Subalternidades y Resistencias: Experiencias de mujeres en los barrios ciudades

July 24, 2017 | Autor: María Eugenia Monte | Categoría: Políticas Públicas, Subalternidades, Resistencias
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Descripción

Subalternidades y Resistencias: Experiencias de mujeres en los barrios ciudades. Leticia Gavernet, Ma. Eugenia Monte y Cintia Mussolini. Nadie piensa solo, nadie piensa sola, pero las/los feministas menos (Nuria Varela, 2005: 11). Se agradecen los debates y aportes de las/os compañeras/os de militancia territorial y feminista. Nuestro esfuerzo en este articulo esta humildemente dedicado a las mujeres entrevistadas en los barrios ciudades y al saber hacer, pensar y sentir de todas las mujeres y transgéneros rebeldes.

Introducción: lo dominante como múltiple y simultáneo El presente artículo forma parte de un trabajo colectivo a la hora de

reflexionar

específicamente sobre las experiencias de las mujeres que viven en los barrios ciudades de Córdoba desde una perspectiva de género. En este sentido, por razones de extensión, remitimos al marco teórico presentado en el artículo Mujeres, Madres y ‘Propietarias’: Violencias y Anclajes en los barrios ciudades de Diego Cooreman y Nadia Vidal en el presente libro. Partiendo de las dimensiones de subalternidad, explotación y opresión que atraviesan las experiencias de las mujeres en los barrios ciudades, resulta conveniente profundizar un marco conceptual específico de las categorías re-encauzamiento de la resistencia y reinvención de las resistencias: I) En primer lugar, abordando particularmente los dispositivos de control en el discurso patriarcal y en las operatorias estatales que cotidianamente constituyen y hacen posible el marco y ejercicio de esa dominación; II) Para también advertir la emergencia de los contrapuntos y rebeldías de esas mujeres que, aún ancladas, resisten en estos barrios periféricos significativos de nuestra ciudad.

Detrás de lo que se hace visible: dispositivos de control en los barrios ciudades Tomando como un potente marco de referencia la teoría foucaultiana vinculada a una perspectiva especifica de género, entendemos que los dispositivos de control son fuerzas que se imprimen en lo social y se realizan a través de discursos, figuras y construcciones en torno a las mujeres en los barrios ciudades.

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Foucault denomina dispositivo a una red que abarca “un conjunto decididamente heterogéneo, que comprende discursos, instituciones, instalaciones arquitectónicas, decisiones reglamentarias, leyes, medidas administrativas, enunciados científicos, proposiciones filosóficas, morales, filantrópicas, en resumen: los elementos del dispositivo pertenecen tanto a lo dicho como a lo no dicho. El dispositivo es la red que puede establecerse entre estos elementos” (Foucault, 1991:128). Para ello el Estado se vale de una red de instrumentos de vigilancia y control estatales e intersociales (cotidianos, permanentes, exhaustivos): los discursos y saberes imperantes, patriarcales y androcéntricos que nominan y representan una construcción de la mujer y lo femenino inclusive cuando al no nominar las niega. En definitiva, se construiría un “ser mujeres” en los barrios ciudades, un límite entre lo permitido y lo no permitido, bajo campos de saber, planificación, programación y ejecución de actividades, que culminan consolidando estratégicamente a la esfera institucional, legitimándola, administrando y encerrando la conflictividad social. Finalmente, Foucault advierte que este proceso de volverse “dócil” y “domesticado” no implica una normalización y obediencia masivas. Vigilancia, control y corrección no implicarían en este caso en particular que todas las conductas de las mujeres –y del Estado respecto a las mujeres- en el barrio ciudad se encuentren funcionando bajo operatorias de control. Es en la complejidad de estas experiencias que surge la posibilidad de reinventar las rebeldías.

Mujeres, Rebeldías y Resistencias Dentro de los múltiples estudios sobre las resistencias, entendemos que las acciones colectivas contenciosas, esto es, las luchas sociales1 (Revilla Blanco, 2005) actuales tienen un componente profundamente autoafirmativo que, fuertemente radicado en identidades y en “poner el cuerpo”, no pretende sin embargo constituirse en homogéneo. Al mismo tiempo, se trata de luchas que no necesariamente se proponen tomar el poder, que se conforman con ser huelgas generales o formas alternativas de existencia y sin embargo logran desestabilizar regimenes –dictatoriales y democráticos-; caracterizadas por la creatividad en las formas de lucha y la incertidumbre que transitan y a la vez generan desconcertando a las autoridades: se trata de un juego en el límite y desde los márgenes (Zibechi, 2003).

