Testimonios del levantamiento de Varsovia (1944). Ecos del ayer y voces de hoy

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TESTIMONIOS DEL “LEVANTAMIENTO DE VARSOVIA” (1944). ECOS DEL AYER Y VOCES DE HOY Raúl Hellín Ortuño Universidad de Murcia

“Todos nosotros nos creíamos que el levantamiento iba a durar tres, cuatro días, un par de días. Yendo al levantamiento teníamos órdenes de llevar ropa para tres días. La conciencia de los jóvenes sobre el tiempo en el que hay que sobrevivir, era una ilusión falsa, teniendo en cuenta con lo que nos hemos encontrado después”1.

El primer libro de Ryszard Kapuściński2 contiene en uno de sus textos, “Ejercicios de la memoria”, los recuerdos de este historiador, periodista y literato polaco sobre los tiempos de la Segunda Guerra Mundial. Más allá de los posteriores juicios a los que fue sometida su obra, sobre su filocomunismo y su exceso en la fabulación del relato histórico, existen pocos autores que hayan sido capaces de proyectar con la voz de sus recuerdos y en un discurso tan lacónico el drama humano vivido durante los años de la guerra en Polonia. En uno de los párrafos de este texto el autor revive sus recuerdos sobre el levantamiento de Varsovia, cuando tan solo era un niño, ejerció como monaguillo al servicio de un cura destinado en un hospital de campaña de las tropas insurgentes. Kapuściński fue testigo de las amputaciones a los heridos y de cómo montones de cuerpos eran apiñados en las enormes fosas comunes. En muy pocas líneas, el autor nos introduce en la barbarie de lo ocurrido aquel fatídico verano de 19443, emplea cierto tono de reproche hacia los instigadores del levantamiento que según los poderes de postguerra en Polonia solo trajo consigo muerte y destrucción. No sabremos nunca si habría tratado el levantamiento aunque fuera de manera tan breve, en caso de haber estado entre los escombros de Czerniaków, esperando el desembarco masivo de las tropas del Ejército Rojo, mientras civiles e insurgentes morían bajo el fuego de la poderosa artillería alemana. Este texto que simboliza la memoria de quien vivió lo acontecido, demuestra cómo los acontecimientos o circunstancias políticas de la Polonia de postguerra han quedado reflejados en los testimonios de los protagonistas del levantamiento de Varsovia.

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Polonia no pudo defenderse de manera efectiva ante el rápido avance alemán4 y soviético en 1939, pero desde el mismo día que el país claudicó ante los ocupantes, comenzaron a surgir movimientos de resistencia que se organizarían y lucharían principalmente contra el Ejército alemán5. El levantamiento sería el acontecimiento que personalizaría a estos grupos de resistencia, representaría el abandono al que fueron destinados por parte de sus aliados, Polonia luchó sola. La batalla se prolongó durante 63 días, el Armia Krajowa (AK) como extensión armada sobre suelo nacional, del gobierno constitucional en el exilio de Londres, fue el encargado de organizar el levantamiento. El inicio de la contienda, pese a la desigualdad militar entre la resistencia polaca y las tropas alemanas, se produjo por la necesidad de liberar Varsovia como símbolo nacional y capital institucional del Estado, antes de que lo hiciera el Ejército soviético. Los polacos resistieron poco más de dos meses con la esperanza de que llegaría el auxilio de sus aliados, luchando entre las ruinas de la ciudad, donde el hacinamiento, el hambre y la muerte eran lo cotidiano. Finalmente las tropas alemanas se impusieron, no sin antes exterminar a gran parte de la población civil de la capital y destruir la ciudad prácticamente por completo6. Hoy, cuando se cumple el 70 aniversario del levantamiento, las calles de Varsovia advierten de la implicación institucional7 y social8 con la recuperación de su memoria histórica, en especial, el 1 de agosto, como cada año desde 1994, cuando se celebró el 50 aniversario en una Polonia ya en democracia. Memoria histórica sobre todo apoyada en los testimonios de quienes vivieron el trágico destino de la capital polaca, dado el valor nacional que representan los exinsurgentes que aún viven y la circunstancia de que muchos de los archivos claves para el estudio del levantamiento, se encuentren clausurados o semiabiertos a día de hoy9. La inmigración masiva llegada desde toda Polonia pasado 1945 y la reurbanización realizada sobre las cenizas de la guerra, no han hecho decrecer el arraigo de los ciudadanos con la historia reciente de su ciudad, quizás porque para los polacos la guerra tuvo una dimensión total, su destino estuvo comprometido en conjunto, los estados invasores querían hacer desaparecer Polonia del mapa definitivamente, no solamente asolar su capital intelectual10. Pero pese a que hoy, el peso de los testimonios ya recopilados y los que aún quedan por recabar asumen el protagonismo del estudio del levantamiento, esto no fue siempre así, se trata de una corriente relativamente actual, al menos, en lo que se refiere a los testimonios de los exinsurgentes que permanecieron en Polonia tras la guerra.

