The philosophy at the dawn of Viceroyalty of Peru / La filosofía en los albores del Virreinato

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Descripción

Revista Académica de la Escuela de Filosofía Abril-octubre 2015

Metanoia

N° 1

Revista Académica de la Escuela de Filosofía Abril-octubre 2015

Metanoia

N° 1

Metanoia N°1

Revista Metanoia N° 1 Revista académica de la Escuela Profesional de Filosofía de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya. Abril-octubre 2015

CONTENIDO

DIRECTOR Jean Christian Egoávil CONSEJO ACADÉMICO Richard Bernstein / David Ingram / Augusto Hortal / Alberto Cordero Lecca / Roberto Rubio / Rafael Fernandez-Hart, SJ / Soledad Escalante / Gonzalo Gamio / César Escajadillo / David Villena ©De la presente edición: Universidad Antonio Ruiz de Montoya Av. Paso de los Andes 970 / Pueblo Libre / Lima 21-Perú Telf. (51-1) 7195990 www.uarm.pe

Lima, octubre de 2015

PRESENTACIÓN

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ARTÍCULOS

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Voluntad Y Reflexión: La Libertad del Hombre en el Sílex del Divino Amor de Antonio Ruiz de Montoya

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Martin Heidegger y La Crítica a la “Indeterminación Ontológica de La Conciencia” En La Fenomenología Husserliana

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La Noción de Reconocimiento en la Hermenéutica Gadameriana La Estructura Lúdica de la Vida y su Autointerpretación Hermenéutica

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La Filosofía en los Albores del Virreinato

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RESEÑA DE LIBROS

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En Defensa de Causas Perdidas

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COLABORADORES

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PRESENTACIÓN

Nuestra universidad en estos momentos experimenta cambios importantes no solo en su estructura arquitectónica (edificios, aulas y espacios nuevos) y en su estructura interna (personal nuevo, oficinas nuevas, mayor número de alumnos, etc.), sino también experimenta cambios en su estructura espiritual. Y me refiero con el concepto estructura espiritual a los ideales universitarios y humanos con los cuales fue fundado este centro de estudios. Ideales heredados de la tradición universitaria medieval que en el siglo XVII fueron “reelaborados” por los jesuitas y siglos más tarde fueron nuevamente “reelaborados” por un grupo de jesuitas en el Perú para fundar en los años 90 la Escuela de Filosofía y Pedagogía Antonio Ruiz de Montoya, antecesora de nuestra universidad. Desde entonces, el estudio de las artes, de las letras y de las ciencias constituye un noble proyecto humanista de formación de futuros profesionales cuya contribución al país desde la creación de la Escuela hasta la fundación de la universidad se contextualiza en una sociedad que ha experimentado cambios importantes, desde un panorama nacional muy sombrío de crisis material y espiritual, de guerra y muerte, de pobreza y hambre durante los años 90 hasta nuestros días en donde el Perú -en una mejor situación- se proyecta dar pasos de cambio hacia un mejor país. En este contexto, nuestra Escuela de Filosofía ha iniciado desde aproximadamente un año atrás el proyecto de elaboración y edición de una revista académica en donde confluyan las diversas opiniones filosóficas. La Escuela necesitaba de un espacio para publicar las investigaciones tanto de los alumnos como de los profesores, sean tesis y ponencias; ya que, debemos concebir siempre que toda Escuela de Filosofía por su naturaleza misma debe promover la investigación y la posterior publicación de los resultados, porque de este modo se genera el debate que tan auspicioso resulta para el ambiente universitario y la consecuente y necesaria incidencia social.

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Metanoia N°1 Así, pues, en el transcurso del tiempo el proyecto inicial ha ido consolidándose en este espacio académico y virtual cuyo nombre nos evoca al cambio. No en vano el adjetivo metanoia en griego está emparentado con el verbo metanoeo que significa “cambiar de opinión y reflexionar”. Optamos, entonces, por un título que no solo nos evoque un cierto significado, sino que nos promueva a seguir realizando reflexiones para luego ser escritas y divulgadas. En efecto, este espacio académico está abierto a todas las tendencias filosóficas, pues la apertura a todos los modos de pensar y opinar es parte de nuestra esencia. No obstante, las ideas deben ser expresadas con rigurosidad, claridad y con un lenguaje alturado propio de un diálogo académico. Estamos seguros de que este primer número es el auspicioso inicio de una serie de muchos números más. Deseamos también contribuir con la creación de nuevas ideas, de nuevos saberes, de generar nuevos espacios más de discusión, de movimiento de ideas y reflexiones; porque donde hay movimiento existe el cambio; y donde hay cambio existe lo novedoso. En esta oportunidad, nuestro primer número cuenta con la colaboración de una pluralidad de filósofos peruanos y extranjeros. Tenemos la colaboración de Rodrigo Sandoval Ganoza (Universidad Antonio Ruiz de Montoya), de Milko Pretell (UNMSM), de José Luis Obregón (PUCP), de Oscar Yangali (PUCP) y de Leandro Catoggio (CONICET-UNMdP, Argentina). Contamos, asimismo, con la reseña elaborada por Claudia Córdova (UARM). A todos ellos expreso mi agradecimiento por confiar en el proyecto de la Revista Metanoia. El Consejo Académico y mi persona agradecen del mismo modo a quienes nos acompañaron desde el inicio y siguen haciéndolo brindándonos su apoyo y sus opiniones.

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ARTÍCULOS

Jean Christian Egoávil DIRECTOR

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Metanoia N°1 IV. Conclusión Según esto, y para concluir, la interpretación es el medio a partir de cual se inscribe el mundo y, por ello mismo, conlleva en su acción los rasgos de la sedimentación y repetición; los rasgos que abren el entorno en la misma medida en que instituyen significación. Es decir, el movimiento lúdico de la vida que mediante el proceso de la lingüisticidad instala la lógica hermenéutica de la vida, el movimiento infinito de la respuesta y el motivo. El círculo hermenéutico es, bajo esta idea, susceptible de una doble lectura. Por un lado, es el vínculo entre la unidad orgánica y el entorno. La relación entre la singularidad del cuerpo vivo particular y la totalidad del entorno constituido por otros entes, orgánicos e inorgánicos. Por otro lado, es el vínculo inmanente al cuerpo vivo singular. Es la correspondencia entre el organismo como una unidad global de acción y las diferentes funciones orgánicas en particular. El cuerpo es una unidad en la que cada órgano sólo posee sentido en remisión a la totalidad de la corporalidad actuante. La lingüisticidad es el camino que realiza el organismo para instituir su mundo, para hacer de su medio un entorno significativo. Y la forma para hacerlo es la indicada por Merleau-Ponty: un acto de traducción, una articulación por la exploración corporal del entorno que hace del organismo mismo y el medio una interpretación simbólica. Es a partir de esta simbolización primaria que la vida se manifiesta como tal. Es a partir de esta simbolización primaria que la vida es el movimiento lúdico de la apertura del mundo que se transmite de generación en generación.

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La Filosofía en los Albores del Virreinato Milko Hamilton Pretell García Universidad Nacional Mayor de San Marcos

Resumen: La presente nota busca llenar un vacío dentro de la historia filosófica del Perú y América. Contiene los resultados preliminares de una investigación que sobre el devenir de la filosofía durante el primer siglo del Virreinato del Perú (creado en 1542) vengo desarrollando de manera independiente y autónoma. En el primer apartado propongo una caracterización de la filosofía que llega al Reino del Perú: la Escolástica Barroca. Seguidamente doy noticia de los primeros claustros académicos fundados en Perú por diversas órdenes religiosas durante la primera mitad del siglo XVI. En los siguientes dos apartados informo sobre el programa académico de la Facultad de Artes y Filosofía de la Universidad San Marcos (fundada en 1551) y de la Ratio Studiorum de los colegios jesuitas, y discuto la metodología propia del quehacer de la Escolástica Barroca. Finalmente cierro esta nota con una nómina de los docentes de la Facultad de Artes y Filosofía con quienes contó la Universidad San Marcos durante su primer siglo de existencia. Palabras claves: Escolástica barroca, Filosofía colonial, Artes y Filosofía, Universidad San Marcos, Virreinato del Perú. Abstract: The present note aims to fill a void in the history of philosophy in Peru and the Americas. It contains the preliminary findings of an independent research project on the development of philosophy during the first hundred years of the Viceroyalty of Peru (created in 1542). In the first section, I propose a characterization of the philosophical tradition that arrives in the Kingdom of Peru: the Baroque Scholastic. Next, I offer a recount of the earliest academic cloisters founded in Peru by diverse

