Sociología de la religión y de la dominación

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Descripción



Max Weber. Economía y Sociedad, FCE, España, 2002, p. 332
Íbid, p. 699
Íbid, p. 695
Íbid, p. 707
Íbid, p. 708
http://www.presidencia.gob.mx/primerinforme/
Op. cit., p. 707
Íbid, p. 711
Íbid, p. 711
http://lopezobrador.org.mx/semblanza/
Ana San Vicente Juambelz
Control II
Sociología de la Religión
Sociología de la Dominación
Max Weber

1) En el capítulo de "Sociología de la religión" Weber expone sus ideas respecto al papel de la religión en comunidades específicas y en la sociedad en general. Para explicar que el sentido religioso de la acción social puede ser considerado como racional hay que considerar, primero, distintas ideas que plantea el autor.
En primer lugar, dice que la religión es siempre una acción con sentido, es decir, una acción racional en la que se adecúan medios-fines. Esta racionalidad del carácter religioso de la acción social se construye a partir del momento en el que los valores influyen de manera necesaria en el sentido de la acción, es decir, la adecuación medios-fines que lleva a cabo el actor está determinada (consciente o inconscientemente) por una serie de "reglas de experiencia". Estas "reglas de experiencia" se explican mediante distintas circunstancias en las que la religión está presente. La religión, como una construcción narrativa para explicarnos el mundo, entra en un proceso de simbolización, o fetichización, de los objetos que conforman nuestra realidad, al otorgarles un nuevo significado más allá de sus virtudes mundanas, el mismo actuar dentro del mundo se vuelve una actuar significativo. Por ejemplo, en el pensar mágico-religioso los conceptos conllevan analogías con respecto al mundo que nos rodea. Este hacer metafórico (a partir del símil) de los objetos que conforman la realidad nos permite comprender y explicar la importancia conceptual que hay en el pensamiento religioso y, además, nos permite explicar el sentido racional de las acciones religiosas al saber que se está actuando "en función de obtener resultados reales mediante un actuar significativo." Quienes se encargan del ordenamiento sistemático de algún campo de representaciones y que son también la intermediación entre nosotros y aquellas otras fuerzas son los magos, estos se consideran como seres extraordinarios que pueden explicar situaciones extraordinarias. El mago evoluciona a sacerdote en el momento en el que tiene que reivindicarse para seguir existiendo como este "ser extraordinario", es también por eso que las religiones tienden a institucionalizarse, a transformarse en símbolos comunitarios para mantener su legitimidad ante un grupo.
Estas cualidades respecto al sentido religioso de la acción social son sumamente significativas para el análisis de lo social por distintas razones. En primer lugar, al estar las acciones orientadas conforme una experiencia religiosa y ser entonces válida como una acción social (al ser racional), el sentido de las acciones dentro de un grupo pueden ser predecibles o, hasta cierto punto, explicadas por quien observa e interpreta dichas acciones. En segundo lugar, el papel que cumplen los magos para legitimar de manera religiosa cualquier acción a realizar y ser, además, los encargados del manejo y creación de símbolos (y por tanto constructores del sentido de la acción), nos ayuda a comprender la identidad y función de algún grupo puesto que la creación de símbolos y significaciones funge en la construcción de la identidad individual, pero sobre todo, de la identidad colectiva, además de que esta creación simbólica está inmersa dentro de un contexto social, económico y político que siempre hay que tener en cuenta.
Es también, de esta manera, que conocer el sentido racional de las acciones con funciones religiosas nos permite comprender un montón de actitudes y quehaceres dentro de la sociedad que hasta hoy en día se llevan a cabo y que están profundamente ligadas con el pensamiento mágico-religioso. Actores individuales o grupos que actúan conforme a una tradición religiosa que, las más de las veces, tiene que ver con factores políticos, económicos y sociales, nos permite conocer una de las tantas variaciones narrativas que ha habido a lo largo de la historia y que nos ayudan a comprender a las sociedades conforme conocemos su manera de simbolizar, conceptualizar y actuar a partir de estas en el mundo.

