Teología En Resistencia Liberacionista; Una Propuesta De Acompañamiento y Cuidado Eclesial Para Sicarios En Carteles Mexicanos.

Share Embed


Descripción

Teología en resistencia liberacionista; una propuesta de acompañamiento y cuidado eclesial para sicarios en carteles mexicanos Por Samuel Murillo Introducción No es posible reflexionar en una teología en resistencia sin una completa inmersión y/o conciencia sobre el contexto y realidad de quien la formula o expresa. Históricamente toda teología en resistencia ha incomodado a las mayorías con voz (oficial) pero siempre abrazada y cobijada por las mayorías sin voz (oficial) pero que terminan siendo en densidad de población la mayoría porcentual del total. Las instituciones eclesiales no han sido excepción cuando fueron expuestas en momentos específicos de la historia ante la formulación progresista de liberación ante la propuesta a resistir de un mal predominante a nivel social, político, económico o contextual a nivel general. ¿Cuál es la razón de ello? Como ya lo mencione, predomina mas la posición de los pocos con voz (oficial) por el empoderamiento con el que cuentan que el valor y la dignidad de todo ser humano para influir nuestra cosmovisión cristiana desde la Fe y solo la Fe, la cual, aunque nos neguemos a reconocerlo muchas veces, es el resultado de una experiencia liberadora en nosotros o de nosotros mismos para el seguimiento de Cristo. La teología en resistencia es una respuesta que busca mas la ofensiva que la defensiva en la realidad en la que se propone, por ello, aunque seamos pacifistas, calmos y serenos, casi siempre provocará violencia en diversos términos y dimensiones; de forma interna (cognoscitiva, emocional, y hasta física) y externa (nuestras acciones como individuos) como individuos, lo cual provoca la reflexión colectiva en comunidad; como Cuerpo de Cristo. Muchas veces violentará nuestros dogmas, paradigmas y enseñanzas previas para buscar una perspectiva liberadora en nuestro contexto, en muchos otros casos la respuesta ha tenido que sufrir violencia y resistir dentro de la misma en la búsqueda del bien común, no solo como un fin o

resultado sino como la motivación y acción inicial, durante y constante al termino de tal resistencia. Podemos encontrar algunos ejemplos de dicha resistencia, marginación y proceso de violencia en infinidad de lideres cristianos que nos han precedido, teniendo como excelencia, la vida y trascendencia central de Jesucristo, quien a pesar de nunca empuñar un arma, nunca marchar a la guerra o buscar la violencia, durante la resistencia misma de Dios por la paz y la justicia se vio violentado en dimensiones personales y colectivas durante su tiempo de ministerio terrenal. Fue a tal grado su entrega a la resistencia por el mensaje del Reino, la paz y la justicia de Dios y los valores de su predicación por el bien de la humanidad entera que no le importo ser violentado hasta su muerte, resistencia que trasciende en excelencia porque dentro del plan de Dios, no culmino en declive y en la violencia misma, sino que al tercer día resucito y nos llama constantemente a seguir sus pasos por la obra ya consumada, la dimensión soteriológica de vida eterna pero además la culminación de la justicia y la paz en El, la cual, trasciende todo tiempo y espacio y nos permite hoy ser seguidores suyos en comunidad. Podemos entonces recordar a tantos mártires de los primeros siglos de la iglesia, el sueño de Martin Luther King, Dietrich Bonhoeffer, Mons. Oscar Arnulfo Romero, Rubén Jaramillo o tantos otros que merecerían ser mencionados pero las líneas no nos alcanzarían, quienes tuvieron que comprometerse a la resistencia y violencia para alcanzar la paz. Personalmente, he crecido con valores y principios muy arraigados en un compromiso cristiano que no se delimite en el ver y juzgar (como sucede en el fundamentalismo que invade el protestantismo latinoamericano hoy), sino que fructifique en el actuar y celebrar juntos como comunidad. Personalmente, soy tataranieto de dos revoltosos, buenos para nada, asesinos, anarquistas, violentos y ladrones, así es como en su tiempo la voz oficial (de los pocos) los consideraba, ahora se conocen mas bien como “héroes” de la revolución mexicana, y pongo entre comillas “héroes” no porque no lo sean sino mas bien porque hoy parecemos repetirlo sin conciencia o reflexión alguna sino que la realidad muestra que queremos huir de tal compromiso de asumirnos dentro de la violencia (no armada sino intelectual, física, moral y espiritual) en la búsqueda por la paz; fueron el general

