Sociedad y ambiente desde una perspectiva educativa

July 23, 2017 | Autor: R. Olmedo Neri | Categoría: Educación, Educación Ambiental
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Descripción

UNVERSIDAD AUTÓNOMA CHAPINGO Sociología Rural

“SOCIEDAD Y AMBIENTE. UNA PROPUESTA INTEGRAL DESDE LA EDUCACIÓN”

Presenta: RAUL ANTHONY OLMEDO NERI

Materia: Ecología y Recursos Naturales

Profesor: Sinecio López Méndez

Introducción. La humanidad ha tenido un tiempo relativamente corto en la Tierra, sin embargo, desde el siglo XIX ha crecido su impacto en el planeta como consecuencia de la innovación tecnológica que incrementó la producción (de una producción artesanal a una en serie) en Europa y con ella se pasó a una extracción de materias primas provenientes del entorno y que ahora permean como una problemática de corte planetario que de no reducirse, la vida estará en peligro. El presente trabajo tiene como fin dar un panorama sobre las acciones planteadas a nivel educativo con las que se pretende mitigar la contaminación del ambiente y la seguridad de los seres vivos y los recursos naturales que hay y que son ocupados de una manera racionalmente económica, mas carente de ética. No es de sorprendernos que dentro de la sociedad y el sistema en el que nos encontramos, existan diversos discursos que intentan enmascarar y distribuir la culpa del problema que nos hemos generado; de éstos haremos un análisis crítico a partir de su intento de darle el toque verde al capitalismo. Finalmente mencionaremos la perspectiva educativa de corte alternativo que permita una reintegración de la humanidad con el ambiente y consigo misma. A este caso mencionamos ejemplos como las Escuelas Campesinas (ECamp) y la Educación Popular Ambiental (EPA). Porque ante un problema común necesitamos una propuesta colectiva que nos permita abatir el sistema económico depredador de la naturaleza y de la humanidad.

Del sistema en el que nos encontramos. El sistema económico predominante ha comenzado a desmantelar la base ecológica y la propia vida del planeta para que pueda subsistir, por un lado, y para justificar su papel como transformador de dichos problemas, por otro. De allí que dicho sistema sea contradictorio en su discurso y su acción. Como menciona Franz Hinkelammert: El sistema no puede seguir creciendo sin provocar una crisis ecológica de dimensiones apocalípticas, pero tampoco puede decrecer sin originar una

crisis económica y social de enormes proporciones. (Hinkelammert & Mora Jiménez, 2013, pág. 12)

Es decir, que el mismo sistema se ha fundado en una espiral de negativa que llegará a una catástrofe planetaria, y si se detiene dejará una gran problemática socioambbiental. La globalización (nueva fase del sistema capitalista caracterizado por la libre circulación del capital y el nuevo modo de producción y acumulación a través de las empresas trasnacionales) ha contribuido a generar desarrollo en las zonas modernas (ciudades) y degradado zonas que han permanecido en la rusticidad (que tiene significados de retraso, de poca estética, etc) por cuestiones culturales, sociales, políticas e históricas. Este desarrollo, como se ha mencionado, surge a pesar de todo “of the sweat, tears, and blood of the people who live in these nations” (Gereffi, 1990, pág. 8). Este es el siglo donde la sangre genera dinero y el sudor grandes empresas depredadoras. Bajo esta crítica, también debemos fundamentar la crisis planetaria en las que nos encontramos: la primera es la concepción de los ciclos del capital (ciclo dinerario, productivo y mercantil) respecto a los ciclos biológicos, ya que los primeros son más rápidos que los segundos; es decir, la circulación del capital por su propia fin genérico (acumulación de capital rápido y eficiente) rebasa los ciclos de crecimiento de plantas y reproductivos en los animales. Lo anterior a partir de la tendencia consumista que implica la producción en serie aunque no se necesiten todas las mercancías. La segunda es de acuerdo al papel de las empresas transnacionales y el sistema monocultivo que promueven en los países subdesarrollados (que son aquellos en donde se genera la producción de materias primas a nivel mundial) bajo el discurso de mayor rendimiento para poder superar la corriente maltusiana del crecimiento poblacional y sus consecuencias. La tercera razón es la concepción de modernidad que permea en las grandes concentraciones capitalinas como Buenos Aires, Distrito Federal y Sao Paulo, en los que, según Eduardo Galeano, en su conjunto superan cualquier población de cualquier país europeo (a excepción de Rusia). Educación instrumental y educación popular.