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Metanoia N°1 religious Orders during the first half of the 16th century. In the next two sections, I review the curriculum of the Faculty of Arts and Philosophy of San Marcos University (founded in 1551) and the curriculum of Ratio Studiorum of Jesuitical schools, and discuss the philosophical practices of Baroque Scholasticism. Last, I provide a list of known lecturers of the Faculty of Arts and Philosophy of San Marcos University during its first century of existence. Keywords: Scholastic Baroque, colonial philosophy, arts and philosophy, San Marcos University, Viceroyalty of Peru. I. Preliminar Existe un gran vacío epocal en nuestra historia filosófica, la cual principia con el estudio de Felipe Barreda Laos: Vida intelectual de la colonia1, y culmina con el texto de María Luisa Rivara de Tuesta: Filosofía e historia de las ideas en Latinoamerica2, y que pasa previamente por los dos principales trabajos de Augusto Salazar Bondy: La filosofía en el Perú3 e Historia de las ideas en el Perú contemporáneo4. En efecto, en cuanto a la filosofía desarrollada durante los siglos XVI-XVII, la profusidad de datos es menor que la correpondiente a los siglos posteriores, y es que la información vertida no se funda en un análisis filosófico de las fuentes textuales filosóficas mismas5, como lo señalara el propio Salazar Bondy:

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Barreda Laos, Felipe, Vida intelectual de la colonia (educación, filosofía y ciencias): ensayo histórico crítico. Lima: Imprenta La Industria, 1909. Tuvo sucesivas ediciones con nuevo título: Vida intelectual en el Virreinato del Perú. 2da Ed. Buenos Aires: Talleres gráficos argentinos L. J. Rosso, 1937. 3ra Ed. Lima: UNMSM-Fondo Editorial, 1964. 2 Rivara de Tuesta, María L., Filosofía e historia de las ideas en Latinoamerica. Lima: Fondo de Cultura Económica, 2000. 3 Salazar Bondy, Augusto, La filosofía en el Perú: Panorama histórico (Philosophy in Perú: A Historical Study). Washington: Unión Panamericana, 1954. Tuvo una segunda edición revisada y ampliada: La filosofía en el Perú: Panorama histórico. Lima: Editorial Universo, 1967. 4 Salazar Bondy, Augusto, Historia de las ideas en el Perú contemporáneo. Lima: Moncloa, 1965. Una reciente edición con el mismo título: Lima: Fondo Editorial del Congreso del Perú-Banco Central de Reserva del Perú, 2013. 5 El primer registro de textos filosóficos fue emprendida por Manuel Mejía Valera: Fuentes para la historia de la filosofía en el Perú, Lima: UNMSM, 1963. Si bien Barreda Laos indica haber llevado a cabo un estudio textual, su interpretación postivista no le permitió arrojar un balance favorable sobre dichas obras. En el caso de Salazar Bondy y María Luisa Rivara de Tuesta, el primero no acusa lectura y análisis de obra filosófica alguna, lo mismo

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Aunque la situación ha mejorado en los últimos años, son todavía pocas las investigaciones sobre los principales movimientos doctrinarios y las instituciones de enseñanza vinculadas con la filosofía, y se carece aún de monografías sobre muchas figuras, en algunos casos muy características e influyentes. Faltan, además, los enfoques históricos-sociales indispensables para la recta inteligencia de la peripecia de las ideas.6 De esta manera, nuestra historia oficial vertió una caracterización negativa sobre la filosofía desarrollada durante el periodo virreinal. Fruto en realidad de prejuicios surgidos entre la segunda mitad del s. XVIII y el proceso de independencia, pues durante este lapso se conjugaron el (a) sentir anticlerical ilustrado7(importado con las reformas borbónicas8) y el (b) sentimiento antihispano9, lo cual arrojó como resultado el rechazo a la producción filosófica desarrollada desde la instauración de la Academia

que la segunda, salvo o concerniente al P. José de Acosta S.J. Por otra parte, el análisis minucioso de la obra flosófica de Juan de Espinosa Medrano e Isidoro de Celis, es el primer estudio textual propiamente dicho en nuestra historia filosófica; cfr. Redmond, Walter, La Lógica en el Virreinato del Perú. Lima: PUCP-FCE, 1998. Por último, tenemos el relativamente reciente trabajo de rescate textual coordinado por José Carlos Ballón, La complicada historia del pensamiento filosófico peruano, siglos XVII-XVIII (selección de textos, notas y estudios). Lima: Vicerrectorado Académico de la UNMSM-Universidad Científica del Sur, 2011. 6 Salazar Bondy, Augusto, La filosofía en el Perú: Panorama histórico. Lima: Editorial Universo, 1967. p. 9 7 En este sentido esgrime Manuel Vidaurre (1823): «Ellos [los clérigos] han querido esclavizar a los seculares […] han querido que cerremos los ojos a su ambición y sus desórdenes. Su escudo fue la educación de la juventud, y la debilidad de un sexo que llamaban piadoso. » En Colección Documental de la Independencia del Perú. Lima: Comisión Nacional del Sesquicentenario de la Independencia del Perú, Lima, 1971. T. 1, Los Ideólogos. Vol. 5, Plan del Perú y otros escritos. p. 298. 8 Expresaba José Baquijano y Carrillo (1781): «Carlos […] monarca sabio, previene, se depuren en la enseñanza las preocupaciones de los partidos, las extravagancias de las sectas, y los envejecimientos absurdos de la escuela. Ordena que olvidando el servil respeto que de edad en edad se ha transmitido para esos antiguos dioses de la filosofía y la moral, sólo se atienda al clamor de la razón y la evidencia.» En Colección Documental de la Independencia del Perú. Lima: Comisión Nacional del Sesquicentenario de la Independencia del Perú, 1976. T. 1, Los Ideólogos. Vol. 3, José Baquíjano y Carrillo. p. 92. 9 Lo verificamos en la denuncia hecha por Manuel Vidaurre: “Basta decir que muchos [españoles] vienen pobres, se hacen ricos y aborrecen a sus propios hijos por ser nacidos en estos países. Nos han querido ver como inferiores o esclavos, pagando la debilidad con que posponiendo a nuestros compatriotas les hemos entregado nuestros caudales y nuestras hijas sin otro examen que el ser nacidos en España.” Cfr. Vidaurre, Manuel. En Colección Documental de la Independencia del Perú, 1971. T. 1, Los Ideólogos. Vol. 5, Plan del Perú y otros escritos. p. 298.

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limensis10. Es así como se esbozó una primera caracterización contra la escolástica:

Francisco García Calderón13 se sitúan también bajo esta férula, pues para el positivismo la escolástica significó:

(i) preocupación exclusiva por la transmisión de doctrinas (escolar o escolástica), (ii) problemas heredados inconexos con su época (medieval-no moderna), (iii) acato ciego a las autoridades filosóficas y teológicas (teológicadogmática), (iv) exagerado formalismo en las discusiones (silogística-ergostista), (v) estancamiento del desarrollo filosófico (anquilosada-no moderna), (vi) sometimiento de los seculares por parte del clero (clerical).

(i) quietud intelectual, es decir, saber memorístico (pasividad intelectual), (ii) obstáculo a nuevas formas de investigación (falta de inventiva), (iii) freno al desarrollo del pensamiento autónomo (falta de originalidad), (iv) exposición conceptual, retórica y formalista (silogística-ergotista), (v) predominio de prejuicios teológicos (dogmática-teológica).

