Ser llamado o llamarse. ¿Puede interpretarse el llamado de la conciencia en \'Ser y Tiempo\' como un auto-llamado? | Anuario de Pregrado - 2004

June 9, 2017 | Autor: J. Rodríguez Medina | Categoría: Martin Heidegger, Existentialism, Existencialismo, Sein und Zeit
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Descripción

Anuario de Pregrado 2004

Ser Llamado O Llamarse ¿Puede interpretarse el llamado de la conciencia en Ser y Tiempo como un auto-llamado?

Ser Llamado O1 Llamarse2 ¿Puede interpretarse el llamado de la conciencia en Ser y Tiempo como un auto-llamado? Juan Ignacio Rodríguez Medina Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas, que gustan de orar en pie en las sinagogas y en los ángulos de las plazas para ser vistos de los hombres;... Tú, cuando ores, entra en tu cámara y, cerrada la puerta, ora a tu Padre, que está en lo secreto... Y orando, no seáis habladores, como los gentiles, que piensan ser escuchados por su mucho hablar... (Mateo 6: 5-7). ... Pequeño Sinclair, escucha ¡voy a tener que marcharme...! Quizá vuelvas a necesitarme un día... Si me llamas, yo no acudiré tan toscamente a caballo o en tren. Tendrás que escuchar en tu interior y notarás que estoy dentro de ti... (Herman Hesse, Demian)

INTRODUCCIÓN Martin Heidegger (1889-1976), en su obra de 1927 Ser y Tiempo (Sein und Zeit), nos muestra que el hombre, entendido como Dasein, es esencialmente un poder-ser (Sein-können) o proyecto (Entwurf). Este proyecto puede constituirse o comprenderse, ya de manera impropia, a saber, 1

Aunque definitivamente me decidí -más obligado por los plazos que movido por una última convicción- a entender y colocar la “o” haciendo las veces de igualdad y no de disyunción (Ricardo Lagos “o” el presidente de Chile), cabe reconocer, no obstante, que esto -que parece, y quizás sea una nimiedad o incluso ridiculez- me dejó finalmente intranquilo: tal vez pudiese ser una disyunción entre una u otra forma de entender la cuestión planteada; posibilidad según la cual el título debiese rezar -sugerencia que agradezco a Cristóbal Montalva- “¿Ser Llamado o Llamarse? Acerca de la posibilidad de interpretar...”. Mas también -y esto es lo que más me persuadecomo una asimilación a través de la interpretación que en este texto se hace del asunto; asimilación digo, de la primera alternativa en la segunda, es decir, entender finalmente el ser llamado como un llamarse. Esto explica que optase por la “o” como igualación, aunque, como admito, el punto queda, al menos para mí, con un cierto grado de duda. Más allá de todo, y bajo el supuesto que lo central se halla en el desarrollo y no en el título, la lectura del trabajo puede dar sentido a la cuestión. 2 Este texto corresponde –con algunas modificaciones respecto al original– al trabajo final del seminario “Ser y Tiempo, sección II”, dictado por el profesor Cristóbal Holzapfel el segundo semestre del año 2004 en la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile como parte de los cursos de la Licenciatura en Filosofía. Aprovecho la ocasión para agradecer al profesor Holzapfel el haber distraído parte de su tiempo –del que, me consta, no disponía en demasía– en la relectura de este ensayo, y –tras ello– por otorgarme su respaldo para la presentación del mismo al anuario de pregrado. Una disposición tal, es siempre, pero sobre todo en la docencia, muestra inequívoca de solicitud hacia la propia labor; y, por tanto, resulta ser un valioso estímulo para el alumno.

