Semblanza de José Escobedo y Alarcón, sargento mayor del Regimiento Provincial de Jaén y caballero de la Orden de Carlos III. Trastámara, Revista de Ciencias Auxiliares de la Historia, Nº 14, julio-diciembre de 2014, pp. 5-20.

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Descripción

SEMBLANZA DE JOSÉ ESCOBEDO Y ALARCÓN, SARGENTO MAYOR DEL REGIMIENTO PROVINCIAL DE JAÉN * Y CABALLERO DE LA ORDEN DE CARLOS III Semblance of Joseph Escobedo y Alarcon, Sergeant Major of Provincial Regiment of Jaen and Knight of the Order of Carlos III Javier Bragado Echevarría*

Resumen: La presente comunicación trata de aunar las temáticas de estudio propuestas en estas jornadas. Tanto es así que a través del análisis de una fuente documental concreta, un expediente de concesión de hábito de la Orden de Carlos III de 1793, nuestro objeto de estudio será un militar giennense a caballo entre el siglo XVIII y XIX vinculado junto a otros miembros de su familia a las milicias del ejército español. A través de esta semblanza se pretende dar a conocer un personaje perteneciente a una de las familias más poderosas de la actual provincia de Jaén en el siglo XVIII: la familia Escobedo. La figura de José Escobedo y Alarcón no sólo nos servirá para estudiar una ramificación de su familia en el ejército o la aspiraciones de ascenso social propias de un militar de su época, sino que su vinculación con el Regimiento Provincial de Jaén nos ayudará a entender los cambios y pervivencias en el ejército español desde el final de la Edad Moderna hasta la Guerra de la Independencia. Abstract: This article tries to combine the studies line proposed in these conferences. So much so that through the analysis of a particular historical source, an Order of Carlos III´s habit concession expedient from 1793, our objective will be a military from Jaen (Spain) straddling the eighteenth and nineteenth century linked along with other members of his family with the Spanish army and militias. Through this semblance we intent to stand out a character who belonged to one of the most powerful families of the present province of Jaen during the 18th century: the Escobedos. The character of *

El presente trabajo pertenece a la comunicación que el autor presentó V Jornadas de Histórico-Culturales “Augusta Gemella Tuccitana” (Jamilena, 13-4-2013), cuya temática fue: Ejército y milicia en la comarca de Martos. * Investigador predoctoral en el Departamento de Historia Moderna y de América de la Universidad de Granada. E-mail: [email protected] Trastámara, nº 14, julio-diciembre 2014, pp. 5-20, ISSN: 1989-4066

Jose Escobedo y Alarcón is not only interesting to study a branch of his family in the army or the social aspirations of a soldier from that time, but also to appreciate his link with the Provincial Regiment of Jaen, which will help us understand the changes and survivals in the Spanish army from the end of Modern Age to the War of Spain (1808-1814).

1.-) INTRODUCCIÓN Debemos señalar que aunque José Escobedo nos es por ahora un personaje desconocido no ocurre lo mismo con otros miembros de su familia. En este sentido, el último aporte al conocimiento de los Escobedo -o Escovedo- es la semblanza que José Carlos Gutiérrez ha realizado de D. Pedro Reinoso de Escobedo1. Por otra parte, resulta especialmente interesante para acercarnos mejor a la figura de José Escobedo el trabajo biográfico desarrollado por Serena Fernández Alonso en torno a Jorge Escobedo y Alarcón2, su hermano mayor y “(…) segundo de cuatro hermanos que se vincularían a la carrera militar”3. La sombra proyectada por Jorge sobre sus hermanos es evidente debido a su trayectoria política: llegó a ser Visitador General del Perú y Consejero del Consejo de Indias. Mientras Jorge parecía tener un futuro, en palabras de Fernández Alonso, “el porvenir de los otros hermanos estaba por resolver”4.Veamos ahora cuál fue el porvenir de José Escobedo y Alarcón.

2.-) D. JOSÉ ESCOBEDO Y ALARCÓN A TRAVÉS DE SUS PRUEBAS PARA FORMAR PARTE DE LA ORDEN DE CARLOS III A continuación, reflejaremos la nómina de los alcaldes y concejales componentes del ayuntamiento de Jamilena durante el periodo que brevemente hemos descrito Es sabido el prestigio social que conferían los hábitos de las 1Vid. GUTIÉRREZ PÉREZ, J.C. (2010): “Apuntes a la biografía del militar marteño D. Pedro Reinoso de Escobedo a través de su primer testamento”. En Aldaba, 29. Martos pp. 21-27. 2 FERNÁNDEZ ALONSO, S. (1992): “Perfil biográfico y acción de gobierno de Don Jorge Escobedo y Alarcón”. En Revista de Indias, 195-196. Madrid, pp. 365-384. 3Ibídem, p. 367. 4Ibídem, nota anterior.

