Torres del Siglo XVI en Burgos

June 16, 2017 | Autor: J. Sánchez Rivera | Categoría: Fotogrametría, Burgos, Representaciones Tridimensionales, Torres de iglesia
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Descripción

INTERNATIONAL WORKSHOP

V JORNADAS DE FOTOGRAMETRÍA ARQUITECTÓNICA LAS NUEVAS EXPERIENCIAS DE FOTOGRAMETRÍA EN EL PANORAMA ACTUAL 25/26 DE OCTUBRE DE 2012, VALENCIA, ESPAÑA

TORRES DEL SIGLO XVI EN BURGOS Jesús San José Alonso José Ignacio Sánchez Rivera ETS de Arquitectura de Valladolid

En el presente trabajo se exponen las experiencias en la documentación del patrimonio construido durante la primera mitad del siglo XVI en la provincia de Burgos (España), centrado en las torres de los templos parroquiales. ¿Por qué Burgos? La cuestión de por qué ha sido la provincia de Burgos el ámbito geográfico determinado para la realización de este trabajo responde a varios intereses, la conjunción de los cuales ha hecho de este territorio un lugar privilegiado para aplicar las diferentes técnicas de documentación de que se hará oportunamente referencia. En primer lugar, la preferencia por Burgos es por la oferta cuantitativa que ofrece, ya que es una provincia de más de 14.000km2 de superficie y donde, además, se diseminan unos 450 pueblos, lo que da origen a un conjunto de más de 500 edificio religiosos de los que extraer las muestras con las que trabajar. En segundo lugar, existe una razón cualitativa, ya que el territorio de la provincia gozó de una gran prosperidad en la referida centuria. En efecto, los tráficos de lana, el gran producto de la Castilla del siglo XV y XVI destinado a la exportación, se dirigía hacia Burgos para desde allí tomar el camino hacia el norte de Europa a través del puerto de Bilbao, principalmente. Tanto la producción como el comercio de este bien escaso e imprescindible que, por otra parte, era fácil de transportar y almacenar, determinó la existencia de familias comerciantes y contactos artísticos que elevaron notablemente el nivel de las artes en este período. Asociado a la riqueza exportadora de lanas estuvo la gran producción cerealista que permitió el sustento de elevados contingentes de población que hicieron necesaria la construcción de templos parroquiales acordes con este crecido vecindario en donde se pudieran seguir los cultos y, especialmente, recibir sepultura. Por último, existe una razón de oportunidad: durante el pasado siglo, especialmente desde la década de los Cincuenta, se impuso un modelo económico basado en la concentración de la producción en nodos (los Polos de Desarrollo) donde su ubicó la gran industria que actuaría como motor del progreso general de la nación. Por este motivo se originó una gran emigración que tuvo en Vascongadas su principal foco de atención, especialmente desde las áreas del norte burgalés, si bien Cataluña, Zaragoza y Madrid actuaron también como importante reclamo de la población. El resultado final hoy observable es la despoblación del territorio con la permanencia de una población residual y envejecida que es biológicamente imposible de renovar. Muchos pueblos ya han desaparecido, aunque conservan paradójicamente su parroquia, pero sin feligreses. El motivo de este contrasentido es que cuando un emigrante muere en el Bilbao, por ejemplo, su familia traslada sus restos hasta el pueblo donde nació, conservando parroquia y 1 

cementerio. En verano, la vuelta de los hijos emigrados revive temporalmente la mortecina existencia de muchos pueblos que recuperan su misa de domingo, su fiesta patronal y hasta su procesión del santo. Sin embargo, puede que esta situación no pueda perpetuarse y una gran cantidad de patrimonio construido esté amenazado por el abandono. Las declaraciones institucionales de BIC de algunos edificios como Villamorón o la proximidad del Camino de Santiago, como en Tabanera, no han impedido la despoblación de estos núcleos. Y otros muchos le seguirán.

  Vista de la parroquia de la Natividad de Nª Sª en Villasandino (Burgos), la más pequeña de las dos que tiene este  pueblo de 127 habitantes. 

