Tipología Analítica y Tipología Descriptiva: criterios fundamentales y planteamiento de comparación

July 4, 2017 | Autor: J. Vázquez Rodríguez | Categoría: Tipología Analítica, Tipología Lítica
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Descripción

Tipología Analítica y Tipología Descriptiva: criterios fundamentales y planteamiento de comparación José María Vázquez Rodríguez

ÍDICE

1- INTRODUCCIÓN …………………………………………………………… 3 2- CARACTERÍSTICAS DE LAS DIFERENTES TIPOLOGÍAS …………….. 3 2.1. G. Laplace: Tipología analítica ……………………………………………... 3 2.2. F. Bordes: Tipología Descriptiva ………………………………………….... 6 2.3. Sonneville-Bordes y Perrot …………………………………………………. 7 3- ÍNDICES, FÓRMULAS E INVENTARIOS TIPOLÓGICOS ………………. 7 4- COMPARACIÓN Y CORRELACIÓN DE AMBAS TIPOLOGÍAS ……….. 9 5- CRITERIOS CLASIFICATORIOS …………………………………………. 13 6- CLASIFICACIONES SUBJETIVAS ………………………………………… 13 7- EL CONCEPTO DE ÚTIL …………………………………………………….14 8- CONCLUSIONES: ASPECTOS POSITIVOS Y NEGATIVOS …………….. 15 Bibliografía ………………………………………………………………………. 18

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1. ITRODUCCIÓ

La Tipología Analítica de G. Laplace y la Descriptiva de Bordes, Sonneville-Bordes y Perrot son, hoy por hoy, las referencias clave para sistematizar el componente industrial del Paleolítico.

En el presente trabajo, y a modo de síntesis, se pretende exponer las características principales de cada una de ellas y sus criterios básicos de clasificación , intentando, de este modo, correlacionar ambas tipologías. Finalmente, se exponen ciertas apreciaciones personales a modo de conclusión.

2. CARACTERÍSTICAS DE LAS DIFERETES TIPOLOGÍAS

2.1. G. Laplace: Tipología analítica

George Laplace confecciona su clasificación tipológica en 1964, aplicándola al estudio de la industria del Paleolítico Superior. Esta “lista-tipo”, revisada en 1972, se centra, en primera instancia, en el retoque aplicado a las piezas a estudio.

Diferencia Laplace, de este modo, seis grandes grupos de retoques (de buril, astillado, sobreelevado, simple, abrupto y plano), que, a su vez, conforman un total de cinco órdenes tipológicos (1. simples y sobreelevados, 2. abruptos, 3. planos, 4. buriles, 5. astillados). La clasificación de los retoques de buril y astillados (écaillé) se estipula en base a sus características propias.

Partiendo, pues, de la base principal de la tipología analítica laplaciana (el retoque) la clasificación final de un elemento en uno u otro orden y/o grupo depende de cuatro factores: modo, amplitud, dirección y delineación del retoque aplicado a la pieza.

El modo hace referencia al ángulo del retoque en relación con el soporte y definiría casi totalmente cada uno de los órdenes; de este modo, G. Laplace distingue el retoque simple (S), sobreelevado (SE), plano (P) y abrupto (A). El retoque simple (S) engloba a todas aquellas piezas retocadas en base a un ángulo de inferencia o golpeo inferior a 45º, mientras que el abrupto (A) sería superior a estos 45º. El retoque plano (P), también 3

por debajo de los 45º, se diferencia del simple (S) en el hecho de que modifica el espesor de la pieza-soporte.

El segundo de los factores determinantes, la amplitud, clasifica a las piezas retocadas en base a la penetración, en estas, del retoque en cuestión. Así, el retoque marginal (m) es aquel que modifica parte del borde de la pieza o lasca; el nivel de marginalidad puede variar, por lo que se añade un subgrupo (mm) muy marginal, donde el retoque existe pero apenas modifica la morfología y disposición de la pieza. Así mismo, el otro tipo de amplitud, profunda (p), con su subgrupo “muy profundo” (pp), hace referencia a piezas en las que el retoque, en base a la longitud del margen o borde, modifica ostensiblemente (en mayor o menor medida) el contorno primitivo de la pieza (Laplace 1954-1972: 9)

La dirección es la situación del retoque aplicado en referencia a las caras de la pieza (Eiroa et al. 1999), subdividiéndose, por este criterio, en directo (d), inverso (i), alterno (a) y bifacial (b). Cuando el retoque es directo (d) significa que se ha aplicado desde el reverso de la pieza; en el tipo inverso (i) el golpeo se aplica desde el anverso; el retoque alterno (a) es aplicado desde ambas caras, siendo en gran medida la mezcla perfecta entre el retoque inverso (i) y el directo (d); Finalmente, el bifacial (b) se aplica a un mismo filo o borde, pero afectando a ambas caras.

