Soberanía, Organismos Multilaterales y Democracia. El caso de Grecia.

July 9, 2017 | Autor: Andrés Schelp | Categoría: European Union, Democracia, Grecia, Soberania, Estados y Organismos Multilaterales
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Descripción

Del Sistema Interestatal Westfaliano al Imperio: Soberanía, Organismos
Multilaterales y Democracia. El caso de Grecia.

Teoría Política Contemporánea

Autor: Andrés Matías Schelp














Introducción:
El análisis del concepto soberanía ha ocupado un lugar central en el
pensamiento político desde hace siglos. Esta noción ha tenido relevante
importancia en la historia política mundial, siendo fundamental para el
surgimiento del Estado moderno.
El objetivo central de este trabajo será analizar el surgimiento del orden
westfaliano y posterior proceso de crisis de la soberanía de los Estados-
nación y sus consecuencias. La idea fuerza que guiará el trabajo será el
conflicto entre la esfera de autonomía estatal frente al surgimiento del
orden global, en una pugna por el poder controlar el proceso decisorio de
políticas. Se utilizará inicialmente el desarrollo de David Held sobre el
desarrollo de la soberanía, y su análisis sobre las restricciones y límites
que le produce la globalización, en La Democracia y el Orden Global.
Compararemos luego con la noción de Imperio presentada por Antonio Negri
Enfocaremos luego la atención específicamente en las injerencias de
organismos internacionales multilaterales sobre la soberanía estatal,
ejemplificando con los centrados en el aspecto económico, con el caso de
Grecia y otros países europeos en el actual contexto de crisis de su deuda
soberana. Así procederé a exponer las tensiones entre el surgimiento,
legitimación e imposición de esos nuevos actores internacionales como
reguladores del desarrollo mundial, y las concepciones de democracia de los
Estados-nación fundamentadas en la soberanía popular, utilizando conceptos
desarrollados por Antonio Negri en Cinco Lecciones en torno a Imperio.
La globalización ha cambiado la faz de nuestra tierra. Es en parte un
proceso político dentro de la esfera de decisión de los Estados nacionales
más poderosos y de las organizaciones económicas y financieras
multilaterales. Este proceso resulta de la coexistencia de factores
económicos y de marcos regulatorios que reflejan el sistema de poder
prevaleciente en las relaciones internacionales. El debate sobre la
globalización y sus implicancias sigue abierto, despertando gran entusiasmo
en algunos sectores, mientras en otros ha despertado un profundo rechazo
(antiglobalización), habiendo también posturas eclécticas y moderadas.






Desarrollo:
1) El orden de Westfalia
a) Principales características de la soberanía
En el año 1648, con el objetivo por parte de los poderes europeos de
implantar la soberanía territorial, para consolidar sus dominios
nacionales, se estableció el modelo "westfaliano". Así se delinearon los
principales rasgos del orden político y su estructura de relaciones
subyacentes que habrían de regir el orden internacional hasta el año 1945.

Este particular desarrollo de la soberanía se puede interpretar "como parte
de un proceso de reconocimiento mutuo por medio del cual los Estados se
garantizaron unos a otros los derechos de jurisdicción sobre sus
respectivos territorios y comunidades" (Held, 1997:101). Esta fue la
condición para que en las relaciones internacionales el principio de la
igualdad soberana fuera aceptado y utilizado para la conducta formal de los
estados. Al mismo tiempo, este principio implica la ausencia de una
autoridad supranacional que pueda desafiar la soberanía estatal dentro de
su territorio. Esto es así ya que "puesto que las personas soberanas son
iguales, "por naturaleza", es decir en este estado natural, o sea son
personas soberanas de la misma calidad, no tienen encima de ellas ni a un
legislador común ni a un juez común" (Schmitt, 2005: 142). Cada estado
debía respetar la soberanía de los otros estados bajo la condición de la
reciprocidad por parte de ellos de la suya propia.
Una importante aclaración al respecto del orden de Westfalia, es que el
llamado "sistema de concierto" que se creó, tenía el objetivo de establecer
equilibrios de poder únicamente entre los estados europeos. El sistema
estaba así diseñado para prevenir el desarrollo de un nuevo poder
hegemónico en Europa y la erosión de los intereses de las grandes
potencias.

