Sobre la violencia familiar homofóbica, lesbofóbica y transfóbica

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Descripción



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Se está considerando a las identidades lesbiana, gay (homosexual masculino) y trans como "tipos sociales", pertinentes para el análisis del fenómeno, lo que no significa que solo las personas que se identifican bajo estas categorías pueden ser víctimas de violencia. Las identidades que escapan de los marcos de la heterosexualidad aceptable son muchas más (bisexual, queer, indefinida, etc.), pero consideramos que comparten el patrón común de, precisamente, desafiar la heteronorma.
Respuestas a sus preguntas sobre las personas trans, la identidad de género y la expresión de género. American PsychologicalAssociation. 2011. Segunda edición. Publicado en: http://www.apa.org/topics/lgbt/brochure-personas-trans.pdf
Ídem.
Ortiz –Hernández L, García-Torres MI. Efectos de la violencia y la discriminación en la salud mental de bisexuales, lesbianas y homosexuales de la Ciudad de México.Cad. Saude Pública. 2005; 21: 13-25.
Garnets L, Herek GM, evy B. Violence and victiminzation of lesbians and gay men: mental health consecuences. In: Herek GM, Berrill KT, editors. Hate crimen. Confronting violence agains lesbians and gay men.Newbury Park: SagePublications; a992. P. 207-26.
Según los resultados de una encuesta de IPSOS APOYO realizada a nivel nacional durante el año 2014, el 61% de la población rechaza un proyecto de ley que busca empezar a reconocer derechos civiles a las personas homosexuales; el 45% de la población cree que una persona puede dejar de ser homosexual; y un 36% declaró que, si su hijo fuera homosexual, intentaría cambiarlo. Eso significa un altísimo nivel de homofobia social.
Espada JP, Morales A, Orgilés A, Ballester R. Autoconcepto, ansiedad social y sintomatología depresiva en adolescentes españoles según su orientación sexual. Ansiedad y estrés. 2012; 18: 31-41.
Williamson IR. Internalized homophobia and health issues affecting lesbians and gay men.Health Educ Res. 2000; 15: 97-107.
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Sobre la violencia familiar homofóbica, lesbofóbica y transfóbica
Lucero Cuba
Bachiller en Sociología, Pontificia Universidad Católica del Perú

