Socialismo y la cuestión militar

June 24, 2017 | Autor: R. Sucre Heredia | Categoría: Armed Forces, Fuerzas Armadas
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Descripción

SOCIALISMO Y LA CUESTIÓN MILITAR Ricardo Sucre Heredia

Ante todo quiero dar las buenas tardes a todas las personas que asisten a este seminario. Deseo expresar mi agradecimiento a los organizadores del mismo, a la profesora Margarita López Maya y al profesor Luis E. Lander, quienes tuvieron la gentileza de invitarme a participar en este tema, el cual he trabajado en algunos artículos publicados, y al ser un debate –lo creo necesario en nuestros espacios de la UCV- no dudé en aceptar. Mi agradecimiento, entonces, a los organizadores. También mis respetos al general de división Alberto Müller Rojas, con quien voy a compartir esta mesa. Debo señalar que en mis primeros años de graduado, el general Müller fue mi jefe -en el mundo civil- y debo reconocer que fue un buen jefe. Entre los objetivos del taller-seminario, se encuentra examinar al “socialismo del Siglo XXI”, a partir de dos perspectivas: los socialismos del Siglo XX y la propuesta socialista para el Siglo XXI. Bajo el objetivo anterior ¿Cómo abordar el tema “Socialismo y la cuestión militar”? La presentación la he estructurado en las siguientes áreas. En un primer punto, vamos a evaluar brevemente las experiencias de lo sucedido en el Siglo XX en el campo militar, y como decía Luis Lander en la presentación del tema, qué de particular hay en la experiencia venezolana, a partir del pasado. Trataré de hacer una breve caracterización de lo que puede ser entendido como unas “fuerzas armadas socialistas”, y luego paso al caso venezolano. Finalmente, cerramos con algunas ideas, con algunas sugerencias, al tener como referencia el debate que se está dando en diversos países sobre el tema de las relaciones civiles y militares. Hoy ya no se habla tanto de las relaciones civiles-militares, sino de relaciones sociedad-militares. En el primer punto ¿Cómo caracterizar, a grandes rasgos, lo que son las “fuerzas armadas socialistas”? Conocimos las experiencias de la extinta

Unión Soviética y de las fuerzas armadas de los países de Europa del Este. En la actualidad, podemos hablar de “fuerzas armadas socialistas” en el caso de Corea del Norte, China, y Cuba. ¿Cómo caracterizar a las FF.AA socialistas del Siglo XX? Lenin, en “El programa militar de la revolución proletaria”, sugiere que el principio fundamental de la estructuración de unas FF.AA socialistas, es la unidad del ejército y del pueblo, que se logra mediante la dirección política del partido comunista sobre los militares. Las FF.AA socialistas se sustentan en el principio de clase en su reclutamiento, en el carácter “internacionalista”, y en la “centralización más rigurosa”. En síntesis, la principal característica de unas FF.AA socialistas es que no hay diferencias entre la esfera partidista y la esfera militar. Son una sola. Esto se manifiesta en la dirección partidista-militar, y en la “integración cívico-militar” (una derivación del principio republicano de la “nación en armas”). La diferencia de este modelo militar socialista con las fuerzas armadas Occidentales, es que en las segundas, esas dos esferas se hallan separadas. El ámbito partidista del ámbito militar, se encuentran separados. Dentro de esta idea, hay distintos modelos. Encontramos el modelo norteamericano, el modelo liberal, hallamos el modelo alemán, que hace énfasis en el liderazgo moral, encontramos el modelo suizo; en fin, hallamos variantes, pero la separación de la esfera militar y partidista, es la esencia del aparato militar no socialista. La idea siguiente, al tomar en cuenta la reflexión que hacía Luis Lander al inicio de la jornada, es qué de particular tiene esto en el caso venezolano ¿Cómo se está desarrollando esta concepción en el caso venezolano, digamos, este nuevo modelo militar? ¿Se quiere copiar el modelo de las “fuerzas armadas socialistas” del siglo XX? La respuesta es que sí se quiere copiar, por más que se diga que no, por más que se oculte, por más que se diga que esto es inédito, por más que se afirme que esto es nuevo, que se está ensayando, que se está experimentando. Sí se quiere copiar, al menos en el caso militar, lo que es la condición fundamental de las “fuerzas

armadas socialistas”: la disolución de esas dos esferas, y se quiere unas fuerzas armadas partidistas, alineadas a una particular concepción de la política y de la relación Estado-Sociedad que tiene el actual gobierno. De hecho, ni siquiera se ha modificado la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas –se quiere modificar esta ley, y todavía no tiene dos años de haber sido promulgada- y ya las Fuerzas Armadas se autodenominan Fuerzas Armadas Bolivarianas, Guardia Nacional Bolivariana, Armada Bolivariana, lo que comunica una alineación con una concepción partidista particular. En este caso, partidista del gobierno. Igual puede decirse de la consigna, “Patria, socialismo, o muerte”, que deben pronunciar obligatoriamente los militares venezolanos. Esto es lo que se busca en el caso venezolano. Sin embargo, todavía no estamos al nivel de lo que fueron las fuerzas armadas de los países de la Europa del Este, de la Unión Soviética, de Cuba; no estamos en ese nivel, y eso quizás es lo que marca la diferencia del caso venezolano con respecto a estas experiencias previas. En nuestro país, cuando uno analiza no sólo lo militar sino lo político, lo económico, lo social, y lo internacional, tiene que establecer dos dimensiones, ubicarse en dos planos: la dimensión teórica y la dimensión práctica. La dimensión teórica es el objetivo final buscado, qué persigue en este caso el gobierno, y el objetivo final son unas fuerzas armadas similares a las que existieron en la antigua URSS o en los países de Europa del Este; pero la práctica es distinta porque lo novedoso que se consigue en este “socialismo del siglo XXI”, quizás lo único novedoso que puede mostrar, es que se quiere que esto sea por vía electoral, por vía del voto. Se quieren unas fuerzas armadas partidizadas, pero llegar a eso por la vía del voto. Entonces, hay una tensión entre lo que se busca y la realidad, porque si la correlación de fuerzas políticas es favorable al gobierno, éste avanza; y a veces la correlación de fuerzas políticas es desfavorable, entonces se para o retrocede para volver a avanzar más adelante. Esto funciona en el campo militar, en el campo económico, en el área educativa, en el área social, y en el campo internacional, y se ven avances y retrocesos, pero siempre hay que

