Seminario de doctorado en filosofía: Wittgenstein y Althusser : Materialismo, Ideología y juegos de lenguaje (UNLP 2015 Comienza en agosto)

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Descripción

1 Universidad Nacional de La Plata

Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
Secretaría de Posgrado


2 Seminario


3 Doctorado





Wittgenstein y Althusser: materialismo, ideología y juegos de lenguaje




Año lectivo: 2015
Régimen de cursada: Cuatrimestral (segundo cuatrimestre)
Profesor a cargo: Dr. Pedro Diego Karczmarczyk (UNLP-CONICET)
Carga horaria: 30 hs.
Período: 10 de agosto al 30 de noviembre
Número de encuentros: Diez reuniones de 3 hs. de duración con frecuencia
quincenal.
Horario: 18-21 hs.
Equipo docente: (coordinadora): Luisina Bolla


1. FUNDAMENTACIÓN Y OBJETIVOS



1.1 OBJETIVOS



Facilitar la comprensión de los conceptos fundamentales de la
filosofía de Wittgenstein distinguiendo los dos períodos de su
producción.
Delimitar algunas de las líneas de interpretación más importantes del
pensamiento de Wittgenstein, reflexionando sobre los presupuestos
filosóficos que subyacen a las mismas.
Reflexionar sobre la recepción del pensamiento de Wittgenstein en
algunas corrientes del pensamiento contemporáneo, ya sea que la misma
opere como un insumo en el desarrollo de las posiciones consideradas,
o bien que la misma aparezca como resultado de la investigación
posterior en el ámbito de la literatura secundaria.
Proporcionar un marco conceptual que permita analizar conjuntamente
posiciones pertenecientes a tradiciones conceptuales diversas.
Faciltar la comprensión de los conceptos fundamentales de la filosofía
de Althusser.
Situar la crítica al humanismo teórico en el pensamiento althusseriano
y la articulación entre materialismo histórico, lingüística y
psicoanálisis.
Proporcionar un esquema de las discusiones filosóficas consideradas
que promueva una reflexión que clarifique nuestro presente.


