Supervisión arqueológica en la iglesia de la Purísima Concepción de Caravaca de la Cruz (Murcia)

June 8, 2017 | Autor: A. Robles FernÁndez | Categoría: Arqueología De La Arquitectura
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Descripción

MEDIEVAL, MODERNO Y CONTEMPORÁNEO

MEDIEVAL, MODERNO Y CONTEMPORÁNEO

SUPERVISIÓN ARQUEOLÓGICA EN LA IGLESIA DE LA PURÍSIMA CONCEPCIÓN DE CARAVACA DE LA CRUZ (MURCIA) Elvira Navarro Santa-Cruz. [email protected] Alfonso Robles Fernández

ANTECEDENTES HISTÓRICOS La iglesia fue fundada como ermita-hospital hacia 1290. En 1532 se constituye la cofradía compuesta por 121 miembros laicos y ocho clérigos. Poco después de 1533 se realiza la traza de la iglesia y queda consagrada a Nuestra Señora de la Concepción y San Juan de Letrán. En 1544 se contrató al maestro de cantería, Martín de Homa, que estaba trabajando en la iglesia parroquial de El Salvador, para que construyera la capilla mayor y la de San Juan de Letrán de doble embocadura con columnas de orden toscano. En 1556 se inaugura el templo y cuatro años después, en 1560, se realiza la cabecera, el cuerpo principal excepto la tribuna, el tramo de los pies y las capillas laterales. Entre 1587 y 1605 se levanta el último arco del templo con el coro, y entre 1609 y 1616, el primer cuerpo de la torre y el testero. El templo consta de nave central con columnas dóricas adosadas que sujetan los cuatro arcos transversales que dividen la nave en otros tantos tramos. El primero forma la cabecera o capilla mayor, de planta cuadrada rematada por bóveda de crucería con terceletes. En el segundo se ubican las capillas laterales, en el lado del evangelio la de San Juan de Letrán, de cantería y rematada también con bóveda de crucería y linterna en la clave, y la de Cristo en el lado de la epístola, rematada por bóveda sin nervaduras. Este segundo tramo, al igual que los dos siguientes, cuenta con cubierta mudéjar de pares y nudillo, obra de Baltasar de Molina. Se divide en tres paños apoyados en los arcos transversales de sillería. Presenta decoración de lacería formando octogramas de cuyo centro cuelgan piñas de mocárabes doradas. Los dos últimos arcos quedan reforzados al exterior por medio de estribos, que en la fachada sur enmarcan la puerta de acceso, posteriormente se adelantó hasta la cara exterior del propio contrafuerte. A los pies se sitúa el coro con dos columnas de apoyo, labrado a modo de celosía en madera que hasta hace poco constaba de dos cuerpos. INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA En el proyecto básico y de ejecución para las obras de adecuación de la sacristía, ornamentación e instalaciones de la iglesia de la Purísima Concepción de Caravaca de la Cruz, se pretendía remodelar la solería y atajar los problemas generados por la humedad. También se planteó la necesidad de realizar actuaciones arqueológicas en la nave central y en la sacristía. La cata se planteó junto al pilar norte del primer arco que separa el presbiterio de la nave, ampliándose hacia el presbiterio para comprobar la existencia o no de una capilla situada junto a la de San Juan de Letrán. Los 12,34 m2 de superficie del sondeo fueron rebajados, en la zona del machón, unos 0,93 m respecto al solado actual, mientras que sólo se alcanzaron 0,65 m en la escalinata que marca el presbiterio; a esas cotas afloraba la roca de base donde se asienta la zapata de cimentación del pilar (de 1,65 m de lado) compuesta de cantos trabados con mortero de cal. Delante de la capilla apareció un tramo de una correa de cimentación que sujetaba los pilares de la entrada a la misma. Hacia la mitad del pilar, y sobre la zapata, arrancaba, hacia el sur, un murete de piedra (de 0,38 m de ancho) enlucido de yeso por ambas caras y con improntas de brencas, conservándose un alzado de 0,33 m; este muro marcaba la separación entre presbiterio y nave central, que después se adelantó unos 4 m. Intervención en la sacristía: el primer cuerpo de la torre Se procedió a picar el enlucido de todo el alzado de la pared sur, apareciendo la fábrica de sillería del paramento exterior del primer cuerpo de la torre. Se conformaba a partir de nueve hiladas horizontales superpuestas de sillares con unas dimensiones que oscilan entre 0,50 y 0,75 m de longitud por unos 0,40 y 0,45 m de altura. De las nueve hiladas dispuestas en apa-