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desde los prejuicios, lugares comunes, etcétera; ya desde nuestro más propio ser. En este último caso nuestra existencia es auténtica o propia (eigentlich); en el primero estamos determinados por el uno o el se (das Man), por lo impersonal, estamos en una existencia inauténtica (uneigentlich). El individuo se disuelve en el uno: en lugar de yo soy, yo pienso, yo hago, este es el lugar del se es, se piensa, se hace, etcétera –así es como se hacen las cosas–. Esta existencia inauténtica la llama Heidegger caída (Verfallen), y le pertenece al ser del Dasein.3 En la caída, el uno domina nuestro poder-ser, no soy yo quien elijo mis posibilidades. El Dasein se encuentra en una indeterminación tal, que nadie elige, o, lo que es lo mismo, se elige. El hombre cotidianamente no es sí-mismo (Selbst), sino que uno-mismo (Man-selbst). Respecto a aquél, se dice en el §54 de Ser y Tiempo que es el quién del hombre. “La mismidad del Dasein fue determinada formalmente como una manera de existir, es decir, no como un ente que está-ahí”.4

El proyecto del filósofo alemán de develar la estructura ontológica del Dasein, se dirige, precisamente, a despejar su posibilidad de ser-sí-mismo (Selbstsein). Se busca en el Dasein un poder-ser propio que él mismo atestigüe en su posibilidad existencial;5 esto es, el testimonio (Bezeugung) debe hacer que el Dasein se comprenda a sí mismo en su poder-ser propio. Dicho testimonio debe poder ser encontrado y, dado su rol, el análisis fenomenológico tendrá que revelar que su origen está en la constitución de ser del Dasein, a saber, el cuidado (Sorge). Hemos dicho que comúnmente el hombre es uno-mismo, de manera que el ser-sí-mismo propio es una modificación existencial del uno. La pérdida en el uno sólo puede revertirse si el Dasein se recupera explícitamente de su caída para traerse de vuelta hacia sí-mismo. “Este traerse de vuelta deberá tener empero aquel modo de ser cuya omisión había hecho que el Dasein se perdiera en la impropiedad.”6

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No hay que entender la caída como si el hombre estuviese primeramente en un lugar más alto -un estado de gracia por ejemplo- del que luego cae, pues como acaba de decirse, la caída le pertenece al ser del Dasein. 4 Heidegger, Martin. Ser y Tiempo (ST), traducción de Jorge Eduardo Rivera. Santiago de Chile: Universitaria, 1997, p. 287 [Sein und Zeit (SZ). Tübingen: Max Niemeyer, 1967, p. 267: “Die Selbstheit des Daseins wurde formal bestimmt als eine Weise zu existieren, das heißt nicht als ein vorhandenes Seiendes.”]. 5 Usamos aquí la traducción de José Gaos. Existenzial: existenciario; existenziell: existencial.

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Lo omitido en la impropiedad es, como se vio, el proyecto que cada uno es, lo que redunda en una falta de elección de las propias posibilidades. La modificación existencial del unomismo debe reparar esa falta, esto es, hacer esa elección, que el Dasein se posibilite a sí mismo por primera vez su poder-ser propio. Según esto, el hombre, en quien se produce la modificación, es además el que la realiza. En el presente trabajo, intentaré hacer una aproximación a dicha cuestión; a saber, si la modificación es un movimiento (si es que cabe el término) desde el Dasein y hacia él. Como dije, se trata de un acercamiento, que en ningún caso pretende ser algo así como una respuesta o resolución definitiva; se trata simplemente de ensayar una posibilidad de comprensión. Esto, a partir de la lectura o revisión de los parágrafos 54 al 577 del capítulo segundo –“La atestiguación por parte del Dasein de un poder-ser propio y la resolución” (Die daseinsmäßige Bezeugung eines eigentlichen Seinkönnens und die Entschlossenheit)–, de la segunda sección de Ser y Tiempo. I. ¿QUIÉN ES LLAMADO? Dada su caída, el Dasein, antes de posibilitarse, debe encontrarse. Y para esto, tiene que ser “mostrado” a sí mismo en su posible propiedad. “El Dasein necesita del testimonio de un poder-ser-sí-mismo, que él ya es siempre como posibilidad.”8

