¿Tiene algo que ver Florencia con la identidad europea?: Arte y turismo histórico para construir un mito

July 13, 2017 | Autor: Enrique Maestu Gda | Categoría: Sociology, European Studies, City Branding, Tourism, City and Regional Planning, Firenze
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Descripción

¿Tiene algo que ver Florencia con la identidad europea?: Arte y turismo histórico para construir un mito

Enrique Maestu Fonseca Universidad complutense de Madrid

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Índice 1. Introducción 2. Desgajar la precomprensión: Breves posicionamientos teóricos 2.1 Espacio 2.2 Estructura mítica 2.3 Civilización 2.4 ¿Cómo opera la estructura del mito? 3. Turistas y ciudadanos 4. Llegando al signo: La ciudad de Florencia 4.1 Re-imaginando la ciudad 4.2 Turismo en la ciudad 4.3 Instituciones públicas e identidad europea 5. Conclusión: El consumo de la mirada de civilización. 6. Bibliografía

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“Florence is nothing better than a vast museum full of Tourists” Stendhal (1994:317) “Firenze é una città volgare” Antonio Tabucchi (1998:8)

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1.Introducción Esto no es un trabajo de arte. Lo que a continuación presentamos es el intento de dar salida a una prognosis especulativa que trata de desarrollar una tesis fuerte -proveniente teóricamente de la intersección entre teoría social y la filosofía- sobre un espacio determinado. Lo que aquí tratamos es de indagar sobre cómo se genera y reproduce la identidad europea y de civilización occidental a través de las prácticas espaciales de contemplación de símbolos y signos en la ciudad de Florencia1. La idea que guiará el ulterior desarrollo es que las identidades o el imaginario occidental no es un conjunto cerrado de categorías y condiciones de pertenencias, sino que por el contrario, la creación de una identidad europea se realiza por medio de un proceso de interpretación histórica de hechos y símbolos en lugares concretos. El locus de lo que posteriormente vendría a ser considerado como Europeo está claramente definido espacialmente en determinadas ciudades o regiones que vivieron episodios económicos o políticos que desembocaron en la creación de aquello que hoy llamamos la modernidad occidental. En la actualidad, estas ciudades que en un pasado desempeñaron un papel clave en la construcción de la idea de civilización, mantienen su estatus como lugares

que

contienen la esencia de la occidentalidad, a través del mantenimiento de una fuerte actividad turística, que visita los centros históricos y los museos de las ciudades. Donal Mcneill afirma que la ciudad debe ser explorada tanto por su capacidad heurística como por ser un lugar de prácticas sociales. De esta manera se tratará de estudiar como la ciudad se ha reinterpretado a sí misma - y por parte de los visitantes- tras convertirse en una ciudad turística. Lo que a continuación presentamos, es un interrogarse sobre un sentido estético de una ciudad como conjunto y como éste es interpretado por quienes viajan para recorrer sus calles para encontrarlo. Curricularmente, este trabajo aun de manera heterodoxa encuentra su engarce en el temario dentro de la sección dedicada a la ciudad, aun siendo conscientes de que lo que aquí presentamos es de naturaleza diferente, y más que dar cuenta de las transformaciones en el urbanismo y arquitectura de las ciudades, establece hipótesis sociológicas sobre las consecuencias del cambio de la actividad productiva predominante en la ciudad de Florencia.

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Este trabajo no hubiera sido posible sin la ayuda de Nerea Maestu, con quién tantas veces hemos paseado por la galeria Degli Uffizzi, discutido sobre la autoría de obras o buceado en catálogos de museos. Asimismo es más que necesario agradecer al profesor Marcello Verga (Universitá d Firenze), sus aportes bibliográficos y orales sobre la historia fiorentina. A la Societá di Amici della galleria degli Uffizi por haberme acogido como miembro y permitirme transitar sus salas y su biblioteca sin el bullicio atronador de los turistas. Por último, agradecer a Victoria Arias, las discusiones y correcciones conceptuales que han hecho que plasmar estos pensamientos sea todo un desafío.

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2. Desgajar la precomprensión: Breves posicionamientos teóricos Asumimos por tanto que todos nos movemos en una idea preconcebida de lo que es Europa, cuáles son sus obras artisiticas mas relevantes, y cuales “deben” ser las ciudades más importantes. Por ello el ejercicio

que aquí pondremos en marcha representa el movimiento contrario. Vamos

a

conceptualizar teóricamente los conceptos cardinales que guían nuestra tesis, para posteriormente espacializarlos. Una tarea ardua, amén de correosa y siempre inacabada, pero necesaria para el propósito de este trabajo, que no es otro que el de establecer una mirada sobre un territorio geográfico muy reducido, que sin embargo en su existir como lo hace, genera unas sinergias tan fuertes en el territorio laxo de lo que se considera como europeo, que la configura como uno de los lugares de obligado paso, para cualquier viajero.

2.1 Espacio Así pues, nuestra investigación no puede sino fundamentarse sobre una noción espacial, y una asunción teórica que trato de formular aquí pero que entiendo que es discutible. El elemento espacial serian las ciudades históricas o de patrimonio si se analiza de forma abstracta, aunque en este caso

solo trabajamos con la ciudad italiana de Florencia.

teórico que realiza este trabajo, es que la identidad se genera

El primer punto de partida

espacialmente y que son los

contextos locales y regionales los que juegan un papel más fuerte a la hora de determinar el sentimiento de inclusión en una identidad (Van Houtum, 2001) o la fuerza de las `lealtades´ para con una organización político-normativo (Pizzorno 2007:381). Las identidades necesitan símbolos que establezcan las características y las condiciones de inclusión o participación reconocida dentro de esa idea. Mutatis mutandis nuestra tarea será la de estudiar cómo funcionan actualmente los símbolos mitológicos espaciales de la identidad europea. Se trata de investigar sobre que puede diferenciar a estas ciudades `míticas´ de las denominadas ciudades de patrimonio, creando una imagen de mito fundacional o constitutivo de la civilización occidental que las sitúa en un rango por encima del resto de las ciudades en términos culturales.

2.2 Estructura mítica Pensar que existen ciudades que tienen un valor simbólico más fuerte que otras no lleva a asumir la existencia de ciudades clave en el proceso de creación de la identidad europea en un momento histórico distinto y por causas diferentes. Ciudades que han sido vistas a los ojos de la historia como lugares condensadores o generadores de un espíritu de la época y que por tanto encarnan la esencia

de la civilización.