El presente ensayo busca acercarse conceptualmente al tema de la violencia homo/lesbo/transfóbica, especialmente a aquella que se da en el ámbito familiar, para finalmente esbozar algunas consideraciones a tenerse en cuenta.
La necesidad de hacer esto tiene que ver con, por un lado, nutrir y precisar una definición de violencia de género en el ámbito familiar que a la fecha se ha mantenido bajo perspectivas heterosexuales, especialmente desde las instituciones que trabajan este tema en Perú. Dicha perspectiva pierde de vista dinámicas violentas que suelen ser asumidas como "normales" o "esperables" como parte del proceso de construcción del género mediante la crianza, lo que supone que las personas que sufren violencia homo/lesbo/transfóbica no encuentran atención adecuada en los servicios de prevención de atención de violencia familiar actualmente existentes. Por otro lado, es sumamente importante visibilizar que gran parte de las personas que sufren violencia homo/lesbo/transfóbica en el ámbito familiar son niños, niñas y adolescentes, una población que, por su alto nivel de dependencia de la estructura familiar, está en condiciones de mayor vulnerabilidad.
Es importante tener en cuenta que, si bien entre la violencia homofóbica, la violencia lesbofóbica y la violencia transfóbica hay mecanismos, lógicas y significados muy distintos entre sí en tanto la construcción social del género femenino y del masculino se valen de distintos dispositivos en nuestra realidad, no es el objetivo del presente texto establecer dichas diferencias ni caracterizar cada tipo de violencia, por lo que se trabajará el concepto de modo general, denominándolo violencia homo/lesbo/transfóbica.
Finalmente, los casos de violencia homo/lesbo/transfóbica de los que se tienen conocimiento y que son el sustento empírico de las ideas en adelante desarrolladas no han sido sistematizados bajo criterios específicos, sino que se trata básicamente de los casos analizados por diversos estudios en otros países, y de casos que se han dado en Perú y que han sido registrados, reportados y/o analizados por los Informes de Derechos Humanos sobre la Población Trans de la ciudad de Lima (del 2008 al 2010) elaborados por el Instituto Runa; losinformes anuales de Derechos Humanos de personas trans, lesbianas, gays y bisexuales en el Perú elaborados por el Centro de Promoción de Derechos Sexuales y Reproductivos en los últimos años; el Informe Estado de violencia hacia las personas LGTBI elaborado por el colectivo No Tengo Miedo, y quince entrevistas a mujeres lesbianas de realización propia que aún se encuentran en etapa de procesamiento.
Algunas definiciones importantes
Si bien las manifestaciones humanas son amplísimas y diversas, la cultura en que vivimos las adscribe a determinadas identidades de género e identidades sexuales. En ese sentido, con fines de inteligibilidad, definiremos los conceptos de orientación sexual, identidad de género y expresión de género para mantener un lenguaje común. Tomaremos, para efectos de una mejor conversación con la literatura actual, las definiciones de la Asociación Estadounidense de Psicología (APA):
La orientación sexual se refiere a un patrón de atracción sexual, erótica, emocional o amorosa a determinado grupo de personas definidas por su sexo. La orientación sexual de una persona puede expresarse generalmente de tres maneras: la heterosexualidad (atracción hacia personas de otro sexo), la homosexualidad (atracción hacia personas del mismo sexo) y la bisexualidad (atracción hacia personas de ambos sexos)
La identidad de género hace referencia a la experiencia personal de ser hombre, mujer o de ser diferente que tiene una persona. Transgénero es un término global que define apersonas cuya identidad de género, expresión de género o conducta no se ajusta a aquella asociada con el sexo que se les asignó al nacer. El prefijo "Trans" se usa a veces para abreviar la palabra "transgénero". Por otro lado, el término cisgénero se usa para referirse a los individuos cuya identidad de género está "de acuerdo con" aquella que se les asignó al nacer. En ese sentido, vendría a ser la categoría opuesta a transgénero, aunque usualmente no se explicita con un nombre específico pues se considera lo natural, lo dado, lo normal. De hecho, se usa el prefijo "cis" pues en latín significa "de este lado de", en tanto que el prefijo "trans" significa "del otro lado de" o "a través de".
La expresión de género se refiere al modo en que la identidad de género de una persona es leída por otras a través de conductas, su manera de vestir, peinados, voz o características corporales. Es importante tener en cuenta que esta identidad de género leída por los otros a través de la generización de las expresiones de la persona puede estar en correspondencia o no con respecto a la identidad de género que la persona asume o pueda estar construyendo. Es por esto que, en algunos niños y niñas muy pequeños, aunque no tengan una identidad de género necesariamente definida, sus expresiones son generizadas por su entorno cotidianamente, en función a lo cual estas pueden ser reforzadas, rechazadas e incluso castigadas por su medio social.
En este punto, es necesario hacer la acotación de que, si bien podemos separar conceptos como orientación sexual, por un lado, e identidad y expresión de género, por otro, debido a que hacen alusión a elementos claramente distintos (la orientación sexual radica en la relación afectivo-sexual de la persona con otras personas mientras que la identidad y expresión de género radican en la construcción de la identidad de la persona en relación a sí misma y a los demás); en la realidad, es muy común que ambos elementos aparezcan juntos o superpuestos en los casos de personas transgénero, lesbianas, gays y bisexuales a atender. Por ejemplo, es perfectamente posible (y probable) que una persona gay sufra violencia tanto por su orientación sexual no heterosexual, como por una expresión de género poco masculina.