1.2 FUNDAMENTACIÓN

En el presente seminario nos ocuparemos de una perspectiva poco
transitada, la conjunción entre la filosofía de Wittgenstein y la filosofía
marxista althusseriana. Poco transitada, decimos, puesto que la misma tiene
algunos antecedentes importantes, entre ellos el más notorio es el trabajo
de Dominique Lecourt (1982, 1984). Se trata de un antecedente que se vio
afectado por la reconfiguración de la coyuntura teórica, la transformación
del campo problemático de la filosofía y las ciencias humanas en los años
80 y 90, que la hizo aparecer como un tanto desfasada en relación a su
entorno. Sin embargo creemos que ha llegado el momento que hace posible una
relectura y una recuperación de estos trabajos, con el objetivo de
llevarlos un poco más lejos. Había en el trabajo de Lecourt algunas ideas
de gran interés. Por una parte, un argumento sostenido a favor del
reconocimiento de un antihumanismo teórico en la filosofía de Wittgenstein,
de un embate a la "problemática antropológica" que ha quedado
invisibilizado en la recepción corriente del pensamiento wittgensteiniano.
En efecto, el embate a la posición agustiniana, que abre las
Investigaciones filosóficas (IF), constituye un ataque sin concesiones a la
idea de un sujeto de la comprensión lingüística que sería un "interior sin
exterior", y a todo aquello que nos inclina a concebir el aprendizaje de la
lengua materna en el modo en que una extranjero aprende una segunda lengua
(ver IF # 32). Al respecto, Wittgenstein procura encontrar un mejor
abordaje de lo que está involucrado en el orden de la comprensión
lingüística procediendo en cierta manera como un "genealogista", es decir,
retrocediendo en su respuesta hasta un ancestro de una naturaleza
diferente, hasta el adiestramiento, como una manera de trastocar la
tendencia a pensar el orden de la comprensión lingüística de una manera
circular (Agustín, recordémoslo, rememoraba su aprendizaje de la lengua
materna en términos de actos de "colegir" o "darse cuenta"). Sin embargo,
este movimiento maestro del pensamiento wittgensteiniano no se realizaba
sin recaudos. La relación estrecha entre el entrenamiento y las formas de
vida culturales, entre las formas de vida "naturales" y las formas de vida
"sociales", para decirlo de algún modo, prevenía, intentaba obstaculizar,
una apropiación conductista o fisicalista de su pensamiento. Es que, bien
considerado, el pensamiento de Wittgenstein señalaba más bien una eficacia
en sentido contrario: desde las formas de vida sociales ya constituidas
hacia la biología ("Lo que hay que aceptar, lo dado -decía Wittgenstein-
son formas de vida" IF, segunda parte, p. 517), de ahí la ambigüedad
radical del concepto de forma de vida. Es decir, en el momento de pensar en
la adquisición de la lengua materna, Wittgenstein se topaba, o si se
quiere, "se tropezaba", puesto que nuestra hipótesis es que nunca llega a
pensarlo plenamente, aunque lo indique todo el tiempo, con una forma de
eficacia peculiar instalada en los propios juegos de lenguaje, en las
formas de vida sociales. En segundo lugar, si bien el pensamiento de
Wittgenstein tiene una innegable impronta antimetafísica, ello no hace de
él un empirista, como puede apreciarse no sólo en su crítica al lenguaje
privado, sino también su insistencia, no exenta de perplejidad, en la
dependencia de la experiencia en relación al concepto, de la experiencia de
la visión, por ejemplo (Ver IF II, p. 479). Es innegable que una tesis como
la de la dependencia de la experiencia en relación al orden conceptual es
susceptible de distintas apropiaciones filosóficas. Éste es, sin dudas, un
punto que Wittgenstein percibió agudamente. La perplejidad con la que
enuncia esta dependencia debe entenderse como precaución hacia los diversos
modos en los que la misma puede ser explotada filosóficamente, es decir,
insertada en el seno de un conjunto de nociones sistemáticas que tienden a
organizar y jerarquizar las relaciones entre los distintos juegos de
lenguaje.
Un aspecto en el que la lectura de Lecourt es inédita, tiene que ver con
la interpretación que proveyó a esta perplejidad (o cautela) con la que
Wittgenstein se anticipa a la apropiación filosófica de sus movimientos.
Lecourt insistió en que Wittgenstein se colocaba, sin reconocerlo
plenamente, frente a los efectos de la ideología, es decir, frente a los
efectos de un pensamiento de la unificación y la jerarquización de las
distintas prácticas sociales, de los distintos juegos de lenguaje,
realizados bajo el predominio la división en clases sociales de la
sociedad. Sin embargo Wittgenstein no logró reconocer a la ideología más
que en estado práctico, es decir, logró individualizar sus efectos una y
otra vez, sin poder apresarlos conceptualmente. En consecuencia, de acuerdo
a Lecourt se trataría de un límite de la filosofía de Wittgenstein, que
reconoció de manera implacable la tendencia de la filosofía a
reconstituirse, a rearmarse como un pensamiento sistemático (unitario y
jerarquizante), pero que sin embargo, en el momento de pensar estos
efectos, Wittgenstein revela el punto más débil de su pensamiento. Se
trata, según Lecourt, del límite del pensamiento de Wittgenstein, que no
pudo dejar de reconocer por un instante la tendencia de la filosofía a
regenerarse como un pensamiento sistemático, unitario y jerarquizante, pero
que no estuvo en condiciones de pensar esta tendencia, apelando en
distintos momentos a figuras como las del "ansia de generalidad" o las de
la exigencia, la del prejuicio, la de una fantasía o la de un impulso, en
lo que podría pensarse como un kantismo desnoumenizado. Es interesante, sin
embargo, reparar en una observación del Cuaderno azul sobre la tendencia
