Sustituir la tecnología de agroquímicos con un modelo sustentable

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Descripción

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El presente texto se basa en el Capítulo 3 (Sustentabilidad y manejo de suelos) del Libro La agricultura moderna de riego (SAGARPA 2011), que fue producto de una investigación teórico práctica por parte del equipo en el que yo participo. El libro se encuentra en Internet y se titula La agricultura moderna. Los casos de Sonora y Sinaloa.
RODRÍGUEZ Fuentes Humberto, Et. Al. Métodos de análisis de suelos y plantas, Trillas, México.
ESCOBAR, Rómulo, Enciclopedia agrícola y de conocimientos afines, tomo III, CIAM, México, 1981

Tomado de: http://edafologia.ugr.es/introeda/tema04/text.htm
Tomado de: http://maizedoctor.cimmyt.org/es/metodos-de-medicion/169?task=view

http://maizedoctor.cimmyt.org/es/metodos-de-medicion/169?task=view

GALLEGOS del Tejo, Arturo, La aptitud agrícola de los suelos, la pedología aplicada a las actividades agropecuarias, Trillas, México. Pág. 29.
http://edafologia.ugr.es/introeda/tema04/text.htm
ESCOBAR, Rómulo. Op. Cit. Pág. 646.

BUOL, S.W., Hole, F.D., Et. Al., Génesis y clasificación de suelos, Trillas, México, Pág. 186.
GALLEGOS del Tejo, Arturo, Op. Cit. Pág. 36.
GALLEGOS del Tejo, Arturo, ibídem.
Podemos entender Regolito como aquella capa de roca suelta y fragmentos minerales que aún no conforman algún tipo de suelo. Se encuentran en casi cualquier parte de la superficie terrestre. Definición tomada de: http://enciclopedia.us.es/index.php/Regolito
El cuadro está tomado de http://despertandoconcienciaplanetaria.wikispaces.com


El CIIDRI de la Universidad Autónoma de Chapingo ha realizado una estimación de esta pérdida en la última década.
Tomado de: http://mapserver.inegi.gob.mx/geografia/espanol/datosgeogra/fisigeo/principa.cfm


El intercambio catiónico es la capacidad que tiene un suelo de mantener o intercambiar cationes. Se incrementa de acuerdo a la cantidad de arcilla o materia orgánica que contenga algún tipo de suelo.
SOTELO, E., Gutiérrez M. del C., Et. Al. Historia y desarrollo de la clasificación de vertisoles en el sistema FAO y la Taxonomía, COLPOS, 2007, Terra Latinoamericana 26:325-332, disponible en: www.chapingo.mx/terra/download.php?file=completo&id.
SOTELO, Et. Al., Op. Cit. Pág. 331
Tomado de: http://app1.semarnat.gob.mx/dgeia/informe_04/03_suelos/index_suelos.html

Tomado de la tesis de licenciatura en línea:
http://catarina.udlap.mx/u_dl_a/tales/documentos/laec/flores_l_b/capitulo3.pdf
Idea que no compartimos, debido a que esta idea es parte del paradigma que pretendemos superar. Nutrir a la planta pero cuidando el medio en que se desarrolla. Si se aplica el fertilizante de manera indiscriminada como plantea el autor de la tesis de licenciatura, lo único que estamos fomentando es la inutilización del suelo para generaciones venideras.
Muestreo. Para la toma de muestras (y análisis físico y químico) se lleva a cabo un muestreo aleatorio simple cada 100 metros, en zig-zag con 10 puntos de muestra por estación.




Este inciso es producto de la investigación del Ingeniero Químico Diego Jerez, miembro del equipo de Alma Natural. La redacción es mía (M.R.).
"Las tres mayores fuentes de nitrógeno utilizadas en la agricultura son urea, amonio y nitrato. La oxidación biológica de amonio a nitrato es conocida como nitrificación. Este proceso considera varios pasos como es demostrado en la Figura y es mediado por bacterias autotróficas, aeróbicas obligadas. En suelos inundados la oxidación de NH4+ es restringida. La urea es descompuesta por la enzima ureasa o químicamente hidrolizada a amoniaco y CO2. En el paso de amonificación, amoniaco es convertido mediante bacterias amonificantes en el ion amonio (NH4+). En el siguiente paso el amonio es convertido mediante bacterias nitrificantes en nitrato (nitrificación). El rango de conversión de nitrógeno depende de las condiciones presentes en el suelo para las bacterias nitrificantes. La nitrificación de NH4+ a NO3- ocurre preferentemente bajo las siguientes condiciones:
"En presencia de bacterias nitrificantes.
"Temperatura de suelo > 20 °C.
"pH de suelo 5,5 - 7,5.
"Suficiente disponibilidad de humedad y oxígeno en el suelo.
"El amonio puede acumularse en el suelo, cuando la conversión de este nitrógeno es limitado o completamente detenido, si una o más de las siguientes condiciones están presentes (Mengel and Kirkby, 1987):
"Bajo pH de suelo disminuye sustancialmente la oxidación microbiana de NH4+.
"Baja de oxígeno (por ejemplo suelos inundados).
"Baja materia orgánica (como fuente de carbón para las bacterias).
"Suelos secos.
"Bajas temperaturas de suelo disminuyen la nitrificación, debido a la baja actividad de los microorganismos de suelo.
La nitrificación tiene su óptimo a 26 °C, mientras que para la amonificación se encuentra sobre los 50 °C. Luego, en suelos tropicales, aun bajo condiciones de pH neutro, existe acumulación de amonio como resultado de los bajos niveles de nitrificación." Nitrato (NO3-) versus amonio (NH4+) Potassium Nitrate Association.
La oxidación de azufre a dióxido de azufre, es la reacción del primero con oxígeno suficiente, según la siguiente ecuación: S8 + 8 O2 --> 8 SO2 Sin embargo, la reacción típica de obtención de dióxido de azufre, y que también es una oxidación, es la siguiente: El sulfuro de hidrógeno, formado de forma natural, se oxida a dióxido de azufre al entrar en contacto con el oxígeno atmosférico: 2 H2S (g) + 3 O2 (g) --> 2 SO2 (g) + 2 H2O (g). El dióxido de azufre es la base para el biodeterioro, que es la degradación física y química de la roca provocada por los organismos vivos. Los líquenes, hongos y musgos, retienen humedad, favorecen la colonización y producen ácidos que modifican el color de la roca. Las sulfobacterias, unas de las bacterias más dañinas, transforman compuestos silicatados en ácidos y oxidan el azufre a sulfato contribuyendo así a la erosión de las rocas. 1.6 Comportamiento en el Medio Ambiente Agua: El dióxido de azufre ingresa a los cuerpos de agua superficiales y subterráneos por deposición seca y mojada. La solución acuosa reacciona como un ácido fuerte. Por otra parte, el azufre es absorbido por las plantas para cumplir sus funciones vitales.


El suelo y la alimentación de las plantas
Una explicación sobre la tecnología que proponemos usar en los cultivos para transitar a la agricultura orgánica
M. Rechy. Febrero Marzo de 2014
Agradezco los comentarios y aportaciones de Román González y Diego Jerez para mejorar el texto.

