Tarea Fina: el retorno a las razones políticas originarias de los movimientos sociales argentinos

May 22, 2017 | Autor: Emmanuel Montivero | Categoría: Movimientos sociales, Movimiento Evita, Neoliberalismo, Historia Reciente argentina
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Descripción





Artista argentino nacido en el año 1949, cantautor y fundador de Patricio Rey y los Redonditos de Ricota, una de las bandas de rock argentino más reconocidas de la historia musical del país. Actualmente es líder de Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado.
Fragmento de columna de opinión "Isabelito" del día 21 de Diciembre del año 2001, luego de las jornadas del "Argentinazo". Diario "Página 12".
Referencia atribuida a los sucesos del 19 y 20 de Diciembre del año 2001, declarado el Estado de Sitio y los saqueos permanentes en todo el territorio nacional. Esto derivó con la renuncia del presidente Fernando de la Rúa, Ramón Puerta, Adolfo Rodríguez Saá, Eduardo Caamaño y, elegido por el Congreso de la Nación, Eduardo Duhalde.
Fragmento de columna de opinión "Esa costumbre de matar".
En las Elecciones Presidenciales del año 2003, que convocó Eduardo Duhalde, los participantes del balotaje fueron Néstor Kirchner y Carlos Menem, quien iba por su tercera presidencia, pero decidió bajarse de la competencia electoral. Kirchner asume con el menor porcentaje de electores de la historia política democrática de Argentina: el 22, 24%
Poeta y músico salteño (Salta, Argentina) nacido en 1921 y fallecido sesenta años después. Esta nota hace referencia a su libro de poemas y canciones "El Nombrador", donde se encuentra "Vidala del nombrador".
Proyecto de Ley de Retenciones y Creación del Fondo de Redistribución Social anunciado por la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner en Junio del año 2008, enviado al Congreso de la Nación a fin de ratificar la resolución 125/08 y crear un Fondo de Redistribución Social, formado con la recaudación impositiva que excediera el 35% de las retenciones a la soja y sus derivados. El "conflicto con el campo" dividió a la oposición y al oficialismo kirchnerista por el rechazo a la modificación de la Ley de Retenciones Agropecuarias, y políticamente inició el retorno a las trincheras del peronismo y el Partido Justicialista del ex presidente, Néstor Kirchner.
Coalición de gobierno conformada en las elecciones presidenciales del año 2003 que continuó hasta la derrota en balotaje frente a la Alianza "Cambiemos" que llevó a Mauricio Macri a la presidencia el 22 de Noviembre del año 2015.
La Ley 26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual, conocida como Ley de Medios, es una ley que establece las normas para regir el funcionamiento y la distribución de licencias de los medios radiales y televisivos en la República Argentina. Tras su aprobación por el Congreso de la Nación (146 votos afirmativos, 3 negativos y 3 abstenciones en la Cámara de Diputados; 44 votos afirmativos contra 24 negativos y ninguna abstención en el Senado), fue promulgada el 10 de octubre de 2009 por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y se constituyó en reemplazo de la Ley de Radiodifusión 22.285 instituida en 1980 por la dictadura militar autodenominada Proceso de Reorganización Nacional y que se mantenía vigente. Finalmente, el 29 de octubre de 2013, cuatro años y diecinueve días después de la promulgación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, y tras haber pasado el proceso por distintas instancias judiciales, la Corte Suprema de Justicia dictó un fallo final de 392 páginas en el que determinó la validez de los cuatro artículos en cuestión y la constitucionalidad general de la ley. Además, resolvió que los plazos para el total cumplimiento de la ley se encontraban entonces vencidos desde el 7 de diciembre de 2012, por lo que obligaba la adecuación y consecuente desinversión de aquellos grupos económicos que se hallaran excediendo el límite de licencias, poniendo fin a la larga controversia judicial y dando paso a la aplicación efectiva e inmediata de la totalidad de la Ley de Medios en Argentina.
El fallo establecía que es legítima una ley que fije límites generales a priori, porque de esa manera se favorece la libertad de expresión al impedir la concentración en el mercado. Los jueces consideran que este tipo de regulaciones es una práctica internacionalmente difundida y aceptada. Citan numerosos precedentes de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la Declaración de Principios sobre la libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, así como fallos nacionales e internacionales.

En 2014 el juez de Nueva York Thomas Griesa ordenó abonar 1330 millones de dólares a los fondos NML Capital Ltd. y el EM Ltd, por títulos emitidos en 1994, conforme al Fiscal Agency Agreement, ya en incautó 1.83 millones de dólares del Banco Central de Argentina. El 15 de enero ambas partes llegaron a un acuerdo y se levantó el embargo.
