Sobre viejas y nuevas pirámides texto la superestructura informativa.pdf

May 24, 2017 | Autor: Silvia Ramirez | Categoría: Online Journalism, Journalism And Mass communication, Online Writing
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En Mitchelstein, E. y P. Boczkowski (comp.), 2016. Titulares, hashtags y videojuegos. Buenos Aires: Manantial.

Sobre viejas y nuevas pirámides: la superestructura informativa en los diarios online Silvia Ramirez Gelbes Universidad de San Andrés Universidad de Buenos Aires [email protected] Resumen Desde la aparición de la Internet, distintos especialistas (tanto académicos como profesionales) se han ocupado de la escritura en la pantalla. En particular, cuando se trata del periodismo informativo, algunos autores (Franco 2009, Larrondo 2011, Scanlan 2014, Tabares 2014) prescriben la recuperación de la estructura de la pirámide invertida, pero con características renovadas. Esas características se refieren a la producción de una pirámide que comienza en el propio título y que se va construyendo por jerarquía descendente de relevancia informativa hasta el final de la nota y, a diferencia de la pirámide tradicional, sin repeticiones de datos. Otros autores (Bradshaw 2007, Canavilhas 2006, Edo 2009, Esquivel 2014, Salaverría 1999 y 2005), por su parte, prescriben la producción de notas con un estilo más narrativo y con un desarrollo no jerárquico sino cronológico. El punto en común de ambas propuestas es, con todo, el empleo de hipervínculos que reenvíen a la profundización de los detalles a la manera de un nodo base que enlaza con nodos secundarios. Este trabajo describe las estructuras de un corpus de artículos periodísticos informativos para cotejarlas con las prescripciones antes señaladas. Ese corpus está constituido por 68 artículos, seleccionados aleatoriamente según el criterio de semana construida, que corresponden a las secciones Policiales y Seguridad de los dos medios con versiones papel y online y mayor cantidad de visitas diarias: clarin.com y lanacion.com.ar. Los resultados muestran que, distanciados aún de esas propuestas anunciadas como superadoras, la mayoría de los artículos estudiados parecen todavía demasiado aferrados a los patrones estructurales clásicos.

1. Introducción La preocupación por los géneros periodísticos ha concitado largamente el interés de los investigadores (Casasús y Núñez Ladevéze 1991, Guerke & Hirst 1996, Gomis 1989, López Hidalgo 2009, Martín Vivaldi 1987, Martínez Albertos 1974, entre muchos otros), sobre todo en función de la enseñanza en las escuelas de periodismo. Esa misma razón ha motivado el surgimiento de propuestas básicamente prescriptivas en relación con los géneros escritos para la pantalla (Armentia 2000, Baviera 2011, Bradshaw 2007, Caldevilla 2010, Canavilhas 2013, Carroll 2014, De Pablos Coello 2000, Edo 2009, Engebretsen 2005, Franco 2009, Landow 1995, Larrondo Ureta 2011, López Hidalgo 2005, Salaverría 2005, Tabares 2014, entre muchos otros).

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Sin embargo, poco se ha dicho acerca de cómo esas prescripciones se emparejan con las producciones concretas. En efecto, si las prescripciones se fundan en investigaciones acerca de cómo lee el ojo en la pantalla (Nielsen 1997, 2007; Poynter 2000, 2004; entre otros) o de los resultados de la lectura online en comparación con la lectura en papel (Mangen et al. 2013, Bolls et al. 2009), poco se ha indagado acerca de cómo es el formato o superestructura (Van Dijk 1996)1 de los textos periodísticos reales que se leen en la web. De hecho, la existencia de prescripciones acerca de qué formato otorgarles a las notas 2 de prensa no significa que los profesionales recurran a ellas o que las respeten. Y es que una de las mayores inquietudes que se le presentan al periodista encargado de la versión online de un medio gráfico es el modo en que debe encarar la estructura de su nota. Más que nada porque las condiciones de producción le determinan la necesidad de trabajar contra reloj. En ese sentido, podría pensarse que la producción de las notas tenderá a seguir un patrón organizativo casi automático o –como mínimo– recurrente, que le permita cumplir con la obligación de producir un cierto número de notas por día. Analizar las notas ocurridas efectivamente puede ofrecer, entonces, un cuadro real acerca de lo que está ocurriendo con las notas informativas online. Por ese motivo, la pregunta que guía esta exploración es cuánto se acerca (o se aleja) el formato de las notas informativas online de las propuestas de los especialistas. Para responderla, en lo que sigue, expongo el formato que prescriben los expertos, especifico el recorte del corpus y el método de análisis, describo los tipos de superestructuras reconocibles en los artículos seleccionados y comparo finalmente esos tipos con las propuestas de los especialistas.