2) Para explicar qué es la dominación según Weber y por qué la considera importante en el análisis de la acción social es necesario presentar primero la diferencia que hay entre este concepto y el concepto de poder. Mientras que el poder se refiere a toda aquella situación en que alguien puede imponer su voluntad propia, la dominación indica, más específicamente, no sólo que se está imponiendo la voluntad de alguien sino que, además, ésta imposición va acompañada por la probable obediencia del otro, "un estado de cosas por el cual una voluntad manifiesta del dominador o de los dominadores influye sobre los actos de otros, de tal suerte que en un grado socialmente relevante estos actos tiene lugar como sí los dominados hubieran adoptado por sí mismos y como máxima de su obrar el contenido del mandato". Weber dice que para que un acto de dominación sea acatado por el "dominado", éste tiene que considerar legítima la proposición que se le impone. Esta aceptación de "las normas" y realización de lo impuesto como sí, se logra a través de la aprehensión de las mismas normas, o a través de la legitimación del orden social.
Weber menciona, además, que la dominación es uno de los más importantes elementos de la acción comunitaria, "todas las esferas de la acción comunitaria están sin excepción profundamente influidas por las formas de dominación. Ésta y la forma en que se ejerce es en muchísimos casos lo único que permite convertir una acción comunitaria amorfa en una asociación racional." Es, en otros casos, la forma de dominación la que define el desenvolvimiento de las acciones de un grupo determinado y el sentido de la acción. Es de esta manera que Weber nos demuestra la importancia de la dominación para el análisis de la acción social, puesto que está profundamente ligada con el tipo de dominación y éste, a su vez y como menciona más adelante el autor, está ligado ya sea como factor o como consecuencia al ámbito económico que se desarrolla en las determinadas comunidades dominadas.
El conocer el tipo de dominación y el grupo al que domina nos permite interpretar desde una perspectiva mucho más amplia el sentido de las acciones sociales inmersas en un marco político, es decir, inmersas siempre en una relación en la que hay un dominante y un dominador.
Para que la dominación se lleve a cabo y sea legitimada por el o los dominados, ya sea de manera coactiva por parte del dominador o aprehendida por el dominado, existen tres tipos ideales de formas de dominación, de "motivos de legitimidad" de ésta; legal, tradicional o carismática.
La dominación legal se refiere a cuando "se obedece, no a la persona en virtud de su derecho propio sino a la regla estatuida, la cual establece al propio tiempo a quién y en qué medida se deba obedecer." En otras palabras, la autoridad no viene de la persona misma sino de lo que simboliza esa persona, que puede ser una institución, una ley, etc. Aceptamos el mandato de esa autoridad pero no de la persona como tal. Es en esta forma de dominación que la legalidad funge como la fuente de legitimidad, al seguir y cumplir con las leyes que una institución acota y que un personaje encarna estamos obedeciendo como sí a los mandatos dentro de un marco legal. Al tiempo que el que ordena también está obedeciendo a una regla: a las leyes establecidas del grupo del que forme parte.
Weber menciona, como ejemplo, que probablemente el tipo más puro de dominación legal sea la burocracia pero tomando en cuenta que ninguna dominación es exclusivamente burocrática, por ejemplo, en un gobierno que se funda en una administración burocrática los altos cargos no son únicamente llevados a cabo por funcionarios contratados sino que, la mayoría de las veces, son cargos otorgados a monarcas o "presidentes" que muchas veces son elegidos a partir de su carisma (que más adelante veremos cómo también funge como uno de los tipos de dominación).
