DOCTORADO EN DISEÑO Y CREACIÓN FACULTAD DE ARTES Y HUMANIDADES UNIVERSIDAD DE CALDAS SEPTIEMBRE 1 DE 2014
SUFIJO ISTA
Una propuesta desde la dimensión humana para las teorías estéticas. ENSAYO SOBRE EL SEMINARIO ARTE Y DISEÑO: TEORÍAS ESTÉTICAS
Camilo Angulo Valenzuela
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INTRODUCCIÓN La construcción de comunidad académica se afianza mediante aquellos espacios que permiten reflexiones grupales sobre tópicos que son relevantes al campo del saber. Uno de estos afortunados casos, fue el que ocurrió durante los días 26 y 27 de agosto del año 2014, donde tuve la oportunidad de participar en el seminario “Arte y Diseño: desde las teorías estéticas” presentado por el profesor PhD. Adolfo León Grisales en la Universidad de Caldas. La propuesta en esa oportunidad consistió en conversar desde tres autores que escriben sobre las teorías estéticas como: Gadamer, Heidegger, Benjamín, sobre conceptos y momentos singulares de la historia para el arte y el diseño, los artistas y diseñadores.
PROPUESTA A manera de cierre de este seminario y con el fin de interiorizar los puntos de vista expuestos en dicho espacio académico, propongo darle una mirada a los principales temas allí tratados, como fueron: arte, diseño, artesanía y belleza, desde las personas quienes realizan esos oficios más que de los posibles conocimientos de las actividades mismas. Esta propuesta se basa, primero en un interés personal por
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profundizar más sobre los sujetos que los mismos objetos, donde en ese contrapunteo entre arte vs. Filosofía, parece que los primeros quedan relegados a un plano de menor importancia. Y segundo, reducir la distancia que tengo con la filosofía, construyendo un puente desde los conceptos de la estética sensibles antes que los racionales. Aprovechando como conectores, por ejemplo, mi hallazgo respecto a que desde tiempos de Kant ya se proponía un mundo girando en tres esferas: la del mundo natural, la de lo moral, en especial y la que más me interesa, el de la política, donde se puede ubicar al hombre en el mundo y se trabaja desde una dimensión humana. Por lo tanto propongo, caracterizar no a las profesiones, sino a quienes la realizan, a través de la incorporación del sufijo “ista” en forma de sustantivo que de acuerdo con la segunda acepción del diccionario de la lengua Española (DRAE) “designa generalmente a la persona que tiene determinada ocupación, profesión u oficio”. Como resultado tendríamos cuatro nuevas denominaciones: Artista, Diseñista, Artesanista y si se permite, también Bellecista, que a continuación tratare de ampliar.
ARTISTA Los artistas han estado presentes desde la antigüedad en la mayoría de etapas de evolución tras la búsqueda de la verdad, según Gadamer podríamos decir que ellos viven explorando en una frontera entre lo matérico y lo espiritual, que en ocasiones extremas ha generado algunas rupturas conceptuales o separaciones hasta de la propuesta de vivir la vida que ofrecen las religiones (del SVIII a la posmodernidad), pero que desde el sujeto se puede entender como una búsqueda continua para completar un vacío existencial, un espacio que no responde a lo corpóreo, si no tal ves a lo extrasensorial, o simplemente a lo afectivo relacionado con la capacidad de amar y ser feliz. Independiente de ese tipo de propuestas, desde la libertad del creador artístico, una de las definiciones más interesantes que propone la lectura de Gadamer es que los artistas se pueden entender como los ciudadanos que fungen como una “conciencia moderna”, legitimando desde unas condiciones históricas, culturales y sociales, a la estética como parte del mundo de uso de su cotidianeidad, lejano de los antiguos conceptos decorativos, con esto retan la cultura al punto de
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trivializar y masificar sus obras. Lo que los puede llevar a nuevas posibilidades participativas, como cuando intercambiar su rol de autores con los espectadores para convertirlos en co-‐creadores, proporcionando nueva utilidad a esa experiencia. Desde la visión de Kant el artista tiene permiso de experimentar, de nuevo desde la libertad, desarrollando procesos que van más allá de la técnica, incorporando un valor a su obra, lo cual complementándolo con la propuesta de Heidegger, nos lleva a dar un gran paso donde el objeto debe ser reconocido por los artistas para ser descubiertos y que así manifiesten sus verdades. Lo que en Bejamín se puede entender como adueñarse de los objetos que tienen un valor exhibitivo, en un aquí y un ahora.