2. Los géneros del discurso periodístico y el cambio de soporte Es bien sabido que los nuevos medios tienden a usar los géneros inicialmente como lo hacían los viejos: existe en principio una etapa de repetición de los modelos, a continuación

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“Denominaremos superestructuras a las estructuras globales que caracterizan el tipo de un texto” (Van Dijk 1996: 142). 2 Uso indistintamente el término más coloquial formato y el más técnico superestructura para referirme a la organización estructural que adopta el texto y uso nota (de prensa) y artículo periodístico como sinónimos y en sentido amplio, sin remitirme a un género particular.

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se los enriquece por incorporación de propiedades, se los renueva o recrea según las posibilidades que autorice el nuevo medio y finalmente se innova creando géneros propios. Esto es lo que viene ocurriendo con los géneros periodísticos escritos en la web. Al principio, la pantalla reproducía fielmente los textos que aparecían en el papel. Luego se los enriqueció con la inclusión de hipervínculos que enviaban a otros textos y con la asistencia de otros códigos (imágenes, audios y videos). Algunos géneros resultaron recreados (como ocurre con la infografía animada frente a la infografía fija del papel). Otros géneros, por fin, fueron creados estrictamente para la pantalla (como sucede con el blog, que se ha incorporado de lleno a la prensa online). Pero la estructura de las notas informativas no parece haber cambiado mucho. Sí ha cambiado el contexto de lectura. Concretamente, huelga decirlo, resulta incuestionable que el contenido periodístico en pantalla no supone un prime time –o momento del día en que será consumido preferentemente–, como puede ocurrir con el contenido del diario en papel, que es leído sobre todo “a la hora del desayuno”. Es más, el contenido online ni siquiera puede aspirar a un golden time, es decir, un tiempo dedicado exclusivamente a la lectura de las noticias: ese tiempo ha quedado relegado a los intersticios (Igarza 2009, Mancini 2011) entre otras actividades de todo tipo. El texto periodístico online se lee en distintas pantallas (la del móvil, la de la Tablet, la de la desktop, ¿la del smartwatch?), cuando el usuario 3 se encuentra sentado frente al escritorio o mientras camina, durante los cuarenta segundos en que el semáforo rojo detiene la marcha del vehículo que está manejando, en medio de las reuniones o en una sala de espera, por dar apenas algunos ejemplos frecuentes. Y, lo que es aún más desafiante, ese texto compite por hacerse espacio entre muchos otros contenidos (informativos –otras notas–, vinculares –los posteos de las redes sociales– o de entretenimiento –los videojuegos–) que debilitan la atención del usuario, en tanto que el otrora lector es ahora productor, consumidor, prosumidor4.

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Elijo el término usuario frente a otros posibles para referirme a quien lee en pantalla. Este término fue impulsado por Alvin Toffler en La tercera ola (1980).

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Como este trabajo se centra en noticias informativas, dejaré de lado la discusión sobre las clasificaciones de géneros periodísticos5 y describiré las prescripciones genéricas y las estructuras tradicionales que servirán de base para analizar los artículos seleccionados. En otras palabras, desarrollaré en los próximos parágrafos la organización propia de la pirámide invertida (primero, la tradicional; luego, la nueva) y la superestructura narrativa prototípica de la noticia (la clásica propuesta de Van Dijk (1996: 70) y la propuesta ampliada de Salaverría (1999)).