“Las representaciones míticas tienen su punto de partida

en 5

personajes, acontecimientos o estructuras históricas a las que, se imagina de modo que no corresponde a la realidad.” (García Pelayo 1978:21). Al configurarse una imagen mítica, la interiorización de esta,

pasa por aplicar una mirada no racional sino contemplativa. Ciudades

como Roma, Venecia, Paris o Viena son ciudades que son identificadas dentro del imaginario occidental como lugares históricos esenciales para configurar la identidad europea en términos culturales. Sería imposible concebir la idea de Europa tal y como la vemos ahora sin los procesos que albergaron estas ciudades en un tiempo pasado. Por lo que estos lugares generan un espacio mítico en donde se crea no solo una idea histórica de comunidad abstracta, sino también donde se crean y difunden los cánones de civilización. La misma fórmula sigue operando desde el siglo XVIII a nuestros días, continúan siendo un baluarte cultural que sanciona los valores europeos. Sin embargo, los avances en los medios de transporte y la sociedad de consumo estas ciudades pasan de ser identificadas desde fuera, a ser vistas y a ser vividas desde dentro. El turismo genera dinámicas nuevas en la ciudad y reconfigura su planeamiento, urbano, su orientación económica

y las

relaciones de los habitantes de la ciudad. Podría decirse que la ciudad al convertirse en un lugar visitado por miles de personas cada día, se reformula, se reorienta hacia la promoción y reproducción de una imagen mítica a través de los elementos simbólicos o espaciales a través de los cuales se transmite la `esencia´. La ciudad se engalana para convertirse en un pertpetuo ejercicio de `lifting´, en una ciudad atemporal. La pregunta ineludible es ¿Cómo es posible que el turismo de masas sea tan importante para la existencia de una identidad europea? ¿Qué implica esto para el isomorfismo de la ciudad? Y aunque parezca absurdo preguntárselo ¿Son todos los florentinos expertos en arte? La hipótesis es que los procesos de reproducción de la identidad europea a través de la ciudad de Florencia generan dos percepciones diferentes de la idea de Europa. De la parte de los turistas se genera una identidad espacio-histórica de Europa a través de la contemplación de los lugares míticos de la civilización y del consumo del repertorio cultural de las mercancías específicamente diseñadas para turistas. y de la parte de los habitantes de la propia ciudad la identidad europea se entiende y se potencia desde las instituciones como la existencia de una dimensión que da prestigio y mantiene el bienestar de los habitantes de la ciudad (Renzi,2010) 2, y además se entiende la idea de Europa como una comunidad espacial extensa a la que acudir como posibilidad de futuro para los habitantes jóvenes de la ciudad.

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Matteo Renzi ha sido durante dos legislaturas alcalde de Firenze y actualmente desempeña el cargo de Primer ministro de la República Italiana. Durante sus dos legislaturas como alcalde realizó una política de restauración del casco histórico orientada hacia la promoción y reactivación del turismo internacional. Además de tratar de fomentar una política de convivencia entre las masas de turistas y los habitantes de la ciudad.

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2.3 Civilización La cosa parece complicarse. Hasta ahora hemos hablado de dos conceptos con posibilidades de ser anclados a la ciudad de Florencia. Hemos hablado de espacialidad, porque sin duda Florencia, como ciudad histórica, ha generado en su territorio distintas innovaciones arquitectónicas y de planificación espacial. Asimismo, Florencia como mito toma sentido en cuanto que se trata de una ciudad que nunca ha dejado de producir

historia relevante desde que comenzara su área de

influenca en la baja edad media. Pero ahora nos resulta ineludible a nuestro propósito el hacernos cargo de la idea de civilización ya que hemos asumido previamente que las ciudades míticas proyectan una idea de participación en los valores de la civilización occidental, a través de una serie de dispositivos espaciales y simbólicos. Para ello es necesario generar la imagen conceptual de la idea de civilización que será la que se construya en la mirada del turista. Norbert Elías nos da los primeros lineamientos: "«Civilización» [...] se refiere a algo que está siempre en movimiento, a algo que se mueve de continuo hacia «delante».[...]

atenúa hasta cierto punto las diferencias nacionales entre los

pueblos y acentúa lo que es común a todos los seres humanos o debiera de serlo desde el punto de vista de quienes hacen uso del concepto"( Elías 1988:45-46)

Elías , traza una diferenciación entre el concepto de civilización y el de cultura, mientras que en el primer caso se trata de una idea

de comunidad imaginaria mas allá de las

fronteras imaginarias, el concepto de cultura tiene un carácter diferenciador, es decir, tiende a poner de manifiesto las peculiaridades nacionales y las diferencias entre los grupos. No obstante la idea de Europa como civilización debe de estar construida en torno a la identificación y reconocimiento de algunos significados y espacios comunes que Blokker trata de identificar. Para él la identidad europea “ is based on a specific set of thick of values , wich includes among other s Christianity , the experiences of the enligthement and the french revolution, and could be defined as Fortress Europe” (Blokker 2004:268). Cada proceso de generación y reformulación de la identidad europea tiene un lugar de nacimiento aunque su contribución a la idea de Europa o de civilización occidental se extienda por un territorio mucho más amplio. Son las ciudades que históricamente son consideradas como referentes dentro del imaginario de la idea de Europa, las que parece que en su espacio condensan los elementos primigenios de nuestra civilización. Quizá por eso, ciudadanos Franceses y alemanes viajaron con frecuencia hacia las ciudades de Roma o Florencia durante el siglo XIX buscando los orígenes perdidos

de la

civilización en la ciudad del Lazio y del renacimiento en Florencia. La idea de civilización 7

funciona como una suerte de tendencia identitaria europea que asocia con civilización occidental a todos aquellos momentos que contribuyeron a la esencia de la modernidad que hoy define inexorablemente la identidad europea.