Trinidad Paniagua y Don Diego Álvarez, militantes del ejercito de del General Emiliano Zapata en el sur de México y ambos de tradición Metodista. Don Diego Álvarez en su tiempo seguramente fue considerado como todos los de su “tipo y clase”, inconcebible que los cristianos “nice” de aquel entonces ó nuestro tiempo pudieran juntarse con alguien como él, ladrón y asesino pareciera ir marcado en su frente si estuviera entre nosotros, en pocas palabras una muy mala persona que tendría su lugar asegurado en el infierno para muchos religiosos. Aunque la realidad es que durante uno de los saqueos que se hacían comúnmente en haciendas de quienes eran los que explotaban a nuestro pueblo, un libro llamo su atención y lo acompañó el resto de su vida; Las Escrituras. Tanto fue así que al concluir el movimiento armado, dono el terreno que se encontraba justo enfrente de la parroquia Católica Romana del pueblo para que fuera construido ahí lo que hasta el día de hoy es el Templo Metodista en Real de Tezoyúca, Zapata, Morelos, ahí se congrego y predico del amor inmensurable que cobijo su lucha y sus días después de ella mediante el evangelio de Jesucristo hasta el día de su muerte hasta su vejez. Del general Trinidad Paniagua, no se puede expresar mucho, ya que fue traicionado por sus hombres durante la lucha armada y acribillado a campo abierto en el estado de Hidalgo al parecer, violentado y asesinado por sus principios de justicia y paz como valores esenciales del Reino. Por ello, es que no me atrevo a desarrollar esta propuesta teológica de resistencia contextualizada a nuestros días desde una perspectiva ajena a la realidad y el sentir interno, sino que mas bien, busco llevar a una reflexión que busque alcanzar la libertad de los que hoy sufren, son violentados, señalados como “los malos” de nuestro tiempo y merecedores del infierno sin siquiera ser considerados dentro de nuestra reflexión a partir de la Fe y el plan salvífico universal de Dios para toda su creación, sin distinción alguna de El para con nosotros.

es decir, “los malitos” (como los llaman en el norte de México), los sicarios (hombres de menor rango en los carteles mexicanos) Marco Histórico y Social México atraviesa una crisis que abarca diversos aspectos de la vida común; violencia, inseguridad, corrupción, impunidad, asesinatos, narcotráfico, desempleo, bajo nivel educativo y poco acceso y posibilidad a educación superior, discriminación, capitalismo, etc. seria prácticamente imposible nombrar todos los aspectos que influyen en denigrar y faltar a la dignidad humana, el derecho a la vida y bienestar común. Así como hace un poco mas de 100 años surgieron aquellos hombres mexicanos que se atrevieron a sufrir e inmiscuirse en la violencia por la búsqueda de la paz con justicia, hoy hay hombres y mujeres en nuestra sociedad que aunque parecieran tener móviles o motivaciones muy diferentes o ajenas, no lo son en realidad ya que la causa de la esclavitud que hoy padecen, es la misma que motivo a los que les precedieron como malos y asesinos pero hoy son considerados socialmente como héroes. Con esto no quiero decir que nuestro objeto de estudio busque posicionarles el día de mañana como héroes pero si el posicionarlos como los que padecen y sufren hoy, entre la espada y la pared, entre la vida y la muerte, entre el bien y el mal, entre obedecer o morir, así como los esclavos que son aconsejados por Pedro a padecer sin objeción alguna (el dueño podía matarles si ellos se negaban a obedecer) y al mismo tiempo animados a permanecer en la esperanza que encontramos en Cristo, desde este contraste y paralelo es que comenzare a relatar la condición de los que hoy conocemos como sicarios. El narcotráfico ha invadido el país, dividido en diversos carteles, de los cuales pareciera casi imposible o clasificar entre ellos mismos, es decir, no se sabe quien es el malo para el gobierno y quien esta inmiscuido con el gobierno, es un conflicto de intereses millonario en donde los capos de gran nombre y antigüedad han muerto, han sido arrestados o se han retirado, lo que ha provocado el surgimiento de nuevos grupos, divisiones entre ellos y por desgracia, esto ha resultado en violencia y muerte no solo entre los grupos delictivos, sino también en servidores públicos usados como “carne de