Finalmente, el cuarto factor, la delineación, define la disposición y distribución de los negativos de extracción. Se diferencian tres tipos dentro de este listado tipológico: continuo (c), denticulado simple (e) o encochée y denticulado compuesto (d). El primero de ellos, el retoque continuo (c), constituye una sucesión de extracciones contiguas sobre la pieza; el denticulado simple (e) se localizaría en alguna parte del borde de la pieza; el denticulado compuesto (d) formaría una sucesión de dientes a modo de sierra, por así decirlo, en el borde de la pieza.

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ÓRDENES TIPOLÓGICOS Simples y sobreelevados Abruptos Planos Buriles Astillados MODO Simple Plano Sobreelevado Abrupto

AMPLITUD Marginal Profundo

DIRECCIÓN Directo Inverso Alterno Bifacial

DELINEACIÓN Continuo Denticulado simple Dent. compuesto

Modo, amplitud y dirección serían, dentro de la tipología analítica de George Laplace, criterios fundamentales, mientras que la declinación pasaría a un segundo plano, en cierto modo, al tratarse de un criterio complementario como factor de clasificación tipológica.

Por otra parte, Laplace distingue también otros factores determinantes en el estudio de las piezas, como son la orientación , localización y forma del retoque.

En base al criterio de orientación, el retoque puede ser lateral (lat), cuando forma con el eje de la pieza un ángulo inferior a 45º, o transversal (trav), cuando éste está entre 45º y 90º.

La subdivisión de la pieza en parte derecha e izquierda por un lado, y proximal, mesial y distal por otra, y la unión de todos estos criterios, es la base de la localización del retoque en la pieza.

En cuanto a su forma, el retoque puede calificarse como rectilíneo, convexo, cóncavo o sinuoso.

La clasificación tipológica confeccionada por Laplace se basa, en primera instancia, en el modo del retoque (recordemos: simple, abrupto, plano, sobreelevado, de buril y astillado) que, a su vez, conforma un total de cinco órdenes, ya comentados. Hay un total de tres niveles de clasificación: órdenes, grupos y clases. Los grupos serían los siguientes: raederas (R), puntas (P), raspadores (G), denticulados (D), abruptos (A), trincaduras (T), becs (Bc), puntas de dorso (PD), láminas de dorso (LD), bipuntas de 5

dorso (BPD), puntas de dorso truncadas (PDT), láminas de dorso truncadas (LDT), bitruncadas (BT), foliáceos (J), buriles (B) y astillados (E). De las clases se hablará más adelante.

Algunos de estos grupos, como se verá, son acumulativos. Por otra parte, Laplace distingue dos tipos de índices tipológicos: los totales y los restringidos: •

Los índices totales se dividen en cuatro: en primer lugar, los de tipo primario; en segundo lugar, según su categoría tipológica; un tercer índice haría alusión a la tendencia laminar de la industria y, finalmente, se aplicaría un cuarto índice microlítico.



Los índices restringidos

2.2. F. Bordes: Tipología Descriptiva

La tipología de F. Bordes se basa en criterios morfodescriptivos, aunque, de todos modos, establece dos listados paralelos (tipológico y técnico) aplicables al Paleolítico Inferior y Medio. Es decir, Bordes intenta, de este modo, separar forma y función.

A diferencia de la tipología desarrollada por Laplace, el listado tipológico de Bordes se divide, únicamente, en tres grandes grupos: lascas, utillaje bifacial y núcleos que, a su vez, englobarían un total de 85 tipos diferentes (Bordes 1979): •

Dentro del utillaje sobre lasca, se diferencian lascas Levallois (1-2), puntas diversas (3-7, 51 y 57), raederas (9-29), raspadores (30-31), buriles (32-33), perforadores (34-35), cuchillos (36-38), amén de otros diversos.



El utillaje bifacial comprende 15 tipos diferentes de instrumentos.



Finalmente, los núcleos se dividen en ocho tipos.

