TERRITORIOS ÉTNICOS AFROCOLOMBIANOS: PROCESOS Y DINÁMICAS ORGANIZATIVAS EN CHOCÓ.

Share Embed


Descripción

1

TERRITORIOS ÉTNICOS AFROCOLOMBIANOS: PROCESOS Y DINÁMICAS ORGANIZATIVAS EN CHOCÓ.

Liliana Gracia Hincapié1 Resumen: La Ley 70 de 1993, que resultó del Artículo Transitorio 55 de la Constitución Política de 1991, es analizada como resultado de los procesos de organización y lucha de las comunidades afrocolombianas del Pacífico, que tuvieron como eje principal la reivindicación de su etnicidad y de sus territorios. Esta ponencia analiza la configuración del escenario local, nacional e internacional que propició, por primera vez en Colombia, el diálogo entre el Estado y las comunidades afrocolombianas para el reconocimiento de su etnicidad y de la propiedad colectiva de sus territorios. Aborda los procesos y dinámicas organizativas rurales das comunidades afrocolombianas de Chocó, así como sus estrategias de lucha en el diálogo con el Estado. Se focaliza en sus protagonistas, líderes afrocolombianos, funcionarios estatales e intelectuales, así como las disputas, alianzas y conflictos que establecieron entre ellos. Palabras Clave: comunidades afrocolombianas, territorio, etnicidad, Chocó

Abstract: Analysis of the configuration of the local, national and international scenarios which propitiated, for the first time in Colombia, the dialogue between the State and the afrocolombian communities aiming towards the acknowledgement of ethnicity and collective property of these communities' territories. Law n°7 0/1993, which derived from AT55 of the 1991 Constitution, is analyzed as the result of the processes of organization and fight of the afro-colombian communities of the Pacific, which had as a primary axis the reclaim of their ethnicity and their territories. This dissertation approaches the processes and organizational dynamics of the afro-colombian communities of Chocó, as well as their fight strategies in the dialog with the State. It focuses on the protagonists, afro-colombian leaderships, state officers and intellectuals, as well as the disputes, alliances and conflicts established. Keywords: Afro-colombian communities, Territory, Ethnicity, Chocó.

1

Antropóloga de la Universidad Nacional de Colombia, magister en Políticas Públicas de la Universidade Federal do Maranhão. Miembro del Grupo de Estudios Afrocolombianos, CES. Esta ponencia es resultado de mi tesis de maestría titulada: Território e etnicidade afrocolombianas: dinâmicas de luta em Chocó, dirigida por la profesora Elizabeth Beserra y codirigida por el profesor Jaime Arocha.

2

INTRODUCCIÓN En esta ponencia abordo las dinámicas organizativas y de lucha de las comunidades afrocolombianas, específicamente los procesos organizativos rurales en el departamento de Chocó, en la década de 1980 y principios de 1990. Estos procesos llevaron al reconocimiento de estas comunidades como grupos étnicos en la Constitución Política de 1991, así como la creación de la Comisión Especial para las Comunidades Negras, para redactar lo que vino a ser la Ley 70 de 1993. Esa ley ha sido reconocida por diversos intelectuales, líderes y organizaciones, como el marco legal más importante para las comunidades afro en Colombia, que, entre otras cosas, legitima la propiedad colectiva de los territorios ancestrales de las comunidades afrocolombianas. En el ámbito de las dinámicas organizativas me concentro, principalmente, en sus protagonistas: líderes afrocolombianos, intelectuales y funcionarios estatales, y sus experiencias en el proceso organizativo y de creación de la Ley 70 de 1993, así como las disputas, alianzas y conflictos que establecieron. Busco comprender como se configura la relación de las comunidades afrocolombianas de Chocó con el Estado colombiano e como influenció el proceso organizativo de estas comunidades, desde finales de 1990 hasta la actualidad. Procuro comprender cómo, en un país que había invisibilizado las comunidades afrocolombianas, fue posible la organización y lucha de estas comunidades en pro del reconocimiento y titulación de sus territorios. Analizo como esa lucha fue victoriosa, apuntando a nuevas formas de organización y lucha en un contexto de guerra y abandono estatal. El Pacífico y el Chocó: La región del Pacífico, con casi diez millones de hectáreas, constituye el 6,2% del territorio colombiano. Es bañada por la costa desde la frontera con Panamá hasta el Ecuador y avanza en dirección a la cordillera occidental en dimensiones que van desde los 80 hasta los 160 km (Oslender, 2001: 125). Esa región es considerada con los niveles más altos de biodiversidad (IIAP, 2007; DNP, 2008). Es caracterizada por los altos niveles de humedad y precipitación. Está cubierta por bosque húmedo tropical y por una extensa red de centenares de ríos y quebradas. Engloba los departamentos (de norte a sur) de Chocó, Valle, Cauca y Nariño. Chocó está enteramente en la planicie del Pacífico, mientras que los otros tres departamentos tienen buena parte de su territorio y sus capitales en las montañas y valles interandinos. La situación socio-política en el Pacífico colombiano está actualmente caracterizada por tres actores principales: el estado (y sus varias intervenciones en forma de proyectos de desarrollo y conservación de la biodiversidad), un flujo creciente del