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Para explicitar la diversidad de luchas sociales actuales, resulta necesario comenzar con los contextos y temporalidades en los que se encuentran situadas, pues ello las constituye en su especificidad. En primer lugar, lo que tienen de específico y radical las luchas sociales de América Latina, es que el proceso globalizador de explotación es también un proceso de localización, de subjetividades que apelan a la democracia participativa o directa, que no se resuelven en la concesión de derechos propia de los discursos de la ciudadanía, sino que exigen –fuera del marco de la sociedad civil y a una distancia calculada tanto del Estado como de partidos tradicionales y sindicatos- transformaciones concretas, inmediatas y locales, y que no configuran un rechazo de la política sino una ampliación de la misma (Sousa Santos, 2001). Las luchas sociales que emergen post 2001 en Argentina son distintas a la cultura política sindical y partidaria tradicional en su dimensión más significativa: actoras/es –subjetividad- y formas de lucha (lo que les confiere otras características, dimensiones y contenidos). En este sentido, estas nuevas expresiones de luchas sociales involucraron diferentes formas de confrontación, “desde abajo” y desde “afuera” de las esferas tradicionales e institucionales. Se trata de diferentes políticas y diferentes actores mostrando una transformación en torno a las formas organizacionales y las prácticas que solían ser hegemónicas: obrero-sindicato-partido (Taddei y Seoane, 2005). Como expresa Ciuffolini “las luchas en el momento actual se organizan desde una multiplicidad de ejes de contradicción y conflicto, consecuencia del proceso de autonomización de las diversas dimensiones de lo social. Esta fragmentación y diversidad de sujetos y objetos en conflicto suele ser vista como una capitulación por aquellos nostálgicos de la construcción de un sujeto único de transformación. Sin embargo, su potencia esta en esa misma multiplicidad, que ataca de manera continua –mas no coordinada; en su constitución irruptiva, de sujetos y espacios en inesperados campos de lucha; en su inmediatez, pues se erigen desde la experiencia frente al poder mas próximo; y en su condición subversiva, en tanto pugnan por definir las reglas constitutivas de lo político y lo social” (Ciuffolini, 2008: 34). Aun más específicamente, los estudios de género aportan un concepto particular de las luchas sociales en Argentina y América Latina, la feminización de las resistencias. De la condición tradicional oprimida de las mujeres, se comienzan a producir innovaciones de su subjetividad, transformando la victimización y la culpabilización de la mujer para construirse colectivamente como mujeres luchadoras que desafían las múltiples facetas de los sistemas de opresión (Korol, 2004).

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En la actualidad, los numerosos estudios que dan cuenta de experiencias de luchas sociales debieron incorporar, o al menos mencionar, la significativa presencia de mujeres en las distintas esferas de las organizaciones y movimientos sociales resistentes. Ello no sólo se debe a una cuestión de predominancia cuantitativa, sino que también responde a “cambios de épocas” (Svampa, 2008). Como explica Korol, el condicionamiento del desplome del “hogar”, la miseria misma, la caída de numerosas familias en la indigencia, transformó el rol culturalmente encerrado en el ámbito privado a la mujer empujándola a constituirse como “sostén del hogar” e intervenir en la vida pública (Korol, 2004). Al mismo tiempo, las mujeres también comienzan a participar visiblemente en las organizaciones político-sociales y la protesta callejera incluso resignificando el lugar de la maternidad y el ámbito de lo familiar: mujeres que ensayan nuevas relaciones sociales, cada vez más partícipes – cuantitativa y cualitativamente- en las organizaciones políticas y luchas actuales. Como expresa Longo “un sello particular lo imprimen las mujeres. Por la cantidad que participa en las marchas y tareas, pero sobre todo por el despliegue de iniciativa en las organizaciones. Las mujeres en los nuevos movimientos sociales dan cuenta de la capacidad de producir hechos originales, de poner a producir la creatividad necesaria para toda actividad humana capaz de promover cambios integrativos desde el trabajo cotidiano y las [relaciones] interpersonales” (Longo, 2007: 140). Las limitaciones y potencialidades de estas transformaciones de subjetividad y de entendimiento y extensión de lo político, se enuncian principalmente en la dinámica interna de las propias comunidades: el disciplinamiento represivo por parte de los compañeros varones, la “normalización” por algunas compañeras mujeres –en las posiciones de dirigencia, en la distribución de tareas, en el entendimiento y la jerarquización de lo que se define como “político” y “violencia opresiva”; es decir, en las relaciones interpersonales y en lo cotidiano, como enunciáramos al desarrollar las lógicas de dominación patriarcales. Es decir que se trata de un proceso complejo, contradictorio y paradójico: las mujeres, por necesidad y en un proceso de politización, irrumpen en los espacios públicos, sociales y políticos -tanto institucionales como también de resistencia-, ello las distancia de sus roles subordinados, participando activamente de actividades comunitarias e integrándose a colectivos y organizaciones. Sin embargo, en el caso específico de la participación activa de las mujeres en los barrios ciudades resulta necesaria, una vez más, la categoría de “sincretismo” donde conviven en tensión elementos patriarcales y alternativos-disruptivos (Lagarde, citada en Longo, 2007).

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Ejemplo de esto es que el Estado asigna posiciones de “poder” como mecanismo de “reconocimiento, protección e integración” bajo lógicas patriarcales que las inscribe de manera subalterna y desigual; o cuando las mismas mujeres refieren a sus luchas por su condición de madres y sostén de hogar. Sin embargo y al mismo tiempo, las mujeres conquistan lugares de visibilidad y participación comunitaria que las independizan y empoderan, y que junto al desencantamiento con el proceso de traslado y las lógicas estatales les permiten retomar la organización de manera independiente y resistente.

