Ruralidad “glocalizada”. La comarca vitivinícola de Utiel‐Requena(Valencia). Torres, F, 2014

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Descripción

RURALIDAD “GLOCALIZADA”. LA COMARCA VITIVINÍCOLA DE UTIEL-REQUENA (VALENCIA)

Francisco Torres Pérez. Universidad de Valencia. [email protected]

1. Las ruralidades glocalizadas y la reestructuración vitivinícola El impacto de la globalización del sistema agroalimentario sobre las distintas áreas rurales ha sido profundamente desigual según su posición en el nuevo régimen agroalimentario, los diferentes contextos locales, las dinámicas que se generan, etc. Así tenemos desde las áreas de economía agraria tradicional sumidas en una crisis que se antoja irreversible hasta los nuevos enclaves productivos que concentran los procesos característicos de la globalización (Moraes et al, 2012). Esta pluralidad de situaciones podemos designarlas como ruralidades glocalizadas para resaltar tanto su heterogeneidad como el hecho que están conformadas por una dialéctica global-local, con similares tendencias globales pero con resultados muy distintos. Esta comunicación presenta una ruralidad glocalizada específica. La comarca UtielRequena, zona tradicional vitivinícola del interior de la provincia de Valencia, y sus transformaciones desde los años 80 hasta 2013. El factor central, aunque no único, de estos cambios nos remite a procesos globales, como las transformaciones del mercado del vino y las migraciones internacionales. La globalización del mercado del vino ha estado marcada por su liberalización, especialmente con los acuerdos del GATT y, en el caso de España, la creación de la Unión Europea en 1993 y la adopción de la Política Agraria Común (PAC) (Piqueras, 1997a). En segundo lugar, la caída del consumo y los cambios en las preferencias de los consumidores, más orientados a la calidad (Morilla, 2001). En tercer lugar, la emergencia de nuevos países productores, como Australia, Estados Unidos, Argentina o Chile. Estos

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cambios han transformado la posición de los países y regiones tradicionalmente vitivinícolas y han provocado una importante reestructuración del sector (Pan-Montojo, 2009). En las diversas zonas vitivinícolas, la estrategia aplicada ha sido similar: orientación a la producción de vinos de calidad, la distinción del producto (Elias, 2008), la creciente tecnificación del cultivo y la mejora genética de las uvas. Además, se potencia el enoturismo y la patrimonialización de la vid y su entorno, como fuente de ganancia suplementaria y como elemento de distinción (Díaz, 2008). En el caso español esta estrategia se ha implementado, principalmente, a través de los Consejos Reguladores de Denominación de Origen y ha tenido en la PAC uno de sus instrumentos centrales. Adoptada en un período de importantes excedentes de vino, la PAC se orienta a reducir la producción y mejorar la calidad (Piqueras, 2011). Sus medidas más relevantes han sido la reconversión del viñedo, mediante arranque definitivo o temporal con nueva plantación, la mejora y mecanización, y el apoyo al relevo generacional. Esta estrategia de diversificación, distinción y valorización del producto, requiere para ser competitiva de una mano de obra barata y flexible. En Utiel-Requena, dado el éxodo rural y los cambios sociales operados en nuestro país, se hizo imperioso el recurso a los jornaleros inmigrantes para garantizar la vendimia, primero, y una diversidad de trabajos agrícolas, después. En la última década, una parte de estos inmigrantes han fijado su residencia en la comarca, a los que se han sumado otros hasta conformar el 11,6% del vecindario en 2012, casi la mitad rumanos. Así, las transformaciones del mercado del vino han modificado radicalmente estos municipios. Esta comunicación se inscribe en el Proyecto CONACYT 182648, “La expansión de zonas vitivinícolas y el trabajo inmigrante. Estudio comparativo en Estados Unidos y España”, y presenta algunos de los resultados provisionales del trabajo del primer año, 20131. Se ha realizado trabajo de campo en cinco períodos distintos, entre dos y cinco días cada período, con diferentes observaciones, entrevistas informales y 12 entrevistas a informantes clave.

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En el caso de España se seleccionaron la DO Utiel-Requena como zona vitivinícola emergente en el mercado mundial y la DO Ribera de Duero como zona consolidada.

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2. Utiel-Requena como zona vitivinícola en 1980. La comarca de Utiel-Requena, también denominada la Plana de Utiel, está situada al oeste de la provincia de Valencia, limitando con Albacete y Cuenca. La comarca conformada históricamente como un espacio bicéfalo, las ciudades de Requena y Utiel, está compuesta además por los municipios de Camporrobles, Fuenterrobles, Villargordo del Gabriel, Venta del Moro, Caudete de las Fuentes, Sinarcas y Chera. La Denominación de Origen DO Utiel-Requena, con una extensión de 36.049 hectáreas de viñedo, se superpone básicamente a la comarca aunque no coincide exactamente con ella2. A principios de los años 80, la comarca de Utiel-Requena presentaba unos rasgos bien definidos. A pesar de una reducida industria radicada en Utiel y Requena (textil, mecánica, construcción), mantenia su carácter de monocultivo vitivinícola, con una estructura de pequeños propietarios asociados en cooperativas y una producción orientada al granel. Estos rasgos se habían ido conformando durante más de un siglo. Hasta el primer tercio del siglo XIX, la agricultura se centraba en el cereal y el cultivo de la vid era minoritario. Será con la crisis del oídium en Francia, 1852-1962, cuando la demanda exterior llegue a la comarca de la mano de comisionistas catalanes y franceses, que además descubrieron que el vino era muy adecuado para el coupage. Con el aumento de la demanda y los altos precios se dio una expansión exponencial de la superficie de viñedo. Entre 1850 y 1890 se plantaron más de 15.000 hectáreas (Piqueras, 1997:54). Una parte muy importante se hicieron por el sistema de “plantación a medias”, por el cual el propietario de una parcela de tierra cede la mitad, pasados cinco años, al aparcero que la plante de viña y la haga productiva. Ello supuso un proceso de redistribución de la tierra y la eclosión de los pequeños propietarios. Otro rasgo de la zona es el cooperativismo. Si bien la primera cooperativa, la de Utiel, data de 1927, el auge del cooperativismo se dio bajo el franquismo. En 1965, UtielRequena presentaba el mayor índice de cooperativismo de la región de Valencia, con 36 bodegas cooperativas, más de 6000 viticultores asociados y el 95% del viñedo (Piqueras 2009: 104). Además de sus funciones económicas, las cooperativas conformaron la trama social de estos pueblos. 2