Un siglo después, la Generación del Novecientos recogerá esta caracterización y verificará en la filosofía Escolástica una Edad Oscura11, pues frente al desarrollo logrado por la razón ilustrada, las discusiones bizantinas del Escolasticismo poco o nada habían logrado nuestros pensadores durante el Virreinato12. Tal es el caso de la lectura positivista de Barreda y Laos, caso paradigmático por haber realizado una confrontación textual. Igualmente los ensayos de Javier Prado y

10 Señalaba Toribio Rodríguez de Mendoza en un informe sobre los exámenes en el Real Convictorio de San Carlos (Carta del 29 de Octubre de 1791): “Los libros adoptados en la erección de Universidades […], son los más obscuros de toda la obra de Aristóteles, cuyo merito por otra parte es incomparable [...] No hay lectura más ingrata, ni penosa: y su inteligencia, aquella que sea capaz de satisfacer, es desesperada en sentir de los más sabios antiguos y modernos, cuyos irrecusables testimonios sería fácil aglomerar, si formara una disertación, y si no hablara con V.E. que sabe muy bien y por sí mismo, la uniformidad de consentimiento de los sabios sobre la espesisima oscuridad de dichos Libros.” En Colección Documental de la Independencia del Perú. Lima: Comisión Nacional del Sesquicentenario de la Independencia del Perú, Lima, 1972. T. 1, Los Ideólogos. Vol. 2, Toribio Rodríguez de Mendoza. p. 90 11 Sentencia Mariano Iberico: «en efecto […] encontramos la misma petrificación de la religiosidad representada en los pensadores por las disquisiciones formalistas y conceptuales […] si alguna vez comentaron doctrinas contemporáneas, lo hicieron con tal antipatía y tal prejuicio teológicos, que acababan por robarles toda fecundidad y por mantener sin esperanza alguna de evolución, la rutina minuciosa de las inteligencias.» Iberico, Mariano, “La filosofía”, en Mercurio Peruano, Año IV, Vol. VI, Nº 36 y 37 (Lima, jun.-jul. de 1921), pp. 437-452 12 «Son tres siglos transcurridos bajo la dominación de España: al principio, época de indisciplina y de lucha; luego, de colonización; por fin, de quietud intelectual y moral. Es nuestra Edad Media.» García Calderón, Francisco, América Latina y el Perú del Novecientos, antología de textos. Lima, UNMSM - COFIDE, 2003. p. 85

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Por otra parte, la lectura marxista asume que la filosofía solo sirvió como elemento de dominación colonizadora de la Corona española, pues trajo consigo un modo de pensar totalmente ajeno a nuestra realidad. Y es que en la interpretación de la realidad peruana que lleva a cabo José Carlos Mariátegui –tributaria del marxismo–, corresponde a este último enfoque14 y que resumo de la siguiente manera: (i) manejo del poder temporal por parte del poder espiritual (teológicadogmática), (ii) anquilosada y retórica ortodoxia de teólogo español (silogísticaergotista),

13 «Nuestra herencia mental es también contraria a las originales investigaciones, a la nota personal de los estudios. Desde el coloniaje hemos vivido de una ciencia pasiva, de un saber repetidor e inmodesto, con el fácil brillo de la elocuencia, pero sin las severas vestiduras de la investigación metódica y paciente.» En García Calderón, Francisco, América Latina y el Perú del Novecientos, antología de textos. Lima: UNMSM - COFIDE, 2003. p. 53. 14 «España nos trajo el Medioevo: inquisición, feudalidad, etc. Nos trajo luego, la Contrarreforma: espíritu reaccionario, método jesuítico, casuismo escolástico. De la mayor parte de estas cosas, nos hemos ido liberando, penosamente [...].Y si la Conquista es una empresa militar y religiosa, el Coloniaje no es sino una empresa política y eclesiástica. La inaugura un hombre de Iglesia, Don Pedro de la Gasca. El eclesiástico reemplaza evangelizador. El virreinato, molicie y ocio sensual, traería después al Perú nobles letrados y doctores eclesiásticos, gente ya de otra España, la de la Inquisición y de la decadencia. El pensamiento escolástico fue vivo y creador en España, mientras recibió de los místicos calor y ardimiento. Pero desde que se congeló en fórmulas pedantes y casuistas, se convirtió en yerto y apergaminado saber de erudito, en anquilosada y retórica ortodoxia de teólogo español. […] Una teología vulgar, un dogmatismo formalista, mezcla confusa y abrumadora de las doctrinas peripatéticas con el ergotismo escolástico. Siempre que la Iglesia no ha podido suministrar verdaderos conocimientos científicos, ha apelado al recurso de distraer y fatigar el pensamiento, por medio de una gimnasia de palabras y fórmulas y de un método vacío, extravagante e infecundo.» Cfr. Mariátegui, José Carlos, Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana. Lima: Orbis, 2005. p. 156.

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Metanoia N°1 (iii) yerto y apergaminado saber de erudito (dogmatismo-falta de originalidad), (iv) docencia inepta y oligárquica, conservadora española (forma de dominio). De esta manera, se completó la ruptura dialógica, perdiéndose la estructura conceptual sobre la que se se desarollaron las discusiones filosóficas de los primeros siglos de la Academia limensis, y peridéndose también la comprensión del latín empleado en la redacción de las diversas obras académicas, como lo hace patente Javier Prado: Aquí, en el Perú, se leía en latín discursos que no se comprendían y que, sin embargo, se argumentaban en la misma condición; había sabios que tenían fórmulas para resolver, nuevos Pico de la Mirándola, todas las proposiciones de las ciencias; aquí se solucionaba lo divino y lo humano por medio de la religión y de la autoridad del maestro, aunque reinara la mayor ignorancia no sólo en las ciencias naturales sino también en las filosóficas y aun en las enseñanzas de Bossuet y Pascal. 15 Las consecuencias obvias de estos enfoques e interpretaciones, basadas no en estudios textuales directos, es que nuestros intelectuales no desarrollaron ni incrementaron el saber filosófico. Acrisolados los prejuicios, Salazar Bondy, deseando que se hubiese trasplantado el denominado pensamiento moderno, es decir, el modelo cartesiano16, va a considerar que la escolástica: (i) es un sistema de corrientes foráneas (no es originaria), (ii) no se puede desligar del sistema político eclesiástico (teológicaescolástica),

Metanoia N°1 (iii) tiene una clara finalidad formativa de dominación (colonizadora), (iv) es una reflexión teórica ajena a los problemas propios (anatópica), (v) es un pensamiento conservador antimoderno (dogmática). Con tal desazón a cuesta y prosiguiendo sobre esta línea interpretativa, se hace fácil comprender el «por qué» de la inquietud que asaltará a Augusto Salazar Bondy cuando se interroga si existió o no existió una filosofía propia en América. Esta línea interpretativa decantó hacia mediados del siglo XX la concepción de que la filosofía Escolástica imperante durante el Virreinato fue (a) la prolongación de un saber dogmático ajeno a nuestra realidad, lo cual (b) generó nuestro atraso científico-intelectual –en oposición al avance del pensamiento filosófico moderno– y que (c) sirvió como instrumento de sujeción y control colonial17. Pero si todo lo vertido no se ha hecho en referencia a estudios textuales, se suscitan interrogantes diversas: ¿Cuál es el estado en que llega la filosofía a América? ¿Cuáles son los primeros centros de irradiación filosófica? ¿Cómo se formaban filosóficamente los jóvenes estudiantes? ¿Qué es lo que se enseñaba y discutía durante tal periodo? ¿Quiénes son nuestros primeros filósofos? Las respuestas son necesarias para articular el nacimiento de la Academia limensis y delinear el contexto en el cual surge y se despliega el desarrollo de la filosofía en estas latitudes. II. Escolástica Barroca La filosofía llega a nuestra región de la mano de los primeros eclesiales y las órdenes clericales a las cuáles estaba adscritos hacia la primera mitad del siglo XVI, periodo de gran agitación intelectual en el cual están en juego “los intereses de comprensión del mundo que tiene como eje transversal la catolicidad”18, todo lo cual será debatido desde las aulas

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Prado, Javier, Estado social del Perú durante la dominación española. Lima: Imprenta de El Diario Judicial, 1894. Citado por Mariátegui, José Carlos, Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana. Lima: Orbis, 2005. p. 166. 16 Cfr. Salazar Bondy, Augusto, ¿Existe una filosofía de nuestra América? México, Siglo Veintiuno editores, 1968. pp. 11-12.

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17 Cfr. Salazar Bondy, Augusto, ¿Existe una filosofía de nuestra América? México, Siglo Veintiuno editores, 1968. pp. 11-12. 18 Pena Gonzalez, Miguel A., Aproximación histórica al concepto «Escuela de Salamanca». Salamanca: Universidad Pontificia de Salamanca, 2008. p. 22.