b) Soberanía y Autonomía
El sistema interestatal moderno idealizó un mapa de Estados-nación
soberanos y por lo tanto con idéntica autonomía. Pero, desde el principio,
este sistema de Estados moderno estuvo marcado por la jerarquía y la
desigualdad.
"Jerarquía denota la estructura de la globalización política y económica:
el dominio de una constelación de Estados-nación concentrados en el Oeste
y el Norte. El otro lado de la jerarquía es la desigualdad. Ésta se
refiere a los efectos asimétricos de la globalización política y
económica sobre las posibilidades de vida y el bienestar de los pueblos,
las clases, los grupos étnicos, los movimientos y los sexos" (Held, 1997:
107-108).


Podemos discernir así que no hubo tal susodicho equilibrio entre los
distintos Estados-nación. Los márgenes de autonomía de ellos dependían, por
lo tanto, del poder político y económico que poseían. Así la capacidad de
maniobra o de negociación de los diferentes Estados ante las circunstancias
externas dependía de la estructura de repartición del poder internacional.

De las múltiples dificultades para el desarrollo autónomo de muchos Estados-
nación era, en gran parte, culpable el mismo orden, "que priva a los
estados individuales, atrapados en su búsqueda competitiva de su propia
seguridad y sus propios intereses, de los medios para implementar la
accountability y la regulación de algunas de las fuerzas más poderosas de
los asuntos nacionales e internacionales" (Held, 1997: 109).
A la luz de este del desarrollo realizado, podríamos decir que este proceso
involucra la erosión de la soberanía de ciertos países en pos de los
intereses soberanos de otras naciones. Entiendo entonces que se podría
vincular este proceso con el imperialismo, entendiéndolo como "el proceso
expansivo del poder del Estado-nación mediante políticas de exportación de
capitales y de mano de obra, así como de constitución-ocupación de áreas de
influencia" (Negri, 2004: 45).

c) Crisis del orden internacional westfaliano
El equilibrio del sistema de estados poseedores de una soberanía total (sin
injerencias externas) sobre su territorio y población no es más una
realidad.
Este proceso, consecuencia de la globalización, es explicado con
similitudes y diferencias por parte de Negri y Held. Negri, parte de una
concepción de soberanía identificada con "el control sobre la reproducción
del capital y, por lo tanto, la dirección sobre la proporción de la
relación de fuerzas que lo constituye" (Negri, 2004: 43-44). El proceso
por el cuál la soberanía localizada en los Estados-nación se coloca en otro
lugar se lleva a cabo, según el autor, por una primera ruptura. Negri
sostiene que en 1973, al darse la primer gran crisis del petróleo y la
definición de la paz nuclear "se fijó el reconocimiento de la imposibilidad
de garantizar el desarrollo capitalista mediante los instrumentos de la
regulación interna soberana, o sea, de controlar la relación de ese capital
dentro del espacio nación" (Negri, 2004: 44).

Esta visión es coherente con una visión del proceso desde la ideología
marxista de la que parte el autor. Sostiene que a partir de este momento,
ante el reconocimiento de los propios Estados-nación de su propia
imposibilidad para poder resolver ciertas situaciones dentro de la propia
área de delimitación de su soberanía, nacen las primeras formas de gobierno
supranacional en sentido propio, "transformados en instrumentos de control
general del desarrollo" (Negri, 2004: 44). Negri claramente considera a
estos organismos como los portavoces del consenso del orden instituyente,
con una visión claramente negativa sobre la constitución de este nuevo
orden. Por su parte, Held comparte parte del análisis del proceso con
Negri. Al referirse a la crisis del orden westfaliano considera que "con el
incremento de la interconexión global, la cantidad de instrumentos
políticos a disposición de los gobiernos individuales y la efectividad de
esos instrumentos muestra una clara tendencia a declinar" (Held, 1997:
118). Sin embargo resaltan diferencias respecto a la valoración del
proceso general. Si bien Held tiene una visión crítica sobre el orden
global actual, parece considerar, que de modificarse y corregirse ciertos
procesos se puede llegar a un resultado positivo. Desarrollaré este punto
de disidencia entre los autores detalladamente en el apartado 3)d).