3. Prescripción 1: la pirámide invertida o el formato que proponen los expertos Suele afirmarse que la pirámide invertida se originó en el uso que los periodistas hacían del telégrafo en la Guerra de Secesión de los Estados Unidos (Fontcuberta 1993). Que ese sea su origen o no, lo cierto es que su configuración tripartita de título, bajada y cuerpo ha facilitado la disposición y edición de las notas en los diarios en papel, permitiendo a los editores –y a los maquetadores– cortar el material si así lo exigiera la diagramación, por medio de ir cercenando la nota a partir del último párrafo, sin privar al lector de la información esencial. No solo eso: es necesario reconocer la eficacia que la pirámide invertida ha tenido en entrenar a los lectores, que tienden a buscar la información relevante en los segmentos superiores de la nota. Ahora bien, su objetivo original de ofrecer un mecanismo sencillo para resumir una nota en el caso de que el espacio en la hoja fuese exiguo ha perdido sentido en la web, donde el espacio resulta potencialmente infinito. Sin embargo, autores como Franco (2009), Nielsen (1996, 1997), Scanlan (2003, 2014) o Tabares (2014) observan que esta técnica es más importante en la pantalla que en el papel dado que los usuarios rechazan el uso del scroll (y, en consecuencia, es probable que dejen el texto luego de haber leído apenas el título y la bajada). Eso sí, como se adelantó, reconocen que la pirámide invertida en la pantalla no debe ser idéntica a la del papel. La pirámide invertida en papel narra tres veces el hecho: en el título (idealmente de seis palabras), en la bajada y en el cuerpo (ver Ramírez Gelbes 2014). A diferencia de esta, la nueva pirámide debería desarrollar los datos de una vez, sin repeticiones, desde el título – 5

Para una ampliación sobre el tema de los géneros periodísticos en español, pueden verse Casasús y Núñez Ladevéze 1991, Edo 2009, Gomis 1989, López Hidalgo 2009, Martín Vivaldi 1987, Martínez Albertos 1983, Santamaría 1990, Serra y Ritacco 2004, entre muchos otros.

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que viene a ser el comienzo mismo de la nueva pirámide invertida– hasta el término de la nota. El desarrollo secuencial se dará como una historia que empieza por el final. Según se infiere de esta última propuesta, título y bajada constituirán el foco informativo que da respuesta a (algunas de) las preguntas periodísticas tradicionales (las famosas cinco/seis wh-: qué, quién, cuándo, dónde, por qué y cómo), pero la nueva estructura no será lineal sino –más vale– arbórea: el desarrollo de los pormenores se reunirá en notas paralelas a las que podrá accederse por vía de hipervínculo (v. figura 1).6

Fig. 1. Nueva pirámide invertida, con hipervínculos (Franco 2009: 59)

Esta nueva pirámide invertida pretende construir un texto compacto sin repetición de datos, con la información central en el texto de origen y profundización de la información a través de enlaces. Con ella se satisfacen las dos necesidades elementales (y contrapuestas) que manifiestan los usuarios en su búsqueda de la información: la rapidez y la profundidad. En efecto, el texto base de esta nueva pirámide permite obtener información completa y pronta, mientras el hipertexto permite ahondar sobre distintos aspectos más accesorios.

4. Prescripción 2: la superestructura hipertextual o el formato que proponen los académicos El uso de la pirámide invertida en la web, con todo, es motivo de polémica. Autores como Bradshaw (2007), Canavilhas (2006), Edo (2009) Esquivel (2014) o Salaverría (1999 o 2005) sostienen que la pirámide invertida tradicional restringe las posibilidades en la 6

Es importante observar aquí que la propuesta surge de los estudios cualitativos sobre los deseos del usuario y los experimentales sobre la trayectoria del ojo, pero no –por ejemplo– de comparar los resultados de la lectura entre textos con diferentes configuraciones.