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Metanoia N°1 de La Sorbona a Praga, de Salamanca al Colegio Romano, de México a Lovaina, de Coimbra a Padua, o de Bohemia a Lima. Estamos ciertamente ante la continuidad formal de la Escolástica, pero por su modo de proceder y por el amplio radio de desarrollo es una nueva versión: la Escolástica Barroca, denominación que tomo de Daniel Novotny19. Y aunque Carlo Giacon la denominó Segunda Escolástica para diferenciarla del neotomismo surgido en el siglo XX20, pues su finalidad era señalar la preponderancia y reapertura del pensamiento tomista, así como su difusión durante los siglos XVI-XVIII –que de hecho ocurrió–, en realidad estamos ante un novedoso periodo cuyo rasgo distintivo es el corresponder a un periodo de maduración de las líneas de pensamiento 21 abiertas desde la Orden de San Francisco, principalmente la de Duns Scoto y secundariamente la de Guillermo de Ockham. Entonces, la filosofía llega en un periodo sumamente agitado y controversial en el cual están en juego (i) dos formas diametralmente opuestas de concebir y comprender la realidad toda: (a) el sistema estructural analógico de la concepción del ser planteado por Aristóteles y admitida por el Aquinate, y (b) el sistema estructural univocista

19 Novotny, Daniel D., “In defense de Baroque scholasticism”, en: Studia Neoaristotelica, 6 (2009/2), p. 209233. University of South Bohemia. El mismo estudio en una versión más sintética puede revisarse en la obra del mismo autor: Ens rationis from Suarez to Caramuel: a study in scholasticism of the Baroque Era. USA: Fordhan University Press, 2013. 20 «Un periodo della storia della filosofia, che non é stato ancora fatto oggetto di uno studio d’insieme, e quello che riguarda la rinascita de la filosofia scolastica durante i secoli XVI, XVII, XVIII... Questa rinascita della filosofia scolastica fu talvolta chiamata col nome di Scolastica spagnola... Cio non ostante l’appellativo sembra troppo ristretto ed esclusivo. I primi grandi nomi, che s’incontrano della predetta rinascita, sono quello di due grandi domenicani italiani, il cardinale Tommaso de Vio da Gaeta e Franceso dei Silvestri da Ferrara; illustre poi, al pari dei suoi confratello gesuiti spagnoli, il nome del cardinale Roberto Bellarmino... In vista di queste considerazioni, e tenuto presente che, dopo la seconda decadenza, si ebbe nel secolo XIX, e si ha nel presente, una nuova e ben piu criticamente fondata rinascita della filosofia scolastica, mi son gia permesso, prescindendo da denominazioni nazionali o temporali, e con allusione alle tre accademie platoniche, di chiamare con gli appellativi di Prima, Seconda e Terza Scolastica i tre periodi di questa filosofia.» Giacon, Carlo. La Seconda Scolastica. Torino, Nino Aragno editore, 2001. 1ra reed. Tm. 1, pp. 3-5. 21 Muralt, Andre, La apuesta de la filosofía medieval: estudios tomistas, escotistas, ockhamistas y gregorianos. Madrid: Marcial Pons, 2008.

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Metanoia N°1 formulado por Duns Scoto22; e igualmente (ii) dos asunciones metafísicas totalmente antagónicas, conocida como la confrontación entre la via antiqua (realista) y la via modernorum (nominalista). Por otra parte, se asiste a (iii) la autonomización de la gnoseología con respecto de la ontología23, fruto del abandono de la metafísica eidética platónica24, cuya versión difundida fue el ejemplarismo agustiniano. Y finalmente, (iv) hay una renovación metodológica en cuanto al aprendizaje y desarrollo de la filosofía, en el cual España e Italia marcarán pautas muy importantes25. Esta agitación ve renovadas todas las escuelas e incluso surge una nueva: la escuela jesuítica, siendo uno de sus más grandes representantes –incluso de todo este periodo– Francisco Suárez, cuyas Disputationes metaphysicae son texto clave para comprender los cambios paradigmáticos al interior de este última forma de la Escolástica. Y aunque es un periodo estudiado solo en cuanto a algunas figuras o temáticas, y no como un todo –por lo cual no está delimitado ni caracterizado en tu totalidad y complejidad26–,

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Cfr. León Florido, Francisco, “Una estructura filosófica en Historia de la Filosofía”, en: Anales del Seminario de Historia de la Filosofía, num. 17 (2000), pp. 196-216, Madrid: Servicios de Publicaciones de la Universidad Complutense. Especialmente pp. 199-202. 23 Antonio Peña Cabrera ha dejado un estudio aclaratorio con respecto al por qué la noción de concepto –relacionado íntimamente con la noción del esse obiectivum– sólo tendrá cabida hacia el siglo XIV. Cfr. Peña Cabrera, Antonio, “Los universales y el problema del concepto en el Medioevo”, en : Dianoia, vol. 22 num. 22 (1976), pp. 1-16, México: UNAM. 24 Cfr. Uña Juárez, Agustín, “Guillermo de Ockham rechaza las Ideas. El giro filosófico de la modernidad y Platón”, en: Anales del Seminario de Historia de la Filosofía, num 8 (1990-1991), pp. 9-40, Madrid: Servicios de Publicaciones de la Universidad Complutense. 25 Tal es el caso de Francisco de Vitoria O.P. (1486-1546) y de Tomás de Vio Cayetano O.P. (1469-1534), quienes vieron como necesario renovar la enseñanza de la Teología, por lo cual sustituyeron la lectura del Libro de las Sentencias de Pedro Lombardo por el de la Suma Teológica de Santo Tomás. Por otra parte, el modus parisiensis de enseñanza fue introducido con amplia aceptación por el P. Vitoria en España, Cfr. García Villoslada, Ricardo, La universidad de París durante los estudios de Francisco de Vitoria O.P. (1507-1522). Roma: Universitá Gregoriana, 1938; especialmente las pp. 308-319. Por otra parte, los jesuitas desde el Colegio Romano se sirvieron del modus parisiensis para gestar su Ratio Studiorum, aplicada al o largo de su amplia red de Colegios. Cfr. Astrain, Antonio, Historia de la Compañía de Jesús en la asistencia de España. Tomo IV: Aquaviva (segunda parte) 1581-1615. Madrid: Razón y Fe – Est. Tip. Sucesores de Rivadeneyra, 1913. Especialmente el Libro primero, pp. 1-42. 26 Pretell García, Milko H., Cursos filosóficos jesuitas en el Virreinato del Perú. Ponencia presentada en el Simposio Internacional “El imaginario jesuita en los reinos americanos”, Biblioteca Nacional del Perú (BNP) – Universidad Antonio Ruiz de Montoya (UARM), LIMA, realizado el 19 y 20 de agosto del 2014.

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Metanoia N°1 sin embargo es posible esbozar algunos rasgos distintivos sobre la base del contenido de los textos de dicha época27. Se pueden señalar como rasgos iniciales y distintivos de la Filosofía Escolástica Barroca los siguientes: (i) Estuvo conformado por tres escuelas filosóficas: tomista, escotista y jesuítica, la cual aglutinó nominalismo y empirismo. (ii) Los debates se realizaron desde las cátedras, lo cual quedó registrado en manuscritos y textos editados. (iii) Los filósofos tuvieron una actitud más flexible frente a Aristóteles, Santo Tomás o Escoto. (iv) Se consideró la existencia de una comunidad y no personalidades individuales (como los modernos), por ello los filósofos tomaban en cuenta los argumentos y posiciones de sus contemporáneos. (v) Hubo una gran preocupación por el pensamiento sistemático, por lo cual fue preeminente la existencia y formulación de sistemas filosóficos completos, pues su intención era comprender toda la filosofía. (vi) Se reformularon los presupuestos metafísicos sobre los qué fundamentar tanto el saber científico como la explicación teológica. (vii) Los temas discutidos se hicieron teniendo en cuenta las principales posiciones de los sistemas filosóficos integrales. (viii) Hubo una gran preocupación por el mundo intramental, llegando a desarrollarse una «ontología epistémica» u «ontología cognitiva». (ix) La argumentación fue sofisticada, no como producto de la retórica, sino más bien por el detalle y densidad de los argumentos revisados, ya que la complejidad respondía a la dificultad inherente de los temas abordados. Es entonces la Filosofía Escolástica Barroca la que llegó a nuestro territorio y con la cual hubieron de formarse sucesivas generaciones los filósofos integrantes de la Academia limensis.

27 He coincidido con Novotny en las caracterísiticas (i), (iii), (iv), (v), (vii) y (ix); por otra parte, la característica (viii) es un aspecto que Novotny visualizó adecuadamente por los estudios que ya ha realizado; mientras que (ii) y (vi) me son propias. Cfr. Novotny, D. (2009). Op. cit., especialmente las pp. 223-227.

