Taxi, un transporte útil en Bogotá
Descripción
EL TAXI, UNA SOLUCIÓN PARA LA MOVILIDAD
Universidad Nacional de Colombia Facultad de Ciencias Económicas D.C.G.S. – 22/11/2014 Laura Camila Gil Perafan Enrique Gómez Ruiz Andrés Felipe Navas Montenegro Omar Fabián Pantaleón Allán Jeisson Leonardo Rincón Novoa Luisa Fernanda Sabogal Russi Administración De Empresas Carolina Sánchez Ortiz Contaduría Pública
Transitar en las calles de Bogotá se convierte cada día más en una odisea, no solo por el tráfico sino también por la dificultad a la hora de adquirir un servicio de transporte tanto individual como colectivo. Ya se ha hablado mucho de los servicios colectivos que se prestan en la ciudad, como los buses, Transmilenio y el nuevo Sistema Integrado de Transporte Público SITP; es el momento de enfocarnos en el Taxi.
Nuevas Estrategias Para Prestar El Servicio
Generalmente cuando solicitamos el servicio de Taxi por medio telefónico o del “pare” en las calles, este se presta de forma complicada e incoherente; complicada en el sentido de que el tráfico al ser congestionado, suele ser un causante de la demora del servicio tanto en su recorrido como en su flujo vehicular, e incoherente debido a que la costumbre del “¿para dónde va?”, “para allá no voy”, “ no alcanzo a entregar el carro” y las infinidades de excusas que utilizan algunos de los prestadores del servicio de Taxi, hace que el servicio sea menos eficiente y de calidad. Ahora bien como una manera de crítica constructiva, planeada desde el punto de vista económico y social, se puede intentar implementar ciertas formas para prestar el servicio tomando en cuenta las unidades de negocio actuales y poniendo en marcha nuevas de estas,
basados en la inconformidad del cliente, tales como: Establecer un esquema de estímulos económicos fundamentados en las zonas, cantidad de kilómetros recorridos y según el horario en que preste el servicio (hora pico u hora valle), complementando de esta manera el flujo vehicular por toda la ciudad, sin restricciones y/o limitaciones. Y como segunda estrategia crear una estructura celular, cuyos núcleos serían representados por los paraderos de las empresas de Taxi, organizados de una manera conjunta, las cuales se repartirán por localidades a la hora de prestar el servicio, conllevando esto a establecer pactos entre ellas, manteniendo así ciertos límites del servicio (recorrido). Además, ésta última estrategia debiera estar acompañada de un sistema preestablecido de manera general desde el gobierno y normatizado por la respectiva autoridad, el cual tenga como esencia la prestación del servicio en forma colectiva, permitiendo así que diferentes personas que no tienen vínculo alguno tomen un mismo servicio que los traslade a sus respectivos destinos, manteniendo un recorrido sucesivo en el cual se determine con anterioridad un costo mínimo y máximo de la “carrera” generando rentabilidad tanto para el usuario como para los prestadores (empresa y operario) y así mismo, descongestionar la ciudad de muchas maneras, ya que no habrán muchos vehículos con 1 solo pasajero sino menos vehículos con 4 pasajeros. Contextualizando lo anterior, no se trata de establecer servicios cortos ni largos con beneficios y límites discriminadamente, sino generar una red interconectada de empresas y prestadores del servicio, para que a través de nuevas estrategias en las cuales se vean relacionados los representantes políticos y de Taxi, se generen nuevos métodos más amplios y eficientes en la prestación del servicio. Así bien, los usuarios que necesiten trasladarse dentro de un recorrido que represente un margen cercano podrán tomar una ruta a través de aplicaciones o de telefonía administrada por la “célula” de su localidad, la cual asignará el automotor disponible; y en secuencia lógica, aquellos que su recorrido represente un desplazamiento mediano o largo podrán acceder al servicio sin limitaciones algunas, el cual puede ser solicitado en la calle o por los mecanismos anteriormente mencionados.