cañón”, piezas de ajedrez en un conflicto bastante complejo, el cual buscaremos abordar en el presente escrito desde una perspectiva especifica dentro del narcotráfico, el rango mas bajo, el que cree ganar mucho y jala el gatillo en nombre de sus patrones millonarios pero que en realidad les importa muy poco la muerte de su “peón” ya que en un abrir y cerrar de ojos puede sustituirlo por alguien mas, por ello, desde ahora dentro de la propuesta teológica en resistencia, serán considerados desde una perspectiva de esclavitud en el siglo XXI; si no obedecen y matan, ellos mueren, si ejercen su función responsablemente asesinan y si se exponen o buscan salir, son cazados por la ley y por sus antiguos opresores, así como están, en ese túnel sin salida, subsisten de una mejor forma, con un mejor salario que el mínimo ofrecido en el país, mantienen a los suyos y es suficiente para pretender una vida de excesos y placer con cierto tipo de seguridad temporal, la cual dura hasta su no muy lejana muerte. ¿Cuál es la respuesta de la Iglesia para ellos? ¿Cómo la iglesia arropa al que sufre en una cárcel sin barrotes? ¿Cómo proveemos vida en un contexto de esclavitud sin salida evidente? ¿Quiénes son los que ocupan esta posición de bajo rango? Para ventaja o desventaja mía, depende quien sea el lector de este escrito, realice mis estudios teológicos en el Seminario Metodista “Juan Wesley” en Monterrey, la mayoría de los consiervos ministeriales con los que compartí varios años había tenido experiencias y encuentros con los carteles que dominan el norte del país, “los malitos” los llaman comúnmente. Fueron largas las conversaciones en las que compartían como el narcotráfico gobierna sus comunidades, municipios y estados de procedencia, ellos ejercen toda autoridad y ley entre la población. Algo que siempre llamó mi atención, fue que en cada encuentro que ellos describían decían que debían identificarse por completo; nombre, residencia especifica, familia, amigos (relaciones que ellos conocieran), etc. y esto siempre llamo mi atención, ¿porque los de mas bajo nivel y que cuidan la delimitación territorial no conocen a los pobladores locales?, con el tiempo pude entender la respuesta. En una ocasión, realizamos una actividad juvenil en la famosa ciudad fronteriza de Reynosa, basto con salir caminando de la colonia en la búsqueda de un supermercado y vimos pasar un convoy de soldados y federales custodiando una camioneta Lincoln agujerada en sus 360 grados por balazos de alto calibre. Uno de mis mejores amigos del

seminario insistentemente nos había invitado a visitarle en su hogar, quería mostrarnos su comunidad, compartir con nosotros su lugar de origen, familia y amigos. La noche del domingo llego por nosotros a Reynosa en la camioneta de la iglesia de su papá (su padre es el pastor de la comunidad) acompañado por algunos jóvenes de la iglesia, tomamos carretera hacia Rio Bravo, mas adelante en dirección Matamoros, hasta que disminuyendo la velocidad a casi 10 km/h giramos en una brecha de no mas de 3 m de ancho, comenzamos a ir entre los maizales y de broma en broma mi amigo nos dijo: “a partir de aquí no puedo hacerme responsable de lo que suceda”, reímos para quedar bien y no pasar a ningún momento de tensión, sin embargo, no pasaron ni dos minutos y los faros de un auto al frente se encendieron, el silencio predomino por completo entre nosotros y solo seguimos avanzando muy despacio (era imposible que los dos autos pasaran de frente por lo angosto del camino), mientras nos fuimos acercando, nuestro conductor busco hacer espacio para que el auto que venia de frente siguiera de largo, pero no fue así, abruptamente nos cerraron el paso y al ver por la ventanilla del automóvil habían hombres apuntando con armas largas de alto calibre hacia nosotros. El chofer del auto pregunto - ¿a donde se dirigen? – A lo que respondió con firmeza nuestro conductor mientras encendía la luz interna del auto – vamos al ejido Buenavista, somos de la iglesia evangélica de ahí y esta es la camioneta de la iglesia – En medio del silencio y de la nada en los maizales a menos de 1 km de la frontera con Texas y a varios km de la civilización mas cercana, Rio Bravo o Matamoros, recibimos una favorable respuesta – Esta bien, pásenle – y continuamos nuestra entrada a la comunidad. La respuesta que siempre he encontrado a; - aunque seas de la comunidad debes identificarte -, es porque la realidad que viven los sicarios y/o halcones es la mas inestable y esclavizadora dentro de la organización y la sencilla respuesta del porque no conocen ni al los pobladores locales es; -

son migrantes, secuestrados durante su travesía por México para llegar a USA y obligados a trabajar para ellos a costa de sus vidas

