Sobre los Anales de Cuauhtitlan, traducción de Rafael Tena

September 14, 2017 | Autor: R. Martinez Baracs | Categoría: Nahuatl, Mexico
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Descripción

Reseñas

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Anales de Cuauhtitlan, paleografía y traducción de Rafael Tena, Cien de México, México, Conaculta, 2011, 261 p. Rodrigo Martínez Baracs*

Dirección de Estudios Históricos, inah

Una nueva edición de los Anales de Cuauhtitlan

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afael Tena, historiador, lingüista y nahuatlato mexicano, adscrito a la Dirección de Etnohistoria del inah, ha logrado una tarea muy notable, que es la publicación por vez primera en una colección de divulgación de historia mexicana, la colección Cien de México que publica el Conaculta, de una serie de ediciones de textos históricos en lengua náhuatl, en ediciones bilingües, muy correctamente paleografiados, traducidos al español y editados. En todos los casos se trata de textos en náhuatl de los siglos xvi y xvii no previamente traducidos o de los que hacía urgentemente falta una nueva versión. Los libros que ha venido publicando Rafael Tena en la colección Cien de México son: Las ocho relaciones y el Memorial de Colhuacan del cronista chalca Domingo Chimalpahin, en 1998, reeditado en 2003, el Diario de Chimalpahin, en 2001, Mitos e historias de los antiguos nahuas (con el manuscrito Leyenda de los soles), 2002, con reedición aumentada en 2011, y los Anales de Tlatelolco, de 2004. Ahora Rafael Tena nos presenta su nueva edición bilingüe de los Anales de Cuauhtitlan, y está en prensa un nuevo volumen con textos poco conocidos de Chimalpahin. En todas sus ediciones, Rafael Tena ha seguido los mismos criterios, perfectamente adaptados para el público mexicanista no necesariamente académico al que está dirigida la colección Cien de México: una breve Introducción, que condensa con económica precisión la por lo común compleja información disponible sobre cada manuscrito editado, sin meterse mucho en el contenido. Una edición bilingüe, con las páginas de paleografía y de traducción pareadas, una Bibliografía en la que nada falta ni sobra, un Glosario de términos nahuas, un Índice de antropónimos y un Índice de topónimos. Las notas a pie de página son * [email protected] Relaciones 140, otoño 2014, pp. 335-352, issn 0185-3929

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reducidas a un mínimo, pero aportan información muy útil y a menudo novedosa, incluyendo los problemas de traducción. Y en todos los casos los textos en náhuatl son vertidos en un español elegante y natural, reminiscente del que se hablaba en los siglos xvi y xvii, con el fin de que estas obras sean leídas como lo que son, clásicos de la historia de México y de la literatura mexicana. Sobre los Anales de Cuauhtitlan, Rafael Tena nos informa que formaban parte de un manuscrito que describió Lorenzo Boturini en su Catálogo del Museo Histórico Indiano, de 1746, y que incluía los dos textos nahuas que hoy llamamos Anales de Cuauhtitlan y Leyenda de los soles (siguiendo respectivamente a José Fernando Ramírez y a Francisco del Paso y Troncoso), además del texto en español titulado Breve relación de los dioses y ritos de la gentilidad, de Pedro Ponce. Boturini informa que se trata de un manuscrito copiado por don Fernando de Alva, esto es, el cronista mestizo tetzcocano don Fernando de Alva Ixtlilxóchitl, quien escribió a finales del siglo xvi y comienzos del xvii. Ya en tiempos de Boturini le faltaba la primera foja. Como muchos de los papeles de Alva Ixtlilxóchitl, el manuscrito pasó a fines del siglo xvii a manos de Carlos de Sigüenza y Góngora y de éstas a las del caballero Boturini, a quien le fue confiscada su colección cuando fue expulsado del país en 1743. Hacia 1790 copió el manuscrito Antonio de León y Gama, y esta copia se conserva en la Biblioteca Nacional de Francia. A mediados del siglo xix el manuscrito original se encontraba nuevamente en manos de los jesuitas, en la biblioteca del Colegio de San Gregorio, y para entonces había perdido también la última hoja. Por entonces, lo tradujo el gran nahuatlato Faustino Chimalpopoca Galicia y, en su honor, el abate Charles Étienne Brasseur de Bourbourg, durante su primera estancia en México cuando iniciaba sus primeras grandes obras mexicanistas, le puso al manuscrito el nombre que aún conserva: Códice Chimalpopoca. Los jesuitas fueron amagados de ser nuevamente expulsados de México, y Chimalpopoca Galicia tomó este y otros documentos para evitar su pérdida. Chimalpopoca Galicia falleció en 1877 y su colección fue adquirida para el Museo Nacional por su director Gumesindo Mendoza. En 1945, el nahuatlato e historiador potosino y guadalupano Primo Feliciano Velázquez publicó en la unam una importante edición y traducción al español de los Anales de Cuauhtitlan y Leyenda de los soles, 336