2) Organismos Multilaterales y Soberanía Imperial
a) La crisis de la soberanía y sus consecuencias
En el análisis del estado actual de la soberanía de los Estado-nación David
Held considera que existen numerosas disyuntivas entre la soberanía propia
de los Estados, y las estructuras del sistema político y económico en los
niveles nacional, global y regional. Considero este proceso descripto por
Held va en correlación con la concepción de Negri sobre el mundo global, en
el que hace eclosión la crisis de la soberanía nacional, como un "mundo
estriado, atravesado por divisiones continuas tanto horizontales como
verticales, vinculadas a jerarquías de poder" (Negri, 2004: 14). Held
plantea asimismo una concepción similar ya que, como consecuencia de las
diferentes disyuntivas, considera que las cambiantes pautas de recursos y
restricciones van redefiniendo la arquitectura del poder político asociado
con el Estado-nación.

La soberanía de los Estados-nación está en crisis. Esto significa que ella
no se encuentra más en su totalidad en el propio Estado, sino que se
transfiere. Negri nos dirá que esta soberanía se encuentra en el Imperio,
siendo éste el "no-lugar en el que se concentra la soberanía que garantiza
el desarrollo capitalista sobre la escena global" (Negri, 2004: 45). Este
poder imperial al ser trasnacional tendería a un control global. Held
también sostendría también que no existe un lugar en el que la soberanía se
encuentre, sino que ella "tiene que ser concebida hoy en día como una
facultad dividida entre múltiples agencias y limitada por la naturaleza
misma de esta pluralidad" (Held, 1997: 169).
Según Negri la Guerra Fría representó la primera fase en la transición del
imperialismo europeo hacia la forma contemporánea de Imperio. Es allí dónde
según su criterio, utilizando una perspectiva que él denomina "molecular"
se puede observar una transformación de la forma efectiva de la soberanía.
El resultado de esta perspectiva, que "designa micromultiplicidades o,
mejor aún, singularidades que forman redes no homogéneas" (Negri, 2004: 63)
es la aparición de una soberanía carente de exterior, que no reconoce
diferencia entre dentro o fuera. Nace así una nueva forma global, en la
actualidad ningún Estado-nación, aún el más poderoso, es soberano.

Proponemos ahora enfocar nuestra atención en una de los procesos que
contribuyen a la crisis soberana, y qué se origina también por la misma
crisis. Utilizaremos la caracterización de una de las disyuntivas
planteadas por Held, la Internalización del Proceso de Elaboración de
Decisiones Políticas. Asimismo, hay que aclarar que este proceso se ha
reglamentado a partir de otra disyuntiva propuesta por el autor, la
relativa al Derecho Internacional.

b) La Internacionalización del Proceso de Elaboración de Decisiones
Políticas
Esta disyuntiva refiere al surgimiento de diversas organizaciones
internacionales que se establecieron para administrar áreas acordadas de
actividad trasnacional y problemas políticos colectivos. Podemos
conceptualizar su surgimiento a la conceptualización de Negri respecto del
reconocimiento de los propios Estados-nación de su propia imposibilidad
para poder resolver ciertas situaciones dentro de la propia área de
delimitación de su soberanía. La consecuencia de este proceso que Held
describe es el desarrollo de los regímenes internacionales para regular
estas nacientes nuevas áreas de resolución trasnacional. El resultado fue
un importante cambio en la estructura de elaboración de decisiones de la
política mundial. De esta manera el desarrollo del derecho internacional y
las instituciones internacionales anticipan el momento en que, según Held,
el Estado-nación será uno de los actores políticos entre otros y sin los
privilegios que anteriormente poseyó dentro del orden legal internacional.