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Ecos del ayer. Testimonios en la historiografía del levantamiento de Varsovia

Las memorias de quienes nos narran el acontecimiento presentan una serie de problemas atemporales evidentes, que radican principalmente en lo crítico y lo técnico, su falta de precisión, su subjetividad, sus a veces dificultosas traducciones y transcripciones y, por supuesto, la necesidad de complementarlas y compararlas con fuentes secundarias, basadas en la historiografía narrativa tradicional, hacen necesario que el análisis de acontecimientos de la microhistoria como el que nos ocupa, que se fundamente en fuentes primarias (memorias, diarios, entrevistas), requiera de un estudio prudente por parte del investigador. El nuevo orden instaurado en Polonia tras la guerra, trajo consigo la imposición de una férrea censura en muchos ámbitos, en lo que se refiere a las publicaciones de obras sobre historia en general, la crítica oficial imperó de tal manera que estas fueron muy escasas, intentando fomentar el olvido entre la población polaca. Pero la amnesia en un país que tantos acontecimientos dolorosos acumulaba en su historia, no sería tan fácil de implantar. En el caso concreto del levantamiento de Varsovia, las ruinas y los cementerios hicieron que éste, permaneciera en la memoria de los ciudadanos de la capital, fueran foráneos o supervivientes de la batalla. Los niños, crecieron jugando entre las ruinas de la ciudad y éstas hicieron la labor que los colegios no acometieron, conocer que hubo un levantamiento y las dramáticas consecuencias de este. Con todo lo expuesto, la introducción de testimonios en la historiografía sobre el levantamiento producida en Polonia, debería esperar un largo lapso temporal. No sería hasta “el deshielo”, emprendido por Jrushchov en 1956, hacia finales de los años cincuenta y comienzos de los años sesenta, surgió la necesidad pública de leer sobre lo sucedido, ilustrados por la visión de sus protagonistas. Lo que hizo que los poderes de la censura no prohibieran e incluso fomentaran, entre los autores próximos a su ideología, la publicación de obras de quienes vivieron aquellos días, pero por supuesto sin hablar del premeditado comportamiento pasivo del Ejército soviético al otro lado del Vístula y aludiendo, aunque no fuera de una manera explícita, a la culpa de los insurgentes en la destrucción de la ciudad y matanza de sus ciudadanos11. Por ejemplo, el texto que se cita al inicio de esta comunicación, realizado por Kapuściński o Adam Borkiewicz, coronel del Ejército polaco e historiador, quien basándose en sus propias experiencias escribió “Powstanie Warszawskie 1944” en 1957, obra en la que, en contra de la corriente habitual, destacó su evocación al coraje de los jóvenes polacos.

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Durante la década de los sesenta, un famoso escritor polaco, el poeta Miron Białoszewski, residente en Polonia que vivió en primera persona en condición de civil el levantamiento, escribió “Diario del levantamiento de Varsovia”. Se trató de su primera obra en prosa publicada en 1970, en ella se interesó sobre todo por el estrecho mundo en que se movían los civiles, entre movimientos del frente de lucha y los bombardeos constantes de la artillería y aviación alemana, realizando una detallada descripción de la vida en los sótanos y los pasos por los canales. Organizó y redactó sus recuerdos más de veinte años después del levantamiento de ahí que su texto esté repleto de inexactitudes, por supuesto, entre sus recuerdos no se encontraba el papel desarrollado por las tropas soviéticas en el mismo. Con el comienzo de la década de los ochenta, Solidaridad encabezó el movimiento social anticomunista emergente en el país, de manera legalizada concentró entre 1980 y 1981, la producción bibliográfica sobre el levantamiento, dado que muchos exinsurgentes se involucraron con el movimiento. Sus testimonios aparecieron en las publicaciones avaladas por el sindicato, además de introducir previa traducción memorias de insurgentes exiliados. Tras su ilegalización dichas publicaciones seguirían emanando de la clandestinidad del movimiento, aprovechando las fisuras generadas por el golpe de Estado12 y posterior gobierno del general Wojciech Jaruzelski. En 1989 y 1990, las elecciones democráticas celebradas en Polonia tras el derrumbe de la hegemonía soviética, trajeron consigo la derogación de la censura. Los exinsurgentes supervivientes pudieron desde este momento recordar abiertamente su lucha. La producción historiográfica sobre el levantamiento aumentó en gran medida como consecuencia de la disposición de los supervivientes. En este sentido aunque su primera publicación sería en 1957, parece apropiado destacar la evolución de la monografía sobre el batallón “Zośka”13, el pasado año 2013 se publicó la séptima edición, resultando el valor principal de esta obra, los extractos de los diarios de sus componentes, requisados por la policía secreta entre los años 1948 y 1949. En los países occidentales donde se exiliaron numerosos exinsurgentes tras la contienda, sobre todo en los anglosajones, la temprana publicación en 1945 de “The Warsaw Rising” de Andrzej Pomian, miembro del entramado del AK y del Estado clandestino, realizó un sólido análisis sobre el levantamiento fundamentado en importante información documental, pero él no luchó en esta batalla. Quizás por ello, durante los años justamente posteriores a la publicación de tan valiosa obra, los exinsurgentes que sí fueron testigos de lo acontecido aquellos dos meses comenzarían a