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Órdenes Militares españolas -Santiago, Calatrava, Montesa, San Juan, y desde 1771, la Real Orden de Carlos III- durante la Edad Moderna5. Aunque los aspirantes a estos hábitos no eran exclusivamente militares, lo cierto es que fue característico de los miembros del ejército el dar lustre a su carrera militar convirtiéndose en caballeros de alguna de las anteriores órdenes. José Escobedo y Alarcón, teniente coronel de los Reales Ejércitos y sargento mayor del Regimiento Provincial de Jaén, no sería una excepción: al igual que otros giennenses de su época, José trató de conseguir una cruz de la Orden de Carlos III.6 La Real y Distinguida Orden de Carlos III se crea en 1771, no sin dificultades, tratando de emular a sus antecesoras de origen medieval7. Carlos III, Gran Maestre de la Orden, amplía así el abanico de recompensas a particulares por sus méritos y servicios prestados pudiendo hacer merced de cruces, pensiones, encomiendas o grandes cruces a sus candidatos. La Orden sería incompatible con otras órdenes españolas o extranjeras, salvo con la del Toisón de Oro y salvo en los casos de los condecorados de familias reinantes, quienes podían compatibilizar varios hábitos.8 En líneas generales, y como en el resto de órdenes, para la obtención de hábitos -en este caso hablamos de “cruces”- se necesitaba acreditar previamente méritos, hidalguía y limpieza de sangre del aspirante y sus antepasados. Los expedientes resultantes de este proceso nos permiten, gracias a la referencia o presencia directa en ellos de otras fuentes, la reconstrucción genealógica de individuos y familias.

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Vid. DOMÍNGUEZ ORTIZ, A. (2000): “Valoración social de los hábitos de las Ordenes Militares en la España Moderna”. En IZQUIERDO BENITO, R.; RUIZ GÓMEZ, F. (coords.): Las órdenes militares en la Península Ibérica (Edad Moderna / coord. por Jerónimo López-Salazar Pérez), Vol. II. Universidad de Castilla y la Mancha. Cuenca, pp. 1157-1177. 6 Los expedientes de otros caballeros giennenses de la Orden de Carlos III pueden consultarse en MESA FERNÁNDEZ, N. (1978): “El Santo Reino de Jaén en la Orden de Carlos III”. En Actas del I Congreso de Historia de Andalucía. Andalucía Moderna (siglo XVIII), Tomo II. Córdoba, pp. 41-49. 7 La creación de una nueva distinción para recompensar los servicios prestados a la Corona hizo cuestionar el valor y necesidad las órdenes ya existentes. Además, las rentas de las propiedades de estas órdenes deberían financiar, en parte, las pensiones que podía conllevar la concesión de “cruces pensionadas” de la Orden de Carlos III. Sobre estas cuestiones véase GIJÓN GRANADOS, J.A. (2011): El reformismo de las órdenes militares en la Ilustración (1700-1809): las Reales Encomiendas de la Casa de Borbón. Círculo Rojo. El Ejido, pp. 143-162. 8Ibídem, nota anterior.

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2.1.-) Datos en torno a José y su familia Tal y como consta en la referencia a su fe de bautismo, José Antonio Pablo Sebastián Escobedo y Alarcón nace el 21 de enero de 1756 en Jaén, y es bautizado el día 25 en su catedral. Es el último de los cuatro hijos de los Condes de Cazalla del Río: D. Jorge María Escobedo y Alarcón, natural de Martos, coronel del Regimiento Provincial de Jaén y futuro brigadier de los Reales Ejércitos, y de Doña María Antonia de Alarcón, natural de Madrid y Señora de la villa de Pozuelo de Alarcón.9 Los padres de José formaban parte de una familia poderosa en la actual provincia de Jaén10 y eran miembros de la oligarquía madrileña de finales del siglo XVIII y comienzos del XIX11. Por el testamento del Conde de Cazalla, cuya cláusula de herederos se incluye en el expediente de José, sabemos que sus hermanos mayores son Manuel Joaquín, Jorge y Diego. Manuel Joaquín es el primogénito, y por tanto, el futuro Conde de Cazalla del Río. Es el padrino de José el día de su nacimiento, y antes de que su padre muera el 20 de agosto de 1792, es coronel del Regimiento Provincial de Jaén (1782-1786)12 y regidor perpetuo de la Villa de Madrid13. Cuatro años después encontramos la primera noticia de la biografía de José fuera del expediente que estudiamos: en 1791, con 35 años, es teniente coronel de los Reales Ejércitos y capitán de la compañía de granaderos del Regimiento Provincial de Jaén14. El padrinazgo ejercido tanto por su padre como por su hermano en las milicias giennenses parece evidente. De hecho, la tónica general era que los miembros de la nobleza controlaran los mandos de los regimientos provinciales -al igual que en el ejército regular- e hicieran servir a sus hijos preferentemente en las mismas unidades.15