tener claro que hay un último objetivo, y ese objetivo, al menos en el caso militar, son unas fuerzas armadas de naturaleza partidista. En síntesis, se va a separar lo teórico, es decir, cómo se construye el contexto teórico, y esto lo podemos ver en el discurso de los funcionarios militares comenzando por el Presidente de la República, por los generales, en las normas que se han creado, sobre todo en la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas, los proyectos de leyes que están pendientes: el proyecto de carrera militar, el proyecto de educación militar, entre otros. Entonces, voy a ver lo que puede ser la teoría y después la práctica, es decir, cómo ese proceso de avances y retrocesos se ha venido desarrollando. Diría que desde el punto de vista teórico, la construcción de unas “fuerzas armadas socialistas” se está dando por el sincretismo entre dos ideas, una con mucha tradición en el campo militar venezolano, y otra más novedosa, que es la idea socialista. El sincretismo es entre la idea socialista y los valores de lo que llamo los “valores perezjimenistas”: el nacional desarrollismo, que es una idea muy cercana al mundo militar venezolano. Se puede decir que el primer ensayo burocrático-autoritario –al usar el término de Collier- en América Latina fue el del General Pérez Jiménez; como le decía el General Pérez Jiménez a Agustín Blanco Muñoz en su libro “Habla el General”, la idea de un país poderoso, cuyo eje central era la industria militar, la industria pesada de bienes de capital, y desarrollar a las fuerzas armadas como centro para hacer de Venezuela una potencia regional. Unas fuerzas armadas con unas características muy distintas a las actuales, con unas

brigadas

pequeñas

de

choque,

alrededor

de

una

industria

metalmecánica. El gobierno de Pérez Jiménez es quizás el primer gobierno que utiliza los valores religiosos con fines políticos –como sugiere Coronil- y sobre esa base, se le da fuerza a la idea –nacida en tiempos de López Contreras, como halló Straka- de que las fuerzas armadas son el órgano vital del país, lo que después se conoció en la teoría como el nuevo profesionalismo militar, término acuñado por Stephan, durante las dictaduras del Cono Sur en los 70, y que en Venezuela analiza muy bien Buttó.

La idea desarrollista tiene mucha tradición en las fuerzas armadas venezolanas. Hoy, a esta idea se le están uniendo valores socialistas, como la lucha contra “el imperio”. ¿Como se logra ese sincretismo desarrollismo-socialismo? En un cuerpo que por su origen -un origen prusiano- originalmente muy antisocialista, la clave -al menos en mi análisis- que permite unir esas dos ideas que si se presenta la idea socialista por separado, genera rechazo en la corporación militar, es el tema de la energía. A través de la construcción social, de la representación social de la energía, es que se permite construir esa idea de que las fuerzas armadas son una institución necesaria, la que tiene la capacidad, la que tiene los cuadros, la que tiene la disciplina, es decir, el órgano principal como decía el General López Contreras, para poder desarrollar el país y a eso se agregan los nuevos valores socialistas del antiimperialismo, y de la Patria, que pasa a ser un símbolo endosado al socialismo. Sólo esta corriente tiene Patria. Las demás, son apátridas y, por derivación, “lacayas”. Diría que eso es lo que se está construyendo en el caso venezolano, y sobre eso también se está, para utilizar la expresión de Eric Hobswan, “inventando una tradición”, y la nueva tradición que se busca inventar es que Venezuela tiene una razón moral para ser una potencia porque la misión de Venezuela es redimir a la humanidad de las injusticias –el legado de los Libertadores, en una relación atemporal que va desde Cristo a Bolívar- y los militares son los llamados a cumplir esa tarea. Este nuevo discurso, hace uso de figuras claves en la antropología cultural del país, quizás Francisco de Miranda es más útil que Bolívar o el Mariscal Sucre en esta tarea. Miranda es el primer venezolano universal que justifica esta lucha por redimir a la humanidad. Desde el punto de vista teórico, esta es la gran idea, ese es el sincretismo que se quiere hacer, y eso lleva a unas fuerzas armadas que participan internamente. Prácticamente, todas las nuevas normativas, si usted lee la LOFAN nueva de 2005, si usted lee los proyectos de la Ley de Educación Militar, aparece la participación activa en el desarrollo nacional

como misión de las FAN, tal como lo establece el 328 de la Constitución Nacional. Hablamos, entonces, de unas