El municipio de Siete Aguas forma parte de la DO pero no de la comarca y el de Chera a la inversa.

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“todas las aldeas tenían su cooperativa, que era la fábrica del pueblo, lo que daba dinero, muchas ya, hay varias cooperativas que han cerrado […] lo que está haciendo es perder cada vez más estructura social, en la zona vitivinícola, […] se va a crear un problema social grave, porque realmente la cooperativa daba un poco digamos, la protección al agricultor […] que pudiera decidir un poco sobre su producción, defenderla mejor”(UR-2). Desde su surgimiento como zona vitivinícola la producción en Utiel-Requena se orientaba al granel, del cual se exportaba una parte importante. En 1968, una cooperativa de segundo orden Coviñas comercializó el Vino de la Reina. A esta iniciativa pionera le siguieron dos cooperativas y algunas bodegas. Aunque el Consejo Regulador de la DO Utiel-Requena, creado en 1976, alentaba el embotellado, el vino a granel continuaba constituyendo la inmensa mayoría de la producción. En Utiel-Requena, como en otras zonas vitivinícolas españolas, la organización de la vendimia se regía por lo que podemos denominar modelo familiar y de jornalero tradicional. Las necesidades de vendimiadores eran cubiertas por la familia, la mano de obra local, particularmente jóvenes estudiantes, y jornaleros españoles residentes en regiones cercanas, como Castilla La Mancha. Uno de los agricultores rememora: “[la vendimia] antes era todo el mundo, en esta época yo era niño, y me acuerdo de ser… de la edad de mi hijo y más pequeño y claro yo me iba a vendimiar pero me iba con mi padre al campo porque ¿con quién me dejaban?, si mi abuelo salía, mi abuela salía, mis tíos salían, todos estaban dispuestos en esa época para la recolección” (UR-9) En la vendimia tradicional había una diversidad de relaciones de trabajo. En unos casos, jornaleros, se trabajaba de forma asalariada con un pago fijado de forma verbal. En otros casos, familiares y vecinos, la relación se basaba en lazos familiares, vecinales y/o de amistad. El resto de tareas, poda, escardado, etc., las realizaba el propio agricultor o algún familiar. Sólo las explotaciones más grandes tenían un “mozo”, un trabajador fijo. Sobre esta estructura social y productiva, sucintamente esbozada, van a operar las tendencias derivadas de la globalización del vino y de las estrategias implementadas y cuyos resultados se presentan a continuación.

3. La reestructuración del viñedo y los cambios en la comercialización En las últimas décadas, debido a la sequía, las primas al arranque en el marco de la PAC y la OCM del vino, el envejecimiento de los agricultores y la extensión de la agricultura

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a tiempo parcial, se ha producido una regresión de la superficie de cultivo, un 22% entre 1999 y 2009. Los que más se acogieron a las primas de arranque fueron propietarios con viñas arrendadas y viticultores a tiempo parcial (Piqueras, 2011: 248 y sgs.). A pesar de ello, la producción se ha mantenido, debido a la introducción de mejoras en el cultivo, como el riego por goteo y el cultivo en espaldera. El cambio más relevante, de la mano de la PAC, ha venido dado por el arranque y posterior replantación con la variedad bobal u otras en espaldera. La plantación en espaldera ha permitido incrementar y mejorar las producciones, así como la mecanización de las tareas desde la pre-poda hasta la vendimia. En la actualidad, según la D.O. UtielRequena un tercio del cultivo se realiza en espaldera. Históricamente, la zona se había caracterizado por el casi monocultivo de la variedad bobal, una cepa autóctona difícil de encontrar en otros lugares. En las últimas décadas se han introducido nuevas variedades “mejorantes” como tempranillo, garnacha, cabernet o merlot, que permitieran la elaboración de vinos más acordes con la demanda. Aunque la superficie de bobal ha retrocedido, en 2011 todavía representaba el 75% de las hectáreas cultivadas y hay una apuesta por el tinto bobal como producto diferenciado de UtielRequena. Quizás los cambios más relevantes, y más publicitados, se han producido en el ámbito de la comercialización. Un primer aspecto lo constituye el firme aumento de las exportaciones, un 40,4% en 1986 y el 70,1% del total de la producción en 2011-2012. Además de exportar más, se ha reducido la proporción de vino a granel y aumentado la del embotellado, que en la campaña 2010-2011 representó el 83% de las exportaciones (DO Utiel-Requena, 2011), un cambio radical en la tradición de la zona. También es notable la creciente diversificación del producto en relación a las variedades, marcas y elaboraciones, con una gama creciente de precio medio y medio-alto. En términos generales, las grandes bodegas comerciales y algunas pequeñas vinculadas a capital extranjero suelen vender en el mercado exterior la mayor parte de su producción. Las bodegas medianas y pequeñas y la inmensa mayoría de las cooperativas que embotellan se orientan al mercado interior. Las exportaciones se orientan, en lo fundamental, a los países ricos de la UE como Holanda, Reino Unido, Alemania, Suiza, etc.. Si bien este predominio se ha visto limitado en los últimos años, todavía suponía el 64,9% de las ventas en 2011 (DO Utiel-Requena, 2011). A su vez, se han incrementado las ventas a países americanos, fundamentalmente Canadá y Estados Unidos, y asiáticos,