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Pruebas de Don José Escobedo Ocaña Alarcón. ARCHIVO HISTÓRICO NACIONAL (A.H.N.), Estado, Orden de Carlos III, exp. 743, fols. 18 vº-19 vº. 10 FERNÁNDEZ ALONSO, S. (1992): “Perfil biográfico…”, op.cit., pp. 366-384. 11 Vid. HERNÁNDEZ, M. (1995): A la sombra de la corona: poder local y oligarquía urbana: Madrid, (1606-1808). Siglo XXI. Madrid. 12 BIBLIOTECA NACIONAL DE ESPAÑA. Estado de fuerzas de 1786, p. 45; 1785, p. 45; 1784, p. 45; 1783, p. 44; 1782, p. 44. 13 A.H.N., Estado, Orden de Carlos III, exp. 743, fols. 18 vº-19 vº y 22 rº-27 vº; (1791) Real Cédula de S.M y señores del Consejo, por la que se aprueban los Reales Estatutos de la Sociedad Económica de Amigos del País de Jaén, recibida bajo la real protección. Jaén, p. 16. 14 (1791) Real Cédula de S.M y señores del Consejo, por la que se aprueban los Reales Estatutos de la Sociedad Económica de Amigos del País de Jaén, recibida bajo la real protección. Jaén, p. 23. 15 CONTRERAS GAY, J. (1993): Las milicias provinciales en el siglo XVIII. Estudio sobre los regimientos de Andalucía. Instituto de Estudios Almerienses. Granada, pp. 101-111;

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Escudo de armas de los Escobedo en la fachada de la Capilla de Jesús en la Iglesia de Santa Marta de Martos/ Fotografía: Francisco de Paula Aranda Espejo.

De Jorge, el segundo de sus hermanos, ya conocemos su brillante trayectoria política por el trabajo de Fernández Alonso16. Si la labor de padrinazgo de Manuel Joaquín y su padre estuvo relacionada con los empleos, grados y unidades de servicio en el ejército, la labor de Jorge estuvo relacionada precisamente con la obtención de la cruz de la Orden de Carlos III. Y es que la mediación de Jorge en el expediente de José fue fundamental para la obtención de ese honor. Aunque en el expediente se señala desde un principio cómo los méritos familiares de José están acreditados, su hermano, Consejero en el Consejo de Indias, intervendrá desde Madrid, como veremos, para acelerar el proceso. Respecto al último hermano, Diego, seguirá el camino de las armas al igual que su padre, Manuel Joaquín y José. Por el momento sólo sabemos que al crearse el tercer batallón del Regimiento de Infantería de Guadalajara en 1742, contexto de una importante operación venal de empleos militares desde la Secretaría de Guerra, se convierte en su comandante y que en 1790 es teniente coronel y capitán de la misma unidad17. ANDÚJAR CASTILLO, F. (2004): El sonido del dinero. Monarquía, ejército y venalidad en la España del siglo XVIII. Marcial Pons. Madrid, p. 127. 16 FERNÁNDEZ ALONSO, S. (1992): “Perfil biográfico…”, op.cit., pp. 366-384. 17 FERNÁNDEZ ALONSO, S. (1992): “Perfil biográfico…”, op.cit., pp. 367. En esta obra se le atribuye a Diego la primogenitura, pero esta pertenece sin duda a Manuel

