Sociedad Civil: Articulación y Reemergencia en el Chile Contemporáneo

May 23, 2017 | Autor: C. Navarrete Seve... | Categoría: Sociologia Política
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Descripción






Sociedad civil: Articulación y reemergencia en el Chile contemporáneo


Carlos Navarrete Severino;Kimberly Sepúlveda Muñoz
Profesor Andrés Tello


2016



Índice
Introducción 2
Un acercamiento al concepto de "Sociedad Civil" 3
La articulación de la sociedad civil en Chile 4
El quiebre de la sociedad civil 7
Regreso a la democracia: ¿Rearticulación de la sociedad civil? 10
Conclusión 12
Bibliografía 14



Introducción

Para comenzar el presente ensayo, debemos partir desde la premisa de que la configuración del mundo social se da mediante la interacción de diferentes actores que logran conformar un conjunto de partes interrelacionadas entre sí. A partir de ese punto de vista, podemos identificar tres componentes fundamentales dentro de la organización social, los cuales vendrían a ser, desde la mampara de la Sociología Política, el estado, el individuo y el mercado, quienes median a través de la sociedad civil. Asimismo, es primordial tener en consideración que la sociedad civil, juega un rol fundamental, ya que es el mediador entre las relaciones de los tres componentes antes mencionados.
En función a lo planteado anteriormente, el cometido fundamental de nosotros, como escritores de este ensayo, es el de ponerle énfasis a la relación dada entre dos actores fundamentales dentro de este modelo tripartito, los cuales vendrían a ser la sociedad civil y el estado. En ese sentido, es importante recalcar que el análisis presentado será a partir de los postulados de la Sociología Política, cuyos ejes centrales giran en torno a las relaciones de poder, la formación del estado moderno, la desigualdad social y la forma en la cual las organizaciones ajenas a las instituciones influyen dentro de la política.
Por ello, el problema de interés es, en específico, la dificultosa articulación de la sociedad civil en Chile a partir de los intentos desarticuladores por parte del estado. Es de suma importancia dar cuenta de que el desarrollo de la sociedad civil en Chile ha atravesado por diferentes contextos históricos, entre los cuales destacan los hechos dados bajo los gobiernos más radicales o violentos, como el de Carlos Ibáñez del Campos, Arturo Alessandri o el más impactante dentro de la articulación social; el de Augusto Pinochet.
El contexto histórico más potente e influyente dentro de la historia de la sociedad civil chilena es el del pronunciamiento militar durante la década de los 70'-80'. Este hito histórico vino a significar un quiebre dentro de la organización de la sociedad civil que se daba fuera de la institucionalización o de la formalidad.
Para el análisis del fenómeno antes mencionado, es de vital importancia hacer énfasis en ciertos conceptos como por ejemplo; sociedad civil, poder, estado y control social bajo las perspectivas teóricas de Nicolás Maquiavelo, Cohen y Aratos, Thomas H. Marshall, Thomas Hobbes , John Locke, entre otros.
Un acercamiento al concepto de "Sociedad Civil"

Para comenzar, buscaremos delimitar la conceptualización de "sociedad civil", entendiendo que a través de los años han existido múltiples autores que han buscado explicar en qué consiste este término. Generalmente, es entendido como el espacio intermedio entre el estado y los individuos, la cual funciona como algo autónomo del estado, en donde circulan propuestas o iniciativas para lograr una relación fructífera con el organismo estatal (Maza, 2003). A partir de esto, podemos dar cuenta de que la sociedad civil, habitualmente, no existe sin el estado.
Por un lado, nos encontramos con que dentro de la Escuela de Frankfurt, teóricos como Habermas, entienden que:
"La sociedad civil […] se compone de las asociaciones y organizaciones voluntarias, no estatales y no económicas, que surgen de forma más o menos espontáneas, y que arraigan las estructuras comunicativas de la opinión pública en el mundo de la vida, ya que recogen las resonancias de los problemas en los ámbitos de la vida privada y elevándoles la voz, los trasmite al espacio de la opinión pública-política" (Fascioli, 2009, pág. 39).
Por otro lado, autores como Cohen y Aratos (2000), establecen que la sociedad civil son formas de asociación entre individuos, es decir, es un conjunto de ciudadanos organizados que tienen un fin específico dentro de un contexto y espacio determinado (Cohen & Aratos, 2000).
El sociólogo Thomas H. Marshall (1950), concibe que si bien la sociedad civil es un ente autónomo que está por sobre la ciudadanía, a pesar de ello posee una personalidad jurídica y está regulada por el estado(Marshall & Bottomore, 1998). Esto quiere decir, que de cierta forma este teórico rompe con la conceptualización entregada por los tres autores anteriores, ya que considera la incidencia directa del estado dentro de la lógica de este ente social.
Como autores del presente escrito, entenderemos como "sociedad civil" a un conjunto de individuos interrelacionados que se involucran con el alter, con la finalidad de obtener cierta incidencia dentro de la esfera pública. De forma directa o indirecta, el estado interviene dentro de las relaciones de la ciudadanía, ya que esta organización de personas al momento de vincularse busca, en cierta medida, calzar o legitimarse a partir de las posturas del organismo estatal, por ejemplo, las ONG'S buscan institucionalizarse a través de mecanismos formales como lo burocrático.
La articulación de la sociedad civil en Chile

