Teja con sello de la ciudad Augusta Emerita

TEJA CON SELLO DE LA CIUDAD AUGUSTA EMERITA Mérida Siglo I-III d.C. 54 cm x 42 cm Museo Nacional de Arte Romano - Mérida CE14058 Ejemplar completo, dividido en cuatro fragmentos unidos entre sí. Está conformado por un rectángulo regular, con una superficie alisada por su cara superior y algo más rugosa en la inferior. La cara superior, se dobla a su vez en ángulo recto en sus lados mayores y por espacio de unos 6 cm. para dar lugar a sendos redientes, los cuales, en su unión con la superficie de dicha cara, presentan un perfil de 45 grados. Próxima a uno de los extremos de los lados menores, se desarrolla una inscripción estampillada, con los caracteres en capital y fuertemente incisos en el barro. La lectura más extendida en la actualidad de lo que sin duda constituye una abreviatura, sería la siguiente:

C(olonia) I(ulia) A(ugusta) E(merita) La pieza en cuestión consiste en lo que en el mundo romano era conocido con el nombre de

tegula, uno de los dos componentes que, junto con la imbrex, formaban la techumbre de los edificios: las tegulae cubrían, mientras que las imbrices, “imbricaban”, unían a estas últimas entre sí. Lo más destacado del ejemplar específico que aquí presentamos es precisamente la marca que detenta, la cual se reitera, no sólo en diferentes tejas de la ciudad, sino también en otro material asociado al mundo edilicio: las tuberías de plomo. En la ficha que firmamos a continuación de la presente describimos precisamente una de ellas. Igualmente, y ello da la clave de su lectura, figura en una pequeña lápida dedicada por un particular al genio de la Colonia (inv. MNAR 568), de donde se coligió ya a comienzos del Siglo XX que el AE se refería sin lugar a dudas al nombre de la propia urbe en cuyo contexto nos enclavamos: Augusta Emerita. El inicio resultaba más dificultoso no obstante, y es que la lectura de la C como el colonia aludido claramente en las marcas de las monedas locales, quedaba obstaculizada por la mediación de una I. Mélida, basándose en que en la lápida no había interpunciones entre la C y la I y sí entre el resto de las letras de la sigla, así como tras la G de genius que le antecedía, comenzó pensando en la expresión ciuitas. Álvarez Sáenz de Buruaga secundó tal propuesta en un comienzo, pero más tarde y por mediación de una sugerencia de Jean Pierre Bost se retractó, considerando la C como Colonia y la enigmática I como residuo de un topónimo no atestiguado por otros testimonios diferentes de la colección se siglas ya descritas, en el que el nombre completo de la urbe resultara ser el de Colonia Iulia Augusta Emerita. Pero la nueva solución abría la polémica expuesta en la ficha correspondiente a la tubería de plomo. RSG Bibliografía: Mélida 1925: nº 762; Álvarez Sáenz de Buruaga 1976; Álvarez Sáenz de Buruaga 1982; Sabio 2014a; Sabio 2014b. 157