3

capital externo (especialmente en el sector de extracción de oro y madera) y las actividades de movimientos sociales de las comunidades negras e indígenas). (OSLENDER, 2000: 207).

Según Castro (2004: 377), se trata de una región situada al margen de los beneficios de “bien estar” social, lo que se traduce en el nivel de vida expresado en términos de pobreza, inequidad, violencia, discriminación, debilidad de su capital humano y fragmentación del tejido social. Afronta una de las situaciones más críticas de la población colombiana. El departamento de Chocó es ocupado por pueblos indígenas y por comunidades afrocolombianas, estas últimas descendientes de esclavizados africanos que trabajaban, desde el siglo XVII, en las minas de oro y platino. El imperio español mantuvo un control frágil sobre este territorio, con excepción de los ríos de explotación minera, donde trabajaban los esclavizados. Estos consiguieron la libertad a través de la automanunisión, del cimarronaje y, después con la Ley 21 de 1851, de abolición de la esclavitud. Vale la pena resaltar que, en 1851, sólo el 10% de la población se encontraba esclavizada. La gran mayoría de los negros, mulatos y zambos ya había adquirido su libertad por diferentes medios (Burgos et al citado en Wabgou et al. 2012). Algunos de esos libres siguieron trabajando en las minas mientras que otros fueron para las partes más alejadas de los ríos, donde desempeñaron actividades productivas de auto subsistencia en la agricultura, la caza, y la pesca. Tradicionalmente los pueblos indígenas han establecido sus asentamientos en las cabeceras de los ríos y en las quebradas y las comunidades afrocolombianas en las partes medias y bajas de los ríos. Estas últimas desarrollaron una apropiación particular del territorio y se asentaron, linealmente, en las orillas de los ríos (Meza, 2009; Oslender, 2001). Los ríos poseen gran importancia geográfica, económica, política, social y cultural en ese departamento y en toda la región. Según Oslender (2001: 129), “el río como arteria principal de comunicación se ha constituido a lo largo de los años en el espacio social per se, alrededor del cual se desarrollan todas las interacciones sociales, económicas y culturales”. Haré referencia, especialmente, a los tres principales ríos ubicados en Chocó, que son elementos de identificación de las organizaciones de las comunidades afrocolombianas: rio Atrato, rio San Juan y rio Baudó. Las personas de la región clasifican los ríos en: alto, que designa la cabecera o parte alta del rio; medio, que se refiere a la parte media del rio; y bajo, que designa la desembocadura del rio. Construyen lógicas culturales en la relación con estos ambientes, especificas a cada una de estas clasificaciones. El Chocó es el escenario de una tradición de economías extractivas, marcadas por momentos de auge y caída –oro, platino, madera, caucho, tagua, manglar-, que lo conectan,

4

a lo largo de su historia, con un escenario internacional. Actualmente fue reactivada, y con mucha fuerza, extracción de oro y madera y florece la economía de la coca (Villa, 2004). En este contexto geográfico, social, cultural, económico y político se desarrollaron procesos organizativos de comunidades afrocolombianas, en las zonas rurales, a lo largo de los ríos, buscando la permanencia en el lugar que habitaban hace varios siglos. En esas luchas por el territorio, en términos de acceso y uso de los recursos naturales, fueron articulando el componente cultural y étnico. Esas organizaciones lograron ser escuchadas y reconocidas a tal punto que, en un hecho sin precedentes en el país, negociaron con el gobierno nacional una ley que la reconoce como sujetos de derechos especiales, que legitima la propiedad colectiva del territorio y garantiza la protección de sus identidades culturales.