Desde La Administración Se Atacan Los Problemas
Tomamos un servicio a través del teléfono pensando que los Taxis se encuentran estacionados frente a un edificio esperando que les asignen una “carrera” y que de forma inmediata se disponen a recogernos en el lugar donde estamos, vemos pasar el tiempo y no hay noticias que nos den señales de que ya casi ha de llegar, incluso a veces nos toca buscar otra forma de movernos y nos preguntamos ¿Será…..?> y nunca encontramos la salida al problema. Desde una perspectiva administrativa y de gestión, los Taxis son afiliados de las empresas más estas no actúan como administradoras sobre el servicio, por lo tanto no hay forma de controlar el servicio que prestan, los recorridos que toman y mucho menos la actitud con la cual se maneja al usuario; simplemente es un cupo más para legalizar el vehículo y poder ser parte del transporte público. Como ya se dijo anteriormente, desde una crítica constructiva basada en un enfoque administrativo, el establecer un registro de asociados no es coherente con el servicio, ya que da lugar a individualismos, competencia agresiva y falta de cobertura en el servicio; justificado al observar la lógica en prestación del servicio. Ser propio del tiempo, recorrido y zonas a las cuales acudir, les da un papel de individualistas frente a sus demás compañeros operarios imposibilitando la oportunidad de recoger pasajeros; identificar zonas de mayor uso del Taxi y aprovechar la oportunidad, genera congestión en las vías y saturación de vehículos, es decir, la guerra de la “carrera” y del cliente; y finalmente la falta de cobertura se presenta por los bajos ingresos causados en ciertas zonas gracias a su baja concurrencia o la dificultad en su arribo y salida e incluso la guerra de la “carrera”. Teniendo en cuenta lo planteado, desde las aulas se generan cambios que establecen medidas correctivas, ahora bien, se plantea desde un punto de vista objetivo e hipotético establecer un manejo más controlado de los conductores que prestan el servicio, desde un inicio se deja en claridad que este manejo deberá ser puesto en práctica para identificar factores tanto de amenazas como de cambio y establecer políticas de manejo y perfeccionamiento de tal manera que este sea más eficiente, El manejo administrativo se basa de la siguiente manera: Identificar una muestra de personas las cuales serán vinculadas con las diferentes empresas quienes serán escogidas por su nivel de ingreso, la cantidad de carreras y su capacidad de colaboración con el proceso. Establecer, rutas que mantengan un flujo constante en la ciudad, salarios básicos, tablas de bonificaciones o incentivos por número de carreras y horario en el que laborarán. Evaluar las condiciones de diferentes conductores y su rentabilidad en las zonas asignadas y respecto a ello establecer políticas para satisfacer las necesidades del cliente en ciertas zonas e incentivar el uso en otras que no tienen tanta demanda. Sin embargo, ¿Cómo esto puede ayudar?. Es lógico que no se puede establecer de inmediato unos resultados esperados (positivos o negativos), ya que se concluye desde la experiencia, aunque se pueden dar diferentes resultado esperados, tales como; la cobertura total de la ciudad, ya que los conductores mantienen un ingreso fijo y generan un patriotismo frente a la necesidad y su misión social de prestar el servicio; la posibilidad de
implementar los sistemas de nuevas oportunidades de negocio planteadas en el apartado anterior gracias a que los conductores buscarán la forma de adherirse a estas nuevas estrategias, ya que para ellos significa nuevas oportunidades de aumentar el ingreso; y finalmente hacer que el servicio se preste de manera eficiente y con altos estándares de calidad, ya que se elimina la guerra de la “carrera” y del cliente.
Seguridad Y Tecnología En Taxis
Como resultado de una investigación hecha acerca del servicio de transporte público automotor taxi en la ciudad de Bogotá, se llegó a resultados que mostraban claramente la sensación ciudadana de inseguridad que hay al respecto; es decir, la gente no se siente segura tanto prestando el servicio como tomándolo. Cabe mencionar, pues, que se teme a delitos como el paseo millonario, el hurto, el robo, el homicidio y las lesiones personales. Los problemas de una sociedad están generalmente relacionados con la educación y la cultura, pero eso no es algo que se pueda cambiar fácil o rápidamente, entonces ¿qué se debe hacer? En un mundo donde la tecnología está en casi todo, por no decir que todo, puede ser ésta la solución. Este año, en el mes de mayo, autoridades bogotanas se reunieron para discutir temas varios, entre ellos la seguridad del transporte público. Se estudió la posibilidad de implementar cámaras de seguridad y botones de pánico en los taxis como se ha hecho en otros lugares del mundo, como en Quito (Ecuador) donde se han tenido buenos resultados al implementar este tipo de tecnología. Sin embargo, no se ve que la medida se haya aplicado en la ciudad y debe entonces promoverse su aplicación. Los beneficios irían desde identificar claramente al delincuente (cámaras de seguridad) hasta ubicar con inmediatez el lugar del delito (botones de pánico), protegiendo así tanto a