La modernidad ha destruido, o puesto en desuso, muchos conocimientos que le permitieron al hombre prosperar durante milenios. El vértigo de la tecnología ha conducido a los hombres de hoy a creer que sólo sirve, sólo es útil, el conocimiento que la ciencia ha conseguido vaciar o concretar en la tecnología, y más precisamente en el desarrollo que actual que ésta tiene.
Sin embargo los conocimientos de hoy responden a dos premisas de la modernidad. La primera es la velocidad, todo tiene que ser rápido, como si el hombre quisiera ver en un corto tramo de su existencia los alcances que antes se llevaban generaciones. La segunda es la utilidad, porque con lo moderno nos han tratado de educar en la noción o valor de que todo tiene que ser negocio, y que todo tiene que ser cada vez más rentable.
Estas dos premisas se basan o asientan en la condición natural que tenemos los seres humanos de querer vivir cada vez mejor, y en nuestra aspiración para que el trabajo sea cada vez menos pesado y cada vez más productivo. Sin embargo esa condición natural que tenemos no necesariamente nos tiene que conducir, en línea recta, hacia más producto, menos trabajo y más dinero. Porque el problema central del país es que las actividades económicas más rentables requieren cada vez menos trabajo. O dicho en palabras más simples, el problema central del país es el desempleo, en todas sus formas, y el que cada vez las máquinas, y la tecnología en general, sean las que permitan un más rápido rendimientos, y que la mano de obra no ofrezca siempre esa ventaja, han conducido al desprecio de los seres humanos.
Además, hoy las tecnologías de la modernidad se desarrollan respondiendo a esas premisas de aumentar el producto, reducir la cantidad y el costo del trabajo y obtener más utilidad. Pero en el campo mexicano persiste, por fortuna, una visión campesina, que sin negar la necesidad y la vocación por una vida mejor, conserva además un vínculo con los elementos naturales, con las necesidades colectivas de los pueblos, y con los valores de la vida apacible, ajenos al vértigo del cambio.
La tecnología moderna ha conseguido lo que conocemos como crecimiento económico, que no es exactamente lo mismo que el progreso. Porque en el progreso se entendía que todos mejorábamos, alcanzábamos más altos índices de bienestar. Pero en el crecimiento lo único que miden es el monto total del valor producido. Y no es casual, pues quienes han establecido ese parámetro, sólo están pendientes de que su utilidad crezca, que el valor generado por la sociedad en su conjunto sea mayor.
Y la tecnología, que como ya referimos no se liga a, ni implica generar más empleos, sino solamente aumentar la producción y el valor de ésta, desestima o se desentiende de los efectos o impactos que tiene esa manera de concebir la economía. Y esos efectos o impactos no son desdeñables ni secundarios si en lugar de situarnos en el terreno de la utilidad, ponemos los pies en la tierra y en la gente, y desde ahí los vemos.
Desde la visión de los que sólo buscan utilidad, el suelo es una materia inerte, en la que ellos plantan sus cosechas, y el hombre es un empleado necesario para realizar las labores, abrir los surcos, sembrar, cultivar y cosechar. Y el entorno sólo se llama clima, agua, sol. La combinación de todos, se llama factores de producción, y el resultado debe ser contante y sonante, o sea cash.
Si la tierra rinde poco es que le falta tecnología, es decir, urea, o superfosfato triple. Si tiene plagas es que necesita aplicársele insecticida. Y si falta agua, es que hay que construir presas, traer un río, o hacer un invernadero donde todo pueda estar controlado, sacado del medio y adaptado a lo que necesitamos. Con esta visión, los partidarios del crecimiento han conseguido aumentar el producto y el valor, pero han devaluado la tierra, han malentendido al suelo, y han convertido a las plantas en sujetos artificiales, que aparentan un buen crecimiento, pero han dejado de tener los nutrientes que les caracterizaron.
Cuánto desviemos los ríos de su cauce, y cuánto afectemos los ciclos naturales, por desviarlos o atajarlos, es irrelevante para esta concepción mientras estemos aumentando la producción y la utilidad.
Qué ocurra con la tierra después de diez, veinte, cincuenta ciclos de aplicación de fertilizantes, o qué le ocurra a una variedad vegetal por la aplicación de insecticidas, también es irrelevante, mientras aumenten las cosechas y aumente la utilidad.
Hasta que lleguemos a la situación actual. Que según ellos mismos sólo requiere de ajustes y nuevos paquetes del mismo carácter. Nuevas inversiones. Más capital. Pero las verduras o los granos ya no son los mismos. Pueden ser más grandes, pero carecen de los minerales y los nutrientes que alguna vez tuvieron..
Esa visión del crecimiento ha llevado a que los campesinos, esos que sembraban la milpa entremezclada con el frijol, o que tenían predios donde lo mismo crecían los frutales y las legumbres y las flores, sean reducidos o desplazados constantemente por los que quieren ver un solo cultivo, una uniformidad total, para los más altos rendimientos.
Nosotros no creemos más en esa agricultura. Y no creemos en ella porque no cerramos los ojos a los efectos negativos que ha tenido en la salud, en la capacidad de los pueblos y las comunidades para producir sus propios alimentos, en la desventaja de los productores tradicionales en los costos y precios, pues nunca antes los seres humanos habían preferido reducir un costo a cambio de perder virtudes, calidad o autonomía.
No creemos en esa agricultura porque tenemos otro vínculo con los elementos. Porque vemos el suelo como la madre tierra, porque si bien no tenemos ya la fe de nuestros ancestros en la divinidad de los elementos naturales, sí tenemos claro que es indispensable vivir en armonía con ellos. Y no puede ser armónico, ni conducir a una mejor relación con ellos, el tratar el suelo como materia inerte, o a la planta como objeto inanimado, que solo requiere substancias químicas No creemos en esa agricultura porque tampoco cerramos los ojos ante la salinización del suelo que provocan los fertilizantes, ni ante las enfermedades que caen a los grupos humanos como consecuencia del uso reiterado de los insecticidas. Pero sobre todo, hoy sabemos además que todo lo barato que hoy se siembra, tiende a crear una perpetua dependencia, pues las semillas que nos traen, que no son naturales de aquí, no siempre se aclimatan, y peor aún, cada vez son más estériles, obligándonos a una creciente dependencia para adquirirlas.
Los promotores de la modernidad y su tecnología lo saben. Porque son los mismos que concentran la utilidad, la ganancia. Y aspiran a dominar en un mundo donde unos cuantos controlen las tecnologías y el capital, y todos dependamos de ellos para producir Por eso no creemos en esa modernidad y en esa tecnología . No queremos una tierra enferma, contaminada. No queremos más cambios de clima por alteraciones de la temperatura o por alteración de las corrientes de agua. No podemos aceptar las nuevas enfermedades por contaminación del agua, del suelo o de las plantas. Pero sí seguimos viendo con optimismo el futuro, y el progreso. Pero con una condición diferente. Una manera más natural de trabajar, de producir y de mejorar.
Tenemos la convicción de que la agricultura tiene que empezar por plantearse una actividad armoniosa con los elementos, y entendemos esa armonía como el mantenimiento de un equilibrio en la relación entre las variedades de plantas, especies y labores. Estamos claros ahora por la experiencia, pero también por la reflexión y el conocimiento científico, de que la tecnología de la modernidad consigue resultados limitados en el tiempo, que pueden hacer ricos a los de una o dos generaciones, para dejar problemas a las generaciones siguientes. Y por ello hemos optado por un camino que empieza por la salud del suelo, el bienestar de la planta, y por no provocar ni envenenamientos del medio, ni alteraciones de la naturaleza.
En el caso del café no queremos variedades extrañas o traídas de otra parte que requieran tecnología moderna, sino que sean las variedades que ya se aclimataron a nuestras condiciones, a nuestro calendario natural No queremos tampoco variedades que puedan tener rendimientos altos unos cuantos años, para declinar pronto. Queremos desarrollar una cafeticultura que dure mucho tiempo, y que tenga plantas capaces de producir razonablemente bien, pero muchísimo tiempo. Tampoco queremos plantaciones de monocultivo, porque sabemos que unas plantas se complementan con otras. Los árboles más altos protegen a los de menor tamaño. Y los árboles medianos dan sombra a los cultivos de baja estatura. Pero además, el sembrar de manera diversa nuestros predios hace que el suelo refleje también una diversidad. Una diversidad no solamente de raíces, sino también de los distintos insectos, lombrices y microbios que son parte de la vida debajo de las plantas. Y nos queda claro que la diversidad es una gran riqueza. Pues el medio natural no se vuelve mejor cuando pierde muchas especies y sólo se conserva una, sino cuando conviven y se asocian las más posibles.
Queremos por ello desarrollar sistemas de cultivo que no se especialicen en una planta, o en una sola familia, pues sabemos que se pueden sembrar árboles altos, como fresnos, entreverados con aguacates, que cobijen con su relativa sombra a los cafetos. Creemos en cercar los terrenos con frutales, y hasta entreverarlos con las otras plantas cultivadas. Sabemos que esta forma de policultivos nos dará para comer y para vender, y que unas plantas ayudarán también a las otras.
Sabemos que el cultivo prolongado, pero también la reducción de la capa verde, de los árboles y las plantas ha permitido que la lluvia arrastrara a lo largo de los años parte del suelo fértil. Y que el viento se llevara parte de ese suelo cuando lo dejamos pelón, después de una cosecha.
Por eso entendemos que es necesario mantener siempre cubierto el suelo con zacate bajo, plantas de todo tipo y árboles que reduzcan el viento. Y para remediar lo que ha perdido el suelo sabemos que hoy necesitamos hacer análisis de suelos, y determinar así cuánto ha perdido de vida y de las sustancias principales que alimentan a los insectos, los gusanos, las bacterias benéficas, o los hongos que sirven a las plantas. Entendemos que ese análisis nos indicará qué minerales debemos reintegrar al suelo para que lo aproveche la planta.
Pero creemos también en el conocimiento científico que respeta la naturaleza, y que no está subordinado a la búsqueda de utilidades y crecimiento económico. Ese conocimiento nos ayuda a determinar qué nuevos descubrimientos o actividades se pueden aprovechar en una ruta de desarrollo o progreso como la que nos proponemos.
Este conocimiento persigue optimizar las condiciones naturales del suelo, y adecuar nuestras labores a los requerimientos específicos de las plantas para nutrirse, desarrollarse bien, y fructificar de manera generosa.
Por ello nuestra actividad comienza en el suelo, en su conservación o restauración. Prosigue en el conocimiento de la fisiología o forma de crecer y funcionar de las plantas, y solo agrega elementos naturales que le permiten a las plantas vivir y reproducirse mejor.
También creemos en este conocimiento que compara la situación existente para el mismo cultivo en distintas latitudes o lugares, e identifica qué elementos son los que ayudan específicamente a las plantas a desarrollarse mejor.
Gracias a estas comparaciones, y a los estudios del suelo, hoy sabemos que existen materias naturales que permiten mejor la conservación de la humedad, y que incluso le dan al suelo mejor consistencia, tanto para la penetración de las raíces y el sostén de la planta, como para la vida de lombrices y otros animales pequeños que entran en relación complementaria con las raíces y el ciclo de nutrición de la planta.
Muy específicamente, heredamos de la ciencia que tiene este carácter el conocimiento de la zeolita, que es un mineral no metálico con muchas virtudes y utilidades. Antes, muchos años antes, teníamos suelos esponjosos, profundos. Pero la deforestación y el uso intenso del suelo para cultivar sin interrupción durante muchos años, ha hecho de nuestros suelos un material pobre, delgado, que se compacta y ha visto reducida su capacidad para retener la humedad.
La zeolita es un agregado que podemos hacer para remediar de manera muy eficiente este problema.
Como salicilato de aluminio que es, no se degrada, no contamina, pues no altera el medio. Mas sin embargo sí retiene agua, pues su estructura, que no es visible a simple vista, es como una esponja tiesa, como piedra hueca, que aloja cualquier líquido, pero no lo suelta por sacudimiento, por calor solar o por viento, pues el líquido se agarra a las paredes de la zeolita por medio de un magnetismo natural.
Y ese líquido, que no puede sacar la luz solar ni el viento, sí puede absorberlo la raíz de las plantas, pues tiene una carga magnética de signo contrario, tal y como pasa con los imanes que al tener polos opuestos se atraen.
Pero además, la zeolita, como mineral no metálico que es, no se apelmaza ni se endurece, posee una estabilidad mucho mayor como granulado o polvo que la arcilla o que la tierra negra, y puede mezclarse fácilmente con cualquier suelo, de tal manera que al dispersar sus granitos en medio de las otras substancias, permite mejor el paso del aire e impide que el suelo se apisone o se compacte. Y eso ayuda muchísimo a las raíces de las plantas, que crecen más largas y fuertes y alcanzan mejor las substancias nutritivas.
Pero como nuestros suelos no solamente han perdido vida, nitrógeno, sino también la diversidad de los minerales que combinados alimentan la vida, y en particular a las plantas, hemos estado buscando qué materias o substancias son las más importantes para nutrir cualquier vegetal, y hemos agregado a la zeolita un poco de cada uno de estos componentes principales de la nutrición que requieren las plantas.
Así, tenemos una mezcla de zeolita con minerales que constituyen las sustancias básicas para el desarrollo de las plantas en sus diferentes momentos de desarrollo. Pero antes de hablar sobre el empleo de la zeolita para mejorar los suelos veamos que es el suelo.