En junio de 2014, el Gobierno estadounidense advirtió que la interpretación de Griesa «podría permitir a un solo acreedor frustrar la aplicación de un plan de reestructuración con apoyo internacional, y con ello socavar las décadas de esfuerzos que Estados Unidos ha gastado para promover un sistema de cooperación y resolución de las crisis de deuda soberana» .La ONG digital Avaaz lanzo una campaña a favor de Argentina, indicando que este precedente «pondrá en peligro los esfuerzos que muchos países del mundo están realizando por reestructurar sus deudas soberanas. El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional –organismos responsables de estas deudas injustas– han expresado su grave preocupación por las implicaciones del fallo para las futuras crisis de deudas soberanas.
Carlos Saúl Menem (1930), presidente de la República Argentina durante el período 1989 – 1999.
Referencia de sitio web: https://movimiento-evita.org.ar/quienes-somos/
Político argentino (1956) fundador del Movimiento Patriótico Revolucionario "Quebracho", posteriormente del Movimiento de Trabajadores Desocupados – Evita para finalmente ser elegido Secreatrio General del Movimiento Evita en el año 2006.
Político argentino peronista (1959), miembro de la Mesa Ejecutiva Nacional del Movimiento Evita y referente de la provincia de Buenos Aires. Actualmente diputado provincial por Buenos Aires.
Político y sociólogo (1950) de trayectoria frondosa, perseguido y encarcelado por las dictaduras de Lanusse y Videla, así también por el gobierno de Isabel Martínez de Perón. Ex Legislador de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (2013-2015). Actualmente es Parlamentario del Mercosur (Distrito Nacional) y ejerce la Presidencia del ParlaSur.
Unidos y Organizados es un frente partidario o alianza de fuerzas y partidos políticos de corte progresista, peronista y socialista, formado como base de apoyo al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner en el año 2012. El movimiento ha sido conformado tras una convocatoria hecha a ese fin por parte de la presidenta Fernández de Kirchner durante un acto realizado en conmemoración del Día Internacional de los Trabajadores en el Estadio José Amalfitani del Club Atlético Vélez Sarsfield, en abril del mismo año.
Politico y empresario argentino (1957), ex vicepresidente de la Nación (2003-2007), gobernador de la provincia de Buenos Aires (2007-2015) y candidato presidencial por el Frente para la Victoria durante las elecciones 2015, que perdió frente al candidato Mauricio Macri.
En la Cámara de Diputados, la media sanción se consiguió con 227 votos favorables, 4 abstenciones (provenientes del Frente de Izquierda y de los Trabajadores) y 1 voto en contra (proveniente del bloque unipersonal "Salta Somos Todos" del diputado conservador Alfredo Olmedo).
En la Cámara de Senadores de la Nación, la medida fue aprobada por unanimidad de los representantes provinciales.
Texto completo de la Ley de Emergencia Social y el tratamiento de la ampliación hasta el día 10 de Diciembre del año 2019: http://www1.hcdn.gov.ar/proyxml/expediente.asp?fundamentos=si&numexp=8438-D-2016
En las elecciones presidenciales del año 2011, Cristina Fernández de Kirchner fue reelegida en su cargo por casi 12 millones de ciudadanos, y el 54,11%. Su rival más cercano fue el candidato por el Frente Amplio Progresista y gobernador de la provincia de Santa Fé, Hermes Binner que obtuvo el 16,81%.
Abogada y politca argentina (1975), ex legisladora de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (2011-2013), secretaria de Desarrollo Social (2013-2015).
Escritor argentino (1963), autor de microrrelatos y poemas.
Tucumán - Argentina
Tarea Fina
El retorno a las razones políticas originarias de los movimientos sociales en la Argentina del S. XXI

Seudónimo: Juan del Monte






Índice:
Hacia un debate conceptual.
El 2001, parte aguas historiográfico.
Yira, yira: Movimientos sociales y kirchnerismo.
Táctica y Estrategia:
De Movimiento de Trabajadores Desocupados a Movimiento Evita: la transfiguración
La bifurcación teoremática: calles, instituciones y migajas.
Conclusiones.
Bibliografía.
Resumen:
El siguiente ensayo apunta a reconstruir una breve historia política de los movimientos sociales argentinos: su origen, desarrollo y relación con el Estado y Gobiernos para comprender la neoplasia que los caracteriza en la actualidad, y abordar la temática de la agenda política en los turbulentos tiempos que atraviesa el país. Los movimientos sociales han definido estrategias de relación y acumulación política que les permitan expandirse cualitativamente a pesar de no ocupar espacios institucionales para traducir demandas en políticas de gobierno. Los cuestionamientos sobre dichas estrategias provienen de ambos lados de las trincheras, de aliados y adversarios, dotados de una incomprensión histórica acerca de su rol, y éste repliegue a nuevas formas y figuras en el tablero político no es más que un retorno a sus razones políticas originarias: la organización y lucha por la supervivencia.