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pantalla y debe ser reemplazada, por ejemplo, por una acumulación de información (Larrondo 2009: 209), que en la práctica ha de darse por reenvío a otras notas. El planteo de Salaverría (1995) que funda esta segunda prescripción, basado en la ya clásica propuesta relativa a las configuraciones textuales de Van Dijk (1996: 69 y ss.), establece la necesidad de retornar a las secuencias textuales básicas (descripción, narración, exposición), con una síntesis en el texto base y la información ampliada en notas, infografías o videos a los que el nodo central reenvía por medio de un vínculo, como se ve en la figura 2. Así, la estructura de la noticia tenderá a tener un corazón básicamente descriptivo-narrativo, del que se desprenderán, entre otras funciones, las reacciones orales de los afectados o un marco que ubique el suceso dentro de una cadena de hechos.

Fig. 2. La célula informativa (Salaverría 1999: 15)

Como fuere, la característica más destacada de esta organización, al menos en comparación con la pirámide invertida, es que ya no puede hablarse de una jerarquización de datos –de lo más importante a lo menos importante–, sino, antes bien, de una narración cronológica, que en el programa de Van Dijk (1996) se asimila a la del esquema narrativo: planteo, complicación, resolución, evaluación y moraleja. Eso sí, la clave de este modelo superestructural de Salaverría (1995) se asienta sobre la base de los enlaces: “El hipertexto es lo de ahora, con frases cortas, con enlaces para profundizar y con elementos multimedia para enriquecer la información, lo que viene a configurar un nuevo lenguaje para comunicarnos” (Esquivel 2014: 150).

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5. Corpus y metodología Como queda dicho, en este trabajo, me propongo ocuparme de la descripción de notas informativas online (publicadas en los portales de los dos diarios que, contando con versiones en papel, tienen mayor cantidad de visitas diarias en la Argentina), con el objetivo de compararlas con los formatos prescriptos por distintos expertos especializados en el discurso para la web. El corpus con el que trabajo está compuesto por 68 artículos7 seleccionados según el método de la semana construida (Hester & Dougall 2007, Teramo 2006), con cinco artículos de clarín.com y cinco artículos de lanacion.com.ar por cada día de la semana. La semana construida consiste en elegir, por ejemplo, el lunes de la primera semana del período designado, luego el martes de la segunda semana y así consecutivamente hasta cumplir una semana calendario (esto es, de lunes a domingo). Este modo de selección permite obtener una muestra aleatoria de la información y evita las distorsiones propias de un momento reducido, como podría ser el hecho de que un mismo periodista autor escribiera sobre el mismo tema de agenda. Por otra parte, establece un rango de selección relativamente considerable (exactamente, siete semanas) para la conformación de un corpus que permita dar los primeros pasos en un análisis como el que presento en esta comunicación. Los artículos fueron tomados exclusivamente de las secciones Policiales de clarín.com y Seguridad de lanacion.com.ar. Motiva la selección de estos dos portales no solo el hecho de su masividad, sino también que cuentan con una versión diaria online, lo que admite que los redactores se ocupen –como efectivamente ocurre, según las entrevistas realizadas– de las notas para ambas versiones. El control de que las notas fueran publicadas inicialmente en la web se hizo tomando como referencia el horario de publicación revelado en la propia nota y la ausencia del sintagma “Edición impresa”. En cuanto a la sección, esta fue escogida porque puede presumirse que las notas de policiales, por ser básicamente informativas (no tanto interpretativas o comentadas), tenderán a respetar más la estructura de pirámide invertida o la narrativa. En el supuesto de que así sea, se constatará si el esquema que se produce efectivamente responde a los 7

Encontré solo tres notas en lugar de cinco para un día (el miércoles) en clarín.com.