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los dos textos en náhuatl del Códice Chimalpopoca, sin paleografía, pero con fotografías de ambos manuscritos. La importancia de esta edición del Códice aumentó inesperadamente, pues poco después, en circunstancias no esclarecidas, el historiador mexicano Salvador Toscano extravió el manuscrito original. Y al morir en septiembre de 1949 en el tristemente famoso avionazo en el Pico del Fraile del Popocatépetl (en el que falleció también la joven y bella actriz Blanca Estela Pavón), Salvador Toscano se llevó el secreto de la ubicación del Códice Chimalpopoca y otros códices y documentos que estaba estudiando. Su tocayo el historiador Salvador Rueda Smithers, actual director del Museo Nacional de Historia, se dio a la tarea de encontrarlos. Junto con la bibliotecaria María Esther Jasso, Salvador Rueda encontró en la Biblioteca Manuel Orozco y Berra de la Dirección de Estudios Históricos del inah la parte perdida del guerrerense Códice Azoyú, que estaba trabajando Toscano, pero jamás logró encontrar ni en esta ni en varias otras bibliotecas y archivos la copia original del Códice Chimalpopoca, transcrita por Alva Ixtlilxóchitl, ni averiguar las circunstancias de su extravío. Aminora la pérdida la existencia de dos copias de la transcripción de Alva Ixtlilxóchitl: una serie de fotografías hechas en 1907 a solicitud de Francisco del Paso y Tronco, que ingresaron al Museo Nacional en 1932; y las mencionadas fotografías, de tamaño original, pero ligeramente recortadas, de la edición de la unam de 1945. Existe una segunda edición de esta publicación, publicada en 1975 (y reimpresa en 1992) con nuevo Prefacio de Miguel León-Portilla, con las fotografías re­ producidas en un formato más pequeño, que Tena omite en la Bibliografía. Convendría subir a internet las fotografías de la edición de 1945. Algo se sabe sobre las fechas de composición original de los tres textos que componen el Códice Chimalpopoca. El más reciente es el texto en español, la Breve relación de los dioses y ritos de la gentilidad, del padre Pedro Ponce de León, que debió escribir hacia 1610, pues hacia esa fecha el padre Jacinto de la Serna registra que Ponce investigaba sobre idolatrías y supersticiones en su jurisdicción de Tzumpahuacan. Por el guadalupano bachiller Luis Becerra Tanco sabemos que Ponce de León falleció en 1626. Y al final, el texto lo identifica como “beneficiado que fue del partido de Tzumpahuacan”, lo cual permite a Tena a proponer que no sólo la Breve relación de Ponce, sino el Códice Chimalpopoca todo Relaciones 140, otoño 2014, pp. 335-352, issn 0185-3929

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debió ser copiado por Alva Ixtlilxóchitl hacia 1630. Y lo confirma Tena al estudiar las anotaciones genealógicas sobre Alva Ixtlilxóchitl contenidas en las primeras fojas del Códice Chimalpopoca que se pueden apreciar en las fotografías de la edición de la unam y sus reimpresiones. En su edición, Rafael Tena decidió presentar el texto de los Anales de Cuauhtitlan en su pureza, prescindiendo de las anotaciones genealógicas de Alva Ixtlilxóchitl, aunque no sin señalar y destacar su importancia. Las obras históricas de Alva Ixtlilxóchitl no se reducen a las publicadas con ese título por Alfredo Chavero y por Edmundo O’Gorman, pues deben agregarse cuando menos dos obras importantes: la redacción, según Carlos de Sigüenza y Góngora, del Nican motecpana, relato en náhuatl no de las apariciones de la Virgen de Guadalupe, sino de los milagros hechos por su imagen, que incluye también una biografía en náhuatl del personaje Juan Diego. La otra gran obra histórica de Alva Ixtlilxóchitl es la transcripción del Códice Chimalpopoca. Algo se sabe, y de manera más precisa gracias a la investigación de Rafael Tena, sobre la fecha y circunstancias de la elaboración de los dos textos en náhuatl del Códice, ambos del siglo xvi. Por evidencia interna puede decirse que los Anales de Cuauhtitlan fueron escritos entre 1563 y 1570. Ya se había mencionado la posible autoría de dos colegiales colaboradores de fray Bernardino de Sahagún, naturales ambos de Cuauhtitlan: Alonso Vegerano y Pedro de San Buenaventura. Rafael Tena avanza en la reconstrucción de las circunstancias de su participación: Recordemos que por entonces fray Bernardino de Sahagún se vio obligado a suspender sus trabajos sobre la Historia general de las cosas de Nueva España, ya que se le negó toda ayuda para poder continuarlos. Entre sus colaboradores habituales se encontraban los gramáticos colegiales Alonso Vegerano y Pedro de San Buenaventura, vecinos de Cuauhtitlan, quienes, al no poder seguir trabajando para fray Bernardino, regresaron a su ciudad, aunque siguieron en comunicación con su maestro. [...] Y podemos, además, suponer que alguno de dichos colegiales, o varios de ellos, ya familiarizados con ese tipo de trabajo, recopilaron códices antiguos y los transcribieron en lengua náhuatl y con caracteres latinos, para dar origen al texto en que se recogen los anales 338

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históricos del señorío prehispánico al que pertenecían, es decir, los llamados Anales de Cuauhtitlan. A partir de 1575, dichos colegiales y escribanos volverían a trabajar con Sahagún en la elaboración del ahora conocido como Códice Florentino.