Introducción:
"To beef or not to beef"
Carlos "Indio" Solari
"Había que tirarlos
había que llorarlos
había que inventarlos otra vez"
(Para leer en forma interrogativa)
Julio Cortázar
Con un juego de palabras, Carlos Solari sentenciaba la situación argentina de fines del S. XX, que lejos de ser explicada de forma superficial, ha transgredido las fronteras de las producciones académicas y se ha asentado en las excepcionales creaciones artísticas, musicales y literarias de nuestro mundo contemporáneo. Es esa herencia política, de cacerolas y piquetes, y con una memoria política latente -, que lejos están de ser resignificadas en estructuras binarias del pensamiento a la hora de intervenir políticamente en una realidad social y económica, cada vez más compleja.
Lo novedoso del pragmatismo neoliberal, acompañado de una construcción del discurso "friendly" tensiona la idea de una derecha clásica y conservadora, mientras que la irreversibilidad de mecanismos de negociación por la gobernabilidad aparecen como "ases bajo la manga" de la compleja relación entre quienes impugnan las calles de la política económica del gobierno de Macri, y quienes necesitan cimentar bases de acumulación política.
Hacia un debate conceptual
Decía Jacques Ranciere que "si algo tienen en común los viejos marxistas con los nuevos liberales, es lo intranquilizador que les resulta el fantasma del populismo", y esta afirmación podría ser aplicada a quienes pensaron las formas conceptuales del Estado sujetas linealmente a las relaciones y aparatos de producción capitalista. La capacidad de reproducir acríticamente las liturgias del logocentrismo europeo fue, sin lugar a dudas, uno de los grandes obstáculos de pensar el Estado, por fuera de una miríada de relaciones jurídicas.
En esta apostilla reflexiva se inscribe la primera cuestión de abordaje temático, y tiene que ver en plasmar una crítica a una noción del Estado y la relación que establece con los movimientos sociales argentinos; desbarrancando así una idea que se sostiene en perspectivas maniqueas y propensas a caer en una comprensión aséptica del proceso histórico.
La influencia del neomarxismo, identificando una "división de aguas gramscianas", presente en Laclau y Mouffe (2015:103) ha servido para poner en evidencia los aspectos anti – economicistas de la tradición marxista a la hora de pensar la política, la hegemonía, y por lo tanto, el Estado. En términos generales, existe consenso en que una narrativa que entienda que el Estado "no es más que una junta que administra los negocios de toda la clase burguesa" (Marx & Engels, 1979) ha cesado en sus garantías de verificabilidad, al tiempo que la complejidad ha superado estas visiones primigenias.
Los aportes de Gramsci en los "Cuadernos de Cárcel" han sido rupturistas al momento de conceptualizar el Estado y la hegemonía: entendiendo que la composición esencial del Estado es el producto histórico del ejercicio hegemónico de la voluntad de las clases dominantes, que fueron capaces de construir un "bloque histórico" a fin de institucionalizar relaciones sociales de producción y legitimar su dirección moral e intelectual. En esta misma línea, Nicos Poulantzas propone que el concepto de hegemonía "puede ser aplicado en dos dominios que se presentan, a pesar de sus conexiones, como diferenciados: en el de la función política objetiva y de la estrategia del proletariado" (1999:36). Las premisas planteadas por Gramsci y por Poulantzas son complementarias a la hora de reflexionar sobre el Estado argentino y su relación con los movimientos sociales, ya que demanda una interpretación en clave situacional, dada las configuraciones históricas del capitalismo periférico y los momentos políticos que atravesó el país.
En este momento se introduce el planteo de la problemática, que sería interrogarse acerca de las reconfiguraciones hegemónicas, -entre los planteos de Poulantzas- a fin de visibilizar los devenires estratégicos de los movimientos sociales a un año de la presidencia Macri, enfatizando en la construcción de agendas políticas como cristalización de una disputa de la arena de lo político.
Para ello, es necesario comprender a la "agenda política" como un ejercicio y práctica hegemónica, resultado de la mediación dialéctica del consenso y la coerción de las fuerzas sociales dominantes en relación con las fuerzas sociales dominadas, desechando las perspectivas de que en tiempos de crisis políticas, las revoluciones de los de abajo fueron "permanentemente traicionadas".
De esta manera, pensar el caso argentino, la actualidad de los movimientos sociales y su relación con el Estado se hace imperioso retroceder a lo que podemos considerar un punto rupturista e inaugural.