Y LOS AFROCOLOMBIANOS SE ORGANIZAN Las primeras formas organizativas parece que ocurrieron en contextos urbanos, movilizados principalmente por personas oriundas de zonas rurales del Pacífico y de la Costa Atlántica. Ese fue el escenario en el que se constituyó el Movimiento Nacional Cimarrón, el primero en tener un carácter nacional y que vino a influenciar varias otras formas de organización. En el Pacífico y más específicamente en el Chocó, la dinámica organizativa de las comunidades afrocolombianas, aunque con inspiraciones en el Movimiento Cimarrón, acaba por asumir características específicas muy direccionadas para la lógica de los ríos. El Movimiento Nacional Cimarrón es considerado por algunos sectores de la población afrocolombiana como la madre de casi todas las organizaciones afro en Colombia por ser un espacio por donde pasó la gran mayoría de personas que, por algún tipo de diferencia de índole ideológica, administrativa, organizacional, etc. con la persona del líder Juan de Dios Mosquera, rompen con la Organización CIMARRON para fundar sus propias organizaciones (Wabgou et al, 2012: 128).

Este movimiento buscaba crear conciencia de los problemas de la población afrocolombiana y de formar a las personas afrocolombianas sobre su propia historia, estudiando personajes como Benkos Biojó, Martin Luther King, Malcom X, entre otros.

5

Fig. 1: Génesis del Movimiento Cimarrón y sus ramificaciones. Circulo de Estudios de la problemática de las Comunidades Negras de Colômbia –SOWETO-

em

Pereira (Risaralda)

1976

formam

Círculos de Estudo em

Condoto, Tadó, Andagoya, Istmina, Quibdó (Chocó)

Pereira (Risaralda)

Puerto Tejada (Cauca) Buenaventura, Cali (Valle)

Bogotá

Barranquilla e Cartagena (Costa Atlântica)

Reunidos em Buenaventura formam

Movimiento Nacional por los Derechos Humanos de las Comunidades Negras de Colombia, CIMARRON 1982

Integrantes formam círculos de estudo nos rios de Chocó

Influenciam a formação de

ACABA e ASOCASAN

Fuente: Gracia (2013, 25).

Bogotá

6

En este momento todas las movilizaciones ocurrían en las ciudades, organizadas por afrocolombianas que iban a estudiar o trabajar, e se agrupaban para discutir y pensar la problemática afro. En la zona rural en la misma época, no hay registro de ninguna organización afro, esto comenzará a ocurrir en los años 80. La década de 1980 en Colombia fue marcada por la violencia generalizada por la guerra entre los carteles del narcotráfico, por la intensificación del conflicto armado entre guerrilla y paramilitares, por una fuerte represión de la sociedad civil por parte del Estado, con persecuciones, masacres y desaparición de personas. Hechos como la frustración de los acuerdos de paz con el M-19, la toma del palacio de justicia y el asesinato de líderes e importantes figuras nacionales como políticos

y periodistas, dejaron el país fragilizado.

Como consecuencia, hubo un importante dinamismo en la sociedad civil, que se organizó en diferentes movimientos. En esa ocasión, cuando la sociedad colombiana se organizaba y reclamaba por un nuevo orden en el país, los grupos étnicos participaron activamente. Pardo (2001: 325), considera que en la década de 80 el panorama indentitário e ideológico del movimiento afrocolombiano era heterogéneo, las organizaciones campesinas del Chocó se orientaban hacia la protección, el control y el acceso al territorio y sus recursos naturales. Asociaciones culturales trataban de consolidar procesos de conciencia colectiva a partir de las tradiciones estéticas y expresivas, mientras que las asociaciones de productores defendían su ingreso en situaciones hostiles de mercado. Grupos de intelectuales trataban de articular los reclamos por justicia social, con fortalecimiento de la conciencia étnica o la inclusión de la población negra en espacios de ciudadanía.

Las asociaciones campesinas de los ríos: Las dinámicas y procesos organizativas de las comunidades afrocolombianas de Chocó se iniciaron en la década de los 80y fueron influenciadas por el Movimiento Nacional Cimarrón y por los equipos de misioneros claretianos, en el rio Atrato. Así se formaron las Asociaciones campesinas de los ríos de Chocó. Esas asociaciones fueron creadas siguiendo la lógica del río, que representa al río como el eje articulador de la vida social, cultural, económica y política de las comunidades afrocolombianas. Sus demandas se articulaban en torno al acceso y control de los recursos naturales e de la propiedad de los territorios habitados ancestralmente por estas comunidades. El territorio, entonces, se configuraba como elemento fundamental en la organización, movilización y lucha (Oslender, 2001; 2008). Así en el rio Atrato se formó la Asociación Campesina del rio Atrato –ACIA- y la Organización Campesina del Bajo Atrato –OCABA-, con el apoyo de los claretianos y como