hacia la filosofía, sobre la tentación por enunciados metafísicos, que no
fue no desarrollada ulteriormente, donde ésta es remitida a la
"insatisfacción con una convención [gramatical]" de parte del filósofo.
Esta visión de lo que impulsa hacia la filosofía, que fuera retomada luego
por Morris Lazerowitz (ver Engel 1975), tenía la virtud de colocar en un
terreno práctico, o mejor aún político, aunque el mismo estuviera quizá
dominado por una concepción rudimentaria, en términos de la relación entre
el individuo (filósofo) y la sociedad (gramática), la fuente de la
persistente tendencia hacia la filosofía. Por nuestra parte, entendemos que
este "límite" de la filosofía de Wittgenstein consiste en que allí parece
abandonarse a descripción gramatical a favor de una explicación, pero no
una explicación científica, sino una explicación propiamente filosófica, es
decir metafísica. Ahora bien, lo peculiar de la lectura sugerida por
Lecourt supone que se reconozca en este terreno el carácter científico del
materialismo histórico y la necesidad de desarrollar una teoría de las
condiciones ideológicas de la reproducción de las relaciones de producción.
Si atendemos a estas sugerencias, las consecuencias que se siguen en la
interpretación de la filosofía de Wittgenstein son importantes. En efecto,
de acuerdo a esta lectura, la concepción wittgensteiniana que hace de la
filosofía una forma de "terapia" no puede sostenerse, porque no puede
pensarse una tierra natal del uso de las expresiones libre de disputas, es
decir, que no esté ya intervenida por la política y la lucha de clases. En
la medida en que la experiencia es dependiente de los conceptos y los
conceptos operantes en un juego de lenguaje son siempre susceptibles de ser
apropiados por una filosofía u otra, cabe señalar que no hay una dimensión
que no esté intervenida por alguna forma de filosofía (ideología), es
decir, por alguna forma de sistematización en lo que analíticamente puede
pensarse como un discurso de segundo orden. Ahora bien, este tipo de
lectura pone en crisis las formas dominantes de leer a Wittgenstein en la
filosofía contemporánea que reinscriben al pensamiento wittgensteiniano,
mediante una interpretación peculari del "acuerdo" en los juegos de
lenguaje, en el terreno de un discurso sobre las garantías, ya sea
garantías trascendentales (Habermas), o meramente fácticas (pragmatismo),
lo que hace surgir el problema del relativismo, o bien en una variante
hermenéutica, que supone una rehabilitación del círculo que la filosofía
tradicional exhibía de manera paradigmática en la "teoría del
conocimiento", mediante la postulación de su "apertura". Estudiaremos estas
derivas de la interpretación del pensamiento de Wittgenstein mediante una
confrontación de las lecturas de su obra por Peter Winch y Saúl Kripke.
Algunos movimientos en la literatura secundaria wittgensteiniana han
permitido que emerja una interpretación de su posición que ya no lo coloca
como un soldado en la tarea de la elucidación de la normatividad de nuestro
discurso, lo que supone adjudicarle una tesis robusta que lo hace lidiar
con un nuevo objeto filosófico (la normatividad semántica). Lo que se ha
mostrado de esta manera es que al ubicar en esta senda al discurso
wittgensteiniano se lo reubica en el discurso filosófico clásico, en una
variante semántica de la formación discursiva de las garantías del
conocimiento. Las lecturas a las que nos referimos han hecho visible esta
apropiación del pensamiento wittgensteiniano, al tiempo que han clarificado
que la perspectiva wittgensteiniana es más bien un intento de elucidar el
funcionamiento de nuestro discurso normativo, lo que es algo bien distinto,
ya que supone una deflación de términos como 'normativo', 'correcto', etc.
acorde con el impulso wittgensteiniano de abordar los términos filosóficos
más altos en un mismo nivel que otros términos ordinarios o corrientes, a
través del uso que reciben en los juegos de lenguaje en los que tienen un
funcionamiento efectivo (ver Kripke 1982, Kusch 2005). Ahora bien, el
funcionamiento de nuestro discurso normativo pone de manifiesto dos puntos
sobresalientes. Por un lado, que mediante las expresiones del vocabulario
semántico normativo ('comprende', 'posee tal o cual concepto', etc.) se
evalúa a los individuos y a fortiori se los clasifica, de manera tal que se
los habilita o excluye a participar de uno u otro juego de lenguaje. Por
otra parte, estos análisis ponen de manifiesto que la inclusión en un juego
de lenguaje supone de los participantes la adquisición de una seguridad
práctica para continuar de manera independiente, en ausencia de fundamentos
(lo que Wittgenstein llegó a calificar en Sobre la certeza como "algo
animal" SC # 359). Ahora bien, esta capacidad para continuar de manera
independiente tiene una consecuencia que desveló a Wittgenstein hacia el
fin de sus días. En efecto, el análisis de Wittgenstein tendía a mostrar
que, en términos de su análisis gramatical, una buena cantidad de términos
semánticos y mentales que en su superficie se presentan como sustantivos,
no son en realidad nombres que están en lugar de estados o procesos ("El
significar no es un proceso que acompañe a esta palabra. Pues ningún
proceso podría tener las consecuencias del significar algo" IF II, p. 499),
sino que poseen la lógica de una interacción social compleja donde se
atribuye un estatus social, de una manera rebatible y acaso siempre
controvertida, a partir de ciertas "pruebas" atravesadas
satisfactoriamente. Pero este análisis gramatical, cuya apropiación en la
cuadrícula de un análisis en términos de hechos disposicionales
Wittgenstein rechazó preventivamente, estaba también en riego de ser
apropiado en términos de una variante conductista que haría de la