Como mencionábamos al inicio del presente escrito, la configuración del mundo social se da mediante la interacción de tres actores sociales, los cuales son el Estado, el mercado y los individuos, quienes median a través de la sociedad civil. En ese sentido, el interés del presente apartado es centrarnos en la articulación de la sociedad civil, en específico, en Chile.
De por sí, la apertura de los movimientos sociales en Chile que dieron paso a la conformación y fortalecimiento de la sociedad civil, se forjaron a partir de problemáticas de índole económica. En ese sentido, frente a problemáticas laborales o de segregación dentro de una sociedad clasista, y por lo demás, frente a la ineficiencia estatal, cientos de obreros y pobladores buscaron tener incidencia dentro de las decisiones políticas que se tomaban a nivel país. Así, desde 1880 en adelante, nuestro país vivió una serie de procesos concretos que permitieron la conformación del "sector obrero", quienes fueron actores fundamentales en esa época, ya que mediante el "mutualismo", demostraron que sí existía una forma de organización ciudadana que permitía brindar las herramientas necesarias a los pobladores para poder combatir de forma solidaria, la forma inhumana en la cual eran tratados por parte de los dueños de los medios de producción. De esta forma, se abrió paso a la conformación de nuevas entidades políticas que representaron al movimiento popular chileno, como por ejemplo, la sociedad de la igualdad o los primeros partidos políticos obreros(Bourguignat, 1983).
Con el avance de la organización por parte de la sociedad civil con la búsqueda de participar en la vida social y reivindicar ciertos derechos sociales como el trabajo, las elecciones de sus gobernantes, entre otros derechos sociales, existieron algunos sucesos que, de una forma u otra, lograron frenar o entorpecer el avance de la participación y lucha ciudadana. De esa manera, la acción colectiva quedó "[…] restringido por la sociedad tradicional, restringido por la acción coercitiva o excluyente de las clases dominantes"(Rosas, 2011, pág. 18) Un ejemplo claro fueron los hechos ocurridos durante los gobiernos de Arturo Alessandri y Carlos Ibáñez, con la "Matanza del seguro obrero" y la apatía de Ibáñez con la población que simpatizaba con ideologías comunistas o revolucionarias (Memoria Chilena, 2015).
A través de la historia, el estado ha buscado diferentes mecanismos con la finalidad de desarticular la organización de la sociedad civil, ya que dicha unión provoca el indiscutible cuestionamiento de las relaciones de poder y la forma en la cual se articula el poder estatal, a través de ciertas instituciones como las milicias, la iglesia, la familia entre otras (Mills, 1987). Acá ya podemos hablar del concepto sociológico de "control social", puesto que, a partir de los hechos mencionados con anterioridad, como el de la Matanza de seguro obrero, la Matanza en la Escuela Santa María o las acciones irregulares en el gobierno de Ibáñez, logran poner en evidencia la forma de operar del estado durante tal periodo. La plataforma que prevaleció en el mecanismo estatal fue el miedo y el uso de la fuerza que las mismas instituciones gubernamentales y de orden utilizaron para legitimar su poder. Desde ese punto de vista, es posible aplicar los planteamientos de Nicolás Maquiavelo, quien señala que la forma para lograr mantener el poder y el control social, debe ser a través de la fuerza y la violencia (Melossi, 1992). Debemos tener en cuenta que el concepto de control social originariamente se refería a un "aspecto de la sociedad y servía como base comprensiva para el examen sociológico del orden social" (Janowitz, 1975, pág. 1). En 1925 George Herbert Mead, establece en "International Journal of Ethics", que el control social depende del grado de cohesión que tiene un individuo dentro de la sociedad, por lo tanto serían ciertas condiciones que entregaría la sociedad a los individuos mediante una moral en común, los que coercitivamente fomentarían mantener un estado armonioso. Como podemos ver la conceptualización de Mead se cristaliza mediante una posición funcionalista sobre el control social, además de totalizadora (Janowitz, 1975).