El suelo como fundamento de la agricultura
El suelo es aquella porción del planeta que sustenta la vida y que proporciona alimentos y hábitat. Para tener claro este punto de partida, procuremos entender los procesos de formación y aprovechamiento del suelo.
Definimos suelo como: "aquella superficie suelta de la tierra donde se llevan a cabo procesos físicos, químicos y biológicos. Y desde el punto de vista de la utilidad agrícola, el suelo será el medio donde crecen las plantas, pero también un almacén finito de donde las plantas recogerán las sustancias nutritivas, de donde absorberán el agua y tomarán parte del aire necesario para desarrollarse adecuadamente."
La formación del suelo va de la mano con la historia del planeta mismo. Sucede cuando varios fenómenos (climatológicos, hídricos, gravitacionales, químicos, físicos) obran en el mismo sentido y degradan las rocas en las montañas o partes elevadas de los valles, lo que ocasiona que se produzca constantemente una gran cantidad de detritus minerales, entendidos estos como partículas minerales de varios tamaños que se fraccionan de las rocas mayores. Estos detritus se depositan en las partes bajas de los valles o cuencas. Cuando sabemos que los detritus de mayor tamaño oponen mayor resistencia al arrastre (sea por su mayor volumen, peso, etc.) y los detritus más pequeños son arrastrados mayores distancias. Estos últimos son los que conforman una parte de los componentes de las tierras arables.
3.2 El estudio y la clasificación del suelo.
Se considera prioritario especificar entonces que nos planteamos ahora resumir una guía rápida que sirva de referencia para identificar los elementos más importantes que originan el suelo, lo integran y sobre todo que permiten su uso agrícola para un mejor aprovechamiento del recurso.
La formación del suelo
Todos los suelos provienen de materiales madre que, como se mencionó, por influencia de los procesos de desintegración y transformación de macroelementos del medio (meteorización), sea de manera física o química, desintegran la roca y los fragmentos de estas. Dichos elementos son transportados y almacenados en las partes bajas debido a la fuerza de gravedad y al arrastre del agua. A dicho sedimento o deposito, en conjunto con factores biológicos, se le conoce como suelo. De lo que debe quedar claro que el suelo se compone, originalmente, de polvo de rocas diversas; y que como son diversas eso también quiere decir que tienen varios componentes minerales. Para la formación de los suelos, también es necesaria la presencia del agua. La importancia del agua en los procesos de meteorización mencionados, determinan en gran medida los procesos de erosión sobre la roca madre. La roca madre y el suelo debido a las oscilaciones de temperatura, presencia de agua, aire y gravedad- fenómenos atmosféricos o meteorologicos, como es la lluvia, los terremotos, los tornados desprende elementos que pueden ser muy finos o gruesos, y el arrastre de este material por el agua, el aire y la gravedad permite también el arrastre de las rocas intemperadas de los minerales y su posterior sedimentación o acumulación.
Cabe mencionar que en el caso de la erosión ejercida por el agua sobre la roca madre va intrínseco el proceso físico de la condensación. Recordemos que este fenómeno físico permite una reducción en el movimiento de las moléculas de agua o pérdida de movimiento cinético por el cambio de temperatura –a mayor temperatura, mayor movimiento cinético de las partículas; a menor temperatura, menor movimiento de las partículas-- lo cual provocará el cambio de estado físico de vapor a líquido, el cual se presenta como precipitación o lluvia. Esta agua en forma de gotas permitirá un arrastre de la roca meteorizada y la transportará a zonas más bajas y alejadas del material madre del que procede.
Ahora bien, las moléculas de agua que se precipitan al suelo tienen una forma asimétrica y son eléctricamente neutrales, lo cual provoca una carga eléctrica entre los átomos del agua y el suelo. Este proceso es importante para el análisis de suelos debido a que en las moléculas minerales que integran el suelo existen oquedades o pequeños huecos que son ocupados por las moléculas de agua. El movimiento de paso que existe entre las partículas del suelo no saturado es lento y está ajustado, sobre todo, al grosor de las partículas de agua que se encuentran sobre la superficie, es decir, que la velocidad de paso del agua entre las moléculas o partículas del suelo estará determinada por la porosidad y las oquedades existentes, pero sobre todo por el grado de permeabilidad que presente el suelo.
Rómulo Escobar menciona en su enciclopedia agrícola que "la composición de las tierras está relacionada íntimamente a la composición de las rocas de donde se originan; pero en todos los casos intervienen cuatro componentes: Arena o sílice, que en las tierras de composición media, existe en la proporción de 50 – 70%; Arcilla o barro, cuya proporción media es de 20 – 30%; Calcáreo o carbonato de cal en la proporción del 5 – 10%; y finalmente el Humus o mantillo, que entra en la composición de las tierras en la proporción de 4 – 10% […] y se le designa con los nombres anteriores a la sustancia orgánica que se encuentra en la tierra en cualquier estado de descomposición. Las proporciones en las que se encuentran estos componentes determina la textura, estructura y porosidad del suelo.



Figura 1. Partículas del suelo




Suelo. Partículas de 5 décimas a 5 milésimas de mm. 1. Arena mediana, 2. Arena fina, 3. Arena muy fina, 4. Limo, 5. Limo muy fino, 6. Arcilla. Fuente: ESCOBAR, Rómulo, Op. Cit. Pág. 646.

Otro factor de suma importancia para la consolidación de un suelo son los elementos de la capa vegetal que decaen y se acumulan en el suelo o se incorporan en el barbecho, y son la principal fuente de energía para el numeroso mundo de microorganismos y animales que pueblan el suelo, a cuya actividad se debe la formación de las sustancias húmicas. El papel de la capa vegetal en la formación del humus se determina por la cantidad y naturaleza de los restos vegetales, así como por el carácter de su incorporación y descomposición en el suelo. La mejor fuente de humus son las plantas vivaces, gramíneas y leguminosas, con sistema radicular finamente ramificado que atraviesa las capas de suelo y es capaz de regenerarse intensivamente.
Otras muchas sustancias que intervienen en la composición de las tierras arables, en proporciones menores, comprenden a las siguientes principales: el ácido fosfórico, la potasa, la magnesia, el óxido de fierro, y el azufre, entre otras, así como los iones nutrientes (iones de fosfato, potasio, magnesio, sulfato) o como elementos químicos (fosforo, potasio, magnesio, hierro, azufre). Cada una de estas sustancias es estrictamente indispensable como elemento que dará al suelo su fertilidad como dejaremos claro más adelante.
Propiedades del suelo
En campo nos encontramos con una dificultad. ¿Cómo saber si el suelo a aprovechar para la siembra es apto para producir y sustentar algún tipo de cultivo? Para ello se parte del análisis de diferentes variables como la textura y granulometría, la profundidad, su reserva de agua disponible, el contenido de materia orgánica, su pedregosidad y el grado de hidromorfía.
Conocer la granulometría y la textura --las primeras dos variables-- es esencial para cualquier estudio del suelo. Para clasificar los gránulos o fracciones de un suelo se han propuesto diferentes metodologías. Básicamente en todo el mundo se aceptan los términos de grava, arena, limo y arcilla, pero difieren en los valores de los límites establecidos para definir cada clase. De todas estas escalas, son la de Atterberg o Internacional (aceptada por la Sociedad Internacional de la Ciencia del Suelo) y la americana del USDA (Departamento de Agricultura de los Estados Unidos) las más ampliamente utilizadas. En ambas escalas se miden los gránulos y se comparan con las medidas estándar (si es grava, por ejemplo, sus medidas se encontrarán entre los 20 mm y los 2 mm según la escala internacional) que se ilustran en la figura 2.
Figura 2. Tamaños de los gránulos en las dos escalas

Fuente: UGR
Por textura entendemos la composición granulométrica del suelo, es decir la composición mineral de una muestra de suelo, definida por los tamaños de sus elementos en base a su masa (arena, limo arcilla). A cada término textural corresponde una determinada cantidad de arena, limo y arcilla. En los términos de textura se toma en cuenta el balance que hay entre los tres materiales, por ejemplo, un suelo que presente un 25% de arena, 25% de limo y 50% de arcilla tendrá una textura arcillosa. Los términos texturales se definen de una manera gráfica en un diagrama triangular que representa los valores de las tres fracciones. La textura del suelo influye en el movimiento del agua y los nutrimentos a través del perfil, y también afecta el crecimiento de las raíces. Es posible determinar la textura del suelo en el campo ya sea moldeando distintas formas con tierra humedecida o mediante el tacto. La textura afecta la capacidad de retención de agua: un suelo arcilloso puede almacenar unos 200 mm de agua por metro, uno franco retendrá unos 160 mm por metro, y uno arenoso puede almacenar alrededor de 60 mm por metro.
Para fines de fácil identificación de la composición del suelo, elaboramos la siguiente tabla donde dependiendo de las formas que se puedan elaborar con el suelo se determina su composición.
Cuadro 1. Identificación de la textura mediante el tacto
Textura del suelo
Características
Ilustración
Arenoso
La tierra permanece suelta y con granos separados; sólo se puede amontonar en una pirámide

Franco arenoso
La tierra contiene suficiente limo y arcilla para tener cierta cohesión; se puede moldear para formar una bola que se desmorona fácilmente.

Franco limoso
Lo mismo que el franco arenoso, pero se puede moldear la tierra rodándola con la mano para formar un cilindro grueso y corto.