El 2001, parte aguas historiográfico
"Así, anoche, en plena calle, un tipo sonríe, me mira y dice:
"¿Era hora de que dejáramos de ser pelotudos, no?".
Era hora.
Y será hora también de otra cosa:
de que no volvamos a serlo".
José Pablo Feinmann
La producción académica sobre el Argentinazo es diversa y extensa, ya que sin lugar a dudas, representa ese momento inaugural para el sistema político del país. Ahorristas de clase media que dejaron de ser electores domingueros, identificados con las cacerolas que hicieron tambalear a la Casa Rosada, la mitad de la ciudadanía en condición de pobreza, la cuarta parte en situación de indigencia saqueando los supermercados para poder alimentarse; mientras que la Alianza para el Trabajo, la Justicia y la Educación, coalición gobernante, declaraba el estado de sitio y la ilegalización de la protesta social, al tiempo que perdía cualquier intento de legitimar su gobernanza.

Escribía el periodista Miguel Bonasso, el día 21 de Diciembre en el diario "Página 12":
"Me indigna, pero pienso que no importan estas regurgitaciones del pasado oneroso porque, les guste o no les guste a todos estos señores que huelen a naftalina, lo que ha ocurrido se inscribirá para siempre en la historia de las grandes gestas populares. Como el día en que los argentinos dejaron de mirar para el suelo"
La cristalización de una mayoría social excluida y su unificación simbólica bajo el piquete y los cacerolazos es el resultado de un proceso que inició con una política económica durante la última Dictadura, fue asfixiada durante los diez años de la presidencia de Menem y súbitamente acelerada por Fernando De la Rúa y su coalición de gobierno. El sometimiento a recetas financieras internacionales, comandado por Domingo Felipe Cavallo, la corrupción como método de afianzamiento de la gobernabilidad, las ventas inauditas de empresas estatales y el desbarajuste de la industria nacional fueron condiciones de un caldo de cultivo para el "Argentinazo" pero también, el desarrollo de movimientos sociales, que instauraban prácticas de resistencia alternativas y novedosas.
Los sucesos del año 2001 representan un momento de "develamiento de crisis del Estado" (García Linera, 2011), donde se condensan los conflictos de ciclos largos, que tienen que ver con la instauración de políticas económicas neoliberales desde el año 1976, y los ciclos cortos, relacionados a los elementos emergentes recientes como fue la declaración del estado de sitio por treinta días. García Linera sostiene que esta crisis de Estado es resultado del resquebrajamiento irreversible de los pilares de dominación estatal: institucionalidad, ideas – fuerza de legitimación, y correlación de fuerzas entre gobernantes y gobernados (2011:15).
Partiendo de los aportes del autor, es necesario enfatizar las experiencias y narrativas de los nuevos movimientos de desocupados que iban emergiendo en las zonas urbanas empobrecidas, y que se configuraron como sujetos políticos determinantes, en tanto circulación de la mercancía y el capital, objetivo político de la práctica piquetera.
Es posible establecer algunas ideas de orden conceptual que están vinculadas a comprender que el desarrollo y fortalecimiento de los movimientos sociales, especialmente de trabajadores desocupados, está paralelamente relacionado al aumento de población económicamente activa en estado de desocupación crónica pero también a la lógica de política sindical estandarizada durante la década del '90.
La densidad empírica de estos tiempos revisitados ponen de relieve una aguda crisis de representación política, por la propia separación de los poderes políticos del Estado institucionalizado de la sociedad civil, produciendo así un fuerte rechazo a las dinámicas políticas institucionalizadas, y abriendo un espacio de prácticas autónomas influenciadas por la estética pos moderna de una izquierda global en crisis terminal y un conjunto de premisas que conjugaban la querella al poder estatal y a la democracia representativa. La afluencia de estas nuevas corrientes de izquierdas, desencantadas con el socialismo del este, en un contexto de proliferación de dinámicas asamblearias y cuestionamientos a las cáscaras de los poderes políticos, fueron cruciales en los diagramas y entrecruzamientos de prácticas alternativas de "hacer política sin creer en la política".
En síntesis, la carga mística del heroísmo colectivo que "se cargó" a cinco presidentes en una semana sacralizó los sucesos del 19 y 20 de diciembre del 2001, permitiendo explorar y potenciar esas nuevas formas de acción colectiva e intervención política, aunque sin que hayan sido conducentes de una disputa del "poder institucionalizado". Tal reivindicación de una lógica asamblearia, voluntarista y autónoma de los movimientos sociales terminaron escindiendo la acción social y colectiva de la práctica política, cuando estos dos elementos son caras de una misma moneda. Beatriz Rajland (2008:346) sostiene que la pregunta pertinente es: "¿cuánto puede prolongarse una lucha como esa sin plasmarse políticamente (no necesariamente en términos partidarios)?". Quizás, la estadía del Subcomandante Marcos y los zapatistas en las asambleas y plazas argentinas ha sido prematura y corta; ha muerto antes de poder vertebrar una estructura organizacional que posibilite disputar el poder político en las instituciones y recuperar la idea – fuerza de la estatalidad, prevaleciendo un intento de "cambiar el mundo sin tomar el poder".