7

respuesta a la exploración desmedida de madera. En el río Baudó, se creó la Asociación Campesina del rio Baudó –ACABA-, con apoyo del Movimiento Nacional Cimarrón, accionando el enfoque étnico, para enfrentar las dificultades productivas. En el río San Juan, se creó la Asociación Campesina del alto rio San Juan –ASOCASAN-, también con el apoyo del Movimiento Nacional Cimarrón, para enfrentar la colonización y el saqueo de los recursos naturales; y la Asociación Campesina del rio San Juan –ACADESAN-, que buscaba dar respuesta al problema de la posesión de la tierra con la propuesta de territorios interénticos (Gracia, 2013: 27-30). Cuadro 1: Organizaciones rurales de Chocó en los años 1980. Organización

Fundación y lugar

Asociación Campesina del rio Atrato – ACIA-

1983, médio Atrato

Asociación Campesina del rio San Juan – ACADESAN-

1983, baixo San Juan

Influencias Igresia, claretianos Movimiento indigenista

Princípios de lucha Control y acceso a los recursos naturales. Inicialmente sin reivindicación étnica. Propiedad de la tierra, con la propuesta de territorios interénticos.

Organización de Barrios Populares de Quibdó –OBAPO-

1985, Quibdó

Igresia, claretianos

Melhoria das suas condições de vida e pela propriedade dos terrenos na cidade.

Organización Campesina del bajo Atrato –OCABA-

1987, baixo Atrato

Igresia, claretianos

Control y acceso a los recursos naturales. Inicialmente sin reivindicación étnica.

Asociación Campesina del alto rio San Juan –ASOCASAN-

1987, alto San Juan

Movimiento Cimarrón

Defensa del territorio contra la colonización y o saqueo de los recursos naturales, articulada con la visión étnica.

1988, alto e médio Baudó

Movimiento Cimarrón

Demandas de satisfacción de las necessidades básicas articuladas a la questión étnica.

Asociación Campesina del rio Baudó –ACABA-

Fuente: Gracia (2013: 44).

Las primeras movilizaciones de esas asociaciones buscaban establecer un dialogo con el Estado colombiano para frenar las acciones de los madereros en la región y obtener el control de los recursos naturales. Así, fueron establecidos acuerdos como el de Buchadó y el de Bellavista, que aunque no fueron cumplidos por el gobierno, demostraron la capacidad de negociación de esas asociaciones. En esos primeros diálogos con el Estado las organizaciones de Chocó comenzaron a articular sus demandas por el territorio, que fueron acrecentándose con las de carácter étnico. Así su pasado común de esclavización, sus costumbres, sus rituales, sus prácticas tradicionales de producción y sus formas de manejo sustentable de la naturaleza y sus recursos, orientaban su lucha por la obtención de la propiedad colectiva de los territorios que habían habitado desde el siglo XVII.

8

Unas de las particularidades culturales de las comunidades afrocolombianas en el Pacífico es el hecho de que se caracterizan por una historia común, de ascendencia africana, esclavización y ocupación ancestral del territorio, que se remonta al siglo XVII. Estas comunidades se apropiaron del territorio, construyeron significados relativos al uso colectivo de la tierra y a las formas tradicionales de producción. Estas formas incluyen la caza, pesca, extracción minera y maderera y de otros recursos del bosque, recolección, siembra, cria de cerdos, de acuerdo con el medio en el que viven, constituyendo lo que Arocha (1999) denominó adaptaciones polifónicas. Según este autor (1996, 1998), esas comunidades construyeron formas pacíficas y dialogales de resolución de conflictos, formas colectivas de trabajo –minga y mano cambiada-, estableciendo una convivencia interéntica con los pueblos indígenas. Desarrollaron jerarquías propias y rituales particulares relacionados a la muerte, así como extensas redes familiares. Poseen complejos universos simbólicos y sistemas de representación que alimentan sus organizaciones políticas. La lucha por el territorio ha sido central en las dinámicas y proceso organizativos de las comunidades afrocolombianas. Para comprender la relación de esas comunidades con el territorio es preciso pensar el territorio como sugiere Villa (2004), no solo como un espacio físico, un lugar geográfico, más como un espacio con significados económicos, políticos, sociales, culturales y, principalmente, simbólicos. Tomar el territorio como motor de organización y lucha implica pensar en territorialidad, que Villa (2004) considera como una dinámica social y económica que integra diversos territorios y se proyecta fundamentalmente como ejercicio político. Para las comunidades afrocolombianas el territorio tiene tres dimensiones: la orilla del rio, los valles inundables y los bosques. Cada una de estas dimensiones representa una actividad productiva y un uso de la tierra que puede ser individual, familiar o colectiva. La relación con el territorio la construyen a través de los troncos familiares, las familias extensas y las familias nucleares, así como a través de la relación campo-poblado2. Y el rio es el eje central de la vida social, cultural y económica En la siguiente figura se ilustra la representación de las comunidades afrocolombianas hacen del territorio:

2

Ver Gracia (2013).