Franco
Cantidades casi iguales de arena, limo y arcilla, hacen que la tierra se pueda rodar con la mano para formar un cilindro de 15 cm de largo, que se quiebra al doblarlo.

Franco arcilloso
Igual que el suelo franco, aunque el cilindro se puede doblar en U (pero no más allá) sin que se rompa.

Arcilloso ligero
Se puede moldear la tierra en un anillo que se agrieta.

Arcilloso pesado
Se puede formar un círculo con la tierra sin que se agriete.

Elaboración propia con ilustraciones de CIMMYT
De la mano con esta prueba para determinar la composición de un tipo de suelo específico, tenemos que identificar la relación que existe entre la textura y la facilidad que tiene el suelo de filtrar el agua. En el cuadro 1 se menciona la textura y la relación directa que muestran sus componentes (arena, limo o arcilla) con la velocidad de infiltración. Así por ejemplo, si tuviéramos una textura de suelo arenosa por cada metro de suelo tendremos una infiltración de 12 cm/h, lo cual es demasiada agua infiltrada si se piensa en una gran escala. Al contrario, si tuviéramos un suelo arcilloso en más del 60% encontraríamos una infiltración muy lenta de 0.1 cm/h.
Cuadro 2. Relación entre textura y reserva útil de agua
Textura
Cm de agua/metro de suelo
Velocidad de infiltración (cm/h)

Rango
Promedio

Arena
De 3.3 a 6.2
4.7
> 12 muy rápida
Arena migajonosa
De 6.2 a 10.4
8.3

Migajón arenoso
De 10.4 a 14.5
12.5
De 6 a 12 rápida
Franco, franco-limoso, limoso, limo
De 12.5 a 19.1
15.8
De 0.5 a 6 moderada
Migajón arcillo-arenoso, arcilla arenosa
De 16.5 a 20.8
18.7
De 0.1 a 0.5 lenta
Arcilla limosa, arcilla
De 16.6 a 20.8
18.7
De 0.1 a 0.5 lenta
Arcilla > 60%
De 13.3 a 16.6
15.0
< 0.1 muy lenta
Fuente: Gallegos.
La factibilidad del uso del suelo dependerá principalmente de la velocidad de infiltración y de la posición de la humedad, como se menciona en el cuadro anterior. Se puede anotar que los suelos más recomendables para la agricultura son aquellos donde la textura sea más equilibrada y permita una infiltración media como podría ser un suelo franco, o franco limoso. Lo anterior por el ritmo de infiltración del agua. Este parámetro de la infiltración tiene que ver directamente con la absorción del agua por parte de la planta. Si se presenta un suelo arenoso, la raíz tendrá dificultad de aprovechar el agua; y al contrario, si tenemos un suelo arcilloso, la planta corre el riesgo de asfixiarse por el anegamiento. En ambos casos se puede recurrir al mejoramiento del suelo. Y es justo cuando entra nuestra propuesta de incorporación de zeolita. Pues la zeolita contribuye a que el suelo equilibre su textura, pero cuanta más presencia tenga, mayor podrá ser el desarrollo de las raíces. Y adicionalmente, cuanta más presencia tenga más líquido encontrará, pues como es hueca y almacena el agua, las raíces podrán disponer de ella cuando la necesiten.
Figura 3. Pirámide textural

Fuente: UGR.
Entre las tierras que son arables, se distinguen las sustancias que predominan en su composición. Cuando en una tierra entra la arena en proporción mayor que la indicada párrafos arriba, se le considera una tierra arenosa o silicosa. Si es la arcilla la dominante, se le denomina arcillosa o barrosa. Así se dirá que una tierra es "calcárea-humífera, calcáreo-silicosa, arcillo-humífera, silico-arcillosa, etc." según la proporción existente de sus componentes.
Un campesino sabe por experiencia propia que un suelo en donde el arado entra fácilmente contiene mayores cantidades de arena; al contrario si es un suelo duro de arar, y cuando el arado entra levantando terrones quiere decir que el contenido de arcilla es mayor. Esta característica es producto de la proporción que existe entre la arena y la arcilla. En este caso, el mejoramiento de la tierra arcillosa se da mediante el agregado de humus o materias orgánicas. Pero también la zeolita contribuye a hacer más maleable la arcilla. Como explica Navarro, "El conocimiento de la textura del suelo está íntimamente relacionado con la plasticidad, permeabilidad, facilidad de laboreo, sequedad, fertilidad y productividad del mismo. Sin embargo, debido a la gran variación que pueda existir en la naturaleza mineralógica de las fracciones, no pueden hacerse generalizaciones amplias de los distintos suelos."

Otra de las variables a considerar en un estudio es la profundidad del suelo que va directamente relacionada con la cantidad de materia orgánica de un suelo dado La materia orgánica juega un papel indispensable en la facilidad de arado de un suelo; pues entre más elevado sea el contenido de materia orgánica, mayor será la humedad de un suelo y por lo tanto será mejor la capa arable, y puede ser aprovechada para la intervención de la agricultura. Este dato nos permite conocer las condiciones de alimentación mineral por parte de la planta y el aprovechamiento del agua que podría tener la misma. Esto se da para determinar, por ejemplo, la facilidad con que puede extenderse la raíz de una planta y sobre todo para saber si la raíz de la especie a sembrar aprovechará realmente las capacidades de un suelo determinado.
A continuación se muestran las estimaciones de cantidades de materias orgánicas y proporciones, peso en seco y número de organismos vivos en una hectárea de suelo. Es un estimado a una profundidad de 15 cm, en una región con temperatura húmeda.
Cuadro 3. Componentes principales de la materia orgánica del suelo.
Renglón
Peso en seco (%)
Número estimado de individuos (kg/Ha.)
Materia orgánica viva y muerta
6
120,000
Materia orgánica muerta
5.28
105,400
Organismos vivos
Bacterias
Protozoos
Hongos
Actinomicetos
Algas
Plantas superiores
0.72
0.10
0.005
0.10
0.01
0.0005
0.5
14,600
2,600
100
2,000
220
10
10,000
Animales
Nemátodos
Gasterópodos
Anélidos

0.001
0.001
0.005

20
20
100
Artrópodos
Crustáceos

0.0005

10
Arácnidos
Ácaros
Arañas
Miriápodos
Tipúlidos
Diplópodos

0.0001
0.0001
0.01
0.00005
0.011

2
2
20
1
25
Hexápodos
Colémbolos
Himenópteros
Dípteros, coleópteros, lepidópteros

0.0001
0.0002
0.0015

2
5
35
Vertebrados
Ratones, topos, ratas
Conejos, ardillas, tuzas
Zorros, tejones, osos, ciervos
Pájaros

0.0005
0.0006
0.0005
0.0005

10
12
10
10
Fuente: Génesis y clasificación de suelos, Buol, S.W.
Mediante esta concentración de nutrientes y tejidos orgánicos en la parte superior del suelo, las plantas contrarrestan los procesos de lixiviación y en un grado considerable protegen el suelo contra los agentes de la erosión. Asimismo, en el suelo se producen complejos procesos físicos, químicos y biológicos. Durante estos procesos edafogénicos del suelo (generadores del suelo), los compuestos orgánicos actúan como promotores de este proceso, y se les ha llamado "fábricas de suelos".
De esta manera, podemos asentir que para contar con un equilibrio verdadero que permita la sustitución del uso de fertilizante químico el paquete tecnológico deberá incluir fertilizante orgánico a base del lixiviado de vermicomposta, con lo que podremos restituir el equilibrio natural del suelo mediante procedimientos de restauración al momento de incorporarle microfauna y mesofa una o de favorecer el desarrollo de ambas, así como mediante la incorporación de rastrojo procedente de desechos agrícolas con el uso del tractor con rastra, o incluso a mano. Y aquí es donde entra nuestra recomendación de agregar composta, y preferentemente composta procesada por la lombriz.
La parte orgánica del suelo, siendo un sistema dinámico, se renueva continuamente como resultado de la neo formación y descomposición de las sustancias que la integran. Una variable más a determinar en el estudio de un suelo es la reserva de agua utilizable. Este concepto representa la facilidad con que una planta puede aprovechar el agua del medio para nutrirse. Suele ser representada como la cantidad en milímetros de agua por centímetro de suelo. Es estimada mediante la relación existente con la planta y la granulometría.
Cuadro 3. Reserva de agua aprovechable
Textura
Reserva de agua (mm3/cm3 suelo)
Arena – Arena limosa
De 0.4 – 0.6 mm
Arena arcillosa
0.9 mm
Limo migajonoso – Limo arcilloso
De 1.2 – 1.4 mm
Limo arenoso
1.2 mm
Arcilla arenosa
1.2 mm
Arcilla a arcilla pesada
1.4 mm
Fuente: Gallegos
Pedregosidad. Este concepto se refiere a que si hay una presencia importante de piedras en la capa arable, o la presencia a poca profundidad de un sustrato rocoso ello implica un mayor desgaste de los implementos, aumenta el tiempo de trabajo y dificulta la penetración de las raíces, disminuyendo también, la reserva de agua; sin embargo facilita la aireación del suelo, fomenta el drenaje interno del suelo y acelera el calentamiento del suelo.
Finalmente el grado de hidromorfía se refiere al volumen de agua contenido en el suelo y que desplaza el aire ofrecido a las raíces. En otras palabras, el agua que ocupa un lugar dentro de la estructura del suelo, bien podría ser utilizado por aire que permitiría una mejor aireación de las raíces. El grado de hidrometría de un suelo puede ser determinado por aspectos de la textura, de la topografía, etc. También hace referencia a la facilidad de drenar el agua, como se mencionó anteriormente.
La zeolita en este caso puede aumentar la disponibilidad de agua sin elevar la hidromorfía, toda vez que guarda el agua en su interior, pero la textura del suelo permanece inalterable.
Los perfiles edafológicos
Para fines prácticos del presente trabajo, mencionaremos la nomenclatura más usual empleada por los edafólogos. Según la disciplina, esta nomenclatura puede tener algunas variaciones. El primer proceso que tiene lugar es la diferenciación de los horizontes:
El más superficial, u "Horizonte A" que se forma como consecuencia de la implantación de vegetación sobre el regolito18: la actividad de las raíces, la acumulación de los restos vegetales, la actividad animal (lombrices, insectos u otros animales excavadores), así como por la acumulación en esta zona de los productos de la meteorización superficial (arcillas, cuarzo).
El otro horizonte que se forma es el denominado "Horizonte C", más profundo, en contacto directo con la roca más o menos meteorizada del sustrato, y compuesto mayoritariamente por fragmentos de ésta, acompañados estos fragmentos por productos poco evolucionados de su meteorización.
Estos suelos primitivos AC son característicos de áreas sometidas a fuerte erosión, en las que no da tiempo al desarrollo de un suelo completamente estructurado, aunque también pueden tratarse de suelos jóvenes, en formación.
Cuando los horizontes "A" y "C" interactúan, se consolida el "Horizonte B" o de acumulación. Esta capa del suelo se origina por los procesos de intercambio que se producen entre los horizontes A y C: la migración de aguas, tanto descendentes (de infiltración de aguas de lluvia) como ascendentes capilaridad, gradiente de humedad), procesos que provocan que llegue a individualizarse este horizonte caracterizado por la acumulación de precipitados salinos (carbonatos, sulfatos).19
Figura 4. Horizontes que conforman el suelo

