\"Sobre el geometrismo del primer maestro silense. El \'Sello de Salomón\' en los relieves de la Ascensión y Pentecostés\". En El Románico en Silos. IX Centenario [...], 1088-1988. S. Domingo de Silos: Abadía Benedictina, 1990, pp. 587-593. ISBN: 84-7009-317-7.

June 4, 2017 | Autor: J. Gomez-Martinez | Categoría: Medieval Studies, Medieval Art, Arte Medieval, Iconografia Medieval, Medieval Ichonography
Share Embed


Descripción

SOBRE EL GEOMETRISMO DEL PRIMER MAESTRO SILENSE. EL "SELLO DE SALOMON" EN LOS RELIEVES DE LA ASCENSION Y PENTECOSTES J avier

GóMEZ MARTÍNEZ

(Valla dolid)

Principio y planteamiento

VIVERE SI QVERIS QVI MORTIS LEGE TENERIS, HVC SPLICANDO VEN! REVENS FOMENTA VENENI COR VICIIS MVNDA, PEREAS NE MORTE SECVNDA.

Con estas palabras era recibido todo aquel que atravesaba el pórtico occidental de la catedral de Jaca. Así como el hombre del siglo XI debía despojarse de todo lazo terreno para participar de la trascendencia que le brindaba el r ecinto sagrado, nosotros, occidentales colocados al borde del segundo milenio, hijos huérfanos de la modernidad, debemos desprendernos de la pátina con la que el paso de los siglos nos ha velado la comprensión del lenguaje en el cual se expresaba aquel hombre, lenguaje que era, esencialmente, simbólico. Sólo renunciando al carácter analítico de nuestra mentalidad en favor de otro sintético y analógico podremos aprehender la riqueza y la simultaneidad de todos los sentidos que el símbolo es capaz de comunicar. Solamente así estaremos en condiciones de explicar el gran número de supersticiones que ha llegado hasta nosotros, entendiendo por tales aquellas cosas que, pertenecientes a otras épocas, quedan en suspenso o permanecen pero vaciadas ya de todo contenido 1•

Trataremos aquí de uno de estos símbolos, el conocido como «sello de Salomón». El nos proporcionará la clave para explicar las peculiaridades iconográficas de los bajorrelieves del m achón SE. del claustro de Santo Domingo de Silos y abrirá nuevas interrogantes -que quedan abiertas a la espera de pertinentes investigaciones- en torno a tan fascinante conjunto. El primero de los r elieves representa el episodio de la Ascensión y está dominado por la fuerza ascendente. De la figura de Cristo únicam ente se muestra la cabeza, solución ésta nada convencional y única en cuanto a modelo iconográfico 2 elegida para que esa parte forme el vértice superior de un triángulo equilátero. El segundo representa Pentecostés 3 y su sentido es claramente descendente. La Virgen va contra ese sentido dominante y su cabeza sobresale por encima del apostolado para formar el vértice de otro triángulo semejante al anterior pero invertido. Teniendo en cuenta que los dos forman «pendant», la superposición de ambos da lugar a la figura del hexagrama que es el «sello de Salomón». Salomón, sello, seis, Sabiduría

La relación del rey israelita con el hexagrama se debe a la sabiduría que se le atribuye en

l. Este es el sen t ido con el que utilizan el término A. K. CooMARASWAMY, La filosofía cristiana y oriental del arte, Madrid, 1980, pp. 78 y ss. - M . E LIADE, Tratado de historia de las religiones, II, M adrid, 1974, pp. 232 y ss. 2. L . R EAU, Iconographie de l' art chrétien, t. II, vol. II, París, 1957, p. 583. 3. SAN I srnoRo, en las Etimologías (Libro VII, 3, 21-22) , señala la identificación en los Evangelios d el Espíri-

tu Santo con el " D edo d e Dios" para poner de manifiesto el poder de actuación que posee junto con el Padre y el Hijo. De ahí que en el " Veni Creator" o Himno de P entecostés aparezca referido como " Dextrae Dei Tu Digitus". Y de ahí también la representación del Espír itu Santo como mano que extiende el dedo índice.