Yira, yira: Movimientos sociales y kirchnerismo
"Gana, pero no es científico"
Generales austríacos sobre Napoleón.
El 25 de mayo del año 2003, Néstor Kirchner, hasta entonces gobernador de la provincia de Santa Cruz, asume la presidencia luego del impasse de gobernabilidad de Eduardo Duhalde, y ante un sistema político resquebrajado en su legitimidad social aunque no como "sistema de Estado" (Abrams, 1988) ni su institucionalidad vigente desde la modificación constitucional en 1994, durante la presidencia Menem.
El kirchnerismo, como momento populista, trae aparejado una serie de interpretaciones académicas que intentan explicar un período de tránsito hacia una nueva "idea de Estado" (Abrams, 1988), principalmente sostenido en la comprensión histórica de la caducidad de representación política de la partidocracia, aunque este eje vertebral de estrategia política no haya tenido una perspectiva lineal y progresiva. Es correspondiente establecer una parteaguas histórico del kirchnerismo, identificando dos momentos: el primero, de acumulación de fuerza social y política, por lo tanto realineación de voluntades e intereses históricos y recomposición del espectro socio político de representación; y el segundo, de práctica agonística, en tanto capacidad de instaurar una gramática política nueva y un modelo de administración de "lo público".
Existe una tendencia para caracterizar al kirchnerismo que parte de la liviandad analítica de la transformación o no, de las relaciones de producción, que en términos conceptuales explica cualquier momento populista, con las revisiones de Marx acerca del "bonapartismo burgués"; mientras que los movimientos sociales que adhieren al kirchnerismo son reducidos a la "cooptación y clientelismo" (Rajland, 2008) (Svampa, 2008) o al clasicismo de una situación revolucionaria en sus condiciones pero que ha sido traicionada (Trotsky, 1938) por los agentes políticos que son capaces de contener discursivamente a los movimientos sociales.
Trascendiendo estas fronteras de "cooptación y gatopardismo" (Borón, 2007) como estrategia de la burguesía, y las herramientas clientelares que proponen una concepción de la política como ejercicio aséptico de intereses en disputa y el "inocentismo" que se grava en los movimientos sociales por la inmadurez de su conciencia política, es posible afirmar que los procesos de adaptabilidad de los movimientos sociales al sistema estatal de gobernanza, cualquiera sea su jurisdicción, fue la condensación de la modificación del vínculo existente (Iglesias, 2012) en un trance de reconfiguración del sistema de partidos y representación acaecido hacia principios de S.XXI. Esa modificación del vínculo pudo establecer los límites y alcances de las influencias a la hora de construir una agenda política, por lo cual, los movimientos sociales mayoritarios fueron herramientas de consolidación y traducción de las demandas sociales en políticas de Estado.
En el año 1962, Ediciones Fabro recopiló una serie antológica de poemas y canciones de Jaime Dávalos en un libro titulado "El Nombrador", donde se encuentra la "Vidala del Nombrador", que en uno de sus versos dice: "apenas soy Arjonita/nombre que no se ha'i de perder/Aunque me tiren al río/sobre la espuma ha'i de volver". Pensar el peronismo y su influencia en la construcción de las narrativas políticas de Argentina es metafóricamente similar a los versos de Dávalos; es decir, la huella del peronismo, como un fenómeno político de masas, es inescindible de la historia política reciente y la construcción de identidades; por lo tanto: la construcción organizativa de los movimientos sociales, sus identidades socio políticas y prácticas políticas están ligadas a una posible reivindicación de los principios políticos y símbolos del peronismo
De esta manera, pensar en unilaterales mecanismos de cooptación y clientelismo implica resignar un espacio simbólico de identidades socio políticas en Argentina, reduciendo el debate sobre la incorporación de los movimientos sociales al kirchnerismo, cuando éste se reconoce peronista, a una mera cuestión instrumental de asignación y distribución de recursos políticos y económicos. De esta manera, existe una doble operación en la creación del vínculo político, dialécticamente necesario en la construcción del bloque hegemónico: una primer operatoria, que abre un proceso identificatorio con el kirchnerismo como convergente de una nueva narrativa política anti neoliberal y "setentista" que opera en un plano simbólico durante el primer momento de acumulación de fuerza social y política, permitiendo la adaptabilidad de los movimientos sociales al Gobierno Nacional. La segunda clave operatoria consolida un modelo de gestión de la tensión de intereses históricos, intentando instaurar una gramática de transversalidad que se detiene con la vuelta a las trincheras del peronismo, luego del fracaso parlamentario de la Ley 125/08