fuerzas armadas que participan en el

desarrollo nacional, mayormente defensivas, de carácter disuasivo y que de alguna manera contemplan, como lo prevé la LOFAN, como lo prevé el proyecto de Ley de Carrera Militar en su artículo 13, la posibilidad de alianzas con fuerzas armadas externas. Incluso, en la Ley de Carrera Militar se prevé –vamos a ver si se aprueba así- que personas no venezolanas se les puedan dar grados militares en condición de efectivo, si estudian en institutos militares venezolanos y mediante ley especial, situación que no estaba prevista en la LOFAN de 1995 (art. 110). Todo esto para construir a las fuerzas armadas como un enclave dentro del país. Llamó la atención, por ejemplo, en el proyecto de Ley de Educación Militar, cómo la educación militar es abstraída de la supervisión civil, y solo se prevé que el Ministerio de Educación y el Ministerio de Educación Superior asesoren, pero la supervisión es de la propia corporación militar, lo que contrasta con la mayor regulación que hace el Ministerio de Educación hacia la educación civil privada. La educación militar que es pública y sufragada por la sociedad, sin embargo, goza de mayor autonomía en su supervisión que la educación civil privada, que incluye la universitaria. Lo descrito es la teoría, y hay una articulación política cuyo centro es Miraflores. Aquí se concentran los tres grandes brazos del proyecto Quinta República. Así como para Punto Fijo lo esencial fueron los partidos, para la Quinta República lo esencial son las Fuerzas Armadas, con dos grandes brazos, consejos comunales y el partido unido. FAN, consejos comunales, y partido unido, son los brazos por los cuales se va a articular toda una concepción política, cuyas directrices vienen de Miraflores directamente. En estas estructuras se definen enemigos, y por supuesto ¿Quién es el enemigo ahora? Los Estados Unidos, quien es el enemigo externo ¿Quién es el enemigo interno ahora? Los que puedan desafiar a la nueva hegemonía política que se quiere construir (antes, medios de comunicación, hoy, estudiantes, mañana, tal vez la Iglesia Católica y las universidades). Y

de hecho, la LOFAN legaliza un elemento que el gobierno le cuestiona a los EEUU. En su artículo 3, establece la posibilidad de ejecutar acciones preventivas, contra aquellas personas, grupos, “enemigos”, etc. que se consideren hostiles al orden interno. Eso nos lleva al segundo punto, que es la organización de la LOFAN ¿Cuál es el diseño de la LOFAN? Si usted compara la LOFAN de 2005 con la LOFAN de 1995, al menos la conclusión a que llegué, según artículo reciente que espero se publique pronto en un capítulo, en un ensayo para un seminario sobre el sistema político venezolano organizado por la Academia de Ciencias Sociales y Políticas en mayo de 2006; la principal conclusión que llegué en el análisis de la LOFAN, es que diseñaron un poder presidencial que pueda funcionar ante fluctuaciones institucionales. En otras palabras y ya que estamos en el 11 de abril, es que si se produce un nuevo 11 de abril, Dios quiera que no, pero si se produce, el presidente tenga la capacidad de actuar autónomamente, es decir, es un diseño que le da al presidente una autonomía total frente a la sociedad. De hecho, Miraflores -yo hablo hoy del “Estado de Miraflores”- es realmente un ente autónomo de la sociedad. Esa es la lógica real del diseño de la LOFAN. Por supuesto, está el elemento de la guardia territorial, la reserva, pero la lógica total del diseño fue darle esa autonomía al Jefe del Estado. Hay una concentración hacia arriba en el Presidente y se desconcentra hacia abajo. Quizás el elemento en donde se ve eso en la LOFAN, es en el artículo 40. En ese artículo, al presidente se le da un grado militar. El presidente tiene ahora un grado militar, el grado de Comandante en Jefe. El artículo 15, quien hizo la ley o quienes hicieron la ley, lo hicieron a conciencia, porque cuando hablan de las actividades operacionales hablan del Comandante en Jefe, cuando hablan de las actividades administrativas, hablan del Presidente de la República. El artículo 15 divide en dos roles lo militar, pero que son ejercidos por la misma persona. Pareciera que se está ante dos personas diferentes, pero no. Son dos roles en una misma persona. Junto a esto, el Presidente tiene prerrogativas –en el proyecto de ley de carrera militar- para incorporar

personal, para retirar a promociones completas, para dar ascenso a general en jefe o almirante; en fin, tiene una gran cantidad de prerrogativas, y tiene tres estructuras militares también a su disposición, el comando nacional de reserva