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China. En la gama de alta y media calidad, los vinos de la DO Utiel-Requena “compiten con otros de mayor prestigio y también más caros como puedan ser los de Rioja, Ribera del Duero y El Penedés” (Piqueras, 2011: 252).

4. Una trama de pequeños propietarios y cooperativas. Treinta años después, Utiel-Requena mantiene alguno de sus rasgos característicos como el predominio de la pequeña propiedad, aunque con diferencias según los municipios que la componen3. Como muestra la tabla 1, tanto las explotaciones como la superficie se concentran en las propiedades

de menor tamaño. Según el último Censo Agrario

disponible, el 84% de las explotaciones y el 50% de la superficie corresponden a parcelas de menos de 20 hectáreas (precisamente, el límite que establecen diversos interlocutores para que “se pueda vivir de la viña”). Tabla 1. Explotaciones y superficie dedicada viñedo por tamaño de la explotación, DO Utiel-Requena Explotaciones

Superficie

Censo 1999

Censo 2009

Censo 1999

Censo 2009

Abs.

%

Abs.

%

Abs.

%

Abs.

%

Menos de 10 ha.

4731

69,8

2428

63,2

10961

26,7

7732

24,1

de 10 a menos de 20

1115

16,4

804

20,9

9864

24

8415

26,2

de 20 a menos de 50

715

10,5

491

12,8

12338

30

10330

32,2

de 50 a menos de 100

141

2,1

80

2,1

3911

9,5

3083

9,6

de 100 a menos de 200

45

0,7

25

0,7

1884

4,6

1800

5,6

de 200 y más

32

0,5

11

0,3

2182

5,3

718

2,2

6779

100

3839

100

41140

100

32078

100

Total

Fuente: Censo Agrario, INE. Elaboración propia. Los datos del régimen de propiedad muestra también el predominio del minifundio en la zona. Aunque la presencia de empresas está creciendo, el 97,8% de las explotaciones y el

Tradicionalmente, Utiel y Caudete de la Fuentes han destacado por la relevancia de las pequeñas propiedades, mientras que municipios como Fuenterrobles o la Venta del Moro tienen una estructura de la propiedad con mayor proporción de explotaciones más grandes.

3

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88,8% de la superficie corresponden a personas físicas (tabla 2). Por otro lado, el número de viticultores se ha reducido, un 16,4% en la última década4, si bien continúan presentando un perfil bastante homogéneo. Se trata de un pequeño agricultor, cooperativista en su inmensa mayoría, con un envejecimiento importante y con una elevada proporción de dedicación a tiempo parcial. En unos casos, la viticultura se combina con las granjas de cerdos y pollos. En otros casos, con trabajos en transporte, talleres, construcción y otros. Según las cifras disponibles, Censo Agrario 1999, el 53% de los titulares de explotaciones agrícolas tiene otra actividad principal lucrativa y este porcentaje es mayor en los municipios más grandes, Utiel y Requena. Tabla 2. Explotaciones y Superficie de viñedo por régimen de la propiedad. D.O. UtielRequena, 2009 Explotaciones

Superficie (ha)

Abs.

%

Abs.

%

3754

97,8

28494

88,8

Sociedad mercantil

35

0,9

1535

4,8

Entidad pública

1

0,0

6

0,0

Sociedad cooperativa

21

0,5

856

2,7

Otras condiciones jurídicas

28

0,7

1188

3,7

3839

100

32078

100

Persona física

Total

Fuente: Censo Agrario, INE. Elaboración propia. Como ocurre en otros muchos territorios rurales, la DO Utiel-Requena se enfrenta a un importante problema de envejecimiento de los agricultores. Según el Censo Agrario 1999, un 26% de los titulares de explotaciones agrícolas tenía 65 o más años y el 50% una edad de 55 años o superior. La caída de las rentas agrarias, el incremento de las oportunidades laborales en los años de crecimiento económico, las estrategias de movilidad social basadas en la educación y la mala consideración social de la agricultura explicarían la falta de relevo generacional. Aunque la administración autonómica ha puesto en marcha,

Los viticultores inscritos en la DO Utiel-Requena pasaron de 6.990 en la campaña 2001-2002 a 5.842 en 2011-2012.