La historia política del kirchnerismo es una de las muestras fácticas de que los procesos históricos distan diametralmente de ser lineales y progresivos, ya que las estrategias viran según las condiciones políticas dadas. El kirchnerismo había sido capaz de conjugar un momento acumulativo de fuerza, con una estrategia clara de transversalidad y atenta a la comprensión de crisis de la partidocracia, donde el diálogo es permeable y fluido. Los años posteriores a este primer momento acumulativo podrían ampararse bajo una modificación estratégica que inicia con el retorno de Néstor Kirchner a la presidencia del Partido Justicialista y por lo tanto, como actor hegemónico dentro del Frente para la Victoria, pero así también con el "salto político", en tanto capacidad de entablar una disputa agonística con los poderes monopólicos mediáticos y financieros. Este segundo momento está vertebrado por la reorganización hegemónica de la representación política, salvataje al Partido Justicialista mediante, que le brindó al kirchnerismo la posibilidad de sostenerse electoralmente y reconstruir el frente político y electoral, resignando un lugar subyugante a los movimientos sociales que habían sido actores estratégicos en el proyecto de transversalidad de Néstor Kirchner. En ese intersticio de fuerza social movilizada, generada en las vísceras del aumento drástico de la pobreza durante la década menemista, de pertenencia urbana e identidad piquetera, aparecen los dos movimientos sociales que en la actualidad son los ejes de conducción de la agenda política frente al gobierno de Mauricio Macri: el Movimiento de Trabajadores Desocupados – Evita, que en el año 2006 se convierte en el partido político Movimiento Evita, y el Movimiento Libres del Sur, cuya referencia aparece en el movimiento territorial Barrios de Pie.
Ambos movimientos mencionados son el producto y resultado de las experiencias organizativas piqueteras que trascendieron una lógica de construcción asamblearia y horizontalista, para establecer estructuras partidarias institucionalizadas a medida que su proceso de incorporación a las instituciones estatales iba promoviendo la capacidad de desarrollarse políticamente, y ser responsables de gestión, administración y organización de las políticas sociales del Estado durante el kirchnerismo.
De Movimiento de Trabajadores Desocupados a Movimiento Evita: la transfiguración
Las tesis acerca de que la transfiguración del MTD – Evita como núcleo de contención y protesta callejera del gobierno de Néstor Kirchner, en un pacto de élites políticas para ralentizar el movimiento urbano posterior al 2001, sostiene una premisa de identidad vacía de sus militantes. Hacia el año 2006, la carta fundacional del Movimiento Evita sostiene:
"Ahora nos toca cumplir a nosotros; a muchos compañeros y compañeras nos toca dar el salto cualitativo de lo social a lo político, a muchos compañeros y compañeras nos toca religar nuestras prácticas con la organización popular, en síntesis tenemos ante nosotros el desafío de la reconstrucción del movimiento nacional"
Esta afirmación da cuenta de la verificabilidad de la propuesta de que la primacía del labor social y comunitario, en desmedro de la actividad política partidaria, durante la década de los '90 había sido clave en una comprensión para-estatal del poder político.
Desde su constitución, y previo a ello, el Movimiento Evita ha sido la fuerza kirchnerista capaz de aglutinar y movilizar al espacio territorial, con la presencia de los integrantes de su Mesa Ejecutiva Nacional en los poderes ejecutivos o legislativos, cualquiera sea su jurisdicción: Emilio Pérsico, ex Sub Secretario de Agricultura Familiar, Fernando Navarro, ex Presidente de Bloque de Diputados del Frente para la Victoria de la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires, Jorge Taiana, ex Canciller y Ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de Argentina. Aún así, el Movimiento Evita no formaba parte del frente político de alianzas "Unidos y Organizados", que si bien nunca llegó a cristalizar su pregnancia de intervención territorial, sindical y universitaria en términos electorales, sirvió como un mercado de sellos y alianzas tácitas y simbólicas, bajo la figura de Cristina Fernández de Kirchner como su conductora.
Es posible sostener que la capacidad de establecer una jerarquía alegórica bajo el peronismo -como experiencia política previa al kirchnerismo-, le permitía mantener canales de diálogo y confluencias tácticas con sectores no kirchneristas. Sería comprender la prevalencia del minuto táctico sobre la hora estratégica en términos coyunturales.
Esta diferencia, imperceptible para algunos análisis socio políticos, en el trazado político electoral kirchnerista, fue la llave de acceso para la continuidad del desarrollo de la organización fuera del entramado institucional estatal, así como también la preeminencia otorgada dentro de una hipotética estructura política – institucional bajo la frustrada presidencia de Daniel Scioli.