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redactar sus memorias, algunas serían publicadas otras no, entre las publicadas destacan sus diarios personales escritos durante la contienda. De este periodo es el relato basado en la experiencia vivida por el general Tadeusz Bór-Komorowski en 1951, “The Secret Army”. Tras estas primeras publicaciones, sobre todo en Gran Bretaña, surgieron tres corrientes distintas entre las publicaciones de relatos de primera mano sobre el levantamiento. La primera sería de crítica con el gobierno en el exilio por su gestión del levantamiento, la segunda, ensalzaría el heroísmo del pueblo polaco y criticaría a los aliados que no auxiliaron a su país, y la tercera, calificaría lo acontecido como una necesidad histórica. De las tres corrientes citadas emanarían toda una serie de publicaciones sustentadas en las fuentes primarias, que aportarían la polémica necesaria para mantener el foro de debate abierto sobre el levantamiento. La publicación de monografías, biografías y crónicas sobre el levantamiento se convirtió en algo habitual, antes pero, sobre todo, después de 1989. Realizadas por historiadores, exinsurgentes y sus descendientes, muchas de ellas incluirían entre sus páginas memorias de quienes vivieron aquel sangriento verano de 1944 en la capital polaca14. La obra cumbre por el momento sobre el levantamiento dentro de la historiografía anglosajona, se publicó en el año 2003, “Varsovia 1944”, escrita por el doctor Norman Davies. El autor realiza un exhaustivo análisis sobre las causas, desarrollo y consecuencias del levantamiento e introduce numerosos testimonios de quienes lo vivieron, algunos recopilados por el mismo autor y otros extraídos de memorias y diarios ya publicados, dichos testimonios ilustran al lector de cómo podía ser la realidad sobre los adoquines de la ciudad.

Voces de hoy. Memorias del levantamiento en la voz de sus protagonistas

Como se ha señalado previamente, durante muchos años permanecieron silenciadas las voces del levantamiento en Polonia. Las denuncias y detenciones con motivo de la pertenencia a grupos de resistencia durante la guerra se convirtieron en algo bastante frecuente durante décadas. El inicio de la recuperación de la Memoria histórica nacional sobre el levantamiento se produjo entre los años 1980-1981 con la legalización de Solidaridad15, no solamente se inauguraron monumentos y placas conmemorativas por toda Varsovia, lo más relevante fueron las numerosas entrevistas realizadas a exinsurgentes, recopiladas por el nuevo movimiento anticomunista. Unos años más tarde, ya en el año 1990, con la abolición total de la censura en la Polonia democrática, la recuperación de

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la memoria histórica comenzó a implicar a medios de comunicación e instituciones públicas y privadas, que comenzaron a recopilar testimonios de lo vivido entre los ancianos supervivientes que sentían una necesidad abrumadora generalizada de contar lo vivido, con el consecuente interés de gran parte de la sociedad polaca y el apoyo de las instituciones democráticas de la nueva Polonia. Los aniversarios del levantamiento se convirtieron en la parte más representativa de las conmemoraciones, el primero, se celebró medio siglo después, en 1994 y desde entonces cuenta con el apoyo institucional y social que requiere este tipo de concentraciones. Durante los actos de los aniversarios los supervivientes se reúnen, y protagonizan mesas redondas, foros de debate y congresos. Las efemérides del acontecimiento representan también la oportunidad de que las nuevas generaciones conozcan la verdadera historia de Polonia en la Segunda Guerra Mundial y comprendan el alto precio que puede llegar a tener la libertad, algo que los insurgentes ya aprendieron de sus padres. Pero el auténtico hito de la memoria histórica del levantamiento se produjo en el año 2004, con motivo de su sexagésimo aniversario. Se inauguró el Museo del Levantamiento de Varsovia16 que además de representar el homenaje de la ciudad del siglo XXI a los que lucharon y murieron por la libertad de Varsovia en 1944, está haciendo una clara apuesta por la recuperación de testimonios de los exinsurgentes, ya que simultáneamente al museo se fundó el Archivo de Historia Oral del Museo del Levantamiento de Varsovia, que en la actualidad cuenta ya entre sus fondos cerca de 3 000 entrevistas, realizadas a los participantes en la sublevación, cuyo contenido se encuentra en idioma original al alcance de cualquier interesado en la Red17. Una vez desarrollada la exposición de la forma en que se nos han transmitido los testimonios de quienes vivieron el suceso, es oportuno realizar un acercamiento al contenido de los mismos. Realizar una exposición de testimonios y un análisis profundo de las diferencias entre los testimonios a lo largo de la historia, requiere de un estudio más amplio que el que puede ocupar esta comunicación. La mayor parte de ellos compartían y comparten la convicción de que el levantamiento era necesario, todos sufrieron en las calles de Varsovia, pasaron hambre, perdieron familiares y amigos, y todos vieron el fuego sobre Varsovia. No obstante, hay distinciones entre los testimonios dependiendo de la perspectiva, lo que ha configurado una historiografía diversificada. Así, existe una diferencia notable según en el bando de la insurgencia en la que sirvieron los exinsurgentes, sobre todo, apreciable entre miembros del Armia Krajowa (AK) dirigido desde Londres o el Armia Ludowa (AL) dirigido desde Moscú.