XIX JORNADAS DE PATRIMONIO CULTURAL DE LA REGIÓN DE MURCIA, 2008, 185-187, ISBN: 978-84-7564-441-7

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rejo de soga, sólo las tres inferiores, que forman el zócalo, sobresalen de la línea de fachada en torno a 0,12 m, quedando marcado con un bisel de 0,15 m de altura en las aristas superiores de los sillares. Según queda atestiguado en las actas de la cofradía, el primer cuerpo fue labrado por el maestro cantero Damián Plá Figura 1. Planta de la iglesia con los sectores afectados por la intervención. hacia 1620; los sillares proceden de la cantera de la “Cueva de los Negros”. La torre consta de cuatro cuerpos, de los cuales los tres primeros fueron levantados en obra de sillería, y son contemporáneos de la iglesia. El último cuerpo se levantó con fábrica de ladrillo macizo y con estribos volados a modo de arbotantes, todo ello rematado con cubierta octogonal de teja vidriada azul. Zanja perimetral Se realizó una zanja de 0,70 m de anchura y profundidad para crear una cámara de ventilación. En el lado de la epístola y en la zona que comprende el tercer tramo de la nave, se documentó un vano de 2,80 m de luz abierto en un muro de mampostería con jambas de ladrillo de 0,33 y 0,43 m de longitud. Relacionados con este posible acceso, aparecen dos pavimentos de yeso. Al abrir la zanja en la capilla del Ecce Homo y picar los enlucidos del paramento, documentamos grandes bloques de piedra labrada de la fábrica antigua. Sabemos que se elevó el área del presbiterio, ya que en el lado de la epístola y junto a la puerta de entrada a la sacristía los enlucidos antiguos descienden unos 0,40 m respecto al nivel actual. Finalmente, se ha confirmado la existencia de una tercera capilla, la del “Cristo de la Misericordia” en el lado del evangelio, entre el presbiterio y la capilla de San Juan de Letrán y no frente a la puerta como aparece en el testamento de su promotor. Al picar el paño apareció el arco de acceso a la capilla con una luz de 2,79 m. Se trata de un arco de medio punto moldurado y profusamente decorado siguiendo el gusto renacentista. Conserva una de las jambas que tiene el fondo de la moldura pintado de color rojizo. El intradós está decorado con casetones cuadrangulares de florones de ocho pétalos al igual que la capilla de El Salvador. Su planta debió ser cuadrangular como se afirma en el contrato del siglo XVIII con el maestro alarife y su cubierta con bóveda de “cinco llaves”. Intervención en la fachada sur y puerta principal A ambos lados del acceso se suprimieron los tabiques medianeros de los dos habitáculos que se adosaron a la fachada sur y que aprovechaban como cierre una de las caras de sillería de ambos muros de los estribos. Tras picar el enlucido del paramento meridional aparecen las fábricas más antiguas. A la derecha de la puerta actual encontramos la jamba y parte de la fachada original de ladrillo dispuesto en tizón de 150 a 160 mm x 30 a 40 mm con tendel en forma de vierte aguas de 25 a 30 mm llaga con marca característica de 30 a 40 mm. El acceso queda destacado por un dintel de ladrillo dispuesto en sardinel que cubriría un vano de 2,30 m de luz. Este tipo de fábrica de ladrillo macizo se generaliza a partir del siglo XVIII en toda la arquitectura religiosa, y se caracteriza por presentar un aparejo mixto en alternancia con cajas de mampuestos y argamasa de cal, separados por dos o tres hiladas de ladrillos.

MEDIEVAL, MODERNO Y CONTEMPORÁNEO

Lámina 1. Arco renacentista documentado en la capilla del Cristo de la Misericordia.

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