VIOLENCIA HOMOFÓBICA, LESBOFÓBICA Y TRANSFÓBICA
La violencia homo/lesbo/transfóbica es toda acción u omisión que cause daño físico o psicológico en una persona, y que está motivada por un rechazo a la orientación sexual, identidad de género, o expresión de género de la persona violentada.
Se puede identificar a la violencia homofóbica como aquella en la que el agresor tiene por intención "castigar" a la persona por no ser heterosexual o no comportarse según su rol de género, o también la intención de "corregir" a la persona para que "se vuelva" un hombre o mujer heterosexual. La discriminación, la exclusión, la agresión, la violencia sexual, el aislamiento, el sometimiento a terapias de "heterosexualización" o la privación de libertades y derechos son expresiones recurrentes de este tipo de violencia.
Es necesario hacer hincapié en que es la intención la que define a este tipo de violencia: esto quiere decir que no toda acción violenta contra una persona gay, lesbiana, trans o bisexual constituye necesariamente violencia homo/lesbo/transfóbica. Por ejemplo, si un hombre gay es agredido físicamente por un sujeto que intentó robarle la billetera sin tener siquiera conocimiento de la orientación sexual del agredido, esto no constituye violencia homofóbica en tanto el sujeto no lo agredió para castigar o corregir su orientación sexual, sino para poder robarle un bien. Es por esto que, cuando hablamos de violencia homo/lesbo/transfóbica, no resulta absolutamente necesario tener certeza sobre la orientación sexual o identidad de género de la víctima (que en algunos casos, sobre todo entre niños, niñas y adolescentes, puede no estar claro ni si quiera para la misma persona), en cambio, lo que sí resulta determinante es identificar que el agresor ha tenido la motivación o intención de sancionar algún aspecto de la orientación sexual, identidad de género o expresión de género de la persona.
La violencia la cometen diversos actores sociales
Cuando se habla de violencia homofóbica se habla también de un sistema de discriminación basado en la creencia socialmente expandida de que todas las personas son y deben ser heterosexuales, y de que las mujeres deben ser siempre femeninas y los hombres deben ser siempre masculinos, es por esto que la violencia homofóbica se produce desde diferentes actores sociales. La cometen, por ejemplo, los medios de comunicación al ridiculizar a una persona transgénero; la escuela al expulsar a una escolar por ser lesbiana; los compañeros de clase al hacer "bullying" a un compañero por ser afeminado; los centros de trabajo al restringir el ascenso laboral a un empleado por ser gay; las personas en la calle al acosar sexualmente a una persona transgénero. Estos ejemplos tienen en común que transmiten claramente el mensaje de que está mal que alguien no cumpla su rol de género tradicional, por lo cual se le sanciona con acciones violentas, generando así daño físico y psicológico en las personas y, más específicamente, en la subjetividad de estas.
El daño es social
Además, no solo la persona directamente violentada sufre los efectos de un acto de violencia homo/lesbo/transfóbica, sino que, al ser un tipo de violencia por odio, la violencia también tiene efectos en toda la colectividad de personas lesbianas, gays, trans y bisexuales. Hay estudios que sostienen que personas LGB que no fueron violentadas directamente pero que sí presenciaron que algún conocido LGB fue violentado, presentan luego mayor afectación en su salud mental, manifestando homofobia interiorizada, ideación suicida, entre otras afectaciones, lo que significa que la violencia afecta a un grupo social, y no solo a una persona.