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2.2.-) La formación del expediente: Como hemos podido observar, de forma paralela al conocimiento de sus hermanos mayores hemos introducido los primeros datos biográficos de José. No conocemos realmente su servicio en el ejército antes de 1791, cuando era capitán de granaderos en una unidad dirigida por su hermano mayor. Como oficial de las milicias provinciales podía aspirar a convertirse en caballero de una orden militar si contaba con al menos 10 años de servicio. Si logró este objetivo en 1793, teóricamente habría comenzado su carrera militar antes de 178318. De hecho, y teniendo en cuenta la posición social de su familia, es bastante probable que se iniciara en el oficio de las armas con 14 o 16 años con el empleo de cadete, lo que le habría brindado una privilegiada situación al comienzo del escalafón militar reservada tan sólo a hijos de militares y miembros de la nobleza -José compartía ambas características-. El hecho es que en 1793, siendo teniente coronel de los Reales Ejércitos y sargento mayor-comandante del Regimiento Provincial de Jaén solicita una cruz de la Orden de Carlos III. ¿Por qué? ¿Cómo se desarrolló este proceso? La respuesta a la primera pregunta la hemos anunciado al comienzo de este apartado: el honor de ser caballero aumentaba su posición social, y teniendo en cuenta sus antecedentes familiares –su padre había sido caballero de la Orden de Santiago19 y su hermano Jorge ya lo era de la de Carlos III20- un hábito o cruz de una orden militar era una pieza clave en su cursus honorum. La respuesta a la segunda pregunta nos obliga a seguir el proceso de José cronológicamente. El proceso empieza cuando, tras una solicitud previa cuya fecha desconocemos, Carlos IV “se sirve dar merced” de la cruz de caballero pensionado de la Real Orden Española de Carlos III a José por Decreto el 9 de agosto de 179321. La condición de caballero pensionado implicaba, previo Joaquín: en la partida de bautismo de José se expresa lo siguiente: “fue su padrino [de José] por sus padres nombrado D. Manuel Joaquín de Escobedo y Alarcón, su hermano primogénito”. A.H.N., Estado, Orden de Carlos III, exp. 743, fol. 19 vº. Respecto a la creación de los terceros batallones en la coyuntura de 1742 y sus implicaciones venales véase ANDÚJAR CASTILLO, F. (2004): El sonido del dinero…, op.cit., pp. 188. 18 CONTRERAS GAY, J. (1993): Las milicias provinciales…, op.cit. pp. 101-111. 19 A.H.N., Órdenes Militares, Santiago, exp. 2062. Vid. De CÁRDENAS PIERA, E. Caballeros de la Orden de Santiago. Siglo XVIII. Continuación de la obra de Vicente Cadenas y Vicent, del mismo título, que quedó interrumpida en el Tomo V. Tomo VIII. Madrid: Hidalguía, 1995, p. 119. 20 Sus pruebas para entrar en la Orden fueron aprobadas el 17 de febrero de 1784. 21 A.H.N., Estado, Orden de Carlos III, exp. 743.

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pago a la Tesorería de la Orden de 3000 reales de vellón por razón “de servicio” y otros 1000 por derechos “de título”, el cobro de una pensión22. Siguiendo a Giménez Carrillo, posiblemente la obtención de esta merced y su correspondiente renta estén encubriendo la compra directa del hábito, ya que “fue habitual que la monarquía utilizara estas mercedes y sus rentas encomiendas o pensiones- para premiar servicios, conmutar sueldos, comprar fidelidades o comprar hombres, llegando incluso (…) a vender las encomiendas o a suspender su concesión para apropiarse de sus rentas”.23 Sin embargo, antes de ser efectivamente caballero, es decir, antes de que se le despachara su título y se le hiciera la correspondiente condecoración de la cruz de la orden, debía de presentar sus pruebas de “cristiandad, buenas costumbres, legitimidad, limpieza de sangre, oficios y nobleza de sangre”. ¿Cuál era la documentación requerida en estas pruebas? Nos remitimos a las indicaciones dadas en este sentido por la Instrucción de 178724. Dado que su hermano era ya caballero de la Orden, José estaba dispensado de presentar toda la documentación requerida de ordinario.25 Tras el índice que describe someramente la documentación aportada, el árbol genealógico firmado por Jorge Escobedo y Alarcón inicia el expediente. La notoriedad de Jorge en la Corte y su presencia en el proceso ahorrarán a José incluir pruebas de nobleza de sangre y partidas de bautismo de sus padres, abuelos y bisabuelos, y presuntamente, facilitarán la transacción para la obtención del hábito. Después encontramos las partidas de bautismo de José y Jorge y el testamento del Conde de Cazalla del Río, documentos a los que ya hemos hecho alusión, seguidas de las informaciones de testigos, grueso documental del expediente. Se debían presentar tantas informaciones “quantos fueren los pueblos donde hubieren nacido o estado domiciliados el Pretendiente, sus Padres y 22

Instrucción a que han de arreglarse las Pruebas de los sugetos que hayan de ser admitidos por caballeros de la Real Orden de Carlos III, aprobada y mandada revisar por el Rey Nuestro Señor. El Pardo. 9 de marzo de 1787, p.16. 23 GIMÉNEZ CARRILLO, D.M (2011): “La venta de hábitos de las Órdenes Militares en el siglo XVII: entre la ocultación y el delito de simonía”. En El poder del dinero: ventas de cargos y honores en el Antiguo Régimen. Biblioteca Nueva. Madrid. 2011, p. 307. Además vid. Idem (2012): “Los militares y las órdenes militares castellanas durante el reinado de Felipe V”. En GARCÍA HURTADO, M.R. (ed.). Soldados de la Ilustración: el ejército español en el siglo XVIII. Universidade da Coruña. A Coruña, pp. 215-235; GIJÓN GRANADOS, J.A. (2011): El reformismo…, op.cit., pp. 143-162. 24 Instrucción a que han de arreglarse las Pruebas de los sugetos que hayan de ser admitidos por caballeros de la Real Orden de Carlos III, aprobada y mandada revisar por el Rey Nuestro Señor. El Pardo. 9 de marzo de 1787. 25 Ibídem, p. 12.