comprensión el nombre de una clase de comportamientos. Este es un punto
crítico que asoló a Wittgenstein ("¿no eres después de todo un conductista
enmascarado?" IF # 307), no sólo porque el conductismo gozara de mala
prensa, o porque creyera que su esquema se volvía demasiado "mecánico" como
sugiere Rush Rhees en el "Prólogo" de los CAM. La razón nos parece que es
más profunda. Si se redujera la comprensión de la tesis wittgensteiniana al
conductismo, se acabaría reduciendo la comprensión a una clase de
comportamiento, produciendo finalmente la identificación de la comprensión
con un hecho o proceso, a expensas de la lógica del concepto o de su
gramática (y "la esencia se expresa en la gramática" IF # 371), sino que se
trataría además, paradójicamente, de una conclusión que puede ser
reapropiada con facilidad por una lectura que vuelva a colocar en el
pedestal al sujeto como un interior sin exterior, o como un "fantasma en la
máquina", según la expresión de Ryle. Nuestros dichos se ven ratificados
por el hecho de que Wittgenstein entendía que la vertiente de una lectura
conductista, o excesivamente mecánica de su posición debía prevenirse por
medio de un análisis del problema de la ceguera para los colores, ceguera
para los aspectos, o la ceguera para el significado. Lo característico del
"ciego" en este sentido es que puede aprender a desempeñarse de manera
satisfactoria en relación a aquello en lo que es ciego. Por ejemplo, quien
fuera ciego para los aspectos vacilantes de una figura como la de Jastrow
(la figura pato-conejo), podría sin embargo ser capaz de aprender que se
trata de una figura que refiere a dos animales distintos, pudiendo en la
práctica obrar con una u otra de estas referencias, aun cuando no las
perciba en la figura. El ciego para los aspectos no es simplemente quien no
accede a ningún tipo de comprensión de los mismos, sino quien accede a una
comprensión incompleta y por decirlo de alguna manera, derivada de los
mismos. Ahora bien, ¿qué es lo que no puede hacer el ciego para los
aspectos? Lo que le está vedado es realizar una interjección como "¡ahora
lo veo como pato! ¡ahora lo veo como conejo!" Las observaciones de
Wittgenstein sobre el vacilar y el cambio de los aspectos, extendidas a
observaciones sobre la vivencia del significado, tienen a nuestro entender
un rol crucial, ya que al mismo tiempo que bloquean las consecuencias
cartesianas (dualistas) que se podrían extraer de aforismos clave como "un
estado interno requiere criterios externos" (IF # 580) exhiben que la
posición wittgensteiniana no realiza una opción entre los casilleros
provistos por la concepción previa, como lo hace el conductismo, la
metáfora de la "caja negra" es elocuente al respecto del dualismo que
subyace a esta posición, sino que hacen estallar la distinción entre lo
interior y lo exterior en cuanto tal. En efecto, los análisis de
Wittgenstein muestran que estas formas interjectivas (del tipo "¡ahora lo
veo!" pero también "¡ahora puedo seguir!", crucial en el análisis de las
reglas) constituyen requerimientos que los juegos de lenguaje imponen sobre
los pequeños cachorros humanos, ya que estas formas constituyen criterios a
través de los cuales se atribuyen algunas capacidades cruciales para la
incorporación a la vida en sociedad (a diversos juegos de lenguaje que
cabría ubicar en el núcleo de la ciudadela lingüística, para retomar la
metáfora de IF # 18). De ello se puede inferir que sólo aquellos que
encuentran consistencia y necesidad, sólo aquellos que son "ciegos a las
alternativas" como diría Meredith Williams (1991), pueden encontrar un
lugar en los juegos de lenguaje. Dicho de otra manera, se es ciego para uno
u otro aspecto, pero nunca para todo aspecto, puesto que esto implicaría el
absurdo de un sujeto meramente contrapuesto a un exterior, un interior sin
exterior contrapuesto a un exterior sin pliegues. Al contrario, por medio
de una reflexión sobre la reciprocidad de los aspectos, Wittgenstein nos
lleva a pensar lo imposible que resulta una figura de esta clase.
Pasemos ahora a considerar a Althusser. Al filósofo francés le cupo
enfatizar las consecuencias filosóficas del movimiento por el que Marx se
distanció de la economía política clásica. En efecto, para poder romper con
la concepción de la economía política clásica, Marx tuvo que romper con la
concepción que hacía de las necesidades humanas el horizonte que definía el
objeto de la economía. Ello equivalía a hacer de la economía un objeto
real, dado, dado con las necesidades humanas, de manera que el mismo,
estando siempre dado, se manifestaría de una manera más o menos confusa, y
que para los economistas clásicos habría sido develado en su pureza en la
economía burguesa, en la cual se manifestaría a la luz del día la esencia
que en otras formaciones sociales se manifestaría de una manera más o menos
arbitraria ("En la distribución, en cambio, los hombres se habrían
permitido toda clase de arbitrariedades" decía Marx en los Grundrisse[1]).
Marx estableció la ruina de esta concepción definiendo la especificidad de
su objeto, dejando de derivarlo de las necesidades humanas. Para ello se
valió del recurso de exhibir a la economía como un dominio de "necesidades"
que no son sentidas por ningún individuo (las "necesidades" de la
producción), como las necesidades de medios de producción y de materias
prima que se evidencias en la distinción marxiana entre consumo individual
y consumo productivo. Por otra parte, señaló el carácter derivado de las
propias necesidades ("la producción crea también la necesidad y el modo de
satisfacerla"). Es decir, era preciso pensar a la economía como un ámbito
de eficacia específica. La fuerza de trabajo, en cuanto es mercancía,