Por otro lado está el listado técnico, que se basa en dos factores: por un lado, la presencia o no de técnica Levallois y, por otro, la clasificación en razón del tipo de talón de la pieza.

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2.3. Sonneville-Bordes y Perrot

La clasificación confeccionada por Soneville-Bordes y Perrot se aplica al Paleolítico Superior exclusivamente. Si bien, como se ha comprobado, la tipología desarrollada por Bordes era “mixta”, en el sentido de que aplicaba dos listados paralelos, tipológico y técnico respectivamente, en el caso de estos dos autores el inventario técnico y su estudio no se aborda, siendo el único componente definitorio el tipológico.

El inventario descriptivo-tipológico, en este caso, es dividido en un total de 94 tipos diferentes, dispuestos, grosso modo, de la siguiente manera (Soneville-Bordes y Perrot 1956:): •

1-18: raspadores



19-44: buriles y perforadores



46-56, 69 y 72: puntas



58-68: láminas



84-94: laminillas

Aparte, se mencionan también otras tipologías como geométricos (por lo general típicos del Epipaleolítico) y hojas.

3. ÍDICES, FÓRMULAS E IVETARIOS TIPOLÓGICOS.

La clasificación tipológica laplaciana, como ya se ha comentado, se divide en cinco órdenes definidos por el modo del retoque aplicado. A su vez, la subdivisión de cada uno de estos órdenes da lugar a un total de 16 grupos. (Laplace :13)

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SIMPLES Y SOBREELEVADOS Raederas Puntas Raspadores Denticulados

ABRUPTOS

PLANOS

BURILES

ASTILLADOS

Abruptos Truncaduras Becs Puntas de dorso Láminas de dorso Bipuntas de dorso Puntas de dorso truncadas Láminas de dorso truncadas Bitruncadas

Foliáceos

Buriles

Astillados

Evidentemente, dentro de cada grupo Laplace diferencia tipologías concretas.

El inventario de Bordes, en principio, debe abordar un mínimo de cien piezas; es muy significativa la aplicación sobre conjuntos líticos completos para su correcta interpretación final. Es decir, en cierto modo Bordes aplica ya ciertas premisas previas, con las que no estoy de acuerdo totalmente; a este respecto, advierto más que acertada la necesidad de estudiar conjuntos completos en favor de un estudio fidedigno, pero no descartando aquellos que no sobrepasan cierta cifra. En este sentido, tán importante es la morfología y características tipológicas como el número de restos de un conjunto industrial lítico.

Puesto que se aplica al Paleolítico Inferior y Medio, contempla terminología concreta como lascas y puntas Levallois (1-4) y puntas Musterienses (6-7). Es especialmente interesante la aplicación de fórmulas matemáticas para obtener los índices de presencia de un utillaje específico. A este respecto, todas estas fórmulas se basan principalmente en la separación del lascado Levallois y el no Levallois, y, aparte, en los talones que presentan las piezas. De este modo, se llega a índices de aparición de la técnica Levallois (basado en la relación entre piezas Levallois y no Levallois, o directamente atendiendo a la presencia de puntas y lascas Levallois), de presencia de raederas, de tipos bifaciales, o de tipología Achelense, entre otros.

La clasificación de Soneville-Bordes y Perrot contempla tipos similares a los del inventario de Bordes; en gran medida es, digamos, la continuación de ésta, aplicada al Paleolítico Superior. Así mismo, esta tipología descriptiva vuelve a introducir fórmulas

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matemáticas en este caso para conocer los índices de presencia de raspadores y buriles, así como de tecnología Auriñaciense.

4. COMPARACIÓ Y CORRELACIÓ DE AMBAS TIPOLOGÍAS

Se intentará ahora llegar a una aproximación de equivalencia entre las dos tipologías estudiadas. •

El primer grupo del listado de Laplace, las raederas, se dividen en base a la amplitud de su retoque; pese a que las definiciones por lo general no coinciden entre esta clasificación y la de Bordes, cierto es que este último también agrupa algunos tipos de estas basándose en su retoque. Tal es el caso de las raederas con retoque abrupto (26) o bifacial (28).