usuarios como a prestadores del servicio. Por otro lado, por el mismo camino de la tecnología, sería interesante que las empresas prestadoras del servicio de taxi usarán las aplicaciones para celular, tabletas y computadores para hacer sentir seguro al usuario. Taxi Seguro, es una aplicación que le permite al usuario, mediante sistema GPS saber dónde está ubicado, cuánto falta para llegar a su destino, guardar la placa del taxi y la tarjeta de identificación del taxista mediante una foto. No obstante, esta es sólo una aplicación. El verdadero impacto se vería si la mayoría de empresas ofrecieran este servicio o alguno similar que hicieran sentir al usuario que no está solo en un ambiente propicio para el delito. Pero, no es la tecnología el único camino que se puede seguir. La tarjeta de identificación de los taxistas, ese mediano cartel que se ve colgando de la parte trasera de la silla del
copiloto, muchas veces está desactualizado o la foto no corresponde a quien está manejando el vehículo, lo que propicia condiciones para que se cometan delitos y genera grandes sensaciones de desconfianza e inseguridad en los usuarios. Deben entonces las empresas ser más rigurosas en este sentido y estar muy pendientes de que la tarjeta se encuentre actualizada, de que si el vehículo lo maneja más de un conductor, que se encuentre información de ambos conductores. Además, debe garantizarse también que la información que se encuentra en las tarjetas sea verdadera y que facilite la denuncia, es decir, que si el usuario es víctima de un delito o de cobro excesivo pueda denunciar con facilidad y rapidez. Por último, si se exige a los taxistas tener sus tarjetas actualizadas, la policía podría realizar esporádicos retenes a taxistas para ver si cumplen con los requisitos y de no hacerlo, poner algún tipo de sanción o inmovilizar el vehículo como medida correctiva. Esperemos entonces que se haga algo contra la inseguridad, las cosas no pueden seguir así.
Yo Uso Taxi Porque No Contamina
El transporte público individual taxi usado de manera habitual en la ciudad de Bogotá se distingue del transporte colectivo y transmilenio por dos características esenciales: la comodidad y la rapidez, sin embargo al encontrarse en un mercado competitivo es necesario que las empresas de taxi empiecen a implementar proyectos que hagan el servicio más atractivo para los ciudadanos. Ahora bien, es importante tener en cuenta que uno de los temas que más ha generado controversia alrededor del mundo en los últimos años es la contaminación y el cuidado del medio ambiente, lo cual trajo como consecuencia una nueva tendencia en el mercado: las denominadas “políticas verdes”, donde las empresas empiezan a tomar conciencia y aceptar su responsabilidad haciendo frente a la polución, realizando cambios dentro de sus actividades que pueden llegar a afectar el entorno. Teniendo en cuenta lo anterior, se propone a las empresas de taxi acoger estas políticas y aplicarlas por medio de dos estrategias, primero, aumentar el número de taxis eléctricos o biotaxis que transitan en Bogotá, y segundo, cambiar el uso de los motores a base de aceites combustibles por gas natural, el cual es una fuente de energía menos contaminante, esto con el fin de alcanzar dos objetivos principales: Atraer al consumidor; convencer al cliente que al usar taxi no se hace daño al planeta, es decir que la contaminación producida por cada vehículo automotor que mata anualmente a
5000 personas está siendo controlada y eliminada de manera parcial, en otras palabras que al hacer uso del servicio se traerán beneficios a la sociedad como un ambiente sano y verde. Esto mejoraría la percepción de las personas quienes atraídos por la idea de un taxi ecológico harían mayor uso del transporte público individual y quizá estuvieran dispuestos a pagar una tarifa mayor. Cuidar el medio ambiente: disminuir el uso de aceites combustibles y la cantidad de dióxido de carbono que expidan al aire los taxis con motores de baja gama al hacer uso de las fuentes de energía alternativas que ya se encuentran en el mercado y se están implementando en Bogotá, esto con el fin de reducir el impacto ambiental del ACPM. Aunque ya se están llevando a cabo esta clase de estrategias en Bogotá, no todas las empresas han sido serias en lo que respecta al uso de gas o vehículos eléctricos, y aquellas que ya ofrecen esta clase de servicio no han tenido la publicidad suficiente para darse a conocer. En conclusión, la problemática radica en la polución ambiental que generan los taxis, la respuesta se halla en la necesidad de todo ser humano de establecerse y transitar en un medio agradable y limpio, y la estrategia se encuentra en que todas las empresas de Bogotá que ofrezcan el servicio de taxi implementen dentro de las políticas de la organización el uso de Biotaxis o taxis eléctricos o en dado caso el uso de gas natural, y finalmente aumentar la publicidad de aquellos que en estas condiciones ya transitan por la ciudad.
Todo lo anterior puede ser verificable en la investigación realizada por el grupo de Derecho Comercial General y de Sociedades; dirigido por el profesor Juan Carlos Ocampo Niño para el segundo semestre del 2014
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