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Con excepciones, los primeros tuvieron que esperar acontecimientos clave como la visita del papa Juan Pablo II en 1979 o la legalización de Solidaridad entre los años 1980-1981, para alzar sus voces. Mientras que los segundos fueron resguardados por el régimen comunista, al que éstos respondieron con un discurso sumamente moderado con el comportamiento soviético en el verano de 1944. Una de las diferencias más marcadas entre los testimonios deriva de dónde se recopilaron los testimonios, desde el exilio o desde la misma Polonia, y también del momento, si antes o después de 1990 coincidiendo con la llegada de la democracia al país. Desde este año de 1990, comenzaron a publicarse en Polonia, monografías y estudios realizados tanto por historiadores especializados en la Segunda Guerra Mundial que se detuvieron ante un acontecimiento de análisis microhistórico, como por los exinsurgentes o sus descendientes. Además se ha convertido en recurso frecuente por los escritores de dichas obras el introducir testimonios de los que vivieron aquel fatal acontecimiento, de manera que la historiografía narrativa tradicional resulta beneficiada por lo que supone, que ciertos aspectos concretos del levantamiento sean ilustrados por sus protagonistas, enriqueciendo los relatos de los historiadores.

Voces en el 2013. A las puertas del 70 aniversario

Durante el mes de agosto de 2013, el autor de esta comunicación viajó a Polonia con la intención de entrevistar a algunos miembros del AK que participaron en la sublevación de 1944. El propósito de este viaje era una primera toma de contacto con el entorno de la Memoria del levantamiento, además de poder profundizar en el estudio de sus fuentes orales y las condiciones de vida de los exinsurgentes después de 1945. Fueron 10 días durante los cuales pude entrevistar a 5 exinsurgentes y al hijo de un matrimonio de exinsurgentes ya fallecidos, los encuentros se realizaron en tres distintas ciudades (Varsovia, Wrocław y Milicz), con la ayuda de una traductora nativa se redactaron distintos cuestionarios, basados en las lecturas previas de los testimonios previos de los entrevistados y que se encuentran colgados en la web del Archivo de Historia Oral del Museo del Levantamiento de Varsovia18. Para el autor de esta comunicación fue una gran satisfacción comprobar que no era tan difícil llegar hasta los supervivientes de la insurgencia, ya que, aunque para muchos de ellos hablar sobre lo sucedido les provoca dolor, parece que es mayor la necesidad que sienten por transmitir

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a las nuevas generaciones lo que ocurrió con sus propias voces y sentir que sus compañeros ya fallecidos siguen vivos en su memoria. El resultado fueron unas 17 horas de grabación en formato audiovisual, que han sido traducidas y transcritas. A continuación, se expondrá de manera sucinta el análisis de los relatos sobre el levantamiento de los testimonios recopilados: Tytus Karlikowski tenía 13 años cuando se incorporó a través de los scouts a la actividad conspirativa de la resistencia polaca. Cuando llegó el momento del levantamiento era un joven soldado de 17 años del AK. Tomó parte en la batalla en los barrios más activos, Wola, Czerniaków, Stare Miasto y Śródmieście. El inicio del levantamiento lo vivió con mucha alegría, pensaba que finalmente podía luchar por la libertad en Varsovia y que ésta se extendería a toda Polonia. Fue herido durante los enfrentamientos en los cementerios de Wola y pasó por el calvario de tener que depender de sus compañeros para ser trasladado de hospitales a sótanos, pasando por los canales. En la actualidad Tytus es una persona muy comprometida con la Memoria del levantamiento. Llegado el momento de la capitulación Tytus se encontraba en Śródmieście:

“Tristeza, eran momentos que para mí personalmente, fueron aún más tristes, porque una parte de mis amigos de Czerniaków pasó a Śródmieście, un pequeño grupo de unos 5-10 personas y me enteré de la muerte del resto de mis amigos. Así que para mí, en general, era muy deprimente, aún más que había orden de parte de nuestro comandante, el coronel Radosław del “Grupo de fuerzas especiales Radosław”, para que no vayamos a prisión en destacamentos compactos, “Zośka” por ejemplo. Todo eso, por temor a que los alemanes nos mataran por nuestra actividad anterior al levantamiento y en el levantamiento también (…). Yo recibí aleccionamiento de que si alguien no tiene ayuda familiar, debería salir con población civil. Así que abandoné Varsovia como civil”19.

Alicja Karlikowska tenía 14 años cuando comenzó el levantamiento, participó como especialista en comunicaciones del AK y también como su marido se incorporó a través de los scouts, estuvo principalmente en el barrio de Mokotów. De donde los últimos días del levantamiento tuvo que salir a través de los canales, camino del cual dio en la entrevista números detalles, pese a que no suele realizar declaraciones sobre sus experiencias en 1944. De importante valor para el objetivo de esta comunicación es la siguiente afirmación realizada por la exinsurgente:

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“Quiero decirle que mandar los mensajes en alfabeto Morse a través de linternas ayudó en el levantamiento. A decir verdad, no estoy de acuerdo con que los rusos no volaban, se ha negado, eso ya es política..., pero en la segunda mitad de agosto, el destacamento de comunicaciones auxiliaba a los llamados “pilot” por donde estaba el camino, donde tenían que hacer el lanzamiento, “kukuruźniki” volaban muy bajo, por encima de Varsovia”20.