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Metanoia N°1 III. La naciente Academia limensis Con el nombre de Academia limensis rotulo al grupo de instituciones integradas por la Universidad San Marcos e instituciones anexas a ella, como lo fueron los colegios, seminarios y universidades, que coadyuvaron en el desarrollo académico intelectual dentro del Virreinato del Perú. El alcance geográfico de esta comunidad hasta finales del siglo XVI comprende todo el territorio del Virreinato, sin embargo, a partir del siglo XVII se generan nuevos focos «independientes« de desarrollo filosófico con la apertura de nuevas universidades alejadas de la Universidad San Marcos en la cabeza del Virreinato. Argentina genera su propia academia con la fundación de la universidad de Córdoba (1613). Chile consolidará su propia academia con la fundación de la Universidad Pontificia de Santo Tomás (1619), aunque ya brindaba estudios en el convento dominico de Santiago de Chile en 159528. Ecuador, con la fundación de la Universidad San Gregorio de Quito (1620), aunque el Colegio jesuita de San Fulgencio es el foco inicial de esta nueva academia. Asimismo, Nueva Granada, que comprendería los espacios geográficos de la actual Colombia y Venezuela, gestará su propio derrotero con la fundación de la Universidad Javeriana (1623), perteneciente a los jesuitas y que funcionaba desde 1604. Finalmente, por gestión también jesuítica, Bolivia iniciará su labor académica luego de la fundación de la Universidad San Francisco Xavier de Chuquisaca (1624). La Academia limensis tendrá como pivotes a la Universidad San Marcos y al colegio jesuita de San Pablo (Noviciado). La universidad no por tener el pase regio y papal de otorgar los grados académicos correspondientes, sino por las cátedras mayores abiertas para la formación profesional. Por su parte, el Colegio Máximo de San Pablo por ser el principal centro de difusión cultural en todo el Virreinato del cual salieron figuras resaltantes como Juan Pérez de Menacho, Ildefonso de Peñafiel y José de Aguilar; adicional a ello, se sabe que poseyó la biblioteca más voluminosa del orbe hispano, pues albergó alrededor 28

Hanisch Espíndola, Walter, En torno a la Filosofía en Chile (1594-1810). Santiago de Chile: Universidad Católica de Chile, 1963, p. 17.

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Metanoia N°1 de 43 000 volúmenes hacia 1750 y detentó la principal farmacia de toda América, todo un verdadero centro científico, hasta la fecha de la expulsión jesuítica en 1767. Ahora bien, los centros de estudios que se fundan bajo directivas propias a cada orden –respondiendo a la general forma de enseñanza imperante en Europa– y con un rol definido, son los que permiten la amplia difusión y enseñanza de la filosofía en el Virreinato del Perú. Los claustro académicos forjan a las nuevas generaciones en el saber y quehacer filosóficos, de esta manera, el arribo de los dominicos constituye propiamente el ingreso de la filosofía. La fundación del Convento del Santísimo Rosario –Convento de Santo Domingo de Lima– (1535) significará la implantación de los programas formativos de la época, pues se dieron inicio a los estudios de Artes (Filosofía), Teología y Sagrada Escritura. De esta suerte, se señalan como los primeros lectores de Artes (1553) al seglar Martín de Ugalde29 y Fray Miguel de Montalvo30 OP durante el periodo 1559-1562. Por otra parte, de acuerdo a la nómina anexa a las Constituciones y Ordenanzas de la Universidad31 publicada en 1735, se consigna los nombres de cuatro frailes de esta orden como lectores de la materia. Estos son: Doctor Fray Jorge Joseph Carrasco OP (limeño), Doctor Fray Joseph de Mora OP, Doctor Fray Juan de Gusitua OP y Doctor Fray Clemente del Castillo OP (limeño). La segunda orden en antigüedad de llegada es la Orden de Nuestra Señora de la Merced (1534), quienes, preocupados también por contar con un centro de formación para los novicios, instauran los estudios de Gramática, Artes y Teología en el Convento de la Merced, al igual que en Quito y el Cuzco, esto antes de 1579 y por iniciativa del P.

Metanoia N°1 Fransciso Maldonado OM, cuya línea doctrinal teológica será tomista. Recién en 1646 tendrán propiamente un Colegio propio, el Colegio San Pedro de Nolasco en Lima. La Orden de Frailes Menores (OFM) llegó bajo la conducción de Fray Marcos de Niza OFM hacia 1532, obteniendo su primer asiento en 1536 y comenzando la edificación de su claustro en 1545, fecha tras la cual abre los estudios conventuales pertinentes para formar a sus novicios (¿1549?). Es Fray Alonso de Escarena OFM el primer maestro de novicios 32, pero no se puede determinar quién enseñó Artes. Por otra parte, es Fray Diego de Medellín (1546-1593) OFM quien apertura formalmente el noviciado de la orden en Lima, donde se formarán insignes franciscanos peruanos como Fray Luis Jerónimo de Oré, Fray Ildefonso (Alonso) Briceño, Fray Buenaventura de Salinas, Fray Diego de Cordoba, Fray Jerónimo de Valera y Fray Pedro de Alva y Astorga, de los cuales Fray Alonso Briceño será un connotado escotista, mientras que Jerónimo de Valera –lector de Artes– llegó a redactar un texto de estudio que fue tomado como obligatorio por la Orden33. El ingreso de la Orden de San Agustín (OSA) ocurrió cuando se fundó la Universidad de San Marcos (1551). Sus estudios conventuales se aperturan antes de la erección del actual Convento de Nuestra Señora de la Gracia (1573). Se considera al salmantinio Fray Luis López de Solís OSA (1594-1606) como el primer lector de Artes de tal estudio34 (aprox. 1566), quien luego de una década se convertirá en el primer catedrático de esta Orden en la Universidad al asumir la cátedra de Vísperas de Teología 35 (1577). Por otra parte, cabe resaltar que el Curso de Artes (Recognitio

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Eguiguren, Luis A., La universidad Nacional Mayor de San Marcos. IV Centenario de la Fundación de la Universidad Real y Pontificia y de su vigorosa continuidad histórica. Lima: Imprenta Santa María, 1951, p. 34. Mencionado también en obra del mismo autor: La universidad en el siglo XVI, volumen I, narración. Lima, Imprenta Santa María, 1951. p. 56. 30 Eguiguren, Luis A., Alma Mater. Lima, Imprenta Torres Aguirre, 1939, p. 116. También: Lohmann Villena, Guillermo, “Los dominicos en la vida cultural y académica del Perú en el siglo XVI”, en: Actas del II Congreso Internacional sobre los Dominicos y el Nuevo Mundo, pp. 403-432. Salamanca: San Esteban, 1990, p. 423-424. 31 Saldaña y Flores, Felix, Constituciones, y Ordenanzas antiguas, añadidas, y modernas de la Real Universidad, y Estudio General de San Marcos de la Ciudad de los Reyes del Perú. Reimpressas, y recogidas de mandato del excelentissimo S. Marquez de Castelfuerte, Virrey. Ciudad de los Reyes, Imprenta Real, 1735.

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Tibesar, Antonino OFM, Comienzos de los Franciscano en el Perú. Iquitos: Centro de Estudios Teológicos de la Amazonía (CETA), 1991, p. 50. 33 «Mandase q[ue] los Lectores de Artes de aqui adelante lean el curso por el q[ue] c[om]pone e imprime el padre Deffinidor fray Hieronymo de Valera, por ser / in via Scoti, sin escrivir, salvo algun particular notable que les parezca.» Cfr. Constituciones de esta Provincia de los Doze Apostoles del Peru: hechas en el Capitulo Provincial della, celebrado en el Convento de la Concepción de Xauxa, a 14 de Octubre, año de 1607. Lima: [s.n.]; 32 p.; 20 cm. Biblioteca Nacional del Perú (BNP). Catálogo: Memoria del Mundo; código: 4000003749 34 Fernández García, Enrique SJ, Perú Cristiano. Primitiva evangelización de Iberoamérica y Filipinas, 1492-1600, e Historia de la Iglesia en el Perú, 1532-1900. Lima, PUCP, 2000. p. 182. 35 Eguiguren, Luis A. Catálogo histórico del Claustro de la Universidad de San Marcos 1576-1800. Lima: Imprenta el Progreso Editorial, 1912. p. 13.