Los organismos multilaterales más controvertidas y sobre las que nos
enfocaremos son las organizaciones como el Banco Mundial, el FMI, sumando
también a la denominada troika (el comité tripartito de decisión liderado
por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI). La crítica
estos organismos proviene de que, "con el tiempo todas estas organizaciones
se han visto favorecidas por cierto apuntalamiento de autoridad que les ha
conferido algunos poderes de intervención" (Held, 1997: 140). Esto
significa que lo que se juega en estos organismos son potenciales
capacidades de influencia a nivel mundial. Considero que esta situación
puede relacionarse con lo que Negri describe como "los esfuerzos realizados
por las potencias dominantes para ocupar unilateralmente el centro del
Imperio, el no-lugar del poder imperial, intentando restaurar el principio
de soberanía como poder carente de límites interiores" (Negri, 2004: 70-
71).
El actual de estas organizaciones ejemplificaría así, según Negri, que las
organizaciones internacionales se han constituido como una parte monárquica
del Imperio, refriéndose a su capacidad de ejercer un gobierno monárquico
sobre los asuntos globales. Held diría al respecto que los grados de
autonomía de los que disfruta el Estado, bajo diferentes condiciones, no ha
sido aún explorado aún en su totalidad. Dentro de la concepción del Imperio
de Negri, la autonomía estatal que aún existente se visualiza en un
gobierno aristocrático, como por ejemplo el que ejercían las potencias en
el G8.o en el Consejo de Seguridad. En cambio, sostiene que para los
Estados-nación de menor poder, la entrada en la modernidad supuso la
entrada en relaciones de subordinación económica y política, que socavan
así cualquier soberanía que la nación pudiera tener.
Relaciono las concepciones de los dos autores de la siguiente manera: ya
siendo imposible afirmar la soberanía de un estado como poder absoluto, los
Estados-nación dominantes intentan insertarse mediante los organismos
internacionales para así mediante ellos poder inducir un orden global
acorde a sus intereses. En este proceso se ven afectadas las soberanía de
otros países a través del proceso de condicionamiento de sus políticas
públicas por parte los de los dichos organismos internacionales (FMI) en
recompensa de asistencia financiera. Sin embargo, un dato a resaltar es que
este proyecto de transformar la soberanía en un poder absoluto en la era
del Imperio es ilusiorio. La crisis de la soberanía condiciona las
realidades políticas de cada uno de los Estados-nación, aunque restringe su
autonomía en diferentes dimensiones. El mencionado proceso de cooptación de
los organismos por parte de los poderes geocéntricos, se produce en la
medida en que los derechos de voto de los miembros de los propios
organismos, son distribuidos en su mayor medida en relación a las
contribuciones financieras individuales de los Estados miembros.

c) Caso de aplicación
A principios del año 2010 varias economías de la eurozona se han visto
afectadas por lo que hoy se denomina "crisis de las deudas soberanas". Al
consagrarse progresivamente una serie de medidas en pos de la unidad de la
Unión Europea, pasando desde la Comunidad Europea del Carbón y del Acero en
1951, hasta la entrada en vigor el 1 de enero del 2002 del euro
sustituyendo a las monedas de los respectivos países, ha habido un claro
proceso de erosión de la soberanía nacional de los países miembros de la
actual zona euro.
Creo que éste es un contexto propicio para ser analizado con los procesos
que he descripto en este trabajo. El caso europeo ejemplifica la
Internalización del Proceso de Elaboración de Decisiones Políticas que
explicita Held. Parte de la soberanía sobre la decisión de políticas
nacionales de los diversos países miembros de la zona euro se han
desplazado a formas de autoridad más elevadas, como el Banco Central
Europeo o el Parlamento Europeo.
Con la eclosión de la crisis del euro se puede ver la existente "tensión
entre la idea de estado -centrado en la política nacional y en las
instituciones nacionales- y la naturaleza del proceso de elaboración de
decisiones a nivel internacional" (Held, 1997: 141). Al haber constituido
el Banco Central Europeo, los países relegaron en el camino su soberanía
monetaria, lo que apoya el análisis de Held al respecto de una tensión
entre los diferentes criterios de toma de decisiones. Al respecto, una
tesis más crítica sería decir que "El Imperio se sitúa ahora por encima de
los Estados-nación como autoridad suprema y constituye de hecho una nueva
forma de soberanía" (Negri, 2004: 95).

