Torre de San Ramón, arquitectura rural burguesa (s.XIX, Elche)

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Descripción

Torre de San Ramón y primeras Colaboración entidades bancarias en Elche (siglo XIX) Raúl Agulló Coves

Caminando por una ruta senderista que sería un recurso turístico para el campo de Elche, desde la ciudad hasta la pedanía ilicitana de Alzabares (palabra de origen árabe que denominaba la planta de la pitera), a través de algún carril ciclista y canales de Riegos de Levante, dejando atrás el histórico Huerto de Vizcarra, el yacimiento arqueológico de La Alcudia, y algún que otro árbol centenario; llegué a disfrutar la amabilidad de Ramón Peral López, que me abrió la puerta de su huerto de palmeras y Hacienda de Peral, considerada de interés arquitectónico por los técnicos municipales de patrimonio. Se trata de la conocida popularmente como TORRE DE SAN RAMÓN, ubicada junto al margen derecho de la Acequia Mayor del Pantano, en un cruce de varios caminos rurales procedentes de la centuriación romana como la vereda de Cuatro Pilares. Este gran edificio de estilo modernista con torre adosada, capilla, bodega para elaboración de vino, cocinas de carbón, dependencias para el servicio de los caseros, granero, cuadras, palomar, un brocal en la terraza superior, y escalera de caracol; se encuentra orientado al mediodía frente a una casa de labranza que fue almazara de aceite, lindando a su izquierda con el huerto de palmeras “El Gallet” y el antiguo molino harinero de José Coves Amorós en un canal de la Acequia Mayor ubicado junto a la histórica Balsa de Sinoga; mientras que a poniente queda muy cerca el “Camí del Borrocat” y se divisa la antigua casona de veraneo de Gómez -residían el resto del año en “Eres de Santa Llúcia”- con sus columnas de fundición en el porche, donde actualmente se encuentra la Yeguada 4 Pilares. La Torre de San Ramón fue construida a finales del siglo XIX como casona de veraneo, por Manuel Peral López, en la finca de su mujer Margarita Irles Martínez (heredada de su padre 24 - El Crisol

Ramón Irles y en recuerdo de quien se puso el nombre de San Ramón), y además fue el fundador del segundo banco más antiguo en nuestra ciudad, la Banca Peral (1870). Manuel Peral fue uno de esos ilicitanos emprendedores que prosperó desde sus inicios como repartidor de dinero en efectivo y otros medios de pago, como servicio bancario. Todavía se aprecia en la calle Desamparados nº4 y 6 el edificio de este célebre banco ilicitano que fue absorbido en 1953 por el Banco de Vizcaya, en cuyos bajos estaban situadas las oficinas y en plantas superiores la vivienda habitual de la familia. Ahora bien, el primer banco ilicitano fue la Banca “Brotons y Selva”, ubicada en la calle San Jorge, uno de cuyos fundadores fueron antepasados de Ángeles Selva, que casó con el célebre fabricante de alpargatas Antonio Ripoll en la misma época industrial de la Hiladora Ilicitana. Este banco quebró, pero todavía podemos apreciar la casa de Ripoll o Villa-Ángeles que era una casona de veraneo para esta familia ilicitana, ubicada en la carretera de Dolores, con un monumental ejemplar de nuestro patrimonio arbóreo (Araucaria). Ramón Peral López, casado con María Dolores Orts Vélez, forma parte de la 4ª generación tras la fundación de la Banca

Usos y costumbres en el Camp d’Elx

Caso práctico de cambio de servidumbre Colaboración José Antonio García Soler

Los cambios del trazado de servidumbre se pueden hacer dentro de la misma finca sirviente según el Artc. 545 del CC., por el siguiente motivo:

Peral por parte de su bisabuelo, y además su abuelo materno Julio María López Orozco perteneció a un grupo de célebres médicos ilicitanos que sufrieron persecución durante la guerra civil española, antiguo propietario de uno de los edificios en la plaza del Ayuntamiento que hace esquina con la calle Corredora, y también del histórico huerto de palmeras que lleva el nombre de Don Julio. Por otro lado, curiosamente, el hermano de su abuelo Ramón Peral Irles, llamado Antonio, también construyó a finales del siglo XIX otro edificio actualmente conocido como la Torre de San Matías, y ubicado en las proximidades de la pedanía de Asprillas, que viene a ser una réplica similar pero más pequeña de la Torre de San Ramón (de hecho, se la conoce popularmente en lengua vernácula, como “L’hasiendesica de Peral”), realizada por el mismo maestro constructor, inventariada y protegida por el catálogo local de patrimonio arquitectónico. La Torre de San Ramón está construida con materiales nobles, como las paredes de piedra, algunas vigas con madera de palmera, mosaico hidráulico tradicional, pavimentos de barro artesanal, tejas planas alicantinas, barandillas de forja, recercados de ventanas pintados en colores rojizos según costumbre de la época en las fachadas de las casonas solariegas cuyos propietarios habían alcanzado mayor prosperidad económica u ostentaban algún título señorial, etc. En definitiva, se trata de la historia viva del campo de Elche, que atesora muchos valores culturales merecedores de divulgación para fomentar mejor su conservación; incluso facilitando legalmente el desarrollo de iniciativas empresariales para crear alojamientos rurales respetuosos con nuestro entorno natural, junto con paquetes turísticos complementarios si existe una oferta variada para que la inversión sea viable económicamente haciendo atractivo nuestro destino para los viajeros (central de reservas, publicidad, etc.)

“El dueño del predio sirviente no podrá menoscabar de modo alguno el uso de la servidumbre constituida. Sin embargo, si por razón del lugar asignado primitivamente, o de la forma establecida para el uso de la servidumbre, llegara ésta a ser muy incómoda al dueño del predio sirviente o le privase de hacer en él obras, reparos o mejoras importantes, podrá variarse a su costa, siempre que ofrezca otro lugar o forma igualmente cómodos, y de suerte que no resulte perjuicio alguno al dueño del predio dominante o a los que tengan derecho al uso de la servidumbre”. La costumbre dice que las servidumbres que se modifiquen de su estado primitivo tienen que ser mejoradas con un mínimo de 4 m, de anchas y compactadas, y en las curvas de 90º tiene que dejar el 60% de ancho para permitir el giro con maquinaria agrícola, tractores con remolques, cosechadoras, etc., todos los cambios y mejoras a cargo del titular de la finca sirviente. . Nota.- Para los lectores del “Crisol” si tiene interés o curiosidad de algún caso concreto referente a los Usos y Costumbres del campo de Elche llamen al teléfono 965683403- 629061787. 25 - El Crisol

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