“SOMALIA VIVE HAMBRE Y VIOLENCIA, UN ESTADO FALLIDO”

August 21, 2017 | Autor: F. Álvarez Simán | Categoría: Somalia, Hambre
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Descripción

"SOMALIA VIVE HAMBRE Y VIOLENCIA, UN ESTADO FALLIDO"
"No puedes ser capaz de extrañar el agua, hasta que no has vivido una sequía"
Bob Marley

Fernando Álvarez Simán* y Rubén Macías Álvarez
El 16 de agosto de 2011 la ONU decreto estado de hambruna generalizada en Somalia, esto significa que al menos el 20 por ciento de la población no ingiere cuando menos 2,100 calorías por día (lo suficiente para una vida sana), que el 30 por ciento de los niños en la zona sufren malnutrición infantil y que hay cuando menos 2 muertes por cada 10 mil habitantes a diario por hambre o 4 niños muertos todos los días por la misma causa, específicamente en la capital Mogadishu y sus alrededores y al sur de Somalia. La causa natural del problema es que la peor de las sequias en los últimos sesenta años ha azotado la región, no ha llovido en los últimos 3 años, aunado a la existencia de un estado fallido incapaz de generar ni las más mínima gobernabilidad en la Republica de Somalia, lo que imposibilita que la ayuda de la comunidad internacional llegue a la gente que vive en las zonas declaradas en estado de hambruna generalizada.
Somalia se encuentra ubicado en el Cuerno de África y colinda con los países de Etiopia, Jibuti y Kenia, sus costas cuentan con una ubicación geográfica clave, con salidas hacia el Océano Indico y el Golfo de Adén, siendo su espacio marítimo la puerta de entrada al Canal de Suez y al mismo tiempo la conexión entre Asia y África oriental hacia Europa. La historia moderna de Somalia comienza a finales del siglo 19 cuando los británicos llegaron a colonizar la zona norte (Somalilandia y Puntlandia) del actual territorio Somalí buscando un puerto seguro para continuar con su comercio en la zona. Mientras que los italianos hicieron lo propio con la parte central y sur de la actual Republica de Somalia. El final de la segunda guerra mundial y la primera fase del proceso descolonizador en África y Medio Oriente, permitieron que lo que conocemos actualmente como Somalia, que abarca lo que antes era la Somalalilandia Británica y la Somalia italiana se unieran y les fuera otorgada la independencia para formar la Republica Somalí.
Para 1961, Somalia iniciaba un proceso reformador en vías de transitar a una democracia al estilo europeo, pero no habiendo transcurrido ni la primer década de este proceso, cuando los diferentes intereses de poder en el país comenzaron a confrontarse, provocando un golpe de estado orquestado por el General Mohamed Said Barre, quien se sentó en la silla presidencial, imponiendo un estilo de gobierno autoritario, en un inicio de corte socialista y al que se le atribuye ser el último gobernante que fue capaz de generar una cohesión geográfica y nacional sobre el total del territorio de 637,540 km² de la naciente Republica Somalí. A finales de los setenta y con un gobierno consolidado y con el apoyo de la URSS, el General Barre orquesta una política exterior agresiva con intenciones de anexarse una parte del vecino territorio Etíope, la región de Ogaden que históricamente ha sido habitada por grupos étnicos somalís. Para 1977 comienza formalmente la guerra entre Etiopia y Somalia por el territorio de Ogaden, era la guerra fría y los dos países solían ser aliados de la URSS para ese momento, los soviéticos decidieron inclinar la balanza sobre Etiopia y enviaron cerca de 15 mil tropas cubanas para reforzar a las fuerzas etíopes, en tanto que Somalia durante el transcurso de la guerra y repentinamente abandono el socialismo, a cambio de recibir el apoyo económico y de equipo militar por parte de los Estados Unidos, quienes encontraron en Said Barre y Somalia a un nuevo aliado con una posición estratégica en la zona pero que fue insuficiente para evitar la derrota en la guerra y posteriormente la caída del gobierno de Said Barre.
A partir de la caída del General Said Barre en 1991 hasta el año de 2006 Somalia vivió una cruenta guerra civil donde los Señores de la Guerra Somalís, quienes actúan y han actuado de caciques que ejercen control sobre patrones geográficos y de clan crearon estructuras con algún grado de institucionalidad y el poder suficiente para lograr generar gobernabilidad, esta organización se hacía llamar la Unión de Cortes Islámicas. Estas Cortes Islámicas operaron en las ciudades y centros rurales más importantes de la región (incluyendo Mogadishu la capital), donde establecieron y aplicaron el sistema jurídico islámico mejor conocido como la sharia. Por otro lado en la zona norte de la geografía Somalí, existen dos regiones que han alcanzado un grado importante de soberanía y legitimidad, sobre el territorio y la población que gobiernan, y estas son la autoproclamada independiente Somalilandia también conocida como la Somalia Británica y el territorio autónomo de Puntlandia, que se reconoce como parte de la Republica de Somalia pero reclama para sí el carácter de autónomo.