Fuente: http://despertandoconcienciaplanetaria.wikispaces.com
Estos tres horizontes son los básicos y fundamentales que podremos encontrar en la mayor parte de los suelos comunes, desde esta perspectiva edafológica. En mayor detalle, es posible identificar otros horizontes, o subdividir éstos, pero no vamos a entrar en estos aspectos hasta que expongamos las técnicas de producción que constituyen nuestra propuesta.
Para un mejor análisis y clasificación de los suelos a nivel mundial se han creado diversas metodologías tendientes a identificar las zonas con potencial agrícola de cada país, para el aprovechamiento del recurso-suelo; con vistas a un mejor aprovechamiento del potencial productivo. En muchos casos, una clasificación de suelos está adaptada a las expectativas y utilidad que representa para una nación en particular, haciendo difícil establecer equivalencias entre clasificaciones. Sin embargo, la FAO en colaboración con la UNESCO, propuso un sistema lo suficientemente simple como para ser aplicable, independientemente del grado de profundidad de los estudios a que hayan sido sometidos estos suelos en el pasado.
En nuestro país existe una amplia dificultad para la clasificación de los suelos debido a su variedad de nichos ecológicos. Los cuales van desde el semidesierto hasta las selvas del sur de Chiapas; sin embargo es importante señalar que tanto en México como en el mundo se presenta un fenómeno que está mermando la productividad de los suelos debido a la aplicación excesiva de fertilizantes, pesticidas, riego con agua con altos contenido en sales solubles (como podrían ser las aguas residuales sin tratar o parcialmente tratadas, o bien las procedentes de pozos) y un deficiente drenaje de las tierras de labor. También se ha descubierto que los fenómenos recientes, llegados con el cambio climático, han provocado un acelerado empobrecimiento de la química del suelo. Por ejemplo, las tormentas y lluvias excesivas de los últimos años han lavado tanto los suelos que su fertilidad se ha reducido notablemente.
Según INEGI, por elementos como clima, topografía y ubicación geográfica los suelos de México son complejos, pues se encuentran al menos 15 tipos. Por su extensión destacan tres de ellos: Regosol, Litosol y Xerosol.
El Regosol es el de mayor extensión y puede definirse como la capa de material suelto que cubre la roca; sustenta cualquier tipo de vegetación dependiendo del clima; sin embargo su uso es principalmente forestal y ganadero, aunque también puede ser utilizado en proyectos agrícolas y de vida silvestre. Abarca la mayoría de las sierras del territorio y también se localiza en lomeríos y planos así como en dunas y playas. El Regosol es un suelo constituido principalmente por arenas (72-26 %), con menores porcentajes de arcillas y limos con un espesor promedio de 30 a 50 cm.
El segundo suelo en abundancia es el Litosol, el cual puede sustentar cualquier tipo de vegetación, según el clima. Predominante es forestal, ganadero y excepcionalmente agrícola. Los suelos tipos Litosol se componen de gran parte por arenas (60-92 %) y en menor escala por arcillas y limos, presentando espesores que fluctúan entre los 10 y 45 cm, reposando sobre rocas ígneas extrusivas ácidas.
El Xerosol es el tercero de ellos y se caracteriza por ser un suelo de zona seca o árida; la vegetación natural que sustenta son matorrales y pastizales; el uso pecuario es el más importante, aunque si existe riego se obtienen buenos rendimientos agrícolas. Su ubicación está restringida a las zonas áridas y semiáridas del centro y norte del país.
A continuación elaboramos un cuadro con datos de INEGI donde se mencionan los principales tipos de suelo y sus principales características.
Cuadro 4. Principales tipos de suelo de México
Tipo
Características
Regosol
Suelos poco desarrollados, constituidos por material suelto semejante a la roca
Litosol
Suelos muy delgados, su espesor es menor de 10 cm, descansa sobre un estrato duro y continuo, tal como roca, tepetate o caliche.
Xerosol
Suelos áridos que contienen materia orgánica; la capa superficial es clara, debajo de ésta puede haber acumulación de minerales arcillosos y/o sales, como carbonatos y sulfatos.
Yermosol
Suelo semejante a los xerosoles, difieren en el contenido de materia orgánica.
Cambisol
Suelo de color claro, con desarrollo débil, presenta cambios en su consistencia debido a su exposición a la intemperie.
Vertisol
Suelos muy arcillosos, con grietas anchas y profundas cuando están secos; si se encuentran húmedos son pegajosos; su drenaje es deficiente.
Feozem
Suelo con superficie oscura, de consistencia suave, rica en materia orgánica y nutrientes.
Rendzina
Suelos poco profundos (10 – 15 cm) que sobreyacen directamente a material carbonatado (ejemplo roca caliza).
Otros
Luvisol, Acrisol, Andosol, Solonchak, Gleysol, Castantildeozem, Planosol.
Fuente: Elaboración propia, con información de INEGI.
Regiones de México y sus suelos (Este apartado fue sintetizado por el Lic. Román González Bonilla).
En México tenemos por una parte los suelos ricos en materia orgánica, que comprensiblemente son también los más fértiles, puesto que poseen la mayor cantidad de nutrientes, estos suelos comprenden los vertisoles. Luego tenemos los suelos que si bien no son los más ricos en nutrientes son sin embargo los más aptos para el cultivo porque son de textura media, que permite tanto la aireación como la penetración de las raíces, al mismo tiempo que un buen drenaje, en los que podemos incluir a los Feozems y algunos regosoles.
La característica de su aptitud se debe, como decimos, a que permiten el buen arraigo de la raíz y a que su permeabilidad es media, conservando parte de la humedad y provocando menor estrés hídrico en los cultivos. Por último debemos mencionar a los suelos de tipo calcisoles que se caracterizan por la predominancia de arcillas o cales. Esta generalidad en las virtudes del suelo nos permitirá ver con mayor elocuencia la clasificación siguiente:
Gráfica 1. Extensión territorial por región







Fuente: Elaboración propia
En stricto sensu se trata de la inducción del proceso de reconstrucción de un ecosistema (sea este para la vuelta al estado original del ecosistema o bien para una "funcionalización" o puesta al día para el aprovechamiento sustentable). Actualmente por el rápido desarrollo teórico de la ecología como ciencia, se efectúan programas de restauración aplicando procesos fundamentales y supervisados que garantizan la vuelta a la funcionalidad del uso del suelo desde la germinación, el establecimiento vegetal, la sucesión ecológica (en el caso de los ecosistemas perturbados y dirigidos a la conservación para áreas de reserva), la simbiosis hongo-raíz vegetal, etc.
Para la propuesta que realizamos es importante resaltar la terminología, pues no b0uscaremos en sí una regeneración o restauración, sino una reasignación ecológica en los suelos de la región en que trabajemos). De esta manera por:
Regeneración o restauración ecológica en stricto sensu, entenderemos la reconstrucción de un ecosistema, dirigiendo los trabajos hacia el logro de una composición florística igual al ecosistema original que se desea restaurar. Esto es cuando el ecosistema está totalmente alterado y será más compleja su restauración si no se conoce el balance ecológico original del medio.
Rehabilitación ecológica se entenderá como la reparación del funcionamiento del ecosistema dañado o bloqueado. Se trata de elevar la productividad del ecosistema para el beneficio de una población local
La Reasignación ecológica se refiere a la decisión de destinar, para un nuevo uso de suelo, un sitio que anteriormente sustentaba un proceso productivo para la sociedad o ecosistema determinado
Repoblamiento vegetal se define como el establecimiento, de nueva cuenta, de una comunidad vegetal en un sitio degradado ecológicamente, pero que permite un manejo de los recursos del suelo y agua, con el fin de lograr el desarrollo conjunto de varias poblaciones de plantas.55