Re-encauzamiento de la resistencia: una “relocalización” desigual de la subjetividad En primer lugar, encontramos en los barrios ciudades una presencia significativa de mujeres en tres aspectos vinculados a operatorias estatales: I. El Estado se valió mayoritariamente de mujeres que realizaban un trabajo solidario o eran referenciadas por la comunidad en la vida anterior en la villa, involucrándolas en el proceso de traslado; II. Al mismo tiempo, con posterioridad al traslado, el Estado configuró desde los mismos antecedentes la figura de las “vecinas guías” para colaborar con las gestiones de la comunidad en el barrio ciudad respecto al Gobierno; III. Finalmente, el Estado, tanto como mencionáramos en la asignación de la propiedad de las casas, asignó principalmente a algunas de estas mujeres y a otras vecinas, los puestos de trabajo en las instituciones del barrio ciudad (las mismas vecinas guías que cobran becas, junto a las encargadas de comedores de niños y ancianos, escuelas y guarderías). En los dos primeros casos, con anterioridad (proceso de relocalización) o posterioridad (funciones de las vecinas guías) al traslado, el Estado se vale y constituye a las mujeres como “puente” entre la institucionalidad y la comunidad. En el último caso, la situación laboral estatal precaria (becas) genera un anclaje y dependencia especifica de estas mujeres al barrio ciudad. I. Respecto al proceso de relocalización, las vecinas funcionaron como delegadas o referentes de zona facilitando el proceso de traslado. Lo que se desprende de las entrevistas remite a que su función consistía en coordinar la asignación de casas y manzanas en el barrio ciudad e informar a ambas partes (vecinas/os y funcionarias/os) demandas y posibilidades en la localización. Cada zona tenía un delegado, yo por decirte era delegada de mi zona, que se hacían las reuniones de las casas, todas las reuniones, entonces yo iba

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y bueno, y vos ahí vos ibas, y le informabas a todos tus vecinos que se había planteado, que se había dicho, cual era su zona (…) iba por sorteo, entonces el delegado iba y mas o menos decía “a mi me gusta ese” y el otro “este” y así, y así se repartía, eh, con todos los vecinos, o sea vos elegís una manzana y ahí iban todos tus vecinos que estabas vos, y así… B° Angelelli04 V-03-04-09 ER1: ¿Ustedes empezaron a trabajar con ellos cuando se forman los barrios ciudades o ya trabajaban? EA1: Yo estuve en los equipos, eh, parte del equipo mío trabajaba con ellos en la villa, en el año, hará, en el 2004, 2005, y bueno después con el traslado (…) el objetivo era el acompañamiento de la familia, las conoces, tomas los datos, buscas el papelerío, les lees, y bueno, después se resuelven todas los que son los casos conflictivos B° A.Ferreyra01b V-06-05-09 Viene el Ministerio y dice: “chicas, delegadas de zona y de comisión, esto, este es el censo, acá el censo lo vamos a purificar”, tenían que purificar el censo ellos, “¿pero cómo lo vamos a purificar?”, “con la ayuda de ustedes”, “¿y de que manera?”, “ustedes me van a decir quien vive y quien no vive, eh, quien se fue, quien se quedo, quien, todo lo que pase detrás de las puertas” B° Sol Naciente08 V-07-11-09 Para el Estado, valerse de estas mujeres “conocidas” o “confiables” para sus vecinas/os de la villa, como informantes, referentes o delegadas en el proceso de traslado, implica integrar a estas mujeres a la política institucional, involucrar a una “cara cercana” perteneciente a la comunidad como “sujetas” de/a demandas y negociaciones que intermedian entre las/os vecinas/os y el Estado. Esta dinámica del Estado funcionó legitimando la política y el proceso en términos de identidades y subjetividades involucradas, y disminuyendo la posible conflictividad específicamente en el traslado. II. Respecto a la figura de las vecinas guías, emerge de las entrevistas como una función que se crea con posterioridad al traslado, en este caso las mujeres que ocupan estos cargos reciben una remuneración a través de becas. Significativamente, estos puestos también fueron asignados por el Estado mayoritariamente a mujeres que en su vida anterior en la villa eran “conocidas” o “referentes” por desplegar trabajo social comunitario. EA1: Si, estamos nosotras dos solas, somos vecinas guías para todo el barrio ER1: ¿Quien las nombra como vecinas guías? EA2: el Ministerio… EA1: Nos dijeron así van a ser elegidas y punto… Si, ya nos conocían de antes, nosotras trabajamos en el barrio (…) EA2: El Ministerio buscaba que seamos todos conocidos para que no nos lleváramos mal, porque a lo mejor otro desconocido no tiene las mismas ideas que nosotros… B° A.Cabildo07a V-08-10-08

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Si bien un análisis en profundidad sobre el papel de las vecinas guías en los barrios ciudad se desarrolla en esta misma compilación2, sin embargo se quiere destacar que las vecinas guías funcionan como “filtro-nexo” entre las/os vecinas/os y las/os representantes del Ministerio puertas adentro del barrio ciudad, integrando, avalando y controlando sus políticas. Ella es una de las vecinas guías, son vecinas de acá, de(-) digamos gente que mas que todo empezó a colaborar, eh, las gestiones. Yo estoy por ejemplo hoy a la mañana, ayer yo estuve en el Ministerio así que las chicas son las que abren… Eh, a la mañana ahora vengo yo, a la tarde están ellas, bueno, tratando de(-) ellos que son mas los que conocen a la gente del barrio si hay que hacer alguna gestión B° Sol Naciente05 F-20-10-09 Los dispositivos del Estado respecto a las vecinas guías involucró: el desentendimiento de sus funciones gubernamentales directas trasladándolas a estas mujeres; junto con su despolitización como referentes y trabajadoras comunitarias independientes en la villa, para que con posterioridad al traslado la dependencia laboral, funcional y económica las “ate” a la política institucional en el barrio (nuevamente la conflictividad se atenúa y se encierra en los márgenes del barrio ciudad). En definitiva, en el proceso de traslado e independientemente de la figura y funciones de las vecinas guías, el interrogante específico que emerge de estas entrevistas implicaría: ¿Por qué el Estado traslada y asigna su política en los barrios ciudades específicamente a mujeres que eran “referentes”, “comprometidas”, “movilizadoras” en la vida anterior en la villa? Entendemos que mujeres que se encontraban organizadas o que podían fomentar la organización vecinal, podían resultar “inconvenientes” realizando un trabajo social y político con independencia del Estado, que se constituía como objeto de su interpelación de demandas. A través de la incorporación al proceso y la política del Estado en los barrios ciudades, se “reencausa” la potencialidad de sus resistencias, se desvincula el trabajo social del político, o mejor dicho, la función social-política se encauza en la política institucional bajo dependencia laboral, funcional y económica. Son ahora estas mujeres quienes “trabajan de la mano del Estado” siendo ellas mismas objeto de interpelación de otras/os las/os vecinas/os en la configuración de “filtro-nexo” que deriva de sus funciones. Es decir, se las relocaliza en su posición de actoras sociales a sujetas del Estado y al barrio ciudad. III. Respecto a la concesión de puestos de trabajo en las instituciones del barrio ciudad, también fueron mayoritariamente asignados a mujeres, algunas que fueron parte del traslado o que son simultáneamente vecinas guías, y en otros casos a mujeres que necesitaban un trabajo o les queda 7