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Metanoia N°1 summularum, 1554) redactado por Fray Alonso de la Veracruz (1507-1584) fue tomado como texto de lectura obligatoria para la Provincia desde 157536. Siguiendo a Calancha, fray Agustín Tapia fue el lector de Artes en el Convento de Trujillo, fray Diego de Castro en el Convento del Cuzco, fray Agustín López y fray Luis de Quesada en el de Quito, y fray Roque de San Vicente en el de Arequipa37. Cabe anotar también que en 1608 la Orden fundó el colegio de San Ildefonso, cuyo primer lector de Artes fue el peruano-paraguayo fray Lucas de Mendoza, prosiguieron los PP. fray Juan de Ribera –nieto de Ribera el Viejo–, fray Miguel de Aguirre y fray Jacinto de Ovando38. Finalmente la Compañía de Jesús, que fue la última orden religiosa en llegar al Perú, fundó rápidamente el Colegio de San Pablo para la formación de sus novicios, por lo cual se instauró la cátedra de Artes, siendo el primer lector de la Compañía el P. Antonio Martínez39. Se sabe que el P. Juan Pérez de Menacho S. J. fue nombrado para leer el Curso de Filosofía en el Colegio Máximo de San Pablo antes de ser ordenado sacerdote, privilegio que sólo lo tuvo Francisco Suárez en España: “Cuando terminaba de dictar el curso de Artes era nombrado sacerdote”40. No obstante, aún no se puede determinar aún el grado de impacto que tuvieron dentro de la comunidad académica cada una de las instituciones y cada una de las órdenes por falta de referencias o información, pero no cabe duda que jugaron papeles importantes, pues del Convento de San Francisco de Lima del puño del franciscano Jerónimo de Valera saldrá la primera obra filosófica impresa en América (1610)41 con impronta escotista; en el Colegio jesuita de San Pablo se redactarán diversos Cursus, mientras que desde la Universidad San Antonio Abad del Cusco, el clérigo Pedro de Espinosa Medrano –El Lunarejo– redactará el 36

Calancha, Antonio de la, Crónica Moralizadora de la Orden de San Agustín en el Perú. Barcelona: Pedro Lacavallería, 1639, tm. I, p. 664. 37 Ibidem, p. 681, 689. 38 Uyarra Cámara, Benigno OSA, “Colegio de San Ildefonso de Lima”, en: Revista peruana de historia eclesiástica, n° 1, pp. 89-110. Cuzco, Instituto Peruano de Historia Eclesiástica, 1989. Especialmente las pp. 101-103. 39 Valcarcel, Daniel, Historia de la educación colonial. Lima: Universo, 1968, vol. II, p. 44. 40 Irrisarri, Fermín, Vida admirable y heroycas virtudes del V.P. Juan de Alloza. Madrid, Diego Martínez Abad, 1715. p. 38

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Metanoia N°1 principal Curso tomístico conocido hasta la fecha (1688)42. Mas, como se ha señalado con anterioridad, es necesario ordenar y estudiar todo el material sobreviviente, investigar y reconstruir con nuevos métodos y técnicas, para esclarecer este aún inexplorado y desconocido periodo en nuestra historia filosófica. IV. La cátedra de Artes y filosofía No se equivocaba Eguiguren al aseverar que “la Facultad de Artes era la espina dorsal del sistema universitario”43. En efecto, la asimilación de la filosofía en el siglo XVI comprendía la exposición de los fundamentos y/o principios teóricos (filosóficos-metafísicos-teológicos) para la explicación y comprensión «científica» de la realidad. Esta exposición se formalizó estructuralmente sobre el heredado sistema aristotélico y fue impartida a lo largo de tres años. Pero hay que tener en cuenta que tales estudios no estaban enfocados en la asimilación del pensamiento aristotélico, sino más bien en la asimilación y perfeccionamiento de un modelo explicativo integral que estaba en plena modificación, o de un sistema coherente de explicación totalizadora de la realidad sobre la base de la concepción cristiana creacionista –tal y como lo había implementado el Aquinate sobre la base del sistema aristotélico. De esta manera, lo que tenemos son formulaciones –opinio, sententia, doctrina– que pretenden ultimar este sistema, pero respaldándose en las autoridades filosóficas y teológicas, o en el común consenso de los filósofos y teólogos del momento:

41 Valera, Jerónimo. Commentarii ac qvaestiones in vniversam Aristotelis ac svbtilissimi doctoris Ihoannis Dvns Scoti logicam. Totvm hoc opvs in dvas partes distribvtvm offertur: prima continet breue quoddam logicae compendium quod vulgo solet summa seu summulae dialecticae nuncupati quaestiones prolegomenales, praedicabilia Porphirii, & Aristotelis antepraedicamenta, praedicamenta & post praedicamenta. Secvnda pars libros perihermeniarvm sev de interpretatione, libros priorum, posteriorum, topicorum & elenchorum comprehendit. Limae: Franciscum à Canto, 1610. 42 Espinosa Medrano, Juan de. D. Ioannis de Espinosa Medrani peruani S.T.D. In Divi Antonii Magni Cozcanae Urbis totius quidem Novi Orbis Metropolis insigni Seminario Regalis Collegae, Philosophia Thomistica seu Cursus philosophicus duce D. Thoma doctore Angelico Peractus. Tomus prior. Romae, ex typographia Rev. Cam. Apost., 1688. 43 Eguiguren, Universidad XVII, I, vol. 2, 870, 888; Eguiguren, Luis A., Diccionario Histórico Cronológico de la Real y Pontificia Universidad San Marcos. Lima: Imprenta Torres Aguirre, tomo I, 1940, p. XLIII.

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Nos encontramos con un corpus doctrinale denso, extendido en el tiempo y en el espacio, articulado armónicamente en torno a una rica porción de tesis fundamentales que se mantienen tesoneramente y se desarrollaron con arraigo en la realidad política, social y económica, multiforme y cambiante al compás del desenvolvimiento histórico. 44 Por otra parte, las estructuras curriculares han sido diversas; cada orden tuvo sus propias directrices. Y por carecer de la documentación, se hace necesario un estudio comparativo de los textos de Valera, Briceño, Peñafiel, Espinosa, Olea y Aguilar para desprender con exactitud los currículos implementadas a lo largo del Virreinato. Ahora bien, es un hecho que existió disenso en cuanto a poner en relevancia ciertos temas de estudio y discusión, y claro está en la posición asumida y defendida por el profesor. A las lecciones se adjuntaba la tarea de revisar los textos referidos o considerados los principales manuales a tenerse en cuenta. Y es aquí donde todavía existen lagunas que necesitan de pronta solvencia. La disposición de temas, de acuerdo a la Constitución de 1584 de la universidad45 era la siguiente: - Súmulas, primer año: Los siete primeros meses servirán para tratar sobre los términos y los parvos logicales, los dos primeros meses; los dos siguientes sirven para el repaso. Los exponibles, es decir, el tratamiento sobre las proposiciones, y los silogismos cierran los estudios sumulísticos. A partir del octavo hasta el fin del año, los predicables y predicamentos serán tema de estudio. - Lógica, segundo año: Los siete primeros meses se leen el Peri hermeneias y todo lo restante de la lógica de Aristóteles. Supongo que los libros tratados corresponden a los Primeros y Segundos Analíticos. - Filosofía natural, tercer año: Lectura de los Physicos, los ocho libros de la Física, durante los seis primeros meses, lo restante del año debía aprovecharse en leerse el De generatione et corruptione, así como el De

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Jame Brufau Prats. Citado por Pena Gonzales, Miguel. Op. cit., p. 37. Eguiguren, Luis A. La universidad en el siglo XVI. Lima, Imprenta Santa María, 1951. Tm. II, pp. 324-325.

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Metanoia N°1 coelo. Por su parte, la Ratio studiorum46 de los jesuitas nos presenta una directriz más amplia al respecto que puede resumirse de la siguiente manera: (a) La materia debe ser enseñada durante tres años en lengua latina (neolatín): - Primer año: Súmulas, Lógica, Peri hermeneias y Segundos Analíticos. - Segundo año: Física, Acerca del cielo y los Metereológicos. - Tercer año: Sobre la Generación y la corrupción, De Anima y la Metafísica. (b) El método empleado será siempre el silogístico, es decir, observando las leyes de la disputa. (c) La doctrina debe ampararse en primer lugar en la opinión de Aristóteles y/o Santo Tomás, y en segundo lugar en lo que de común aceptan las diversas escuelas, si es que no hay oposición a la fe católica. (d) En algunas cuestiones hay libertad de opinión, pero no se debe ir en contra del común sentir de las escuelas, o de lo que la mayoría de autores ha aceptado. (e) Las artes o ciencias naturales son un elemento preparatorio para comprender la Teología y sobre todo para el conocimiento de Dios. V. De la lectio al Cursus y el modus parisiensis Herederos de una tradición, los nuevos escolásticos o escolásticos barrocos, frente a las posibilidades y problemáticas de la nueva dinámica cultural, tuvieron que formular una nova ratio studiorum que permitiese la selección de la información y el problema de su validez u objetividad (autoritas), las formas de almacenar y retener la información (manuscritos-impresos), y la eficacia en la trasmisión y adquisición del conocimiento. La lectio o lectura comprendía la littera (lectura literal y 46

Ratio atque institutio studiorum. Romae, in collegio Societatis Iesu, Anno Domini, 1591. Gil Coria, Eusebio (ed.),La pedagogía de los jesuitas, ayer y hoy, Madrid, Universidad Pontificia Comillas, 2002.