y

movilización,

el

comando

estratégico

operacional,

y

la

comandancia en jefe. Ahora en la Asamblea Nacional está una reforma al proyecto de Ley Orgánica de la Seguridad de la Nación. Ahí se plantea crear otra instancia, la Jefatura Nacional para Defensa Integral de la Nación, también controlada por el Presidente de la República. Tanto es el poder del Presidente de la República en materia militar, que el proyecto de Ley de Educación Militar en su artículo 31, establece cosas que tu dices ¡Caramba, pero a tanto llega la concentración de poder! Para crear un nuevo centro educativo militar tipo liceo, por ejemplo, tiene que tener el permiso del presidente. Hasta para respirar, los militares tendrán que pedirle permiso a Chávez. Todo eso se consolida en lo que el artículo 4 de la LOFAN llama la Doctrina del Poder Militar. Si lo vemos en términos de lo que pudiera ser la estrategia, diríamos ¿Cual es el objetivo? Aumentar el poder nacional, es decir, Venezuela quiere ser una potencia ¿Para que? Para influir en la correlación del poder mundial ¿Cuál es la amenaza percibida en la LOFAN? La ocupación del país por fuerzas invasoras, aunque no se definen fuerzas hostiles ¿Cuál es la estrategia? La resistencia, que se llama la defensa integral de la nación, que es una visión o una manera de aproximarse al hecho militar mayormente defensivo, aunque tiene carácter ofensivo en algunos elementos, sobre todo con la FAN activa que tiene un rol de asegurar objetivos y posiciones, junto con la guardia territorial y la reserva. Esta última actúa como complemento de la FAN activa, y la guardia territorial, son los ciudadanos organizados para la defensa del país. Este es el diseño ¿Qué es lo socialista de todo esto? Desde mi punto de vista, lo socialista es que la esfera política, la esfera partidista, y la esfera militar, se diluyen. Los controles institucionales que existían en Punto Fijo, no existen ahora. El artículo 131, en la constitución del 61, sólo permitía la autoridad civil y militar en una persona, en el

Presidente de la República. Hoy eso no existe. De hecho, la ley de carrera militar no lo dice abiertamente, pero deja entrever que los militares pueden estar en funciones fuera de su actividad propiamente militar por dos años, y se les puede prorrogar. Los elementos que tenía el artículo 6 y 7 de la LOFAN del 95, es decir el carácter apolítico de las FAN, eso no aparece en ninguno de estos nuevos instrumentos, sí está en la Constitución, pero en los nuevos instrumentos jurídicos no están, y son de rango inferior desde el punto de vista normativo. Lo socialista es acoplar una corporación profesional a unos determinados valores partidistas -la energía, el socialismo, y la defensa- y ya hay expresiones de esto. Tenemos al General Rangel Briceño, comandante de la Reserva y Movilización Nacional, que a su vez participa en la Comisión del Poder Popular, y con todo mi respeto, tenemos al General Müller Rojas, quien participa en la Comisión del Partido Unido, entonces tenemos esa imbricación en esas tres estructuras con un propósito político. Ahora ¿Cuál es la práctica? A partir de 1999, ha habido cuatro grandes etapas de las FAN. Una primera etapa que podemos llamar desarrollismo consensuado. En esa etapa pudieron estar presentes un Guaicaipuro Lameda con un Medina Gómez, con un Hugo Chávez, porque había un objetivo que los unía, era acabar con las instituciones de Punto Fijo. Tal vez el cálculo que hizo Guaicaipuro Lameda, por ejemplo, fue que se iba a imponer solamente el elemento desarrollista perezjimenista, y no fue así. Cuando comenzó a salir el elemento socialista, pasamos a la segunda etapa, que fue la ruptura del consenso desarrollista, en el año de 2002, el año del 11 de abril, del golpe; para mi fue un golpe, no soy del gobierno, pero lo califico como un golpe de Estado, y ese fue el segundo momento, esa ruptura, cuando emergen los contenidos socialistas propiamente en el ámbito militar. Luego, pasamos a una tercera etapa, que fue el momento en el que escribí el artículo para la Revista Venezolana de Economía y Ciencias Sociales en 2003 sobre las FAN actuales, que es el de la institucionalización sin influencias partidistas, que son las Fuerzas Armadas dentro de un proyecto que establece la

Constitución, pero mantenían una distancia con el elemento partidista. Esta etapa duró hasta el 2005, y ahora entramos a la cuarta etapa: institucionalización con influencias partidistas en tensión ¿En tensión por qué? Porque hay consenso en el objetivo final -el poder nacional, dentro de una visión desarrollista, en donde las FAN son el actor por excelencia para desarrollar al país- pero hay diferencias en la manera de vincular a las FAN con el estamento partidista que gobierna al país. El Ministerio de la Defensa tiene una concepción más profesional, aunque política, y la Comandancia en Jefe tiene una concepción totalmente partidista, y entre esas dos instancias hay tensiones. Estas han disminuido porque el pico más alto de tensión fue con el Almirante Maniglia, pero Chávez decidió a favor de Müller Rojas – caso de la compra de los aviones Sukhoi- ahora esas tensiones han bajado aunque se mantienen, quizás porque en esas instancias predominan oficiales del Ejército –Baduel y Müller Rojas- y también hay la idea de que el Ejército sea el líder de las fuerzas militares. Hay simetría de componentes, aunque la tensión se mantiene, pero con menor intensidad que en la época de Maniglia. En el proyecto de ley de carrera militar -me sorprendió mucho- que se pretenda dar rango legal a las antigüedades de la siguiente forma: Ejército, Armada, Aviación, y Guardia Nacional, que era una tradición, pero ahora se le quiere dar carácter jurídico. Del aspecto civil no se dice nada, muy poco, y diría que en balance el actual gobierno logró desmontar el control civil que existía en Punto Fijo. En el modelo democrático de 1958, existió un control civil, se logró que el Presidente fuera el centro, con los decretos 288 y 533, pero la lógica de la política militar del chavecismo es distinta, y las agendas están siendo simétricas entre las Fuerzas Armadas, el poder, y la visión partidista. Poco a poco se están haciendo simétricas, no en un ciento por ciento, porque hay tensión, pero se avanza hacia esa total simetría. Este es mi análisis actual ¿Cuál es el reto a futuro de Venezuela en materia militar? Hoy en el mundo ya no se habla de relaciones civiles y militares. Al fin y al cabo, en muchos de esos países socialistas, los jefes