“más cerca” que los anteriores, concluyendo las operatorias estatales de “encierro”, “anclaje” y dependencia. EA2: Pero nosotros estamos contratadas, o sea ERA1: está bien EA2: porque necesitamos trabajo, porque hay comedores que van ad honorem, en cambio, nosotros estamos totalmente amparados por el Ministerio de la Solidaridad B° Angelelli04 V-03-04-09 Y bueno, yo fui a la reunión y me dicen, bueno, anota a los chicos, que se yo, de tus manzanas, de tu barrio, entonces yo vine y anote y después no sabia que era para ese(-) para ese centro infantil, entonces anote y después ya en junio cando se inauguró ese mismo día me llamaron, como yo había anotado que se yo y me llamaron y me dijeron bueno, así que, es una beca que nos dan… Porque acá te queda todo lejos, tenés que irte hasta el centro y de ahí tomarte otro colectivo para ir a los countries, y entonces, bueno, así que decidí tomar acá, hace un año que estoy trabajando, bueno, mejor porque me queda más cerca B° Sol Naciente02 V-15-10-09 EA2: En ese sentido, ponele, yo vivo al frente, o sea tengo todo al frente, o sea hasta el trabajo tengo al frente B° Angelelli05 V-13-04-09 ERA1: vos pasas mucho tiempo acá en el barrio o salís, haces algo? EA2: No, si, la mayoría estoy de lunes a viernes que trabajo de las diez hasta las cuatro de la tarde, estoy acá ERA1: mhum EA2: y después me voy a mi casa, estudio y(-) B° Angelelli04 V-03-04-09 EA: si… no, la gente del barrio. La chica de acá de la… de la guardería y del club de abuelos tienen como coordinadora general estas punteras políticas B° A.Cabildo08 V-07-11-09 En este sentido, como en el caso de la propiedad de las viviendas, resulta un beneficio para las mujeres que termina “costando caro”: las independiza relativamente al mismo tiempo que las encierra y ata a esta comunidad, subordinándolas económica y políticamente a la esfera estatal. En todos los aspectos aquí desarrollados, el Estado trabaja especialmente con mujeres: funciona patriarcalmente (comportándose como Jefe-Patrón de manera proteccionista-paternalistacontroladora/reguladora) con una operatoria de delegación, beneficios, control y castigo hacia todas aquellas mujeres que colaboran (o no) con su política de relocalización y en los barrios ciudades.

Reinvención de las resistencias: De la desilusión a la incipiente organización De las entrevistas a las mujeres en los barrios ciudades surge que: I.

Muchas de ellas se encontraban organizadas desplegando trabajo social, solidario,

comunitario, independiente o articulador respecto al Estado en la vida anterior en las villas, incluso en