587

1 Re 5,9-11: «Otorgó Dios a Salomón sabiduría y prudencia grandísima y una amplitud de corazón como la de las arenas de las playas del mar. Por eso la sabiduría de Salomón superó a la de todos los orientales y egipcios; fue m ás sabio que cualquier otro hombre ... ». El énfasis de esta consideración fue tal que en las tradiciones judía y cristiana le fue atribuida la m ayoría de la literatura sapiencial. Y no sólo eso, sino que su «sapiencia» y su poder le valieron la reputación de mago tanto en el mundo musulmán como en el judeocristiano 4 • De hecho, su saber quedó reflejado en el templo que mandó construir en Jerusalén 5 • En la Biblia aparece la palabra sello utilizada con diferentes acepciones 6 • De entre todas ellas, la que lo refiere como medio para ocultar la Sabiduría Divina, en el sentido que tienen los siete sellos levantados por el Cor dero (Apocalipsis 5-8), es la que nos interesa. «Gloria de Dios es ocultar su palabra, gloria de los reyes investigar su expresión» CProv 25,2); «Es mucho mejor que el oro conseguir la sabiduría y conseguir discernimiento mucho mejor que la plata pura» (Prov 16,16); convendrá tener presentes estos dos proverbios cuando más adelante hablemos de la Alquimia porque nos clarifican su consideración como «Arte Regia» y la división de su proceso en «Obra al blanco», destinada a la consecución de la plata, y «obra al rojo», destinada a la consecución del oro. La búsqueda de la Sabiduría Divina tiene como recompensa comprender el temor de Yavé y descubrir el conocimiento de Dios (Prov 2,4-5) . Ahora bien, utilizando palabras de René Guénon, «sólo hay conocimiento verdadero en tanto en cuanto hay identificación del sujeto con el objeto ( ... ) y en la medida precisa en que el conocimiento implique efectivamente tal identificación o asimilación; los grados de identificación o asimilación constituyen los grados del conocimiento mismo» 7 • Esto, aplicado al tema que nos ocupa, implica la identificación del hombre con Dios sobre una gradación establecida sea

por los siete sellos del Libro de la Sabiduría, sea por la plata y el oro. El hexagrama es la figura geométrica del número seis, definido ya por los primeros pitagóricos. Es un número esencialmente conjuntivo, por nacer de la unión del par, femenino y tc:rrenal, y del impar, masculino y celestial. Marca la oposición (en el plano de la manifestación aparece como oposición lo que realmente es complementariedad) entre la criatura y el creador en un equilibrio indefinido ; es una perfección en potencia s. En definitiva, estamos ante un símbolo macrocósmico -como la estrella de cinco puntas o pentagrama lo es microcósmico- que condensa la unión del «Cielo» y la «Tierra», la unión de la naturaleza divina -el triángulo derecho- y la naturaleza humana hecha «a imagen de Dios », como su reflejo invertido en el «espejo de las aguas»- 9 • Dicho en términos psicológicos, «expresa la unión de opuestos: la unión del mundo personal y temporal del ego con el mundo impersonal e intemporal del no-ego. En definitiva, esa unión es la plenitud y meta de todas las religiones: es la unión del alma con Dios.» 10 • La Sabiduría, el conocimiento de Dios, le brinda al hombre la posibilidad de trascender su naturaleza terrena y consumar esa unión, de modo análogo a como lo hizo el Cordero de Dios. La Obra alquímica

La ciencia de Hermes Trimegisto (Tres veces sabio) se consolidó en Alejandría y, cuando sobrevino el hundimiento de este reino helenístico, su centro se trasladó a Constantinopla, donde fue asimilada por los árabes. De la mano de los musulmanes pasó al Occidente latino a través de las tierras ocupadas por los Cruzados, Sicilia y, sobre todo, España, ya desde comienzos del siglo XL El monje Gerberto de Aurillac, uno de los principales escolásticos de la escuela de Reims, muerto en 1003, futuro Silvestre II, estudió con Odón de Cluny y adquirió sus cono-

4. Vid. R. E. BRowN et alii, Comentario bíblico "San J erónimo" , cit., t. II, vol. I, pp. 286-7.

t. II, Madrid, 1971, pp. 391- 408. -

L . REAU,

Op.

5. Como estudio de la riqueza conceptual del edificio remitimos a G. DE CHAMPEAUX y S . STERCKX, O. S. B., Introducción a los símbolos, Madrid, 1984, pp. 141-4. 6. Vid. J . CHEVALIER y A . GHEERBRANT, D iccionario de los símbolos, Barcelona, 1986. En las voces "sello, sello d e Salomón, seis, hexagrama, estrella" se encontrará información y bibliografía acerca del tema que nos ocupa. 7. R. GuÉNON, Los estados múltiples del ser, Barcelona, 1987, p . 117. 8. R. GuÉNON, La Gran Triada, Barcelona, 1986, pp. 73-9 y 120. J. A. GARCÍA-JUNCEDA, "El pitagorismo antiguo", Estudios Filosóficos, vol. XVII (sept.-dic. 1968), pp. 419-469 ; Id., vol. XVIII (enero-abril 1969) , pp. 83-123. 9. P ara ampliar y ver las manifestaciones d e esta idea en las diferentes corrientes tradicionales, R . GuÉNON, El simbolismo de la cruz, Barcelona, 1987, pp. 180-5. 10. A. J AFFÉ, "El simbolismo del círculo", en C . G. JUNG, El hombre y sus símbolos, Madrid, 1974, p. 240.