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cánones tradicionales –la pirámide invertida convencional para el papel o incluso el esquema prototípico de la noticia– o si, por el contrario, responde a las recomendaciones de los especialistas en la escritura de textos periodísticos online. Por ello, se realizó antes que nada una clasificación de los artículos del corpus en dos clases, según su superestructura: pirámide invertida o esquema narrativo. En segundo lugar, se hizo una subclasificación: pirámide convencional o nueva por una lado, esquemas narrativos sin hipertexto y con hipertexto por el otro. Con el fin de garantizar que esta clasificación resultara fiable y replicable, tomé una muestra aleatoria de 10 artículos, que fueron analizados por un codificador alternativo, quien solo fue instruido acerca de las características propias de cada superestructura considerada. Dado que no es este un estudio cuantitativo, no procedí a registrar los resultados estadísticamente. Solo busqué consignar algunas características recurrentes. Por otra parte y para ampliar el panorama, realicé entrevistas a tres periodistas que trabajan en las secciones correspondientes a Policiales de distintos diarios (no solo los que se emplearon para este trabajo), con el objetivo de tener una mirada de los propios productores sobre el asunto.

6. Descripción: las notas en pixeles Las diferencias entre los medios, en lo que a superestructura hace, no puede decirse que sea demasiado significativa. La configuración de pirámide invertida tradicional fue hallada en casi la mitad (43%) de las notas de clarín.com y en más de la mitad (60%) de las notas de lanacion.com.ar. La estructura narrativa, más cercana al clásico planteo de Van Dijk (1996) que al ciberperiodístico de Salaverría (1999), se plasmó en casi la mitad de las notas de clarín.com (45%) y en menos de un tercio (26%) de las notas de lanacion.com.ar. Finalmente, la estructura correspondiente a la nueva pirámide invertida fue constatada pocos casos: apenas poco más de un décimo de las notas de cada medio (12% en clarín.com y 14% en lanacion.com.ar). El siguiente es un ejemplo del comienzo de una pirámide invertida tradicional (v. imagen 1).

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Imagen 1. Nota LNV1

Como puede observarse, la bajada de la nota repite casi textualmente el primer párrafo del cuerpo (“Cuatro jóvenes fueron condenados a penas de hasta nueve años de prisión”), en consonancia con las instrucciones de la pirámide invertida tradicional. Desde luego, el título y la bajada ofrecen el contenido central, pero la nota se desarrolla a partir de la duplicación de la información. En la imagen 2, se observa el comienzo de una nota narrativa.

Imagen 2. Nota ClJ5

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Aquí, el comienzo narrativo que juega con una imagen cronológica y hasta cargada de dramatismo literario, “Fueron apenas algunas horas, pero suficientes como para que una banda de asaltantes protagonizara un recorrido furioso por las calles porteñas”, evidencia el desarrollo de la nota completa, que no busca saturar con datos el comienzo, sino introducir secuencialmente la situación. La imagen 3 muestra la cabeza de una nota con la estructura de la nueva pirámide invertida.

Imagen 3. Nota ClJ2

En este último caso, como puede observarse, no hay repeticiones estrictas. Por ejemplo, la presencia del clítico lo en la bajada, como referencia al enunciado del título (“Confirman que había ADN de Mangeri en una uña de Angeles. Lo aseguró el jefe del equipo…”), pone de manifiesto esa estrategia. Por otra parte, y según las previsiones de la nueva pirámide invertida, el título es en efecto el comienzo de la información, que se va desarrollando hasta el final con una lógica de jerarquía: lo más importante al principio, lo accesorio al final. En principio y sin hacer foco en cuestiones cuantitativas, los resultados no parecen extraños. Demasiado enraizadas en los usos del papel aún, las superestructuras que prevalecen son la que se corresponde con la pirámide invertida convencional y la propia de la organización narrativa. Lo que sí llama la atención es la escasez de recursos propios de la escritura web.