La escritura de Leyenda de los Soles, el otro texto en náhuatl del Códice Chimalpopoca, puede ubicarse por evidencia interna entre 1558 y 1561, y su posible autor es otro colaborador nahua de Sahagún, Martín Jacobita, vecino de México Tlatelolco, quien inmediatamente después fue rector del Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco en 1561 y 1562. Rafael Tena, quien dedicó un importante libro a entender El calendario mexica, calculó que el primer año 1 Ácatl de los Anales de Cuauhtitlan corresponde al año europeo de 635, y continúa hasta el 1 Ácatl de 1519, o sea que abarca 885 años, y aun más si consideramos que se menciona una fecha inicial de 5 Ácatl, correspondiente al año de 327. Se justifica el título de los Anales de Cuauhtitlan porque los acontecimientos son narrados año tras año desde el punto de vista del antiguo señorío de Cuauhtitlan. La información sobre la historia de Cuauhtitlan predomina, pero hay muchas referencias sobre otros señoríos o altépetl, como México, Colhuacan, Tetzcoco y Cuitláhuac. No sé si el análisis histórico y filológico de los Anales de Cuauhtitlan haya permitido apreciar en qué medida la inclusión de datos históricos sobre otros señoríos se deba a un intento de coordinación o sincronización de historias realizado hacia 1570 por los colegiales nahuas Alonso Vegerano y Pedro de San Buenaventura (semejante al que realizarían medio siglo después Chimalpahin y Alva Ixtlilxóchitl), o si los manuscritos y códices de Cuauhtitlan que los colegiales alfabetizaron ya mostraron interés por esos otros señoríos debido a que formaban parte de su compleja geopolítica en la época antigua. No son excluyentes ambas posiciones, pero es de notarse que aun en la forma de anales adoptada, hay una actitud que podría considerarse moderna de referencia explícita a las historias o pinturas registradas, glosadas o resumidas, y aun una distancia crítica respecto a las fuentes tetzcocanas. Otro elemento que delata la intervención de la ideología europea en la realización de la transcripción es no tanto la calificación de los dioses antiguos como diablos, lo cual es un mero agregado a la Relaciones 140, otoño 2014, pp. 335-352, issn 0185-3929

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narración antigua, sino sobre todo la actitud supuestamente contraria a los sacrificios humanos de Quetzalcóatl, que anticipa al cristianismo. La información escueta registrada cada año se interrumpe con textos más extensos sobre varios temas que se han vuelto clásicos en la historia antigua de México y que Tena se complace en designar con mayúsculas: la Saga de Quetzalcóatl, la Caída de Tollan, las Relaciones entre Tezozomoctli y Nezahualcóyotl, el Origen de los tzompanteteuctin, y cómo apéndices finales: Alianzas políticas en Anáhuac, Tlatoque de Anáhuac a la llegada de los españoles, Pueblos sujetos a la Triple Alianza y sus tributos, y Los tlatoque tenochcas y sus conquistas. Deja una huella en el lector la fuerte presencia en los inicios de los Anales de Cuauhtitlan de Itzpapálotl, la diosa guerrera de los chichimecas, que inspiró el emocionante y muy poderoso poema de Octavio Paz, “Mariposa de obsidiana”, que debió gestarse en el poeta al leer la traducción de Primo Feliciano Velázquez (como la traducción de Juan David García Bacca del Poema de Parménides debió influir en la composición del poema “Muerte sin fin” de José Gorostiza). La primera edición de 1885 de los Anales de Cuauhtitlan en los Anales del Museo Nacional reunió una paleografía incompleta del texto náhuatl y una traducción, en las que participaron José Fernando Ramírez, Faustino Chimalpopoca Galicia, Gumesindo Mendoza y Felipe Sánchez Solís. En 1938, Walter Lehmann publicó una paleografía y traducción al alemán de los Anales de Cuauhtitlan y Leyenda de los Soles. En la mencionada edición de 1945, reeditada en 1975 y 1992, Primo Feliciano Velázquez publicó una traducción, con una introducción y valiosas notas, y con fotos del Códice Chimalpopoca completo, pero sin una transcripción del texto náhuatl. En 1992, John Bierhorst publicó en dos volúmenes la traducción y la transcripción de los dos textos nahuas del Códice Chimalpopoca, con notas y aparato crítico. Restituye la última foja perdida con base en la copia de León y Gama conservada en la Biblioteca Nacional de Francia. (Vale comentar que la crítica, que fue muy adversa en el caso de la traducción de Bierhorst de los Cantares mexicanos, fue favorable a su transcripción y traducción del Códice Chimalpopoca). Como se ve, urgía la publicación de una nueva traducción al español de los Anales de Cuauhtitlan y de Leyenda de los Soles, no sólo para 340