2.4 ¿Cómo opera la estructura del mito? Elementos en disputa leídos en clave de civilización Podemos pensar las ciudades que generan la identidad europea de forma racional o de forma mítica. En el primer caso , el análisis crítico de las causas y de las consecuencias desemboca en una conclusión que es capaz de aportar evidencias empíricas acerca de porque la ciudad de Florencia es considerada por el imaginario europeo como un referente de civilización, pero sin embargo solo es posible averiguar cuál es el peso que esta ciudad en la idea de civilización de los europeos, si se analiza el discurso con el que describen su historia, de la forma en que visitan y contemplan esos lugares, entramos en contacto con una concepción mítica que genera un esquema interpretativo destinado a “crear y valorar sus propios mitos, no porque sea capaz de distinguir entre verdad y falsedad , sino porque su función es mantener y conservar una cultura contra la desintegración” (Gotesky 1952:530 en García-Pelayo 1978:19). No obstante, estudiar el mito como un referente simbólico es para Braudillard insuficiente ya que sostiene que “El objeto dado, en su contingencia de forma […] de función o de discurso, o si es cultural en su finalidad estética, tal objeto es un mito . Pero el objeto no es nada . No es nada mas que los diferentes tipos de relaciones y de significaciones que vienen a converger , a contradecirse y a anudar sobre el en tanto que tal” ( Braudillard 2010:48)

Un mito espacial tiene según García Pelayo varias funciones; en primer lugar es una visión integradora destinada a incluir a un perfil de individuo en su cosmología simbólica y espacial; también consta de una vertiente movilizadora por cuanto busca crear una imagen de un lugar que transforme su imagen y en la sociedad y por tanto producir nuevos actos y significaciones influidos por la visión del mito. Y por último se genera una visión esclarecedora del pasado y de las lógicas que van desde ese momento histórico hasta el presente, presentando la historia como algo natural, en lo que Roland Barthes llama `alibi´. El uso de los mitos en las sociedades seculares no se debilita sino que se instaura en la cultura global de la identidad Europea en forma de mitologema, es decir, como un conjunto de representaciones, en forma de imágenes y símbolos , amalgamadas en un todo, y que son susceptibles a modificaciones mientras se conserve el núcleo central (GarciaPelayo:20). El nacimiento del mito de la ciudad de Florencia como cuna del renacimiento data de mediados del primer tercio del siglo XIX y pervive en la actualidad. Durante este lapso de tiempo 8

las formas de conocer y visitar la ciudad han cambiado como también lo han hecho los medios de transporte y la mentalidad de los individuos europeos, sin embargo,

la base central no se ha

alterado, Florencia es la cuna del renacimiento, el momento en el que nace el pensamiento moderno europeo y por tanto sigue siendo uno de los lugares míticos de la civilización occidental. Braudel recrea el mito de forma inconsciente en su obra, al afirmar que las “ciudades (italianas) fueron las primeras patrias de occidente y su patriotismo fue ciertamente más coherente, mucho más consciente de lo que había de ser, todavía por mucho tiempo, el patriotismo territorial, lento en desarrollarse en los primeros Estados” (1984:448). La permanencia del instante epocal sigue presente en los ojos del visitante europeo por las calles de la ciudad de la misma manera que es reproducida por medio de las guas de viaje y los estudios académicos que aun de forma velada o inconsciente mitifican estos momentos históricos considerándolos

como

momentos

imprescindibles en la idea de civilización y situándolos en las plazas y palacios de la ciudad de Florencia entre otras ciudades. 3

3. Turistas y ciudadanos: La diferencia entre quien puebla y quien habita la ciudad. Para saber cómo se reproduce la identidad europea a través en el espacio de las ciudades míticas es necesario, estudiar no solo el espacio o el símbolo, sino también la propia sociología de aquel que percibe e interpreta y genera su propia cosmovisión, que en este caso tiene que ver con la asociación de las ciudades míticas con la identidad europea.

Si se utiliza una definición laxa de

turista buscando no discriminar entre los diferentes tipos de actividades sino en referencia al acto en si mismo, podría decir que el turista es “una persona

temporalmente ociosa

que

voluntariamente visita un lugar lejos de casa con el propósito de experimentar un cambio” (Smith 1989:2 en Boissevain 2003:218). la idea de turismo se convierte según Urry en una de las características de ser moderno a partir de los años sesenta, en los países del bloque capitalista cuando la idea “i need a holiday is a particular clear reflection of such a modern view of the need to consume time away from work” (Urry 1995:130). La idea

de poder trascender los límites

territoriales establecidos por la rutina de las obligaciones sociales, pasa de ser considerada como un lujo de las clases altas, a convertirse en un distintivo de las clases media o, incluso como sostiene Urry, a ser considerado socialmente como una “marker of citizenship” (1995:165). El aumento del poder adquisitivo de las clases medias de las economías fordistas industrializadas del norte de Europa se traduce

en términos de turismo en el alargamiento kilométrico de los destinos

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El intento de Mantener el espiritu de la epoca es una constante en todas las guias de viaje que este estudio ha consultado. Valgan como ejemplo la guia de Florencia en el Renacimiento de Vanucci y la Guida d´Italia del Touring Club italiano. Señalo estas particularmente por su seriedad expositiva y por la variedad de actividades que ofertan en su interior.

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vacacionales, así como en la diversificación de la oferta de destino. En la actualidad podemos decir que el turismo puede ser definido como: “A system of values uniting large segments of the world population from the richer countries. Groups with different national interests are brought together by a systematized knowledge of the world ,a shared sense of what is significant , and a set of moral imperatives” (Culler 1990:8)

En el caso de la ciudades míticas el turismo que transita por sus calles, realiza una actividad contemplativa y de culturización de los valores de la civilización occidental en donde “the aspects that are gazed are viewed because they are taken to be in some sense out of the ordinary” (Urry, 1995:132) y en donde

los lugares

que los visitantes transitan se

convierten en objetos

contemplativos a los ojos de la mirada del turista. El turista se interesa “in everything as a sign of tiself, an instance of a tipical cultural practice” (Culler,1990:3).

Ilustración 1 Mapa los museos e iglesias de Firenze visto desde Porta a Prato.

El turismo cultural y especialmente en las ciudades míticas y de patrimonio se crea entorno a marcadores que establecen que el lugar es susceptible de ser interpretado como atracción turística, es decir, es un tipo de representación que constituye la mirada como mirada cultural, haciéndola reconocible como tal a los ojos del turista mediante la aportación de un marcador (Culler, 1990:1210

14). Obviamente para que la visión sea plenamente satisfactoria debe de estar certificada como autentica. En el caso que aquí estudiamos tales marcadores se establecen en los símbolos artísticos y arquitectónicos que están presentes en la ciudad. La mirada del turista busca trazar una realidad inteligible y concordante dentro de su cosmovisión histórica, por lo que tendera a interpretar los símbolos según las categorías culturales propias de la idea de civilización occidental. El turista, no solo ve cuadros o visita iglesias, eminentemente desde un prisma estético, sino que más bien en el hecho de visitar un museo o una catedral, se transmite el relato de diferentes órdenes geopolíticos y situaciones locales y regionales que posibilitaron que esas obras y esos edificios se pudieran llevar a cabo. Por eso cuando se visita la Galleria degli Ufizi, más allá de los cuadros lo que se constata implícitamente a los ojos del turista son dos cosas. Uno, el nacimiento de la modernidad occidental a través de la representación del antropocentrismo como elemento central. Y segundo, la idea de creación y participación de la civilización occidental tanto en el plano económico como en el innovador.