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con fondos de la UE, ayudas para favorecer el relevo generacional estas no han tenido el impacto deseado, según nuestros interlocutores. Aunque con menores funciones y prestaciones que en el pasado5, las cooperativas continúa constituyendo un referente básico para el viticultor y para la primera fase de comercialización. En 2010, las cooperativas inscritas en la D.O. Utiel-Requena era 40, de las cuales 11 tenían marcas de vinos embotellados. Los cooperativistas representaban el 90% del total de titulares de explotaciones vitícolas, según la DO. “viticultores tenemos del orden entre 6.000 y 6.500 quinientos aproximadamente, el 10% son viticultores independientes y el resto son integrados en cooperativas […] las cooperativas suelen obligar a depositar las uvas a sus propios socios, entonces esos independientes acuden cada año digamos pues a una bodega distinta” (UR-6) En la comarca existen grandes cooperativas como Coviñas, las de Utiel y Requena y otras, con un alto número de socios. Tanto por volumen de producción, embotellado y exportación, Coviñas es una de las grandes bodegas de la zona pero constituye una excepción. Las cooperativas más pequeñas están teniendo problemas para mantener sus infraestructuras y personal. Algunas de ellas ya han cerrado en los últimos años, otras se han fusionado con alguna vecina. Además de la dimensión, otra división la establece la orientación granelista o bien la de aquellas, una minoría, que además del granel embotellan con marcas propias cuidando la calidad y la comercialización. Si bien continúan organizando a los pequeños viticultores, algunos problemas de las cooperativas como el envejecimiento, la inercia y la falta de profesionalidad de las Juntas directivas se ven agudizados por los retos de una reconversión vitivinícola que prima la calidad, la exportación y la inclusión en redes globales. Otros señalan que un excesivo localismo dificulta que las cooperativas más pequeñas se unan entre sí como cooperativa de segundo grado, según el modelo Coviñas. “está muy bien el tema de la comercialización de vinos embotellados pero el problema es que vale mucho dinero […] eso para una cooperativa es un poco complicado porque la gente que dirige las cooperativas en estos momentos somos los mismos agricultores, no tenemos a gente preparada para que hagan eso porque entre otras cosas nos da miedo” (UR-9).

Desde los años 90, hasta la actualidad, han desaparecido buena parte de la secciones de maquinaria e insumos de las cooperativas. A principios del 2000, las secciones de crédito se integraron en las Cajas Rurales.

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“un porcentaje que es el 50% o 60% de los socios de cooperativa están por encima de los 60 años, y al ver inversiones, cuando la gente ya ha acabado la carrera, que digo yo, dicen: “no, no” (UR-8).

5. Las bodegas privadas como punta de lanza del cambio El aumento espectacular del vino embotellado ha venido de la mano fundamentalmente de la eclosión de bodegas privadas, con la notable excepción de Coviñas. Las iniciativas pioneras de los años 70 no desarrollaron nuevas estructuras de comercialización. La primera bodega que innova en lo enológico y con una visión plenamente comercial fue Torre Oria, a las que siguieron otras. Entre 1994 y 2001, con un aumento espectacular de las exportaciones y de los precios, se consolida esta expansión de bodegas que a partir de 2007 se detuvo. En 2010, la DO Utiel-Requena tenía inscritas 60 bodegas privadas y 58 de ellas tienen marcas de vinos embotellados. Entre las bodegas podemos distinguir tres tipos, según la producción de vino. En primer lugar, con más de un millón de botellas, las grandes bodegas como Gandía Pla y Bodegas Murviedro-Schenk. En segundo lugar, entre medio y un millón de botellas, un grupo más amplio con Torre Oria, Bodegas Iranzo, Dominio de la Vega y otras. Por último, las pequeñas bodegas “como muy familiares, vinos de precio elevado” (UR-6) y producción escasa6. En esta eclosión de bodegas tenemos una diversidad de orígenes, trayectorias y capital. En unos casos, se trata de medianos y grandes propietarios que deciden elaborar su vino y comercializarlo, familias terratenientes que revitalizan su bodega o empresarios locales. Los altos precios entre 1994 y 2001 y las expectativas generadas atrajeron a capital de otros sectores, construcción, en particular. Sin embargo, quizás lo más significativo, es la entrada del capital vitivinícola valenciano y de capital agrolimentario internacional. El grupo suizo Schenk dejo sus antiguas instalaciones en el puerto de Valencia y, en 1997, inauguró en Requena Bodegas Murviedro, una de las más importantes de la zona. En esos años, Gandía Pla compro tierra y creó Hoya de Cadenas, un complejo vitivinícola modelo chateau “marcando así un modelo” (Piqueras, 2011: 253).

Una parte de estas bodegas pequeñas corresponden a medianos propietarios de la zona o a empresarios de Valencia que compraron tierras, como Chozas Carrascal. En otros casos, se tratan de pequeñas bodegas propiedad de capital extranjero como Casa lo Alto del grupo suizo Haecky Import