supone, por una parte, una distribución determinada de los medios de
producción, y por la otra, unas relaciones de producción determinadas, que
requieren además de una expresión jurídica y que confluyen en la figura del
"trabajador libre". Ahora bien, esta crítica del homo oeconomicus permitió
también realizar algunos movimientos cruciales en el campo epistemológico.
En efecto, la crítica marxista del humanismo teórico implícito en la
economía clásica implicó consecuencias en el terreno epistemológico al
cuestionar la concepción de un sujeto dado, indicando la necesidad de
pensar los mecanismos por los cuales una formación social determina las
formas de comportamiento individual que le son compatibles. Por esta vía
Althusser enfatizó que el pensamiento de Marx implicaba una revolución en
filosofía, cuyas consecuencias había que extraer. Algunas de ellas fueron
conceptualizadas por el propio Althusser. En efecto, en sus obras clásicas,
de cuya publicación se cumplen este año el 50 aniversario, Althusser
propuso abandonar la "concepción empirista del conocimiento", que enfocando
el proceso de conocimiento como la relación entre un sujeto y un objeto
dados domina la reflexión filosófica sobre el conocimiento y la ciencia, a
favor de una concepción del conocimiento como producción, dotado de la
estructura de una práctica (esto es, con una materia prima, unos
instrumentos específicos y un resultado, el efecto de conocimiento), a la
que denominó práctica teórica, cuya conceptualización como una instancia
interior a la totalidad social dio lugar a una buena cantidad de
reflexiones y reformulaciones, en particular respecto a la manera en que
debía concebirse el papel de la filosofía, si como un nuevo dominio de
positividad (como una teoría de la práctica teórica) o en términos de una
concepción novedosa de la filosofía, como una nueva práctica de la
filosofía que tiene una relación indisoluble con las ciencias y con la
política. La ruptura de Marx con el humanismo teórico dio lugar a la
posibilidad de un planteo renovado en relación a la ideología, a las
condiciones ideológicas de la reproducción de las relaciones de producción.
En concreto, la crítica al humanismo y a la concepción de un sujeto dado
posibilitó una reconceptualización radical del concepto de ideología. En
efecto, mientras la ideología estuvo asociada al planteo epistemológico
tradicional (y cabe recordar los orígenes ilustrados del concepto de
ideología) la misma apareció ligada a la conceptualización epistemológica
del error. Es decir, al ser el error lo opuesto de la verdad, la privación
de la verdad, la ideología aparecía como un dominio desprovisto de una
lógica propia. Imposible en consecuencia reconocer una lógica específica en
la ideología que se encontraba en una situación semejante a la del sueño en
las postrimerías del descubrimiento freudiano.
El problema de desarrollar una teoría de las condiciones ideológicas
de la reproducción de las relaciones de producción nos lleva a plantear el
problema de la articulación entre marxismo, lingüística y psicoanálisis que
se planteó el propio Althusser y buena parte de sus discípulos. En efecto,
estas disciplinas se condicionan mutuamente, lo que implica, en primer
lugar, que los desarrollos de unas tienen que ver con los logros de las
otras, y que los obstáculos con los que se enfrentan son difícilmente
abordables sin los desarrollos de las otras disciplinas. Por ejemplo, como
ya mencionamos, el materialismo histórico ha realizado una ruptura con la
ideología humanista y economicista que dominaba a la economía política
clásica, de la que se desprende la necesidad de concretar una ruptura en la
epistemología que permita transformar la noción del error de la teoría del
conocimiento, lo que a su vez es el punto de partida para en una teoría de
la ideología que rompa con los presupuestos iluministas, para que se
reconozca en el "error ideológico" (para decirlo en una de las formas del
destiempo del corte) una lógica específica que no sea subsidiaria de la
verdad filosófica. Pero el materialismo histórico difícilmente pueda estar
en condiciones de desarrollar una teoría científica de las condiciones
ideológicas de la reproducción de las relaciones de producción sin
articularse con los desarrollos de la lingüística y el psicoanálisis. A su
vez, el psicoanálisis habría sido absorbido por la ideología humanista de
no haber encontrado elementos para su desarrollo en algunas herramientas
conceptuales elaboradas por la lingüística contemporánea, como puede
apreciarse en el trabajo de Jacques Lacan. Ésta última, por su parte, pese
a su alto grado de formalización, corre el riesgo de ser absorbida por la
ideología humanista a partir de la oposición entre lengua y habla o algún
otro par de conceptos que la reinstalen en la problemática idealista de la
oposición entre sistema e individuo.
Si bien las consideraciones lingüísticas no están siempre en la
superficie de la producción althusseriana, la publicación de muchos textos
inéditos permite hacernos una idea del papel que las reflexiones sobre esta
disciplina jugaron en el desarrollo de su pensamiento. En efecto, las
observaciones de "Ideología y aparatos ideológicos de estado" según la cual
las evidencias de la transparencia del lenguaje y de que una palabra
designa una cosa se encuentran entre los efectos ideológicos fundamentales,
al mismo nivel que la evidencia del sujeto (ver Althusser 1988: 53),
sugerentes pero escuetas, se le suman hoy textos como las "Tres notas sobre
la teoría de los discursos" donde Althusser ensaya por primera vez la tesis
de la interpelación de los individuos en sujetos por la ideología. A partir
de allí nos proponemos analizar también textos de discípulos suyos como
Michel Pêcheux y Paul Henry.