4. Llegando al signo: La ciudad de Florencia 4.1 Re-imaginando la ciudad La región de Toscana, en la cual se encuentra inserta la ciudad de Florencia, ha sido uno de los lugares más dinámicos de Europa tanto en términos económicos como políticos, desde la baja edad media. En un territorio no demasiado grande se concentran una serie de ciudades que se disputan durante siglos la hegemonía por el territorio y por el comercio. A lo largo de los siglos la ciudad de Florencia mantiene la hegemonía y otras veces la pierde, exceptuando el periodo de la primera mitad del siglo XVI, en donde la hegemonía florentina sobre Pisa y Lucca es manifiesta. Sin embargo a partir del Siglo XVII, la ciudad de Florencia pierde su autonomía política y pasará a ser un dominio del Granducado de Toscana, status quo que continuara casi de corrido hasta la unificación de Italia. Hasta el primer tercio del siglo XIX Florencia es una de tantas ciudades del centro de Italia. Es a partir de las guerras Napoleonicas y sobre todo a partir de la Restauración de 1815, cuando intelectuales y o burgueses provenientes de Alemania, pero sobretodo de Inglaterra y Francia, comienzan a viajar a la península itálica, a asentarse en determinadas ciudades como Roma, Venecia y Florencia y a escribir literatura y/o ensayo científico, que cartografiaba históricamente a estas ciudades como lugares imprescindibles de la civilización occidental.

Algunos autores italianos

sostienen a su vez que son estos primeros “turistas” extranjeros, que visitan la ciudad no guiados bajo un interés comercial, sino sustancialmente contemplativo y cognoscitivo, los que 11

posteriormente trazaran la idea de la unificación italiana. El aumento del tránsito de personas

extranjeras por la ciudad de Florencia, transformar en el

medio-largo plazo tanto la posición de la ciudad en el imaginario histórico, la morfología urbana de la ciudad y los espacios de vida y socialización de la población autóctona. La ciudad se ha (re) imaginado no de manera autopoietica sino bajo un estimulo externo. Son los visitantes que desde la segunda mitad del siglo XIX llevan visitando la ciudad buscando las raíces de la identidad europea, y cuyo número se multiplica a partir de los años cincuenta del siglo pasado, los que promueven implícitamente los cambios morfológicos y de significantes, así como la reorientación productiva de la ciudad. En la dimensión histórica, la ciudad se configura como la ciudad mítica del nacimiento de la modernidad solo a partir de realizar una selección de la historia. El circuito del aprendizaje de los símbolos propios de la civilización occidental en las escuelas y academias, promueve una etapa de la ciudad que abarca simplemente los siglos XV y XVI, en la secuencia histórica de la modernidad occidental la historia de Florencia no ocupa ninguna otro capítulo de la historia, por lo tanto es lógico pensar que aquello que demanden los turistas sea la contemplación de una mercancía simbólica que corresponda al lugar pre establecido en su imaginario histórico.

Ilustración 2 Detalle de `La comedia ilumina Florencia´de Domenico de Michelino (1417-1491) en la catedral de Santa Maria dei fiore

De ahí que, a medida que la actividad turística comienza a adquirir un peso paulatinamente mas importante en la actividad productiva de la ciudad, se practique un mayor énfasis en

crear una 12

historia que acentúa la mercancía simbólica que el turista actual y en el siglo XIX el visitante extranjero, desean consumir. De esta manera se pone en marcha una ingeniera de re imaginación de la historia. Trazando una hermenéutica de los hechos gloriosos, establece una épica de los hechos y de los personajes que marcan el inicio de la modernidad en el renacimiento. La funcionalidad de la nueva historia sirve para crear un relato homogéneo en el que prevalece la gloria y lo maravilloso de las creaciones artísticas y arquitectónicas de la época, sobre

los acontecimientos menos

límpidos y moralmente defendibles que también contribuyeron a que Florencia fuera considerado como la cuna del renacimiento. La historia que se reproduce en las academias y en las guías de viaje para el turista medio, tiende a obviar acontecimientos como las guerras internas entre las diversas familias de la ciudad como la disputa de los güelfos y los ghibellinos4, o que el poeta símbolo de la reunificación italiana, Dante, fue desterrado de la ciudad de Florencia y sin embargo en la actualidad, Florencia lo reivindica como uno de las figuras clave de la historia de la ciudad. Asimismo el ejercicio de re-imaginación de la ciudad,

crea nuevas tradiciones presentándolas

como antiguas y consustanciales al espíritu de la ciudad. Es pertinente aquí mencionar el caso de la práctica del Calcio storico,, que

configura una ceremonia performativa en donde se busca

esencializar el carácter valiente y agresivo, debido a la ausencia de normas en el juego, pero también civilizado, por ser considerado como un deporte acotado en un tiempo y un espacio. Esta tradición, que es promocionada como antiquísima, es según el profesor Marcello Verga 5, una reinterpretación de un juego medieval en la forma y al que se le ha dotado de un trasfondo épico y místico. También es significativo indagar sobre como en

las ceremonias publicas de

conmemoración, se realizan espectáculos como la danza de las banderas, en donde los participantes llevan atuendos propios del siglo XVI, aunque el hecho que se conmemore sea o anterior o posterior a la etapa renacentista. Otro ejemplo podría ser, la práctica desaparición de la tradición gastronómica toscana de los espacios más transitados por los turistas, en su lugar se instaura el monopolio de la gastronomía del cliché italiano, que es el que se reproduce en el imaginario de la idea de Italia en la que Florencia no es una excepción. Podría decirse que quienes empezaron a imaginar a Florencia como una ciudad mítica y posteriormente como parte de una idea de civilización occidental , no fueron los propios florentinos sino intelectuales como Byron, Stendhal o Foster que con sus obras dan cabida que se abriera 4

Entrar a discutir sobre la relevancia de este episodio de la historia florentina no es el objeto del presente trabajo. No por ello debe caer en el olvido. Tres fuentes no historiográficas pueden ayudar a situar las disputas políticas en la Florencia del Quatrocento y Cinquecento. “Los principios del gobierno representativo” de Manin. “El momento maquiavélico” de Pocock y la “Historia de la Teoria política” de H. G. Sabine 5 La mayor parte del análisis histórico se ha obtenido de los consejos y seminarios del profesor Marcello Verga de la Università degli Studi di Firenze, cuyas observaciones bibliográfica san sido particularmente útiles para pensar este trabajo.