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Las bodegas privadas han sido los actores que más han impulsado la reestructuración a nivel de elaboración, distribución y comercialización (aquí, además, cabria incluir Coviñas, la cooperativa de segundo orden). Para ello han contado con el apoyo del Consejo Regulador DO Utiel-Requena y, en general, de las Administraciones a los distintos niveles. Son las empresas privadas las que disponían de mayores recursos (capital, inserción en los grandes circuitos de comercialización, adecuación a una demanda crecientemente segmentada) y las que han protagonizado el proceso de integración de la producción, elaboración y comercialización del vino, que caracteriza las tendencias hegemónicas de la globalización del mercado vitivinícola (Alcaraz y Medina, 2010). Como destaca un enólogo entrevistado, esta integración de procesos mayor o menor según los casos han permitido a las bodegas: “hacer vinos con arreglo a lo que quiere el consumidor, no hacemos vino y después vamos a venderlo, vamos a vender el vino y después lo hacemos […] buscar lo que se llama los gustos del mercado […] las ferias, los distribuidores …a pié de cañón diciendo “oye este vino no lo hagas con tanta madera” […] o “no me hagas vino tinto con tanto color” […] ¿puedes hacerlo?, sí, vamos a hacerlo y después una vez lo has hecho con esa información sales al mercado con ese vino, es un poco al revés, esto es lo que está funcionando más” (UR-4). Igualmente, son las bodegas privadas las que han protagonizado las crecientes iniciativas de enoturismo en el marco de la Ruta del Vino Utiel-Requena. A partir del 2000 se han multiplicado las visitas guiadas, la reforma de las casas solariegas (o la construcción de algunas quasi ex novo) e iniciativas de diverso tipo. Una técnica de la Mancomunidad afirmaba: “el enoturismo exige que la cooperativa o bodega … esté acondicionada para la visita del turista, que tenga su zona de turista, se le haga la visita guiada por la bodega, se le haga una cata y se le explique, ¿sabes?, ¿eso en las cooperativas pasa?, no, ¿entienden eso?, no, no están en las cooperativas para… porque para eso entre otras cosas tienes que tener personal cualificado o personal que tenga ganas” (UR-11)

6. Los cambios en la organización y la estructura del trabajo 6.1. Una estructura productiva dualizada

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En la actualidad, un primer rasgo de la organización del trabajo es su dualización (Piore, 1983), un aspecto característico de las áreas económicas globalizadas (Sassen, 2007). Dadas las estrategias de creciente tecnificación, distinción y valorización del producto, ha aumentado el número de profesionales (enólogos, encargados, comerciales), que suelen inscribirse en el mercado primario de trabajo (contratos fijos, sueldos medios y adecuadas condicione). Aunque el número de estos profesionales es muy reducido respecto al total de trabajadores, tienen un papel central en las estrategias de posicionamiento en el mercado mundial y, por tanto, en una organización del trabajo que se orienta a tal fin. Como en otras zonas vitivinícolas, en la D.O. Utiel-Requena la viabilidad de estas estrategias y su competitividad depende de la existencia o la generación de mano de obra flexible, barata y disponible para la vendimia y, en menor medida, para el resto de tareas. Con los cambios sociales acaecidos en España y en la comarca en las tres últimas décadas, este mercado secundario de trabajo (temporal, precario, penoso y mal pagado) constituido por los jornaleros se ha cubierto con inmigrantes.

6.2. La segmentación étnica y los trabajadores inmigrantes Como consecuencia la estructura y organización del trabajo de la comarca está segmentada étnicamente, como ocurre en otras áreas de agricultura intensiva y, más en general con la estructura productiva española (Pedreño, 2005; Cachón, 2009; Torres, 2011). En el segmento alto y medio, españoles; en el segmento bajo, inmigrantes; el esquema puede completarse con miembros de los dos grupos en posiciones intermedias En la presencia de trabajadores inmigrantes podemos distinguir tres etapas. La primera etapa, entre mediados de los años 90 y 2001, se caracteriza por el trabajo inmigrante irregular. En el último tercio de la década de los 90, la inmensa mayoría de los jornaleros eran inmigrantes, mayoritariamente residentes en la Comunidad Valenciana, que inscribían la vendimia en el circuito agrícola anual que realizaban. Se trataban de jornaleros marroquíes y en menor medida subsaharianos; más tarde, de ecuatorianos y colombianos. Aunque algunos inmigrantes, los menos, disponían de permiso de trabajo y residencia no se realizaban contratos. La segunda etapa se inició en 2002. La amplia campaña de inspección de trabajo de 2001 dio visibilidad al enorme volumen de economía sumergida y desde la Administración se

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urgió a propietarios y bodegas a regularizar la situación. Siguiendo a otras zonas agrícolas, la solución que se adoptó fue la contratación en origen, aunque combinada con otras fórmulas. En 2002, el sindicato Unión de Agricultores y Ganaderos (la Unión) inició las primeras contrataciones en origen, fundamentalmente en Polonia y Rumania, de forma conjunta con la Unió de Pagesos de Lleida y la de Mallorca mediante la Fundación Agricultores Solidarios. Así, por ejemplo, de la selección y tramitación en origen en Rumanía se encargaba la Unió de Lleida y en Polonia se encargaba la Unión. A los trabajadores se les ofrecía la concatenación de campañas agrícolas sucesivas para hacer más atractiva su venida a España. “Nosotros empezamos trabajando con Rumania y con Polonia, el primer año, además hacíamos concatenación de campaña. El primer año vinieron a Lleida, a la fruta de verano y cuando ellos terminaban la fruta de verano se pasaban aquí. Y luego, si había gente, que los querían en cítricos seguían en cítricos…” (UR-8) Cada año, los agricultores socios de la Unió realizaban una estimación de jornaleros que iban a necesitar. Sobre esa base, ya a primeros de septiembre, se optaba bien por traer jornaleros desde Lleida o desde otra zona, si no coincidían temporalmente las distintas campañas, o bien se activaba la contratación directa en Polonia. En el reclutamiento y selección en origen en Polonia no había requisitos especiales, afirma el técnico de la zona que participó, “comportamiento cívico, o sea ganas de trabajar”(UR-8). A diferencia de otras zonas agrícolas, como Huelva (Reigada, 2012), en la vendimia de Utiel-Requena no se estableció una selección de sexo; venían hombres y mujeres, normalmente éstas con algún familiar varón. . Según el modelo de la Unió de Pagesos (Achón, 2011), además de la selección y tramitación en origen, desde la Unión se realizaba la asignación de trabajadores, su instalación en viviendas suministradas por los agricultores o en alojamientos colectivos gestionados por la Unión7. Igualmente, se intervenía si surgían tensiones o problemas entre algún viticultor y los jornaleros inmigrantes a él asignados. En las campañas de 2005 y 2006 se alcanzaron el máximo de contrataciones en origen, unas mil personas cada año, para luego ir reduciéndose en años posteriores por el aumento