2. CONTENIDOS Y BIBLIOGRAFÍA OBLIGATORIA



I Parte


UNIDAD 1. Las filosofías del Ludwig Wittgenstein
El Tractatus. Límite del pensamiento y límite del lenguaje. Espacio
lógico, objetos, estados de cosas, hechos. La teoría pictórica de la
proposición y la forma lógica. El presupuesto del carácter determinado del
sentido.
Las Investigaciones filosóficas. El desmontaje de la concepción del
Tractatus. Crítica a la concepción agustiniana: nominación, explicaciones
ostensivas y entrenamiento; crítica al presupuesto de la simplicidad,
necesidad metafísica y necesidad lingüística. Formas de vida y juegos de
lenguaje. Parecidos de familia y determinación del sentido: la gramática de
'comprender'. La naturaleza de la filosofía. La gramática de 'seguir una
regla'. El argumento del lenguaje privado. Ceguera para los aspectos y
visión de figuras ambiguas. La experiencia del significado y el significado
secundario.


Bibliografía obligatoria


Wittgenstein, Ludwig (1997). Tractatus Logico-Philosophicus. (J. Muñoz e I.
Reguera, trads.). Barcelona: Altaya.
Wittgenstein, Ludwig (1999). Investigaciones filosóficas, (edición
bilingüe, U. Moulines y A. García Suárez trads.). Barcelona, Altaya, 1999,
## 1-315. Parte II, pp. 408-527.


Bibliografía ampliatoria


Engel, M. (1975) Wittgenstein's Doctrine of Tiranny of Language, La Haya,
M. Nijhoff.
Fann, K. (1997). El concepto de filosofía en Wittgenstein. (M. Beltrán,
trad.). Madrid: Tecnos.
Fogelin, R. (1994). Wittgenstein (2º ed). London: Routledge.
Karczmarczyk, P. (2011). El argumento del lenguaje privado a contrapelo, La
Plata, Edulp, (en prensa). Caps. 1 y 2.
Kenny, A. (1995). Wittgenstein. (A. Deaño, trad.). Madrid: Alianza.
Malcolm, N. (1963a). «Wittgenstein's Philosophical Investigations». En
Malcolm, N. Knowledge and Certainty: Essays and Lectures (pp. 96-129).
Englewood Cliffs: N. J. [Edición original (1954). The Philosophical Review.
trad. castellana de P.K. para uso del seminario.]
Mounce, H. O. (1983) Introducción al «Tractatus» de Wittgenstein.
Pears, D. (1973). Wittgenstein. Barcelona-México: Grijalbo.
Wittgenstein, L. (1986) Diario filosófico (1914-1916), (I. Reguera y J.
Muñoz trads.) Barcelona: Planeta-Agostini.
Wittgenstein, L. (1994) Cuadernos azul y marrón, Barcelona, Planeta
Agostini, trad. de Francisco Gracia Guillén.




UNIDAD 2. Lecturas de Wittgenstein: Peter Winch y Saul Kripke


Significado, comprensión y reglas: de la critica al lenguaje privado a la
comprensión comunitaria de las reglas. La interpretación de Peter Winch:
seguir una regla como modelo de la acción social. La interpretación
escéptica de Wittgenstein realizada por Kripke: atribuciones de reglas,
pertenencia a la comunidad y fijación a formas de actividad.


Bibliografía obligatoria


Winch, P. (1972). Ciencia social y filosofía. ( M. R. Viganó de Bonacalza,
trad.). Buenos Aires: Amorrortu. [ed. original: Winch, P. (1958). The Idea
of a Social Science and its Relation to Philosophy. London: Routledge &
Kegan Paul; 2° ed. revisada y con un "Prefacio" añadido: Routledge 1990].

Kripke, S. (1982). Wittgenstein on Rules and Private Language. Cambridge
MA: Harvard University Press. [Hay dos traducciones al español: Kripke, S.
(1989).Wittgenstein: reglas y lenguaje privado. (A. Tomasini Bassols,
trad.). México, UNAM; Kripke, S. (2006). Wittgenstein a propósito de reglas
y lenguaje privado. Una exposición elemental. (J. Rodríguez Marqueze,
trad.). Madrid: Tecnos].

Karczmarczyk, P. 20. "Wittgenstein, Winch, Kripkenstein y la posibilidad de
la crítica" Cuadernos de filosofía, n° 30-31, 2012-2013, ISSN: 0716-9884
Universidad de Concepción, Chile. pp.


Bibliografía ampliatoria


Bloor, David (1983) Wittgenstein: a Social Theory of Knowledge, Routledge.
Gellner Ernest (1962) Palabras y cosas, Madrid, Tecnos.
Giddens, A. (1993). Las nuevas reglas del método sociológico, Buenos Aires,
Amorrortu.
Karczmarczyk, P. (2007). "Estudio crítico: Martin Kusch A Sceptical Guide
to Meaning and Rules. Defending Kripke's Wittgenstein", Puerto Rico,
Universidad de Puerto Rico, nº 89, 2007, pp.157-187.
Karczmarczyk, P. (2011). El argumento del lenguaje privado a contrapelo, La
Plata, Edulp, Caps.1-3 y 10-14.
Kusch, Martin (2006). A Sceptical Guide to Meaning and Rules. Defending
Kripke's Wittgenstein, Montreal & Kinston, Ithaca, McGill-Queens University
Press.
Pitkin Fenichel, Hanna Wittgenstein: el lenguaje la política y la
justicia. Sobre el significado de Ludwig Wittgenstein para el pensamiento
social y político, cap. XI y XII, pp. 349-412.