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mejorar la de Primo Feliciano Velázquez e incorporar las aportaciones de las investigaciones posteriores (como lo pidió Miguel León-Portilla en su Prefacio a la segunda edición de la unam de 1975), sino también porque no existía una edición bilingüe completa y confiable del Códice Chimalpopoca. Rafael Tena realizó la tarea al publicar, en 2002, la Leyenda de los Soles y hoy los Anales de Cuauhtitlan. Su trabajo nos permite por primera vez una inmersión total en estas obras fundacionales, en su texto original en náhuatl y en una traducción segura, legible y bella. Ciudad de México, domingo 7 de octubre de 2012

Gloria Ciria Valdéz Gardea, coord., La antropología de la migración. Niños y jóvenes migrantes en la globalización, México, El Colegio de Sonora, Universidad Autónoma de Sinaloa, 2011, 288 p. Elizabeth Juárez Cerdi* El Colegio de Michoacán

Los nuevos migrantes

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l libro es una compilación de resultados de investigación, tanto de jóvenes que inician su carrera como de estudiosos con una gran trayectoria, que fueron presentados en el Segundo Encuentro Internacional Migración y Niñez Migrante. En el análisis se utilizan datos cuantitativos y cualitativos, que permiten hacer visible a un sector de población vulnerable y poco estudiado, y que en términos de Gil, desde la biopolítica, sería un grupo cuya existencia transcurre en un “juego de exclusión-inclusión-indiferencia” (Gil, s/f, 1). Los escritos presentados en este libro dan cuenta de la ausencia de políticas públicas para atender de manera eficaz e integral la problemática de la movilidad sin acompañamiento de niños y niñas y jóvenes; del sistema político, social y económico en que se ven inmersos y ante el cual tienen pocas posibilidades de incidir y resistir; y de los actores * [email protected]

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involucrados en el proceso, que en el caso de los menores con movilidad transnacional son los funcionarios de migración en México y en Estados Unidos, los tratantes de personas, los familiares que quedan en el país de origen y los trabajadores en los centros de atención y ayuda. Los menores migrantes que participaron en la investigación provenían de diversos lugares de México, Centro y Sudamérica y, los menos, de África. Las razones que argumentaron para su movilidad fueron variadas, entre ellas, las condiciones de pobreza en que viven en sus localidades de origen, la búsqueda de sus padres, que habían migrado años antes, el deseo de reunificación con familiares que residen en Estados Unidos, y por motivos laborales. Los autores de los trece capítulos llevan a cabo un acercamiento a la problemática desde las ciencias sociales; sus escritos invitan a la reflexión sobre el lugar que tienen, y que se les ha dado, a niños y niñas y jóvenes en Estados-nación neoliberales que han perdido muchas de sus funciones como procuradores de atención y servicios, o que las han ido delegado a diversas organizaciones que se encargarán de realizar lo que el Estado ha dejado de hacer. Son niños y niñas y jóvenes en movilidad que se encuentran, como lo muestra el trabajo de Glockner, en los márgenes del Estado, por lo que llegan a ser objeto de acción y decisión de “nuevas modalidades de gobierno” (Glockner 2012, 105) personificadas en organizaciones no gubernamentales. En algunos de los capítulos se puede observar que al dejar el Estado de atender (o quizá porque nunca fueron atendidos) a un sector de la población vulnerable como lo son los niños y niñas y jóvenes migrantes (internos e internacionales) se les excluye como ciudadanos de los bienes, servicios, recursos y protección a los que tendrían derecho. La paradoja es que se busca volver a incluirlos a través de diversas leyes, tratados y declaraciones internacionales que pretenden protegerlos en la vida cotidiana. Sin embargo, y a pesar de la existencia de esta reglamentación, durante su movilidad, los menores se encuentran en un estado de indefensión y de permanente de tensión, pues, migran sin documentos, sin dinero, sin referencias, en la marginalidad socioeconómica, arriesgándose a ser victimas de explotación laboral o sexual. Y si son capturados por la patrulla fronteriza norteamericana se convierten en “delincuentes” y expuestos a un sistema que no respeta sus derechos 342