EFECTOS DE LA VIOLENCIA HOMO/LESBO/TRANSFÓBICA
La violencia homo/lesbo/transfóbica es un tipo de violencia por odio, es decir, aquella que se comete buscando dañar o intimidar a las personas debido a su raza, etnia, orientación sexual, identidad de género, u otro estatus de grupo vulnerabilizado. Y la relevancia de distinguir a la violencia por odio es que, si bien todas las formas de violencia tienen efecto en las víctimas, la violencia por odio tiene un mayor impacto tanto en la víctima que la sufre como en el grupo social al que pertenece la víctima. Las personas trans, lesbianas, gays y bisexuales pueden ser particularmente vulnerables a los efectos psicológicos negativos de la violencia homo/lesbo/transfóbica debido a que un gran parte de la población sigue teniendo una actitud negativa hacia las personas LGTB, lo que hace que aquellos que son víctimas de violencia pueden llegar a creer que ellos finalmente se la merecen. Además, es necesario tener conciencia de que, a diferencia de otros grupos socialmente discriminados, en el caso de las personas lesbianas, gays, trans y bisexuales, la familia y la comunidad no solo no constituyen lugares de apoyo ante cualquier tipo de agresión, sino que en el caso de personas LGTB, la familia y la comunidad pueden convertirse en lugares hostiles y violentos.
La homo/lesbo/transfobia interiorizada y la salud mental
Por lo anterior, uno de los efectos de la violencia homo/lesbo/transfóbica, en el marco de un contexto social de homofobia generalizada, en las personas es la homofobia interiorizada. Esta es definida como la "aceptación personal del estigma sexual como parte del propio sistema de valores y del autoconcepto" (Herek et al 2009), o la interiorización de la heteronormatividad social. Comprensiblemente, al interiorizar la heteronormatividad del entorno y, a la vez, al tener prácticas o una identidad no heterosexual, la persona experimenta una serie de conflictos en la dimensión nuclear de su ser. La homofobia interiorizada se expresa en la misma persona como sentimientos de vergüenza, ansiedad, ira, aversión, disgusto y repudio consigo mismo por su orientación sexual o identidad de género (Davis y Neal 1996). La homofobia interiorizada, a su vez, dispone a las personas a aceptar con poca resistencia las acciones violentas, lo que incrementa el riesgo de que la violencia se perpetúe. Además, la homofobia interiorizada es el factor que representa el mayor riesgo de suicidio en poblaciones homosexuales. Dador y Saldaña (2015) plantean el problema del suicidio de personas LGTBI víctimas de violencia homofóbica, señalando que "pese a no ser una cifra representativa, los cuatro casos de suicidio registrados entre abril del 2014 y marzo del 2015 ayudan a graficar la situación de opresión en que viven las personas LGBTI dentro de su entorno social, incluidos sus vínculos amorosos y sus familias ", sobre todo los más jóvenes, teniendo en cuenta que los cuatro casos fueron de personas entre 12 y 25 años.
Por lo tanto, debe tenerse en cuenta que, además de los posibles daños físicos que produzcan ciertas formas de violencia homo/lesbo/transfóbica, el daño a nivel de la salud mental de las personas LGTB es un aspecto preocupante y que debe ser considerado como de muy alto riesgo por el correlato que puede tener en el truncamiento del proyecto de vida de las personas. Asimismo, debe tenerse en cuenta que, si se sigue dejando a la violencia homo/lesbo/transfóbica en la impunidad, legitimando de esta manera la violencia, se seguirán cometiendo acciones violentas y crímenes de odio hacia las personas LGTB.

