y 602) no existe ninguna base sobre la que apoyarse y por eso realizan un estribo más elevado que va a buscar un nivel geológico resistente. Dicho nivel, en el tramo que podemos ver, es el mismo sobre el que cimienta el muro de sillares (003). El hecho que estos estribo bajen a esa cota ya nos informa que en este momento se habría vaciado nuevamente la tierra donde estaba excavada la cimentación del muro. Sobre estos estribos se levanta una bóveda con una luz aproximada de 3,70 metros para la del sector 3 y una luz variable de entre 3,10 y 3,45 para la del sector 6. Estas se realizarán enteramente con opus caementicium, por lo que se realizaron con una cimbra de madera de la que aún podemos ver las marcas. En la construcción de las bóvedas también se realizaron diferentes jornadas de trabajo: la primera discurre hasta media altura de las bóvedas y la siguiente sirve para cerrar la estructura. En esta fase la bóveda del sector 3 aun no llega a cubrir el desagüe que surge del muro. Lo que sí parece realizarse en este momento es el gran dado de opus caementicium (303) que enmarca el giro del desagüe y que se ubica en el interior de la misma.

Fig. 5.14: Imagen del dado de hormigón que cubre el desagüe y su relación con el terreno.

Fig. 5.15: Restitución hipotética en planta y sección de la fase 3C del área de Sedassos.

El tercer momento constructivo del circo se corresponde con la construcción de las dos bóvedas perpendiculares al podio del mismo. Estas se realizaron con los estribos de opus vittatum y la parte superior de opus caementicium. Las dos tenían como finalidad servir de marco de las escaleras para acceder a la gradería. La del sector 1 contaba con una escalera que permitía acceder al praecintio inferior de la grada. En cambio la bóveda del sector 4 permitía acceder a la parte central de la suma cavea. Para acceder a estas bóvedas se dejó una obertura en el podio (002), no podemos saber si esta estaría enmarcada por sillares en su totalidad o estaría abierta en su parte superior. No obstante creemos que la puerta estaría adintelada, por paralelos. El momento de construcción de las bóvedas perpendiculares es también el de unión de toda la estructura. Así se cose la estructura de las bóvedas paralelas y las perpendiculares. También al cerrarse la estructura en este momento es necesario realizar cambios en el desagüe (306). A este se le añade un nuevo ramal que proviene del praecintio superior del circo. Este lo hemos perdido en el sector 3 y solo conservamos los sillares incrustados en la bóveda y su paralelo de la volta llarga. Vemos como estos están perfectamente encajados en el opus caementicium de la base (303) o la bóveda (307), por ello podemos saber que estaban ya colocados antes de la construcción de la bóveda. Estos representan un hecho curioso al no encajar verticalmente con el agujero que genera el desagüe al entrar en el dado de giro (303). Es posible que esto se deba a la voluntad de que no existiera una caída libre tan pronunciada o a una mala coordinación de obra, aquí nos decantamos por la primera.

59

Fig. 5.16: Restitución hipotética en planta de la fase 3d del área de Sedassos.

El último trabajo constructivo en el circo se corresponde con la colocación de los sillares que formarían la gradería y la construcción de los núcleos de escaleras. Estos estarían compuestos por un núcleo de opus caementicium y unos escalones de sillares. Debemos suponer que los mismos estarían protegidos por unas barandillas, de las que no tenemos constancia y por lo tanto no sabemos si serían de madera o piedra. La perspectiva final del circo debemos imaginarla con un podio y una gradería de sillares. En este podio unas oberturas nos permitirían acceder a unas bóvedas perpendiculares a este que en su primera parte estarían descubiertas y que contendrían unos núcleos de escaleras que nos permitiría llegar a la ima o summa cavea. Estas oberturas hemos visto que no podrían estar cubiertas por un arco, así que en caso de existir dintel, este tendría que ser plano. La parte alta del circo estaría dominada por un praecintio superior que consistiría en un pavimento de cocciopesto sin acabado de sillares. En este praecintio superior podría existir un aparato decorativo desconocido. Solo sabemos, gracias a la reciente intervención en 38 la calle Enrajolat , que había una estructura desconocida de la que conservamos la base de opus caementicium, pero que podría corresponder a un pequeño altar y una canalización de agua paralela al muro de sillares (Teixell 2015, 89).

Fig. 5.17: Restitución hipotética en planta y sección de la fase 3e del área de Sedassos.