9

Fig. 2: Dimensiones del territorio de las comunidades afrocolombianas

Fuente: Gracia (2013: 35).

Es así como la lógica del rio y la territorialidad afrocolombiana fundamenta la organización, movilización y lucha de las comunidades rurales de Chocó en los años 80.

EL ESCENARIO NACIONAL Al inicio de la década de 1990 se configuró el escenario para que las comunidades afrocolombianas llevaran sus demandas de reconocimiento étnico al Estado. En ese momento en el país se realizaba la reforma constitucional y existía la necesidad del Estado de definir el panorama territorial en el Pacífico. No el ámbito internacional, existía el movimiento por el respeto a los derechos humanos y en especial a las minorías étnicas (Convenio 169 de la OIT del cual Colombia fue signataria con la Ley 21 de 1991), y el creciente discurso de respeto al medio ambiente y de protección de la biodiversidad. En aquella ocasión, las comunidades afrocolombianas de Chocó construyeron estrategias para ser escuchadas por la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), ente ellas: establecieron alianzas con constituyentes indígenas, realizaron lobby político con algunos constituyentes, buscaron apoyo de los intelectuales y se articularon con otros afrocolombianos comprometidos con la lucha y que asesoraban la Constituyente. La indiferencia de la ANC en relación a las cuestiones afro indujo a las comunidades a hacer uso de estrategias de presión, tales como el “telegrama negro” e la ocupación de la

10

embajada de Haití, en Bogotá. La lucha en parte fue victoriosa, pues la propiedad colectiva de los territorios (de la Cuenca del Pacífico) de esas comunidades, así como su etnicidad, fueron reconocidos en el Artículo Transitorio 55 (AT55) de la Constitución Política de 1991. La victoria no fue completa, pues un artículo transitorio requiere reglamentación. Hubo la necesidad de crear la Comisión Especial para Comunidades Negras para que elaborara una ley especial que regulara las conquistas del AT55. Entonces era el momento de dar continuidad a la lucha, accionar estrategias para presionar al gobierno nacional para la instalación de esa comisión, que tenía un plazo específico para funcionar. En esa ocasión las estrategias fueron el envío de telegramas y la ocupación de diversas instituciones estatales en Bogotá, Quibdó y Buenaventura. Así el gobierno instaló la Comisión Especial para Comunidades Negras (CECN), conformada por líderes afrocolombianos del Pacífico, funcionarios estatales de las instituciones encargadas de los temas de tierras, recursos naturales y cultura (INCORA, INDERENA, ICAN, IGAC), intelectuales y políticos que representaban los departamentos del Pacífico en el Congreso. Entonces, dieron el primer paso para la elaboración del texto de ley que iría reglamentar los derechos de los afrocolombianos. Cuadro 2: Integrantes de la CECN Comisionados

Departamento, profesión, función, organización

Héctor Riveros Serrato Jaime Buenahora Jorge García González

3 primeras sesiones 4 sesión 4 últimas sesiones

Myriam Jimeno Santoyo

Antropóloga

Instituición/departamento Ministério de Govierno (Vice-ministros) ICAN (Instituto Colombiano de Antropología)

Manuel Ramos

INCORA (Instituto Nacional de Reforma Agraria)

Eduardo Uribe

DNP (Departamento Nacional de Planeación)

Manuel Rodríguez

Gerente

Ángela Andrade

Zulia Mena García Rudecindo Castro Saturnino Moreno Carlos Rosero Jorge Issac Aramburo Trifilo Viveros Arnulfo Cuero Elver Montaño

INDERENA (Instituto Nacional de Recursos Naturales) IGAC (Instituto Geográfico Agustín Codazzi)

OBAPO ACABA ACIA

Chocó

Valle

Cauca

11

Manuel Carabalí Hernán Cortés Luz María Angulo Nelson Montaño

Nariño

Luis Jaime Peréa Ramos Guillermo Pachano

Valle Valle

Piedad Córdoba Jesús Rosero Ruano Edgar Ulises Torres

Antioquia Nariño Chocó

Jaime Arocha

PhD Antropologia, Universidad Nacional Doctor em desarrollo social, Universidad del Valle

Gustavo de Roux Silvio Garcés Otilia Dueñas

Abogado Directora

Omar Torres Angulo

Valle

Senado Câmara de Representantes

Universidade INCORA Bienestar Social Concejo Buenaventura

Fuente: Gracia (2013: 87)

