\"Solo de flauta\" de René Rodríguez Soriano. Por Fernando Valerio-Holguín.

June 13, 2017 | Autor: F. Valerio-Holguín | Categoría: Poetry, Latin American literature, Dominican History, Dominican Republic, Dominican literature
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Descripción

«Solo de flauta» de René Rodríguez Soriano, más bien un Concierto para Flauta y Orquesta

http://mediaisla.net/revista/2013/03/solo-de-flauta-de-rene-rodriguez-soriano-mas-bien-un-concierto-paraflauta-y-orquesta/

FERNANDO VALERIO-HOLGUÍN [mediaisla] Más que un solo de flauta, lo que Rodríguez Soriano nos ofrece en su libro es un Concierto para Flauta y Orquesta en Re(né) Mayor. Rodríguez Soriano es un poeta mayor que nos devuelve, a través de la mirada abierta del niño, un universo. Combinar el mester de la crítica literaria y la ficción no es una ardua tarea. Lo que sí me parece difícil es escribir sobre la obra de un escritor coetáneo, amigo por demás; peor aún si es de la misma provincia, y sobre todo, si se comparten algunos rasgos estilísticos. Decía Ernesto Sabato que resulta un poco perturbador reconocer el mismo rasgo físico repetido en todos los miembros de una familia. Esto me sucede casi siempre que leo a Rodríguez Soriano. Pero, es un desasosiego que deriva en el placer de la lectura. Como mi intención en esta reseña no es hablar de mí, sino de René, de

Solo de flauta (Alfaguara, 2013), su más reciente libro, me circunscribiré a

comentar algunos aspectos, tales como el género literario, las instancias narrativo-poéticas y la mirada del poeta. Dividido en 7 (¿perfección?) secciones de 13 (¿transformación, renovación?) textos cada una,

Solo de

flautacomprende noventa y un textos breves que denomino cuentemas. Como género híbrido, el cuentema (cuento/poema) comparte rasgos tanto del cuento como de la poesía, en cuanto a su intensidad, lirismo y economía de palabras. Manuel García Cartagena lo denomina “narrativa-lírica o prosopoética” y señala que el mismo, se convirtió, “a partir de los años 1980, en una de las vertientes de escritura de mayor concurrencia entre nosotros”. García Cartagena atribuye el surgimiento de este género al “hecho de que muchos de sus practicantes hayan comenzado escribiendo poemas antes de dedicarse a la narración (como en el caso de César Zapata, Fernando Valerio-Holguín, Rafael García Romero, René Rodríguez Soriano y el mismo José Bobadilla, entre otros)”. Los cuentemas de Solo de flauta, en su gran mayoría, están narrados en primera y segunda personas. En algunos textos se combinan la primera y tercera personas. Si la tercera persona constituye una “no-persona”, de acuerdo con Emile Benveniste, es ésta instancia narrativo-poética la que designa los personajes que pueblan y se repiten en los textos: Laura, como la Beatrice de Dante, Manuelico, José, Jorge, entre otros. La segunda persona, tan de boga en

los años 60 entre escritores latinoamericanos como Cortázar y Fuentes, tiene el poder de transitar entre la subjetividad del yo y la no-persona del él/ella.

Pero entre los pronombres, es el yo poético el que instaura la mirada del niño en los textos de Rodríguez Soriano. Decía Rainer María Rilke que “La verdadera patria del hombre es la infancia”. Doblemente emigrante —a Santo Domingo y a los Estados Unidos—, Rodríguez Soriano regresa en sus textos a la patria chica de Constanza, de la infancia. En “Miedo pánico”, los símpidos dan caza a los niños, descritos como “terribles diablillos que lo destruyen todo” (13). La preocupación del narrador es que los niños consigan escaparse para que no nos “contagien su extraña forma de vivir” (14). En “Grafiti”, se plantea la siguiente condición: “El sol, que es luz propicia ante los ojos, sólo podrá alumbrar el universo completo de los niños si entra en sus iris, sin mancillar sus sueños, sin mentirles” (93). Inocencia prístina, sueños inmaculados, son los que evoca el poeta en la mirada de los niños. Rodríguez Soriano nos propone la apropiación de la mirada inocente del niño, “mirada abierta” con respecto al mundo: “Veo que pasan frente a mí bandadas de palomas”, piensa el infante en “La ternura bocarriba” (102). Lo abierto en la mirada, señala Alain Badiou siguiendo a Heidegger, es la relación inocente, sin abstracciones con relación al mundo; la mirada que capta la imagen del mundo de manera “natural” (60). La mirada “abierta” del niño y el poeta tiende a perderse con la entrada a lo Simbólico, que es también la entrada en el deseo y la carencia. Lo Simbólico significa también la adquisición de la conciencia de la muerte y con ésta la pérdida del paraíso. La mirada del infante, que se abre “inocente” al presente, no “acumula dolor, debido a su breve pasado, ni esperanza, debido a que no tiene conciencia del futuro” (Schopenhauer 30). Lo que el poeta comparte con el niño, en esa mirada abierta, es la prefiguración de la verdad. A diferencia del niño, el poeta ha “acumulado” dolor y placer del pasado. La vuelta al pasado por parte del poeta significa entonces un intento de recuperación del paraíso perdido. Propongo que en la mirada abierta que el poeta se apropia hay una “suspensión” de la abstracción, de juicios a priori, que le permite captar los fenómenos del presente abiertamente, como el lente de la cámara. En su ensayo “The Relation of the Poet to Day-Dreaming”, Sigmund Freud plantea que tanto el niño como el poeta crean un mundo de fantasía que toman muy en serio (35). Asimismo, asegura que muchas emociones dolorosas se convierten en fuente de goce en la obra del poeta (35). Las fantasías del poeta adulto se retrotraen al recuerdo de una experiencia de la infancia en la cual ese deseo fue satisfecho (38). Esto me lleva a plantear que en la escritura de Rodríguez Soriano hay una mirada “abierta”, producto de la elaboración posterior de los textos en los que