militares eran civiles, y en Venezuela el Presidente de la República, aunque se uniforme y tenga un grado militar, es un civil. El punto ya no es la relación civil y militar, sino el control democrático de las Fuerzas Armadas, y ahí sí podría decirse que Punto Fijo tuvo un déficit, y eso es lo que se debate hoy en el mundo. Para ese control, los expertos sugieren y la experiencia es que existen dos vías para el control democrático de las FAN: o creas cuerpos civiles expertos en el área, es decir, creas expertos en seguridad y defensa, o manejas la gerencia política con las FAN, que es lo que más se ha hecho en la historia de Venezuela. Hoy, para utilizar la expresión de Hungtinton, el gobierno privilegia más el “control subjetivo”, es decir, la ideologización de los militares, más que lo que privilegió

Punto

Fijo,

que

fue

el

“control

objetivo”,

es

decir,

la

profesionalización de las Fuerzas Armadas. No por casualidad se les quiere quitar su rol profesional –lo que genera tensión entre Baduel y Müller Rojasal decir que la profesionalización es “imperialista” y una “ideología de los EE.UU”. A futuro, el reto es que el tema militar interese a la sociedad, más allá de los chismes de cuartel. Por eso valoro este espacio, por eso acepté gustosamente venir a compartir con ustedes estas ideas, porque una de las cosas que hoy se está debatiendo en el mundo, más en Europa, menos en EE.UU, es cómo lograr ese control. Aunque no lo creamos, aquí en Venezuela, siento que en Venezuela nos estamos rezagando en muchas cosas y debates mundiales. Aquí se traen muchos corotos, 30 mil millones de dólares en importaciones de cuanto cachivache creó Dios en la tierra, pero en temas de discusión y debates estamos muy atrás. El tema civil y militar es fluido. La tesis de no politización de los militares ya no tiene importancia hoy día. Se asume que son políticos, el punto hoy es cómo interactúan con los civiles, cómo la sociedad interactúa con ellos, y ahí vienen las instituciones del diseño militar, un ministerio de defensa civil, tribunales que impartan justicia de verdad, un parlamento que realmente controle a las Fuerzas Armadas -que no lo ha hecho en Venezuela, y ahora menos- una sociedad civil activa, preocupada, y expertos.

La posibilidad que se abre ahora es que como el tema militar es tan central en el gobierno, eso abre la posibilidad de que la sociedad se interese en el mismo, y por supuesto, aumenta el número de militares activos, lo que hace el asunto más interesante todavía. En la reserva, según escuché al General Rangel Briceño, ya hay 42 batallones, y están vis à vis con las fuerzas armadas regulares, es decir, estamos hablando de 110 mil reservistas y 110 mil soldados, en teoría. Hay más personas y eso debe interesar a toda la sociedad. Lo militar importa hoy, y mucho. Es lo que la sociedad debe internalizar. Cierro con esta reflexión. La defensa es una asunto que nos interesa a todos y a todas, siempre y cuando la sociedad aproveche la oportunidad. Sí creo que el gobierno abrió una oportunidad al poner a los militares como centro de la política. Ahora, la pelota está en el lado de la sociedad. De nuevo, por eso valoro este espacio, por eso valoro este debate, porque en casi todos los países esto es lo que es común, la gente hablando de los militares, la gente debatiendo, viendo los modelos, analizando el modelo suizo, analizando el modelo alemán, analizando el modelo de la república checa, analizando el modelo de Eslovaquia, analizando el modelo norteamericano, analizando el modelo chino; eso es lo que se está debatiendo para tratar de lograr una integración, dejar ya la relación civil y militar, y pasar al control democrático de las Fuerzas Armadas, para llegar a la sociedad civil-militar que interactúa en términos de paridad. Con esto cierro mi intervención en la noche de hoy. Agradezco la atención que todos y todas prestaron a la presentación. Con mucho gusto en el debate responderé los puntos, los planteamientos, y que en verdad tengamos un debate muy positivo y con mucho ánimo. Muchas gracias. Post Scriptum Desde que se pronunciaron estas palabras el 11 de abril de 2007, la dinámica del mundo militar venezolano ha tomado giros inesperados, a una gran velocidad. Podría

