Torres vigía y de la huerta, en la pedanía rural ilicitana de Asprillas.

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Descripción

Raúl Agulló Coves

Historia

La Torre de Asprillas

Torre de Asprillas

S

eguramente ya se habrán dado cuenta muchos ilicitanos lectores de esta revista, de que dispersos por nuestro amplio término municipal compuesto por 33 pedanías existen algunos elementos patrimoniales de carácter material, que aunque no hayan alcanzado tanta relevancia pública como el Misteri o el Palmeral, merecen nuestra atención por su valor cultural aunque solamente sea en atención a aquellas sabias palabras que dicen: “Sólo se respeta lo que se ama. Sólo se ama lo que se conoce”.

Así por ejemplo tenemos nuestras torres vigías, desde las más cercanas a la costa marítima como es el caso de la Torre del Pinet, pasando luego hacia el interior por otras como la Torrre de Estaña o la Torre de Asprillas, y llegando finalmente a cotas más elevadas como es el caso de la Torre de Carrús. Pues bien, en esta breve investigación histórica quiero precisamente comentar los orígenes y evolución de dicha “Torre de Asprillas”, que en la actualidad se encuentra en un buen estado de conservación aunque lamentablemente y como es habitual su restauración no haya sido la más adecuada según criterios histórico-artísticos con rigor científico. Así, en primer lugar habría que señalar que en la Edad Media existió ya una alquería morisca en este punto geo26 - El Crisol

gráfico de Asprillas, pero con la posterior Reconquista cristiana todo nuestro territorio pasó a formar parte de las propiedades de la Corona y autorizó una colonización progresiva con la nobleza procedente mayoritariamente de regiones catalanas. De esta manera, el sistema feudal en Elche se va organizando con la aparición de los primeros nobles ilicitanos convertidos en terratenientes por el Rey, quienes además fueron ocupando altos cargos militares al ingresar en prestigiosas órdenes de caballeros, posicionándose en la Iglesia incluso como miembros de la Inquisición, o bien asumiendo responsabilidades políticas como por ejemplo la de Alcalde de Elche. Sin embargo, en el siglo XV se crearía el “Marquesado de Elche” cuando el Rey entrega todo nuestro territorio, que también incluía parte del actual término municipal de Crevillente, a un señor feudal que en adelante tendría derecho a cobrar impuestos de la nobleza ilicitana aunque tratara de proteger su patrimonio durante toda la Edad Moderna. Ahora bien, lo realmente curioso fue que durante todo este tiempo Asprillas siempre fue una especie de “señorío privilegiado” como demuestra el hecho de que los diferentes linajes nobiliarios que lo poseyeron en los sucesivos momentos históricos, prácticamente estaban exentos de la obligación del pago de diezmos el Señor de Elche de cada época.

Torre del Palombar

Tras los moriscos, cronológicamente podemos destacar como propietarios de dicho territorio de Asprillas, en primer lugar a una rama genealógica de la familia Rocafull que fueran condes de Albatera, posteriormente a la dinastía alicantina de los Fernández de Mesa, a continuación aparece el apellido de los Ortiz, seguido luego por los Santacília a partir de 1616 entre cuyos miembros más ilustrados sobresale Bernardo Juan Santacília que habitó simultáneamente en nuestra “Vila Murada” de Elche frente a la fachada principal de la Iglesia de Santa María (su hermano Jorge Juan Santacília fue un célebre científico de quien conservamos su Palacio en el actual casco urbano). Por otro lado, en el territorio comprendido por la actual pedanía rural de Asprillas también conservamos la Torre de “El Palombar” donde termina precisamente la Acequia Mayor del pantano de Elche construido en el siglo XVII, que fue propiedad de los nobles Soler de Cornellá y muy probablemente mera residencia de verano puesto que su casa señorial principal lindaba con la de Bernardo Juan Santacília frente a nuestra iglesia de Santa María. Dicha casa señorial se conoce actualmente como la Casa de los Leones por el escudo que adorna la fachada, y varios de sus miembros están todavía enterrados en el sepulcro familiar que hay bajo nuestra Basílica de Santa María, en una cripta subterránea pendiente de restauración. Ahora bien, luego durante la Edad Contemporánea la hacienda solariega de El Palombar ha sido propiedad de la Condesa de Luna, cuyo título nobiliario se ha unido al de “Marqués de Asprillas” que se fundó con la familia Roca de Togores.

Torre den San Matías

“ Asprillas siempre fue una especie de “señorío privilegiado” como demuestra el hecho de que los diferentes linajes nobiliarios que lo poseyeron en los sucesivos momentos históricos, prácticamente estaban exentos de la obligación del pago de diezmos el Señor de Elche” Por lo tanto el título Marqués de Asprillas es de creación decimonónica con un carácter prácticamente honorífico porque ya no implica la propiedad de grandes latifundios, siendo originariamente Juna Roca de Togores quien adquirió de los Santacília la “Torre de Asprillas”, e incluso su apellido todavía pervive en algunos miembros de la actual sociedad ilicitana que han enajenado a un empresario local esta torre popularmente conocida entre campesinos como la “Casa Gran d´Asprella”. En definitiva, este patrimonio arquitectónico ha sido testigo del declive de la nobleza ilicitana, y con ello también hemos abandonado paulatinamente algunas actividades económicas como las numerosas almazaras de aceite, o el comercio de la barrilla para la fabricación de jabón. Sin embargo, con la aparición de la nueva burguesía de clase media, también se han levantado nuevas torres adosadas a sus respectivas haciendas entre los siglos XIX – XX, como la Torre de San Matías o la Torre de San Ramón, dignas de conservación. 27 - El Crisol

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