Sentido y sensibilidad de la radio pública

May 25, 2017 | Autor: C. Sánchez Serrano | Categoría: Radio, Public Radio
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SENTIDO Y SENSIBILIDAD DE LA RADIO PÚBLICA Chelo Sánchez Serrano *Resumen de la conferencia de inauguración del Seminario “RNE 75 años” celebrado en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo en julio de 2012”

“Jamás hubiera imaginado que una emisora de radio tuviera un oferta tan grande y variada de programas como los que me he encontrado en RNE. Eso por no hablar de sus canales (5)...” La frase pronunciada por un estudiante recién llegado a las aulas de Periodismo evidencia, a mi juicio, uno de los grandes problemas en este momento de la radio pública en España: su invisibilidad. Una falta de comunicación en sentido positivo que se traduce en sus datos de audiencia1 y en su mermada influencia como medio, en buena medida fruto de los bandazos de gestión y de una imagen demasiado generalizada de que la radio pública, más que eso, es del gobierno de turno. Nacer en una noche muy fría, en plena Guerra Civil Española, en una ciudad de provincias como Salamanca y emitir a través de una emisora móvil, regalo de Joseph Goebbels a Franco no eran precisamente garantías de vida después de 78 años, pero la historia se escribe con trazos gordos y no siempre en línea recta. “Díganme cómo será la sociedad del futuro y les diré como será la radio”, apunta Iñaki Gabilondo mientras añade que la radio es el medio más pegado a la sociedad. Y esa misma pregunta en relación a la radio nos la podríamos hacer hacía atrás -cómo ha sido en el pasado- y en el presente cómo ha evolucionado y es-. Ser una radio con historia significa tener más capacidad –o mayores posibilidades- para seguir haciendo historia. Para seguir haciendo historia, con independencia de vaivenes políticos y desde luego al margen de cualquier cuestionamiento innecesario como servicio

1 http://www.rtve.es/radio/20141202/radio-nacional-aumenta-audiencia-54000-oyentes/1059580.shtml

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público, RNE debe abanderar la pedagogía radiofónica. Una pedagogía cuyos carriles de futuro pueden permitirle a la pública –y por extensión al resto de las empresas radiofónicas- seguir avanzando. Esos carriles de futuro pueden basarse en las siguientes ideas que esbozo. 1.- El futuro es de los contenidos Montse Bonet (TELOS nº 73, 2007) escribía hace ya unos años que “en la última década se ha invertido mucho tiempo y dinero en mejoras técnicas, pero no en creatividad e innovación programáticas para satisfacer nuevas demandas de audiencias que ya no escuchan la radio. Ese es el auténtico reto para la radio de producción digital de entorno analógico” Desde el año 2007 la radio generalista no ha avanzado tanto en este sentido. Se han desarrollado aplicaciones, se ha invertido en tecnología y se han mejorado los procesos de producción y emisión, la radio va confluyendo cada vez más con internet, pero el cambio en los contenidos es mínimo. Salvo, precisamente en la radio pública: La radio pública sí es, y tiene que seguir siendo, avanzadilla en nuevos contenidos, en los extras de una radio que ya no sólo navega por el dial, sino que tiene múltiples posibilidades en la red. Esta estrategia la está abanderado en la pública Radio 3, con su oferta Radio 3 Extra.

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Esa apuesta por los contenidos y por la diversificación la lleva trabajando la radio pública desde un espectro de contenidos no solo plural y variado, sino también creativo y arriesgado, en ejemplos, como el Documentos de RNE, una apuesta de calidad por el documental sonoro; La estación azul de los niños, uno de los escasos ejemplos de programas para niños en la radio; El bosque habitado, programa sobre naturaleza y literatura; La Ficción Sonora; o “En la calle, alguien”, una ventana radiofónica abierta a personas sin hogar, por citar solo alguno de los cientos de ejemplos que podríamos mencionar. Gracias a esta oferta de contenidos tan variada RNE dispone de la mejor oferta de radio a la carta de toda la industria española. Es cierto que lo hace en cumplimiento del artículo 3 de la Ley 17/2006 de 5 de junio, de la radio y la televisión de titularidad estatal. Allí se especifica que el servicio público debe ofrecer acceso a los distintos géneros de programación y a los acontecimientos institucionales, sociales, culturales y deportivos, dirigidos a todos los sectores de la audiencia, prestando atención a aquellos temas de especial interés público; como también, atenderá a la más amplia audiencia, asegurando la máxima cobertura geográfica y social, con el compromiso de ofrecer calidad, diversidad, innovación y exigencia ética. Seguir trabajando en esta línea no es suficiente en este momento para RNE: también tiene que saber “vender” mejor todo lo que hace y los contenidos son un atributo con el que ganan por goleada, cuantificar el valor de su servicio de radio a la carta y viralizar mucho más sus contenidos en las redes sociales.