Ante la crisis fiscal de numerosos estados las recetas propuestas desde
arriba no fueron la excepción a las acostumbradas durante todo el siglo XX
por el FMI, "en el continente europeo la austeridad fiscal hizo furor; y el
Banco Central Europeo empezó a subir las tasas de interés a principios del
2011, a pesar de que la economía de la zona euro se hallaba en un estado de
honda depresión y sin ninguna amenaza inflacionaria convincente" (Krugman,
2012: 203). El problema que analiza el economista Paul Krugman radica, en
el fondo, en la influencia central de Alemania en la zona euro, logrando
así imponer políticas monetarias y fiscales (a través del BCE como
espejismo del disuelto Bundesbank) más acordes a su situación (que a la de
sus miembros) en el primer semestre del 2011, que mostraba una recuperación
de su PBI.
Al mismo tiempo, este sistema se asienta en la condicionalidad descripta al
analizar los mecanismos de injerencia de los organismos multilaterales, ya
que el estímulo financiero se obtendrá únicamente al acatar las recetas
propuestas. El resultado de esta subordinación fue que "en Irlanda, en
Grecia, en España, en Italia, los problemas con la deuda y los programas de
austeridad que supuestamente debían restaurar la confianza no solo
abortaron cualquier clase de recuperación, sino que produjeron nuevas
depresiones y multiplicaron el paro" (Krugman, 2012: 14).

Queda así claro la nueva dinámica que se inaugura en este proceso descripto
de la crisis de la soberanía estatal. La concepción de Antonio Negri del
Imperio se visualiza claramente en este ejemplo. Los intereses soberanos de
los países en crisis deben subordinarse, el imperio se sitúa ahora por
encima de los Estados-nación. Podemos también cerciorar que repiten así
dinámicas de los años ochenta del Banco Mundial, sumándose otra nueva
condicionalidad a los países urgidos de ayuda financiera, que Held
denominaba de "buen gobierno". Esto se pudo apreciar en Grecia a fines del
año 2011. Ante la profunda crisis política y social que afrontaba el país,
el primer ministro griego, Yorgos Papandreu, tenía intenciones de realizar
un referéndum con el propósito consultar a la población sobre las medidas
de recorte y el plan de ayuda que había sido aprobado en la última cumbre
de la UE. Esta decisión soberana finalmente no pudo llevarse a cabo bajo la
condicionalidad del eurogrupo de que si el resultado elegido era el "no",
la eurozona podría dejar de poner dinero para Grecia. Este proceso implicó
profundizar las medidas de austeridad con nefastas consecuencias económicas
y sociales para la población, como asimismo para la propia legitimidad del
régimen democrático de Grecia.
La paradoja de ésta situación, en la que la propia UE termina considerando
inapropiada la autodeterminación de un pueblo sobre una política de
profunda importancia para el mismo, nos conducirá al último punto de éste
trabajo.