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como niños y niñas o jóvenes, “sujetos a cualquier tipo de arbitrariedades de los poderes tanto legales como ‘ilegales’ […], aunado a la suspensión de la norma, a la suspensión del derecho, en la que la dignidad queda abolida, [donde] no hay nada que negociar, se vive en el límite entre la vida y la muerte” (Gil, s/f, 1). En el proceso de “inclusión” de los menores migrantes se destaca la importancia de las instituciones civiles y religiosas que les dan atención y apoyo cuando son deportados, viven en la calle, se encuentran en situación de riesgo, han sido victimas de tráfico humano, de explotación sexual, laboral o que tienen problemas de adicción o de sida. Cada uno de los escritos compilados en este libro hace diversos aportes, pero se podría señalar como el principal, y también puede pensarse como el eje articulador, que permite conocer a los menores migrantes de manera cercana, escuchando sus inquietudes, sus historias, y los obstáculos que encuentran para tomar decisiones y actuar al enfrentarse a diversas circunstancias fuera de su lugar de origen. En gran parte de los escritos se destaca la heterogeneidad y singularidad tanto del grupo estudiado, los niños y niñas y jóvenes, como del proceso de movilidad en el que los nuevos migrantes se ven inmersos; y que los distingue del estereotipo del migrante tradicional, que se caracterizaba hasta los años ochenta por ser varón, casado, en edad productiva y reproductiva y cuyo objetivo era principalmente laboral. La primera parte del libro, titulada “Crisis económica y participación de menores en la migración internacional” está conformada por cinco capítulos: “Crisis mundial y migración. Impactos económicos en eua y México”; “Los y las adolescentes migrantes indocumentados no acompañados en Tijuana, Baja California. Realidades emergentes de las rutas de migración tradicional”; “Menores migrantes no acompañados sobre la experiencia de cruce y la repatriación en la frontera Sonora-Arizona como problema de políticas públicas”; “La ruta de atención en el proceso de detección y retorno de la infancia migrante indocumentada en Tijuana, Baja California, desde la perspectiva de las instituciones”; y “Fundación Casa Alianza, un modelo de atención para niños, niñas y adolescentes migrantes”. Estos capítulos le permiten al lector acercarse a las características sociodemográficas de los niños y niñas y jóvenes migrantes; a las perRelaciones 140, otoño 2014, pp. 335-352, issn 0185-3929

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cepciones que ellos se han ido formando sobre su experiencia de movilidad; a las actitudes que presentan con respecto a los adultos con los que interactúan en albergues, centros de atención y casas-hogar en los estados de Sonora y Baja California (estados de tránsito); a las instituciones que se ven involucradas en la atención de menores de edad que son repatriados o de aquellos que en su paso hacia Norteamérica permanecen en los estados fronterizos; a las particularidades de su desplazamiento y a las historias de cruce sin acompañamiento, hacia Estados Unidos. Esta sección también da cuenta de los tipos de violencia que sufren los menores en su proceso migratorio. Cabe señalar que mientras algunos textos de esta sección destacan diferentes estrategias institucionales e individuales, que permiten observar a niños y niñas y jóvenes migrantes accionando en escenarios dinámicos cultural y socialmente construidos; en otros, tanto las situaciones como los actores se ven estáticos, sumergidos en una “realidad” que jamás lo es. En tipo de acercamiento, los menores aparecen como simples receptores, experimentando y viviendo las decisiones y acciones de instancias oficiales, civiles o religiosas, sin ninguna capacidad de accionar, resistir, negociar o confrontar. La segunda parte, titulada Migración indígena y la otra frontera, consta de ocho capítulos: “De la necesidad de incorporar en las mediciones a las poblaciones indígenas como actores sociales de la migración: geografía de las migraciones indígenas en México”; “Migración, globalización e identidad p’hurépecha: una relación emergente”; “La construcción social de jóvenes jornaleros”; “Niños jornaleros y beneficiarios del programa Oportunidades”; “La configuración de la identidad del migrante asentado en una zona agrícola en el estado de Sonora, México”; “Jornaleros migrantes y salud: un aspecto de la migración en el caso de Ciudad Jiménez, Chihuahua”; “Cruzando fronteras múltiples: referentes identitarios de migrantes que se quedaron en el camino”; “El sellamiento de la frontera sur”. El acercamiento de los escritos comprendidos en esta sección es un poco más etnográfico; se aborda la movilidad laboral de habitantes de poblaciones indígenas,1 y en particular de los niños y niñas, hijos/as de 1

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Principalmente de Oaxaca, Guerrero, Chiapas y Michoacán. Relaciones 140, otoño 2014, pp. 335-352, issn 0185-3929

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jornaleros agrícolas; las condiciones materiales en que viven y en que trabajan en diferentes campos de cultivo en México y en Estados Unidos; los programas de gobierno creados para atender diversas problemáticas que los aquejan, entre ellas, la relacionada con su salud; y los referentes identitarios que se van creando, reforzando o modificando en el proceso de su movilidad interna e internacional. Sin demeritar el esfuerzo y los aportes contenidos en cada uno de los capítulos de este libro, hay varios señalamientos que se podrían hacer. Empezando por el título que es demasiado ambicioso, pues no todos los trabajos se hacen desde la antropología o con una perspectiva antropológica; en algunos de los escritos de la primera sección los datos etnográficos son escasos y el acercamiento cualitativo es mínimo comparado con el análisis cuantitativo. Otro aspecto que se advierte, en gran parte de los escritos, es que no se vincula la problemática, de los niños y niñas y jóvenes migrantes, a circunstancias macro (internacionales, globales)2 que están generando esta situación, que no es privativa de nuestro país o de Centro y Sudamérica. La migración de menores sin acompañamiento es una problemática que experimentan, en este momento histórico, diversos países en el mundo que están viviendo bajo las mismas presiones globales, dinámicas sociales, económicas y productivas, por lo que no puede ser analizada y explicada únicamente por la presencia e incidencia de factores internos. Aunado a lo anterior, y aun cuando la intención sea sólo presentar datos sobre menores migrantes, otro señalamiento que se puede hacer es que en gran parte de los escritos están ausentes los contextos locales. Profundizar en éstos permitiría hacer evidentes los campos de poder en los estados fronterizos que van generando las circunstancias en que se tienen que mover los menores migrantes en su viaje sin acompañamiento. Campos de poder de distintos grupos sociales que se enfrentan en un mismo momento histórico y social, y a diferentes niveles, a una problemática compleja, pero cada vez más común. Escenarios locales que permitirían ver tanto a los niños y niñas y jóvenes migrantes, como 2 Las excepciones son un trabajo de la primera sección titulado “Crisis mundial y migración. Impactos económicos en eua y México” y dos de la segunda sección: “Migración, globalización e identidad p’hurepécha: una relación emergente” y “La construcción social de jóvenes jornaleros”.