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Metanoia N°1 detallada) y el sensus (análisis) de los textos reconocidos de las principales autoridades. Por ejemplo, Aristóteles jugó un papel preponderante en la Lógica, Euclides desempeñó papel similar en la Geometría, Cicerón es el retórico por excelencia, en tanto que Galeno y Avicena son dos pilares para el estudio de la medicina; por su parte, la Biblia tendrá sus propios exégetas. Pero Pedro Lombardo modificó la didáctica al insertar la sententia, es decir, el empleo de una selección de párrafos argumentativos que hacían menos larga y tediosa la comprensión de los autores estudiados y de las temáticas abordadas. Con todo, una interpretación profunda del contenido doctrinal y del autor resultaba difícil de establecer, esto obligó a que se diesen explicaciones marginales o glosa (comentarios sintetizados). Esto generó en realidad una lectura comentada, pues la lectio respondía a la interpretación del comentarista. Sin embargo, San Anselmo perfiló la vía de la dialéctica postulando el poder de la razón individual como argumento de autoridad. Luego, Pedro Abelardo instaura bajo esta perspectiva la quaestio (discusión), que implicó el dominio y uso de la dialéctica, obteniendo este nuevo quehacer rango, ya que el magister dejaba de ser un reproductor y transmisor del saber, para pasar a ser creador de nuevos saberes con reconocimiento de autoridad, lo cual generó corrientes o escuelas doctrinales. Esto conllevó al enfrentamiento de dichas escuelas, lo que se verá reflejado en la aparición de la disputatio (debate). Esta nueva metodología aportaba y examinaba argumentos de razón y autoridad (dialéctica) que se oponían con respecto de un problema teórico o práctico, extrayendo la solución correcta por un acto de reflexión y determinación personal. La disputatio fue el cenit de la didáctica escolar ya que reunió lectio y quaestio, permitiendo el establecimiento de un plan o programa de estudios definido, que derivó en la irrupción del cursus. El cursus corresponde a la cumbre pedagógica de la orden ignaciana47. En ella se puede apreciar una sistematización de los topoi necesarios para aprender, retener y desarrollar la ciencia de aquellos días, y de esta manera llevar a fin la formación buenos cristianos según el ideal ignaciano “para que con ello se muevan al conocimiento y amor de nuestro Creador y Redentor”. De esta manera, el cursus presentará una fisonomía casi uniforme: presentación de las posiciones en contra y a

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Metanoia N°1 favor del tema de disputa (temas centrales de conocimiento y debate), posición del autor, análisis y refutación de las posiciones contrarias y resolución de las objeciones que pueden aducirse en contra de la posición del autor. Es así que no estamos ante simples comentarios, sino ante análisis pormenorizados de cuestiones consideradas cruciales en dicho momento. Por otra parte, la universidad de París48 implemento un modelo educativo para lograr el aprendizaje satisfactorio en los alumnos de las materias impartidas49. Por ello, apuntó a la uniformidad de los alumnos en cuanto a su nivel de conocimientos, es decir, no se cursaban estudios sin haber concluido y probado alguna materia previa; por ejemplo, no se podía acceder a los estudios de Artes sin haber cursado y aprobado previamente los estudios de Gramática (Latinidad). Existió también un plan curricular de lo que se debía aprender estableciendo una exposición progresiva de lo que se debía aprender, orden que iba de lo fácil a lo difícil, o de lo básico a lo complejo. Ahora bien, no se buscó un saber memorístico, empero sí la erudición, se buscó el ejercicio de las facultades de los alumnos atendiendo a su aplicación práctica; ésta búsqueda de la aplicación práctica tiene su origen en la modificación de la lectio planteada por Pedro Abelardo hacia la quaestio, lo que implicó el uso y dominio de la Dialéctica. Con esta misma finalidad, se instituyeron también las repetitio apoyada por algún maestro o un estudiante más avanzado. Finalmente, la disciplina dentro del aula y la conducta de los estudiantes era vigilada muy de cerca por los bedeles. Y hubo una forma de estimulación de los estudios, las disputas entre los alumnos para demostrar el grado de aprendizaje del alumno, cuyo ganador tenía el derecho al reconocimiento y a algún premio. No olvidemos que estamos ante una sociedad con un alto sentido religioso, por lo cual el objetivo

47 Un alcance sobre el surgmiento del Cursus puede revisar: Poncela González, Ángel, “Aristóteles y los jesuitas. La génesis corporativa de los Cursus philosophicus”, en: Cauriensia, vol. VI (2011) 65-101, Instituto Teológico de Cáceres, Universidad de Extremadura. 48 De Ridders-Simoens, Hilde (ed.). Las universidades en la Edad Media. Bilbao: Universidad del País Vasco, 19294. 2 vol. 49 Codina Mir, Gabriel. Aux sources de la pedagogie des jesuites le «modus parisiensis». Roma: Institutum Historicum S.J., 1968.

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Metanoia N°1 final de la universidad era formar hombres de fe y eruditos cristianos. De este modus parisiensis se heredó también la práctica de elaborar un cuaderno de apuntes con las lecciones ofrecidas por el lector, esto es, las lecciones debían ser elaboradas previas a su lectura por el propio profesor. Esta práctica queda corroborada con la aparición del manuscrito del P. Leonardo de Peñafiel (1942)50, al igual que de otros aún conservados en algunos repositorios conventuales, particulares y pocas bibliotecas. Pero, la «lectura» era a su vez copiada por el alumno para que pueda repasar las lecciones –heredad de la antigua reportata–, es decir, para que comprenda el análisis del tema y de las principales posiciones habidas al respecto, mas no una simple memorización como se tiene aún por establecido. Esto en vista de preparar a los alumnos para sus futuras disputas. VI. Lectores de Artes y filosofía en San Marcos (1551-1650) Ahora bien, siendo escasa la información bibliográfica, considero oportuno presentar la nómina de los lectores de la Cátedra de Artes en la Universidad San Marcos, pues necesariamente estos docentes tuvieron que elaborar sus respectivos apuntes para las lecciones o en todo caso sus alumnos hicieron las anotaciones respectivas, apuntes manuscritos que en algunos casos sobreviven al tiempo y constituyen piezas fundamentales para escribir nuestra historia filosófica. En efecto, aún se conservan algunos manuscritos cuyos autores se pierden en el caos de referencias bibliográficas aún no sistematizadas. Por ello, esta nómina inicial permitirá contrastar los nombres de los autores de los manuscritos que aún deben ser encontrados, registrados, traducidos y estudiados. Al momento de su fundación, la universidad funcionaba de facto con dos cátedras de Artes, pues se registran al bachiller seglar Martín de Ugalde y a Fray Miguel de Montalvo OP como lectores de dicha materia al momento de la inauguración oficial del claustro (1553). 5o

Cf. Alberto Pincherle, “Notas acerca de un manuscrito inédito del P. Leonardo de Peñafiel”, en Boletín Bibliográfico, XVI, n° 1/2 (Lima, julio 1943), p. 155-162.

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Metanoia N°1 En 1576 el Virrey Toledo incrementó los recursos para tres Cátedras de Artes. De igual manera se fundaron dos cátedras de Medicina o Filosofía en las cuáles se leía la Articela y materias afines a la Filosofía Natural como la Astrología, así como textos de Avicena e Hipócrates. Hacia 1600, el Virrey príncipe de Esquilache proveyó de mayores recursos a la tercera Cátedra de Artes. No hay un registro completo y oficial de los lectores de ésta cátedra. Existen muchos datos dispersos que necesitan ser sistematizados y confrontados con lo que aún pervive de la documentación oficial del claustro o en relación a él. La información recopilada nos informa de una nómina mayoritariamente eclesiástica y es la siguiente: (1) Martín Ugalde, lector seglar (1550–¿1560?)51. (2) Fray Miguel Montalvo OP (1550-¿1563?)52. (3) Gaspar de Meneses (1565-1573), médico seglar.53 (4) Fray José Miguel de Adrián OP (1560-¿1572?).54 (5) Jerónimo López Guarnido (1570-¿?), médico español, natural de Sevilla.55 (6) Fray Pedro de Miranda OP (1573-1578).56 (7) Gerónimo Enríquez (1573).57 (8) Antonio Sánchez Renedo (1576-1581), médico de la universidad de Granada. 58

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Eguiguren, Luis A., La universidad Nacional Mayor de San Marcos. IV Centenario de la Fundación de la Universidad Real y Pontificia y de su vigorosa continuidad histórica. Lima: Imprenta Santa María, 1951, p. 34; Eguiguren, Luis A., La universidad en el siglo XVI, volumen I, narración. Lima, Imprenta Santa María, 1951. p. 56; en adelante: Universidad XVI. 52 Eguiguren, Luis A., Alma Mater. Lima, Imprenta Torres Aguirre, 1939, p. 116. 53 Eguiguren, Alma Mater, p. 250. Eguiguren, Universidad XVI, I, vol. 1, p. 456. 54 Eguiguren, Alma Mater, 1939. p. 160. 55 Eguiguren, Alma Mater, 300, 331; Universidad XVI, I, vol. 1, 475. 56 Eguiguren, Alma Mater, 259, 278; Universidad XVI, I, vol. 1, 467. 57 Eguiguren, Luis A., Catálogo histórico del claustro de la Universidad de San Marcos 1576-1800. Lima: Imprenta El Progreso Editorial, 1912; Córdoba Salinas, Buenaventura, Memorial de las historias del Nuevo Mundo Peru. Lima: Geromino de Contreras, 1631, edición s/f.; reproducción parcial en: Glave Testino, Luis M. Colección Pensamiento Educativo Peruano. Volúmen 2: Entre la sumisión y la libertad, siglos XVII-XVIII. Lima: Derrama Magisterial, 2013, p. 126. De ahora en adelante Glave, CPEP-II. 58 Eguiguren, Universidad XVII, I, vol. 2, 869,878,881, 901-2.