decirse

que

todavía

se

mantiene

la

cuarta

etapa,

“institucionalización con influencias partidistas en tensión”, aunque con una

variante: la partidización de las FAN se busca realizarla desde adentro –con la designación del general Rangel Briceño como Ministro de le Defensa- y la tesis de partidizar a las FAN desde afuera –a través de la Comandancia en Jefe- que fue lo que privó desde 2005 hasta la crisis Müller-Baduel, parece que cerró su ciclo. Es este el sentido que puede darse a la designación de Rangel Briceño como ministro. Lograr desde adentro lo que fue imposible desde afuera y, como respuesta no esperada por el rechazo a la partidización militar, se manifestó una visión diferente dentro de las fuerzas armadas en torno al “socialismo del Siglo XXI”, expresada en el discurso del general Baduel el día 18-7-07, cuando entregó el Ministerio de le Defensa. ¿Y cuál es la posición de Chávez en todo esto? Es claro que Chávez apoya la tesis de la partidización de las FAN. Sin embargo, la estrategia tuvo que ceder, de nuevo, a la táctica. Cuando en abril de 2007 el Jefe del Estado expresó que los militares que estuvieran en desacuerdo con el nuevo saludo de “Patria, socialismo, o muerte”, pidieran la baja, evidentemente no se refería a ningún criterio profesional. Distinto al Chávez, una vez que regresó de su viaje a Rusia y otros países en julio de 2007, que trató de justificar el “Patria, socialismo, o muerte”, con una explicación débil y contradictoria: es que esa consigna revela el “patriotismo” de los militares ¿Qué pudo haber pasado dentro del mundo castrense para este “repliegue táctico” del Presidente? Para hablar de los militares hoy, sólo caben conjeturas. Una de las promesas no cumplidas del actual gobierno es la transparencia: PDVSA es hoy más “caja negra” que en el pasado. Igual pasa con las FAN. Al menos, en la democracia de Punto Fijo, los militares tenían la ventana del Senado para expresar su descontento, que era ampliado por los parlamentarios. Hoy eso no existe ¿Son por méritos los ascensos hoy día (art. 331 de la Constitución)? No parece. Sencillamente, salen los nombramientos en Gaceta, y es muy probable que hasta los propios nombrados sepan de su designación una vez que sale publicada en el diario oficial. La única instancia pública para debatir los ascensos, son los rumores y “bolas”que

registran los medios de comunicación social. No hay instancias públicas oficiales para esto. Luego del golpe de abril de 2002 y de la Plaza Altamira, Chávez logró purgar a los militares que conspiraban abiertamente y dejó en su casa a muchos otros, y dentro de las FAN quedaron los mandos vinculados “al proceso” pero en el marco de la Constitución, y los oficiales profesionales, principalmente en la categoría de oficiales subalternos y oficiales superiores (solamente hasta teniente coronel). Como se señaló en la ponencia, la relación de las FAN con el gobierno era política pero constitucional, en el espíritu del 328. Están con “el proceso”, pero ateniéndose a lo fijado en la Carta Magna. Se permitió la alineación política de oficiales, pero focalizada en militares muy vinculados al gobierno, que adoptaron posiciones públicas a favor de Chávez, pero no todos los oficiales hicieron esto. Fue una especie de dejar hacer, y hacerse la vista gorda. La institución los dejó, sin hacer mayor ruido. Algunos se presentaron como candidatos, otros pasaron a retiro, y algunos recibieron como premio designaciones diplomáticas. Sin embargo, la decisión de partidizar a las FAN estaba tomada desde 2004, en la sesión del “nuevo mapa estratégico”. Como todo en el gobierno, se comenzó de poco a más. Se arrancó con la presencia de civiles en los desfiles, luego uno que otro comentario partidista también en los desfiles; luego con la participación de militares en actos políticos, posteriormente con el uso de consignas y el cambio de los pensa de estudios militares, después con el cambio al nombre de Fuerza Armada Bolivariana –aunque todavía no ha pasado por los procedimientos institucionales para hacerlo- luego con la consigna “Patria, socialismo, o muerte”, para finalizar –era el plan- con la inscripción de militares en el PSUV, siendo Müller Rojas el abanderado, para promoverlo en otros militares. En la última “jugada”, se produjo la tensión, que ya venía acumulándose en el tiempo, y ocurrió la ruptura de Müller con Chávez, y el reemplazo de Baduel, tal vez por haber jugado una posición de rechazo “de baja intensidad” a la partidización militar: la dejó expresarse en público, pero la obstaculizó institucionalmente en privado.

Maniglia mostró algunas diferencias sobre el giro partidista de la política militar del gobierno, y el contraste más alto fue a finales de mayo de 2006. Hubo diferencias entre Maniglia y Müller Rojas, sobre cuál política seguir con los F-16. El segundo, habló de venderlos a Irán y comprar aviones Sukhoi. El primero, dijo que Müller habló a título personal. No obstante, el Jefe del Estado se inclinó hacia Müller: en Aló Presidente Nº 257 del día 4-6-06, anunció que en Caracas volarían aviones rusos Sukhoi. Hoy esos aviones son una realidad. Chávez sacrificó a Maniglia por Müller, y Baduel asume la cartera de Defensa ¿Qué pasó con el general que tiene fama de “inescrutable”, para salir de la cartera de Defensa? A diferencia de lo señalado en la ponencia de una mayor simetría entre las dos instancias –Ministerio de la Defensa y Comandancia en Jefe- por ser los titulares oficiales del ejército, ocurrió una ruptura muy escandalosa ¿Qué pasó? Esto es importante porque Müller Rojas confesó a El Mundo que en el lapso de Baduel jamás fue invitado a las discusiones del alto mando, como ocurrió con anteriores ministros (incluyendo a Maniglia) ¿Por qué Baduel nunca lo invitó? Aquí puede estar la clave para entender cómo se originó la crisis militar. Muchas conjeturas pueden realizarse. Una muy sugerente, es que los roles de las nuevas instancias militares establecidas en la LOFAN –cuatro, Comandancia en Jefe, Ministerio de la Defensa, Comando de la Reserva, y Comando Estratégico Operacional- no funcionaron como estaba previsto, y lo que ocurrió fue un forcejeo de poder e influencia entre las dos instancias realmente competidoras: la comandancia y el ministerio que, de paso, era esperable. Lo que pudo catalizar la ruptura fue la compra de armas. Es indudable que la compra de armas recientes se han decidido en Miraflores, y Ministerio de le Defensa fue sólo notificado de las mismas, pero su participación no fue importante. La coordinación entre la instancia política y militar para la compra de armas, tuvo su techo con los fusiles rusos y helicópteros. La compra de Sukhoi no tuvo ese consenso, y parece que no fue bien vista por el ministerio, pero se le dio luz verde en la comandancia, y tuvo el apoyo político de Chávez.