El derrotero electoral del Frente para la Victoria en el balotaje presidencial del año 2015 fue el factor desencadenante de la dispersión del bloque político, y el inicio de una reestructuración de parte de la Alianza Cambiemos, a fin de generar instancias de gobernabilidad con las minorías propias en ambas cámaras legislativas.
El paquete de implementación de medidas recesivas en la capacidad regulativa del Estado en la economía, que había caracterizado al kirchnerismo, con el desmantelamiento de medidas proteccionistas como la liberalización del mercado exportador agropecuario, del intercambio de divisas dólar y la progresiva eliminación de los impuestos a grandes fortunas y bienes de lujo, además del despido masivo de trabajadores estatales y el pago en efectivo de la demanda de Paul Singer y los fondos buitre; habían aumentado drásticamente los niveles de pobreza, al tiempo que se cerraban los programas de protección social. En estas condiciones de dispersión y fragmentación de la oposición política, emerge un síntoma de retorno de los movimientos sociales en la disputa por la territorialidad, como garantía de gobernabilidad y la construcción de una agenda política frente a una sistemática política económica recesiva.
Sin lugar a dudas, desde la asunción del cardenal de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio como sumo pontífice de la Iglesia Católica Apostólica Romana y jefe político de la Ciudad del Vaticano, la relación con los movimientos sociales de América Latina y el mundo ha iniciado un proceso de afianzamiento. Esta relación ha cimentado una estrategia de construcción de poder político territorial en la consolidación de las estructuras organizativas de movilización bajo el amparo simbólico, pero omnipresente del Papa Francisco. Es así que la tradicional "Marcha por San Cayetano", tradicional marcha reverencial de los feligreses a San Cayetano, patrono del trabajo y el pan, ha construido una referencia sobre un discurso emitido por el Papa durante su visita a Bolivia: "Las Tres T: Tierra, Techo y Trabajo", conjugada a la capacidad de disputar una agenda política, que se cercaba sobre la institucionalización de paquetes de medidas regresivas económicas y políticas, y ponía sobre agenda una discusión sobre la declaración de Emergencia Social y la redirección de financiamiento para la promoción de políticas asistenciales de la pobreza y la marginalidad
El retorno de la bifurcación: calle, instituciones y migajas
Lo que puso de relieve la Marcha de San Cayetano, tradicional cada 18 de Agosto, pero enfáticamente durante el año 2016, es el vigoroso inicio de un proceso de debate y agilización de la Ley de Emergencia Social, desde los movimientos sociales, y como condensación de la disputa de fuerzas sociales urbanas en la construcción de la agenda política gubernamental, al mismo tiempo que puso sobre escena la discusión sobre los límites y alcances de esta medida frente a la sistematicidad de la política económica estatal de la gestión Macri.
La escena política sitúa dos posiciones, desde los partidos políticos, donde la repercusión y tratamiento legislativo fue plural y aceptado por casi la totalidad de las plataformas partidarias y sus representantes legislativospero que consagra una lectura crítica que es capaz de marcar el asistencialismo y clientelismo, aunado a la inopia que representa el financiamiento en un contexto social ampliado de permanente ejecución de políticas económicas excluyentes, pero que contienen el sesgo partidario en los términos del desarrollo político, que no sólo es insuficiente para explicar la agenda política desde los movimientos sociales, sino que consolida una muestra fáctica de la incomprensión de su historicidad y rol. Por otro lado, proveniente de quienes alientan la sanción de la Ley, hay una explicación sensacionalista, que no termina de plantear el abandono de la política institucionalizada y las esferas del Estado, sino que planta bandera en la movilización y las calles como fértiles y únicos lugares de disputa por la gobernabilidad. Ambas visiones contienen explicaciones inacabadas e impolutas en tanto capacidad de pensar esa relación inescindible entre política estatal o legislativa y la relación por el control de la territorialidad o bien, la capacidad de disputar el sentido hegemónico y la dirección del Estado.
El planteo se configura desde las condiciones dadas, entendiendo que la fragmentación y dispersión del campo de representación de "intereses populares" ha cedido paso a la iniciativa aislada de construcción política y partidaria; es entonces que se puede sostener una tesis de retorno a las configuraciones organizativas previas, que distan de ser únicamente garantías de gobernabilidad y contención de las movilizaciones, sino que apuntan a la reestructuración de entidades de acción política y colectiva, que no dejan de ser la condensación de una disputa por la centralidad del territorio. Es precisamente, por su condición histórica de movimientos sociales, que no han "saltado a la política" (Natalucci, 2014) de forma exitosa, es decir: han prevalecido formas organizativas de reclamos aislados, sostenidos en el tiempo pero con el objetivo de poder garantizar condiciones mínimas de supervivencia para sus militantes. Allí, la respuesta al fracaso del construir el sistema institucional del Estado desde una óptica movimientista, es que decir que la dirección, contenido y sentido de la acción política del Estado, esté definida por las decisiones estratégicas de los movimientos sociales; se sintetiza en el retorno a la hegemonía del Partido Justicialista dentro del Frente para la Victoria.