En este contexto, el Laboratorio de Fotogrametría de la ETS de Arquitectura de Valladolid ha emprendido una labor de documentación de este patrimonio a iniciativa propia, sin que ninguna institución haya avalado por ahora este proyecto de investigación. Nos hemos centrado en las torres por ser los elementos más complicados de medir y representar, así como los menos estudiados por los historiadores por lo que el resultado de la investigación supondrá una aportación de material inédito y una verdadera puesta en valor de un bien no suficientemente conocido. Para entender el proceso de actuación, se ha dividido la exposición que sigue en tres apartados: en el primero se explicarán las partes que tiene una torre, analizando la complejidad del conjunto y las dificultades que ofrece su documentación. En un segundo apartado se expondrá la estrategia pensada para su aplicación y el proceso de trabajo seguido. En el tercero se expondrán los resultados de los edificios ya estudiados. I.- CARACTERÍSTICAS DE UNA TORRE DEL SIGLO XVI Los edificios medievales construidos en el estilo románico suelen tener torres constituidas por cuatro paredes perimetrales que delimitan un espacio vacío interior. Son, en definitiva, como un tubo de sección cuadrada con ventanas en las plantas superiores en número creciente para aligerar el peso de los muros. En algún caso (como la torre de Sª María la Antigua de Valladolid, por ejemplo) se añaden pisos inferiores comunicados con el templo y abovedados,



de modo que el ingreso en el cuerpo superior de de la torre se realiza por un primer piso a través del coro de la iglesia.

 

 

Torres de Pedrosa de Duero y Guzmán. En las escaleras de caracol adosadas a los fustes de las torres los  canteros del XVI volcaron toda su expresividad. 

En el siglo XVI se hace muy frecuente la colocación de la torre a los pies del templo, sirviendo de apeo a los esfuerzos horizontales de las arquerías que delimitaban las naves. Además de esta función tectónica, vaciando el contenido interior de la torre se conseguía alargar la nave de la iglesia y si, además, se construía un coro elevado, el aumento en la capacidad del templo era significativo tanto por la cantidad de fieles presentes en los cultos como en la posibilidad de abrir sepulturas en el pavimento. Ambas circunstancias se hicieron presentes en el siglo XVI. Para acceder a las partes altas de la torre se construirán escaleras de caracol exteriores que salven las diferentes bóvedas interpuestas entre la planta baja y el campanario. En este husillo exterior, ya sea con forma cilíndrica o prismática, pero siempre coronada de airoso remate, es donde se volcará gran parte de la expresividad plástica de la torre.

  Escalera en caracol de Mallorca de  Vadocondes 

Los diferentes volúmenes interiores que se han comentado no tendrán, sin embargo, su reflejo en el exterior de la torre. En época medieval y aún en tiempos de los Reyes católicos, es característica la división en cuerpos visible desde el exterior por impostas que, generalmente, serán molduras de goterón con la misión de evacuar las aguas deslizantes por el paramento. Pero esa división exterior no se reflejaba interiormente. Durante el 3 

siglo XVI desparecerá esa división exterior quedando tan sólo marcadas tres partes: el zócalo, el fuste y el campanario, aunque interiormente los espacios sean más numerosos y más compleja su organización, de todo lo cual deberá dar cuenta la documentación gráfica que efectúe en el levantamiento. Analizamos a continuación las partes que constituyen una torre en el siglo XVI 1.- La escalera o husillo. La utilización de escaleras de caracol ya estaba generalizada durante el románico. En el siglo XV se encuentran alojadas en el interior de los potentes muros de las torres que, a pesar de ser de iglesia, podían tener funciones militares. Con el aligeramiento de las paredes de la época de los Reyes Católicos comienza a ser imposible alojar totalmente el volumen cilíndrico del husillo en el interior de los muros por lo que se ven saliendo al exterior y produciendo abultamiento más o menos marcados. Es frecuente que arranque de los primeros pisos y se rematen inferiormente como un garitón militar.