La Negociación Estado – Comunidades Afrocolombianas: La CECN estuvo marcada por un ambiente de desconfianza y prevención entre los representantes de las comunidades afrocolombianas y los funcionarios estatales, presentándose contantes enfrentamientos de los líderes con los funcionarios, cada uno intentando imponer su punto de vista. Las divergencias se daban fundamentalmente en relación a la afirmación de la etnicidad afrocolombiana, que era vista por los funcionarios del gobierno como una prerrogativa de los pueblos indígenas, por lo que no tenía sentido hablar de etnicidad afrocolombiana. Otra diferencia constante era sobre el control de los recursos naturales, que los funcionarios estatales consideraban que debía ser de incumbencia del Estado, en detrimento de las comunidades afrocolombianas. Hubo también mucha polémica en relación a la asignación de presupuesto para la ley. Las comunidades pleiteaban que fueran asegurados en la ley recursos para el funcionamiento de los consejos comunitarios y los funcionarios estatales entendían que no era competencia de la ley la parte presupuestal. El gobierno, a través de sus representantes, estuvo muy ausente de los trabajos de la CECN. Los delegados de las instituciones e el vice ministro de gobierno faltaron a muchas sesiones, y los alcaldes, gobernadores y los funcionarios de las Corporaciones Autónomas Regionales no se interesaron por el proceso de la Comisión (CECN, 1993). En el contexto de los trabajos de la CECN las estrategias de las comunidades afrocolombianas fueron: hacer alianzas con políticos e intelectuales y presentar propuestas de reconocimiento de su etnicidad basados en su herencia africana, en el pasado común de esclavización, en la producción polifónica, en el uso cultural del territorio a través de los troncos familiares y de la familia extensa, de las prácticas culturales particulares en relación a los rituales de muerte, al cuerpo, a la salud y los sistemas solidarios de trabajo. La ancestralidad del territorio y la preservación de la naturaleza y los recursos naturales,

12

aparecían constantemente en los discursos de los líderes afrocolombianos y constituían el fundamento de la exigencia al Estado del reconocimiento a la propiedad colectiva de los territorios. Ese reconocimiento era percibido por las comunidades como el pago por la deuda histórica del Estado, por siglos de esclavización, invisibilización, discriminación y racismo. Por su parte las estrategias del gobierno fueron siempre pautadas en la imposición. En ese sentido, accionó su poder decisorio para asegurar lo que era de su interés: mantener el control sobre las áreas de bosques en las que había recursos naturales, por ser susceptibles de explotación y porque existía la urgencia de iniciar un plan de conservación de ellos y mantener el control sobre las entidades que administrarían la propiedad colectiva (CECN, 1993). La conservación de los recursos naturales fue una estrategia accionada tanto por las comunidades como por el gobierno, sin embargo, desde diferentes perspectivas. Las comunidades afrocolombianas se apropiaron y usaron el discurso de la conservación de conservación de la biodiversidad para sustentar sus demandas por el control de los recursos naturales. Entendían que con sus prácticas tradicionales de producción habían conservado el bosque y así podrían continuar haciendo una explotación sustentable. Los funcionarios estatales usaron el discurso de la conservación de los recursos naturales como la propuesta de mantener áreas preservadas e intocables, en forma de parques naturales y reservas forestales. Cuadro 3: Derechos asegurados por la Ley 70 de 1993.

Derechos

Artículos

Descripción

4 a 18

Adjudica a propiedad colectiva a las “comunidades negras” de las “tierras baldías” de las zonas rurales ribereñas de la cuenca del Pacífico. Establece la creación de “consejos comunitarios” como entidad administradora de la propiedad colectiva. Define el procedimento para la solicitud del titulo colectivo. Determina las áreas adjudicables y no adjudicables.

Recursos Naturales y Medio Ambiente

19 a 31

De los artículos 19 a 25, determina que las “comunidades negras” tienen que cumplir con las “obligaciones de protección del ambiente y de los recursos naturales”, y continúen conservando y manteniendo la vegetación y garantizando la existencia de los ecosistemas. Delimita las formas de aprovechamiento forestal para las comunidades y presenta como opción que las comunidades se asocien con las empresas explotadoras. De los artículos 26 a 31 se refiere al tema de los recursos minerales, determina la creación de “zonas mineras de comunidades negras”, así como “zonas mineras conjuntas” con los pueblos indígenas. Prevé la posibilidad de participación y denuncia de las comunidades frente a la explotación.

Identidad Cultural

32 a 46

Garantiza el derecho a la educación propia a las “comunidades negras”, reconhecendo sus ambientes y

Propriedad Colectiva

13

universos culturales. Sanciona todo acto de discriminación, segregación, intimidación y racismo. Determina que en el sistema educativo nacional se difunda el conocimiento de la cultura afrocolombiana, con la creación de la “Cátedra de estudios afrocolombianos”. Apoya programas de educación técnica y tecnológica. Conforma la “consultiva de alto nivel” como espacio de dialogo entre las comunidades y el gobierno. Asegura la participación de las comunidades en los planes, programas y proyectos que se desarrollen en sus territorios, como mecanismo de protección de la identidad cultural.