Urszula Katarzyńska contaba con 19 años cuando se inició el levantamiento y 17 cuando entró a formar parte del movimiento clandestino a través de los scouts. Participó como correo del AK durante la batalla en los barrios de Wola, Stare Miasto y Czerniaków, en este último presenció el fracaso en el desembarco de las tropas del Ejército de Berling. La exinsurgente se mostró durante sus declaraciones distante con la corriente predominante en Polonia, que se basa en afirmar que los años de ocupación soviética fueron décadas de sometimiento y privación de derechos, para los protagonistas del levantamiento. Durante la entrevista habló de cómo vivió los años justamente posteriores al levantamiento, de la siguiente manera:

“Cuando entraron los rusos a principios de enero o mediados de enero, se supone que nos estaban liberando. La gente joven y mayor que estaba entonces en Varsovia dicen que no fue ninguna liberación. Para nosotros fue liberación cuando salieron, porque después de tantos años de ocupación alemana (…), para mí eso ya era liberación. Así que no se puede decir que no, y para esta gente que iba a Varsovia, porque no fui la única que he ido a Varsovia muy pronto, no tenían donde vivir pero venían. Así que no nos pueden hacer creer ahora que no fue la liberación, porque nosotros sabemos, que para nosotros mismos sí que fue liberación”21.

La protagonista de esta entrevista no accedió a la publicación de su nombre, fue enfermera de primera línea del AK en el batallón “Parasol”, tenía 18 años el 1 de agosto de 1944, durante el levantamiento participó en los barrios de Wola, Stare Miasto y Czerniaków, teniendo que atravesar los canales para moverse de uno a otro de los distritos. Su testimonio representa una importante fuente de información sobre cómo se organizaban los puntos de asistencia sanitaria durante el levantamiento. Además durante la entrevista realizó diversos comentarios sobre la preparación y las dramáticas consecuencias del levantamiento, basados en sus opiniones personales:

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“Nunca me he arrepentido y no me imagino haber tomado otra decisión. Tengo que decir hoy, pues estos últimos días con motivo del aniversario del levantamiento, escucho diferentes entrevistas con diferentes personas, diferentes comentarios y pienso que todos subrayan una cosa. Las circunstancias antes del levantamiento eran de manera, que si no se hubiera tomado la decisión, valorada naturalmente de diferente manera por los historiadores, sobre el comienzo de levantamiento, estoy profundamente convencida de que el cansancio de la ocupación alemana y las atrocidades con las que teníamos que vivir todos estos años, como las constantes ejecuciones, las constantes... fueron de manera, que el levantamiento tenía que empezar, porque la gente ya no aguantaba la tensión. Como me parecía irremediable que empezara el alzamiento en el ghetto, desde principio condenado al exterminio, de la misma

manera que el nuestro.

Aunque nosotros no teníamos consciencia de que nos rendiríamos tan rápido y seríamos liquidados desde el principio. Nosotros creíamos que vendría alguna ayuda. (…) De la misma manera subrayo una cosa más, sobre la cual casi nunca se habla es la postura por ejemplo de los padres. Tengo que decir que no había momento en que mis padres, siendo completamente conscientes de los peligros a los que estuvimos expuestos, siendo niños y jóvenes, se opusieran a nuestra participación en la conspiración”22.

Andrzej Eckhardt, hijo de un matrimonio de insurgentes del AK durante el levantamiento, nos habla en su entrevista de la actividad conspirativa de sus padres y de cómo fueron sus vidas tras volver a Polonia desde el campo de prisioneros alemán donde fueron internados en 1944, en la Polonia comunista tuvieron que mantener en silencio su pertenencia a la insurgencia por miedo a las represalias de las fuerzas del orden del régimen. Su padre tenía aproximadamente 50 años y era oficial del Ejército polaco desde la guerra polaco-rusa, y su madre tenía 36 años, lo cual los recuerdos que transmitieron a su hijo dan un punto de vista diferente al que la mayoría de los jovencísimos insurgentes lo pueden hacer, sobre todo en lo que se refiere a realizar críticas a lo ocurrido, por ejemplo del paso por los canales desde Wola a Stare Miasto durante los primeros días de levantamiento:

“Una gran sorpresa ellos salieron casi enfrente de la famosa cafetería Ziemiańska en Varsovia. Sucios hasta el límite, con los heridos, etc., y el choque repentino de dos mundos. El tranquilo mundo de la ciudad por supuesto en guerra, pero más bien parecida a París (…) como sin guerra, pero más parecido a París o sea una ciudad normal y corriente, donde nadie disparaba y todo pasaba con total normalidad. La gente estaba sentada en la cafetería, bebiendo café que era de nueces o de cereales (…). Las

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señoras bien vestidas, los caballeros bien cuidados y afeitados. O sea todo eso era completamente irracional. Mi padre creo que salió en otro lote o ya no estaba, me resulta difícil de decir. Pero mi madre y su amigo, que indicaba la línea de salida por los canales, se quedaron en estado de shock por lo que estaban viendo cuando salieron. Además les miraban con cara de disgusto, como si tuvieras una fiesta de cumpleaños y de repente entra un mendigo. Era la primera impresión que tenían después de salir de los canales y encontrarse con los civiles”23.