-

son trasladados constantemente para que no se corrompan ni mucho menos puedan ser una amenaza para sus superiores

-

son asesinados y restituidos por alguien mas en pocas horas

-

son ascendidos por la muerte o arresto de alguno de sus superiores cercanos.

Es decir, un disfraz de empleo que parece muy bien remunerado y parece empoderar a quien ocupa el puesto, las preguntas que debemos realizarnos son; ¿Qué lleva a alguien a aceptar tal trabajo o forma de vida? ¿Bajo que circunstancias nosotros aceptaríamos matar o exponer nuestra vida para vivir? ¿Quiénes están detrás de estos rostros tan temidos en nuestro país? Aspectos a considerar del contexto de la juventud expuesta: -

Jóvenes que provienen de comunidades nacionales o extranjeras de muy bajos recursos, los cuales no tienen los ingresos para mantenerse a ellos mismos o a sus familias.

-

Jóvenes que en buen porcentaje, no tuvieron la oportunidad de tener una educación básica y mucho menos la posibilidad de acceder a educación media o superior.

-

Jóvenes que crecieron en un medio familiar muy inestable, sin la figura de alguno de los padres (padre o madre) o siendo violentados y maltratados desde su niñez

-

Jóvenes que han padecido injusticias, violencia y violación a su persona en diversas formas, por parte de su entorno, sociedad y/o gobierno

-

Jóvenes que han crecido expuestos a las drogas, prostitución, dinero fácil, robos, ya sea por lazos familiares o amistades.

Por lo anterior, es que el empoderamiento y posición en las que se les pretende hacer creer que están les sienta muy bien, tal vez en muchos de ellos por primera vez han encontrado una estabilidad económica, emocional, psicológica o un sentimiento de pertenencia y comunidad, pero que realmente es disfrazada por las tareas y funciones a realizar, las cuales consisten en; robar, dañar matar, exponer sus vidas a costa de otros, todo ello por ser los intermediarios de un negocio redondo para otros, en donde se benefician gobernantes, servidores públicos, capos, aduanas, pero no ellos. Muchos podrían decir que si hay cierto beneficio pero cuando comparamos beneficio económico versus la vida de un hombre realmente termina siendo nulo y nada justifica tal

esclavitud a costa de un negocio del cual ni siquiera los mexicanos somos los clientes o consumidores finales (al menos no los suficientes para que el negocio subsista). Planteamiento y propuesta Teológica Para abordar el tema a nivel teológico es necesario confrontarnos con los paradigmas que nos han mantenido estáticos, sumisos y en silencio por tanto tiempo, prácticamente es reflexionar sobre lo que la Fe y Las Escrituras nos muestran versus lo que la iglesia, la institución y el dogma nos han querido hacer creer que es lo correcto. Consideraciones previas; -

Todos somos igual de pecadores, no es el sicario mas pecador que tu o que yo.

-

La necesidad que ambos tenemos de Dios es la misma

-

El acceso a la gracia universal de Dios, del entendimiento de la obra consumadora de Cristo para un nuevo nacimiento es tanto para ti como para cualquier otro ser humano.