Es necesario mencionar que la educación en América Latina ha tenido un papel instrumental y de corte subdesarrollista que la ha mantenido en una posición subordinada respecto al primer mundo. Se menciona “los sistemas educativos latinoamericanos se inspiraron en las instituciones españolas y francesas de corte liberal y en las ideas norteamericanas” (Puiggrós, 1992, pág. 39). Referente a este tema nos encontramos con el papel de la educación como sistema obsoleto de acuerdo a la realidad continental y además con el papel de legitimadora del statu quo de las sociedades latinoamericanas. Bajo este contexto, la educación ha jugado como un elemento de producción y reproducción de sistemas sociales que permiten la perpetuidad de las condiciones tanto productivas como asociativas. A este respecto podemos mencionar el papel de la sustentabilidad como un intento de educar y combatir el problema ambiental, no obstante hay que aclarar que dicha sustentabilidad se fundamenta para dar el carácter verde al capitalismo; con ello se intenta interiorizar las externalidades que el propio proceso de producción genera para “cuidar el ambiente”. Sin embargo, lo que enmascara la sustentabilidad o sostenibilidad es la esencia de hacer más eficiente el proceso productivo, así como propagar la idea de darle un valor económico a la naturaleza y por ende, a la vida. De allí que se genere la idea de dominación por parte del humanidad hacia la naturaleza “En medida en que el hombre ejerce poder sobre la naturaleza ésta deja de serle extraña, lo que habla de una cierta enajenación bajo la lógica de que ella le sirve a él” (Torres Carral, 2006, pág. 42). De este carácter la concepción de nuevas alternativas educativas (en las estructuras pedagógicas, de construcción de currículum y propuestas de evaluación teórico-práctico) que le permitan tanto al educando como al educador aprender. Las concepciones alternativas se han concentrado en formular todo un lenguaje teórico-conceptual que les permitan encontrar una alternativa práctica a las condiciones educativas en ámbito ambiental. De lo anterior se definió la educación ambiental “como un conjunto de acciones coherentemente diseñadas en programas (…) en aras de mejorar o cambiar una realidad socioambiental en el contexto geográfico” (Rodríguez Pérez & al, 2013, pág. 39). La nueva concepción de la

educación ambiental va en el sentido de crear una conciencia y dotar al colectivo de herramientas conceptuales que le permitan tener una concepción más amplia de la realidad (vista como un sistema complejo en el que el cambio de en un elemento repercute en el todo). Lo anterior es indudable a partir de la necesidad de trabajo extra en pro de la educación ambiental y de su propia educación (concientización):

Implica, por tanto, una reorganización de la experiencia y de los modos de percibir y actuar en función de valores y categorías de conocimiento cualitativamente superiores y asimilación a las preexistentes” (Esteva Perarla, 2000, pág. 241)

Porque la educación ambiental alternativa no está legalizada, es un proceso legitimado en las comunidades rurales y poco menos en las ciudades. En la educación ambiental se necesita una conciencia sobre lo que está pasando y hacia dónde se quiere ir; tenemos que hacer en los congregados “que afiancen valores culturales y conductas generadas” (Esteinu Madrid, 2001, pág. 83). Un ejemplo del papel de la educación popular es el caso de las escuelas campesinas, dicho modelo pedagógico intenta dar un proceso educativo de corte regional a comunidades rurales que presentan carencias económicas, políticas y educativas como consecuencia del poco interés por parte del Estado en garantizar la educación mínima obligatoria (para el caso de México es la educación media básica). Este tipo de alternativas educativas tienen un carácter integral desde el punto de vista que la educación que se maneja se vuelve pragmática a corto plazo y con el fin de educar a partir del entorno y los recursos disponibles. Este tipo de educación tiene limitantes como su propio alcance, ya que aunque permite un desarrollo económico regional, no ayuda a proporcionar las herramientas conceptuales. Se enfoca en el lado práctico. El modelo es bueno porque se vuelve integradora de las diferentes problemáticas y trata de solucionarlas a partir de la participación colectiva de la población donde se enseña y aprende.