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a los hacedores de política y a los involucrados en la atención a éstos, actuando dentro de contextos socioculturales, económicos y políticos particulares, con estructuras regulatorias, mecanismos de control y constreñimientos estructurales específicos. Siguiendo a Gil (s/d), podríamos decir que los capítulos de este libro han sido una ventana privilegiada para ver como niños y niñas y jóvenes migrantes se van constituyendo en una población que vive en los márgenes, desde la “exclusión”, en su lugar de origen y que al movilizarse dentro de su propio país o al viajar hacia Estados Unidos, experimentan de diversas maneras las acciones y decisiones que se toman en distintos niveles (local, estatal, nacional o internacional) para “incluirlos”. Pero estas acciones y decisiones pueden tener efectos no previstos, reforzando o creando nuevos constreñimientos estructurales y mecanismos de control, que vuelven a repercutir en la población vulnerable a la que buscan atender, llevando, en algunos casos, a ver la problemática con indiferencia o reproduciendo de nuevo la “exclusión”. Bibliografía Gil Claros, Mario Germán, “Introducción a la biopolítica: entre la inclusión y la exclusión. Vivir en el límite”, Red de Investigadores de Biopolítica, documento en internet, consultado 10 julio 2012, 9 pp. Glockner Fagetti, Valentina, “Niños migrantes y trabajadores: una reflexión sobre los márgenes del Estado y las nuevas modalidades de gobierno”, en Yerko Castro Neira, coord., La migración y sus efectos en la cultura, México, Conaculta, 2012.

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Arndt Brendecke, Imperio e información. Funciones del saber en el dominio colonial español, traducción de Griselda Mársico, Madrid, Fráncfort, Iberoamericana, Vervuet Verlag, 2012, 596 p. Guillaume Gaudin*

Université de Tolouse-Le Mirail

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’ouvrage d’Arndt Brendecke est une synthèse foisonnante sur les usages politiques et administratifs du savoir par la monarchie espagnole dans le cadre de la colonisation de l’Amérique au XVIe siècle. L’étude recense et analyse de manière érudite les différents projets, formes et utilisations du savoir promus ou encadrés par le pouvoir politique depuis la cour. L’auteur défend l’idée que l’expansion européenne constitue la genèse d’une culture des savoirs empiriques modernes: jusqu’à quel point la domination de l’Espagne sur l’Amérique se fonde effectivement sur le savoir? La question des savoirs impériaux pris autant comme phénomène culturel que sociopolitique est particulièrement féconde depuis une vingtaine d’années. La richesse et l’actualité de la recherche historique sont perceptibles dans l’ample bibliographie citée par A. Brendecke. On peut toujours regretter des lacunes comme les travaux de J.-P. Berthe et A. Musset sur Juan López de Velasco et les relations géographiques, on s’étonne de ne pas voir les recherches d’histoire culturelle de S. Gruzinski davantage discutées ou exploitées tant elles semblent au cœur du sujet et de l’actualité historiographique avec l’émergence de l’histoire connectée. Il n’en reste pas moins que l’apport de Imperio e información est indéniable. En empruntant à la linguistique le concept de «communicative setting», le livre recherche un «setting colonial», autrement dit le cadre et la mécanique politique qui définissent et animent le système impérial espagnol.1 Au fil de la lecture, ce setting colonial semble s’articuler autour d’une série de concepts antinomiques: théorie et pratique forment la première op* [email protected] 1 L’ouvrage recensé est une traduction de Imperium und Empirie. Funktionen des Wissens in der Spanischen Kolonialherrschaft paru à Cologne en 2009. L’auteur ayant recours à des concepts de la linguistique anglo-saxonne, la traduction peut parfois paraître embrouillée. Relaciones 140, otoño 2014, pp. 335-352, issn 0185-3929