Las puntas también se dividen, primeramente, por la amplitud del retoque (Laplace), pero en la clasificación de Soneville-Bordes y Perrot se disponen en base a su definición (punta de Chatelperron, Gravette, Font-Yvens…). De todos modos, hay que tener en cuenta que las puntas ofrecen un claro ejemplo, como se comentará, de útil preconcebido; su nomenclatura, por lo general, se debe al yacimiento original donde fueron halladas. Aún así, en la clasificación de las puntas, aparte de los tipos concretos ya citados, se numeran otros según su morfología y retoque, acercándose en cierto modo a la clasificación laplaciana. De todos modos, el listado de puntas es muchísimo más amplio en el inventario descriptivo que en el analítico, ofreciendo u mayor número de tipos.



El grupo de los raspadores se compone de tres tipos (Laplace): frontales, en hocico y carenados. Bordes únicamente los engloba en dos tipos: atípicos y generales. Soneville-Bordes y Perrot ofrecen un total de 18 tipos distintos de raspadores; no comprende la tipología “frontal”, pero sí incluye los tipos carenados (11-12) y en hocico (13-14). (Soneville-Bordes y Perrot: 1954).

Laplace En hocico (G21-G22)

Raspadores Bordes

Soneville-Bordes En hocico (G21-G22)

Raspadores (30) Carenado (G3) Atípicos (31)

Carenado (11) Carenado atípico (12)

Correlación de tipos de raspadores entre la Tipología Analítica y la Tipología Descriptiva.

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Laplace clasifica los denticulados (D) en base a la amplitud del retoque; así, se define un subgrupo para los que tienen retoque marginal, otro para los que tienen retoque profundo (raedera, espina, punta y raspador) y un tercero para los carenados. Se comprueba ya que aparecen tipologías que, como se ha visto, tenían ya su grupo asignado, pero que, al aplicárseles un retoque denticulado, han de ser insertadas en un grupo aparte (denticulados). Contrariamente a como opera Laplace, Bordes define un solo grupo para todos los útiles y piezas denticuladas (43). En este sentido, quizá sea más acertada la clasificación Laplaciana, aunque, en parte, son similares: ambas crean un apartado concreto para los denticulados, aunque, en principio, Laplace lo hace de modo más detallado, definiendo tipologías concretas (ya citadas). Perrot y SonevilleBordes se acercan a la clasificación de Bordes, creando también un solo grupo (75) para toda pieza denticulada, sin mención de su tipología exacta.

Laplace Marginal (D1) Retoque Raspador profundo (D25) (D2) Punta (D24) Raedera (D23) Carenados (D3)

Denticulados Bordes

Denticulados (43)

Soneville-Bordes / Perrot

Denticulados (75) Laminilla denticulada (88)

Correlación de tipos denticulados entre la Tipología Analítica y la Tipología Descriptiva.



Los elementos con retoque abrupto (superior a 45º) hay que encontrarlos, en la Tipología de Bordes, dentro de los subgrupos de raederas (26) y lascas (46-48). Mientras que Soneville-Bordes y Perrot no contemplan grupos concretos para este tipo de piezas, Laplace los divide entre aquellos que disponen de un retoque marginal o los que lo tienen profundo. En conclusión, Bordes define los elementos con retoque abrupto aplicándolos a tipologías concretas (raederas y lascas), mientras que Laplace engloba a todos los abruptos únicamente en base a la amplitud de este retoque.

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Abruptos Laplace Abrupto marginal (A1) Abrupto profundo (A2)

Bordes Raederas (26) Lascas (46) (48)

Correlación de tipos abruptos entre la Tipología Analítica y la Tipología Descriptiva.



Las truncaduras se dividen (Laplace) en marginales, profundas y con ápice triédrico (combinatoria de los tipos profundos). El único elemento que específicamente se clasifica en base a la presencia de truncadura (Bordes) son las lascas (40). Para este tipo de piezas es mucho más detallada la clasificación de Soneville-Bordes y Perrot; define varios grupos en base a su confección sobre truncadura: raspadores, buriles, láminas y laminillas.

Laplace Marginal (T1) Profunda (T2) ….. Triédrico (Tx)

Truncaduras Bordes Lascas (26)

Soneville-Bordes / Perrot Buriles (19) (35-38) Perforadores (20) Láminas (60-64) Laminillas (84)

Correlación de tipos sobre truncadura entre la Tipología Analítica y la Tipología Descriptiva.



Para el grupo de los “becs” la clasificación laplaciana se dispone en base al modo de retoque: planos y simples (45º) por otro. Soneville-Bordes y Perrot disponen un solo grupo (24) para este tipo de piezas. Becs Laplace Bec-truncadura (Bc1) Bec-punta de dorso (Bc2)

Soneville-Bordes / Perrot Bec (24)

Correlación de “becs” entre la Tipología Analítica y la Tipología Descriptiva.