Para diciembre de 2006 Etiopia invade a su vecino país Somalia, ello con el financiamiento de los Estados Unidos, y sobre la justificación de que se había instalado un gobierno islámico radical similar al del Talibán en Afganistán (refiriéndose a la Unión de Cortes Islámicas) y que eso provocaba que Somalia se convirtiera en santuario para el asentamiento y formación de futuros terroristas que amenazaran la seguridad de la zona y de occidente. Fue una intervención improvisada, dejando al país en completa ruina y armado hasta los dientes. Mientras que en de manera paralela y en lo político, el vecino Yibuti jugó un papel muy sesgado y disminuido, intentando reunir a lo que pudo reunir de los grupos de poder de Somalia y así elegir un presidente para gobierno de transición, después y en fast track le tomaran protesta en suelo yibutí, al que actualmente pretende ser el jefe de estado de la Republica de Somalia pero que goza del reconocimiento de la comunidad internacional y la ONU. Etiopia ocupo el territorio del centro y sur de Somalia por escasos 10 meses, dejando a cargo al actual jefe de estado Somalí en Mogadishu, ciudad que el gobierno de transición apenas controla con la ayuda de 8,000 soldados enviados por la Unión Africana desde finales de 2007 a la fecha.
Sharif Sheid Ahmed es el nombre del jefe de estado somalí quien proviene de la parte moderada de la Unión de Cortes Islámicas y tiene acuerdos políticos con el clan que cuenta con mayor presencia en Somalia, esto le ha permitido mantenerse vivo y presidir el cuasi gobierno federal de transición somalí. Por otro lado y durante la invasión de Etiopia, el ala conservadora de las Unión de Cortes Islámicas (quienes fueron excluidos en la formación del gobierno de transición) conformaron un grupo armado y militar llamado Al Shabab(que quiere decir juventud), que en 2006 se convirtió en un movimiento arraigado e internacionalmente conocido.
El gobierno de Estados Unidos ha señalado que Al Shabab tiene conexiones con Al-Quaeda, pero la información existente no muestra que podamos asegurar que la organización Somalí tenga algún vínculo formal con este grupo terrorista. Los métodos de defensa y ataque que utiliza Al Shabab son propios de una guerrilla convencional, que son la interrupción de caminos y destrucción de edificios por medio de la explosión de dispositivos, atacan por las noches, emboscan y con todas las características de una fuerza beligerante controlan territorios donde aplican su ley y su gobierno. Gozan de apoyo popular en las zonas que controlan porque de alguna forma han logrado mantener el orden, pero existe el descontento sobre algunas subregiones donde las Cortes Islámicas están compuestas por miembros con ideologías radicales quienes aplican la sharia bajo un interpretación neoconservadora similar a la del talibán afgano y que discrepa de la idiosincrasia del somalí común quien tiende a llevar un patrón de vida más de clanes que religioso.
La hambruna y el conflicto armado han provocado una especie de economía de guerra dirigida a la alta dependencia que proviene de la ayuda humanitaria y su funcionamiento. Existen milicias privadas que se contratan con agencias internacionales de ayuda y periodistas para brindarles seguridad, mientras estos hacen su trabajo, además que la misma ayuda humanitaria en ocasiones es cooptada por grupos armados quienes lucran con ella. Entre tanto la constante violencia imposibilita que las ONG y OIGs puedan hacer una labor a fondo, sumado a que el PMA y la PNUD que son las agencias con mayor presupuesto y alcance tienen restringido el acceso las zonas de la hambruna en Etiopia, Kenia y Mogadishu; donde hay instalados campos de refugiados, con poblaciones promedio de 250 mil habitantes. Cada uno recibe a diario a cerca de 3 mil personas y son auspiciados por Naciones Unidas, sus organizaciones hermanas y la totalidad de las ONGs participantes en la crisis.
La sequia en Somalia ha dejado a mas de 3.2 millones de somalís en la inmediata necesidad de ayuda alimentaria, 2.8 millones de ellos se encuentran en zonas controladas por Al Shabab y actualmente el campo para refugiados en Kenia es del tamaño de la tercer ciudad Keniana de mayor población. La participación de la comunidad internacional para aliviar el problema del hambre ha funcionado como un paliativo para el problema de la alimentación, pero el principal obstáculo es la situación política del país. Estados Unidos y la comunidad internacional apoyan a un presidente que juro a la presidencia de Somalia en Yibuti, que hizo del hotel intercontinental su residencia oficial y que apenas ha podido mantener el control de algunos cuadrantes de la capital Mogadishu con la ayuda de tropas de la Unión Africana.
La total inexistencia de partidos políticos, instituciones y la constante violencia entre los grupos de poder, consolida las bases de un estado fallido en el centro y sur de Somalia. Para poder iniciar un proceso de transición política en Somalia, es necesario descentralizar el poder y sentar a negociar a todos los actores políticos de la región incluido Al Shabab quienes tienen controlado de una parte importante del país y evitar el error que se cometió en Afganistán de aislar al Talibán de cualquier negociación. Hace 3 años que no llueve en Somalia, existen niños que no conocen la lluvia, los Somalís esperan que la sequia termine y que el agua y la paz regresen con los fuertes vientos de esperanza que corren del este.
* Profesor-Investigador. Universidad Autónoma de Chiapas




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