\"Simbología del \'dáphne\' y del \'kissós\' en la poesía helenística: de la sabiduría poética al vaticinio\", Actas de las III Jornadas de Humanidades Clásicas, Almendralejo, 22-23 de febrero de 2001, Mérida, 2002, pp. 127 - 133,

June 12, 2017 | Autor: J. Clúa Serena | Categoría: Greek Literature, Hellenistic History, Classical philology, Hellenistic poetry
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Descripción

Actas de las 111 Jornadas de Humanidades Clásicas Almendralejo. Febrero de 2001

Simbología del Aá@vq y del K~ooósen la poesía helenística: De la sabiduría poética al vaticinio

José Antonio Clúa Serena Depart.Ciencias de la Antigüedad-Uex

El laurel (Sá$vq, en griego, y laurus en latín), distribuido por toda el área mediterránea, tiene una vinculación con la poesía más que proverbial. Por su parte, la hiedra ( K L O ~ Ó Sen griego, y hedera en latín), trepadora y nativa de las regiones templadas del hemisferio oriental, que acabó cultivándose en Europa como ornamental, tuvo una simbología mucho más cercana al éxito poético-trágico. Otro aspecto relacionado con la poesía es el vaticinio. Y precisamente, en dicha acción, estrechamente vinculada también con la poesía y con la recitación poética, el laurel aparece como nuevo elemento asociado a dicho quehacer. Acudamos a los primeros versos de la Alejandra de Licofrón, famoso poema abstruso típicamente helenístico con dimensiones semejantes a una tragedia. Versos que están puestos en boca de un guardián o mensajero de Príamo, rey de Troya, padre de Alejandra (también llamada Casandra), doncella con espíritu profético que daba nombre al poema (ofrezco traducción en prosa'). C

A í t w ~a n á v ~ aV ~ T ~ E K W aS , p L ~ T O P E ~ S , apxfjs dn' a ~ p a s 7jv . 86 pq~vvefjXóyos, o ú y y v o e ~ S, í c s n o ~' - o6 yap -ijovxos ~ ó p q E X V ~ ExpqopOv, OS rrpív, aióXov o ~ ó p a áXX ' a o n ~ ~ xo íva o a napp~yT)pohv Sa$vq$áyov $ o í p a c ~ vG K Xa~pWvh a , C$lyybs K E X ~ L V ~ yfjpvv ~S ~ K ~ L ~ o v ~ ~ v T ) . "Te explicaré con exactitud todo lo que me preguntas desde el principio; y si mi discurso se alarga, perdóname, señor; pues la joven no abrió, tranquila, como antes, su ambigua boca oracular: sino que su garganta nutrida de laurel vertía incesantemente vocablos confusos y vaticinaba, imitando el sonido de la horripilante Esfinge".

1

CF. J.A. CLÚA SERENA, Licofron de calcis. Alexandra, Barcelona, Fundació B.Metge, 1996, p.46; Idem, "Notas críticas al texto de Licofrón", Emerita. LXV (1997). 57-63. Sobre algunas cuestiones estilísticas relativas a la misma obra, cf. ídem, "Lycophronea", Actas del X C.E. E.C., vol. 1, 357-362.

Actas de las 111 Jornadas de Humanidades Clásicas Almendralejo. Febrero de 2001 El vocablo licofroneo que he traducido por garganta "nutrida de laurel", a saber Sa+vq+áywv, quizá en traducción literal equivaldría a "masticadora de laurel" y es un ejemplo paradigmático de las propiedades mágicas del laurel, masticado y comido por los adivinos y las sibilas antes de emitir sus oráculos. En efecto, el texto (mediante la asociación de ideas, tan típicamente helenístico) nos remite a Apolo, dios de la poesía y de la música, pero también del vaticinio y del oráculo, cuyos amores con ninfas (Dafne) y muchachos trocados en árboles y flores (Hiacinto, Cipáriso) lo unen con la vegetación y con la physis. También en el Yambo IV de Calímaco, se nos presenta todo un catálogo de veneración y del empleo del laurel2 (en disputa contra el olivo), en el cual aparecen Delfos, Branco (fundador del santuario de Didima), los pitaístas (delegados de Atenas enviados a Delfos en ocasión de las fiestas y las dafneforías (fiestas durante las cuales se llevaba una rama de laurel desde el valle de Tempe hasta Delfos3). Asimismo, en el Yambo V, escrito en estilo casi oracular, nos encontramos a un Calímaco que acusa a un maestro de escuela que abusa de sus alumnos. Pues bien, en un momento dado, le da un consejo en el que menciona al laurel:

TO nUp S i ~ O v í ~ a u o a&s X, ~ L So6 noXXij npóow K E X W ~ ~ K E V+hoy[, á X X ' ¿ L T ~ E ~ ~ ~~ fEi Ln Ti* ~ i + p q voiXve'i, ~ o í p q o o v L. ~ X E S i Spópou papyWv~aslnnous pqSi O E U T ~ ~~~á Vp + q s , pfi TOL n ~ p vúooq i Sí+pov & ~ O O L V ,C K S i KÚ~PCLXOS K u P L ~ T ~ ~ ~ ~ s . ti, pfi FE n o ~ f p g syiXw. iyW B ~ K LTOL S K& CíPuXXa ~ a Sá+vq i K ~+Iq + ó ~ axxa . oupPaX~U ~ Q v t y p a KCL , pfj T I ~ ~ e í wZXE s x p ~ í q v .(...)4

"El fuego que tú has encendido no quema todavía con una llama grande, sino que está tranquilo y va -

2 Cf.

Call., lambus IV, fr. 194,26-27 (Pfeiffer): ~ a Iiu0iq i yap kv 6á4vq FEV ' í 6 p u ~ a ~ , 6á
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