LA VIOLENCIA FAMILIAR HOMO/LESBO/TRANSFÓBICA
Uno de los espacios en los que se pueden cometer actos de violencia homo/lesbo/transfóbica es la familia, a lo cual le denominaremos violencia familiar homo/lesbo/transfóbica.
Es importante entender que la familia es para las personas el primer espacio de socialización y de sustento, es la colectividad en la que las personas constituyen la fuente principal de relaciones afectivas y de pertenencia, así como de la cual dependen económicamente, al menos durante la niñez y adolescencia.
Sin embargo, la familia es también una institución, y está cargada de normas, valores y creencias que a través de esta de reproducen. Pichardo (2009) dice que, a través de la familia, se construyen y reconstruyen la diferencia sexual, la división sexual del trabajo y la heteronormatividad. Concretamente, esto se expresa en la creencia generalizada de que el modelo ideal de familia es aquella conformada por padre, madre e hijos; a este modelo se le considera como el ejemplar, al que todos deberíamos aspirar, e incluso hay quienes lo creen natural y universal y, al legislar y gobernar, lo defienden en tanto tal. Este modelo de familia se basa en la heterosexualidad y en la naturalización de los roles de género. Esto quiere decir que se naturaliza que todos los miembros de la familia son y serán heterosexuales; se asume que los bebés que nacen con sexo masculino deben convertirse en hombres masculinos heterosexuales, y que los bebés que nacen con sexo femenino deben convertirse en mujeres femeninas heterosexuales; y se cría a los niños y niñas para que así sea.
Es por esto que, cuando alguno de los miembros de la familia es una persona trans, lesbiana, gay o no cumple con los roles de género, puede ser castigado de diversas maneras por sus familiares con el fin de corregir su "desviación", con el fin de que se conviertan en la persona heterosexual que la sociedad exige que sean.
Cuando la persona es un niño, niña o adolescente, el nivel de vulnerabilidad es mayor, puesto que, debido al alto nivel de homofobia social y a la posición dependiente de la estructura familiar que suelen tener los menores, varias formas de violencia homofóbica pueden esconderse como formas de crianza "válidas" de parte de sus padres o cuidadores principales. En ese sentido, es muy probable que quienes cometan violencia homofóbica contra un niño, niña y/o adolescente piensen que están actuando correctamente, pues, según sus cánones, están intentando que el niño, niña y/o adolescente sea una persona heterosexual, aun obligándolo a serlo.
Pueden identificarse como formas de violencia familiar homo/lesbo/transfóbica, por ejemplo:
El control que se ejerce sobre la forma de vestir, de jugar y en general de comportarse de los niños y niñas. Esta suele ser la primera manifestación de violencia que pueden sufrir los niños y niñas, pues desde muy pequeños se suele vigilar que las niñas usen ropas femeninas y jueguen a "juegos de mujeres"; y que los niños usen ropas masculinas y jueguen a "juegos de hombres". Cuando un niño o niña tiene preferencia por ropa y juegos que se considera que no son de su género, puede ser castigado por sus padres o cuidadores, obligándole a vestirse y comportarse como se espera de él o ella. Esta es una forma de violencia pues atenta contra el libre desarrollo de la personalidad y la identidad de la persona.
Las acciones orientadas a "convertir" en heterosexuales a niños, niñas y/o adolescentes. Los padres o cuidadores pueden forzar al niño, niña o adolescente a asistir a terapias psicológicas, e incluso internarlo en un centro médico/psiquiátrico con el fin de que lo conviertan en heterosexual. Con el mismo fin, se puede forzar al niño, niña o adolescente a acudir a iglesias o centros religiosos para sesiones especiales en las que "serían convertidos" en heterosexuales. Cualquiera de estas formas de intentar convertir a una persona en heterosexual constituyen formas de violencia homofóbica.
Las acciones de privación de libertades y/o derechos como forma de castigo por ser transgénero, lesbianas o gays. Es una forma de violencia homofóbica cuando se le impide a una persona que visite a sus amigos o amigas como solía hacerlo como forma de castigo por ser transgénero, lesbiana o gay, esto además puede generar una situación de aislamiento emocional en la persona, pues los amigos o amigas suelen funcionar como redes de soporte. Es también violencia homofóbica cuando a una persona se le priva de derechos como educación (retirándola del centro de estudios) o vivienda (expulsándola de la casa) como forma de castigo por ser transgénero, lesbiana o gay, colocando a la persona en situación de desamparo y vulnerabilidad.
Las agresiones verbales hacia personas por su orientación sexual, identidad de género o expresión de género. Las agresiones verbales más recurrentes en estos casos suelen ser insultos como: "maricón", "machona", "enfermo", "pecador", y todas aquellas expresiones que sancionen la no heterosexualidad de la persona. La violencia psicológica homofóbica también puede presentarse a modo de chantaje emocional y amenaza, diciéndole a la persona gay, lesbiana o transgénero que, si no cambia su forma de ser y se vuelve heterosexual, su padre, madre u otro familiar sufrirían (desde tristeza hasta una enfermedad fulminante) y sería su culpa.
Las agresiones físicas hacia personas por su orientación sexual, identidad de género o expresión de género. La agresión física desde la familia como forma de violencia homo/lesbo/transfóbicasuele ser uno de los recursos más extremos que se emplean con el afán de castigar o corregir a una persona lesbiana, gay o transgénero. En ese sentido, es altamente probable que,cuando se presenta un caso de violencia física homo/lesbo/transfóbica, haya varios antecedentes de otros tipos de violencia homo/lesbo/transfóbicahacia la misma persona por parte de sus familiares.
La violencia sexual también es una forma de violencia homo/lesbo/transfóbica cuando se cometecon el propósito de castigar o corregir a la persona. En el caso de las violaciones sexuales de las que son víctimas las personas lesbianas y transgéneros masculinos, se les suele les llama "violaciones correctivas", porque precisamente el motivo por el cual el violador abusa de la persona es porque quiere corregir su supuesta "desviación", porque quiere darle una lección y enseñarle lo que es "ser mujer". Son recurrentes también la violencia sexual cometida contra personas gays y transgénero femeninas, como castigo y también aleccionamiento por no ser los hombres que supuestamente debían ser.
Una mirada a la realidad en el Perú
Si bien no hay data oficial sobre la violencia homo/lesbo/transfóbica en el ámbito familiar, lo que resulta sumamente urgente, algunos estudios contribuyen a tener cierta idea sobre la recurrencia y gravedad de este tipo de violencia. Según Cocchella y Machuca (2014), en el informe Estado de violencia: diagnóstico de la situación de personas lesbianas, gays, bisexuales, transgénero, intersexuales y queer en Lima Metropolitana, la violencia familiar es una de las formas más recurrentes de violencia hacia las poblaciones LGBTIQ, siendo además la más recurrente entre las lesbianas y bisexuales/pansexuales/queer, como se muestra en el cuadro a continuación:
Cuadro 1