Ahora bien, volviendo a los vertisoles, que constituyen el segundo suelo en abundancia según se aprecia en la respectiva tabla, son uno de los suelos más productivos en México y el mundo, por su alta fertilidad natural, la cual se debe a la capacidad de intercambio catiónico y a la alta retención de humedad. Éstos son excelentes en la producción de hortalizas, como cebolla, sandía, jitomate y melón. Además, producen los mejores rendimientos de maíz, trigo y sorgo.
En general, los vertisoles tienen un color oscuro y carecen de horizontes distintivos; las arcillas que dominan son las esmectitas, las cuales tienen una alta capacidad de intercambio catiónico, lo que hace que estos suelos tengan una alta fertilidad natural En general, los Vertisoles tienen un color oscuro y carecen de horizontes distintivos; las arcillas que dominan son las esmectitas, las cuales tienen una alta capacidad de intercambio catiónico, lo que hace que estos suelos tengan una alta fertilidad natural.
En cuanto a los leptosoles (del griego leptos, delgado) se caracterizan por su escasa profundidad (menor a 25 cm). Una proporción importante de estos suelos se clasifica como leptosoles líticos, con una profundidad de 10 centímetros o menos. Otro componente destacado de este grupo son los leptosoles réndzicos, que se desarrollan sobre rocas calizas y son muy ricos en materia orgánica. En algunos casos son excelentes para la producción agrícola, pero en otros pueden resultar muy poco útiles ya que su escasa profundidad hace más difícil el enraizamiento y los hace susceptibles de quedar limpios a causa de la reiterada roturación, volviéndose muy áridos, con el agraviante de que el calcio que contienen puede llegar a inmovilizar los nutrientes minerales.
Y viene todo esto a propósito de nuestra insistencia en el empleo de zeolita como material básico de restauración de la fertilidad, pues la zeolita, además de ser un depósito de líquidos, y de facilitar la penetración de las raíces, es también un elemento que contribuye al intercambio catiónico entre las plantas y el suelo.
En algunas bajadas y en las áreas húmedas de la Sierra Madre Occidental se ubican los suelos más evolucionados, como son Luvisol, Feozem y Gleysol, los cuales ocupan sólo 5.27% del área. Este es un elemento clave a considerar en la planeación futura de una agricultura sustentable, pues uno de los elementos a los que habría que conceder mayor atención, además de la zeolita, es precisamente a la incorporación de micorrizas y bacterias, que junto con el humus deberían acelerar el proceso de formación de suelos.
Cuando mencionamos "sal" tanto en química como en suelos no significa exclusivamente NaCl, sino toda la serie de compuestos iónicos conformados por aniones y cationes. Los principales constituyentes catiónicos de las sales solubles en suelos salinos son el sodio, el calcio y el magnesio; los aniones son los sulfatos, cloruros y bicarbonato. De esta manera, la presencia de sales solubles en los suelos se debe a un excedente en su composición por sobre el yeso. Hoy día debido a la mala planeación del riego de acuerdo al tipo de suelo, existen 1.5 veces más tierras inutilizadas para la usanza agrícola.
Dicho en otras palabras, al día de hoy los fertilizantes se escogen por su composición química y por su carga catiónica y en función del tipo de suelo y del cultivo de que se trate. Esto es debido a que la fertilización, desde el punto de vista de los actuales parámetros de producción no sustentable, no es una acción que cubre una deficiencia, sino una estrategia de enriquecimiento del suelo. No se trata, como dicen los ecologistas de la agricultura, de alimentar la planta, sino de enriquecer el suelo.
Existen dos motivos para la salinización de un suelo. Las naturales que son debido al medio en que se encuentran los cuerpos de agua subterráneos o superficiales y su paulatina movilidad, por la meteorización de las rocas de la superficie, la ascensión por capilaridad de un suelo en zonas áridas. La otra causa es antrópica y es debida a la mala implementación y diseño de los sistemas de riego.
Es por todo esto que nuestro modelo de producción comienza por un análisis del suelo, pues de esa manera conocemos el déficit que puede tener de minerales, su riqueza o pobreza catiónica, y su porcentaje de nitrógeno o materia orgánica.

Los componentes del suelo, su potencial de hidrógeno y su capacidad de intercambio catiónico
Agua
El agua es principal nutriente de los seres vivos, además es el vehículo de la mayoría de nutrientes esenciales, y es un agente generador de suelo en la medida que disuelve las rocas y las arrastra hacia las zonas bajas. Participa también en la fijación del nitrógeno atmosférico en el suelo, el cual es generado por las descargas eléctricas atmosféricas. Como es bien sabido, se trata de una sustancia muy dinámica, pero su disponibilidad depende del clima y la ubicación geográfica, pues sólo cuando los vientos llevan la evaporación hacia los sitios donde se precipita, se hace disponible. En el suelo está se puede absorber el agua, y permear hacia la profundidad o ser retenida por la vegetación y luego por las partículas del suelo, desplazando al aire, hasta el punto de poder saturar el suelo.
Por otra parte, si la cantidad de agua es menor que la cantidad que requiere el cultivo este comienza a marchitarse, si por el contrario el suelo está saturado de agua, puede faltar el oxígeno, y si la temperatura es alta ello puede favorecer el desarrollo de anaerobios y hongos. Además, un suelo saturado de agua es perjudicial para los seres vivos que habitan el suelo al reducir la cantidad de aire, pudiendo incluso llegar a asfixiarlos. El agua que no es absorbida por el suelo y corre a través de la superficie puede alcanzar velocidades capaces de erosionar el terreno cuando no existe vegetación que lo proteja, arrastrando materiales y nutrientes. Por lo tanto, el agua es un recurso que debe usarse con prudencia, pues su uso eficiente se traduce en una mayor productividad, pero su uso irregular o excesivo no solo significa desperdicio de su escasa disponibilidad e ineficiencia, también puede provocar plagas y menores rendimientos. Por este motivo se usan las coberturas vegetales, pues ayudan reducir la erosión e incrementan la absorción; y por ello también es preferible, sobre todos los sistemas de riego, el que hoy conocemos como riego por goteo, que hace un uso más eficiente del agua. Por lo tanto, es útil determinar la capacidad de humedad del campo y coeficiente de marchitez, así como el comportamiento del agua en el suelo por medio de un balance hídrico. Es decir, una estimación sobre cuánto llega de agua y cuanto es desplazada después de haber nutrido a las plantas.
Aire
Es la fuente de nutrientes fundamental para los seres vivos, pues los vegetales, que son la base de la cadena alimenticia, obtienen de este medio el carbono y nitrógeno, siendo el primero el componente mayoritario de la materia orgánica. El aire del suelo es ligeramente distinto al aire atmosférico, pero principalmente contiene moléculas de oxígeno, nitrógeno, bióxido de carbono y vapor de agua, las concentraciones de bióxido de carbono y oxigeno suelen variar debido a la actividad biológica que hay en el mismo. La cantidad de aire presente depende de la porosidad de la tierra, como se mencionó anteriormente, si no hay suficiente aire los seres vivos del suelo se asfixiarán, incluyendo los cultivos.
El bióxido del carbono puede acidificar el agua, con lo que se puede incrementar la meteorización de los minerales; además la cantidad presente de este compuesto puede servir de indicador de la actividad biológica, pues si bien es respirado por los vegetales, constituye al mismo tiempo una limitación para la respiración de los pequeños animales que viven en el suelo. Ya mencionamos que la meteorización es ese proceso que resulta del tránsito del agua sobre un terreno yermo, y que arrastra la porción superior, moliendo la piedra, pulverizándola, y arrastrando sus componentes hacia las zonas bajas. El nitrógeno del aire es la fuente natural de este nutriente, y se incorpora al suelo por la acción de ciertos microorganismos que viven en el suelo.
Minerales
Los minerales son los compuestos sólidos que forman la corteza terrestre. Ellos, junto con el agua y el oxígeno se combinan en el suelo. El 98% de los minerales del planeta está formada por 8 elementos; principalmente oxígeno y silicio, con 46.6 y 27.7%, seguido de aluminio, hierro, calcio, sodio, potasio y magnesio, con 8.1, 5.0, 3.6, 2.8, 2.6 y 2.1%, respectivamente. Estos minerales tienen átomos con carga eléctrica positiva o negativa, los iones, los cuales se agrupan neutralizando sus cargas eléctricas en determinados arreglos estructurales tridimensionales. Es decir, que los minerales, aún cuando no sean metálicos, adquieren una carga electromagnética como resultado del movimiento y la fricción. En la superficie de los minerales se pueden generar cargas eléctricas por la presencia de grupo OH (oxígeno / hidrógeno), y con su interacción ocurre la sustitución de iones y cationes con diferente carga, sin que ello signifique modificar su estructura, y sin que se modifique tampoco una modificación de la misma estructura por el proceso de la meteorización. La variedad de minerales, que es bastante grande, se clasifica por la estructura y sus principales componentes.
El agua es capaz de disolver la mayoría de los minerales pero el grado en que lo hace es característico de cada mineral, debido a su composición y estructura, y gracias a esto se obtiene una gran parte de los elementos esenciales de la nutrición (vegetal), mejor conocidos como nutrientes esenciales.
Los nutrientes esenciales contenidos en el suelo, son el nitrógeno (N), el fosforo (P), el potasio (K), el calcio (Ca), el magnesio (Mg), el azufre (S), el hierro (Fe), el manganeso (Mn), el boro (B), el molibdeno (Mo), el cobre (Cu), el zinc (Zn) y el cloro (Cl).
Los iones o cationes que se producen en el agua o en los minerales, se van compensando o equilibrando, de la misma manera como aprendimos que ocurren las valencias o equilibrios químicos. Una carga positiva se une a una carga negativa y se alcanza el equilibrio. Pero el movimiento genera constantemente nuevas cargas, y la caída o paso del agua modifican las mismas cargas, de tal manera que se mantiene un proceso permanente de cambios y equilibrios electromagnético.
Meteorización de roca
Los minerales pueden estar en forma de roca, grava, arena, limo, y arcilla, y la capacidad nutricional de cada una depende principalmente de su tamaño de partícula. La mayoría de estos se forma a partir de la solidificación del magma, y algunos otros se sedimentan o resultan de la compactación y luego la compresión del suelo, creando nuevas rocas, que pueden solidificarse por efecto de presión y temperatura. Las rocas son reducidas de tamaño al fragmentarse de forma natural por la presencia de agua, aire y cambios de temperatura, que generan cambios mecánicos y químicos, alcanzando tamaños tan pequeños que incluso son imperceptibles para el ser humano. Durante este proceso de molido de rocas y recomposición de rocas, uno de los momentos o etapas del ciclo hace disponibles las partículas minerales de mayor capacidad nutricional. Durante el proceso de meteorización algunas partículas son transportadas hacia los suelos bajos, con lo que se alteran las propiedades del mismo. El grado de meteorización que ha sufrido un suelo determina en gran parte su fertilidad, pues ésta fertilidad está condicionada por la presencia y disponibilidad de los componentes del suelo.