En la dominación tradicional se obedece el mandato a partir de lo que está instituido por tradición y costumbre, "se obedece a la persona en virtud de su dignidad propia, santificada por la tradición." Estas virtudes y poderes son traídos por una tradición histórica y social. El ejemplo más clareo de este tipo de dominación podría ser el dominio patriarcal, en éste hay una tradición histórica respecto a los roles de género que se interpretan dentro de la sociedad, el papel de hombre y mujeres que se puede observar claramente en la conformación de la familia y en el carácter reproductor de ésta con respecto a las relaciones tradicionales de dominio.
Y, por último, el autor define la dominación carismática cuando un mandato es acatado por el reconocimiento social de facultades extraordinarias del que manda, "en virtud de devoción afectiva a la persona del señor y a sus dotes sobrenaturales (carisma) y, en particular: facultades mágicas, revelaciones o heroísmo, poder intelectual u oratorio. El poder del dominador no se basa en un hecho externo a él (como en los últimos dos tipos de dominación) sino que este poder se le reconoce a sí mismo. Su legitimidad recae en la aceptación que tiene dentro de la comunidad por lo que es necesario ratificar su carisma, sus facultades extraordinarias. El más claro ejemplo de este tipo de dominación puede ser el papel de un profeta en una comunidad, se le asignan características extraordinarias y, al cumplirse estas, ratifica su aceptación dentro de la comunidad aumentando su poder de convencimiento y haciendo que los demás acoten sin peros sus mandatos puesto que ha creado, alrededor suyo, una devoción afectiva por parte de las personas.

3) La idea principal de los textos de Weber es lograr, a partir de la sociología, un entendimiento y una interpretación tal de la sociedad que nos sea posible explicar (y hasta a veces predecir) el sentido de las acciones sociales y con esto comprender el sentido multidisciplinario de la sociología con respecto a los ámbito económicos y políticos. A diario podemos observar dentro de la sociedad una inmensidad de acciones sociales llevada a cabo por actores que nos rodean día a día y, de alguna manera, comprender el sentido de éstas.
Uno de los temas que más trata Weber, y en el cual nos situaremos en este pequeño ensayo, es el tema de la dominación; el carácter político de las relaciones que se establecen entre un dominador y un dominado, y por político no nos referimos sólo a la actividad que realizan quienes nos gobiernan sino a las relaciones de poder que se crean, inevitablemente, entre dos personas (o entre dos grupos de personas) para que una de ellas mantenga el poder.
Al hablar del poder, podemos decir que en sus causas se encuentran distintos ámbitos como el económico, pero esencialmente nos centraremos en hablar de las fuentes del poder, de la manera en la que el poder se lleva a cabo dentro de las sociedades y, específicamente, dentro de los gobiernos.
Retomaremos las definiciones de Weber respecto a los distintos tipos de dominación que legitiman el poder de alguien o de muchos, contrastándolas (o reflejándolas) con tres distintas figuras políticas de nuestro tiempo: Enrique Peña Nieto, Andrés Manuel López Obrador y Evo Morales.