  Escalera en caracol de Mallorca de Castrillo de Murcia 

El giro, normalmente a izquierdas, se ejecuta en torno a un machón central, aunque se han localizado en caracol de Mallorca en edificios de fines del XV (Gumiel de Izán, con el mismo despiece que el reportado por Viollet-le-Duc) y en otros posteriores. El modelo gótico mallorquín tuvo tanto éxito que incluso se ejecutaron en la década de 1570 (Castrillo de Murcia). Se cierra el husillo por cúpula interior que exteriormente reviste formas esféricas o piramidales con remate labrado (Vadocondes). A diferentes alturas se abren las puertas que dan paso al coro, a las bóvedas de la nave, a otras dependencias y, por fin, al campanario. 2.- El sotocoro Ocupa la parte inferior de la torre, comunicado con la nave de la iglesia por arco rebajado y se cubre con bóveda de crucería. Tiene la función de capilla bautismal. Incluso se cerrarán entradas al templo por debajo de la torre para favorecer la construcción de esta capilla que, con frecuencia, alojará la pila románica traída de un edificio anterior. En otros casos tiene función de pórtico del templo (Villandiego, Sedano), suprimiéndose entonces el uso como capilla.



Sotocoro de la iglesia parroquial de Cebrecos, edificado bajo la torre de la iglesia. 

3.- El coro La solemnidad de los actos litúrgicos prescrita por el Concilio de Trento tenía su reflejo en la construcción de este volumen elevado desde el que se situaba un coro de prebendados con sillería y facistol (Villasandino), un grupo de cantores o un instrumento musical (órganos, etc). El balcón sobre la nave podía tener una esmerada decoración medieval calada (Villandiego) o más moderna abalaustrada (Cebrecos).

Bóveda del coro de la Iglesia de Vadocondes



Se cubrían con bóveda de crucería donde puede observarse la evolución de las sección de los nervios desde los góticos (Peñaranda) a los de perfil renaciente (Castrillo Solarana). El cierre de plementería es, en esta provincia, siempre de piedra, alcanzando gran perfección técnica (Vadocondes). Se ilumina por óculo en el muro de poniente, evolucionando a ventana rectangular en el siglo siguiente. 4.- La cámara oculta Con esta denominación designamos el espacio entre la bóveda del coro y el campanario, que tiene una altura irregular dependiendo de la torre que se trate. Su principal función era permitir la caída de las pesas del reloj de manera que, cuanto mayor fuera la altura, más tiempo tardaba el encargado del remonte en subir a la torre.

Cámara oculta de la torre de Castrillo Solarana

Los hay que superan en poco la altura de un individuo (Villandiego) e, incluso, donde esta cámara es inexistente y ha motivado que se perforaran las bóvedas del coro para dar caída a las pesas, que entraban de esta manera en el espacio interior del templo (Cebrecos). Pero en otros edificios la cámara alcanza los 20 metros de altura y permitía al sacristán o al alguacil acudir una vez por semana al remonte del reloj. En algún caso aún siguen las pesas suspendidas de sus cuerdas, aunque el reloj ya no esté en funcionamiento. 5.- El campanario Es el espacio identificable desde el exterior por las aberturas en las que se colocaban las campanas. En la tradición medieval eran ventanas pareadas o bíforas separadas por un débil mainel. En el XVI, debido al aumento de peso que tienen estos instrumentos, el parteluz debe engrosar para permitir el volteo de las pesadas campanas por lo que, a medida que avanza el siglo, la separación de las ventanas va a ser paulatinamente mayor. En este trabajo se ha procedido, siempre que se consideró interesante, al censado de las campanas, trabajo que no se había realizado hasta la fecha. Se han localizado, medido y documentado varias campanas medievales cuya existencia era desconocida, así como otras coetáneas con la construcción del edificio. 6 