3) Democracia
a) Noción moderna de Democracia
La democracia ha estado ligada al desarrollo de los Estados-nación, es allí
donde ha surgido en la era moderna como un intento de legitimación del
régimen ante la pérdida de las prerrogativas del derecho divino o estatal,
y la creciente necesidad de los gobernantes de negociar con sus súbditos y
conquistar su apoyo. Se convirtió así en esencial por parte de los Estados
modernos conseguir la lealtad de sus ciudadanos (de su pueblo),
representando sus perspectivas e intereses, quedando de esta manera sujeta
su legitimidad en la aceptación popular o democrática. Asimismo se
desarrollaron un conjunto de reglas e instituciones necesarias para
asegurar su funcionamiento.

b) Democracia en el orden Imperial
Negri nos describe en su análisis que el Imperio tiene una pretensión
democrática, ya que se pretende que se represente en él al el pueblo
global. Considera que los Estados-nación ocupan un rol central en esta
caracterización del Imperio ya que se asume que ellos representan de algún
modo a sus pueblos. Él descarta esta noción que considera ilusoria,
afirmando que sostener que una nación es soberana es idéntico a declarar
que el pueblo es soberano. Como hemos visto en el caso de Grecia, este no
parece ser el objetivo propuesto por los organismos internacionales. Así se
puede aseverar que "desde un punto de vista institucional y político, la
soberanía imperial está en conflicto con toda concepción de soberanía
popular e incluso la niega" (Negri, 2004: 97).
Aquí podemos claramente representar esta noción con el funcionamiento
actual de instituciones económicas supranacionales, como las que ya hemos
mencionado en este trabajo, como el Banco Mundial, el FMI y la OMC. Las
condiciones y medidas que sostienen sustraen en gran parte de las manos de
los Estados-nación las decisiones sobre política económica y social, lo que
hemos mostrado con el caso europeo y específicamente el de Grecia. Según la
visión de Negri estas instituciones no representan al pueblo ni pretenden
representarlo, funcionan justamente en la medida en que se hallan excluidas
de los mecanismos de representación popular.

c) Democracia en el orden Global
David Held sostiene una postura ambivalente al analizar la democracia y su
futuro en el orden global.
Se muestra crítico con las esferas de poder generadas por las
organizaciones económicas más allá del Estado, considerando que pueden
obstruir y limitar la consolidación exitosa de la democracia tal cuál se ha
venido desarrollando en la modernidad (considerando también que hay
promesas que la democracia no ha cumplido aún). Asume, por lo tanto, que se
ha dado un cambio a nivel mundial en el cuál las funciones del estado no se
pueden asumir de forma aislada de las relaciones y de los procesos
regionales y globales.
Al mismo tiempo conceptualiza el actual orden como un desafío, considerando
que muchas organizaciones internacionales, como asimismo la Unión Europea,
ofrecen oportunidades e imponen limitaciones distintivas.
En síntesis, habría una confluencia de presiones desde distintos sectores
para con los Estados-nación, lo que contribuye "a la expansión de las
responsabilidades funcionales del Estado democrático liberal y a la erosión
de su capacidad para atender solo, de forma efectiva, las demandas
planteadas por sus poblaciones" (Held, 1997: 153). Nos dice que la
globalización ha alterado y transformado la posibilidad de una comunidad
política democrática.
La soberanía es entendida en estos términos como una facultad dividida
entre múltiples agencias (nacionales, regionales e internacionales), y
limitada asimismo por la naturaleza misma de su pluralidad.