Enrique Peña Nieto es conocido por ser el presidente de México y por pertenecer a uno de los partidos políticos que han gobernado durante más tiempo que ningún otro nuestro país. El hecho de que sea presidente le otorga el poder a partir de la dominación legal, en términos muy generales (y sin profundizar ahora en la crítica) Peña Nieto encarna en la figura del mandatario ejecutivo una serie de leyes instituidas en el gobierno mexicano, su autoridad radica, desde este tipo de dominación, no en él como persona sino en la figura presidencial, que se encarga de ejecutar de la mejor manera posible las decisiones del poder legislativo. Como dice en la página del gobierno, en uno de los puntos de su primer informe de gobierno, "El Gobierno Federal, a través de la Secretaría de Gobernación, dialoga con las organizaciones de la sociedad civil y las fuerzas políticas nacionales a fin de construir acuerdos para impulsar las reformas legislativas necesarias para el país, además de coordinar la relación entre el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo." Y como menciona Weber en un apartado de la dominación legal "también el que ordena obedece, al emitir una orden, a una regla: a la "ley" o al "reglamento" de una norma formalmente abstracta", es así como, "siendo" la figura que mantiene en orden a la sociedad, administrando y ejecutando las legislaciones, se legitima ante las personas. Pero ¿qué sucede en el momento en el que él, sólo siendo un símbolo de la ejecución de la legalidad, no acata ésta?, pierde, como hemos visto después de 3 años de su gobierno, legitimidad ante el pueblo. Un recuento de las manifestaciones que se han dado desde el año pasado es una rotunda muestra de que la dominación que ejerce Enrique Peña Nieto ha dejado de ser una dominación legal, para una parte de México, y ha estado ejerciendo su poder en función de su carisma y en función de la tradición. La dominación carismática que la hemos observado desde el momento en el que inició su campaña presidencial, las personas le atribuían virtudes en función de sus cualidades personales, como su físico, con quién estaba casado, etc. Y su dominación tradicional reside en el hecho de que pertenece al PRI, las personas le atribuyen y legitiman su posición de presidente pues es parte del partido que estuvo por más de 70 años gobernando México, las personas que nacieron en el siglo pasado vivieron toda su vida bajo el mismo régimen y siguen votando por el éste por "costumbre".
En contraparte, y siguiendo un poco la línea sobre la política y las formas de dominación en México, encontramos a otra figura política muy importante: Andrés Manuel López Obrador. AMLO fue el Jefe de Gobierno en el sexenio de 2000 al 2006. Se postuló a la presidencia de la República dos veces, la primera en 2006 y la segunda en 2012. Al formar parte de un partido y del gobierno federal durante 6 años podríamos decir que hizo uso de la dominación legal pero, principalmente, AMLO se ganó la legitimación del pueblo gracias a la dominación carismática que ejercía como figura pública. Una de las características que Weber menciona de aquellos que hacen uso de su carisma para ejercer cierto poder es que se le tiene "una devoción afectiva a la persona y a sus dotes sobrenaturales" ya sean "facultades mágicas, poder intelectual u oratorio, revelaciones o heroísmo", de las cuales podemos ver, principalmente, dos en Obrador; su capacidad oratoria y el heroísmo que le atribuye (atribuía) la parte de la sociedad que lo apoya. Es un hecho que Obrador, fungió como uno de los mejores jefes de Gobierno del D.F., tanto así que salió elegido como el segundo mejor alcalde en el año 2004, con sus tareas como Jefe de Gobierno, el mejoramiento progresivo que se observó en la ciudad y su lema "Por el bien de todos, primero los pobres", Andrés Manuel supo ganar seguidores y mantener la aceptación por parte del pueblo hasta tiempo después de terminado su mandato en el gobierno y, por lo tanto su dominación legal. Uno de los sucesos en la historia política de Obrador que más llama mi atención con respecto a las formas de dominación, fue el día en el que gracias al carisma de su persona y, por lo tanto, de su capacidad como orador y figura, el 20 de noviembre del 2006, después del fraude electoral, se declaró ante miles de personas en el zócalo de la ciudad como el presidente "legítimo" de México. Me llama la atención este momento ya que la mayoría de las veces en las que se legitima una figura política en un sistema de gobierno como en el que vivimos hoy, es a partir de las funciones legales de la dominación, claro que siempre al elegir un mandatario son necesarias ciertas cualidades carismáticas, pero siempre es predominante para el proceso de acatar y aceptar el orden una figura legal. En cambio, Andrés Manuel logró un grado tan grande de aceptación entre el pueblo mexicano para (ya no hablemos de su presidencia "legítima") movilizar a millones de personas. Podría hasta decir que las personas tenían "fé" en Obrador, lo veían casi como un mesías, alguien que lograría sacar a México del hoyo al que se estaba yendo. Pero hoy en día, ¿qué sucedió con aquella figura "esperanzadora" de AMLO?, sus acciones se volvieron repetitivas y dejó en algún momento de reiterar su virtud carismática, la gente dejó de tener "fé" en sus acciones y por lo tanto perdió una gran parte de su legitimidad, sobre todo entre los jóvenes que, además, por razones de tiempo y brechas generacionales, no vivieron plenamente los periodos de AMLO y se quedan, hoy en día, siendo en parte conscientes y en parte no, de las funciones de dominación carismática de éste líder.