II Parte


UNIDAD 3. : Althusser: ruptura epistemológica, ideología y sujeto y
discurso

Althusser: La ruptura de Marx con la economía política clásica. El
antihumanismo teórico. Sobredeterminación y materialidad de la ideología.
Interpelación, sujeto y relación imaginaria de los individuos con las
condiciones reales. Articulación entre psicoanálisis, lingüística y
materialismo histórico.


Bibliografía obligatoria

Althusser, Louis (2010) "Prefacio: De El capital a la filosofía de Marx" en
Althusser y Balibar, Para leer El capital, México, siglo XXI, trad. de
Marta Harnecker

Althusser, Louis "Prefacio: Hoy [1965]" pp. 13-30 y "Contradicción y
sobredeterminación (Notas para una investigación)" pp. 71-106; en su La
revolución teórica de Marx, México, Siglo XXI, 1985, trad de Marta
Harnecker.

Althusser, Louis "Ideología y aparatos ideológicos de estado" en su
Ideología y aparatos ideológicos de estado. Freud y Lacan, Bs. As., Nueva
visión, 1988, trad. de Alberto J. Pla.

Althusser, Louis (2010) "Tres notas sobre la teoría de los discursos" En
Escritos sobre psicoanálisis. Freud y Lacan, México, Siglo XXI.

Althusser Louis (2014) Psicoanálisis y ciencias humanas, Buenos Aires,
Nueva visión.


Bibliografía ampliatoria:


de Ípola, Emilio Althusser, el infinito adiós, Buenos Aires, Siglo XXI,
2007.
Karczmarczyk, Pedro, (2011) "Materialismo, ideología y juegos de lenguaje"
en Ideas y valores, Bogotá, Universidad Nacional de Colombia. vol. LXI, n°
150, pp. 127-143.
Karsz, Saúl et al Lectura de Althusser, Buenos Aires, Galerna, 1970.
Romé, Natalia La posición materialista. El pensamiento de Louis Althusser
entre la práctica teórica y la práctica política, la Plata, Edulp, 2015.


Unidad 4 Michel Pêcheux


Michel Pêcheux: de la constitución del sujeto a la constitución del sujeto
hablante. El discurso como ámbito de necesidad social e histórico, en
contraste con la necesidad social pero ahistórica de la lengua y la
historicidad individual y arbitraria del habla. Condiciones de producción
del discurso, formación discursiva y formación ideológica. Materialismo y
semántica, el proceso del significante y los efectos de lo "preconstituido"
y la "articulación": hacia tratamiento materialista de la noción de
sentido. Una teoría materialista de la eficacia de lo imaginario. Efecto
retroactivo de la interpelación ideológica. Ideología e inconsciente.
Análisis del discurso y análisis terapéutico.



Bibliografía obligatoria

Herbert, Thomas [pseudónimo de M. Pêcheux] "Reflexiones sobre la situación
de las ciencias sociales, y de la psicoloía social en particular" y "Notas
para una teoría general de las ideologías" en Verón, Eliseo El proceso
ideológico, Buenos Aires, Tiempo contemporáneo, 1971, trad de Marta
Carliski y Noelia Bastard repectivamente.

Pêcheux, Michel "El mecanismo del reconocimiento ideológico" en Žižek, S.
(ed.) Ideología. Un mapa de la cuestión, Bs. As. FCE, 2005, trad. de
Mariana Podetti.

Pêcheux, Michel (1997) Semântica e discurso Uma crítica à afirmação do
óbvio, São Paulo, Editora da UNICAMP, trad. de E. Pulcinelli Orlandi et
ali. (selección)

Pêcheux, Michel y Fuchs Catherine "Actualizaciones y perspectivas a
propósito del análisis automático del discurso" Hacia el análisis
automático del discurso, Madrid, Gredos, 1978. pp. 227-357.
Henry, Paul A ferramenta imperfeita. Língua, sujeito e discurso, Editora de
Universidade Estadual de Campinas, 1992 (selección).