La gradería del circo la hemos podido reconstruir en dos cáveas, una ima cavea de 3 gradas delimitada por el praecintio inferior y el medio-inferior. El último sillar de esta grada tiene menor dimensión que el resto puesto que solo está destinado a servir de asiento y no a reposar los pies de la grada superior también. En este punto existe un salto que nos genera la separación de las cáveas. La summa cavea se inicia con un sillar más ancho para dejar un praecintio, el medio-superior, y después encontramos 7 hiladas de gradas hasta llegar al praecintio superior, que nos sirve de gran platea perimetral de más de 7 metros de ancho. Vemos como en las dos cáveas el praecintio superior está a una cota más baja que la última grada. Este sector podría haber albergado una gradería de madera, pero no hay evidencias al respecto. También en este trabajo hemos podido, no solo reconstruir el perfil, sino arrojar luz sobre algunas dudas del circo. Ahora podemos afirmar que es imposible que los espacios de entrada desde la arena estuvieran cubiertos por bóvedas, pues estas interrumpirían el discurrir de la gradería. También hemos visto como las puertas que penetraban en el podio tampoco podían tener un arco de dintel. Hemos podido ver como los sillares que se conservan en el sector 1, y que siempre se creía que se correspondían con la grada, en realidad se trataba del acabado que cerraba el hueco que se generaba en ese acceso, y que la grada en realidad discurría a una cota un poco superior.

Consideraciones finales

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Realizada con motivo de la remodelación de la calle y bajo la dirección arqueológica de Imma Teixell y arquitectónica de Oscar Brull. La obra se finalizó en 2012.

Como vemos el circo todavía puede depararnos sorpresas que incrementen aún más el valor patrimonial del edificio. Es por ello que debemos continuar esta labor con otros ámbitos del mismo para finalmente lograr una comprensión general.

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No obstante, ello no será posible sin mayores trabajos arqueológicos en la zona y estos trabajos se hacen especialmente evidentes en la spina, las carceres y la zona de la gradería entre las carceres y nuestro ámbito. De estos ámbitos nuestro conocimiento es nulo o prácticamente nulo. Si nos situamos en la gradería colindante a nuestro ámbito solo conocemos que existe gracias a un sondeo (Macias 2007, ficha 208), pero no disponemos de la memoria o planimetrías sobre el mismo.

arena que nos forman otros ámbitos. Las viviendas, al no tener que cimentar sobre las estructuras portantes del circo, han podido adoptar diferentes luces de estructura. La otra evidencia también apoya la idea que no existan bóvedas en esta zona debido a la topografía del terreno, como hemos visto en la fig. 5.3, la cota originaria de este nivel sería más elevada que en el resto de áreas, por ello podemos encontrarnos con que no fuera necesaria la construcción de ninguna estructura de substrucción.

Fig. 5.20: Planimetría arqueológica de Tarraco con la superposición de las líneas directoras de las bóvedas perpendiculares que conocemos. Fig. 5.18: Plano A1 de la planimetría arqueológica de Tarraco donde se aprecia la documentación que poseemos sobre el circo.

De este ámbito resulta muy llamativa esta nula información que poseemos, no solo de excavaciones anteriores, sino también de referencias históricas. Esto nos obliga a plantearnos que algo tiene que suceder para no conocer nada de este sector. Si no fuera por la excavación donde se menciona que se hallaron los restos de la gradería y la bóveda de sustentación, podríamos haber pensado que no existiera gradería en ese sector. Tenemos un referente lejano en el hipódromo/circo de Caesarea Maritima donde la gradería finaliza a 65 metros de las carceres (Patrich 2011, 32), pero no creemos que sea el caso.

Como conclusión, queremos transmitir la idea de la necesidad de seguir avanzando en el conocimiento que disponemos sobre el edificio y en la necesidad de realizar intervenciones que nos permitan explorar las zonas menos conocidas del mismo, y esta, tan desconocida, sería una candidata ideal.

Fig. 5.19: Reconstrucción del Hipódromo/circo de Caesarea Maritima (Patrich 2011, fig 39). El hecho de no tener evidencias arqueológicas en la zona debemos analizarlo con los siguientes datos para explicar esta singularidad. El primero tiene que ver con el catastro de la ciudad. Este, a diferencia de lo que ocurre en otros ámbitos, resulta muy irregular, esto a pesar de no ser una evidencia directa nos puede indicar que en este punto no disponemos de las bóvedas perpendiculares a la

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6- Listado de unidades

305: Paramento de opus vittatum de cierre oriental de la bóveda. Equivalente a la unidad 104.

Ámbito 001: Cimentación del podio compuesto por sillares. 002:

304: Corte en el terreno surgido del rebaje del suelo original romano.

Podio del circo compuesto por sillares.

306: Desagüe de sillares de la plaza superior que cruza la unidad 003 y la 302. 307: Bóveda plana en opus caementicium de substrucción de la praecintio superior.

003: Muro, anterior al circo, de sillares con cimentación de opus caementicium. 004: Geológico sobre la que se asienta el muro de sillares

Sector 4: 401:

Dado de opus vittatum.

402:

Dado de opus vittatum.

Sector 1:

403:

Sillares de cubierta del desagüe romano.

101:

404: Muro occidental del sector de opus vittatum. Equivalente a la unidad 601.

Dado de opus vittatum.

102: Dado de opus vittatum que sirve de soporte a una escalera. 103: Restos modernos que cierran el acceso al sector. 104: Muro occidental del sector de opus vittatum. 105:

Muro oriental del sector de opus vittatum.

106: circo.