Cuando se habló de comprar submarinos, el contexto ya era diferente. La justificación de este tipo de armas en un país que no tiene tradición de fuerzas submarinas de importancia (apenas dos sumergibles tipo 209 alemanes comprados durante el primer gobierno de Pérez, junto a dos navíos norteamericanos, excedentes de la Segunda Guerra Mundial, ya inexistentes), era más difícil que la que fue para los aviones, donde Venezuela sí tiene tradición de tener aeronaves de avanzada y en cantidades no despreciables (Camberra, Vampiro, F-86, Mirage, F-5, y F16). El contexto internacional también cambió. Ya la magia del “caso venezolano” no existe para muchos países. Al gobierno parece importarle poco su reputación internacional, y busca sumar aliados en los países que considera aliados seguros (Nicaragua, Ecuador, y Bolivia), al mismo tiempo que juega su carta de poder: el petróleo, para obtener si no apoyos, al menos el silencio de los países. En el mejor de los casos, nuestro país será visto como una “democracia autoritaria”, pero particular, originada en situaciones muy específicas de la realidad venezolana. A esto hay que sumarle el veto del gobierno de EE.UU a la venta de armas a Venezuela que tengan partes norteamericanas, que parece ha sido un freno para muchos países (negociaciones con Suecia e Israel, por ejemplo, no pudieron concretarse, junto a la publicitada de los aviones españoles). En otras palabras, vender armas a Venezuela es problemático hoy en día. Sólo queda Rusia y Bielorusia como mercados, si se excluye el mercado negro de armas, amenaza hecha por el general Müller Rojas, de acudir a este mercado no oficial para adquirir ingenios bélicos. Cuando se habló de comprar submarinos no hubo la contundencia que cuando

se

anunciaron

los

Sukhoi.

Hubo

dudas,

desmentidos,

y

contradicciones. Los tiempos son otros. Salió en prensa –por agencia de noticias rusa- la compra de nueve submarinos. Müller confirmó la compra. Baduel la negó, y Chávez calló. Todavía no se sabe si la compra será efectiva. Parece que sí, pero no está segura (¿).

Aquí se entra en otras causas que explican la crisis militar. Las visiones de país. Con su discurso, Baduel presentó, a grandes rasgos, un programa político, que combina elementos desarrollistas propios del pensamiento militar venezolano (crear riqueza y luego distribuirla), junto a elementos sociales (los menos). Lo relevante de las palabras de Baduel es que mostró un programa diferente al que encabeza Chávez, y el cual podría decirse que representa no sólo a militares sino también a civiles dentro del chavecismo. Puede hablarse en propiedad del nacimiento, en el seno del chavecismo, de una tendencia política distinta a la del “socialismo del Siglo XXI”, cuyos atributos no pueden describirse todavía, pero que parece ser una orientación no maximalista, que es la que busca Chávez. Tal vez por esto al Presidente “se le fueron los tiempos”, y no pudo atajar la crisis Müller-Baduel con la táctica, porque ésta no tiene espacio en este cuadro, sino la estrategia, que son las visiones de país. Paradójicamente, con la decisión de sacar a Müller y a Baduel, Chávez se ató más a los militares. Es un gobierno que se acerca a lo militar, no tanto porque muchos uniformados estén en la administración pública, sino porque la base de poder de Chávez es mayormente militar y clientelar, especialmente en momentos que el carisma parece agotarse, y el PSUV no termina de cuajar como partido. Chávez se acercó más a los militares, y para hacerlo, sacrificó a Müller –un dolor de cabeza para los militares, según confesó el propio general, quien desde diciembre de 2006 quería irse de las FAN, y sus declaraciones recientes dejan colar cierta amargura con sus compañeros y cierta decepción con Chávez- para complacer a los uniformados del Ministerio de la Defensa, pero les nombró a Rangel Briceño para tener “su cabeza de playa”, tal vez esperando que cambien las condiciones tácticas para avanzar en la estrategia. Sacrificó una pieza importante para evitar jaque mate, y movió a la reina para, en el futuro y si puede, hacer jaque mate. Es importante esta tendencia política dentro de las FAN que asume Baduel, porque parece que cristaliza, ahora en el mundo militar, una tendencia política distinta a la oficial. Esta tendencia fue iniciada por los