DISEÑISTA Aunque diseñista se puede considerar al hombre de la prehistoria que elaboró las primeras herramientas de piedra, siglos antes que Aristóteles presentara el concepto de Technē, solo es reconocido culturalmente hasta la modernidad con los precursores de la escuela Bauhaus, cuando la vocación de algunos artistas, según Krippendorff , trabajaron en un principio en la línea de la Artificialidad mediante el diseño de unos productos para terminar en proyectos, y mejor aún, en discursos centrados en el humano, que en tiempos pretéritos el filósofo griego Protágoras ya podíamos vislumbrar en su famosa frase “el hombre es la medida de todas las cosas”. El diseñista según André Ricard aplica el arte, pero pensando en resolver problemas de manera eficaz, mientras Gadamer propone a un interprete del mundo para comprender su pasión desde las ciencias humanas. Desde otra mirada más pragmática, Heidegger piensa que diseña utensilios para dominar los fenómenos naturales que afectan nuestras vidas, enfatizando que esto ocurre cuando cumplen un propósito.
ARTESANISTA Anterior en tiempo al diseñista, pero opacado por éste, son los que saben manejar la técnica de manera auténtica para responder a su preocupación por el objeto, desde
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Heidegger podríamos definir esa técnica antigua como astuta y seductora. Pero según Benjamín estos objetos pierden su Aurea y durante la modernidad se pueden entender como copias de lo que antes se podría considerar como un arquetipo, un original estático que hacia parte de un contexto ritual. El trabajo del Artesanista no se relaciona con procesos de creación, o como lo define Wang, procesos imaginativos. Más bien se piensan en el desarrollo de una fabricación doméstica con sensibilidad popular, que no necesariamente los hace consientes de los efectos sociales de sus productos. Al parecer, según los conceptos aristotélicos, ellos son expertos en el “hacer” de la technē, pero no se involucran con el “conocer”, se circunscriben en el desarrollo de una memoria gremial, que en la dimensión temporal se limitan a un pasado y presente, pero sin fantasear por unos futuros posibles, que existe solo en los pensamientos imaginativos.
BELLECISTA Puede ser la ocupación menos convencional de esta propuesta, seguramente es solo parte de una ilusión posmodernista, pero sería el responsable de revindicar la belleza llenándola de sentido y desmarcándola de la mera decoración y los juicios de gusto que ocurren cuando solo se mira como una cualidad del objeto, para retomar su compromiso esencial desde la política. Desde la mirada de Hegel, el bellecista trabajaría sobre la sensibilidad de la forma que está destinada a ser vista como un ideal dentro de la realidad, lo verdadero. Ahora, lo contradictorio con alguien que desempeñara este oficio, sería que desde una propuesta ontológica no es factible caracterizarlo desde el sujeto, ya que ésta se centra en entender la perspectiva de la belleza desde el objeto.
COROLARIO A manera de cierre, en primera instancia sobre la propuesta de los sufijos ista que planeto en este escrito, pude entender que las teorías estéticas están pensadas desde el hombre, por el hombre y para el hombre, por eso las denominaciones de Artista, Diseñista, Artesanista y Bellecista son pertinentes, ya que solo pretenden crear
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relaciones del mundo con los valores humanos dentro de los cuales podemos incluir kalos (“bello”) como un sentimiento puro enmarcado en la estética, el cual exhorta a todo tipo de reflexiones sobre el ate y el diseño. En una segunda instancia, lo relacionado con la construcción de mi planteamiento de tesis, fue muy valioso descubrir en el escrito de Wang la interpretación sobre la propuesta de Aristóteles donde al tiempo que resalta la necesidad de una pedagogía del diseño, sugiere que la imaginación puede ser una categoría superior a la creatividad durante el proceso de creación de ideas.
REFERENTES •
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BENJAMIN, W. (1989). “La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica”. En: BENAJAMIN W. Discursos interrumpidos I. Buenos Aires: Taurus. (pp. 15-‐60) GADAMER, H. (1991). “La actualidad de lo bello”. Barcelona: Paidós. HEIDEGGER, M. (2012). “El origen de la obra de arte”. En: HEIDEGGER, M. Caminos de bosque. Madrid: Alianza. (pp. 11-‐62). KRIPPENDORFF, K. (2006). “The Semantic Turn: a new foundation for design”. Taylor & Francis. Florida, USA. WANG, J. (2013). “The Importance of Aristotle to Design Thinking”. En: 2013 Massachusetts Institute of Technology DesignIssues: Volume 29, Number 2 Spring.
NOTA Me tomé la libertad de diagramar este ensayo sin tener en cuenta las normas propuestas por la American Psychological Association (APA), para resaltar la distancia que todavía encuentro entre la ciencias y las artes.
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