Fracción
Diámetro (cm)
Características
Roca
5 a 2
Constituye una fuente de nutrientes a largo plazo, y si dicho material es suficientemente poroso ayuda a retener humedad. Reduce la fertilidad del suelo si se presenta en grandes proporciones. Las rocas o minerales más comunes son caliza, cuarzo, feldespato y mica.
Grava
2 a 0.2

Arena
0.2 a 0.005
Se trata de fragmentos de rocas y gravas, en las que predominan feldespato y mica. Este material no tiene tenacidad ni plasticidad. Tiene grandes espacios entre sus partículas por lo cual el agua y aire circulan a través de ella con bastante facilidad, y su presencia facilita el cambio de temperatura del suelo. Los suelos arenosos normalmente son infértiles.
Limo
0.005 a 0.0002
Se considera arena microscópica en la que predomina cuarzo. Comúnmente sus partículas están recubiertas por arcillas por lo cual cuenta con poca plasticidad, cohesión y capacidad de absorción. El suelo con alto contenido de limo tiene una fertilidad aceptable pero es bastante impermeable, debiendo estar combinado con cantidades suficientes de materia orgánica, arenas y arcilla para adquirir plasticidad……..
Arcilla
Menor a 0.0002 (2 micras)
Este material se forma por procesos ambientales, biológicos y químicos. Se componen principalmente por aluminosilicatos hidratados además de caliza y óxidos de aluminio, fierro y silicio Esta superficie contiene cargas electroestáticas que se originan por arreglo y distribución de los iones que conforman a estos materiales, dicha carga al ser neutralizada retiene iones, que pueden intercambiarse. Y aquí entra precísamente el aspecto de la nutrición de las plantas, pues si las raíces de las plantas tienen una carga contraria a la de los elementos minerales disponibles, entonces estos elementos son absorbidos por la raíz, y entran a la planta, producíendose la nutrición natural. La capacidad de intercambio catiónico entre minerales disponibles y la planta es precísamente lo que fundamenta la nutrición vegetal.
Coloidal
Menor a 0.0001 (una micra)
Se trata de partículas de arcilla que por su tamaño tienen una enorme superficie de intercambio, que genera una gran densidad de cargas

Fracciones minerales del suelo
Debido a la meteorización de las rocas, es posible separar el suelo en fracciones, de acuerdo a su tamaño de partícula, siendo las principales, de mayor a menor tamaño, piedra, grava, arena, limo, arcilla y coloidal, descritas en el cuadro anterior, en la cual conforme se reduce el tamaño es mayor la capacidad nutricional. El aspecto del suelo cambia de acuerdo a las cantidades presentes de cada una de estas fracciones, al igual que cambia la plasticidad, permeabilidad, facilidad de laboreo, retención de humedad y fertilidad y productividad del mismo.
Seres vivos
En el suelo se puede encontrar una gran cantidad de seres vivos. Una gran parte de ellos es beneficiosa para el suelo, y todos los suelos contienen, en alguna medida, los nutrientes esenciales mencionados anteriormente. Los animales que viven en el suelo --pequeños mamíferos, insectos, caracoles, arañas, lombrices, nematodos, protozoos y rotíferos-- mejoran la aireación, permiten o contribuyen al transporte de nutrientes e incrementan y degradan materia orgánica gracias a que escarban en el suelo y se alimentan dentro del mismo. Si bien algunos animales se alimentan de los tejidos de los cultivos, la presencia de los mismos se traduce, en términos generales, en un suelo fértil. También hay una amplia variedad de vegetales, empezando por las raíces de los cultivos, que son una fuente potencial de materia orgánica y que producen además sustancias que aumentan el número de microorganismos e incrementan la disponibilidad de nutrientes, siguiendo por los hongos y actinomicetos, que se encargan de continuar la degradación de la materia orgánica y producir humus, y por ultimo están las bacterias, que son de suma importancia para todo ser vivo, pues participan en todas las trasformaciones de la materia orgánica, en la nitrificación del amoniaco, en la fijación de nitrógeno y la oxidación del azufre, procesos que son fundamentales para la subsistencia de las plantas y animales, como explicaremos en el siguiente apartado. Además las bacterias se reproducen velozmente y son una fuente potencial de nutrientes.
Recapitulando diremos: Cada ser vivo forma parte de una cadena alimenticia y una cadena mineral de mayor duración, cadenas que ocurren ambas en el suelo, que provocan el la mineralización del suelo, el almacenamiento de los nutrientes esenciales y los productos de la biodegradación. Sin embargo, es poco conocido el que solo compuestos de origen vegetal o mineral son capaces de permanecer en el suelo, mejorándolo, mientras que los de origen animal se descomponen por completo; y que las bacterias fijadoras de suelo, en las condiciones adecuadas, son capaces de incrementar la productividad del mismo.
Materia orgánica en el suelo (humus) (este apartado fue agregado por el Ing. Diego Jeréz).
"El humus –nos dice la Wikipedia— es la sustancia compuesta por ciertos productos orgánicos de naturaleza coloidal, que proviene de la descomposición de los restos orgánicos por organismos y microorganismos benéficos (hongos y bacterias). Se caracteriza por su color negruzco debido a la gran cantidad de carbono que contiene. Se encuentra principalmente en las partes altas de los suelos con actividad orgánica. Los elementos orgánicos que componen el humus son muy estables, es decir, su grado de descomposición es tan elevado que ya no se descomponen más y no sufren transformaciones considerables."
La materia orgánica es la que proviene de los seres vivos, producida por la alimentación o muerte de los mismos, y cuya presencia se reduce al aumentar la profundidad, conteniendo en su mayoría carbono, que se encuentra combinado principalmente con oxígeno e hidrogeno, y pequeñas cantidades de nutrientes, aunque la composición de la misma es muy variable. En los suelos esta materia se encuentra en dos formas: en proceso de descomposición y como humus, siendo esta última la forma natural más estable que se conozca de la materia orgánica.
Hay un gran número de seres vivos que realizan el proceso de descomposición, utilizando el material como alimento, con lo cual se va reduciendo el tamaño de sus partículas, se liberan los nutrientes, y se forman nuevos compuestos. El producto principal de este proceso es la sustancia conocida como humus, que tiene propiedades coloidales superiores a las de la arcilla, y es muy importante para el suelo ya que es la que determina la estructura del mismo. "Sin humus los suelos con altos contenidos de limo o arcilla se compactarían fácilmente al ser labrados. Los polisacáridos son las sustancias que realmente unen las partículas de suelo; la materia orgánica más resistente mantiene unidos los micro agregados mientras que los ácidos fúlvicos ligan los macro agregados. Los azúcares, los aminoácidos y los fosfolípidos son las fuentes de nitrógeno, fósforo y azufre para los microorganismos y el crecimiento de las plantas, nos dice la FAO en uno de sus textos básicos" (FAO
El suelo fértil es capaz de proporcionar los nutrientes esenciales en cantidades suficientes y en proporciones equilibradas para el desarrollo de un cultivo en específico cuando el clima es favorable. En la agricultura se considera adecuada una proporción volumétrica de los componentes del suelo de: 25% agua, 25% aire, 45% minerales y 5% materia orgánica, descartando de dicha composición roca, grava y seres vivos.
Las raíces de las plantas también contribuyen a la retención de humedad y son una potencial fuente de nutrientes. Además, las coberturas vegetales, como ya dijimos, reducen la erosión de la superficie del suelo por causa de lluvia y viento. La textura del suelo es muy importante para que las raíces puedan afianzarse adecuadamente y para que junto con el resto de los organismos del suelo dispongan de suficiente aire y agua para subsistir; ´por lo que es preferible que el suelo tenga la misma proporción de arena, limo y arcilla.
El humus, que llega a constituir cerca del 90% de la materia orgánica del suelo, y junto con las fracciones minerales más finas retiene agua y nutrientes. Por otra parte, debido o gracias a estas interacciones, se crea una estructura en el suelo. Los organismos del suelo son los encargados de degradar la materia orgánica. Consumiendo carbono y nitrógeno, en una primer etapa transforman el nitrógeno orgánico en amoniacal y liberan bióxido de carbono, hasta que llega el momento en que ya no se dificulta utilizar el carbono, y entonces los organismos nitrificantes comienzan a trabajar y convierten el nitrógeno amoniacal en nitratos, ambas formas pueden ser aprovechas por los cultivos aunque suelen tener preferencia por una de las dos. Y es entonces cuando un adecuado manejo de los componentes del suelo es posible enriquecerlo, aumentando su fertilidad y la eficiencia del cultivo.
Hay varias formas en que un suelo se degrada y llega a perder su fertilidad. La pérdida de nutrientes, humus y fracciones finas minerales es una de ellas. La falta de agua puede provocar la pérdida irreversible del humus. Todo cultivo reduce la fertilidad al extraer los nutrientes, que pueden ser recuperados mediante fertilización y abonos, pero un cultivo intensivo provoca una gran pérdida de nutrientes que empobrece al suelo y hace que requiera grandes volúmenes de fertilizantes que alterarán las propiedades químicas de los suelos, pudiendo suceder esto en muy poco tiempo, o en forma crónica. De hecho la labranza del campo es perjudicial para la organismos del suelo, porque a la larga provoca una muerte reiterada de los componentes vivos, limitándose el ciclo natural del mismo y conduciendo a la fertilización artificial, además de que permite que la tierra se deshidrate más fácilmente. Éstas son solo algunas de las causas que degradan los suelos.
Análisis de suelo según la FAO
Parámetros físicos
Profundidad del suelo: Indica a que distancia de la superficie se realizó el muestreo.
La estructura del suelo: Se trata de los agregados que forman los fracciones minerales.
Características del agua en el suelo: Se trata de la humedad del suelo, que afecta la formación del suelo, su estructura, su estabilidad y su erosión.
Disponibilidad del agua en el suelo: Establece la capacidad de campo y el punto de
marchitez y determina cuanto del agua que absorbe está disponible para el cultivo a través
de curvas de retención de humedad.
Textura: Esta depende de las proporciones de arena, limo y arcilla que contenga el suelo e influye como factor de fertilidad y en la habilidad de retener agua, aireación, drenaje y en el contenido de materia orgánica
Color del suelo: Depende de sus componentes y varia con el contenido de humedad, materia orgánica presente y grado de oxidación de minerales presentes. Se puede evaluar como una medida indirecta de ciertas propiedades del suelo.
Consistencia del suelo: Define la resistencia del suelo a la deformación y a la ruptura que pueden aplicarse sobre él. Varía de acuerdo a la humedad, (aire seco, húmedo y mojado) clasificándose en dura, muy dura y suave.
Porosidad del Suelo: El espacio poroso del suelo se refiere al porcentaje del volumen del suelo no ocupado por sólidos. Se le pueden distinguir macro poros y micro poros. Los primeros no retienen y son responsables del drenaje de percolación, aireación del suelo y constituyen el espacio donde se forman las raíces. Los micro poros retienen agua y parte está disponible para las plantas.
Densidad del Suelo: Mediante la determinación de la densidad se puede obtener la porosidad total del suelo. Se refiere al peso por volumen del suelo. Existen dos tipos de densidad, real y aparente. La densidad real, de las partículas densas del suelo, varía con la proporción de elementos, constituyendo el suelo y en general está alrededor de 2,65. Una densidad aparente alta indica un suelo compacto o tenor elevado de partículas granulares como la arena. Una densidad aparente baja no indica necesariamente un ambiente favorecido para las plantas.
Movimiento del agua en el suelo: El agua fluye en el suelo debido a varios tipos de fuerzas como gravedad, ascenso capilar y osmosis.