civiles cercanos al “proceso” –académicos, intelectuales, partidos como Podemos- pero fueron rápidamente descalificados y puestos al margen. Ahora, esta tendencia civil tiene su expresión militar ¿Terminará en una organización política? ¿Se insertará dentro del PSUV? ¿Tomará forma política en las regionales de 2008 con alianzas inesperadas dentro del chavecismo? ¿Desaparecerá, junto a la resistencia que hay dentro del chavecismo? ¿Será reconocida por Chávez, para negociar? El tiempo lo dirá. Lo cierto es que hoy no hay control civil ni democrático sobre las FAN (la reserva es sólo un proletariado militar que genera plusvalía política al gobierno). El control es de las FAN sobre las FAN. Aquí hay una vertiente importante ¿Es el pensamiento sólo de Baduel o su discurso representa a un porcentaje importante de militares? Lo último es probable. Chávez no pudo hacer en las FAN lo que hizo en PDVSA: el despido total. De las FAN sólo salieron generales y almirantes, pero menos oficiales subalternos y superiores, que son la columna operativa de la institución. Tampoco la reserva ha podido influir, porque si en alguna organización privan los criterios de cuerpo, es en la militar. De manera que la reserva se le trata aparte, no se le ve como una organización verdaderamente militar, y eso es importante para los militares profesionales. Así será de fuerte el espíritu corporativo, que todavía se discute si se debe eliminar la GN, cuando ya tiene una tradición importante como fuerza. Y esta rama es vista como la menos importante dentro de la tradición jerárquica de las FAN (ejército, marina, y aviación). La reserva existe, pero aparte, y es la menos militar para los militares. Es también, al menos ahora, un fracaso de la Comandancia en Jefe para liderar la organización militar. No pudo imponerse al Ministerio de la Defensa. La resistencia de los militares al regreso de los retirados –que no es nueva, sino vieja; cuando la democracia reincorporó a militares retirados durante la dictadura de Pérez Jiménez, se les puso el nombre de “reencauchados”- se hizo visible en una lucha de poder entre instancias de decisión militares. Müller Rojas, Pérez Arcay, y Cabrera Aguirre, son

reincorporados, y además con poder. Es seguro que esto generó rechazo en los militares profesionales activos, y se produjo un rechazo que catalizó la inscripción de Müller en el PSUV y la compra de submarinos. Tal vez esto orientó la escogencia de Rangel Briceño –junto a la darle fluidez a las promociones, ya que se pasó a retiro la promoción de 1977, y esto abre otra línea de análisis: se reviven los valores tradicionales de las FAN como el pase a retiro luego de 30 años, no más prórrogas de servicio, que era la aspiración de Baduel y de otros como Wilfrido Silva- para hacer la partidización, pero desde otro enfoque: desde adentro. La partidización desde afuera fracasó –por eso Müller habló que la “derecha” tiene más fuerza que la “izquierda” dentro de las FAN- al mismo tiempo que Chávez trata de recuperar la táctica que perdió, más no la estrategia, con el nombramiento de Rangel Briceño: alguien de adentro para hacer una tarea de afuera. El principal obstáculo de Rangel Briceño es que la “resistencia” militar es silenciosa, no visible. Hay panfletos, rumores, pero no expresiones. Esto es un obstáculo para Rangel y para Chávez. A diferencia de los civiles que pueden ser neutralizados con investigaciones judiciales o descalificaciones por los medios y programas oficiales, no se puede hacer lo mismo con los militares, sin provocar una crisis institucional. Pareciera que el tope de mandar oficiales a sus casas sin cargo, también llegó a su límite. De manera que Rangel Briceño debe convivir con la “resistencia” dentro, y hacer un trabajo institucional para modificar la correlación de fuerzas dentro de las FAN. En este punto también tiene sentido el discurso de Baduel: un mensaje a Rangel. Hay otros interlocutores dentro de las FAN, que si bien están con “el proceso”, no favorecen una solución maximalista. Hoy las FAN necesitan, más que un “tropero”, un verdadero “gerente político”, porque las FAN son hoy el partido político venezolano más importante ¿Tendrá capacidad política el nuevo ministro? Su gestión lo dirá. Aquí se abre una línea de reflexión final: los civiles quedaron en un plano secundario. Müller tiene una propuesta. Baduel otra. Chávez aplica la suya. El “partido militar” tiene tendencias que se hacen públicas. Tienen el poder.

Esto debe preocupar a los civiles ¿Dónde están los civiles? Los intelectuales del “proceso” críticos, producen, pero no parecen tener espacios de poder dentro del “Estado chavecista”. Tal vez están en una etapa de formación como fuerza política, que puede evidenciarse en el año 2008 (Podemos + Baduel + Intelectuales + colectivos comunales). Los intelectuales de la oposición, producen, pero no son tomados en cuenta por el mundo político, que prefiere lugares comunes y la acción de mercadeo de “ponte una pulserita” o “vístete de blanco” y, desde el punto de vista político, no tienen organización ni vinculación con estructuras partidistas sólidas. El hecho es que los civiles en general van rezagados con respecto a los militares. Esto es grave para el país. Que la política se articule alrededor de las FAN, aunque sea de manera “institucional”, no es sano ni para los militares, ni para el país en general. Desde el punto de vista histórico, significa un retroceso con lo logrado en Venezuela. Uno de los méritos que tiene la Generación del 28 –hasta ahora, la única generación que ha hecho realmente país- es que demostró que la mejor política militar no es aliarse con un general o con los militares –duro aprendizaje del 18 de octubre de 1945, que trajo el 24 de noviembre de 1948- o, en la actualidad, como se observa en muchos civiles, a esperar el “milagro de Diosdado Cabello” porque “los comandantes son de la promoción de Diosdado”, para hacer contrapeso al gobierno, “porque a Diosdado no le gusta el socialismo”, que luce más bien un wishful thinking que una realidad. La Generación del 28 demostró algo más sencillo como política militar que conspirar: el mejor control civil sobre lo castrense es un proyecto de país, una visión de Venezuela. Los militares mueven sus piezas ¿Seguirán los civiles a la espera de un “general salvador”, o se animarán a ser la vanguardia de un proyecto de país, para lograr una paridad con los militares?

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