588

cimientos de ciencia arábiga durante sus tres años de residencia en España 11 • No creemos necesario explicar las dos fases de transmutación de los metales en el oro de la Piedra Filosofal tal y como vulgarmente se lo considera. Sí será, en cambio, necesario llamar la atención sobre la naturaleza espiritual del proceso. La Alquimia era una técnica espiritual. Las transformaciones que el alquimista realizaba sobre los metales eran el soporte para las que operaba sobre sí mismo de forma análoga. En este sentido escribe el antiguo alquimista árabe Morienus: «Esta cosa - la Piedra Filosofal- se extrae de tí; tú eres su mineral o se puede encontrar en tí; o, para decirlo con más claridad, ellos - los alquimistas- la toman de tí. Si reconoces esto, el amor y la aprobación de la Piedra crecerá dentro de tí. Has de saber que esto es verdad sin duda alguna.» 12 • No acaban aquí los paralelismos. El alquimista húngaro Melchor Cibenens «comprendió que la Piedra Filosofal se caracterizaba por un nacimiento, una vida, una sublimación y una pasión en el fuego, después por una muerte en el color negro y tenebroso y por último una resurrección y una vida en el color rojo, el más perfecto. A partir de ahí establece una relación entre la Piedra y la culminación de la salvación de los hombres, a saber: el nacimiento, vida, pasión, muerte y resurrección de Cristo evocados todos ellos en la misa.» 13 • Efectivamente, para una buena parte del cler o, la Alquimia no estaba en contradicción con la fe cristiana, sino que ambas enriquecían mutuamente sus respectivos repertorios simbólicos. De hecho, en el momento en que el saber alquímico estaba siendo int roducido en Occidente, los monjes y los clérigos, única casta cultivada, eran los únicos que podían guardar el legado 14 • Tal vez tampoco esté de más, dado el punto de la exposición en el que nos encontramos, comentar que para que la Gran Obra fuese realmente efectiva debía principiar bajo el signo del

Carnero y terminar bajo el del Toro, esto es, entre el 21 de marzo y el 20 de mayo 1' . Sobre el fondo diseñado en este capítulo hay que interpretar el «sello de Salomón» como verdadera síntesis del pensamiento hermético. Reúne los cuatro elementos que componen el Universo unitario y perfecto tal y como lo ordenó el Demiurgo, con el cual el alquimista ansiaba identificarse: el fuego es el triángulo derecho; el agua, el triángulo invertido; el aire, el triángulo derecho truncado; la tierra, el triángulo truncado invertido 16. Reúne también los siete planetas que resumen la totalidad del cielo y sus correspondientes siete metales básicos, el sol y el oro, por supuesto, en el centro del hexagrama 17 • Santo Domingo y el crisol cultural de Silos

Con la llegada de Santo Domingo dio comienzo un desarrollo económico y cultural que colocó al monasterio silense en un plano de primer orden en el medio monástico hispano e incluso europeo. Al mismo t iempo, junto con los cristianos convivían musulmanes y posiblemente también judíos. Al fértil scriptorium de la abadía perteneció el monje Grimaldo, autor de la biografía del taumaturgo. De esa obra nos interesan particularmente dos pasajes. En el primero, después de comparar la reconstrucción del monasterio por Santo Domingo con la construcción del templo de J erusalén por Salomón, dice: «Y por su propia confesión sabemos que fue arrebatado hasta el tercer cielo y también al paraíso, y oyó palabras inefables que el hombre no puede decir.» 18 • No hará falta recordar lo dicho arriba acerca de los grados de conocimiento para decir que estas nociones no le eran ajenas al Santo. El segundo nos da cuenta de la existencia de cautivos árabes en el monasterio de Santo Domingo: «Pues bien, esa misma noche, los sa-