Cuando Jesús caminó entre nosotros y ejerció su ministerio, no lo invirtió en personas religiosas o en la institución eclesial oficial, sino que lo hizo con aquellos que sufrían en su entorno, fue y habló e incluso llamó a aquellos que ningún líder religioso de aquel tiempo hubiera llamado para discipular; pescadores, samaritanos, mujeres, extranjeros, publicanos, ladrones, enfermos, es decir, todos los que eran considerados socialmente como hoy un sicario es visto por la iglesia. Es necesario que dejen de ser vistos solo como “los malitos” y veamos en ellos a un hombre igual que nosotros, que ha luchado en muchas formas, ha padecido, ha sido violentado y que quizá en muchos de sus casos hoy, no encuentra ninguna salida a la forma de vida a la que quizá no sabe ni como llego. ¿Qué es lo que Jesús haría? ¿Tendría miedo a su disfraz de valentía y amedrentador por la función de intimidación que ejercen? ¿O simplemente se quedaría a comer con ellos y se esforzaría por ver mas allá de la frialdad que reflejan a costa de salvar sus vidas? ¿Qué es lo que Pedro o Pablo escribirían a ellos para mostrarles la luz, el camino, la verdad y la vida? Durante la introducción a este escrito hable sobre los padecimientos de muchos que nos han precedido en la búsqueda de la justicia y la paz, los cuales tuvieron que

violentar y ser violentados pero no en la búsqueda de la guerra sino disfrutando tal violencia en el Shalom de Dios, tal como Cristo lo padeció ministerialmente, en su pasión, entrega y muerte. Esa es una de las principales razones por las que la institución eclesial no actúa; no le interesa ser desplazada, padecer y ser violentada hasta sus cimientos en la búsqueda del seguimiento de Cristo, ciertamente es mucho mas cómodo construir una espiritualidad pietista y estática en donde creemos que conocemos y alabamos a dios sin congruencia con nuestro ser y deber ser en acciones comunes, pero tal facilidad y vivencia común, puede llamarse meditación, espiritualidad, éxtasis emocional, pero nunca será cristianismo y si pudiera considerársele como tal, seria entonces, mas bien un sincretismo lleno de idolatría, arrogancia y pretensión de salvación interna generado por nosotros mismos, como lo conceptualiza D. Robinson (2015); “La adoración a Dios es siempre un acto radical. En la adoración buscamos entender lo divino, nos conecta con la taxonomía del corazón de Dios, lo cual nos lleva y ayuda a entender la voluntad de Dios en nosotros… ya que la injusticia ofende a Dios, en la razón de ser de nuestra adoración, la injusticia y todo lo que se le parezca debe ser rechazado y condenado… por ello la adoración radical del creyente no es hacer de Dios un show con alabanzas, sino que es imitar el carácter de Dios en la tierra. Cualquier cosa diferente o menos que eso, no es adoración sino manipulación.”1

¿Cómo debemos entonces ejercer la misión para con este sector de nuestra población? ¿No son malos como los hemos visto hasta hoy? La realidad es que el contexto, origen, motivación de la mayoría de ellos al inmiscuirse en tal forma de vida, no ha sido originado por ellos mismos sino por circunstancias de opresión, pobreza, marginalización y sufrimiento, por ello busco en esta propuesta teológica un acercamiento a ellos como el sujeto de la misión y no como la antítesis de la misma. ¿Por qué no dejan ese camino? Porque así como en otros momentos de la historia parecía ser imposible salir de vivencias, labores, explotación y esclavitud, el mas bajo rango en los carteles de narcotráfico se ha convertido en parte de la                                                                                                                 1  Traducción  Samuel  Murillo,  recuperado  de:   http://www.patheos.com/blogs/rhetoricraceandreligion/2015/10/does-­‐god-­‐hate-­‐our-­‐ worship.html  