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camino el nacimiento de una percepción de la idea de pertenencia a una comunidad supraestatal y que con el avance de la sociedad de consumo y del surgimiento del turismo de masas, genera un relato de la ciudad modificado con arreglo a los criterios analíticos de la historia destinada a satisfacer las expectativas del turista o el visitante.

Ilustración 3 Fotografia de Firenze durante la gran inundación de 1966. punto de inflexión en la politica de conservación del patrimonio cultural

En segundo lugar, la morfología de la ciudad muta su tendencia de crecimiento a medida que el turismo de masas crece a partir de la segunda guerra mundial. Se puede hablar incluso de una influencia del turismo sobre el modelo de sprawl urbano en el siglo XIX cuando la nobleza florentina y la burguesía autóctona o extranjera comienza a abandonar el masificado centro de la ciudad para edificar pequeños países alrededor de las numerosas colinas que circundan la ciudad. No obstante,

los cambios más importantes en la orientación de la ciudad, dejando un lado el

fenómeno de la deslocalización industrial, se ha dado en los espacios por los que ahora transitan las masas de turismo. El espacio urbano del centro de la ciudad se reconfigura desde los años sesenta hasta la actualidad. El centro de la ciudad deja de tener una función motriz de la ciudad en donde se generan los negocios o por donde transitan los habitantes, para

convertirse en un centro

histórico en donde los procesos que se dan son mayoritariamente de contemplación de los monumentos históricos relacionados aparentemente con el renacimiento y con el consumo de bienes de lujo y mercancías conmemorativas de la visita.

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El centro de la ciudad, fundamentalmente por donde los turistas transitan, se peatonaliza para permitir una mayor movilidad y tranquilidad en la actividad contemplativa. Los lugares

de

referencia pasan a tener una única función en la ciudad. La producción y la reproducción de una imagen mítica de civilización occidental, que se plasma en los lugares mas transitados por el turista de tal modo que se tiende a resaltar los símbolos míticos sobre el resto del paisaje. Las ciudad tiende a volver a producir una imagen de un centro histórico anclado en el siglo XVI, pero poblado de comercios en las plantas bajas que venden complementos de lujo propios de la civilización occidental o tienden a reproducir los cánones gastronómicos de la italianidad. Los edificios simbólicos de la etapa anterior al renacimiento, son marginados o reinterpretados por la industria cultural de la ciudad. Sirven como ejemplo aquí la iglesia de Santa croce, Iglesia comenzada en el siglo XIII y cuya fachada, que data de finales del siglo XIX, imita un estilo renacentista, se convierte en el panteón de los hombres ilustres de Italia. Otro ejemplo puede ser el museo Barghello, que durante los siglos XI y XII fue el epicentro de la vida política de la ciudad, queda convertido en el siglo XX en un museo de escultura renacentista olvidándose así su pasada función ejecutiva en detrimento del Palazzo vecchio , símbolo actual del poder civil desde la época medicea.

Ilustración 4 vista del Ponte Vecchio desde el Lungarno. Lugar de especial relevancia turistica por la cantidad de comercios que venden producto de alto valor añadido en sus soportales

La lógica que guía la transformación urbana de la ciudad la de crear un escenario urbano en que “ las imágenes enfaticen los caracteres textuales e ideológicos del paisaje tratando los elementos como signos que pueden ser situados en un nuevo contexto para componer una history of destination atractiva y coherente [...] iluminando ciertos elementos del paisaje mientras que se olvidan otros” (Marwick 2001:419 en Jokela 2011:53). No es por casualidad, que la imagen que tiende a promocionarse en las páginas web de agencias de turismo, en las guías de viaje y la que suele ser la primera visión de la ciudad que tienen los turistas al llegar, sea la vista de la ciudad desde el Piazzale Michelangelo, una vista panorámica de la ciudad en donde sobresalen los 15

elementos arquitectónicos propios de la etapa del renacimiento. Esta plaza fue creada a principios del siglo XX con una intención, según Berengola , meramente de promoción turística, para crear una visión de conjunto de la ciudad a los ojos de los turistas. Simbólicamente, lo que provoca esta imagen es que turista guíe sus ojos hacia la ciudad hacia los elementos míticos del renacimiento como la cúpula del Duomo de Brunelleschi

o el Ponte Vecchio, olvidando

los elementos

medievales que quedan en la otra dirección y que son numéricamente mucho menos visitados, como ocurre con la iglesia de San Viniato, símbolo del último románico italiano.

4.2. Turismo en la ciudad: La identidad europea en los espacios y recorridos El sector del turismo en Florencia se ha conformado como la actividad comercial principal en el centro de la ciudad tal y como muestran las estadísticas de la región de Toscana para el último trimestre de 2011. El 60% de la actividad productiva de la ciudad en 2004 provenía de los ingresos derivados del turismo, es decir, visitas a museos e iglesias, actividades de ocio para turistas y ocupación hotelera. Este cambio en la orientación productiva de la ciudad desde los años sesenta hasta la actualidad ha generado un proceso que ha afectado a la ciudad, sino también a quienes la puebla y que la transitan. Al modificarse la imagen de la ciudad también lo han hecho los espacios que son utilizados por los habitantes y los turistas para diferentes funciones. Un ejemplo de esto podría ser la función que tiene un parque para un habitante de la ciudad y para un turista. En el caso del ciudadano de Florencia, por ejemplo, el parque Delle Cascine que otrora fuera los jardines de la nobleza florentina, ahora es utilizad como parque público de transito y de encuentro por parte de la población local. De la otra parte, en los jardines de Boboli son interpretados de forma distinta a los ojos de turista como un lugar de contemplación de un espacio esencializado por la heurística primigenia de la civilización occidental. Aunque ambos espacios tienen un trasfondo histórico que proviene de la misma matriz, la cuestión es que el segundo fue elegido como lugar en destinado a la contemplación de una mercancía inmaterial destinada a crear una idea de la magnificencia y superioridad de la Florencia renacentista y por tanto de pago y la segunda se ha conservado como un lugar público y destinado a actividades lúdicas. En el ejercicio de atribución de utilidades y funciones sociales y económicos a los diferentes espacios de la ciudad “las condiciones espaciales de la vida material se conforman a través de sus representaciones tanto como las representaciones adquieren su forma siguiendo los contornos espaciales de la vida material” (Agnew y Cordbridge 1005:47) El centro de la ciudad de Florencia, como ya se menciono en el epígrafe anterior,