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position récurrente, l’auteur souhaitant avant tout mettre en lumière la praxis, les méthodes empiriques de l’empire. Le deuxième est objectivité-subjectivité, l’ouvrage s’attache à déceler dans quelle mesure l’objectivité entre en compte dans la validation des informations. Centre et périphérie constituent une troisième opposition entre la cour, déclencheur de grands projets recueillant toutes les informations, et la périphérie lointaine qui produit l’information en espérant recevoir en retour reconnaissance et récompenses du roi, le tout formant un système du bas vers le haut-bottom-up suivant les mots de l’auteur. Une dernière opposition repose sur le débat entre des informations fournies par des experts spécialement dépêchés en Amérique pour une «mission scientifique» ou la sollicitation d’hommes en place qui doivent répondre en plus de leurs tâches quotidiennes. Le livre comprend neuf chapitres que l’on peut diviser en deux grandes parties. L’une sur le roi et la Cour analyse le statut et la place du savoir dans la théorie politique du XVIe siècle. L’autre partie plus longue étudie les usages du savoir dans les grandes institutions royales : le Conseil des Indes et la Casa de la Contratación de Séville. Dans un premier temps, l’auteur s’intéresse au discours sur le savoir et la place qui lui est donnée dans la théorie politique des auteurs espagnols du XVIe siècle: une fois de plus deux images contraires s’affrontent: l’omniscience et la ceguera du roi. Philippe II se présente comme un roi immobile et paperassier qui impose une gestion centralisée du pouvoir. A. Brendecke rappelle le rôle de la justice distributive dans le processus d’idéalisation du monarque: le roi est omniscient car il a une connaissance exacte des mérites de ces sujets qu’il peut ainsi récompenser. Les «relaciones de méritos y servicios» montrent comment les sujets sont prêts à livrer volontairement des informations sur eux-mêmes suivant un flux de communication de bas en haut. Paradoxalement, une autre image du roi est celle de l’aveugle : dès le règne d’Alphonse X, les monarques ont conscience de l’impossibilité pour un seul homme de tout savoir ou de se rendre dans tous les territoires du royaume pour y gouverner directement. La nécessité apparaît de conseillers et d’institutions filtres; le rôle des secrétaires, particulièrement valorisé, est de transmettre «noticia perfecta de los hechos» au roi d’après le traité (El Secretario del Rey, 1620) de Bermúdez de Pedraza. Surgit l’idée d’un livre 348

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unique où tout serait consigné sur le modèle romain de la Notitia dignitatum repris en 1645 par le commis du secrétariat de la Nouvelle Espagne du Conseil des Indes, Juan Díez de la Calle auteur des Noticias sacras y reales de las Indias Occidentales. A. Brendecke présente ensuite la trajectoire historique qui a conduit la monarchie espagnole à la «información en el sentido de las representaciones modernas de la racionalidad política, como una recopilación de datos empiricos». (p. 107): il évoque les grands projets de collection de tous les savoirs du monde stimulés par l’expansion atlantique au XVIe s. qui a suscité la curiosité et amené à «el registro sistematizado de la geografia, la población y el potencial económico de esos territorios». Pourtant A. Brendecke relativise la portée des projets de cour qui ne sont pas systématiques, peu pratiques et souvent inachevés. La deuxième partie du livre des chapitres 4 à 9 entre davantage dans les pratiques concrètes de recueil, d’élaboration et d’usages des savoirs. Le premier volet de cette enquête porte sur les savoirs nautiques à la Casa de la Contratación de Séville, un sujet bien connu qu’A. Brendecke présente sous un jour nouveau en s’arrêtant sur les débats autour de padrón real entre cosmographes et pilotes. Cet excellent chapitre met en lumière la dimension politique et sociale du savoir: les conflits entre pratique et science dépassent les seuls enjeux scientifiques et illustrent les tensions entre savants et marins, entre la cour et Séville. Ensuite, après avoir rappelé la nature et les missions du Conseil des Indes, A. Brendecke propose d’étudier le fonctionnement de ce qu’il appelle le «setting colonial» ou le cadre dans lequel le savoir se déploie: que souhaite-t-on savoir à la cour, pourquoi les autorités locales informentelles la cour, suivant quels circuits ? Un lien étroit existerait entre savoir et domination coloniale suivant le schéma d’un «triangulo vigilante»: à la base du triangle des informateurs locaux observent et se surveillent, les arrêtes du triangle représentent la communication des informations dirigées vers le sommet le roi et la cour. Ceci explique que l’accès au roi soit fermement garanti par la Couronne : les intermédiaires ou «gatekeepers» qui rompent la transmission libre des informations sont condamnés comme la première audience de la Nouvelle Espagne lorsqu’elle intercepte le courrier de l’évêque Zumárraga (cédule du 31 juillet 1529). Aussi la liberté d’écrire et de dénoncer et le rôle d’inforRelaciones 140, otoño 2014, pp. 335-352, issn 0185-3929