La Unión llego a disponer de unas 350 plazas entre alojamientos cedidos por Ayuntamientos, un albergue comprado con ayuda de Conselleria de Bienestar Social y diez casas de antiguos operarios cedidas por de la Conselleria de Medio Ambiente.

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de la recolección con máquina y la creciente capacidad de reclutamiento por otras vías, redes sociales, distintas a la contratación en origen. Además de a los vecinos inmigrantes, un número creciente según avanzaba la década, también se recurría a los grupos de jornaleros inmigrantes residentes en la Comunidad Valenciana, mediante diversas vías. Unas más formalizadas, a través de las bolsas de trabajo de la Unión y de Asociación Valenciana de Agricultores (AVA), de convenios con Cruz Roja, Cáritas y otras entidades, y de forma muy minoritaria, a ETT. Otras vías de reclutamiento, más informales, las constituían las redes de compatriotas y conocidos del trabajador de confianza. Además, pasados los primeros años de contratación en origen, el viticultor ya contactaba con “sus” jornaleros (polacos, rumanos y búlgaros, en los casos constatados). Luego, en Utiel, la Unión o AVA gestionaba los contratos. Estos vínculos transnacionales se fueron ampliando con los años y se mantiene en la actualidad. Sea con una fórmula de reclutamiento u otra, en este periodo de 2002-2008 se fue generalizando la relación contractual en la vendimia y la aplicación del convenio, según indican todos los actores. Hay que señalar, además, que las inspecciones de trabajo se han sucedido hasta la actualidad. La tercera etapa en la inserción de los trabajadores inmigrantes en la zona, entre 2009 y la actualidad, está marcada por los impactos de la crisis pero también por el carácter estructural de la presencia del trabajador inmigrante en la zona. En Utiel-Requena como en otras zonas rurales españolas (Camarero et al, 2013), se han conformado más allá de la vendimia un nicho laboral de trabajos agrícolas y agropecuarios que ha sido cubierto por trabajadores inmigrantes. La inmensa mayoría de los trabajadores “fijos”, aquellos que trabajan todo el año para el mismo agricultor “ahora son todos inmigrantes y la mayoría son del Este” (UR-5). No pocos agricultores han “enseñado” a estos trabajadores inmigrantes como realizar las diversas tareas y delegado en ellos tareas de reclutamiento y organización para la vendimia. “tengo al chico este marroquí que la verdad que estoy muy contento con él porque lo he enseñado, antes podaba yo la mayor parte pero yo ya no, pero lo he enseñado a podar a mi gusto y el muchacho es muy interesado en el trabajo […] y luego en la vendimia también […] yo me vengo aquí a la bodega mientras me cargan el remolque y él está con la cuadrilla, lleva compatriotas de él y a él lo dejo de jefe y no se matan a trabajar pero rinden, trabajan, estoy muy contento”(UR-10)

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Otros trabajadores inmigrantes han logrado conformarse un nicho laboral propio que les permite trabajar todo el año y vivir a ellos y sus familia. En unos casos, la estrategia se basa en la alternancia entre tareas (vendimia, poda, otras) en la viticultura y/o en otros cultivos (almendro y aceituna), así como trabajos ocasionales en las granjas de cerdos o de pollos. En otros casos, el jornalero realiza trabajos para diferentes agricultores que están de acuerdo entre ellos. Respecto a la vendimia, en 2009 se dejó de contratar en origen ya que no se “veía la necesidad” (UR-8) y, además, el número de vendimiadores necesarios ha disminuido por la extensión del cultivo en espaldera y la mecanización. Con todo, en plena vendimia la necesidad de trabajadores y trabajadores es ingente, entre 500 y 800 personas según los años. Estos jornaleros y jornaleras son vecinos inmigrantes residentes en la comarca y otros inmigrantes residentes en la Comunidad Valenciana, en España o en otros países. Con la prolongación de la crisis y el agotamiento de las prestaciones por desempleo, el número de españoles ha aumentado aunque continúa siendo muy minoritario. Las vías de reclutamiento de los jornaleros inmigrantes son diversas. Continúan funcionando las bolsas de la Unión y de AVA y también los convenios de estos sindicatos con Cruz Roja, Cáritas y otras entidades de Valencia. Sin embargo, todo parece indicar que la vía más importante de reclutamiento se basa en las redes personales y vecinales de los inmigrantes y los autóctonos residentes en estos pueblos que, con ocasión de la vendimia, activan sus contactos. Estas redes tienen un alcance local, comarcal, a nivel de Comunidad Valenciana, y también transnacional. En el caso de Utiel-Requena destaca la existencia de redes transnacionales conformadas con la contratación en origen. En este sentido, se repiten dinámicas similares a otros programas, como el Programa Bracero en Estados Unidos, 1942-1964, o la contratación en origen de los países europeos en los años 50 y 60, que conformaron redes transnacionales con una dinámica propia aún después de desaparecido el programa (Portes, 2012; Bade, 2003). En Utiel-Requena, como en general en España, este fenómeno de conformación de redes transnacionales se ha visto muy favorecido por el carácter de área transnacional que progresivamente ha ido adquiriendo la Unión Europea. La libre circulación para los ciudadanos UE y en particular para los rumanos (que suponen casi la mitad del vecindario inmigrante de la comarca) facilita la movilidad y el desarrollo de este tipo de redes transnacionales.