abarca un

espacio de dimensiones reducidas por el que transita la mayor parte del turismo en una serie de 16

recorridos establecidos de forma mas o menos rígidas por las oficinas de información de la ciudad, las guías especializadas de viaje y los mapas de la ciudad que se venden en las tiendas y kioscos del centro. El espacio transitado por los turistas se reduce al cuadrado conformado Piazza della Repubblica, el Duomo, Piazza della Signoria-ponte vecchio y Santa Croce, en una zona completamente peatonalizada y colonizada por negocios de que ofertan bienes de lujo, gastronomía típica o tiendas de recuerdos. La idea de que los tránsitos de los turistas fluctúen en torno a edificios simbólicos por su valor artístico o simbólico de un tiempo pasado tiene para Michael Pretes un sentido vital a la hora de explicar a través de que mecanismos se difunde la idea de europeidad en la ciudad, para Pretes; “archaeological”tourism sigths with censuse , maps and museums that are essential institutuions in the creation and domination of immagined communites (2003:54). El modo en que se crea esta comunidad imaginada o identidad europea es mediante la colección de imágenes y saberes asociados a lugares

específicos

para así creer que ver la

comunidad de destino con los “propios ojos” (Jokella,2003:54). El hecho de la actividad contemplativa del turista en la ciudad, interactuando entre la oferta de turismo y la demanda de consumo simbólico del visitante

puede ser

interpretada como una “metáfora fetichista que

consiste […] en analizar los mitos en términos de fuerza, de fuerza mágica trascendente […] transferida a seres , a objetos, y cuyo flujo puede ser regulado y desviado en beneficio suyo por el individuo o por el grupo” (Braudillard 2010: 84). Por eso cuando Girardin, Dal Fiore, Blar y Ratti, investigadores de la Universidad Pompeu Fabra y el MIT deciden poner en marcha un proyecto para poder, entre otras cosas, conocer los lugares más fotografiados por los turistas en la ciudad de Florencia a partir de las fotos que los propios turistas colgaban en la red social Flicrk , intuyen en las conclusiones preliminares la idea antes expresada, tal y como lo expresan los autores “ we consider that uploading , tagging and disclosing the location of a photo can be intepreted as an act of physical presence in time” (2011:2).

Ilustración 5 Turista se fotografía en el piazzale Michelangelo, detras puede observarse el centro historico de Firenze hasta las colinas de Fiessole.

Es lógico pensar que el turista tendera a fotografiar los lugares que el considere de más relevancia 17

por su estatus, ya sea estético o ya sea percibido como un símbolo de la civilización occidental. La identidad europea solo puede manifestarse a través de un reconocimiento de los símbolos de la civilización occidental y en donde la noción de participación en un proyecto colectivo se hace indispensable para el turista, de ahí la práctica de retratarse junto a los monumentos históricos más famosos y no junto a un edificio moderno, la participación en la idea reproduce el mensaje simbólico pero también político , pero no solo, con la acción de turista sobre la ciudad no solo pone en marcha los mecanismos de reproducción de la identidad europea, sino que progresivamente tiende a modificar tanto los mecanismos a través de los cuales el turista percibe la idea de civilización occidental, es decir, a través de la industria cultural y las modas del turismo) , como también la propia idea de Europa que se transmite, ya que la idea de Europa no se crea a través de la visita turística, sino que se refuerza en su concepción dotando a la idea de una dimensión histórica. 4.3. Instituciones públicas e identidad europea: El Festival d´Europa y la notte Blu Hasta este momento este trabajo ha tratado de explicar cómo se trasmite y se reproduce la idea de Europa en el centro histórico de la ciudad a través del turismo y de otras prácticas. Este análisis se ha centrado en una dimensión de la realidad, por lo que asimismo también es necesario indagar sobre los medios a través de los cuales las instituciones públicas promocionan la idea de Europa, no hacia los turistas, puesto que ya fue trabajado en epígrafes anteriores, sino en actividades que están destinadas particularmente hacia la población local, es decir, como las instituciones tratan de incentivar la integración de los ciudadanos en el proyecto de la Unión Europea. En concreto nos referimos aquí al Festival d´Europa celebrado en mayo de 2011 dentro del programa Europa para los ciudadanos promovido por el parlamento europeo. A priori puede resultar lógico que en aquellos lugares en donde la actividad principal actividad económica es el turismo y el centro de la ciudad se convierte en un lugar gentrificado por el que prácticamente transitan los visitantes y en donde el espacio se diseña para la satisfacción de sus necesidades, generen un sentimiento contrario entre la población local hacia el turismo, que en ocasiones tienden a esconder aspectos de su cultura y sus festividades a los visitantes Boissevain sostiene que los “los medios que usan para hacer frente a este ataque incluye la resistencia encubierta y pasiva , la ocultación , el vallado , la protesta organizadas y la agresión” (2005:222). si bien podría estudiarse hasta qué punto es veraz la idea de que los habitantes de Florencia tienen espacios de socialización fuera de los circuitos turísticos, estableciéndose en la periferia y dejando el centro de la ciudad al turismo, al menos parece que esta tendencia no afecta a la programación de actividades culturales. No solo se trata de la celebración de grandes eventos como el del Festival 18

d´Europa, sino a través de la puesta en marcha de pequeñas iniciativas promovidas en ocasiones por redes ciudadanas o por fundaciones privadas que organizan eventos que tiene como objeto discutir o explicar practicas que tienen que ver con diferentes dimensiones de la idea de Europa. En esta acción son particularmente importantes tanto las bibliotecas como la Biblioteca Delle Oblate que en su programa mensual incluye casi todos los meses actividades con intelectuales y escritores europeos o se debaten cuestiones de orden transnacional. Como los pequeños museos de la ciudad, situados en los márgenes de los recorridos turísticos que organizan exposiciones

abordando

cuestiones que de forma directa o indirecta trazan los vínculos sociales y espaciales de la europeidad. No obstante parece que las pautas de socialización espacial (Paasi 2007:15 en Lois 2011:3) de la población autóctona respecto al turismo no