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algunos casos por su organización y lucha previa, obtuvieron la asignación de las casas en el barrio ciudad: Hice una guardería con un subsidio de Italia… Hice una guardería de chicos de 5 años, no… Tenia de cero años hasta los cinco años… B° A.Ferreyra09 V-30-05-09 ERA1: ¿Y vos habías participado en alguna actividad antes así como ésta que tenés ahora? EA: si, siempre, porque estuve ayudando en la(-) te acordás en las ollas populares que habían antes que la gente iban con la vianda y buscaban la comida? ERA1: ¿A dónde? EA: en los barrios así, cortaderos de ladrillos, todo eso, bueno entonces yo trabaje ahí en la Costa Canal, hicimos nosotros, entre los ve(-), una vecina mía dice “mira que te parece si hacemos esto y esto”, bueno le digo yo, entonces habrá que pedir. Y si nos ayudo la gente. Salíamos a pedir a los barrios así, y nos ayudaban entonces veníamos y hacíamos la comida a la tarde a la gente, o sea a los chicos, mas a los chicos y repartíamos la comida. Después trabaje en un ropero comunitario, también con copas de leche… B° Angelelli14 VG-20-06-09 A mí me gusta, o sea, mi cuñada que vive acá al lado, la van a ver, ella fue presidenta del grupo de representantes de Villa Costa Canal. Eh, por temas laborales ella dejó, entonces yo la acompañé, o sea en si me gusta, me gusta estar metida en lo que es el tema social, o sea, ayudar, tratar de solucionar ciertos problemas B° Sol Naciente07 V-13-04-09 EA1: Y ella, y, ella dirigía los cortes de ruta, eh (…)Y un día no nos daban, no nos daban… Ya estaban todas las casas terminaditas, todo… Y, bueno, nosotros nos vamos a ir, meter, nosotros, nos habían… Nos habían dicho, nos habían comentado de gente que habían querido usurpar las viviendas. Antes que las usurpen gentes que para nosotros no les correspondía, las vamos a habitar nosotros. Entonces nos vinimos como un grupo de veinticinco mujeres, al frente de la Comisaría, tenia la entrada y ahí nos, nos juntamos todos y prendimos gomas y reclamamos al Ministerio de Gobierno “¿Cuando nos van a entregar las casas?” Que se yo, no se, la cuestión es que le tiramos el cerco abajo y nos metimos acá… B° A.Ferreyra06 V-20-05-09 ER1: ¿Cómo fue que usted consiguió la casa o como fue que se enteró, o no se? EA1: Porque andaban, este, las de Barrio Olmos, andaban anotando a la gente, dice, “vamos a hacer un… una nota, en nombre de todos los que… los que quieren irse de acá”, porque si o si nos teníamos que ir porque están por hacer una calle, no se que están por hacer. Y así que, bueno, y así empezaron, nos anotamos todos, toda la Costa Canal, todo Barrio los Olmos y lo llevaron al Ministerio (…) Comenzaron entre ellas así, dice “bueno, ¿que vamos a hacer? Vamos a juntar firmas, si quieren irse de acá, las que quieran irse de acá”… Todos nos anotamos B° A.Ferreyra01b V-06-05-09 Luego de… varias, o sea, de una toma de una semana en la Catedral de Córdoba junto con… con otras organizaciones van (…) estábamos los cinco grupos, tomamos la Catedral durante una semana, eso fue del 6 de enero al 11 de enero… B° A.Cabildo06 V-16-10-08 9

EA1: si, ya estaban las casas echas en espera. ¡Imaginate que nosotros hicimos dos por tres, cada dos meses, un mes, hacíamos corte de ruta, hasta que se mudaran! B° A.Ferreyra07b V-16-10-08 II. Que como mencionáramos en el apartado anterior, muchas de estas mujeres fueron incorporadas por el Estado al proceso de traslado, a la función de vecinas guías, y/o a puestos de trabajo en el barrio ciudad; proceso que generó despolitización, fragmentación, disciplinamiento y control sobre estos vínculos y actividades: Para poder trabajar algunas cuestiones que ellos ya venían trabajando en sus barrios de origen y que te desestabiliza un poco la mudanza. Mas una mudanza en masa, así que por un tiempo hubo como un intento de… Por ejemplo, la gente de Costa Cañada Suarez tenía como laburos comunitarios, como la copa de leche, apoyo escolar, que al trasladarse acá y en cierta medida solucionarte algunas cuestiones materiales, como que()… Algunos intentaron volver con la copa de leche pero no se consiguió… B° A.Cabildo08 F-10-10-08 ERA: ¿se volvieron a encontrar con esas mujeres, se reúnen de vez en cuando? EA: no, no ya no, se paro todo. Si nos vemos nos saludamos, pero ya no, no (baja la voz) B° C. Sueños07 V-13-04-09 EA2: Me parece que el individualismo que se ha generado en el barrio, como barrio ciudad es… Le pone obstáculos a la resolución de la vida cotidiana que antes la tenían como mucho mas clara en eso… Cuando no vivían acá… Pasaba algo, se juntaban todos y eran… Y resolvían, ahora, cada familia o cada persona tiene que arreglárselas solo… Eso se ha perdido (…) Tenían otra forma de resolver la vida, que acá, como barrio lo han perdido… B° A.Ferreyra02 F-06-05-09 EA2: No, estaba otra compañera, Tal… Después de ella estaba la otra chiquita, la del campo. Nos turnábamos de a tres (…) ER2: Ah, ¿quedaron también desunidas en el grupo de trabajo?EA2: Si, ahí dolió mucho cuando nos desunimos porque habíamos hecho un grupo lindo EA1: y después la separaron a ella, y ya… B° A.Ferreyra04 V-09-05-09 ERA1: ¿Vos pensás que la directora no quiere que vos participes, o que el padre no participe… Porque ellos tienen alguna relación con el gobierno… Con algún sector político? EA: Y si… ERA1: ¿Y ella piensa que, ustedes en que la molestarían a ella? EA: a ella le molesta que uno se posicione como referente ERA1: ¿Y porque le molesta? EA: Porque ella es referente… Ella quiere ser (…) Para que no vean que hay problemas… Claro, para que no se divulgue… Cuando hay cortes de ruta se enoja tanto con la gente que no quieren que corte la ruta. B° C.Sueños01 V-27-09-08 Por todo el barrio caminamos, hicimos nueve marchas y una persona dijo “ustedes no anden haciendo esas cosas” dice “porque Tal está acá”, el matador, “esta el padre también”, y a mi que me importa el padre, me encararon a mi y a la Tal… B° Sol Naciente08 V-07-11-09