Bibliografía ampliatoria:

Karczmarczyk, Pedro, (2011) "La relevancia de Wittgenstein para una teoría
materialista del discurso" en las Actas de las VIII Jornadas de
Investigación del Departamento de filosofía, La Plata, Facultad de
Humanidades, UNLP.
Karczmarczyk, Pedro "Discurso y subjetividad. Michel Pêcheux: hacia una
teoría de las garantías ideológicas" Décalages. An Althusser Studies
Journal Disponible en: http://scholar.oxy.edu/decalages/vol1/iss3/
Maldidier, Denise (2003) A inquietação do discurso (Re)ler Michel Pêcheux
hoje, Campinhas, Pontes.
Macherey, P. (2014) "Lengua, discurso, ideología, sujeto, sentido: de
Thomas Herbert a Michel Pêcheux" onceava y doceava lecciones de Pierre
Macherey en su curso "Ideología: la palabra, la idea, la cosa". en
Décalages. An Althusser Studies Journal. Disponible en:
http://scholar.oxy.edu/decalages/vol1/iss4/
Montag, Warren (2015) "Discurso y decreto: Spinoza, Althusser y Pêcheux" en
Representaciones, ed. Sirca-Universidad Nacional de Córdoba. Trad. de
Enrique A. Rodríguez.
Pulcinelli Orlandi, Eni (1986). "A análise de discurso: Algumas
observações" en Documentação de Estudos em Lingüística Teórica e Aplicada
(D.E.L.T.A), vol 2, n° 1.


UNIDAD 5 Dominque Lecourt: una lectura althusseriana de Wittgenstein

La coyuntura filosófica en las primeras décadas del siglo XX. Wittgenstein
frente a la filosofía como un discurso de fundamento y justificación. El
tractatus y el positivismo lógico: malentenidos y distorsiones. El ataque
al sistema de las cuestiones de derecho: el silencio. El gran espejo lógico
quebrado: las investigaciones filosóficas. La serie crítica y la serie
positiva. El límite de la concepción terapéutica. La posición ambigua de
Sobre la certeza.

Bibliografía obligatoria:

Lecourt, D. (1984). El orden y los juegos. El positivismo lógico
cuestionado, Buenos Aires, de La Flor, trad. de J. Ardiles y M. Mizraji.
Lecourt, D. (2006) "Wittgenstein frente al positivismo lógico" en
Perspectivas metodológicas, vol. 6 n° 6.
Wittgenstein, L. (1991). Sobre la certeza. (J. L. Prades y V. Raga,
trads.). Barcelona:
Gedisa.

Bibliografía ampliatoria:

Lecourt, Dominique La philosphie sans feinte, Paris, J. E. Hallier/Albin
Michel, 1982.
Marí, Enrique, "Prefacio" a El orden y los juegos, Buenos Aires, de la
Flor, 1984, pp. 9-47.
Marí, Enrique Elementos de epistemología comparada, Buenos Aires, Puntosur,
1990.
Lecourt, D. Bachelard o el día y la noche, Barcelona, Anagrama.






3. METODOLOGÍA DE TRABAJO Y SISTEMA DE EVALUACIÓN



El curso podrá cursarse como curso de posgrado o como seminario de grado
por alumnos avanzados de la licenciatura en filosofía. El docente del curso
tendrá en consideración exigencias diferentes en relación a la
participación y la evaluación de estas dos clases de participantes en el
seminario. El docente dispone de un horario de consulta semanal de dos
horas al que se podrá asistir para evacuar dudas. El curso será dictado a
lo largo del cuatrimestre en reuniones quincenales (ver punto 5,
"cronograma") de tres horas de duración, lo que permite disponer de al
menos diez reuniones para el curso de posgrado. En las semanas en que no se
dicte el curso de posgrado se podrá dictar clase para los alumnos de grado,
abordando literatura ampliatoria o retomando algunas de las cuestiones
abordadas en las clases quincenales. De esa manera esperamos poder abordar
los temas propuestos con la profundidad requerida y atendiendo a los
requerimientos de los asistentes al curso.

La metodología de trabajo prevista es: exposiciones de los textos
seguidas de comentarios y discusiones sobre los mismos. Algunas de las
exposiciones las realizará el profesor a cargo del seminario y otras serán
asignadas a los asistentes al mismo. Se espera que esta tarea insuma la
primera parte de las reuniones (aprox. una hora y media). La segunda parte
estará dedicada a la problematización y discusión de los temas previamente
considerados.

La evaluación durante del curso consistirá en la participación activa en
el mismo, la exposición de un texto o tema por parte de los participantes,
o bien en la elaboración de un informe sobre uno de los textos de la
bibliografía, y en la realización, una vez concluido el seminario, de un
trabajo monográfico final de una extensión aproximada de 10 a 15 páginas,
sobre un tema previamente acordado con el docente a cargo del curso.


4. BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA

Se ha indicado para cada unidad.

5. ANEXOS

Cronograma: 10 y 24 de agosto, 7, 14 y 28 de septiembre, 12 y 26 de
octubre; 9 y 23 y 30 de noviembre.




Recursos didácticos: pizarrón, tiza, PC y cañón para proyectar
presentaciones de diapositivas con los temas de cada encuentro.
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[1] Karl Marx Elementos fundamentales para la crítica de la economía
política (Grundrisse) 1857-1868, vol. I, México, Siglo XXI, p. 7.
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