Siguiendo los planteamientos históricos, luego del apogeo del movimiento obrero comenzaron a surgir otro tipo de organizaciones dentro de la sociedad civil, las cuales solían tener un carácter ilegal para la época, ya que tenían un aspecto reivindicativo como las organizaciones mancomunales, que se crean debido a la falta de una legislación social que proteja a los trabajadores. En paralelo al movimiento obrero/popular, se empiezan a conformar los sectores medios, quienes se encontraban intrínsecamente vinculados a los cargos públicos, como por ejemplo, los profesores. Por lo demás, sectores empresariales durante inicios del S.XX, también lograron organizarse y levantarse frente a la lucha de intereses contra los propietarios agrícolas, fabriles e industriales (Maza, 2003).
Durante la década de los 50' las organizaciones de carácter barrial comenzaron a tomar fuerza, sobretodo en 1957, ante la toma de la Victoria, en donde diversos pobladores comienzan a construir y fortalecer todo tipo de alianzas de clase media-baja, con la finalidad de combatir la problemática de la vivienda en Chile, en donde las medidas estatales no lograban satisfacer las necesidades de la población (Angelcos & Pérez, 2015). Por otra parte, en 1968 se dicta la Ley de Juntas de Vecinos y Organizaciones Comunitarias, que en cierta medida, logra otorgar legitimidad a las organizaciones territoriales como las juntas de vecinos, centros de madres, centros juveniles, culturales, entre otros (Maza, 2003).
Teniendo en consideración lo planteado en este apartado, y adhiriendo a la postura de John Locke, como autores de este escrito consideramos que la hibridación entre sociedad civil y estado, se configura a partir de la necesidad de la protección de los bienes privados y un mecanismo mediante el cual el estado buscó apaciguar los movimientos sociales de dicha época. Dicho de otro modo, debemos tener presente que las principales articulaciones de la sociedad civil por parte del movimiento obrero, surgieron a partir de dificultades económicas, además de la necesidad de organizarse en contra de las gestiones estatales. En ese sentido, el mecanismo por el cual el estado buscó detener el avance de la sociedad civil fue mediante la burocratización de los ampliados sociales, con el fin de inmiscuirlos en el terreno económico privatizando y regularizando. Tales hechos quedaron evidenciados con las leyes laborales, y luego del 1973, con la privatización de la salud, o la implementación de una constitución que privilegia la propiedad privada. Por lo tanto, la doctrina liberal de John Locke, ya desde 1990 fundamenta que "los hombres con propiedades eran los sujetos del poder político" (Melossi, 1992:37).Así, estos individuos pasarían del "estado de naturaleza" que postula Locke, al del "estado político" que resulta ser una creación artificial moldeada según los intereses de los individuos. Además, podemos seguir reafirmando los postulados del teórico antes mencionado, ya que desde el siglo XVII, establecía que "los derechos políticos quedan restringidos a los estratos poseedores de propiedad" (Melossi, 1992: 38). Por esto, lo que John Locke quiere decir, que los derechos políticos quedan restringidos a los estratos poseedores de propiedad. Por lo tanto, el nuevo orden político en aquellos años, se basaba en aquellos individuos que eran hombres propietarios, ciudadanos del estado y cabezas de familia. Aquí, podemos establecer la unión con la sociedad chilena al principio del siglo XX, ya que aún no se confería el derecho a voto a las mujeres y fue durante 1934 que se aprobó el voto femenino para las elecciones municipales, y recién en 1949 se concedió el derecho a voto a las mujeres para las elecciones presidenciales y parlamentarias.
Por último, serían las clases bajas, los que buscarían participación social y mediante la asociación o vinculación popular, formarían un cuerpo social. Sin embargo, en la filosofía política de Locke, el contrato social debe establecerme alrededor del co-pacto de asociación mediante el estado de naturaleza que se debe transformar en una sociedad civil articulada mediante la razón política liberal, es decir en la ostentación de posesión y bienes. Por lo tanto, para Locke, el contrato social tendría un carácter netamente instrumental, ya que busca proteger los derechos de propiedad, en el sentido extenso de resguardar la libertad y los bienes(Melossi, 1992).
Volviendo al marco histórico nacional, este periodo de agitación social y desarrollo de lo civil, se estanca debido al advenimiento de la dictadura militar.
El quiebre de la sociedad civil