Hemos visto que el desarrollo va más allá de lo meramente económico y cuantificable. El cambio no está en interiorizar el problema del desarrollo al sistema capitalista sino en que haya un cambio radical (que vaya a la raíz del problema) en las personas. No se trata de “pensar global, actuar local” sino que debemos pensar local y actuar global. De lo anterior surge la propuesta de un desarrollo regional endógeno: regional para poder aprovechar las condiciones geosociales y no esperar la entrada del capital1 y endógeno porque debe realizarse desde adentro y esto último está en relación de los individuos, las sociedades y la misma naturaleza. El desarrollo regional necesita de un capital social2 rico y que le permita llevar este proceso de transición hacia una autosuficiencia cultural, social, alimenticia y económica que mejoren las condiciones de vida de los habitantes. Este desarrollo aspira a practicar formas organizacionales y económicas diferentes a las predominantes en la globalización como lo es el cooperativismo, el comercio justo, el respeto a Tierra (vista como un sujeto y no objeto), prácticas agroecológicas (producción orgánica). El factor más importante para el desarrollo regional es en primer lugar la organización (actuar local) de los diferentes sectores de la sociedad (productores, trabajadores, consumidores, etc.) para poder detectar los problemas que presentan como grupo; después se da la tarea de resolverlos a partir de la participación de todos y todas para poder detectar y desarrollar las capacidades de cada individuo a fin de canalizarlas al fortalecimiento de los diferentes sectores. Este proceso de desarrollo traerá consigo la autogestión regional. En la filosofía del Sumaq Kawsay dice “crear espacios autogestionarios frente a nuestros problemas” (Alemania, 213, pág. 110). No podemos decir que existe un punto dado en que se llegue a un desarrollo máximo porque dicho desarrollo, como lo hemos visto, es constante en cada uno y a la vez en todos. Se necesita voluntad

1

El desarrollo regional endógeno está abocado a las zonas rurales donde la internalización del capital no está dada de manera profunda, ya que es en estas zonas donde se hacen prácticas económicas de menor impacto al medio ambiente (ecoturismo, comercio comunitario, producción ejidal) en comparación con las zonas industriales (cerca de las ciudades o en los límites). 2 Tomando en cuenta que el capital social es el motor social que permite el desenvolvimiento de las capacidades a nivel grupal.

de querer cambiar; la vitalidad es la unión de los excluidos (las dos terceras partes de la población que sin importar su clase social pertenecen a una categoría de sistema). Otro factor importante en el diálogo entre los mismos integrantes, pero también debe existir un diálogo con otras personas para que comiencen con el mismo proceso de desarrollo (pensar global); porque el objetivo del modelo de desarrollo regional es expandirse volverse homogéneo pero diferente a la vez3. Todo en pro de un cambio en la forma de vivir. Conclusión Dado el carácter hegemónico que en la sociedad actual ejercen el capitalismo y la globalización, la acción social adquiere relevancia en tanto sea crítica y capaz de generar alternativas de acción (Luis & Lozano, 2013, pág. 72).

Las alternativas de acción están en razón de la conciencia de las personas para apropiarse de su realidad en primer plano y el de la realidad en su conjunto después de adquirir las herramientas conceptuales de la educación ambiental. Ante la situación en la que nos encontramos, podemos decir que el cambio está en primer lugar en las personas y en segundo lugar en lo que aprenderán y enseñarán para poder resolver los problemas que se le presentan (en este caso el más importante es el problema ambiental a nivel planetario). Los recursos naturales y los seres vivos están en peligro; la educación debe dejar de jugar el papel instrumentista ante el Estado y generar propuestas como las generadas por la colectividad (el desarrollo regional endógeno, la educación popular ambiental y las escuelas campesinas). Estos modelos implican educación extratemporal en la sociedad para sí misma. Debemos pensar para estar con el mundo y no sobre él, parafraseando a Paulo Freire.

Bibliografía Alemania, P. D. (213). Sumaq Kawsay. Vivir bonito. Alemania: Terre des Hommes.

3Homogéneo

porque debe tener las mismas bases en las otras regiones y diferente porque las capacidades de los individuos y las condiciones geosociales también lo son.

Esteinu Madrid, J. (2001). Ecología y medios de comunicación en México. México: UAM-X. Esteva Perarla, J. (2000). Educación popular ambiental. Hacia una pedagogía de la apropiación del ambiente. En E. Leff, La complejidad ambiental (págs. 216-252). México: Siglo XXI PNUMA-CITCYH. Gereffi, G. (1990). Paths of Industrialization: An overview. En G. Gereffi, & D. Wyman, Paths of Industrialization in Latin America and East Asia (págs. 331). New Jersey: Princeton University Press. Hinkelammert, F., & Mora Jiménez, H. (2013). Hacia una economía para la vida. México: EUNA. Luis, M., & Lozano, A. (. (2013). Perspectivas de las escuelas campesinas. Tlapacoyan: UACh. Puiggrós, A. (1992). América Latina y la crisis de la educación. En A. Puiggrós, & M. Gómez, Alternativas pedagógicas, sujetos y prospectivas de la educación latinoamericana (págs. 37-56). México: UNAM. Rodríguez Pérez, L. A., & al, e. (2013). Educación ambiental en dos comunidades cubanas. México: UACh. Torres Carral, G. (2006). Poscivilización: guerra y ruralidad. México: Plaza y Valdés.

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