Campanario de Tordómar, en vista tomada con el helicóptero 

6.- La cámara del reloj Desde el comienzos del Quinientos hay campanarios equipados con reloj para regir la hora de los cultos y el pulso de la vida cotidiana de la población (en Martín Muñoz de las Posadas, Sg, la esfera es del primer tercio del XVI y debe ser coetánea al de Ampudia, P, y Morón de Almazán, So). Por ese motivo hay torres que ya tienen previsto un espacio por encima de las campanas para albergar esta máquina. Cuanto mayor fuera la altura de su ubicación, más espacio había para dejar caer las pesas. Se tiene cámara del reloj de la época en Castrillo de Murcia, que debió terminarse hacia 1570 y en la Natividad de Villasandino, cuarenta años anterior, entre otras. Se accedía a ellas desde el interior o por un husillo, a veces distinto del general de la torre. Su presencia al exterior quedaba disimulada por la presencia de balaustradas de remate entre pináculos, realizadas siguiendo el gusto de la época más o menos gótico o renaciente.

Cámara para el reloj exterior en la torre de Castrillo de Murcia



II.- LA TOMA DE DATOS La mayor parte de los edificios no cuenta con un levantamiento previo que nos de una aproximación cuantitativa o cualitativa del trabajo a desarrollar. En la mayor parte de los casos se tratará de la primera medición del edificio. Tampoco se cuenta en la mayor parte de las ocasiones con guías descriptivas de los mismos y si las hay, las torres han quedado al margen del estudio publicado. Por consiguiente, el trabajo exige un despliegue previo para conocer de primera mano los edificios posiblemente construidos en el siglo XVI y determinar su interés para el objeto de este estudio.

Toma de datos en Tordómar con escáner de larga distancia alimentado por generador. 

Helicóptero trabajando en Villandiego



El abandono en que se encuentran las comarcas burgalesas sometidas a despoblación hace que los templos estén al cuidado de sus comunidades parroquiales, mermadas en número de feligreses y de avanzada edad. La vulnerabilidad de los edificios sólo se ve compensada por el celo del obispado en la contratación de seguros de alarma y por la desconfianza del vecindario hacia todos los visitantes que circulen por las inmediaciones de los templos. En consecuencia, el método de aproximación para el reconocimiento de los edificios ha sido realizar excursiones en bicicleta por parte de miembros del equipo. La presencia de los vulnerables ciclistas no levanta ningún recelo por parte de los lugareños, de manera que puede hacerse un primer reportaje fotográfico y demandar otras informaciones estableciendo lazos de confianza con los parroquianos.

Nube de puntos obtenida con láser y su tratamiento con UvaCAD. Peñaranda de Duero 

Una vez determinado el interés del edificio, se solicita del Delegado Diocesano de Patrimonio el permiso correspondiente y, por su mediación, se da cita a la persona que conserva las llaves del templo para un día y hora precisos en que nos personaremos el equipo con el instrumental para la documentación gráfica del inmueble. Siempre que ha sido posible por estar comprometido su uso en otras labores se ha desplazado un láser escáner 3D. Recuérdese que este trabajo se ha emprendido desde el Laboratorio al margen del patrocinio institucional. El láser Optech, primero que operó en el laboratorio permite muestreos desde grandes distancias aunque su lentitud y dificultad de operación en recintos cerrados hace que sea preferible instrumental más moderno, como el Leica. Con este instrumental se procede a la toma de la nube de puntos exterior que dimensionará el conjunto limitándolo como envolvente. Su precisión y rapidez lo hace preferible a los demás métodos ensayados. Cuando no ha sido posible la utilización de tecnología láser se ha recurrido a metodología fotogramétrica, desde los más recientes y precisos programas, como el Agisoft Photoscan, a otros más experimentados como Photomodeller. En el interior se utilizó para las grandes cavidades de coro y sotocoro el láser Leica 3D o la medición por métodos directos tradicionales, como el distanciómetro láser o, incluso, la cinta 9 

métrica, por su facilidad para detallar las molduras de cornisas y pilastras así como triangular plantas cuando la irregularidad de los muros impone la elección de un plano de sección.

Toma de datos de cornisas y otros ornamentos inaccesibles a partir de Photomodeller. Vadocondes 

En cuanto a los volúmenes internos más pequeños como puertas, huecos de ventanas y escaleras de caracol, se utilizó la medición directa por cinta o distanciómetro. Por su valor pedagógico e instructivo se croquizó siempre que fue posible tanto los espacios interiores como los exteriores.