permanecen “huellas” mnémicas de la infancia como experiencias de deseos que suturan a los lectores. En algunos de estos textos, hay lo que Roland Barthes denomina un “apresamiento poético”, fuera de la articulación del lenguaje (205).

Refiere Franz Fanon que para Nietzsche la desgracia de todo ser humano consiste en haber sido niño (10). En mirada abierta del niño/poeta, Rodríguez Soriano propone una redención del dolor del niño que se convirtió en adulto: “nos mira y nos redime”, “nos miran a los ojos sin mirar” (“Foto fija” 131). El mundo de los adultos enturbia la mirada clara, desinteresada del niño y amenaza con destruir violentamente su “extraña forma de vivir” (14), es decir, su poesía. Y el mejor ejemplo está la cacería de niños por parte de los símpidos en “Miedo pánico”. En los cuentemas de Rodríguez Soriano, la numinosidad surge no de conceptos abstractos huecos, sino del instante, de la imagen fugaz del ojo/lente de la cámara, del niño, del poeta. Un ejemplo de este “apresamiento poético” lo encontramos en la imagen limpia de las líneas finales en “La despedida de Pavel”: “sobre la neblina del invierno, se ciernen la oscuridad temprana de la noche, y la llovizna” (158). No en vano, la sección en la que se incluye este texto se titula “Fotos de familia”. La mirada por parte del poeta/adulto tiene como función evocar/invocar el pasado perdido, la patria chica y la patria grande perdidas, a través de lo que denomino “nostalgemas” (unidades mínimas de la nostalgia), tales como libretas, lluvias, cuadernitos, pájaros, fotos, personajes, acuarelas, frases coloquiales, cartas, hoteles, canciones, libros, miradas, sonrisas… Más que un solo de flauta, lo que Rodríguez Soriano nos ofrece en su libro es un Concierto para Flauta y Orquesta en Re(né) Mayor. Rodríguez Soriano es un poeta mayor que nos devuelve, a través de la mirada abierta del niño, un universo complejo que su vivir/escribir ha ido tejiendo con el paso de los años. Descubrir que en

Solo de flauta la

poesía está viva, fresca, y renovada debería ser de grande alegría y alivio en la República Dominicana. | fvh, fort collins, co [email protected] Bibliografía Badiou, Alain. Justicia, filosofía y literatura. Santa Fe, Argentina: HomoSapiens Ediciones, 2007. Barthes, Roland. “El tercer sentido”. Contribuciones al análisis semiológico del film. Eds. Jorge Urrutia & Pau Esteve. Valencia, España: Fernando Torres Editor, 1976. Fanon, Frantz. Black Skin, White Masks. Trans. Charles Lam Markmann. New York: Grove Press, 1967. Freud, Sigmund. “The Relation of the Poet to Day-Dreaming”. Character and Culture. New York: Collier Books, 1963.

García Cartagena, Manuel. “Una nueva fricción: tipos de escenas de ficción en la narrativa dominicana”. Web. http://tertulialetrasdelaacademia.blogspot.com/2011/03/invitamos-la-conferencia-una-nueva.html Rodríguez Soriano, René. Solo de flauta. Santo Domingo, República Dominicana: Alfaguara, 2013. Schopenhauer, Arthur. Sobre el dolor del mundo, el suicidio y la voluntad de vivir. Trad. Carmen García Trevijano. Madrid: Tecnos, 2006. Valerio-Holguín, Fernando. “Los niños en la cinematografía de Eliseo Subiela”. Ponencia leída en el congresoThe Child in World Cinema. University of Texas, San Antonio, Texas, 25-27 de septiembre, 2009.