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Abuelos (…)”26. En este caso encontramos 12 informaciones: 6 de individuos vecinos de Jaén27, ciudad de nacimiento de José, y 6 de informadores de Cádiz28, donde José se encontraba desde marzo de 1793 junto al Regimiento Provincial de Jaén, de guarnición en esta plaza junto a otros regimientos de milicias por motivo de la declaración de guerra de la Convención Francesa a Carlos IV en ese mismo mes.29 Y es que fue en Cádiz donde José recibió la noticia de su nombramiento. Desde allí inicia en septiembre de 1793 el proceso de pruebas que estamos estudiando. Mientras busca informadores en Cádiz, su apoderado, D. Juan de Contreras y Quesada, caballero veinticuatro de Jaén, lo hace en su ciudad de origen.30 Las informaciones de testigos resultan especialmente interesantes, ya que esta documentación nos informa, en definitiva, sobre su red de contactos, su capital social. En ellas, los informantes debían responder a un cuestionario con una serie de formulismos preestablecidos. En más de una ocasión los testimonios dan fe de que José Escobedo y Alarcón “es de arreglada vida y costumbres, que no está infamado ni notado de caso grave y feo; antes bien, siempre se ha portado con el lustre, esplendor, cristiandad, hidalguía y limpieza de sangre que adquirió de los nominados sus padres y de sus abuelos y bisabuelos (…) sin la más leve mezcla, mancha ni rumor de lo contrario (…)”31. Los informantes de José son militares, eclesiásticos y miembros de la oligarquía giennense y gaditana, encontrando incluso tres caballeros de la Orden de Carlos III. Es conveniente destacar ahora algunos de los informantes. Comenzamos con Gaspar Álvarez de Sotomomayor y el Marqués de Torremejía: ambos eran coroneles de los regimientos de milicias de Bujalance y de Ciudad Real respectivamente. El apoyo corporativo de miembros de la Plana Mayor de otras unidades militares se hace patente en el proceso de José. El Regimiento Provincial de Ciudad Real se encontraba de guarnición también en Cádiz, mientras que otros regimientos de milicias lo estaban en diferentes puntos del Campo de Gibraltar32. Este hecho aumentaba las posibilidades de José para contactar con otros miembros del ejército que compartieran sus 26

Ibídem, p. 7. A.H.N., Estado, Orden de Carlos III, exp. 743, fols. 1 rº-7 vº. 28 A.H.N., Estado, Orden de Carlos III, exp. 743, fols. 28 rº-39 vº. 29 En torno a este contexto militar véase CORONA BARATECH, C. (1983): “Las milicias provinciales del siglo XVIII como ejército peninsular de reserva”. En Temas de Historia Militar, Tomo I. Madrid, pp. 327-367. 30 A.H.N., Estado, Orden de Carlos III, exp. 743, fols. 11 rº-18 vº. 31 A.H.N., Estado, Orden de Carlos III, exp. 743, fol. 12 rº. 32 CORONA BARATECH, C. (1983): “Las milicias provinciales…”, op.cit. pp. 327367. 27

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aspiraciones. Este “compañerismo” es más evidente en el caso de D. Francisco de Paula y Miranda Salazar, Conde de Humanes, un título muy vinculado al devenir de la familia de los Escobedo33. No sólo era caballero de la Orden de Carlos III y caballero veinticuatro en Jaén, sino que además era teniente coronel del Regimiento Provincial de Jaén. Vemos como la persona que desempeña el empleo inmediatamente superior al de José en su unidad apoya a éste en su camino a la obtención de la cruz de Carlos III. Igualmente lo harán otros individuos pertenecientes a la orden, como D. Nicolás de la Rosa, Chantre de la catedral de Cádiz y D. Pedro Losada, regidor perpetuo y comisario de barcos en la misma ciudad. Por último, junto a las aprobaciones realizadas por el Síndico Procurador General de Cádiz de los documentos presentados por José y su apoderado, encontramos, debido a las dispensas dadas en el proceso, la certificación del Secretario de la Orden de que su hermano Jorge es caballero de la misma34. Por último figura la aprobación del Fiscal de la Orden y la de su Asamblea de la concesión de cruz de caballero pensionado para José.35

3.-) ÚLTIMOS APUNTES BIOGRÁFICOS DE JOSÉ ESCOBEDO Y ALARCÓN La información relativa a José fuera del proceso tratado en el apartado anterior es escasa. Para los últimos apuntes de esta semblanza nos hemos podido guiar únicamente por algunas informaciones a caballo entre su actividad cultural y su relación con el Regimiento Provincial de Jaén. Hay indicios para suponer que pudo ser un “militar ilustrado”36 teniendo en cuenta su contexto familiar y su vinculación con las milicias. En primer lugar perteneció junto a su hermano mayor a la Real Sociedad