Maria Downarowicz se incorporó al AK con 16 años a través de los scouts, su función fue la de especialista en comunicaciones. Participó en los barrios de Wola, Stare Miasto y Czerniaków. Ella centró sus declaraciones en la actitud de la población civil durante el levantamiento:

“Muy triste, muy difícil, pero entonces yo quizás no era tan consciente. Yo pasaba, por ejemplo, en Stare Miasto, por los sótanos entre las casas. Las paredes tenían hechos los agujeros y se pasaba por allí para entregar las órdenes. Veía esta población acampada, tirada por los camastros, las mujeres con los niños pequeños... Incluso me preguntaban si quizás no quiero comer o tomar algo, o me decían que cogería para mis amigos algo. Así que mis experiencias y recuerdos han sido más o menos estos. Pero en Stare Miasto, había un momento, cuando nuestros amigos han hecho una especie de desfile y cantaban: Nosotros no, nosotros no, nosotros nunca vamos a rendirnos, o algo así. En este momento la población civil tenía algo contra ellos, no les gusto. Así fue, pero no me extraña. Después de la guerra, cuando yo fui madre, me imaginé tener un hijo durante el levantamiento, no tener leche, poca comida, sin agua, sin pañales, todo. Entonces pensé que los más grandes héroes han sido los civiles”24.

Además, fue testigo del desembarco de las tropas polacas de Berling en Czerniaków y del lanzamiento de suministros por aviones aliados. La exinsurgente respondió a diversas preguntas sobre la importancia del levantamiento pasado 1945:

“para los jóvenes que están interesados, seguro que sí. Pero también hay juventud a la que da igual y en este caso hacerlo por la fuerza, no me gustaría. A veces cuando pienso, que se nos sube demasiado al pedestal. Porque era normal, no ha sido ningún heroísmo especial por nuestra parte. Pero a veces uno oye, qué grande es. A mí me incomoda. Simplemente, si todos vosotros, los jóvenes, si estuvierais en este tiempo en

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Polonia haríais lo mismo, normal. Y eso para mí es tan importante, transmitirlo de esta forma”25.

Percepción pública de los testimonios del levantamiento

La sociedad polaca nunca llegó a olvidarse del levantamiento, pese al empeño de las autoridades nacionales y foráneas instaladas en las instituciones polacas. Los niños no estudiaban este episodio de la guerra en las escuelas, las producciones bibliográficas fueron sometidas a las más dura de las censuras, los exinsurgentes no podían hablar abiertamente de los sucedido en 1944. Estas restricciones que cayeron junto al bloque soviético26 y la elección de Lech Wałęsa como presidente del gobierno de Polonia en 1990, nunca hicieron que la insurgencia de 1944 cayera en el olvido, el recuerdo del levantamiento se mantuvo en los hogares y no en las escuelas; y las escasas obras bibliográficas que superaban la censura, las ediciones clandestinas y las obras publicadas en el extranjero hicieron que los polacos pudieran comprender de alguna manera lo acontecido. Pero realmente los supervivientes del levantamiento se quitaron la mordaza impuesta durante tantos años con la llegada de la democracia. Diversas instituciones se afanaron por recopilar el mayor número de testimonios posibles, los veteranos eran ancianos y por sí solos representaban un valor histórico nacional, el hacer llegar dichos testimonios a la sociedad polaca se convirtió también en su principal labor, era el momento de proyectar definitivamente lo sucedido en la consciencia popular polaca. El realizar un análisis fundamentado en datos, de la repercusión del levantamiento y sus protagonistas en la sociedad polaca, tuvo que esperar al año 1994, año de celebración del 50 aniversario de la insurrección. Coincidiendo con la puesta en valor de los testimonios como vía para el estudio del levantamiento en Polonia. La primera encuesta fue realizada en Polonia por el Centrum Badania Opinii Społecznej27, dicha institución en el año 1994 se propuso conocer la posición histórica del levantamiento para la sociedad polaca, en ella los resultados finales advertían de una consciencia social importante sobre la importancia del levantamiento para la historia polaca, entre otros muchos datos concretos. En la segunda encuesta, realizada por el mismo organismo, destaca que los polacos opinan en su mayoría, que el levantamiento debía suceder y en su mayoría culpan a los soviéticos del fracaso del mismo28.

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La tercera encuesta es la más importante para el desarrollo de esta comunicación, ya que, siendo publicada en 200929, su valor emana de que durante los 15 años que transcurren desde las dos primeras encuestas a esta tercera, la principal vía para el estudio del levantamiento han sido las fuentes orales, por tanto, estas influyen en las respuestas de los encuestados. Los datos más relevantes son los que dan a conocer los medios por los que los encuestados han llegado a conocer el levantamiento, muchos de ellos afirman conocerlo por los testimonios de sus protagonistas, en libros o a través de las personas, y por los actos de aniversarios en los que los protagonistas son los exinsurgentes. Además un dato de gran valor es que casi la mitad de los habitantes de Varsovia han visitado el Museo del Levantamiento de Varsovia, donde los exinsurgentes juegan un papel fundamental de la exposición y los actos que en él se programan. Pero el dato más relevante es el hecho de que existan organismos públicos que sean conscientes de la necesidad de realizar dichas encuestas. Aunque sobre esto existen diversas opiniones asentadas en la ciudadanía polaca, significando este interés por la Memoria del levantamiento para algunos, que existen partidos políticos de ideología ultranacionalista interesados en el enaltecimiento de comportamientos heroicos polacos y en recibir el apoyo de sus protagonistas, muy bien valorados por la sociedad polaca en general. Con todo lo expuesto parece evidente que los testimonios han acercado el acontecimiento a la sociedad polaca, que pasó prácticamente desde el desconocimiento de estas fuentes primarias hasta su reconocimiento.

