SOBRE LAS REPRESENTACIONES DEL MAL EN FAUSTO

SOBRE LAS REPRESENTACIONES DEL MAL EN FAUSTO

Isabel Cobo, 1325524

"De tiempo en tiempo pláceme ver al viejo y me guardo bien de romper con él. Muy linda cosa es, por parte de todo un gran señor, el hablar tan humanamente con el mismo Diablo."
Mephistopheles


Tras uno de los grandes títulos de la literatura universal se teje una trama bastante simple (un pacto demoniaco) que desencadena en las complejas vicisitudes que veremos sortear a su protagonista. Encontramos entonces, la influencia del mal en su estado más puro y desnudo, el demonio mismo, moviendo las cuerdas de la función cada que Fausto toma una decisión guiado por sus pasiones y ambiciones. A lo largo de la obra, el acontecer humano no encuentra su reflejo y guía si no es entre las garras del mal; queda en evidencia que la conducta humana tiene más de diabólico que de divino, y este último no es más que un disfraz estrecho, una máscara incómoda para los verdaderos deseos del alma.
La caracterización malévola de Mephistopheles no se puede desligar de la naturaleza de Dios, desde el prólogo encontramos que el trato inicial es primero con este, no con Fausto; Dios le otorga la facultad de tentar a Fausto como una prueba a la santidad de este mismo. Sabiendo que posiblemente sucumbiría ante ella pero sabría salir victorioso. Siendo así, encontramos el mal como catalizador del bien, o dicho de otro modo, se debe conocer el mal para comprender la importancia del bien. De esta manera se evidencia una alianza entre ambos poderes donde conjuntamente cada uno logra su propósito; pues los actos egoístas y puramente humanos de Fausto (guiado por Mephisto) hacen también parte del plan divino al que finalmente llegará, irónicamente las acciones demoniacas encaminan a nuestro protagonista hacia Dios.

Bien se describe Mephistopheles en la primer parte de la obra: "Soy una parte de la parte que en el principio lo fue todo (…) soy una parte del poder que desea el mal y crea el bien", de este modo se personifica en medio de toda su maleficencia, como una herramienta más de Dios para moralizar a su creación; quienes en medio del libre albedrio constantemente eligen el mal pero bajo sus consecuencias comprenden la importancia del bien. De este modo todo se resume al mal como parte del plan divino de Dios. La figura de Mephisto sufre cierta transformación en la segunda parte de la obra; ya no se presenta como el demonio legendario sino como un ángel caído.

Por otra parte, tenemos a Gretchen como símbolo de bondad en la tierra al igual que Dios en el cielo, esta cándida muchacha representa la inocencia de un alma incorrupta y crédula quien sin embargo sucumbe también ante la tentación, pero sus errores son conducidos por la inexperiencia, sus pecados no son llevados a cabo deliberadamente; es atormentada por Mephisto hasta el extremo.











CITAS:

"Al vértigo me abandono, al más amargo de los goces, al odio amoroso, al enojo avivador. Mi corazón curado ya del afán de saber no debe cerrarse de hoy más al dolor alguno, y lo que está repartido entre la humanidad entera quiero yo experimentarlo en lo intimo de mi ser; quiero abarcar con mi espíritu lo más alto y lo más bajo, acumular en mi pecho el bien y el mal de ella, extendiendo así mi propio ser al suyo, y como ella misma, estrellándome también al fin."

Declaración de Fausto sobre su sed de nuevas vivencias lejos ya del placer intelectual, sin importar el desenlace de ello.

MF: El perro de aguas nada advirtió cuando entraba de un salto. Ahora la cosa cambia de aspecto: el diablo no puede salir de casa.
F: Pero ¿cómo no sales por la ventana?
MF: Es ley para diablos y espectros, que por donde se colaron, por allí han de salir. Lo primero es libre para nosotros; de lo segundo somos esclavos.
F: ¿Con que el mismo infierno tiene sus leyes? Me gusta eso. ¿Luego se podría con toda confianza cerrar un pacto con vosotros, señores?

La primera manifestación de Mefisto ante Fausto en la que le tiende la posibilidad de un pacto demoniaco.


"Pleno derecho tienes de ello. No me obligué con temeraria presunción. Tal como me hallo, esclavo soy. Que lo sea tuyo o de otro, ¿qué me importa?"

"Roto está el hilo del pensamiento. Apaguemos las ardientes pasiones en los abismos de la sensualidad. Lancémonos al bullicio del tiempo, en el torbellino de los acontecimientos. Alternen uno con otro, entonces, como puedan, el dolor y el placer, la suerte próspera y la adversa." 

Pasajes que evidencian el estado de desesperación del alma de Fausto, quien en busca de nuevas experiencias poco cuidado tiene en manos de quién deja su espíritu.