d) El futuro de la Democracia en la era Global
El problema que nos aboca es la concepción y la posibilidad del orden
democrático en este siglo. Ambos autores tienen coincidencias en analizar
la actual situación como una crisis de la soberanía. En lo que parecen
variar es en las conceptualizaciones de las limitaciones y posibilidades
del actual orden sobre la democracia.
Antonio Negri termina por condenar las posibilidades democráticas en el
orden actual, que él considera como el orden imperial, al referirse a que
"si concebimos la democracia en términos de una autoridad soberana que sea
representativa del pueblo, entonces, la democracia en la era imperial no
sólo no está realizada, sino que es realmente irrealizable" (Negri, 2004:
100).
Held afirma que la complejidad del sistema internacional va en aumento,
produciendo una limitación de la soberanía y menoscabando la autonomía de
los Estados-nación. Pero también parece terminar considerando que la
democracia puede ser posible en el orden global, aunque su desarrollo
presentaría grandes desafíos y dificultades por las complejidades del
actual sistema internacional. Negri, por su parte, califica la visión de
David Held como la del "cosmopolitismo liberal", ya que sostiene en el
fondo que la democracia es compatible con la globalización. Concretamente
considera que su visión humanista, de izquierda y liberal considera que "la
aldea global se puede convertir en una sociedad civil global, atravesada
por una gobernanza cosmopolita u organizada en un Estado trasnacional"
(Negri, 2004: 17).
Así el futuro de la democracia podrá ser conceptualizado por Held como una
gobernanza cosmopolita. En cambio Negri sostendrá la visión de una
"democracia de la multitud". En ella se desplaza el foco del concepto de
pueblo (configurado como el producto del acto contractual constitutivo de
la sociedad burguesa) al de multitud, desafiando así a la representación ya
que la multitud es una multiplicidad, indefinida e inconmensurable.
Propondrá así como ideal una democracia absoluta de la multitud sosteniendo
que "cualquier intento de realizar una democracia por medio de la reforma
de las instituciones imperiales será vano e inútil. Deseamos añadir que el
único camino para realizar una democracia de la multitud es la vía de la
revolución" (Negri, 2004: 103). De esta manera busca explicitar su crítica
al actual sistema imperial y proponer un modelo que considera realmente
democrático.

Conclusiones:
El modelo de Westfalia, basado en el reconocimiento mutuo de los Estados-
nación de su soberanía estatal, ya no es una realidad. Held nos advierte
que la soberanía es ya una facultad dividida entre múltiples agencias.
Negri considera que este proceso se manifiesta en que el Estado-nación ha
perdido el control sobre la reproducción del capital, dando así lugar a la
soberanía imperial.
La crisis de la soberanía es causa y condición del auge de los organismos
multilaterales, que se configuran como una esfera en parte independiente de
toma de decisiones sobre la soberanía de los Estados-nación. A través de
ciertos apuntalamientos de autoridad, nos dice Held, han conseguido poderes
de intervención. Este orden es descripto por Negri como la monarquía dentro
del Imperio.
Hay manifiestas tensiones entre el orden global y el orden democrático
dentro de los propios Estados-nación. La perspectiva de Held critica y
expone los crecientes desafíos que presentan los Estados-nación, pues la
cantidad de instrumentos políticos a disposición de los gobiernos
individuales y la efectividad de esos instrumentos muestra una clara
tendencia a declinar. Se puede concebirlo como un reformista, que sostiene
que la globalización y la democracia pueden conciliarse, por ejempo a
través de una gobernanza cosmopolita. En este marco Negri, a través de su
desarrollo del Imperio visualiza la erosión de la soberanía estatal. Ella
ya no se encuentra en ellos sino en el Imperio, en un "no lugar". Su
conclusión es que el orden global actual es contrario a la concepción
democrática de la soberanía popular. Por lo tanto, sostendrá que el único
camino para realizar una democracia absoluta es la vía de la revolución.

Se ha logrado así armar un esqueleto relacional. Se logró vincular las
conexiones entre la globalización y la posterior la crisis de la soberanía.
Luego, a través del análisis de la situación en Europa en general y en
Grecia en particular, se ha relacionado el accionar de los organismos
internacionales y multilaterales, y los efectos negativos que han tenido
allí sobre el orden democrático.

Bibliografía selectiva:
Negri, A. (2004). Cinco lecciones en torno a Imperio. Buenos Aires: Paidós.
Held, D. (1997). La democracia y el orden global. Barcelona: Paidós.
Krugman, P. (2012). ¡Acabemos ya con esta crisis! Buenos Aires: Crítica
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