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6.3. La creciente asalarización El tercer gran cambio lo ha constituido la poderosa tendencia a la asalarización y a la formalización del vínculo laboral. La extensión de la agricultura a tiempo parcial, el envejecimiento y la reducción de la ayuda familiar, ha hecho aumentar el volumen de trabajo que se tiene que contratar. Además esta asalarización ha tendido a formalizarse. Como en otras zonas agrícolas, en Utiel-Requena sólo a partir de mediados de los años 80 se empezó a hacer contratos a los trabajadores “fijos”; en la vendimia no se empiezan a realizar contratos hasta las inspecciones de trabajo en 2001 y años sucesivos. Esta presión constante han sido un factor decisivo. En los últimos años, además de velar por la realización de contratos, las inspecciones de trabajo están incidiendo también en limitar la ayuda familiar y eliminar la ayuda mutua entre familiares no vinculados en primer grado, vecinos y cooperativistas. Los agricultores entrevistados manifestaban su acuerdo con la obligación de hacer contratos y su rechazo a los límites a la ayuda familiar o la “persecución” a la ayuda mutua. Esta política de la administración se considera ajena a las necesidades y realidad de la agricultura de la zona: “desde la parte administrativa no se ponen en las necesidades nuestras, antes era muy normal […] (ahora) un agricultor no puede ir a ayudar a otro y eso no entiendo por qué, yo por qué no puedo ir a un trabajo, te ayudo a ti luego vienes tú y me ayudas a mí, si al final a lo mejor lo que estamos haciendo es un recorte de gastos porque si vamos los dos en un coche gastamos la mitad, y al final son los mismos días trabajando en lo mío y los mismos días trabajando en lo tuyo, y eso la administración no lo entiende” (UR-9) Aunque no se han impuesto multas las actuaciones de advertencia, verbales o escritas, de los inspectores de trabajo han tenido y tienen un claro objetivo disciplinario. Este conflicto soterrado entre Inspección de trabajo y una parte importante de pequeños viticultores muestra la tensión entre dos lógicas contrapuestas. Por un lado, la lógica de la extensión de las relaciones capitalistas y su reconfiguración de todas las relaciones de trabajo en relaciones sujetas a la economía de mercado; por otro lado, las situaciones y relaciones de trabajo basadas en la lógica del parentesco o en la lógica del don-contradon entre amigos y vecinos (cooperativistas en muchos casos). Al menos una parte de los

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pequeños viticultores de la zona consideran que este tipo de relaciones tradicionales constituyen todavía hoy una forma de optimizar recursos, abaratar costes y mantener la viabilidad económica de su viña. De momento continúan con este tipo de prácticas pero con recelo y conciencia de riesgo.

7. Las desigualdades de la globalización. Un falso debate: granelembotellado En diversas conversaciones sobre la viticultura, el cooperativismo o las perspectivas de futuro de Utiel-Requena, se alude en tono crítico a la “mentalidad tradicional” o “granelista”. A menudo, una serie de opciones se suelen presentar en pares dicotómicos: granel versus embotellado; cantidad versus calidad; cultivo versus cultivo y elaboración. Los primeros elementos de estos pares se atribuyen a la “mentalidad granelista”; los segundos a la que denominaremos “mentalidad emprendedora”8 Los pequeños viticultores y los agricultores mayores, la base social de las cooperativas, tendrían esa mentalidad “tradicional” que les hace optar por el granel, primar en la producción la cantidad de kilos y grados y cobrar pronto, en el plazo de dos o tres meses. Un agricultor explicaba: “nosotros somos granelistas en nuestra comarca porque siempre hemos tenido la ventaja del puerto de Valencia, además la línea de RENFE […] el agricultor y la cooperativa funcionaba medianamente bien porque se producía el vino, se elaboraba y en diciembre prácticamente estaba todo exportado (UR-8). Este sistema de elaboración, distribución y venta tradicional, que sus críticos engloban bajo la etiqueta de mentalidad granelista se considera que constituye un lastre para el desarrollo de la zona. Según nuestro entrevistado en la DO Utiel-Requena. “Es que el problema, tal y como lo veo yo aquí en este territorio es la mente de las personas para decidir ir con su producto más allá de lo que están haciendo […]yo creo que la zona necesitaría un cambio de actitud, porque claro, te podría decir, que 25 millones de botellas valen muchísimo más dinero que el resto de la producción que es el 75% (granel)” (UR-6).

“Mentalidad tradicional” y “mentalidad granelista” aparecen en las entrevistas, de forma espontánea. El término “mentalidad emprendedora”, no utilizado por los actores, se utiliza para designar la línea crítica con la “mentalidad agrarista”.