En otras palabras, al Dasein debe mostrársele su posible ser-sí-mismo para que se recupere (se encuentre) de su caída en la impropiedad del uno-mismo. En esto ya podría verse que, en la modificación, el sí-mismo del Dasein se muestra al Dasein que es uno-mismo para que se recupere y vuelva a su ser-sí-mismo. Sin embargo la cuestión parece no tener mucho sentido, pues ¿cómo el hombre indeterminado, y por tanto 6

ST, edición citada, p. 288 [SZ, edición citada, p. 268: “”Dieses Zurückholen muß jedoch die Seinsart haben, durch deren Versäumnis das Dasein in die Uneingentlichkeit sich verlor.”]. 7 §54. El problema de la atestiguación de una posibilidad existentiva [Rivera] propia (Das Problem der Bezeugung einer eigentlichen existenziellen Möglichkeit); §55. Los fundamentos ontológico-existenciales [Rivera] de la conciencia (Die existenzial-ontologischen Fundamente des Gewissens); §56. El carácter vocativo de la conciencia (Der Rufcharakter des Gewissens); §57. La conciencia como llamada del cuidado (Das Gewissen als Ruf der Sorge). 8 ST, edición citada, p. 288 [SZ, edición citada, p. 268: “Das Dasein bedarf der Bezeugung eines Selbsteinkönnens, das es der Möglichkeit nach je schon ist.”].

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inconsciente de su mismidad, va a mostrarse su sí-mismo?, ¿cómo puedo mostrarme algo que no conozco? Dejemos por el momento esta cuestión hasta aquí, y sigamos con el texto. Heidegger toma para signar ese testimonio lo que cotidianamente se conoce como la voz de la conciencia (Stimme des Gewissens). La conciencia (Gewissen) es un fenómeno originario del Dasein que deberá ser aclarado en sus fundamentos y estructura existencial como tal. “La conciencia, en cuanto fenómeno del Dasein, no es un hecho que ocasionalmente ocurra y que de vez en cuando se haga presente, sino que sólo “es” en el modo de ser del Dasein…”9 Teniendo la conciencia (y su voz) lugar sólo en el ente humano o Dasein, se trata, pues, de un fenómeno ontológicamente heterogéneo frente a lo que está-ahí en lo circundante (das Umhafte). Lo anterior se hace más patente si tenemos en cuenta la caracterización que Heidegger hace de la conciencia. Ella da a entender “algo”, es decir, abre; esto la refiere a la estructura fundamental del Dasein, la aperturidad (Erschlossenheit), constituida por la disposición afectiva (Befindlichkeit), el comprender (Verstehen), la caída y el discurso (Rede). La conciencia se nos revelará como una llamada (Ruf), que como tal, es un modo del discurso. Esta llamada de la conciencia es una apelación (Anruf) al Dasein a hacerse cargo de sí mismo, o más bien, de su propio poder-ser-sí-mismo mediante una intimación (Aufruf) a despertar a su más propio ser-culpable (Schuldigsein).10 En pocas palabras, podría decirse que la conciencia quiere sacudirnos del sueño que nos mantiene alejados de nuestro ser-sí-mismo, de nuestra esencial culpabilidad, llama al Dasein a abrirse a sí mismo (a despertar de la cerrazón en que lo mantiene la caída respecto a sí mismo). A dicho llamado o apelación le corresponde, como posibilidad, el ser escuchada o comprendida. Esta comprensión se muestra como un querer-tener-conciencia, en lo que se tiene el acto existencial de hacer la libre elección de un ser-sí-mismo, lo que, según su estructura existenciaria, el pensador germano llama resolución (Entschlossenheit).

9 Ibid., p. 289 [SZ, edición citada, p. 269: “Das Gewissen ist als Phänomen des Daseins keine vorkommende und zuweilen vorhandene Taschen. Es >>ist>nichts>Verhandlungvorneweltlich>Es>es>es
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