Anteriormente se había comentado el grupo de las puntas en general aplicado por Laplace. Dentro del orden de los abruptos, diferencia el autor tres tipos de puntas: de dorso, de dorso truncadas y bipuntas de dorso, en relación a criterios de modo y amplitud del retoque.

Al igual que en ejemplos anteriores,

apreciamos ahora la presencia de puntas de dorso truncadas, que componen un grupo independiente peor que, en definitiva, podrían también clasificarse dentro del ya comentado grupo de las truncaduras o el de las puntas en general. Estos aspectos dan que pensar, ciertamente, acerca de la posibilidad de que estos

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grupos, realmente, no sean del todo independientes unos de otros. Ni Bordes y Soneville-Bordes y Perrot diferencian grupos concretos de puntas de dorso (sí lo hacen, por ejemplo, con las laminillas). •

Las láminas de dorso con sistematizadas por Laplace en razón de la división “de dorso/de dorso truncadas”. Estas últimas pueden ser simples o bitruncadas, mientras que las primeras dependen de la amplitud y disposición del propio dorso y el retoque, como viene siendo habitual. Soneville-Bordes y Perrot especifican las piezas con dorso dentro de las laminillas, pero no dentro de las láminas. Así, tenemos las láminas ya comentadas, entre las que están las bitruncadas y truncadas, sin especificar si son de dorso o no.



Los tipos foliáceos, caracterizados por el retoque de modo plano, son divididos por Laplace en unifaciales (simples y compuestos) y bifaciales. De este modo, engloba todos aquellos elementos que presentan retoque plano en este grupo: raederas, truncaduras y puntas (unifaciales) y piezas determinadas por la presencia de truncadura y otros aspectos (unifaciales o bifaciales). La correlación con la tipología descriptiva es, en este caso, bastante compleja, puesto que no expresa, en los ejemplos expuestos, las características del retoque (fundamentales en este grupo, plano en su totalidad) ni su disposición por una o las dos caras de la pieza.



Los buriles se diferencian como un grupo independiente puesto que conforman, como ya se expuso, un tipo de retoque específico. De este modo, todos los tipos del listado de Laplace se corresponderían con el grupo general de buriles (32) de Bordes. Es evidente que los cuatro autores confieren al buril unos grupos específicos y una nomenclatura concreta en base a su morfología característica. Soneville-Bordes y Perrot diferencian tipologías diedras, sobre truncadura, planas, nucleiformes, múltiples, amén de las especificadas con un nombre concreto (Soneville-Bordes y Perrot 1956). No en vano, se dispone de una fórmula para concretar el índice de presencia de buriles en relación con el utillaje total.

En definitiva, es compleja la tarea de intentar correlacionar estos listados tipológicos, ante todo porque no se basan en los mismo criterios. En cierta medida, Soneville-Bordes y Laplace se acercan un poco a la Tipología Analítica al inventariar tipos en base al retoque que se les ha aplicado. 12

5. CRITERIOS CLASIFICATORIOS

Una de las diferencias principales entre las tipologías de Laplace y Bordes, Perrot y Soneville-Bordes es su criterio de clasificación. Ya se ha comentado que el retoque aplicado es el concepto principal que definiría, en base a

sus características, los

diferentes grupos tipológicos de la clasificación. Así pues, la presencia o ausencia de retoque marcaría la línea divisoria entre útiles o simples extracciones o restos de talla sin aparente función determinada.

La tipología de Laplace, pues, se centra en la estipulación previa de unas premisas concretas (modo, amplitud, delineación, dirección…) en base a las cuales se determina la clasificación de las piezas en uno u otro orden y grupo.

Bordes, Sonneville-Bordes y Perrot se basan en el estudio previo de útiles y piezas de diferentes yacimientos para, de este modo, determinar un total de 85 (Bordes) y 94 (Sonneville-Bordes y Perrot) tipos de útiles “característicos” del Paleolítico. Tales clasificaciones se determinarían en base a similitudes morfológicas que se irían repitiendo tras el estudio e inventario del bagaje industrial de diversos yacimientos; dicha clasificación tecnológica se confecciona sin tener en cuenta la función potencial del útil.