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mateurs sont-ils toujours valorisés et récompensés par le roi. Ce schéma fonctionne sans aucun doute, mais on peut lui apporter certaines nuances: d’une part, la circulation des informations, dans un contexte impérial, ne s’effectue pas que de manière verticale, d’autre part, cette circulation ne fonctionne pas uniquement en vase clos. En effet, les contacts et les transferts ont lieu d’un espace à l’autre comme l’histoire connectée tend à le démontrer. Ce setting colonial défini, A. Brendecke en dresse une histoire depuis la curiosité des Rois Catholiques qui adresse une liste de questions à Christophe Colomb à la première histoire officielle de la Conquête du chroniqueur Antonio de Herrera publiée au début du XVIIe siècle. Ce qui retient davantage l’attention de l’auteur, c’est bien entendu les réformes portées par Juan de Ovando dans les années 1570 et sa doctrine d’une «entera noticia» capable d’améliorer le gouvernement des Indes occidentales. Après avoir mis en lumière les liens personnels unissant une série de personnages clés entourant Philippe II dans les années 1560-1570, «una camarilla de letrados» (p. 321) issue de l’université de Salamanque composée en premier lieu du cardinal Diego Espinosa, l’ouvrage présente les conclusions de la visita du Conseil des Indes par Juan de Ovando : rédaction d’un code du droit des Indes et d’un «libro de descripciones», création un poste de chroniqueur-cosmographe. La visita fait appel à beaucoup de témoins y compris en Amérique «invitados a realizar una evaluación estructural del dominio colonial» (p. 330). Différents questionnaires sont envoyés et adaptés suivant les personnalités comme à l’archevêque de Mexico qui doit s’adresser aux évêques de Nouvelle Espagne. Les «listas de preguntas» se multiplient, se formalisent sans chercher à répondre à l’aspect judiciaire de la visita, pour donner les fameuses relations géographiques. Cette vaste entreprise de collection de l’information - «pretensión grotesca imposible de cumplir» (p. 380) car trop compliquée à mettre en œuvre dansles faits - n’a qu’un faible impact sur la manière d’administrer l’Amérique : la Geograíia y descripción universal de las Indias (1574) de López de Velasco et l’histoire officielle d’Herrera ne sont pas destinées à administrer car le rôle du chroniqueur est d’abord de glorifier le roi, la monarchie et les «hechos memorables des conquistadores». Ces considérations sont sans doute à nuancer, car l’étude du fonctionnement des secrétariats du Conseil 350

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des Indes montre l’usage qui est fait – même si incomplet ou sporadique – de tels instruments de savoirs. Mais pour A. Brendecke, s’approcher de l’usage de l’information, de la praxis, est une gageure : «no es posible aislar el resorte de una decisión particular pero si se puede reconstruir el esquema del setting epistémico» (p. 442) Autrement dit, il est possible de comprendre l’ensemble du système administratif espagnol, mais le rôle de l’information dans le processus de décision serait insaisissable. Une fois de plus, on peut nuancer car, pour le XVIe siècle, rares sont les administrations européennes à livrer autant d’informations sur leur démarche que la monarchie espagnole avec la procédure de l’expediente qui conserve toutes les pièces d’un dossier. «Las pequeñas herramientas del saber » du Conseil des Indes sont alors recensées : retour sur l’archivage à Simancas, le problème des documents retrouvés au domicile des conseillers, les cartes, le rôle clé des secrétaires. La consulta et le travail de synthèse opérés par les secrétaires et les commis apportent un éclairage particulier sur le « manejo de papeles» : la rédaction des brevetes (trois lignes inscrites au dos des lettres ou des consultas résumant le contenu) est minutieusement décrite. La consulta organise le dialogue entre le roi et les conseillers et forme une «microgestión de las informaciones» (p. 467). L’ordre dans lequel sont présentées les lettres ou les informations change la perception et peut orienter la décision du roi. Le travail du personnel du Conseil des Indes dépend plus des relations sociales que des lectures : des audiences sont accordées et la présence d’innombrables prétendants ou fonctionnaires prêts à partir pour les Indes crée un véritable espace de communication où l’oral joue un rôle prépondérant mais difficilement saisissable par l’historien. Tout cela est encore un «bricolage de informaciones» (p. 468). La conclusion du dernier chapitre laisse ouvert le champ de la recherche sur l’information et ses usages dans l’empire espagnol: «portadores y transmisores burocráticos de un conocimiento del objeto específico, habrá que buscarlos sobre todo entre los miembros subalternos del Consejo» (p. 478). Finalement, Imperio e información, à partir d’une documentation fournie et d’un souci d’exhaustivité propose de concilier des interprétations parfois opposées entre construction de l’État moderne sur le modèle wébérien et omniprésence du clientélisme et de la concertation dans l’élaboration des décisions pendant l’Ancien Régime. De même, Relaciones 140, otoño 2014, pp. 335-352, issn 0185-3929

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l’ouvrage, tout en nuançant à plusieurs reprises un schéma impérial centre-périphérie, donne principalement à voir le rôle d’impulsion et de concentration des savoirs à la Cour et au Conseil des Indes. Cette circulation verticale des savoirs impériaux est parfaitement saisie, mais elle ne rend sans doute pas compte dans son intégralité du fonctionnement de l’empire espagnol: les circulations horizontales, les chaînes d’interconnaissances et les échanges avec d’autres espaces doivent désormais être pris en compte dans l’interprétation de ce vaste et complexe système politique.

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