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Fernández Alonso señala en su trabajo como el último descendiente de la familia Escobedo en 1996 era precisamente el Conde de Humanes. FERNÁNDEZ ALONSO, S. (1992): “Perfil biográfico…”, op.cit., p. 366. 34 A.H.N., Estado, Orden de Carlos III, exp. 743, fol. 39 rº-41 vº. 35 A.H.N., Estado, Orden de Carlos III, exp. 743, fol. 43 rº. 36 Sobre la relación militares-ilustración y las dificultades metodológicas que entraña esta relación ver ANDÚJAR CASTILLO, F. (2009): “Ejército y política: entre el absolutismo y la opción liberal, Militares e Ilustración”. En FRIEYRO DE LARA, B. (coord.): Guerra, ejército y sociedad en el nacimiento de la España contemporánea. Universidad de Granada. Granada, pp. 389-421.

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Económica de Amigos del País de Jaén37. Figura en los estatutos de la sociedad de 1791 como uno de sus socios fundadores, dos años antes de su traslado a Cádiz junto al Regimiento Provincial de Jaén. En ese año José aún vivía en Jaén, siendo teniente coronel -seguramente graduado, no con empleo efectivoy capitán de granaderos de milicias. Es probable que antes de la nueva coyuntura bélica de la Guerra contra la Convención el regimiento de milicias en el que servía estuviera desmovilizado, y por tanto, no tuviera de hecho actividad militar. Esta situación, común a aquellos que servían en el ejército de reserva, favorecía una vida civil que era interrumpida tan sólo por ejercicios periódicos o tiempos de guerra. En segundo lugar, José estaba suscrito en 1790, junto a sus hermanos Manuel Joaquín y Diego a la publicación Elementos de Historia Universal Antigua y Moderna, del abate Millot, eclesiástico e historiador de la Academia Francesa38. Por último, aunque no es determinante de la actitud de José, debemos de tener en cuenta que pudo verse influido por su hermano Jorge, un personaje ilustrado que además de tratadista llevaría a la praxis el reformismo borbónico a América.39 Desde 1793, año de guarnición en Cádiz, hasta pocos años antes de la Guerra de Independencia no tenemos noticias ni de José ni del Regimiento Provincial de Jaén. Desde su creación en 1734, este regimiento, al igual que el resto de milicias provinciales, se había movilizado únicamente en función de las necesidades bélicas, pero a partir de la Guerra de la Convención lo hace en 1802 como unidad de apoyo al ejército regular40. Por nombramiento real en 18 de marzo de 1803 el coronel del Regimiento Provincial de Jaén es Juan Escobedo y Torres, hermano de Pedro Reinoso de Escobedo41, natural de Martos, caballero de la Orden de Calatrava y hasta entonces primer teniente de las Reales Guardias Españolas42. De nuevo nos encontramos con un pariente de José, quien continúa siendo sargento mayor-comandante de la unidad. Entre otras funciones, a José le correspondería la tarea de comunicar a las autoridades giennenses la falta de milicianos para que se procediese a su reemplazo, ya que

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(1791) Real Cédula de S.M y señores del Consejo, por la que se aprueban los Reales Estatutos de la Sociedad Económica de Amigos del País de Jaén, recibida bajo la real protección. Jaén, pp. 16 y 23. 38 (1790) Elementos de Historia Universal Antigua y Moderna, en que se describe el origen, gobierno, leyes, religión, ciencias, costumbres y los sucesos más notables de todas las naciones del mundo. Tomo I. Madrid. 39 FERNÁNDEZ ALONSO, S. (1992): “Perfil biográfico…”, op.cit., pp. 366-384. 40 CONTRERAS GAY, J. (1993): Las milicias provinciales…, op.cit. pp. 249-266. 41 CADENAS Y VICENT, V. (1976): Caballeros de la Orden de Calatrava que realizaron sus pruebas de ingreso durante el siglo XIX. Hidalguía. Madrid, p. 16. 42 Gazeta de Madrid. 4 de enero de 1803, p. 238.