Por último, y dejando un poco de lado la política mexicana, nos queda mencionar a otra figura política importante de América Latina. Evo Morales es el actual presidente de Bolivia, y lo será hasta el 2020. Morales llegó al poder en el 2006, después de un largo periodo de activismo político. Evo Morales ha sido una de las figuras presidenciales que más ha causado controversias en este siglo, por un lado porque era un activista político, presidente del sindicato de cocaleros en Bolivia y de origen indígena, estudió hasta la primaria y, a partir de ahí, fue autodidacta. Siguiendo las ideas de Weber, podríamos decir que Evo Morales rompió por completo con el tipo de dominación tradicional, nunca antes en la historia de Bolivia había habido un presidente indígena que, además, fue autodidacta y un exlíder campesino. Evo también rompió con el tipo de dominación legal porque, aunque sí cumplía (y cumple) su papel como la figura presidencial, cambió e instauró una nueva constitución al inicio de su mandato.
Es así como su poder está en función, principalmente, de sus características carismáticas de dominación. Evo es, en sí mismo y bajo sus virtudes, el símbolo de los indígenas no sólo en Bolivia, sino también en todos los países latinoamericanos en donde la presencia indígena siempre ha sido marginada y oprimida por gran parte de la sociedad. Evo hizo uso de sus cualidades/virtudes extraordinarias a las de un presidente para legitimarse ante el pueblo bolivariano.
Creo que es fundamental mencionar que los tres personajes de los que acabamos de hablar fungieron de una u otra manera, a lo largo de su presencia en la historia, a través de los tres tipos de dominación. Me pareció interesante notar que además, una de las razones por las que los tres pueden fungir como dominadores tradicionales, es a partir del hecho de que los tres son hombres. Los tres fueron o son dirigentes que buscaban, aunque fuera con ideologías distintas, la presidencia de un país, el poder ejecutivo. Los tres, legitimaban sus intenciones tradicionalmente también a partir del rol de género que interpretan como hombres en una sociedad (históricamente y, por lo tanto, por costumbre) patriarcal.
Es fundamental, también, analizar los hechos contemporáneos a nosotros y poder interpretarlos a partir de conceptos sociológicos, que sean actuales o no, tienen un peso significativo para el análisis de lo social y de nuestras propias acciones sociales (sean colectivas o individuales) inmersas en nuestros respectivos contextos y por tanto inmersas en nuestro actuar y transformar el mundo.

Bibliografía:
Weber, Max. Economía y Sociedad, esbozo de una sociología comprensiva. España, FCE, 2002, 1272 pp.
Semblanza: AMLO, http://lopezobrador.org.mx/semblanza/ (consultado 12 de octubre de 2015)
Primer informe de gobierno: EPN, http://www.presidencia.gob.mx/primerinforme/ (consultado el 12 de octubre de 2015)
Mabel Azcui, El triunfo de la coca en Bolivia, en El País, 04-07-2002. http://elpais.com/diario/2002/07/14/internacional/1026597608_850215.html (consultado el 12 de octubre de 2015).
Mabel Azcui, Tres candidatos a la sucesión, en El País, 08-06-2005. http://elpais.com/diario/2005/06/08/internacional/1118181601_850215.html (consultado el 12 de octubre de 2015).
Maite Rico, Victoria arrolladora de Evo Morales, en El País, 20-12-2005. http://elpais.com/diario/2005/12/20/internacional/1135033202_850215.html (consultado el 12 de octubre de 2015).




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