Fuente: Cocchella y Machuca (2014). Estado de violencia: diagnóstico de la situación de personas lesbianas, gays, bisexuales, transgénero, intersexuales y queer en Lima Metropolitana. Lima, 2014.

Por su parte, según el Informe anual sobre derechos humanos de personas trans, lesbianas, gays y bisexuales en el Perú 2014-2015, entre abril del 2014 y marzo del 2015 se registraron 12 casos de violencia familiar, de los cuales seis corresponden a lesbianas (cuatro de ellas adolescentes), uno a un trans masculino, dos a trans femeninas, y tres a gays (Dador y Saldaña, 2015). A partir del detalle de los eventos (ver Cuadro 2), en los casos en que las víctimas son lesbianas (6), en cuatro casos los agresores son los propios padres, los cuales en dos ocasiones obligan a su hija lesbiana adolescente a ir a un psicólogo para "curar su homosexualidad", y en las otras dos ocasiones golpean, amenazas y hostigan a la hija lesbiana.
Cuadro 2. Casos de violencia familiar hacia lesbianas, de abril de 2014 a marzo de 2015

Nombres o iniciales de la víctima
Fecha y lugar
Agresor
Detalles de la agresión o delito
Fuente inicial
Seguimiento del caso
1
Mayra y Judith
17/07/14, Lima
Expareja
varón de
una de ellas
Mayra declara que la expareja de su novia las acosa constantemente.
NoTengoMiedo.pe
Anteriormente, el hombre denunció a Judith por 'secuestrar' al hijo que tienen en común. La denuncia no prosperó y ahora ellas lo han
denunciado por acoso.
2
Tazz
Montenegro
Nombre
legal: Kattia
Erika
08/08/14, Arequipa
Su hermana, madre y padre
Desde que denunció a su hermana por agresión y amenazas de violencia, hasta que obtuvo sentencia a su favor, Tazz vivió 10 meses de acoso, hostigamiento y amenazas por parte de sus propios padres, quienes querían que desistiera de la demanda contra su otra hija.
Facebook de la
Asociación LTB
Lucha y Libertad
(Luli) de Trujillo
Tazz Montenegro logró una
sentencia a favor por parte de la Corte Superior de Justicia de Arequipa.
3
(Nombre
en reserva)
(17)
Agosto/14
Jacobo
Hunter,
Arequipa
Su madre y
padre
Sus padres la llevaron al psicólogo para que la 'cure'. Él intentaba manipular sus sentimientos y hacerla sentir como una pecadora.
En una ocasión, su padre tomó un cuchillo y la insultó. Por depresión, ha querido matarse. Denunció a su madre al Centro de Emergencia Mujer (CEM), pero se siente insegura en su casa.
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4
Mercedes
Castillo
Curo (18)
y Mónica
Sánchez
Rodríguez
(19)
19/10/14
San Juan de
Lurigancho,
Lima
Jimmy
Castillo
Curo (27)
El hermano
de una de
ellas
Al ver a su hermana besándose con otra mujer, Jimmy le gritó y empezó a golpearla. En defensa de Mercedes, intervino su pareja, Mónica, y le hizo al agresor un corte en la oreja con una tijera. Tras la pelea, el hermano tomó un arma y se disparó. Fue conducido al hospital de Canto Grande, pero llegó cadáver.
El Popular /
ElComercio.pe
 
5
(Nombre
en reserva)
(14)
Octubre/14
Piura
Su madre
Cuando su madre leyó sus cartas de amor hacia otra mujer, la golpeó en repetidas ocasiones contra la pared.
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6
(Nombre
en reserva)
(15)
2014
Tacna
Su madre y
su padre
Tenía 14 años cuando en el colegio descubrieron que tenía una relación
con otra adolescente. Sus padres la llevaron al psicólogo para 'tratarla'.
Al parecer, le recetaron medicamentos, pues se quedaba dormida en clases, según su pareja.
Promsex
 
Fuente y elaboración: Dador y Saldaña (2015), Informe anual sobre derechos humanos de personas trans, lesbianas, gays y bisexuales en el Perú 2014-2015. Adaptación propia.