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Tratamos de buscar siempre la solución antes de que(-), ¿no?... El conflicto se desate (…) Se han podido canalizar por los medios que correspondan, a las autoridades que correspondan B° Sol Naciente05 V-20-10-09 III. Sin embargo, con posterioridad al traslado, algunas de estas mujeres entienden que fueron “utilizadas” por el Estado, unido a la desilusión de las promesas gubernamentales, de las operatorias estatales en el barrio y del imaginario de lo que podía ser la vida en un barrio ciudad; lo que genera nuevas e incipientes formas de organización para reclamar y demandar sus derechos interpelando al Estado y sus instituciones. Ello se advierte en una compleja conjunción de: la desilusión que requiere la revitalización de la lucha social y política; la vinculación de la resistencia a su condición de madres en defensa de los hijos y la familia; y la incipiente puesta en marcha de nuevos intentos de organización comunitaria independiente. La desilusión y la revitalización de la lucha: EA2: Yo creo que este tipo de políticas desmoviliza, es una política clientelar, no genera la cooperación de la comunidad… Al contrario, la controla, la achata, la aísla… en un ghetto… Están en un ghetto cerrado, genera conflicto con el afuera… o sea… el barrio ciudad se debería quedar acá adentro y que la gente muera acá adentro… No… esta pensado para eso: para que no tengan que salir afuera… Después invisibiliza la pobreza, la aísla, entonces quedan encerrados en esos lugares y no se ve… La ciudad queda divina, no hay pobreza B° A.Ferreyra02 F-24-09-08 [Las vecinas guías] son mujeres del barrio, y bueno, creo que uno de los problemas fue que no las eligieron en el barrio… O sea que tendría que haber hecho normalmente el Ministerio… Agarrar, llamar a asamblea de vecinos, que vote quienes son los que quieren que sus referentes o delegados vecinales para que lleven adelante todo un trabajo con el compromiso de estos delegados vecinales porque no es cuestión de que()… O sea, yo me puedo comprometer pero si no lo llevo adelante no, no les sirve, porque no le sirve de nada al barrio Barrio A.Cabildo06 V-16-10-08 EA: (…) me dice la Cristina Vigo [sic] “yo soy la jefa del proyecto, todas estas asistentes que ves vos acá las mando”, yo “uh” y que termine de hablar… Dice “ustedes con esa información a nosotros nos va a hacer muy útil”… Bueno, le dije, “¿Quiere que le diga una cosa? Yo voy a dar mi opinión, me parece que ese trabajo es de ustedes”, “no pero las que viven son ustedes”, “no, pero a ustedes les pagan”… “Si, a nosotros nos pagan pero para ustedes es la casa”, “pero nosotros no estamos para tirarnos en contra de la gente” (…) Nosotros estamos para pelear a favor de la gente y en contra de ustedes” (…) “Perdone”, le digo, “yo no purifico ningún censo, porque yo voy a pelear por la gente para que le den vivienda como corresponde” (…) Dije chicas esto no esta bien lo que estamos haciendo, me dijo “Vos si no te gusta te retiras”, era la Presidenta, “pero yo no me voy

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a retirar porque vos me digas, porque vos no mandas más que nadie”. Pero yo logre que dieran varias casas que supuestamente no iban a dar, pero se las dieron Barrio Sol Naciente08 F-10-10-08 EA1: (…) yo digo “tengo así un alto de poderes, lo tengo así guardado para refregárselo así al político” al político de la actualidad, estamos trabajando… ¡Que a mí me puede dar una beca de 400 pesos! ¿Cuántos años ad honorem hemos trabajado? Nunca teníamos nada… Nunca NADIE nos pago nada B° A.Ferreyra04 V-09-05-09 EA1: no, no, yo no quiero que me den nada, yo lo que recibo, mira, yo jamás recibí, ni caja, no recibo vale lo nuestro, no tengo plan de jefas, no tengo nada yo, no quiero nada que no me gane, yo siempre dije a mi me pueden quitar cualquier cosa, lo que jamás me van a quitar va a ser mi dignidad, y yo la única forma que un ser humano se puede sentir digno es a través del trabajo, si a vos te quitan tu trabajo y no tenés donde trabajar, si te empezás a vivir y a acostumbrarte a vivir de limosna te están quitando tu dignidad y desgraciadamente con las villas hacen eso, quitarles la dignidad de la gente, es lo que hacen los gobiernos B° Angelelli08 V-07-05-09

Cuestión de mujeres o cuestión de madres: EA2: Las que más ponen el cuerpo son la Tal y la Tal. Me parece a mí… Y también esta la Tal y dos chicas más (…) Tal es una mujer grande que también estuvo así en los cortes de ruta (…)EA: pero creo que nosotros, todas las… todas las mamás que amamos tenemos deseos de salir adelante, así que de una u otra manera nosotras nos(-) nos hacemos, como quien dice la cosa para pucherearla [subsistir día a día] B° A.Ferreyra06 V20-05-09 A mí no me va a dirigir ningún político, no me va a dar de comer ningún político, sino soy yo que lucho por mis hijos B° A.Ferreyra01a V-24-04-09 EA1: si no te van a llevar por delante… Yo a mi me decían algo, chicos… Y a mi no me toques ninguno de los chicos, ni me toques… Porque allá salía yo y era… No te iba a hablar, eh! Directamente te iba y te daba… Yo no iba con armas pero mis puños, con las uñas, te marcaba la cara… ¿Sabes las denuncias que tengo? B° A.Ferreyra01b V-06-05-09 Quiero lo mejor para mis hijos… Quiero lo mejor para mis hijos… Lo que yo hago siempre es pelear por mis hijos… A mi me podrán hacer cualquier cosa, pero no me toquen a mis hijos… Me puedo quedar sin comer yo con tal de que ellos coman… Eh, ponele que me sobró una moneda y… le compro al que le haga falta le compraré la zapatilla más barata pero se la compraré, ¿me entendés? Y yo… me voy quedando, voy quedando, voy quedando… B° A.Cabildo11V EA: y algunas, principalmente con las mujeres, porque nosotros estamos mucho con las mujeres, porque son las que… Referentes en cuanto a no tan solo en las familias sino en muchas cosas mas… No es una cuestión de genero pero son las que más se mueven B° A.Cabildo08 F-10-10-08