6. CLASIFICACIOES SUBJETIVAS

Ambas tipologías pecan de subjetivismo, en cierto modo. Las clasificaciones de Bordes y Sonneville-Bordes y Perrot pretenden englobar, en un grupo de 85 y 94 (respectivamente) tipologías distintas, a todo el bagaje lítico e industrial del Paleolítico. Es probable que se acerquen a ello pero, si así fuera, estaríamos afirmando y evidenciando la presencia de una estandarización de tipologías y tecnologías líticas en el Paleolítico. El subjetivismo al que se hace mención, por consiguiente, se refiere a esto, a la confección de una lista-tipo basada en criterios morfológicos y técnicos actuales, vistos desde la óptica del investigador, y no del autor de dicha industria. De todos modos, estos autores hacen mención de la difícil tarea de diferenciar aspectos concretos que, en parte, podrían ser fruto meramente de criterios estilísticos.

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También hay que tener en cuenta otro aspecto fundamental: estos inventarios nos acercan a formas concretas pero que, presumiblemente, no son las originales. Se clasifican, pues, los restos, los vestigios de antiguos instrumentos, sin tener en cuenta que, en la mayoría de los casos, son precisamente las formas resultantes de su empleo lo que nos llega y lo que conocemos.

De algún modo siempre habría que tener muy en cuenta la morfología y función original de la pieza (del útil), y no lo que queda de ella precisamente después de su uso.

7. EL COCEPTO DE ÚTIL

Por otra parte, también es necesario entrar de lleno en el concepto de útil; en este sentido, normalmente el retoque marcaría la diferencia entre éste o el simple resto de talla (lascas, láminas o laminillas, según su propia clasificación). Hasta aquí el concepto puede ser fácilmente entendible. No en vano, Laplace enfoca en el retoque todo el peso de su listado tipológico.

Así pues, el propio Laplace divide todos los tipos de útiles en base a la aplicación (sobre todo al ángulo) del retoque. Digamos, pues, que de este modo también está aceptando una cierta estandarización de las formas (por parte de los autores de las industrias líticas), pero, en mi opinión, no en tal grado como las tipologías de los demás autores citados en este trabajo.

Aún así, es evidente que la clasificación tiene un eminente componente subjetivo y personal del propio autor, al basarlo en premisas impuestas por él mismo (ya explicadas).

Pero, ¿hasta qué punto la presencia de retoque en una pieza le confiere a ésta, automáticamente, la denominación de útil? Es un concepto que hay que matizar.

No todo retoque ha de ser intencionado, y, aún siéndolo, tampoco tiene por qué buscar como finalidad obtener unas características morfológicas concretas. No contempla Laplace la posibilidad de que los supuestos retoques sean, en realidad, pseudoretoques fruto de fenómenos naturales o animales, o del mero uso de la pieza. 14

Incluso dentro del retoque en sí, la presencia de éste puede deberse al reavivado de la pieza, no estando encaminado a modificar la morfología de la pieza.

Veo aquí la principal deficiencia dentro de la Tipología Analítica de G. Laplace: aplica criterios morfológicos y técnicos de todo tipo al retoque, pero no atiende a la naturaleza de éste. De este modo, un supuesto útil no sería tal si su retoque no fuera intencionado.

Por otra parte, pero en referencia a este mismo aspecto, Merino (Merino 1994: 231) hace mención a la nula atención que se hace a los retoques intermedios, puesto que los tipos de retoque no son, en muchas ocasiones, claramente distinguibles y atribuibles a modos diferentes.

8. COCLUSIOES: ASPECTOS POSITIVOS Y EGATIVOS

Finalmente, y a modo de síntesis, se hace necesario recapitular los aspectos fundamentales expuestos para poder analizar los aspectos más acertados y los que, en principio, parecen menos correctos. •

Los criterios de clasificación tipológica estipulados por G. Laplace son, en principio, muy útiles a la hora de analizar una sola pieza, pues se divide ésta y se aplican una serie de factores concretos al retoque. De todos modos, hemos de tener en cuenta el dato que ya se exponía anteriormente: aunque en principio pueda ser interpretado como tal, la presencia de este retoque no ha de conferirle automáticamente a la pieza la denominación de útil; Laplace no diferencia entre retoques (intencionados o no) y pseudoretoques (de origen humano o natural), lo que, a mi parecer, es un grave error.