esclavitud del presente, así como la comercialización de la mujer, criminalización de la juventud, extrema opresión del migrante, el sicario, vive al día, sin saber si vivirá mañana y sin encontrar una salida evidente a su realidad. En Las Escrituras, encontramos diversas porciones referentes a los esclavos en aquel tiempo y contexto, en donde Pablo asevera que no hay distinción alguna entre esclavos y libres en relación con la gracia liberadora de Cristo y en donde Pedro reconoce la condición extrema en la que padecen y son maltratados pero les encarece en la esperanza y libertad que hay en Cristo a pesar del proceso de vida tan difícil en el que se encuentran. De igual forma, Cristo no hace distinción alguna en ningún momento de su ministerio para con todos aquellos que vienen y reconocen su necesidad genuina en ser renovados, nacer de nuevo y buscar el perdón de sus pecados para una nueva vida en El, aquí es importante enfatizar que Cristo no los ve como los pecadores (en la cosmovisión religiosa del judaísmo o la nuestra hoy como iglesias), sino como los sufrientes y cautivos, los que necesitan escuchar el mensaje para su pronta libertad. Si nos referimos al Antiguo Testamento y al Shalom de Dios como voluntad de Dios para todo los hombres por medio de su pueblo, encontraremos la misma respuesta esperanzadora de libertad como ejemplo en diversos pasajes, liberación del pueblo de Israel de Egipto y su recorrido durante el Éxodo, así como también las muestras de igualdad y completo acceso a la buena voluntad de Dios por medio de mujeres (Rahab), extranjeros (Ruth), pecadores e imperfectos como David, pero que una vez mas nos muestran que Dios es suficiente para encontrar luz y esperanza aun en medio de circunstancias de extrema crisis, soledad y angustia. El pueblo mexicano padece circunstancias y contextos que parecieran desesperanzadores, pero es nuestra responsabilidad como iglesia, considerando los ejemplos históricos mencionados, actuar con responsabilidad y fidelidad a la misión, para proveer de vida y paz, la cual es suficiente incluso para los que el mundo considera como malos, sin futuro y esperanza. Conclusión Hemos ya planteado dentro de los pasos metodológicos Latinoamericanos el ver (dimensión experiencial) y el pensar (dimensión cognitiva) mediante una reflexión

teológica bastante sencilla y encaminada a lo practico, con cierta muestra de la necesidad de concientizarnos y corregir en nuestra metodología de interpretación y cosmovisión en el presente dado nuestro patrón histórico. Nos resta, pasar a una reflexión y apertura a propuestas de acción (dimensión practica) para su continua revisión y permanente celebración como comunidad cristiana. No podemos olvidar que en nuestra perspectiva y búsqueda de alcance liberacionista, sobretodo en el tema que estamos abordando, tiene sus respectivas dimensiones éticas epistemológicamente hablando al igual que ecuménicas, es decir, nuestra responsabilidad en el compartir el Shalom de Dios es integral - holística, universal y trasciende nuestras delimitaciones confesionales ya que es algo que todos vivimos, por ello, debe ser ecuménica, es decir, requiere responsabilidad y atención de toda la porción del cuerpo de Cristo que se encuentra en nuestro país para su mayor alcance, acompañamiento y éxito, no porque dependa de nosotros, sino por el simple hecho de que no podrán ver a Cristo si no es por nosotros, por nuestro testimonio, el caminar, crecer y trabajar en amor como cristianos. Dado que nuestro objeto de estudio en su mayoría son foráneos o extranjeros, en la parte practica propondremos abordarlos como migrantes o refugiados en nuestro entorno, es decir, además de ya no verles como “el malito” o el mas pecador, le veremos como un foráneo en nuestro entorno eclesial. ¿Cómo ayudar en nuestro entorno? ¿Cómo ser Koinonia en Diakonia, Kerygma, Leitourgia, Martyria para ellos? Propuestas practicas eclesiológicas internas:2 -

La iglesia como una comunidad nómada (peregrinaje terrenal); o Como creyentes, debemos recordar que nuestra esperanza soteriológica rebasa toda circunstancia terrenal y que dicha confianza plena en Dios mientras le servimos, nos invita a dar testimonio de El confiados en que es El quien nos guarda, acompaña y tiene morada para nosotros, por lo tanto, el miedo, la duda e inseguridad por temor al padecimiento de cualquier tipo, son contrarios al mensaje y llamado del seguimiento de los pasos de Jesucristo a lo largo de nuestras vidas.

                                                                                                                2  Adaptación  en  puntos  generales  de  la  propuesta  de  testimonio  eclesial  del  Consejo   Mundial  de  Iglesias  para  Migrantes;  “The  “other”  is  my  Neighbor.”  

o La iglesia entonces, debe ser un punto de referencia en la transformación de su entorno, no como temerosa o silenciosa ante las injusticias, sino como un punto de confianza y firmeza en cuanto a los valores que encontramos en el Evangelio de Jesús. o Por lo anterior, el cuidado y acompañamiento de los que padecen sirviendo como esclavos en los cárteles mexicanos no es opcional para la comunidad cristiana en México sino una necesidad apremiante en nuestra responsabilidad como creyentes. §

Acompañamiento social a jóvenes en necesidad como prevención •

Proveer un acompañamiento a la integridad de sus familias



Proveer

un

acompañamiento

para

oportunidades

de

estudios y empleo en nuestro entorno congregacional desde lo local hasta lo nacional •

Proveer un acompañamiento y discipulado en fidelidad a la Palabra, a sabiendas que parte del testimonio de todo creyente es permanecer en los valores cristianos, es decir, que a pesar de lo que cueste, nuestros jóvenes y miembros busquen honrar a Cristo.