Otro tipo de evidencia valiosa al respecto nos la puede dar una encuesta nacional realizada en abril de 2014 por Ipsos. En una sección de la encuesta, se pregunta a las personas sobre qué haría si descubre que su hijo/a es homosexual (ver Cuadro 3), pues si bien la respuesta muestra a un 45% que declaran aceptarlo, un 26% dice que buscaría hacerlo cambiar, un 3% que ignoraría el tema y un 2% le diría al hijo/a que se vaya de la casa.
Cuadro 3

Fuente: Ipsos Apoyo (2014). Unión Civil Homosexual en el Perú: Encuesta nacional urbana – Abril 2014. Lima.

La violencia familiar homo/lesbo/transfóbica durante la niñez y adolescencia
Para los niños, niñas y adolescentes, sufrir violencia familiar homo/lesbo/transfóbica tiene consecuencias de muy alto riesgo debido a varias razones:
Varias formas de violencia familiar homo/lesbo/transfóbica son consideradas por los padres o cuidadores y por el entorno como mecanismos legítimos de crianza. Por ejemplo, hay quienes pueden creer que llevar a un adolescente a terapia psicológica para "curar" su homosexualidad es algo correcto; pero esta es una forma de violencia en tanto genera un daño profundo en la salud mental y en la construcción de la identidad del adolescente. Como se ha mostrado, según una encuesta nacional del año 2014, casi la tercera parte de encuestados declaró que, si tuviera un hijo homosexual, intentaría cambiarlo; esto nos lleva a inferir que, aproximadamente, en un tercio de hogares peruanos, se considera que "curar" o cambiar la homosexualidad es parte legítima del proceso de crianza.
Las consecuencias de afrontar la violencia homo/lesbo/transfóbica a temprana edad pueden ser más letales. Diversos estudios han encontrado "entre las principales causas de tristeza entre adolescentes homosexuales destaca la devaluación, personal, miedo a hacer sufrir a seres queridos, sentimientos de culpa, intentos frustrados de reorientar sus deseos sexuales y temor ante un posible rechazo social", así como que las personas homosexuales jóvenes están en mayor riesgo de intento de suicidio si descubren su preferencia por el mismo sexo tempranamente y experimentan reacciones negativas a su "darse a conocer" de parte de sus otros significativos. Con consecuencias letales hablamos, además del suicidio, de daños a la salud mental, de truncamiento del proyecto de vida, de desamparo, entre otros.
Es muy difícil que los niños, niñas y adolescentes, por su posición de dependencia en la estructura familiar, puedan escapar por sus propios medios de dinámicas intrafamiliares violentas sin quedar en el desamparo. Y al tratarse de violencia homo/lesbo/transfóbica, la carga de homofobia en el entorno impide que los niños, niñas o adolescentes puedan siquiera hablar de ello con otras personas mayores. En este sentido, debe tenerse en cuenta que la denuncia de los propios niños, niñas y adolescentes implica una decisión absolutamente difícil.
El no tener certeza sobre la identidad de género u orientación sexual del niño, niña o adolescente puede ser usado como pretexto para no reconocer la violencia homo/lesbo/transfóbica y, por lo tanto, para no combatirla. Por eso es crucial identificar a la violencia homo/lesbo/transfóbica desde la intención con la cual se comete, y no desde la identidad de género u orientación sexual de la persona. Además, es un derecho de la persona agredida el no precisar cuál es su orientación sexual o identidad de género, ya sea porque aún no lo sabe o porque sencillamente no desea expresarlo. Basta con que el agresor perciba a la víctima como alguien que no está "respetando" el rol de género y heterosexual asignado para saber que se trata de violencia homo/lesbo/transfóbica y combatirla.
Es poco probable que las personas LGTB hayan aprendido desde la niñez estrategias para afrontar las distintas formas que adopta la violencia homo/lesbo/transfóbica. No hay agentes de socialización que ayuden al niño, niña o adolescente a reafirmar su identidad (TLGB) y a defenderse de agresores dentro o fuera de la familia, algo que sí podrían tener a su favor los niños que sufren de alguna manera de discriminación que también ha sido experimentada por sus padres o cuidadores, o que estos al menos entienden, como pueden ser los niños de grupos étnicos discriminados o los niños con alguna forma de discapacidad.