Comments (4) 

Pilar Pujols Penn March 31, 2013 at 2:33 am Coincidieron dos conciertos en Re(né)Mayor.¡Hurra, René RS,y Fernando V-H!



Doris Melo Mendoza March 31, 2013 at 6:45 pm No hay mucho que decir en referencia a la fuente de donde brota esta reseña, que te escribe mi muy respetado y admirado amigo Fernando Valerio En cuanto a crítica que escribe este señor, he leido mucho de su trabajo crítico y poetico cuentista etc. Estoy de acuerdo con lo que él, como crítico ha escrito sobre los géneros que trabajas abiertamente en un mismo texto, me gusta esa forma en que el lo llama cuentema y la manera en que te describe que no se necesita una fotografia para verte a través de la pluma de Valerio H. ,te describetal y como eres. Felicito a Fernando por este gesto que fortalece más tu trayectoria como escritor y a la vez felicitarte por la obra recién presentada que espero tener en mi poder pronto. Abrazos



mery sananes April 13, 2013 at 10:43 am Felicito a Fernando por su trabajo. No es fácil, como dice él mismo al principio, escribir sobre un colega, un compañero de ruta y de terruño, un amigo de tierra y neblina. Pero la dificultad no ha impedido que labore su vía para dejar una síntesis que concluye en ese decir que estamos ante un concierto para flauta y orquesta en re(né) mayor. Y lo hace utilizando sus instrumentos de labranza y de trabajo. Ninguna cita está demás. Va y viene de la palabra que describe lo que René quiere arrebatar en un verso. Y ese es un acierto. Pero siempre me ha dado por la lectura sin otra referencia que esa pupila que se humedece cuando se habla de algo que anida en uno desde tiempos inmemoriales. Por ese reverbero de la piel cuando se tocan los sentidos del alma. Y eso es lo que logra René cuando dice en sus acordes de viento: ‘El sol, que es luz propicia ante los ojos, sólo podrá alumbrar el universo completo de los niños si entra en sus iris, sin mancillar sus sueños, sin mentirles.’ Como una bandada de palomas en busca del alpistero de su mirar. Y sin embargo cuánta mentira se fabrica entre uno y otro.

Y sí, Fernando, explica con su ingenio y voracidad literaria, el eje central de un niño convertido en adulto, sin haber roto jamás con lo que lo ha hecho lo que es. Y Fernando, que en su obra, como René, no tiene límites para lo que sus sentidos le van dibujando, logra conciliar ambas tareas con la sensibilidad y sabiduría que lo caracterizan. Esa figura extraordinaria que es Fernando que viste su traje de magister, pero que no se aleja ni un instante de ese puerto cuyos rumbos conoce como si siempre hubiese habitado la mar. Ese camino que va de Angélica a la Bella Pagana, que se transita como un salmo en la misa del domingo. Gracias a ambos!!



Eli Quezada April 14, 2013 at 7:28 pm Cuánto entiendo a Fernando Holguín cuando habla de esa dicotomía niño/adulto y evoca de su manantial profundo de sabiduría y la de los otros (bibliografías) esos reflejos poéticos de que son capaces los artistas de la palabra cuando de contar historias se trata. Y pienso en lo que me toca al terminar un libro de la editorial Mediaisla y del dominicano Rubén Sánchez Féliz, quien justamente cuenta una historia desde la mirada-voz de un niño-adulto (para mí) y comprendo cuando Fernando dice: “Lo que sí me parece difícil es escribir sobre la obra de un escritor coetáneo, amigo por demás; peor aún si es de la misma provincia, y sobre todo, si se comparten algunos rasgos estilísticos.” Y es que el hombre y la mujer en su adultez, escritor o no, debe asirse de esas imágenes que se depositaron en los años mozos y configuraron la personalidad y las grietas huecas que son precisas a llenarse. Casi todos debemos surcar ese pasado cuando fuimos genuinos, cuando fuimos esponja, cuando creímos en Alicias y en un país maravilloso pero al mismo tiempo lleno de sorpresas para nuestra ingenuidad sin malicia. En René se da la poética y la narración como un la relación marido-mujer. Como el maridaje entre el vino y los quesos. O entre los quesos y la guayaba. Y la poética de René siempre tiene un ritmo alterno, profundo y agudo. He leído mucho de René y espero, en estos días leer su -Sólo de flauta- primero con la esperanza de danzar a su ritmo, y segundo porque sé que siempre tendrá la pericia de sorprenderme como lo ha hecho con sus otras obras literarias. René es un narradorpoeta nacional. No es un cuenta cuentos hueco… es un artífice mágico de la narración poética. Gran análisis de un gran hombre de letras como lo es Fernando.

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