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Más allá de las posibilidades automáticas de la plataforma, como la habilitación de la interactividad (los comentarios de los usuarios), que se da por default, la presencia de los rasgos que todos los autores indican como propios de la pantalla resulta todavía limitada. De hecho, la inclusión de hipervínculos se verifica en poco más de un quinto (21%) de las notas de clarín.com y en menos de un tercio (29%) de las notas de lanacion.com.ar. Si se contrasta esta verificación con las dos prescripciones registradas más arriba, que, fuera de la superestructura favorecida, coincidían en señalar la presencia de los enlaces como recurso imprescindible para el periodismo en pantalla, resulta manifiesto el hecho de que, en estos medios que cuentan con versión en papel, los productos textuales se encuentran todavía muy arraigados a las costumbres de la gráfica. Pero debe hacerse una salvedad. Como puede observarse en las imágenes 1, 2 y 3 –ya presentadas– y en las imágenes 4 y 5 más abajo, hay una altísima incidencia (86%) de no repetición de datos entre el título y la bajada, que constituyen la verdadera entrada a la nota y el nodo que suele publicarse en los portales. Y eso ocurre sin importar el esquema superestructural seleccionado por la nota.

Imagen 4. Nota LNJ3

Como se observa en la imagen 4, la bajada comienza con un sujeto tácito que solo se puede reponer a partir del título: “la nueva película”.

Imagen 5. Nota ClMa1

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El caso que presenta la imagen 5 es todavía más notorio: la ausencia de referencias en la bajada obliga al usuario a elaborar inferencias, como el hecho de que el “ex decano de la UCA” mencionado en el título es, efectivamente, el “abogado Guillermo Peyrano” de la bajada. De todas maneras y para terminar, no parece ocioso acudir a los preconceptos de los periodistas acerca de su propio trabajo. Por lo que responden en la entrevista, los propios autores de las notas tienen conciencia de la necesidad de acudir a la multimodalidad (imágenes, videos) para acompañar sus notas (incluso por recomendación del medio), pero no tanto reconocimiento de la posibilidad y acaso el beneficio de recurrir a los hipervínculos. 8 En cuanto a la superestructura de las notas, estos periodistas parecen más propensos en general a uno u otro formato por razones estilísticas que conceptuales, pero sí se muestran tendientes a respetar la cabeza de la nota y la exigencia de que condensen la información por medio de una especie de breve relato atractivo. Finalmente, confiesan no haber tenido instrucción específica para la escritura en pantalla, pero sí para el uso de herramientas web. En definitiva, y aunque los medios que están en estudio en este trabajo tienen versión punto com desde hace veinte años, los cambios en la estructura de las notas informativas en la pantalla parecen venir dándose de manera lenta. Ello sugieren tanto los resultados del análisis cuanto las declaraciones de quienes pudieran ser autores de esas notas sobre el asunto. Y es que, con respecto a estos géneros, el desarrollo de la producción web parece estar anclado todavía en la etapa del enriquecimiento: las notas online son casi idénticas a las del papel, con el agregado de imágenes y, solo a veces, hipertexto.

7. A modo de conclusión Luego de revisar las prescripciones de algunos especialistas acerca de cómo debería organizarse la superestructura de las notas informativas online, se hizo una descripción del esquema superestructural de 68 notas tomadas de clarín.com y lanacion.com.ar. Los

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En una entrevista realizada en 2012, el editor en jefe de una versión web expresó que incluir hipervínculos a otras notas era un requisito obligatorio, si bien el análisis de las notas no verificaba que ese requisito se cumpliera.

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resultados de la descripción se compararon con las prescripciones previas y se observó que, en gran medida, esas prescripciones no se cumplen. Particularmente, la convivencia con otros códigos (esto es, la multimodalidad) y, sobre todo, el reenvío a profundización de aspectos de la nota central por vía de enlaces tienen aún una presencia escasa en la pantalla, al menos en los artículos estudiados. En definitiva, distanciadas de las recomendaciones de los expertos y a veinte años de la existencia de prensa en la web, las notas informativas consideradas parecen aún muy aferradas a la lógica del papel.

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Nota Los periodistas entrevistados fueron Rolando Barbano (Clarín y clarín.com), Gabriel Di Nicola (La Nación y lanacion.com.ar) y Enrique Quarleri (Tiempo Argentino y tiempo.infonews.com).

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