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era la ciudad de Jaén la que controlaba el proceso de reclutamiento en su jurisdicción43. Tanto José como Juan Escobedo Torres ocupan la Plana Mayor del Regimiento Provincial de Jaén cuando comienza la Guerra de Independencia en mayo de 1808, mientras se encuentran acantonados en Algeciras. Un nuevo proceso de reclutamiento ante la situación de guerra había conseguido ocupar las casi 600 plazas que se le habían asignado a la unidad mientras se adquiría un nuevo uniforme “provisional de paño pardo”.44 A comienzos de julio de ese año el regimiento se incorpora al Ejército de Andalucía al mando del General Castaños, que se dirige al encuentro del ejército francés en las inmediaciones de su centro de operaciones: Bailén45. El Regimiento Provincial de Jaén participa en las acciones de Mengíbar (14-16 de julio) y en la batalla de Bailén (19 de julio). Tras esta decisiva victoria del ejército español, volvemos a encontrar a la unidad en Tudela (23 de noviembre) y en la retirada del ejército francés hasta la línea del Ebro. En enero de 1809 la segunda ofensiva francesa obliga a retroceder al Ejército del Centro hasta Cuenca. El regimiento participa en la batalla de Uclés (13 de enero)46, donde Juan Escobedo y Torres, coronel del mismo, pierde la vida.47 Podemos seguir los pasos del regimiento hasta el final del conflicto, pero no podemos decir lo mismo de José. Tan sólo sabemos que es hecho prisionero por los franceses durante la contienda por un expediente conservado en el Archivo General Militar de Segovia que, debido a las limitaciones de esta comunicación, no ha podido ser consultado48. No sabemos exactamente cuándo ocurrió, pero podemos suponer, siempre que José no cambiara de unidad de servicio, que fue hecho prisionero entre julio de 1808 y 43

CONTRERAS GAY, J. (1993): Las milicias provinciales…, op.cit., pp. 111-148. Informes sobre la 3ª División de los cuerpos de milicias. Jefes fuerzas y destinos de Jaén, Sevilla, Granada, Córdoba, Jerez, Écija, Málaga, Guadix, Ronda, Bujalance de 1808 a 1814. A.H.N., Diversos-Colecciones, leg. 125, exp. 9; Estado de fuerza, situación, vestuario y armamento de los ocho batallones de las cuatro divisiones de Granaderos y de los cuarenta y dos regimientos de Milicias, que forman los cuerpos provinciales, en 16 mayo de 1808. A.H.N., Diversos-Colecciones, leg. 136, exp. 9. 45 FERNÁNDEZ GARCÍA, J. (2010): “Cronología de la Guerra de la Independencia en Jaén”. En DELGADO BARRADO, J.M (dir.); LÓPEZ ARANDIA, Mª.A. (coord.): Andalucía en Guerra (1808-1814). Universidad de Jaén. Jaén, pp. 101-113. 46 A.H.N., Diversos-Colecciones, leg. 125, exp. 9. 47 RECIO VEGANZONES, A. (1988): “Martos durante la guerra de la Independencia (1808) y relaciones de su Junta con la superior de Jaén”. En Boletín del Instituto de Estudios Giennenses, 133. Jaén, pp. 67-92. 48 Consejo de guerra de oficiales generales para averiguar la conducta política y militar de José Escobedo Alarcón. ARCHIVO GENERAL MILITAR DE SEGOVIA. Sección 9ª, Caja 1877, exp. 15098. 44

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la derrota de las tropas españolas en Uclés, ya que un estado de fuerzas de 1814 nos indica que tras esta batalla el Regimiento Provincial de Jaén quedó reducido únicamente a “cortas reliquias”, hecho que obligó a la unidad a volver a Jaén para formarse de nuevo49, no figurando entonces José entre los miembros de su Plana Mayor. No conocemos los detalles del expediente, pero la descripción realizada por Mª del Mar Gómez Gilarranz puede ayudarnos a interpretar los acontecimientos50. Al finalizar la guerra en 1814, España y Francia procedieron al intercambio de prisioneros en la frontera entre ambos países. Respecto a los oficiales, se les volvería a admitir en el servicio siempre que hubieran permanecido todo su cautiverio como prisioneros de guerra o no hubieran prestado juramento o servicios al ejército francés. De lo contrario, se les realizaría un Consejo de Guerra. Dado que se conserva el expediente del Consejo de Guerra realizado a José, deducimos que éste debió incorporarse a las filas del ejército francés o que desempeñó otro oficio. No en vano, como señala García Hurtado, los prisioneros españoles en Francia gozaban de más libertad -dentro de ella la empleabilidad en otros oficios- que los prisioneros franceses en España. Además, en el Antiguo Régimen “los soldados son enemigos mientras empuñan un arma, pero, concluida la contienda, vencedores o vencidos, los lazos de caballerosidad les unen” 51. ¿Qué ocurrió realmente tras este episodio? La consulta de su expediente nos hubiera aclarado la respuesta. Sin embargo, a pesar de las sospechas de “afrancesado” que caerían sobre José, la última información sobre su vida nos indica que volvió de nuevo a España sin ninguna tacha en su 49