-

La iglesia como una comunidad del Reino; o Las Escrituras nos muestran el Reino de Dios, no como algo venidero y utópico sino como una realidad presente y futura, aquí y ahora, así como es una realidad a lo largo de nuestros días como parte de nuestra función como creyentes también tiene su dimensión soteriológica y escatológica (parusía). Por ello, en todo momento en nuestro presente, debemos fomentar dichos valores, los cuales encontramos en Las Escrituras, El Evangelio y la vida misma de Cristo, los cuales son ofrecidos no solo a la iglesia o la comunidad de creyentes, sino a toda creación humana de Dios, contemplados también o primordialmente en muchos casos los que padecen y tienen necesidad de El; §

Bienaventuranzas

§

La Fe, la Esperanza y el Amor

§

La Paz de Dios (no como la que el mundo da)

§

La buena Voluntad de Dios, agradable y perfecta

§

La justicia de Dios

§

La Salvación y libertad soteriológica pero también en el presente. La verdad os hará libres.

-

La iglesia como una comunidad inclusiva; o La inclusividad de la iglesia es directamente proporcional con la salvación por gracia, que es universal, es decir, no se delimita para los que hoy la conforman o solo para algún tipo de personas, sino que es una oferta gratuita consumada ya en la cruz. Por lo anterior, como nuestra responsabilidad en el Kerygma, no se delimita el mensaje o el llamado a la siembra solo para con los que mas se nos acomoda, sino que una vez mas, como Jesús mismo lo ejerció, mucho mas apremiante para con aquellos que están en mayor sufrimiento y necesidad. Como lo hemos ya analizado históricamente y teológicamente el sicario, muy seguramente se dejó envolver en dicho entorno por buscar una comunidad o lugar en donde encajar y que mejor que la proclamación de Salvación en contraste con el camino de desesperanza en el que se ha dejado envolver, en donde parecieran no encontrar salida. Nosotros sabemos cual es la salida, ofrezcamos entonces el Pan de Vida sin condiciones y prejuicios.

Fuentes Bibliográficas: -

Boff, Clodovis. “Epistemología y Método de la Teología de la Liberación.” Mysterium Liberationis. Vol. I. ed. Ignacio Ellacuría & Jon Sobrino. Madrid: Trotta, 1990. 79-114. Fornet-Betancourt, Raúl. Crítica Intercultural de la Filosofía Latinoamericana Actual. Madrid: Trotta, 2004. Vuola, Elina. Teología Feminista: Teología de la Liberación: Los Límites de la Liberación (La praxis como método de la teología Latinoamericana de la Liberación y de la teología Feminista). Madrid: IEPALA, 2000. De Reina, C. Sagradas Escrituras, RVR60. WCC. The “other” is my neighbor - developing an ecumenical response to migration. Geneva; World Council of Churches Publications.

Comentarios finales Doy gracias a Dios por el tiempo que me ha permitido disfrutar de esta materia de maestría, la cual no ha sido tan fácil acompañar a la distancia, sin embargo, ha contribuido en la profundidad del entendimiento contextual en las metodologías teológicas latinoamericanas existentes hasta hoy, lo cual sin duda, ha transformado mi compromiso con nuestro entorno Latinoamericano y mexicano para los retos teológicos, eclesiales y ministeriales del cristianismo en nuestro presente. Doy gracias a la Dra. Marilú Rojas por su tiempo, dedicación y paciencia y enhorabuena para comenzar a colaborar, aportar y seguir aprendiendo juntos para el servicio del Reino en nuestro contexto, no mediante prejuicios y dogmas existentes sino mediante una racionalización concluyente de una metodología e interpretación fiel al mensaje de Dios y no al sesgo humano que continuamente inyectamos a nuestra forma de vivir y compartir del Dios que ha llamado nuestras vidas al servicio.

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.