se configurado sustancialmente en

reacción frente a la presencia del turismo de forma significativa, más allá de las criticas que surgen de algunas asociaciones de carácter ciudadano como el Cpa o el Csa Next-Emerson, o de algunos colectivos de artistas que se lamentan de la perversión de la “esencia mágica” por parte de los turistas (Plattner, 2003). Parece que la población de la ciudad de Florencia han reconocido que su propio sistema de bienestar en gran medida debido a la actividad turística, o como dice John Urry: “it should be recognised that some places only exist because of visitors , that the very place , the particular combination of landscape and town space , could only exist because of visitors” (Urry 1995:166) Concretamente, el Festival d´Europa y la Notte Blu, son dos eventos que tienden a hibridar los espacios de socialización de los ciudadanos con los espacios de transito y contemplación de los turistas. La idea del festival de Europa que se en enmarca en el programa Europa para los ciudadanos es la de “acercar a las personas pertenecientes a las comunidades locales de toda Europa, para que puedan compartir e intercambiar experiencias opiniones y valores, a partir de la enseñanza de la historia y actuar para construir el futuro” (Web Toscana ,2011) Este programa europeo de financiado con 215 millones de euros y en donde participan diferentes ciudades de la Unión europea, trata de promover situaciones de encuentro entre las diferentes realidades que pueblan el espacio de la UE. No solo se trata de organizar la simbiosis entorno a la celebración de festivales y circulación de artistas, intelectuales y exposiciones artísticas por las diferentes ciudades sino que además el programa incluye otra serie de proyectos que incluyen los intercambios culturales entre los alumnos de enseñanzas medias y el hermanamiento entre ciudades de la Unión Europea. La voluntad de participar en un programa que trata de potenciar la europeidad de la ciudad como Florencia puede parecer como contradictoria según los postulados mantenidos por este trabajo, ya que si hablamos de Florencia como uno de los lugares míticos de la idea de Europa podría resultar paradójico tratar de promocionar la identidad europea en uno de los lugares que la 19

generan. La respuesta se halla en que la significación de la idea de Europa se configura en dimensiones diferentes para los turistas. Tal y como las instituciones públicas interpretan la idea de Europa como posibilidad de aplicar políticas públicas o de generar un mayor dinamismo en su actividad económica, promoción de la idea de Europa como un proyecto de modernidad. Por ello si analizamos en los discursos del alcalde de la ciudad, las referencias a la idea de Europa, esta tiende a expresarse siempre mediante la proyección una idea de futuro, de una dimensión espacial que cumple con la función de mantener el bienestar económico de la ciudad pero que al mismo tiempo se promociona como una vía de futuro para la juventud de la ciudad. No es casualidad que el festival de Europa fuera auspiciado y promovido inicialmente por el Instituto Universitario Europeo de Fiessole, un centro de investigación y de posgrado financiado por la unión europea y que promueve estacionalmente debates en la ciudad acerca de cuestiones de índole europea y en donde se celebró la presentación del festival. Los discursos pronunciados tanto por el entonces ministro de exteriores italiano, Franco Frattini, el de Josep Borrel y el de Durao Barroso, se centraron como piedra angular de su argumentación sobre la necesidad de afianzar los nexos entre las diferentes regiones y territorios de la Unión Europea y que solo mediante el conocimiento de la unión en la diversidad se podría avanzar hacia el futuro de la Unión. Más allá de los discursos institucionales, la celebración de este festival que terminó con la celebración de una noche cultural llamada la notte blu, desplegó sobre la ciudad, un programa de actividades muy amplio, y en donde cada espacio acogía a un tipo de actividad diferente. El estudio del programa del festival nos permite sostener preliminarmente la siguiente tendencia. Mientras que en los lugares de socialización de la población autóctona se ofrecían espectáculos y debates de carácter propiamente cultural o intelectual , como exposiciones, performances o debates, en los espacios frecuentados por los turistas las actividades realizadas se conformaban como actividades de ocio y de contemplación desde un prisma diferente los mismos espacios de contemplación. Simplificando la tendencia podría decirse que las actividades folklóricas e intelectuales se desarrollaron fuera de los circuitos turísticos mientras que en estos se tendía a ofrecer un complemento de ocio a la propia actividad turística. El festival de Europa sirvió para ampliar el conocimiento de la población local sobre la idea de Europa así como para pensar en la existencia de mas dimensiones además de la política dentro del proyecto de la UE, mediante la promoción de una dimensión cultural y de valores laxos de lo que es la europeidad a través de la celebración de actos y festivales, la idea de Europa se transmite en la ciudad de Florencia tanto hacia la población autóctona como hacia la visitante. 20

5. Conclusión: El consumo de la mirada de civilización. Dona Mcneill se pregunta sobre qué significa ser europeo “in a space of marked mobility and transcience, multicultural presence from around the world and weak attachments to a place called Europe” (2006: 219). El significado de ser europeo y identificarse como tal no puede ser definido bajo un solo axioma categorizador. La identidad europea no tiene una forma univoca de manifestarse, de hecho los límites de lo que puede ser considerado como europeo o como no europeo se reinterpretan dependiendo de donde se establezca el locus de enunciación. Es cierto que la creciente movilidad territorial y el asentamiento de sociedades de composición multicultural ha socavado la identidad clásica del estado nación en tanto que articulación de un proyecto que se sustentaba en una idea de comunidad única, en donde todo lo que no era la nación eran los bárbaros (Bauman: 2004-22). Sin embargo, la identidad europea no transita por el mismo camino. La idea de Europa además de poderse entender de múltiples maneras, mantiene un elemento común que lo hace diferente a la idea de identidad nacional. Esto es, se trata de una identidad en donde la idea de comunidad trasciende los límites territoriales y se configura de tal manera que se edifica como un imaginario espacial que genera realidades político-institucionales. La idea de Europa se genera como producto de la modernidad y esta intrínsecamente ligada a la idea de civilización occidental. Y a los lugares que son identificados como los generadores de la actitud europea.

Ilustración 6 Fotografia tomada desde la cupula del Duomo, muestra la cola para acceder a la cúpula de Bruneleschi

Las ciudades míticas a día de hoy cumplen una función de reproducción de las cosmovisiones 21

posibles en torno a la idea de los valores que promueve la identidad Europea. La ciudad de Florencia no emite un dictamen hacia el turista que transita sus calles o visita sus museos. Son los los visitantes quienes interpretan el símbolo y lo interiorizan como un espacio histórico constitutivo de la civilización occidental o no. El proceso que se ha producido en Florencia

ha sido una

continua readaptación de las tradiciones históricas, el planeamiento urbano y comercial, hacia la satisfacción de una demanda emitida por los turistas que

venían a reconocer los lugares

constitutivos de la modernidad occidental que habían aprendido en las escuelas academias de sus lugares de origen. El turismo de masas con su acción lo que realiza en última instancia es trazar una cartografía implícita de los espacios de la europeidad. De ahí la importancia de que en el ritual del turista, se pueda encontrar la “esencia” de lo europeo en el espacio. En las ciudades industriales o de negocios como Londres o Amberes, la identidad europea es asociada a un rol de nodo recombinatorio (Berardi 2010:171) de flujos de mercancías, asociado quizá más a la idea de Unión europea en cuanto a espacio de movilidad y que en donde en todo caso, prima la esfera económica sobre la identitaria. En cambio es en las ciudades míticas allí donde la percepción de la dimensión histórica y social de la identidad europea toma más sentido. La asociación de que en esos lugares míticos ha sido donde se comienza a generar esa cosmovisión, con la realidad cotidiana de las ciudades industrializadas y economías del bienestar que casi siempre confluyen en la UE. Es esa conexión la que termina por establecer esa cartografía identitaria de los espacios europeos.