Desarrollo Economico y Social

Infraestructura, institucionalidad

47 a 59

Asegura la participación de las comunidades en los consejos de planeación y en las corporaciones autónomas regionales, en los proyectos de desarrollo, en el sistema de parques nacionales y en las actividades de investigación que se desarrollen en sus territorios. Crea fondos de inversión especial. Define las cuencas de los ríos como unidades de planeación de uso y aprovechamiento de los recursos naturales.

62, 63, 65, 66, 67

Disposiciones finales. Determina la construcción de carreteras, puertos, la creación de la Universidad del Pacífico, la Dirección de Asuntos para las Comunidades Negra y la circunscripción especial para “comunidades negras”, con dos curules en la Cámara de Representantes. Fuente: Gracia (2013: 112).

CONSIDERACIONES FINALES El proyecto de ley redactado por la CECN fue aprobado por el Congreso de la República como Ley 70 de 1993. Esta ley reconoció la propiedad colectiva de las “tierras de las comunidades negras” de la Cuenca del Pacífico y de “zonas similares”; determinó la creación de los Consejos Comunitarios como instancias administrativas de los títulos colectivos; reconoció

a la comunidades afrocolombianas como grupos étnicos, creando

mecanismos de protección de su identidad étnico-cultural; definió la creación de la Cátedra de Estudios Afrocolombianos; y determinó la participación de los representantes de las comunidades en el diseño, ejecución y coordinación de los planes, programas y proyectos de desarrollo, con el fin de que respondan a sus necesidades y aspiraciones. Esta ley, así como su reglamentación, fue el resultado de un complejo proceso de articulación entre líderes afrocolombianos, funcionarios estatales, intelectuales y políticos. Fue producto de las estrategias de organización y lucha de las comunidades afrocolombianas, de las alianzas, disputas, presiones y consensos entre los diversos actores que participaron.

14

Considero que la Ley 70 de 1993 fue una gran conquista de las comunidades afrocolombianas, pues supieron aprovechar la coyuntura nacional y negociar con el Estado colombiano, saliendo de la condición de invisibilizadas. La nueva legislación para las comunidades afrocolombianas ha sido vista por algunos como un “despertar negro” ya que fue una gran conquista que visibilizó la problemática de la comunidades en el país. Para otros, fue el momento de “realizar una utopía”, pues el tema afro en el país había sido negado por mucho tiempo y la legitimación de la propiedad colectiva de los territorios de las comunidades afrocolombianas era vista como parte de la reforma agraria a ser realizada en el país, sin embargo, sin ninguna especificidad. Para otros sectores, especialmente para algunos intelectuales afrocolombianos, la Ley 70 de 1993 es “racista y atrasada”, por expresar un “colectivismo pre-histórico” que niega la propiedad individual y la posibilidad de desarrollo de la región. Así también, piensan que es racista porque cera un apartheid que impide la integración de la personas “negras” en la sociedad colombiana. La Ley 70 de 1993 configuró una nueva relación Estado - comunidades afrocolombianas. Esas comunidades comenzaron a hacer parte del Estado, de su lógica institucional, y pasaron a cumplir sus agendas e itinerarios burocráticos y muchos líderes, que participaron en el proceso de la Ley 70, pasaron a ser funcionarios estatales. Esto ha modificado las formas de lucha y de articulación de las comunidades. La presencia de grupos armados (guerrilla y paramilitares), los cultivos de coca, los proyectos de desarrollo y la extracción aurífera, el monocultivo de palma africana y el desplazamiento forzado, son los embates a los que las comunidades afrocolombianas se enfrentan actualmente y se constituyen en graves amenazas a su territorialidad. Después de la CECN la acción de las comunidades afrocolombianas ha quedado reducida a los pocos espacios institucionalizados y, en el ámbito local, a los Consejos Comunitarios. En el nuevo escenario local y nacional dejaron de existir instancias eficaces de dialogo con el Estado, lo que ocurrió en la CECN. Así mismo, garantizar derechos no significa que se hagan efectivos. La conquista de los derechos es el camino necesario para abrir espacio para los pleitos que permitirán que lo derechos se tornen realidad. En ese sentido la lucha continua. Las comunidades afrocolombianas dirigen sus articulaciones hacia la reglamentación de los capítulos referentes a los recursos naturales y minerales de la Ley 70, luchan por la institucionalización de los Consejos Comunitarios para viabilizar su manutención y garantizar así su funcionamiento. La lucha continua, también, para resguardar los territorios colectivos