Restos posteriores a la construcción del

405:

Muro oriental del sector de opus vittatum.

406:

Dado central de opus vittatum que contiene el desagüe y sirve de base a la escalera de acceso a la summa cavea.

407: Muro de opus vittatum que sirve de cierre septentrional de la bóveda. 408:

Desagüe romano.

409:

Depósito moderno.

107: Muro de cierre de la bóveda de época moderna.

410: Bóveda plana en opus caementicium de substrucción de la praecintio superior.

108: Bóveda plana en opus caementicium de substrucción a la praecintio superior.

411: circo.

109: Bóveda inclinada en opus caementicium de substrucción a la summa cavea.

Sector 2 201: Restos de un gran cuerpo de opus caementicium. Equivalente a la unidad 301.

Arcos y bóveda de sillería posteriores al

Sector 5 501: Restos de un gran cuerpo de opus caementicium. Equivalente a la unidad 603.

Sector 6

Sector 3:

601: Muro de opus vittatum de cierre oriental dela bóveda. Equivale a la unidad 404.

301: Estribo meridional de la bóveda del sector. Equivalente a unidad 201.

602:

Estribo septentrional en opus caementicium de la bóveda de substrucción de la praecintio superior.

603:

Estribo meridional en opus caementicium de la bóveda de substrucción de la praecintio superior.

302: Estribo septentrional de la bóveda del sector. 303: Cuerpo de opus caementicium que incluye el desagüe.

62

604: Sillares apilados en tiempos modernos para formar una escalera. 605: Sillares depositados sobre el suelo de la bóveda. 606:

Cierre occidental dela bóveda.

607: Bóveda de opus caementicium substrucción de la praecintio superior.

de

Sector 7 701:

Zona oriental del sector.

702:

Zona central del sector.

703:

Zona occidental del sector.

63

7- Planos:

Generales 0001020304050607-

Situación Planta a 50,20 msnm Planta a 50,20 con unidades y cotas Planta a 53,25 A Planta a 53,25 A con unidades y cotas Planta a 53,25 B Planta a 53,25 B con unidades y cotas Planta a 55,00 msnm

Alzados y secciones 0809101112-

Alzado sector 1 Sección sector 2 y 3 Alzado oriental sector 4 Alzado occidental sector 4 Sección transversal

Reconstrucciones 13- Escalera sector 4 14- Evolución fase 5

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01 PLANTA A 50,20 msnm

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02 PLANTA A 50,20 msnm CON UNIDADES Y COTAS

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03 PLANTA A 50,20 msnm A

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04 PLANTA A 50,20 msnm B SECTOR SEDASSOS (CIRC) TARRAGONA

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05 PLANTA A 50,20 msnm A CON COTAS Y UNIDADES

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07 PLANTA A 55,00 msnm SECTOR SEDASSOS (CIRC) TARRAGONA

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302

201 002

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003

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09 SECCION SECTOR 2-3

304 Plano

301

SECTOR SEDASSOS (CIRC)

305

Proyecto

308

104 104

107 002

102 Proyecto

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08 ALZADO MEDIANERA SECTOR 1

004 Plano

109

SECTOR SEDASSOS (CIRC)

108

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003

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10 ALZADO UNIDAD 405 SECTOR SEDASSOS (CIRC) TARRAGONA

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002

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11 ALZADO UNIDAD 404 SECTOR SEDASSOS (CIRC) TARRAGONA

Plano

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410

601 404

SECTOR 4

306

303

SECTOR 3 SECTOR 1

308

003

003

405 305 104 105

407 004

304

408

Proyecto

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AC

303 104

Instituciones

305

Data

404

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605

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601 308

Autor

602

306

12 SECCION TRANSVERSAL

606

TARRAGONA

410

Plano

607

SECTOR 3

SECTOR SEDASSOS (CIRC)

SECTOR 4

Proyecto

SECTOR 6

SECTOR 1

003

003

405

407

105

304 004

408

405

403 402

002

401 002

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10 ALZADO UNIDAD 405

001

Plano

001

SECTOR SEDASSOS (CIRC)

405

Proyecto

25 26 27

22 23 24

19 20 21

16 17 18

13 14 15

2 PRAECINTIO 2 PRAECINTIO

IMA CAVEA IMA CAVEA

1 PRAECINTIO 1 PRAECINTIO

ACCESO SUMMA CAVEA ACCESO IMA CAVEA Proyecto

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14 RESTITUCION HIPOTETICA DE SEDASSOS

SUMMA CAVEA Plano

SUMMA CAVEA

SECTOR SEDASSOS (CIRC)

PRAECINTIO SUPERIOR

Proyecto

MURO DE SILLARES

PRAECINTIO SUPERIOR

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15 3D EVOLUTIVO DEL SECTOR

9- CIRCO Plano

OPUS CAEMENTICIUM

SECTOR SEDASSOS (CIRC)

OPUS CAEMENTICIUM

Proyecto

1- TERRENO NATURAL

OPUS CAEMENTICIUM

8- Bibliografía

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