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2.- El futuro está en otros públicos y en un mayor abanico de estrategias narrativas Trabajar el nivel de los públicos permitirá el verdadero desarrollo de la radio a la carta. Por edades, por intereses sociales, por afinidad, por especialización. Necesariamente trabajar con públicos ahora ausentes para los programadores y comunicadores radiofónicos obligará a una mayor utilización de las estrategias narrativas y una revalorización del lenguaje y del montaje radiofónico. No se capta igual la atención de un niño que de un adulto, ni es lo mismo trabajar contenidos informativos que de ficción o entretenimiento. Ni la narrativa radiofónica es exactamente igual que la multimedia. Los niños y los jóvenes necesitan no un hueco más grande en RNE sino transistar con normalidad por ella: tener sus espacios, pero también participar y compartir, proponer, trabajar en colaboración con el sistema educativo y con asociaciones juveniles. Este es el espíritu de Clan Radio, la que sería primera emisora pública online para niños y jóvenes, que está tardando demasiado tiempo en hacerse realidad. Mientras la radio pública no es capaz de mover su enorme engranaje -anunció el proyecto en 2013-, un grupo de jóvenes diseña Stramm Radio2, una radio online por y para nativos digitales. 2 https://www.youtube.com/watch?v=bdyKu0qVYzM

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Igual que se merecería un hueco en la programación de una radio de servicio público el deporte escolar, una especialidad deportiva que no solo afecta a millones de niños y jóvenes escolarizados en los diferentes niveles educativos, sino también a sus familias, entrenadores y profesores. Es decir, un público potencial muy grande e interesado per se por el tema. Trabajar con estos nuevos públicos exige una radio mucho más participativa tanto en la producción y realización como en la extensión a través de las redes sociales. Para ello las estrategias de comunicación con el oyente-fan-seguidor deben irse adaptando también a las nuevas comunidades de públicos. La radio tiene que contar, compartir, pero también interactuar, escuchar y responder.

3.- El futuro pasa porque la radio de producción vuelva a ganarle terreno a la radio conversacional En el año 2000 en unas jornadas en la Universidad de Navarra el profesor Gotzon Toral (UPV) defendía que la exigencia de una mayor calidad en las producciones no sólo enriquecería el espectro radiofónico sino que “dignificaría el trabajo de la mayoría de los profesionales, amenazados por una precariedad laboral y unos ritmos de trabajo poco motivadores. Para los oyentes además esta radio, podríamos decir más de laboratorio, supondría pasar del menú del día para todos a

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programación a la medida, más cuidada y servida a la carta”. El desarrollo de la radio en internet y el potencial de la web de RTVE debería hacer ese hueco a la radio de producción, más elaborada y diversificada, que hoy no tiene cabida en la radio generalista o especializada. Si bien es cierto que la radio pública, como ya hemos señalado, viene siendo una avanzadilla, una especie de oasis, en ese sentido, debería saber explotar esta peculiaridad trabajando con comunidades activas que le ayuden a prescribir esos contenidos radiofónicos más artesanales. Algunos profesionales de la casa hacen esto ya muy bien en relación a sus programas, pero, en general, la

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estrategia de comunicación online de los diferentes canales debería estar mejor definida y no dedicarse solo a compartir los programas. Incluso desde la web RTVE debería trabajarse en una especie de selección sonora cada día, una especie de “delicatessen de la radio de cada día”, o un “24 horas en 5 tweets”, donde se presenten cada día una selección de los mejores momentos, los más divertidos, interesantes o polémicos de la radio diaria, ya sea por canales o de toda la oferta conjunta. 4.- La radio pública del futuro tiene que ser local y universal: Este, sin ninguna duda, es el gran reto de la radio pública en los próximos años si no quiere perder legitimidad como servicio público. Escribía Jesús Quintero en el prólogo del libro “Radio Pública Local” de Manuel Chaparro que “a medida que se va haciendo realidad el sueño de la aldea global; a medida que la comunicación va acortando las distancias y rompiendo las fronteras; a medida que los periódicos, los telediarios, y los noticieros nos traen, cada vez a más velocidad, noticias más lejanas, lo próximo, lo local, lo nuestro se hace más necesario; quizá para tener algo a lo que agarrarnos y no perdernos en el caos, en la confusión de las lenguas, los paisajes; quizá para recordar de dónde venimos y quiénes somos, para no perder la identidad. Una cosa es ser universal y otra que te universalicen”. Si la radio pública ha cometido, en mi opinión, un error grave en los últimos años ha sido precisamente la dejación de funciones en el ámbito local. Todavía está a tiempo de recuperarlo. Ahora o nunca. Hay un buen puñado de unidades informativas -antiguas emisoras- muertas de asco en muchas ciudades de España por la falta de programación local, por el anecdótico interés en lo local y por la escasa presencia social de la radio en su ciudad. Crear un canal de podcast para proponer contenidos universitarios o culturales, por ejemplo, desde una ciudad como Salamanca, contenidos especializados de interés para un nicho concreto local o mundial o para los salmantinos que viven fuera de la ciudad; o hacer programación en streaming ante eventos o situaciones informativas importantes. 6