A modo de conclusión

La simbiosis entre fuentes primarias y fuentes secundarias fomentada por las distintas corrientes historiográficas que han tratado y tratan el levantamiento, hace que el discurso sobre lo acontecido resulte más completo ya que contempla distintas perspectivas de análisis. Las circunstancias de una batalla van más allá de lo que se ve a través del punto de mira de un soldado, pero tampoco son solamente los análisis tácticos y políticos de la contienda. La historiografía sobre el levantamiento estuvo compuesta de un importante número de testimonios de primera mano y adquirió desde el final de la contienda características diferenciadoras. Marcada desde un principio por el lugar desde donde se producía, de un lado el interés de las obras de origen anglosajón se centraba en el

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enaltecimiento de la causa polaca y en la crítica a las dirigentes soviéticos. Mientras por otro, en Polonia se adoptó la política del silencio, las dificultades para tratar el tema por los estudiosos eran muy importantes y el estado represivo en suelo polaco hacía muy difícil cualquier publicación, en estos años los testimonios de los exinsurgentes y civiles que estuvieron en Varsovia el verano de 1944 solo se escuchaban en el ámbito más privado, existía un miedo fundamentado a ser denunciado y a las duras medidas de las fuerzas del orden de la Polonia comunista. Solamente una vez muerto Stalin se permitieron publicaciones sobre el levantamiento de manos de sus protagonistas, pero, por supuesto, sin entrar en detalles sobre el comportamiento de las tropas soviéticas, se trató de que personas muy concretas adscritas de alguna manera al régimen dieran salida a una necesidad pública, ya que los polacos tenían demasiado reciente la Segunda Guerra Mundial y lo que significó en sus vidas. Pero esta fue la hendidura por donde penetraron cuantiosas obras. Mientras que, sobre todo, en Inglaterra las publicaciones eran principalmente realizadas por polacos que lucharon en el exilio o sus descendientes y el debate que estas causaban era cada vez más intenso, en Polonia los que vivieron el levantamiento leían obras poéticas realizadas por quienes estuvieron compartiendo su destino, se trataba de testimonios románticos exentos de crítica hacia los soviéticos. Las primeras elecciones democráticas polacas en 1990, hicieron que parte de los supervivientes que ya una década antes con el movimiento Solidaridad en auge se habían declarado como exinsurgentes, alzaran su voz definitivamente. Los testimonios de estos comenzaron a formar parte importante de las obras que trajo consigo la libertad de prensa establecida en la Polonia democrática. Con ellos el levantamiento pasó a formar parte de la escena pública, así pues los polacos pudieron escuchar a través de las voces de sus conciudadanos lo acontecido, mayoritariamente los exinsurgentes sentían la necesidad de transmitir sus experiencias, siendo importante señalar que tras tantos años de silencio sus versiones estaban influenciadas en cierto modo por la producción bibliográfica, por las realizadas en Polonia y más si cabe por la bibliografía producida en ámbitos anglosajones y publicadas de manera clandestina en Polonia, sobre todo, desde 1980. Los testimonios ahora incluían un análisis del levantamiento. Gracias a los testimonios publicados y a los recopilados en Polonia por el autor de esta comunicación, se ha podido comprobar cómo son numerosas las apreciaciones políticas y tácticas sobre el conflicto en Varsovia en los testimonios de los exinsurgentes. Actualmente, en el año del 70 aniversario del levantamiento, su Memoria vive un momento de esplendor. Los supervivientes han encontrado espacios para transmitir

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TESTIMONIOS DEL “LEVANTAMIENTO DE VARSOVIA” (1944)

sus vivencias, contando con el apoyo y atención social e institucional. Lo cual se refleja en la realización de encuestas para tomar consciencia de hasta qué punto el levantamiento ocupa un lugar en la Memoria histórica del país, por parte de instituciones, y los resultados de éstas, donde se aprecia un conocimiento generalizado sobre el levantamiento. Por tanto, la percepción pública de la sociedad polaca de los testimonios de los supervivientes, ha sufrido un giro drástico desde la caída del régimen soviético. Con la llegada del siglo XXI y la apertura y difusión de archivos de historia oral en la misma ciudad de Varsovia caracterizados por su fácil acceso, para investigadores y ciudadanos de a pie. Los testimonios son ahora el valor más importante para los que quieren mantener vivo el recuerdo del levantamiento. Son cada vez menos los supervivientes presentes en los actos de aniversario, de ahí que toda labor dedicada a la recopilación de sus vivencias debe ser suficientemente valorada, porque cuando ellos ya no estén entre nosotros si lo estarán sus recuerdos, y estos servirán para que generaciones futuras puedan estudiar, conocer y valorar el levantamiento de Varsovia de 1944.

1

Entrevista realizada a “Anónimo”, D.K., por el autor, en Varsovia, 2013, minuto 00:30, parte 2.

2

Ryszard KAPUŚCIŃSKI: La jungla polaca, Barcelona, Anagrama, 2008.