Parámetros químicos
CIC: La Capacidad de Intercambio Catiónico indica la habilidad de suelos para retener cationes y su pH potencial. La unidad de medición de CIC es en centimoles de carga por kg de suelo cmolc/kg o meq/ 100g de suelo.
pH: El potencial de hidrogeno mide la actividad química, es decir, las interacciones que suceden en la disolución del suelo con los minerales, y específicamente, de la actividad que sucede en la superficies de intercambio. El valor de pH es el principal indicador de la disponibilidad de nutrientes para los cultivos, e influye en la solubilidad, movilidad, disponibilidad de los mismos y de otras compuestos que pueden ser tóxicos. La actividad de los organismos del suelo es inhibida en suelos muy ácidos y para los cultivos agrícolas el valor del pH ideal se encuentra en 6,5.
% de saturación de bases: Es la fracción de los cationes básicos (calcio, magnesio, potasio y sodio) que ocupan posiciones en los coloides del suelo. Se refiere al porcentaje de saturación de bases. Con pH de 7 (estado neutral) está saturado de bases y significa que no se encuentran iones de hidrógeno en los coloides. La saturación de bases se relaciona con el pH del suelo. Calcular la cantidad de limo requerida en un suelo acido para neutralizarlo.
Capacidad nutricional: La cantidad de nutrientes presente en el suelo determina su potencial para alimentar organismos vivos. Los 16 nutrientes esenciales para el desarrollo y crecimiento de las plantas son: Carbono(C), Hidrógeno (H), Nitrógeno(N), Fósforo (P), Potasio (K), Calcio (Ca), Magnesio (Mg), Azufre(S), Hierro (Fe), Zinc (Zn), Manganeso (Mn), Boro (B), Cobre (Cu), Molibdeno (Mo), Cloro (Cl).


Clasificación
Símbolo
Nombre
Forma Absorbida
Función
Fotosintéticos
C
Carbón
CO2
Forma glucosa

H
Hidrogeno
H2O
Forma glucosa
Oxidante
O
Oxigeno
O2
Permite la respiración aeróbica
Primarios
N
Nitrógeno
NO3; NH4+
Motor de crecimiento de la planta. Se combina con carbono y carbohidratos para formar aminoácidos, proteínas y ácidos nucleicos. Las proteínas se involucran en todos los procesos principales de desarrollo de las plantas. Es parte esencial de la clorofila. Necesario un buen suministro de nitrógeno para la absorción de los demás elementos nutritivos.

P
Fosforo
HPO4-2; H2PO4-
El H2PO4 se asimila diez veces más rápido. Este elemento juega un papel importante en la transferencia de energía. Esencial para la fotosíntesis, la respiración y otros procesos químicos-fisiológicos. Indispensable para la diferenciación de las células y el desarrollo de los tejidos que forman los puntos de crecimiento de las plantas. Interviene en tejidos que forman los puntos de crecimiento de las plantas. Interviene en la formación de nucleoproteínas, ácidos nucleicos, fosfolípidos, síntesis de azúcares y grasas, y en la regulacion del pH de las celulas. Vital para acumulación de energía (ATP y NADP) en los fenómenos de fosforilación.

K
Potasio
K+
Vital para el desarrollo vegetal, ya que activa más de sesenta enzimas. Vital en la síntesis de carbohidratos y proteínas. Mejora el régimen hídrico de la planta, regula el cierre y apertura de los estomas y aumenta su tolerancia a la sequia, heladas y salinidad. Las plantas sufren menos enfermedades. Participa en el potencial osmótico celular, regulando su contenido de agua. Participa en la síntesis de azúcar, almidón y proteínas. Interviene en la fosforilación oxidativa que se produce en las membranas de las mitocondrias.
Secundarios
Ca
Calcio
Ca2+
formador de lecitina y de los pectaos de calcio de la laminilla media de las células, la cual favorece la absorción de los elementes y junto con los ácidos orgánicos e inorgánicos, además, regula la presión osmótica de éstas. Participa en la división mitótica de las células. Participa en la división mitótica de las células,, en el crecimiento de los meristemos y en la absorción de nitratos. Es esencial para el crecimiento de las raíces y como un constituyente del tejido celular de membranas.

Mg
Magnesio
Mg2+
Constituyente esencial de la clorofila, por lo cual, del 15 al 20 por ciento del contenido de este elemento se encuentra en las partes verdes. Participa en las reacciones enzimáticas relacionadas con la transferencia de energía dentro de las plantas. Participa como constituyente de los pectaos de Mg de las laminillas medias de las células. Predomina en semillas, tejidos merismáticos y frutos. Favorece las síntesis de los aceites vegetales. Forma parte de quince enzimas del grupo de las sintetizadoras de polipéptidos, las transfosforilasas y descarboxilasas.

S
Azufre
SO42-; SO2
Constituyente esencial de las proteínas, las vitaminas, las enzimas y los lípidos; y también está involucrado en la formación de la clorofila. Interviene en los mecanismos de óxido-reducción de las células junto con el glutation. En las liliáceas se absorbe gran cantidad de sulfatos que forman el sulfuro de alilo, lo cual le da el olor característico a vegetales
Micronutrientes
Cl
Cloro
Cl-
Participa en la fotolisis del agua, que se genera en la fotosíntesis. Forma parte de las semillas inmaduras. Estimula la actividad de algunas enzimas e influye en el metabolismo de carbohidratos y en la capacidad de retención de del agua en los tejidos vegetales. como la cebolla.

Fe
Hierro
Fe2+
Interviene en los procesos metabólicos: en la síntesis de los anillos pirrólicos que constituyen la molécula de la clorofila; forma parte de enzimas que destruyen los peróxidos de hídrogeno tóxicos; las sustancias metabólicas que participan en el transporte de electrones en la fotosíntesis y en la reducción de los nitratos; actua como catalizador (con el manganeso) en la formación de la clorofila, como portador de oxígeno y en numerosos sistemas enzimáticos, especialmente respiratorios.

B
Boro
H2BO3-1; HBO3-2; BO3-3; B4O7-2


Mn
Manganeso
Mn2+
forma parte los sistemas enzimáticos y activa las funciones metabólicas de las plantas. Es constituyente estructural de las proteínas. Su principal funciónCu2+ participa en el proceso metabólico de sustancias vitales, es componente de varias enzimas que interviene en la nutrición de la planta y tiene un papel preponderante de la fotosíntesis y en la formación de la molécula de la clorofila. Adicionalmente, el ion cobre, en cualquiera de sus formas, mono o divalente, actúa en el control de plagas y enfermedades. Es por esto que los funguisisdas cúpricos son tan eficaces para combatir este problema.

Zn
Zinc
Zn2+
Es esencial para promover ciertas reacciones metabólicas y activar algunos sistemas enzimáticos. Componente esencial de diversas metal enzimas: anhidrasa carbónica y deshidrogenasa alcohólica. Este elemento cumple funciones en la síntesis de la clorofila y en la formación de hidratos de crbono. Es esencial en la produccion de materiales genéticos, al participar en la síntesis del ácido nucleico y de las proteínas. Interviene en la formación de sustancias de crecimiento, como el ácido indolacético. Favorece la utilización del fosforo y del nitrógeno por las especies vegetales.

Cu
Cobre
Cu2+
participa en el proceso metabolico de sustancias vitales, es componente de varias enzimas que interviene en la nutrición de la planta y tiene un papel preponderante de la fotosíntesis y en la formación de la molécula de la clorofila. Adicionalmente, el ion cobre, en cualquiera de sus formas, mono o divalente, actúa en el control de plagas y enfermedades. Es por esto que los funguicidas cúpricos son tan eficaces para combatir este problema.

Mo
Molibdeno
MoO4-2
Interviene fisiológicamente en el ciclo de absorción del nitrógeno y es importante en la fijación de este elemento por las leguminosas y en la síntesis de proteínas. Participa en la reducción de los nitratos y en el metabolismo fosfórico de las plantas. También es constituyente de la nitrato-reductasa y de la nitro-genasa- Elimina los rabos marchitos de la coliflor y las manchas amarillas en los cítricos.

Materia orgánica: mejora las propiedades físicas del suelo, aumenta la CIC, la retención de humedad y forma agregados con los minerales. La MOS está compuesta en mayoría de
carbono, evita la lixiviación de nutrientes, regula el pH del suelo. Se trata de un factor fundamental para la salud del suelo, y permite mitigar los efectos del cambio climático.



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