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Metanoia N°1 (9) Fray Nicolás de Ovalle OM (1577-1586), discípulo del mercedario español Francisco Zumel. 59 (10) Juan de Velásquez de Ovando (1580-1583, 1587) 60 (11) Diego de Ávila Briceño (¿?-1593), natural de Huánuco, asumió la cátedra en 1576. (12) Juan Velásquez de Ovando (1580-1587)61, empleaba la obra de Fray Domingo de Soto. (14) Diego de Ávila Briceño (1586-1592).62 (15) Juan de Obregón (1588), estudió en San Marcos.63 (17) Alonso de Abreu (1589-1591). 64 (18) Carlos Marcelo Corne (1588-1598), criollo natural de Trujillo.65 (19) Fray Manuel de Figueroa y Miranda (1592-1594).66 (20) Gaspar de Centurión y Espinola (1592-1595), natural de Sevilla.67 (21) Diego de Ramírez de Cepeda (1595-1596), natural de Lima.68 (22) Diego de Hojeda OP (1595-1596), lector sustituto, natural de Sevilla.69 (23) Lorenzo López Barriales, sustituyó a Marcelo Corne por cuatro meses (1597). 70 (24) P. Andrés Hernández SJ (1599), cátedra supernumeraria. 71 (25) Diego Ramírez de Cepeda (1599). 72 (26) P. Cristóbal García SJ (¿?), cátedra supernumeraria. 73 59 Eguiguren, Universidad XVII, I, vol. 2, 870, 888; Eguiguren, Luis A., Diccionario Histórico Cronológico de la Real y Pontificia Universidad San Marcos. Lima: Imprenta Torres Aguirre, tomo I, 1940, p. 327. En adelante: Eguiguren, DHC I. 60 Eguiguren, DHC I, 297; Universidad XVII, I, vol. 1, 525-26. 61 Eguiguren, DHC I, 297; Universidad XVII, I, vol. 1, 525-26. 62 Eguiguren, Universidad XVII, I, vol. 2, 934, 946; DHC, I, 237,682. 63 Eguiguren, Universidad XVII, I, vol. 2, 938. 64 Eguiguren, Universidad XVII, I, vol. 2, 938-39, 942. 65 Eguiguren, Universidad XVII, I, vol. 2, 939, 941, 960. 66 Eguiguren, Universidad XVII, I, vol. 2, 943, 947. 67 Eguiguren, DHC I, CCLXXXVIII; Universidad XVII, I, vol. 2, 946. 68 Eguiguren, Universidad XVII, I, vol. 2, 960 69 Eguiguren, Alma Mater, 1939, p. 301; DHC, I, CCLXXVII-VIII 70 Eguiguren, Universidad XVII, I, vol. 2, 966 71 Eguiguren, Catálogo, 1912, 46. 72 Eguiguren, DHC I, 993, 1046. 73 Eguiguren, Catálogo, 1912, 46.

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Metanoia N°1 (27) Bachiller Gabriel de Sandi (1614). 74 (28) Francisco de Godoy (1616). 75 (29) Diego de Encinas Cañizares de Misque (1617), natural de Lima. 76 (30) P. Francisco de Aguayo SJ (1620), cátedra supernumeraria.77 (31) Manuel de Esquivel Salcedo (1620-1634), primera Cátedra de Artes.78 (32) Pedro de Ortega y Sotomayor (¿1623-1628?), obtuvo la cátedra siendo colegial del Real de San Martín a la edad de 19 años y la regentó por espacio de seis años. 79 (33) Fray Gonzalo Tenorio OFM (1624). 80 (34) Francisco Tenorio (¿?), hermano del anterior. 81 (35) P. Fernando de Avendaño (1626-1629). (36) Fray Juan de Ribera OSA (1627-1631), natural de Pisco, segunda Cátedra de Artes. 82 (37) Martín de Velasco y Molina (¿?), natural de España, estudió en el Colegio San Martín. 83 (38) Andrés García de Zurita (1627), natural de Sevilla. 84 (39) Diego López de Vergara y Aguilar (hasta 1631), natural de Lima, tercera Cátedra de Artes, se cerró su cátedra por ausencia de alumnos.85 (40) Sancho Pardo de Figueroa Bermúdez y Cárdenas (¿?), natural de Lima. 86 (41) Fray Francisco de la Carrera OM (¿?). 87 74

Eguiguren, DHC I, 995 Eguiguren, DHC I, 995 76 Eguiguren, DHC I, 998 77 Eguiguren, DHC I, 1001, 1005 78 Eguiguren, DHC I, 1014,1017; Glave, CPEP-II, p. 126 79 Eguiguren, Catálogo, 1912, 47; Eguiguren, DHC, I, 891; Mendiburu, Manuel, Diccionario histórico biográfico del Perú. Segunda edición con adiciones y notas bibliográficas publicada por Evaristo San Cristoval. Lima: Imprenta Gil, 1934, tm. VIII, p. 273. 80 Eguiguren, Catálogo, 1912, 46. 81 Eguiguren, Catálogo, 1912, 46. 82 Eguiguren, DHC, I, 1013; Glave, CPEP-II, p. 127. 83 Eguiguren, Catálogo, 1912, 46. 84 Eguiguren, Catálogo, 1912, 46; Eguiguren, DHC, I, 820. 85 Eguiguren, DHC, I, 1012; Glave, CPEP-II, p. 127. 86 Eguiguren, DHC, I, 834. 87 Eguiguren, Catálogo, 1912, 46. 75

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Metanoia N°1 (42) Juan Jiménez de Montalvo (¿?), natural de Lima. 88 (43) Joseph de los Ríos (¿?). 89 (44) Juan de Utrilla (1647), natural de Lima, primera cátedra de Artes.90 (45) Fray Pedro de Córdova y Recalde OSA (1647), segunda cátedra de Artes. 91 (46) Fray Juan Mezía de Mendoza OFM (1647), natural de Pisco, tercera cátedra de Artes. 92 (47) Juan Morales y Valverde (¿?), chantre de Lima. 93 (48) Diego Josef de Salazar (¿?), de quien aún sobrevive un manuscrito sobre Metafísica. 94 (49) Fray Sebastián de Almoguera y Pastrana OM (¿?).95 (50) Bartolomé de Velarde (¿?), natural de Arequipa. 96 Estamos, entonces, ante un pasaje muy importante de nuestra historia filosófica, que fue desatendida por la mayor parte de nuestros biógrafos intelectuales. Como consecuencia obvia, estamos ante un periodo todavía desconocido y olvidado. Se hace necesario –al decir de Barreda Laos– «penetrar en sus preocupaciones, sus doctrinas, sus escuelas y universidades, sus maestros y sus estudiantes»97. Ordenar y estudiar todo el material sobreviviente, investigar y reconstruir con nuevos métodos y técnicas, es labor no sólo del historiador, sino también lo debe ser del filósofo.

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Eguiguren, Catálogo, 1912, 46 Eguiguren, Catálogo, 1912, 46. 90 Eguiguren, DHC, I, 28. 91 Eguiguren, DHC, I, 28. 92 Eguiguren, DHC, I, 28. 93 Eguiguren, Catálogo, 1912, 47. 94 Eguiguren, Catálogo, 1912, 47. 95 Eguiguren, Catálogo, 1912, 47. 96 Eguiguren, Catálogo, 1912, 47. 97 Barreda Laos, Felipe. Vida Intelectual del Virreinato del Perú. Lima, UNMSM, 1963. 3ra ed. p. 7. 89

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