Alzado de nube de puntos y dibujo y análisis de paramentos con  Homograf 

Se desestimó el uso de escáneres en todos los espacios interiores por economía de tiempo, ya que las torres se ubicaban en lugares alejados y debía hacerse toda la toma de datos del edificio en un solo día. Con el acotado exterior con escáner, juzgamos que se obtiene precisión suficiente en todas las medidas interiores, que quedan circunscritas en la envolvente escaneada. Inalcanzables 10  

III.- RESULTADOS Una vez obtenidos los datos, ya geométricos ya fotográficos, se elaboró en gabinete esta información con el objetivo de confeccionar un producto gráfico sobre soporte plano clásico (en papel o en pantalla) que describiera de forma clara y comprensible la complejidad del edificio.

Regularización de los alzados de Peñaranda de Duero a partir de la nube de puntos y el resultado final dibujado. Toma de datos manual  a partir de croquizado  in situ. Castrillo de  Murcia. 

El proceso comenzaba en el laboratorio por el volcado de datos y elaboración de nube de puntos. Con la ayuda del programa UVA CAD se obtenían las nubes que posteriormente se limpiaban y ensamblaban hasta constituir una trama de triángulos en el espacio donde se asignaban colores tomados de fotografías. Con este resultado se obtienen los fotoalzados y otros documentos

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mostrando perspectivas del edificio sobre base topográfica. Para pasar al dibujo tridimensional fue preciso regularizar estos datos, pues ninguna moldura es totalmente horizontal ni mantiene su sección a lo largo de todo su desarrollo. Por ese motivo se regularizaron molduras aproximándolas al ideal geométrico renacentista que recogen los tratados del XVI y que los canteros trataban de reproducir en su ejecución en el taller. La erosión del tiempo transcurrido desde su talla hace que sea más difícil reconocer la geometría del momento. Enlace de los lienzos de una  esquina, una vez aplicados los  programas PTLens y Homograf.  Torre de San Martín de Rubiales. 

Alzado de la torre de  Vadocondes con  representación de sus  fábricas y análisis de  proporciones. 

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La medición sobre la nube tridimensional permite también conocer las dimensiones de los lienzos planos de la torre. Cuando no se ha trabajado con escáner, sino con Photomodeller o Agisoft, las medidas se toman a partir de estos programas. Una vez conocidas las dimensiones de los paños se ha dibujado desde fotografía identificando grietas, erosiones, manchas, grafitos, labras especiales, canteras y cuantas circunstancias eran apreciables en una prospección ocular. Los paños se han rectificado con el programa

Homograf suplementado sobre AutoCAD, de manera que se conseguía representar una información básica que permitiera comprender las fases de sus construcción y la evolución del edificio, conocimiento que ha permitido dibujar secuencias evolutivas de la fábrica.

Representación del ábside y torre de Tordómar  en su evolución desde el siglo XIII al XVIII 

Una vez construido en sólido en AutoCAD a partir de los datos descritos y colocadas las molduras y el despiece en piedra de los paños, se procedía a vaciar el interior del sólido entrando desde las ventanas, óculos o cualquier otro tipo de hueco. Se dibujaban también carpinterías y campanas, así como techumbres, pináculos y husillos.

Detalle de la sección del  campanario de Villasandino 

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Sección perspectiva  del coro y sotocoro  de la iglesia de  Santa Marina en  Villandiego. 

Con el sólido construido se procede a obtener las vistas básicas de plantas a diferentes alturas, obtenidas por la nube de puntos y la sección del sólido, así como los alzados. Se representan también vistas axonométricas y cónicas del conjunto, aportando también la evolución de la fábrica en su proceso de construcción o destrucción. Por último, se realizaban secciones por planos horizontales y verticales y se extraían las cónicas que mejor mostrasen la complejidad del edificio con su laberinto cámaras superpuestas, escaleras y pasadizos.

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