Ilustración 7 Turistas disfrutan de "la luz de la toscana" frente a la casa museo de Galileo Galilei situada en la orilla este del Arno

Entonces ¿Cuál es el papel que juega las obras de arte en la producción de una identidad europea? 22

La respuesta por lo precipitado del estudio tan solo puede permanecer como tentativa. Siendo conscientes de que aquí hemos utilizado la noción de obra de arte sin precisar una definición siquiera a medio camino, y que la obra de arte en sí, ya sea como pintura, arquitectura, escultura o urbanismo, ha sido el gran protagonista que sin embargo no comparece tal en todo el recorrido que ahora llega a su fin. Siendo conscientes de esto, no es posible dejar de decir una obviedad, que no por ser tal, tiene menos de cierto. Y es que los turistas, vengan de donde vengan, recorren la ciudad para ver arte. Y particularmente, una serie de cuadros, esculturas y edificios que son símbolos. Emblemas, o figuras sobresalientes producto de una narración de la historia de lo bello, que ha canonizado unas figuras sobre otras, hasta tal punto que las ha elevado hasta un estatuto nunca pensado por sus autores y que pasa por mutar su estatus ontológico. “El nacimiento de Venus” ya no es solo visto desde los ojos del experto, como un prodigio técnico de la pintura, o por el poeta, como la sublimación de una alegoría mítica. La obra, con el advenimiento del turismo de masas, se convierte en un espejo que devuelve una mirada indolente, que ha nacido de los ojos del turista, y que le es devuelta como algo inexplicable y reconfortante. El lienzo y su policroma han devenido signo de otra cosa que poco tiene que ver con la idea del artista o con los ojos del experto. Los símbolos siempre remiten a un ulterior objeto, los signos, son rasgos que ineludiblemente deben de aparecer o ser leídos en el ambiente, para remitir a una cosa que sin embargo es sistemica, esto es, que es mayor que el sumatorio de todos ellos. Los antropologos no se han puesto de acuerdo a día de hoy, no han resuelto todavía el enigma del concepto de cultura. Nosotros tampoco hemos sido capaces de decantarnos fidelignamente por ninguna definición aunque vuelve a ser necesario admitir que el desarrollo se ha guiado en una cierta comprensión no explicitada. No sabemos qué es la cultura europea, si atendemos a las características

que comparten las formas de organización de ese espacio geográfico laxo y

cuestionado que entendemos por Europa. Pero si que sabemos qué ciudades son las que operan como núcleo generador y reproductor de esa cultura. De la misma manera que es razonable decir que la creación y acumulación de escuelas y obras de arte en una urbe, corresponde a los periodos de bonanza económica e incluso de expansión militar. Periodos que a su vez se enmarcan como periodos relevantes dentro de la historia, por los historiadores que con su hacer, generan una narración en donde opera permanentemente una jerarquía de relevancia en la construcción de un relato, que con el nacimiento de la historiografía sistemática en el siglo XIX, vuelve sus ojos a los siglos precedentes en un historizar maniqueo y categorizante. Burchardt ( BUSCAR), y su historia de Italia en el renacimiento, ilustra precisamente esta corriente. Que eleva a rango académico una determinada forma de indagar el pasado que genera un mito originario, y aquí las obras de arte es donde adquieren su estatuto de signo de la cultura europea con mayor plenitud. 23

Obras como el David adquieren un doble cariz al ser visto. Por una parte son un cronotopo (Koselleck, 2011), y por otra son un signo de lo que es la cultura europea. Lo son de manera tan radical, que el identificar estas obras de arte o no hacerlo, marca la inclusión o degradación del sujeto dentro de su comunidad. La obra de arte es consumida como un consumo de civilización (NOTA AL PIE), es vista , pero no leída. Se conforma como un rito de paso hacia la obtención de una membresia de un club que, sin embargo, nadie es capaz de definir satisfactoriamente que es lo que le permite contarse entre los que conocen la cultura europea. Es este nuevo consumir que manifiesta el hambre de civilización el que de la misma manera que en los museos vacía salas y llena otras, constriñe a los turistas a cumplir con maratonianas jornadas de visita a los símbolos de la ciudad. Así, la ciudad transida, es recorrida de una punta a otra a costa de no saber si se trata de una zona güelfa o ghibellina. La ciudad es histórica a costa de olvidarse de contar su propia historia para pasar a contar su otra historia. 6. Bibliografía - Agnew, J. y Cordbridge , S. : Mastering Space: hegemony , territory and International Political Economy (1995) , Routledge , Londres - Alvarez Junco, J.: ¿ Que es civilización? ( 2006) Fundación Atman. - Arcidiacono, C: `Appunti per il turismo sostenibile dei centri storici´[on line] - Berengola , M: Citta italiana e citta europee (1974) Ponte alle grazie. milano - Blat, J. ; Dal Fiore, F.; Girardin, F.; Ratti, C.: `Understanding of Tourist Dynamics from explicitlyDisclosed Location Information - Blokker, P.: Europe “united in Diversity; from a Central european identity to post-nationalitiy? (2008). publicado en European Journal of Social Theory nº 11 pp. 257-274 - Boissevan , J. : `Rituales ocultos .: `Protegiendo la cultura de la mirada turistica´. En Revista de Turismo y patrimonio cultural Vol .3 nº2 (2005) pp. 217-228 - Braudel , F.: Civilización material, economía y capitalismo : siglos XV-XVIII . Tomo 2, Los juegos del intercambio (1984) Caps 8 y 9. Alianza - Braudillard, J.: Critica de la economia politica del signo (2010) Siglo XXI. Madrid - Culler, J.: `The semiotics of tourism´. En : Framing The sign : criticism and its institutions (1990) University of Oklahoma Press 24

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