Es posible establecer dos precisiones sobre la agudización del conflicto, exacerbado hacia el año 2008 pero en relativas aguas mansas hasta 2011, donde la victoria electoral estableció un margen de legitimidad popular para atravesar nuevamente una batería de prácticas agonísticas con los adversarios políticos. En esos dos momentos políticos de concentración y condensación del choque de intereses históricos, la estrategia de transversalidad, por lo tanto, apertura de una posibilidad de cuestionar el sistema de Estado y sus instituciones, fracasa. Un tercer momento de condensación de la querella hegemónica plantea el reagrupamiento de un bloque alineado a intereses corporativos, frente a la construcción de un bloque político frágil, por su constitución pluriclasista, desgastado por la gestión institucional durante 12 años y apremiado por las rupturas y discontinuidades internas, pero por sobre todo, acuciado por la virulencia del movimiento de reacción conservadora. El resultado de esta derrota es iniciático en el proceso de dispersión y el retorno a una trinchera de representación de legibilidad, donde la brújula de los movimientos sociales se reorientó a un esquema de disputa por la agenda política y la relevancia pública.
En esta "actualidad" de los movimientos sociales, la estrategia de su intervención política es objeto de cuestionamiento, por la condición propia del gobierno nacional y el sentido hegemónico de políticas sociales que apuntan a la revuelta del asistencialismo focalizado, característico de los años '90. Si existe un canal de diálogo abierto con la ministra de Desarrollo Social de la Nación, Carolina Stanley, es de orden estrictamente táctico, vinculado a los formalismos que atraviesan los vínculos entre movimientos sociales y las carteras ministeriales estatales. El dilema emerge desde la heterodoxia, y la discontinua evolución del Movimiento Evita, que capitanea y conduce las relaciones con el Ministerio de Desarrollo Social por su condición de bastión de movilización social y acumulación política, que parafraseando a Víctor Jara, es "ni chicha, ni limonada", ya que comprende una serie de transformaciones históricas y la instalación de mecanismos de traducción político-económica o estructuras de oportunidades políticas (Auyero; 2000, 2007) que fomentarían su desarrollo y expansión organizativa. Al mismo tiempo, la traslación política del MTD – Evita hacia una estructura institucionalizada como el Movimiento Evita deja las secuelas y dudas acerca de su nueva fase de negociación con el Estado Nacional, y principalmente su razón tecnocrática y neoliberal.
Los cables que habría que atar es sobre lo crucial del retorno hacia la subalternidad de "las calles", como herramienta única de acumulación política, y las ataduras de promover una reforma de las instituciones del Estado y la Constitución de un gobierno que durante doce años tuvo dos momentos de derrotas estratégicas que condicionaron a cambiar el rumbo y la orientación de adversarios y aliados. Allí, el locus originario del Movimiento Evita puede desanudar su reverso político y reconfiguración en el tablero de fuerzas sociales.
Conclusiones
"El niño, ensimismado, juega a la pelota en la plaza. Cuando su madre lo llama, protesta. Piensa que el tiempo transcurrido ha sido muy breve.
En la misma plaza, el anciano, sentado en un banco, lee el periódico, lo deja a un lado, piensa en su niñez mirando al chico que juega a la pelota. Consulta con su reloj pulsera y nota cuánto falta aún para la cena. Para él, el tiempo parece detenido.
Como se ve, no sólo con los gemelos de Langevin ocurren paradojas" (Sobre la relatividad del tiempo, microrrelato del libro "La torre de papel y otros microrrelatos"
Julio Ricardo Estefan
El caudal de fuerzas políticas novedosas y la originalidad de sus prácticas han roto con los esquemas binarios o trinarios de la lectura política clásica de Argentina, mientras que esas pequeñas transformaciones, producto de la crisis política del 2001 y del kirchnerismo, se han vuelto irreversibles. Esos agentes institucionales que han construido una agenda política común, inmerso en una lógica de oficialismo/oposición, han perdido la estabilidad que los caracteriza, y allí, en esa pérdida del sentido de orientación, por la dispersión política existente, emergen los heterodoxos y neoplásicos movimientos sociales argentinos, luego de las turbulencias epocales, pero con la sensación del retorno a las razones sociales y políticas primigenias: la lucha y organización por la supervivencia.
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