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Nuevamente la movilización, la organización, las luchas: EA1: Mira, hará (-)… Dos tres cuadras para abajo hay una señora Tal, que ella se sabe juntar, porque ella anda viste para todos lados (…) Pero ella por su lado, o sea no vienen a compartirlo con el Consejo (…) Ellos empiezan que quieren solucionar el problema y cuando ellos ya ven que el problema se resolvió totalmente vienen y piden ayuda acá, pero a veces no esta(-) ER2: ¿Pero no es la primera opción que tienen, no vienen a pedir ayuda primero, tratan de resolverlo ellos? EA1: No, primero lo tratan de resolver ellos ERA1: ¿Y cómo se organizan? EA1: Así, en casas con cinco o seis vecinos ER2: Juntas espontáneas EA1: si, si, si B° Sol Naciente07 VG-20-10-09 EA: Y bueno, hasta que peleamos, peleamos y vinieron, hicieron un buen arreglo, hemos salido en la televisión, hemos tomado colectivos y todo (risas) ERA1: ¿Cómo es eso? EA: Piqueteros (risas). Y hasta que la han arreglado y las luces también, las luces se quemaron un buen día y ahí estuvimos como… dos meses sin luz, era una boca de lobo en todos lados. Y en ese reclamo de colectivo que agarramos los… encerramos los colectivos y no los dejamos salir. No teníamos ruta para cortar acá (risas) ERA2: Y como se organizaron para hacer eso(-)?EA: los vecinos, en un segundo B° A.Ferreyra06 V-20-05-09 Y al otro día nos pusieron dos veces por semana el camión de la basura… Y hoy ya pasa todos los días, es más, ahora pasa hasta la máquina, la máquina barredora, o sea que no pagamos un impuesto municipal pero si hemos, o sea por la organización y el clima del barrio, hemos logrado tener los servicios, cosa que no podríamos si los demás barrios no se hubieran unificado B° A.Cabildo06 V-06-10-08 EA1: Que tengo que tratar de luchar como las compañeras (…) Nuestro… (se ríe) que se yo como se va a llamar, no se que nombre le vamos a poner, por eso yo (…) de armar la sociedad civil (…) un grupo de mujeres que se pongan de acuerdo entre ellas (…) dicen que todas las otras comunidades son muy organizadas, muy tranquilos, las únicas revoltosas somos Tal, ¿Por qué? Porque reclamamos los derechos nuestros (…) Tenemos que tratar de no tener miedo y juntarnos todos (…) Y yo como ser yo estoy de acuerdo si las mujeres coincidieran con la propuesta de que los errores que cometimos en la villa no los cometamos acá B° Sol Naciente08 V-07-11-09 En definitiva, las entrevistas dan cuenta de experiencias de mujeres que se organizaban de manera independiente o con cierta distancia del Estado –lo que incluso en algunos casos les permitió “arrancar” con luchas un lugar en el barrio ciudad-; mujeres cuya subjetividad fue muchas veces “reencausada” por el Estado a través del proceso de relocalización generando fragmentación, despolitización y control sobre sus vínculos y prácticas; hasta mujeres que a raíz de la desilusión adquieren cierta conciencia y resisten volviendo a movilizarse, organizarse y luchar.

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Para continuar reflexionando Las experiencias de las mujeres en los barrios ciudades se encuentran atravesadas por las operatorias de poder y control social, a través de una red que combina complejamente una serie de elementos como: los discursos y saberes patriarcales y androcéntricos (de lo nominado, representado y atribuido; y de lo omitido, ausente y negado), junto con la disposición arquitectónica del barrio ciudad y sus instituciones; y la asignación de las viviendas y los puestos de trabajo a las mujeres para retenerlas y utilizarlas de anclaje en el barrio ciudad. Esta red funciona volviendo visible la consideración de la mujer en su especificidad, mientras que la propia operatoria se vuelve invisible. De esta manera, en el barrio ciudad adquiere mayor visibilización la presencia significativa de mujeres en el proceso de traslado y en los puestos de trabajo como una suerte de “reconocimiento y protección”; sin embargo se encubren las operatorias estatales de individualización, aislamiento, inserción desigual, encierro y anclaje. De esta manera, se intenta construir a las mujeres como individualidad, aislarlas de sus vínculos solidarios previos y configurarlas desde dispositivos de saber; al mismo tiempo que los dispositivos de poder y control la anclan al barrio ciudad y la recluyen al ámbito domestico o social, despolitizando su posición; sus trabajos precarios asignados por el Estado ya no se perciben como políticos sino como funciones laborales o comunitarias. En particular, respecto a la categoría que construyéramos como re-encauzamiento de la resistencia, de las entrevistas surge que el Estado opera mayoritariamente respecto a las mujeres que desplegaban trabajo social y comunitario en la vida anterior en la villa. Se trataría de mujeres que pueden resultar “inconvenientes” si despliegan funciones sociales y políticas de manera independiente, interpelando al Estado en las demandas comunitarias. En este sentido, el Estado utiliza “caras conocidas y legitimadas” para afianzar sus políticas, incorporando a estas mujeres a la política institucional, despolitizándolas y reduciendo así los niveles de conflictividad social -como en la incorporación de mujeres “referentes” o “delegadas” en el proceso de traslado-. En la construcción de la figura de “vecinas guías”, estas mujeres funcionan como filtro-nexo que integra, avala y controla las políticas estatales en el barrio ciudad; volviéndolas dependientes política, económica y laboralmente, haciéndolas responsables de encauzar, disminuir y encerrar las demandas y la conflictividad social.