Por otra parte (cuestión ésta primordial) ha de tenerse en cuenta el hecho de que las piezas o útiles a estudio no exponen, en la mayoría de los casos, su morfología y características primigenias. Tanto Laplace como Bordes, Sonneville-Bordes y Perrot no tienen en cuenta este aspecto. No me parece del todo lógico, aunque quizá no exista alternativa (todo sea dicho), el sistematizar e inventariar unas piezas que, hoy, no son más que el resultado de su uso y su desecho. En definitiva, se estudian los restos de uso de una pieza original. 15



La tipología descriptiva, a través de su sistematización y creación de grupos tipológicos, en los que se van juntando por similitudes varias los componentes de utillajes diferentes, nos indica, de este modo, la presencia de una especie de estandarización en las formas, amén de la evidente intencionalidad. Cierto es que algunas piezas sí muestran clarísimamente una estandarización morfológica y una clara intencionalidad de búsqueda de unas características concretas; este es el caso, por ejemplo, de las puntas, elementos cuya morfología (variada, por otra parte) nos muestra sin duda la búsqueda de una forma definida y concreta. Otros supuestos útiles no son más que el fruto del trabajo sobre núcleo, pero sin una intención concreta, sin esa búsqueda de la forma perfecta dispuesta a una determinada función.



Otro aspecto a tener en cuenta es la presencia, en ambas tipologías, de los grupos “indeterminados”. Laplace, con un sistema de clasificación basado en premisas previas, no logra ubicar algunos elementos dentro de su inventario tipológico; así mismo, Bordes, Sonneville-Bordes y Perrot, van ubicando las piezas, por similitudes, en diversos grupos, pero algunos de estos útiles quedan fuera de toda denominación. Cierto es que, en el caso de Laplace, quizá estos útiles “diversos” requieran de una reinterpretación del listado tipológico laplaciano, pero, ¿por qué no se crean nuevos grupos en los listados tipológicos descriptivos?



Así mismo, existen grupos “atípicos” que, dentro de unas características que les confieren una tipología concreta, no se encuadran exactamente en ningún tipo. De nuevo vuelvo a plantear la duda acerca de por qué esas piezas indeterminadas no dieron lugar a grupos concretos.



Parece, por otro lado, y en cierta relación con el punto anterior,



La importancia de las tipologías recae, ante todo, en la creación de un lenguaje concreto que puede ser utilizado por otros investigadores. En este sentido, la Tipología Descriptiva recoge las principales nomenclaturas y definiciones que, en general, se emplean en tipología lítica. Es en este sentido más práctica que la Tipología Analítica. De todas maneras, la difusión de una u otra tipología no es homogénea, siendo cada una empelada en mayor medida en base a criterios zonales y de escuela.

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En base a mis criterios personales, en principio me parece más completa la lista tipológica de Soneville-Bordes y Perrot, por varias cuestiones: o Plantea fórmulas matemáticas que permiten conocer los índices de presencia de determinados tipos en relación con el total del conjunto estudiado. En este sentido, no se limita únicamente a atribuir a cada pieza unas características concretas, sino que muestra su grado de presencia. Los índices meramente tipológicos, que muestran la presencia de determinado útil, dan lugar a índices de índole cultural, donde se mide la presencia de tipos característicos de determinado horizonte cultural. o Engloba una nomenclatura específica que, modo de lenguaje, sirve de guía para el investigador. Universalización, al fin y al cabo, de los conceptos. Esta lista, por otra parte, sería, en razón a lo que se acaba de exponer, más fácilmente consultable que la de Laplace, donde los diversos aspectos de estudio del retoque pueden llegara a ser bastante complejos.

En definitiva, ninguna de las clasificaciones tipológicas es perfecta, eso está claro; ambas pecan de plantearse desde el enfoque subjetivo del propio investigador, puesto que es su propio criterio el que define la disposición de los diferentes grupos, en base, ante todo, a unas premisas preestablecidas, como es el caso de Laplace.

De todos modos, personalmente dudo de la existencia de una posibilidad factible de llegar, a corto plazo, a la confección clasificaciones tipológicas completamente objetivas y, por tanto, universales, pues, al fin y al cabo, siempre se regirán por aspectos concretos y, ante todo, definidos por el investigador actual. La finalidad, a mi entender, es la de intentar, ante todo, intentar comprender la mentalidad del autor de cada tipo industrial para, en cierta medida, llegar a un análisis real de la pieza en su estado y forma primigenio.

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BIBLIOGRAFÍA

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