3

1 de agosto de 1944 a 2 de octubre de 1944.

4

Existen monografías sobre los detalles tácticos de la invasión de Polonia en la Segunda Guerra Mundial, como la escrita por Steven ZAŁOGA: La invasión de Polonia: Blitzkrieg, Madrid, Osprey Publishing, 2002. 5

Para conocer detalles sobre los movimientos de resistencia durante la Segunda Guerra Mundial y hasta 1948, incluida la resistencia en Polonia, véase José María FARALDO JARILLO: La Europa clandestina. Resistencia a la ocupación nazi y soviética 1938-1948, Madrid, Alianza, 2011. 6

Para conocer ampliamente lo acontecido durante el levantamiento, véase, Norman DAVIES: Varsovia 1944, Barcelona, Planeta DeAgostini, 2005.

7

A modo de ejemplo, el Museo del Levantamiento de Varsovia.

8

Son numerosas las asociaciones de ciudadanos polacos que tienen como finalidad la recuperación y conservación de la Memoria del levantamiento, como ejemplo, la Asociación para la Memoria del Levantamiento de Varsovia. 9

DAVIES: Varsovia…, p. 20.

10

Jan KARSKI: Historia de un Estado clandestino, Barcelona, Acantilado, 2010, p. 96.

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Davies NORMAN: “La represión estalinista 1945-1956”, en Norman Davies (eds.): Varsovia 1944, Barcelona, Planeta DeAgostini, 2003.

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Un interesante análisis de los hechos que rodearon el golpe de Estado en Polonia de diciembre de 1981, mediante las informaciones publicadas en los tres diarios españoles más influyentes del momento, La Vanguardia, ABC y El País, véase en Coral MORERA: “Polonia bajo la ley marcial, 1981. Actitudes, interpretaciones y encuadres en la prensa española de referencia”, Investigaciones históricas: Época moderna y contemporánea, 32 (2012), pp. 283-306.

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Piotr SIKORSKI y Stanisław WYGANOWSKI, (eds.): Pamiętniki źotnierzy Baonu AK “Zośka”, Varsovia, Społeczny Komitet Opieki nad Grobami Poległych Żołnierzy Batalionu “Zośka”, 2013. 14

Norman DAVIES: “Ecos del levantamiento”, en Norman Davies (eds.): Varsovia 1944, Barcelona, Planeta DeAgostini, 2003. 15

Véase Mercedes HERRERO: “Auge y declive del movimiento obrero en la historia reciente de Polonia”, Investigaciones históricas: Época moderna y contemporánea, 22 (2002), pp. 213-236.

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El Museo del Levantamiento de Varsovia cuenta con una completa página web: http://www.1944.pl/o_ muzeum/o_nas/

17

Se pueden consultar en el archivo multimedia de la página web del museo 2930 entrevistas, clasificadas por nombre, formación, distrito donde lucharon los protagonistas, función y fecha de la conversación. Disponible en: http://ahm.1944.pl/strona/10/

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Previamente a la realización de las entrevistas consulté esta obra como manual, para intentar que mi proyecto tuviera el menor número de cadencias posibles, ya que estas entrevistas difícilmente se volverían a realizar, Pilar FOLGUERA CRESPO: Cómo se hace historia oral, Madrid, Eudema, 1994.

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Entrevista realizada a Tytus KARLIKOWSKI por el autor, en Varsovia, 2013, minuto 09:35, parte 4.

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Entrevista realizada a Alicja KARLIKOWSKA por el autor, en Varsovia, 2013, minuto 06:00, parte 2.

21

Entrevista realizada a Urszula KATARZYŃSKA por el autor, en Varsovia, 2013, minuto 04:07, parte 6.

22

Entrevista realizada a “Anónimo”, D.K. por el autor, en Varsovia, 2013, minuto 00:04, parte 8.

23

Entrevista realizada a Andrzej ECKHARDT por el autor, en Varsovia, 2013, minuto 03:47, parte 4.

24

Entrevista realizada a Maria DOWNAROWICZ por el autor, en Varsovia, 2013, minuto 11:00, parte 4.

25

Ibíd., m. 05:35, p. 5.

26

Véase Amelia SERRALLER: “Polonia en el otoño de los pueblos: el motor de un cambio”, Eslavística complutense, 10 (2010), pp. 171-191.

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Marcin GŁOWACKI: Historyczna Ranga Powstania Warszawskiego (BS/104/91/94), Varsovia, Centrum Badania Opinii Społecznej, 1994. Disponible en: http://www.cbos.pl/SPISKOM.POL/1994/K_0 091_94.PDF

28

Marcin GŁOWACKI: Powstanie Warszawskie Tradycja Martyrologiczna Czy Bohaterska? (BS/133/118/94), Varsovia, Centrum Badania Opinii Społecznej, 1994. Disponible en: http://www.cbos.pl /SPISKOM.POL/1994/K_118_94.PDF

29

Rafał BOGUSZEWSKI y Michał FELIKSIAK: Powstanie Warszawskie w Pamięci Zbiorowej (BS/109/2009), Varsovia, Centrum Badania Opinii Społecznej, 2009. Disponible en: http://www.cbos.pl/ /SPISKOM.POL/2009/K_109_09.PDF

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