11. J. VAN LENNEP, Arte y alquimia, Madrid, 1978, pp. 22-3. C/. J. GARCiA FoN1:, H istoria de la alquimia en España, Madrid, 1976, pp. 57-60. Subraya el papel del foco toledano y, por lo que respecta a Castilla, retrasa el estudio de este tipo de saber hasta el siglo xm, con Alfonso X. 12. Cit. c. G. JUNG, op. cit., p. 210. 13. M. MAIER, Symbola aureae mensae duodecim nationum, F rankfurt, 1617, p. 509. Cit. J. VAN LENNEP, op. cit., p. 32. El alquimista húngaro fu e autor de un tratado al químico basado en el gradual de la misa. 14. J . VAN LENNEP, op. Cit., pp. 31 y 50. 15. LIMOJON DE SAINT DIVIER, Le triomphre hermetique, Amsterdam, 1710. Cit. J. VAN LENNEP, Op. cit., pp. 57-8, para comentar una ilustración de un manuscrito alquímico de principios del siglo xvr y que r epresenta a un pastor guardando varios carneros y un toro. Varios tratadistas más indican el mismo espacio de tiempo, pero no queda claro si lo que ahí ha de realizarse es toda la obra alquinüca o solamente la segunda y última parte del proceso. En el supuesto caso de que existiese alguna relación entre este interim y las celebraciones de Ascensión y Pentecostés, hay que tener en cuenta que en él tienen cabida, además, todo el ciclo de la Pasión y las apariciones de Cristo que la siguieron. 16. J. VAN LENNEP, Op. cit., p. 28. 17. J. CHEVALIER y A. CHEERBRANT, op. cit. La voz "sello de Salomón" desarrolla ampliamente este aspecto del símbolo. 18. V. VALCÁRCEL, La "Vita Dominici Siliensis" de Grimaldo, Logroño, 1982. Libro I, II, p. 197-200.

589

rracenos que como cautivos poseía en el monasterio de Silos, rota la cárcel por negligencia del carcelero, huyeron del monasterio y, ya muy lejos de éste, se escondieron en una apartadísima cueva.» 19 • Llegados a este punto, nos vemos abocados a la misma situación que Dom Marius F érotin cuando intentó definir la personalidad del primer maestro del claustro silense. Señala este autor que la donación por parte de reyes y nobles de esclavos musulmanes a los monasterios no era un hecho atípico y que la destreza de los capacitados para ello - las capturas n o eran discriminatorias- era empleada en labores artísticas, cosas todas ellas que parece r eflejar el peculiar estilo de este primer m aestro 20 • Nos resistimos a aceptar como hechos independientes e inconexos entre sí la presencia árabe en el monasterio y el estilo y la sutileza conceptual plasmados en el claustro. En vano podemos buscar arcanos saberes en la biblioteca del monasterio: miembros del Tribunal de la · Santa Inquisición efectuaron en ella las selecciones pertinentes, si es que estos libros existieron en Silos. Ent r e los volúmenes pertenecientes a la botica hay algunos que se salvaron por tratar también, en mayor o menor medida, aspectos de la ciencia médica, y en esos casos llevan la marca preventiva 21• Un tercer colectivo vivió en Silos, los judíos. Su presencia está documentada en el año 1321 22 , pero posiblemente se remonte al siglo xr, momento de despegue económico de la villa, de la extensión de franquicias por parte de Fernando I p ara favorecer su asentamiento y momento también en que aparecen documentados en Burgos 23 • La sinagoga de esta comunidad debió ubicarse en las afu eras del núcleo de población, en

el solar que hoy ocupa el convento franciscano de Nuestra Señora del Paraíso. Los franciscanos estaban establecidos allí en el año 1300 - previsiblemente aprovechando los reveses sufridos por los judíos con las fluctuantes acciones políticas de los sucesores de Alfonso X- , cuando vieron frustrado su intento de asentarse dentro de la villa junto a los benedictinos 24 • Antes de acometer la construcción del edificio actual en sustitución del anterior, se optó por una vía menos drástica y así, entre 1701 y 1704, se reparó la iglesia medieval; en relación con las obras, sin m ayores explicaciones, se dice literalmente que el edificio « ... no era yglesia sino es sinagoga.» 23 • De esta sinagoga ha de proceder un bloque de piedra que se encuentra en el museo del monasterio y que tiene esculpido el «sello de Salomón» con cuatro flores de lis entrelazadas. Su significado en la tradición judía se inscribe en la línea de todo lo dicho hasta ahora y tiene que ver con el poder creador atribuído a las letras en la Cábala . Las letras del alfab eto hebreo se encuentran ordenadas en un círculo con varias puertas por las que sale la fuerza creadora del Universo, el cual se encuentra sellado como conjunto en las seis direcciones posibles con las seis permutaciones del nombre Y.H.V.H., del que todo procede 26. Conclusión