Como pudimos evidenciar en la sección anterior, el siglo XX se vio enmarcado por un largo proceso de intento de mediación entre el estado y la sociedad civil. Sin embargo, todo esto sufre un fatídico desenlace en 1973, ante el golpe de estado y posteriormente, régimen militar, encabezado por Augusto Pinochet (Moulián, 1997). La caracterización de esta época dictatorial en Chile fue marcada por la fuerte represión al sector de la sociedad civil que promovía una transformación radical de la sociedad. En consecuencia, la organización de la sociedad civil sufrió un fuerte quiebre y por lo demás, la refundación del sistema económico, político y social de la época, que generó la privatización de los derechos sociales, además de la desmotivación, desencantamiento y ruptura de los movimientos sociales a causa de las persecuciones políticas (Angelcos & Pérez, 2015).
El golpe militar terminó significando un quiebre triple en la sociedad chilena. Por un lado, rompió de forma violenta la tradición "democrática" del país, cambiando así la manera en la cual vivían y se organizaban cientos de chilenos/as a causa de las políticas represivas como el exilio, la detención por sospecha o la doctrina de Seguridad Nacional, por otro lado, la aplicación de políticas de carácter socio-económicos fomentaron la mentalidad individualista. Todas estas medidas instauradas bajo el régimen militar por último, lograron poner en primer lugar el uso de la violencia como forma de resolver los conflictos sociales (Rojas, 1988).
El sector que más representó un foco problemático dentro de la sociedad civil durante el periodo dictatorial, fueron los jóvenes. Ellos representaban un grupo de la población fuertemente marcado por el periodo histórico, ya que, como durante la época de los 60-70 se dieron fuertes procesos de politización, ellos contribuían a la actividad crítica lo cual era algo que la Dictadura Militar quería neutralizar (Rosas, 2011).
A pesar de las consecuencias irremediables de la dictadura militar chilena y los múltiples intentos por acabar en su totalidad con la política por parte de la sociedad civil, diversos focos de resistencia siguieron combatiendo el embate represivo del Estado. En ese sentido, organizaciones sociales y políticas como el MIR, el FPMR, la Vicaría de la Solidaridad, el Comité de Cooperación para la Paz en Chile, enfrentaron de diversas maneras la situación del país, intentando entregar apoyo directo a los afectados por la realidad mediante ollas comunes, asesoramiento jurídico, económico y espiritual, entre otras.
Como mencionábamos en párrafos anteriores, el periodo dictatorial chileno se caracterizó por el cierre permanente de espacios de organización y participación política-social mediante el uso de la violencia, la represión, lo cual vino a legitimar el poder de las milicias. En consideración a esto y bajo los planteamientos de Hobbes, quien propone dentro de sus escritos a la figura del estado como una preponderante, la cual sería "el gran estado", podemos evidenciar que en el caso chileno este gran "Leviatán", es el Estado, que no es otra cosa más que un hombre artificial; que se construye mediante el arte del hombre. Así, el Estado ya no es el estado del príncipe, sino que se convirtió en una persona como el cuerpo elitista de carácter militar, encabezado por Pinochet, quien mediante la incertidumbre, cristaliza el miedo entre los habitantes quienes ceden al poder. No debemos perder de vista que este autor concibe la máquina estatal como unificadora del poder, es decir, estaría encargada de unificar a la sociedad, y por lo demás, mantiene un orden estable mediante la legitimación del miedo y la represión (Melossi, 1992).
En este contexto, otro de los teóricos importantes que pueden ser aplicados para explicar el contexto de dictadura, es Nicolás Maquiavelo, quien en el siglo XVII estipula que las leyes no bastan para regular la convivencia social y por lo tanto, el "príncipe", quien en nuestro caso vendría a ser la figura del gobernante (Pinochet), debe acudir a la fuerza y la violencia para mantener el control dentro de la sociedad (Baró, 1990). Es decir, Maquiavelo considera que la sociedad civil, sólo puede integrarse a la ley común mediante la coacción física impuesta por esta gran máquina represiva estatal (caso chileno 1973-1989).
Tras la dictadura y la consecuencia irremediable como lo fue el quiebre de la organización de la sociedad civil, la sociedad moderna quedó limitada a proyectos impuestos que eran funcionales al sistema dictatorial y presionados a obedecer a cambios dentro de la organización socio-política que promovían la posición neutra y poco crítica de los individuos. En ese contexto, las relaciones de poder se hicieron más notorias y se evidenció cómo la máquina Estatal ejercía un poder coercitivo dentro de las formas de organización humanas que se salían de su control. Como pudimos evidenciar a lo largo de la lectura realizada para el análisis de nuestro tema en particular, las jerarquías estatales se dividen entre las empresas económicas-políticas y el ejército, quienes constituyen los medios de poder, quienes, de una forma u otra, legitiman su poder a través de instituciones sociales como la familia, la iglesia, entre otras. En ese sentido, podemos prever que en dictadura sucedió eso; ya que la sociedad civil estaba tomando poder ante la lucha de reivindicación de derechos sociales, y sobre todo con la llegada al gobierno de Salvador Allende en 1970, quienes tenían el poder buscaron un mecanismo mediante el cual mantenerlo, ya que se veía la leve posibilidad de perderlo. El peor miedo del poder, es que la sociedad civil se haga consciente de esa realidad y busque luchar por romper esas estructuras violentas (Mills, 1987).
Regreso a la democracia: ¿Rearticulación de la sociedad civil?