Conclusiones
Se puede identificar a la violencia homofóbica como aquella en la que el agresor tiene por intención "castigar" a la persona por no ser heterosexual o no comportarse según su rol de género, o también la intención de "corregir" a la persona para que "se vuelva" un hombre o mujer heterosexual. La discriminación, la exclusión, la agresión, la violencia sexual, el aislamiento o la privación de libertades y derechos son expresiones recurrentes de este tipo de violencia.
La violencia homo/lesbo/transfóbica es un tipo de violencia por odio, es decir, aquella que se comete buscando dañar o intimidar a las personas debido a su raza, etnia, orientación sexual, identidad de género, u otro estatus de grupo vulnerabilizado. Es por esto que la violencia homofóbica se produce desde diferentes actores sociales, y el daño que genera es social: no solo la persona directamente violentada sufre los efectos, sino que, la violencia también tiene efectos en toda la colectividad de personas LGTB, hay estudios que sustentan esto.
.A diferencia de otros grupos socialmente discriminados, en el caso de las personas lesbianas, gays, trans y bisexuales, la familia y la comunidad no solo no constituyen lugares de apoyo ante cualquier tipo de agresión, sino que en el caso de personas LGTB, la familia y la comunidad pueden convertirse en lugares hostiles y violentos.
La homofobia interiorizada (aceptación personal del estigma sexual como parte del propio sistema de valores y del autoconcepto), a su vez, dispone a las personas a aceptar con poca resistencia acciones violentas, lo que incrementa el riesgo de que la violencia se perpetúe.

La familia es para las personas un espacio primario de socialización, de sustento y de constitución identitaria, es la colectividad en la que las personas constituyen la fuente principal de relaciones afectivas y de pertenencia; pero también es una institución cargada de normas, valores y creencias basada en la heterosexualidad y en la naturalización de los roles de género. Por esto, cuando alguno de los miembros de la familia es una persona trans, lesbiana, gay o no cumple con los roles de género, puede sufrir diversas formas de violencia homo/lesbo/transfóbica.

El siguiente cuadro enumera, por un lado, algunas formas que puede adoptar la violencia familiar homo/lesbo/transfóbica y, por otro, los efectos que esta puede generar en las personas afectadas.
Formas de violencia familiar homo/lesbo/transfóbica
Riesgos
Agresión física
Agresión verbal
Chantaje emocional
Terapias psicológicas o sesiones religiosas para "curar" la homosexualidad
Control de formas de vestir, de jugar y de preferencias en general
Privación de libertades o derechos
Violencia sexual
Desamparo económico
Afectación de la salud mental
Trastornos mentales como depresión, abuso de sustancias, esquizofrenia y trastornos de personalidad
Ideación e intento de suicidio
Crímenes de odio
Abandono escolar
Bajo rendimiento escolar
Truncamiento del proyecto de vida


Los efectos de la violencia homo/lesbo/transfóbica son sumamente perjudiciales para la vida de quienes la sufren; y, especialmente, en el caso de niños, niñas y adolescentes, esta violencia debe considerarse de alto riesgo. Esto debido a que i) varias formas de violencia familiar homo/lesbo/transfóbica son consideradas por los padres o cuidadores y por el entorno como mecanismos legítimos de crianza; ii) los niños, niñas y adolescentes, por su posición de dependencia en el hogar, es muy difícil que puedan escapar por sus propios medios de dinámicas intrafamiliares violentas sin quedar en el desamparo; iii) El no tener certeza sobre la identidad de género u orientación sexual del niño, niña o adolescente puede ser usado como pretexto para no reconocer la violencia homo/lesbo/transfóbica y, por lo tanto, para no combatirla; iv) No hay agentes de socialización que ayuden al niño, niña o adolescente a reafirmar su identidad (TLGB) y a defenderse de agresores dentro o fuera de la familia. Por todo ello, las consecuencias de afrontar la violencia homo/lesbo/transfóbica a temprana edad pueden ser más letales.
Es importante señalar que hace falta mayor investigación en el contexto peruano, con estudios de caso, sobre los mecanismos de acción, patrones de victimización y los efectos de la violencia homofóbica, lesbofóbica y transfóbica en las personas; así como específicamente estudios sobre la violencia homofóbica, lesbofóbica y transfóbica en el ámbito familiar. Los estudios en otros países precisan que la variable de edad de las víctimas de violencia homo/lesbo/transfóbica es importante a tener en cuenta.
Finalmente, a modo de recomendación, es necesario que las estrategias y servicios del Estado orientados a prevenir, atender y reparar la violencia familiar incorporen una perspectiva desde la diversidad sexual, y acciones orientadas específicamente a prevenir, atender y reparar la violencia homofóbica, lesbofóbica y transfóbica en el contexto peruano.



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