Los esquemas geométricos que ordenan los relieves del descendimiento y entierro y resurrección de Cristo se hallan también presentes en los que representan la Ascensión y Pentecostés, pero de una forma tan sutil que nos dan cuenta de la conjunción de unas manos exquisitas y

19. V. VALCÁRCEL, op. cit. Libro I , XVI, p. 11-14. 20. M. FÉROTIN, H istoire de l'abbaye de Silos, P arís, 1897, p. 45. 21. E. DOLADO 0. S. B . Y B. R. GARCÍA PINTADO 0. S. ,B., Catálogo de la biblioteca de la botica monástica de Santo Domingo de Si l os, Abadía de Silos, 1987 (manuscrito). He aquí t res ejemplos extraídos del 'ndice de libros: N. 0 52. - BERNARDO JoRGE P ENOT, T'heatrum ch emicum, praecipvos selectorvm avctorvm t r actatvs de chimiae et lapidis philosophici ant iquitate, Orce!, 1602. En la portada , nota manuscrita: "Expurgado .. . 1655... ". N. 0 86. - ZACUTO LUSITANO, De medicorum, Lyon , 1667. En el reverso de la portada, nota manuscrita: " P or comisión de los padres Inquisidores expurgué este libro según el expurgatorio del año de 1707. Murcia y marzo 30 de 1708. D on Diego Arcoyno de Roxas (rubricado ) ". N.0 l. - ARNALDO DE VILLANUEVA, Omnium operum, l. El contenido de este primer volumen de obras completas es estrictamente médico y farmacológico, pero este autor fue, además de médico, afamado t ratadista alquímico del siglo xv. Probablem ente se trata de la edición de Lyon de 1504. 22. M. FÉROTIN, Recuei l des chartes de l' abbaye de Silos, P arís, 1897, p. 342 ,doc. 330. 23. G . RAMOS DE CASTRO, Juderias de Castilla Y L eón, Z amora, 1988, pp. 36-9. 24. M. F ÉROTIN, Histoire de l'abbaye de Silos, pp. 111-3. 25. D ocumento inédito facilitado por Dom Miguel C. Vivancos O. S. B . 26. G. ScHOLEM, La Cábala y su simbolismo, Madrid, 1979, p. 84 y en general todo el último capít ulo dedicado a la creación del Gólem a partir de las indicacion es dadas en el libro de la Yesirá, compuesto entre los siglos ni-IV por un neopitagórico judío. La creación del Gó!em es una experiencia mística que consiste en r eproducir la crea ción de un hombre e insuflarle la vida. por medio del "sello de Dios" o tetragrámmaton -un triángulo derech o con las letras del no::nbre de Yavé en los ángulos- a partir del principio teórico de que la capacidad creadora de Dios, sabiduría pura y no degradada, le es accesible a la naturaleza humana en virtud de su semej a nza con El. C/. R. GtrÉNON, " Cábbala y ciencia de los números", en Formas tradicionales y ciclos cósmicos, Barcelona, 1984, pp. 57-67.

590

de una mente esclarecida en la elaboración del claustro. Empeñarse en buscar referencias explícitas acerca del «quién» y del «cuándo» de esta obra se revela como una tarea estéril en demasía. Preguntarse, en cambio, por su «qué», puede ser una vía de aproximación más en riqu ecedora, tanto más difícil, eso sí, cuanto que exige la reconstrucción de un medio cultural que nos es totalmente ajeno. Llevando, finalmente, hasta sus últimas consecuencias históricas el contenido metafísico del sello, cabe reflexionar acerca de la relación entre la experiencia religiosa del hombre del medioevo y la evolución de las formas artísticas. El estilo románico, coincidente con el momento dorado del monaquismo, nos muestra a un Dios pantocrator, inamovible en su divinidad; al hombre le es dado alcanzar el plano divino interior, esotérica y selectivamente, ya que

esa posibilidad les está reservada a, como diría Fray Luis de León, «los pocos sabios que en el mundo han sido». Las formas sentimentalizadas y humanizadas del gótico, triunfantes con el auge de la vida urbana y la construcción de las grandes catedrales no dejan de representar una caída en este sentido: Dios ha descendido al plano humano, se ha dignado encarnarse en la naturaleza humana, el hombre ya no tiene por qué elevar se hasta El, la posibilidad de alcanzar la trascendencia se ha hecho exterior, exotérica, universal, fácil, casi gratuita. En este sentido, nos preguntamos, por ejemplo, si las formas precozmente expresionistas del arte alemán, ya desde estos momentos, no estarán en relación con su también precoz ruptura con el dogma católico.

591

Ql "O Ql

.~

Ql

a:

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.