15

de las empresas explotadoras, de los grupos armados y de los proyectos de desarrollo. Y, continúa todavía, en busca de infraestructura para permitir la reproducción económica y social de esas comunidades. Vale la pena resaltar que las comunidades afrocolombianas continúan resistiendo, continúan organizándose para defender sus territorios, pues la amenaza que existe sobre ellos no se redujo con la titulación colectiva, por el contrario, aumentó significativamente. El territorio, entonces, continúa siendo el gran elemento articulador

de la lucha de las

organizaciones rurales de las comunidades afrocolombianas. Es necesario todavía investigar los rumbos que de este movimiento ha venido asumiendo después de la Ley 70 de 1993 y que nuevas dinámicas y procesos organizativos han venido efectuando las comunidades afrocolombianas. Ese será el motivo para nuevas investigaciones.

BIBLIOGRAFÍA Arocha, Jaime. (1999). Ombligados de Ananse. Hilos ancestrales y modernos en el Pacífico colombiano. Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, Centro de Estudios Sociales –CES-. Arocha, Jaime. (1998). La inclusión de los afrocolombianos ¿meta inalcanzable? In: Maya Adriana (Ed.). Geografía Humana de Colombia. Los afrocolombianos: tomo VI. Bogotá: Instituto Colombiano de Cultura Hispánica. p. 341-395. Arocha, Jaime. (1996). Afrogénesis, eurogénesis y convivencia interétnica en el Pacífico colombiano. En: Pedrosa, Álvaro y Escobar, Arturo (Eds.). Pacífico ¿desarrollo o diversidad? Estado, capital y movimientos sociales en el Pacífico colombiano. Bogotá: CEREC, Ecofondo. p. 316-328. DNP. (2008). Política de promoción social y económica para el departamento de Chocó. Consejo Nacional de Política Económica y Social República de Colombia Departamento Nacional de Planeación CONPES 3553. Castro, Rudecindo. (2004). Etnia, cultura, territorio y conflicto armado en el Pacífico colombiano. En: Arocha, Jaime (Comp.). Utopía para los excluidos. El multiculturalismo en África y en América Latina. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, Facultad de Ciencias Humanas, pp. 373 – 384. Comisión Especial para Comunidades Negras. Actas 1992-1993. Bogotá: Archivo ICANH. Gracia, Liliana. (2013). Território e etnicidade afrocolombianas: dinâmicas de luta em Chocó. Tesis de maestría. Universidade Federal do Maranhão, São Luís, Maranhão, Brasil.

16

Meza, Carlos. Tradiciones elaboradas y modernizaciones vividas: cambios y permanencias culturales en los pueblos afrochocoanos de la vía al mar. Disponble en http://www.meto2.net/utch/. Consultado el 8 de marzo 2009. Oslender, Ulrich. (2001). “La lógica del río”: Estructuras espaciales del proceso organizativo de los movimientos sociales de comunidades negras en el Pacífico colombiano. En Pardo, Mauricio (Ed.). Acción colectiva, Estado y etnicidad en el Pacífico colombiano. Bogotá: Instituto Colombiano de Antropología e Historia -ICANH-, Colciencias, p. 123-148. Oslender, Ulrich. (2008). Comunidades negras y espacio en el Pacífico colombiano. Hacia un giro geográfico en el estudio de los movimientos sociales. Bogotá: Instituto Colombiano de Antropología e Historia -ICANH-. Pardo, Mauricio. (2001). Escenarios Organizativos e Iniciativas Institucionales en Torno al Movimiento Negro en Colombia. En: Archila, Mauricio e Pardo, Mauricio (eds.): Movimientos Sociales, Estado y Democracia en Colombia, Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, Centro de Estudios Sociales, p. 322-345. Villa, William. (2004). El territorio de comunidades negras, la guerra en el Pacífico y los problemas del desarrollo. En Pardo Mauricio; Mosquera, Claudia y Ramírez, María Clemencia (Eds.). Panorámica Afrocolombiana. Estudios sociales en el Pacífico. Bogotá: Instituto Colombiano de Antropología e Historia -ICANH- y Universidad Nacional de Colombia, p. 331 – 342. Wabgou, Maguemati; Arocha, Jaime; Salgado, Aiden; Carabalí, Juan. (2012). Movimiento Social Afrocolombiano, Negro, Raizal y Palenquero: el largo camino hacia la construcción de espacios comunes y alianzas estratégicas para la incidencia política en Colombia. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales, Grupo de Investigación Migraciones y Desplazamientos (M&D) de UNIJUS, Grupo de Estudios Afrocolombianos (GEA-CES).

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.