“Las cortas reliquias que se salvaron de la derrota de Uclés (…) se retiraron a su capital, en donde fueron reuniéndose varios oficiales y soldados prisioneros fugados, formándose sobre este cuadro el nuevo Provincial de Jaén con la fuerza de 48 oficiales y 900 plazas, siendo jefes en esta época [1809] el coronel D. Francisco Ignacio Cepeda, el teniente coronel D. Antonio Sánchez y el sargento mayor D. José María de Andrade. En las acciones de Almonacid [11 de agosto de 1809] y Ocaña [19 de noviembre de 1809] tuvo la pérdida entre muertos, heridos y prisioneros de 450 hombres”. A.H.N., Diversos-Colecciones, leg. 125, exp. 9. Posteriormente, miembros de esta unidad formarían junto a nuevos oficiales y soldados fugados el Batallón de Voluntarios de Jaén en 1811. Vid. LÓPEZ CORDERO, J.A. (2001): “El Batallón Provincial de Jaén en el siglo XIX”. En Senda de los Huertos, 67-68. Jaén, pp. 183-196. 50 GÓMEZ GILARRANZ, Mª.M. (1999): “Fuentes documentales para el estudio de la Guerra de la Independencia en el Archivo General Militar de Segovia”. En Boletín Informativo del Sistema Archivístico de Defensa, 12. Madrid, pp. 3-8. 51 GARCÍA HURTADO, M.R (2011): Soldados sin historia. Los prisioneros de guerra en España y Francia a finales del Antiguo Régimen. Gijón, pp. 61-79; Idem (2012): “Los prisioneros de guerra franceses en la Guerra de Independencia y su imagen de España”, en JIMÉNEZ ESTRELLA, A.; LOZANO NAVARRO, J.J. (eds.), Actas de la XI Reunión Científica de la Fundación Española de Historia Moderna. Comunicaciones. vol. II. Granada, pp. 1038-1050.

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honra. Así lo indica que volviera a tierras giennenses, el solar de origen de su familia paterna, y se convirtiera en Contador de la Mesa Maestral de la Orden de Calatrava en Porcuna, un empleo del que se jubiló en 1835, a la edad de 79 años52.

4.-) CONSIDERACIONES FINALES Miembro de una familia noble cuyos lazos conectan Jaén y su entorno con la oligarquía madrileña, José Escobedo y Alarcón comenzaría a servir en los ejércitos borbónicos al igual que sus hermanos como fruto de una estrategia familiar diseñada para otorgarles un porvenir. Pertenecientes a la nobleza local giennense, la relación de los Escobedo con el reclutamiento de las milicias en la jurisdicción de Jaén es muy estrecha, y queda demostrada con la presencia de dos generaciones diferentes en los empleos de su regimiento provincial -su padre, su hermano mayor y después José-. El control de las milicias por la nobleza local era una herramienta de negociación entre los diferentes territorios de la península y la monarquía. Promocionar en el Regimiento Provincial de Jaén es estas condiciones no debió de ser difícil, aunque en última instancia la decisión final dependiera del rey, ya que la familia de José no sólo tenía presencia en la villa de Madrid, sino en su Corte: su hermano Jorge era Consejero del Consejo de Indias. El hecho de que en 1791 José fuera teniente coronel de los Reales Ejércitos cuando aún era capitán de granaderos en la milicia indica que, o bien el rey le hizo merced del grado de teniente coronel -podía seguir con su empleo efectivo de capitán de granaderos- o debió de adquirirlo junto al sueldo correspondiente por la vía venal. Este contexto, junto a las características propias de las milicias, constituidas como ejército de reserva, habría permitido a José desarrollar una vida civil impropia de los miembros del ejército profesional. En cualquier caso, la promoción en la milicia le lleva hasta la Plana Mayor de su unidad y de nuevo, favorecido por su genealogía, se convierte en caballero de la Orden Militar de Carlos III: un eco de una aspiración social de horizonte medieval que pervivirá hasta la Edad Contemporánea. La nueva coyuntura de confrontación con Francia en el tránsito del siglo XVIII al XIX hará que las milicias se reactiven puntualmente hasta su desaparición tras la Guerra de Independencia. De nuevo movilizado, José se ve involucrado en los avatares del conflicto, observando la desmembración de las milicias de las que 52 Expediente de clasificación de jubilación de José Escobedo de Alarcón, Contador de la Mesa Maestral de Porcuna. A.H.N., Ministerio de Hacienda. Caja 1551, exp. 2.

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formaba parte y cayendo prisionero en manos francesas. Parece que este oficial mostró durante su “cautiverio” una actitud afrancesada a ojos del ejército español, lo que le conducirá a un Consejo de Guerra en 1814. Finalmente lo encontramos vinculado la Orden Militar de Calatrava en Porcuna, lo que nos indica que, a pesar de los avatares vividos durante y tras la Guerra de la Independencia, regresa a tierras jiennenses, al amparo de la presencia y poder de su familia. Por lo tanto, dentro de las limitaciones impuestas por las fuentes primarias consultadas, que sin duda podrán verse completadas con futuras investigaciones, este trabajo ha intentado arrojar algo más de luz sobre el conocimiento de la familia Escobedo y su proyección en el ejército español en la transición de la Edad Moderna a la Contemporánea.

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