Como pudimos evidenciar en la sección anterior, el golpe militar y posteriormente, gobierno dictatorial, generó en sí ciertas consecuencias letales para la organización de la sociedad civil, entre las cuales destacan, por un lado el "deteriorar la articulación política el apunto de suprimir toda expresión de participación y conculcar las libertades públicas" (De La Fuente, 2010, pág. 184) , y por otro, "un quiebre en la relación Estado-ciudadanos-partidos" (Fuente, op. cit.).
La vuelta a la democracia durante la década de los 90' constituyó un hito a nivel país, en el cual, luego del plebiscito de 1988, los ciudadanos pudieron volver a decidir por su destino eligiendo entre el "SÍ" (continuidad de gobierno de Augusto Pinochet) y el "NO" (oposición al régimen militar). A pesar de que ganara el "NO", el intento años más tarde de la rearticulación de la organización política-social de la sociedad civil, se vio el conflicto ante el temor constante de la vuelta de un régimen que atentara contra los Derechos Humanos y que coartara las libertades individuales y colectivas. En ese sentido, el orden impuesto por la dictadura mantuvo implícitamente su influencia y por lo demás, la organización que tenían pobladores, trabajadores, colectivos políticos, antes del gobierno militar, se perdió por múltiples causas, por un lado, el resquemor y por otro, a la persecución y asesinato de líderes o lideresas sociales durante la época del 70-80.
Uno de las consecuencias más fatales que trajo consigo el fin de la Dictadura Militar, fue el mantenimiento y la reformación del disciplinamiento y el control social. Mediante el miedo y el temor a la represión, se intenta hacer que los individuos sientan que es mejor retirarse del espacio público, es decir, la conformación del Estado y la política. De esta forma, para lograr tal cometido se interioriza en el individuo valores del sistema neoliberal instaurado en dictadura, con el fin de que mediante el consumismo y la sumisión, dejen de lado las ansias de formar parte de la construcción de la sociedad (Rosas, 2011).
El Estado, quien a su vez opera junto con el mercado, convirtiéndose así en un Estado neoliberal, mediante tales mecanismos de control social logra que a "la población se le convence de que es mejor la esfera privada que la pública, y mientras a la población se le convence de que la política es cosa de técnicos y profesionales y no de la gente y que la gente tiene que ser consumidor y trabajar y ser feliz en sus casas" (Rosas, 2011, pág. 30).
De esta forma, la década de los 90' se vio marcada por esa fuerte tendencia a no estar interesado en cosas respectivas a la política. Ya las organizaciones formadas antes de los 70' habían perdido fuerzas. Por otro lado, las ONG's, que representaban una fuente de organización por parte de la sociedad civil, quienes también habían representado una fuerte resistencia en dictadura, comenzaron a ir en declive durante la década de los 80', ya que por falta de financiamiento (durante la dictadura operaban con fondos extranjeros), perdieron su autonomía y así "[…]de ser autonomistas y defensoras de la sociedad civil se pasa a trabajar para el Estado y adoptan la política neoliberal"(Salazar, 2011, pág. 63). Por lo demás, la política formal del gobierno durante la década de los 90', es decir, la Concertación, concentró durante sus primeros años una fuerte esperanza por parte de la población. Sin embargo, años después se evidenció que simplemente estaban reproduciendo las secuelas de la Dictadura Militar (Salazar, 2011). En consideración a los planteamientos anteriores, se explica el motivo por el cual la articulación de la sociedad civil se vio comprometida; ante el fracaso de la política formal, los organismos fuera de la institución y los mecanismos de control Estatal; el miedo, el desencanto, el cambio de mentalidad de los individuos para adaptarlos a las necesidades del mercado y la frustración, significó que las fuerzas que se presentaban antes de la dictadura fueran perdiéndose lentamente. Por lo tanto, consideramos como autores del presente ensayo, que desde el inicio de la organización de la sociedad civil en Chile, la gran maquinaria Estatal, el Estado en su concepto actual, no se debe concebir como autor del control sino más bien, "el Estado del control social". Por esto postulamos que el Estado chileno en sí mismo es el control social, puesto que su conformación y validación a través de ciertas instituciones (la familia, escuela, milicias, etcétera), tienen como cometido fundamental ejercer un poder coercitivo en los individuos y de ésta forma, controlar su forma de pensar, sentir y actuar, manteniéndolos dentro de una zona de confort que permita mantener la armonía social.