Quien piense que el tiempo de la radio local ya pasó, que lea lo que están haciendo los periódicos locales en EEUU3: crear sus propias radios online como forma de generar comunidad, complementar su actividad y acercarse a un público que se aleja cada vez más de la prensa escrita. O que piense en el desarrollo de la radio hiperlocal, de barrio, de pequeñas comunidades, como Onda Pedriza en Manzanares el Real, “ por pura participación vecinal” o Radio Oasis en Salamanca con más de 16 años de vida y en la enorme red de radios comunitarias desplegadas por el continente americano o en Africa donde la radio rural, tanto la que llega a través de ondas como la que llega por internet, tiene una penetración y una utilidad enormes.

5.- La radio pública tiene que ser empática: Este aspecto tiene que ser sustancial a la radio del futuro. La radio pública que se pone en el lugar del otro, que se hace a pie de calle, que se implica en lo social, que siente, presta atención, acompaña y toma partido. Una radio pública empática es una radio que está en la calle, y en la escuela, y en los teatros, y en los campos de fútbol, y en los ayuntamientos. Una radio pública empática es aquella radio que saca los micros a la calle y recoge la vida –como hacía Manolo Ferreras en uno de sus últimos trabajos radiofónicos- o que los coloca allí donde ocurre algo. RNE con sus 78 años de vida no sólo no puede perder lo mucho que tiene de sensible en ese sentido sino que, su aspiración a diario, tiene que ser convertirse en la radio con más capacidad de empatía del país si quiere garantizar su futuro en un entorno de lo público cada vez más asfixiado y cuestionado.

3 http://www.media-tics.com/noticia/5338/Medios-de-Comunicacion/Los-periodicos-localesestadounidenses-lanzan-sus-propias-emisoras-online.html

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6.- La radio pública tiene que liderar la investigación radiofónica en colaboración con las universidades. Si nos fijamos en la historia de RNE podemos ver como, en muchos momentos, las decisiones de la radio pública han ido cambiando el rumbo de la radio en general. Unas veces por capacidad de innovación y otras de manera circunstancial, el liderazgo de la radio pública ha sido notable. Por ejemplo, buena parte de la estructura vigente en la radio informativa española proviene, nada menos, que de los años 60 (con Manuel Aznar como director de RNE): de aquella época vienen la figura del director de informativos y la estructura organizativa de los mismos, la continuidad de boletines horarios o la red de corresponsales. Hoy, sin embargo, esa innovación llega -a pasos lentos- de las radios privadas, incluso desde fuera de los grandes grupos mediáticos. Con el desarrollo tan grande que ha habido en España de los estudios de comunicación las posibilidades de colaboración de la radio pública con estas instituciones es, no solo posible, sino deseable. Cada año se realizan un número importante de proyectos de investigación, proyectos fin de grado de alumnos, etc, que podrían enfocarse más desde la investigación aplicada si hay colaboración y hay objetivos claros de trabajo en común. No son tiempos para perder recursos, ni talento, ni la posibilidad de trabajar en común.

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7.- La radio pública tiene que liderar la pedagogía radiofónica que acerque la radio a la gente La radio en general tiene el reto de acercarse a los niños y jóvenes para formar parte de sus vidas y, como Flautista de Hamelin, ir recorriendo la vida delante o detrás de ellos. Se trata de buscar nuevos públicos y de fidelizar futuros oyentes, sí, pero también de tener en cuenta, desde un servicio público, a una parte de la población que forma parte del presente que se cuenta a través de la radio y será elemento consustancial del futuro por contar. La radio pública podría liderar un plan de comunicación del medio radiofónico en el que participaran las radios

privadas

y

todas

aquellas

instituciones

o

asociaciones

interesadas en que la radio siga formando parte de la vida de la gente con vigor, protagonismo y utilidad. No se trata solo de salvar el negocio, se trata de entender la radio como un elemento más de la sociedad que se valora en la medida en la que se hace presente y se la descubre como útil. RNE tiene una oportunidad de oro para recuperar el prestigio perdido y ayudar a impulsar el cambio de la radio en los próximos años. Está en disposición de

hacerlo porque tiene experiencia, capacidad y

talento, muchos talentos. Hace falta que se lo crea. Tiene modelos alrededor en los que mirarse y también dentro de su propia historia. Larga vida a la radio pública que tenga verdadero sentido de lo público, sea imprescindible para el ciudadano y competente en su tarea. Y si encima emociona, mejor. ¿Quién no se acuerda de esta campaña?

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