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Finalmente, la distribución de puestos de trabajo en los comedores, guarderías y escuelas específicamente a las mujeres, complementa estas operatorias estatales de dependencia, encierro, anclaje en y hacia el barrio ciudad. Todo ello se vincula a una situación generalizada de los barrios ciudades donde impera la fragmentación y el control social con posterioridad al traslado. Sin embargo, como advirtiéramos en la categoría reinvención de las resistencias, son nuevamente las mujeres quienes, tras la desilusión, vuelven a criticar, a organizarse de manera independiente y a luchar. Entendíamos que las luchas sociales actuales contienen un componente autoafirmativo, identitario, de las subjetividades invisibilizadas, silenciadas, negadas, peyorizadas y ninguneadas, discriminadas. Reconfiguración de las subalternidades de estas mujeres que nuevamente borran las fronteras de lo social y lo político, de lo cotidiano, lo privado y lo público, de lo patriarcal y estatalmente asignado; como inesperados y complejos campos de lucha que se erigen desde las necesidades, los procesos de politización y las experiencias.

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Bibliografía CIUFFOLINI, M. A. (2008). En el llano todo quema: movimientos y luchas sociales en la Córdoba de hoy. Córdoba: EDUCC. DE SOUSA SANTOS, B. (2001, septiembre). Los nuevos movimientos sociales. Revista OSAL. FARINETTI, M. (2000, noviembre). Violencia y risa en la política del Santiagueñazo. Revista del CECYP: Apuntes de investigación, 6. Buenos Aires. FOUCAULT, M. (1991). Saber y verdad. Madrid: La Piqueta. KOROL, C. (2004). Revolución en las plazas y en las casas. Cuadernos de educación popular. Buenos Aires: América libre. LONGO, R. (2007). El protagonismo de las mujeres en los movimientos sociales. Innovaciones y desafíos. En Área de géneros del equipo de educación popular Pañuelos en Rebeldía (Coord.) Hacia una pedagogía feminista. Buenos Aires: El Colectivo. REVILLA BLANCO, M. (2005). Ciudadanía y acción colectiva en América Latina. tendencias recientes. Estudios Políticos, 27. Colombia: Universidad de Antioquia. SCARPONETTI, P. (2004, Agosto). El poder del Derecho. Documento presentado en la reunión del CLACSO: Justicia y Sociedad, Córdoba. SVAMPA, M. (2008). Cambio de Época. Movimientos Sociales y poder político. Buenos Aires: Siglo XXI y CLACSO Coediciones. TADDEI, E. y SEOANE, J. (2005). Cartografía de las resistencias y desafíos de la Otra América posible. OSAL, 18. Buenos Aires. TARROW, S. (1997). El poder en movimiento. Los movimientos sociales, la acción colectiva y la política. Madrid: Alianza. VARELA, N. (2005). Feminismo para principiantes. Barcelona: Ediciones B. S.A. ZIBECHI, R. (2003). Genealogía de la revuelta. Argentina: la sociedad en movimiento. Buenos Aires: Letra Libre.

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Notas Acción colectiva contenciosa y lucha social: la acción colectiva contenciosa implica que las/os actoras/es se ven inmersas/os en redes de interacción con funciones de sociabilidad, generación de conciencia colectiva e identidad. En la acción colectiva contenciosa, las prácticas se definen a raíz de estar siendo utilizadas por personas que no tienen acceso regular a las instituciones y que se conducen en nombre de sus reivindicaciones de manera amenazante para otros. Sin embargo, esa percepción de amenaza no se contradice con demandas inclusivas que implican el uso estratégico de lo legal, buscando principalmente ampliar las nociones de democracia y ciudadanía (Tilly citado por Revilla Blanco, 2005; Tarrow, 1997; Farinetti, 2000; Scarponetti, 2004). Acción colectiva contenciosa, luchas sociales y no meramente “protesta social” porque, tal como advierte Revilla Blanco, “en un lenguaje periodístico, sociológico o político, es común hablar de “protesta” para describir ciertos fenómenos que desafían el orden social y político con reivindicaciones en la calle. Cuando utilizamos tal concepto, no estamos diciendo nada acerca de los actores que la promueven (su forma organizativa, la relación institucional con el sistema político), tan sólo ofrecemos información acerca del significado político de la acción: descontento, agravios, desacuerdos… Palabras como protesta, desorden, desobediencia, designan la actitud de los observadores hacia acciones que desaprueban” (Revilla Blanco, 2005:3). 2 Un análisis en profundidad en torno a la figura de las vecinas guías se encuentra desarrollado en el articulo “¿Una guía para los vecinos?: La figura de las vecinas guías y el gobierno de los conflictos en los barrios ciudades” de Juliana Hernández, Gonzalo Ibáñez Mestres y Camila Liberal en el presente libro. 1

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