Conclusión

A lo largo del presente ensayo pudimos evidenciar, a través de una revisión histórica de la realidad chilena, que la articulación de la sociedad civil es un fenómeno complicado, ya que al desenvolverse dentro de la misma sociedad, existen ciertos marcos reguladores que, justamente, regulan su actuar. De esta forma, el Estado mismo cumple un rol fundamental, ya que es un ente que mediante ciertas instituciones mantiene un grado de coerción social interiorizado dentro de cada individuo. Por otro lado, como mencionábamos en la parte final del apartado anterior, la figura Estatal, es de por sí una figura de control social, esto, respaldado por hechos históricos, permiten dar cuenta de que la forma de operar de éste ente es a través del miedo, la represión y ciertos organismos implícitos que buscan impedir que la sociedad civil logre articularse.
La historia de la articulación de la sociedad civil en Chile, es realmente compleja. Si bien se lograron grandes avances durante la década de los 50'-60', en donde a través de ciertos grupos políticos se logró un gran trabajo dentro de los sectores populares fortaleciendo la mentalidad crítica y la lucha por la reivindicación de los derechos sociales, como autores consideramos que todos esos logros se perdieron durante el periodo dictatorial. La Dictadura Militar no sólo significó la pérdida de cientos de vidas ni un cambio en la forma de vida de las personas, sino que también representó el inicio de un nuevo sistema que se interiorizó y profundizó en los gobiernos posteriores. Uno de los lemas principales de tal periodo fue el de "los individuos deben trabajar, y no hacer política", pensamiento que se evidenció en la década de los 90', cuando miles de ciudadanos consideraban que no estaban interesados en cosas respectivas a tal índole. Tal postura se explica por diferentes motivos, uno de ellos, es la notoria desmotivación provocada por ciertos organismos de la sociedad civil, como por ejemplo, las ONG's, que terminaron operando a favor de la maquinaria Estatal; en segundo lugar, por el fracaso de los gobiernos de la Concertación, quienes al principio representaron una esperanza, pero después demostraron operar a favor del sistema neoliberal; en tercer lugar, el temor constante a la represión, fue una de las principales secuelas de la Dictadura; en cuarto lugar, ciertos organismos Estatales lograron inmiscuir en la mentalidad de las personas el hecho de que debían operar dentro de los marcos establecidos y por ende, su único deber era trabajar y así ser felices sin meterse en las cosas de política, ya que eso era para profesionales; en quinto lugar, la creación de ciertas instituciones o centros especializados enfocados en los sectores más marginales, -ya que durante los años anteriores quedó demostrado que era ahí donde se desenvolvía la mentalidad crítica y las próximas personalidades que lucharían por cambios sociales-, buscaron distraer a la población de las problemáticas sociales a través de talleres o cosas por el estilo.
Otra de las cosas que pudimos dar cuenta a lo largo del desarrollo de éste ensayo, es que aún en pleno siglo podemos emplear los planteamientos de teóricos de los S. XVII, XVIII y XIX, como por ejemplo Hobbes, Maquiavelo, Cohen y Aratos, Melossi, entre otros. A través de conceptos como "Estado", "poder", "control social", entre otros, los postulados de tales autores no están obsoletos, y tal vez se podría decir que incluso en tales épocas, se veía cómo sería el futuro de la sociedad en general.





Bibliografía
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