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Juan Piqueras, gran estudioso de la comarca, haciéndose eco de un amplio consenso afirmaba: “El mayor problema … radica en la falta de iniciativa y de espíritu empresarial: el conformismo agrarista del que no sabe, no quiere o no se atreve a superar la fase de simple productor de uva y dar el salto al de bodeguero embotellador, bien en régimen de cooperativa, bien a título individual o en sociedad con algún otro” (Piqueras, 1997b:17) Frente a la mentalidad tradicional, podemos englobar a sus críticos bajo el rotulo de “mentalidad emprendedora”. En su opinión, al viticultor medio le falta espíritu empresarial y actitud emprendedora para elaborar y embotellar, lo que aumentaría las ganancias. Avanzar en esa línea es lo que garantizara el futuro de Utiel-Requena como zona competitiva, responde a los requerimientos del mercado y se encuentra avalado por numerosos estudios e informes oficiales. Por su parte, los agricultores entrevistados han destacado distintas razones que avalan las reticencias al “embotellado”. Se habla de embotellado pero se alude al tipo de reorientación productiva que supone y representa. En primer lugar, dar el paso a la elaboración supone un capital inicial, en términos económicos y relacionales, al que no todos tienen acceso sean viticultores particulares o cooperativas pequeñas y medias. Si bien se destaca la apertura y éxito de bodegas, no faltan los casos de fracasos de agricultores y corredores que montaron una9. Frente a la insistencia en la calidad, no pocos agricultores responden que la calidad no se paga de forma adecuada. Producir con unos requerimientos específicos supone una mayor dedicación, más trabajo y en ocasiones una producción menor. Si se considera que eso no se paga bien, más que el reflejo de una mentalidad tradicional la opción por el granel se presenta como la más racional en términos de costos y beneficios. Así se expresa un viticultor: “se va producir, producir y producir porque nos han demostrado que, aquí en la comarca precisamente, que hacer calidad no nos vale para nada. ¿por qué dices que hacer calidad no nos vale para nada? Sí, muy sencillo porque los compradores de uva o los compradores de vino ellos quieren calidad […] pero a mi me dicen que quieren un 5% o un 10% (más) en el precio cuando la producción que yo voy a recoger para que ellos tengan la calidad que ellos quieren va a ser un 50% menos […] probablemente aquí en la comarca Fue el caso de uno de nuestros entrevistados, corredor, y su hermano, agricultor. Sin suficiente reserva financiera, dos años seguidos de malos precios acabaron con la bodega y la mal venta de sus instalaciones.

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se podía haber sacado mucha más calidad si no hubieran sido los bodegueros o las comercializadoras tan avarientas, pienso yo” (UR-9). Los viticultores entrevistados son conscientes de los nuevos retos de la reestructuración del vino que viven con desasosiego e inquietud. Además de lo señalado, dos aspectos destacan en varias conversaciones. Por un lado, las cooperativas que han sido instrumento clave para la defensa de los intereses de los viticultores presentan hoy dificultades de diverso tipo, ya comentadas, para hacer frente a los retos que impone la globalización. Por otro lado, los efectos de la PAC no han sido tan beneficiosos en términos de mantener las rentas agrarias. La PAC ha mejorado las explotaciones y la producción pero, sin embargo, ello no se ha traducido en una mejora de la renta agraria. Además, esta misma política está incidiendo a la baja sobre las rentas del agricultor con la imposición de precios por parte de un mercado cuyo funcionamiento suscita dudas pero cuyos veredictos aparecen como inapelables, ante la apatía cómplice de la Administración. Así lo expresan dos viticultores sindicalistas entrevistados: J. (la PAC) era una política agraria … ha servido para mejorar explotaciones y mejorar el funcionar de los agricultores pero para mejorar rentas no […] A. Sobre todo yo creo que porque, lleva la imposición de precios, que se nos impone a los agricultores te dicen […] que es el mercado pero a mi me gustaría saber quién es el mercado, quién pone ese precio porque en ningún momento se ajusta a la realidad, es pura especulación, más ahora cuando el tema de globalización y tal donde te traen un barco de vino y ya te hunden el precio J. … como organizaciones agrarias hemos pedido de hablar de mercado, ahí sí que ningún político se quiere meter, lo único que nos decían era que estamos en un mercado libre y que no se podía […] en Francia en muchos aspectos se podía llegar a acuerdos para cubrir los costes de producción y aquí en España siempre nos han dicho que no” (UR-8). Antes calificábamos de falso debate la oposición entre mentalidad tradicional y mentalidad emprendedora. Las mentalidades son importantes y no cabe menospreciar el peso de la tradición granelista de la comarca. Sin embargo, planteado el debate en términos de mentalidad se vela el verdadero problema: la desigual posición de los distintos actores ante la reestructuración vitivinícola globalizada y sus concreciones en la comarca. La globalización del mercado del vino y la reestructuración que impone supone oportunidades y riesgos, ganadores y perdedores en función de su acceso a recursos imprescindibles para jugar en el mercado globalizado. Una parte de los actores, los

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pequeños viticultores, no cuentan con dichos recursos. Las cooperativas, sus instrumentos asociativos tradicionales y todavía muy importantes en la comarca, se muestran poco operativas. Se les exige una calidad, que consideran mal pagada. Se sienten perjudicados por un mercado global, con sus agentes lejanos y sus precios “marcados por la competencia” (UR-8). Más que el peso de una mentalidad tradicional, no desdeñable entre los viticultores más mayores, las reticencias granelistas ante la globalización expresan la posición de los pequeños viticultores que no consideran, con buenas razones, que vaya a mejorar su situación. 8. El vecindario inmigrante. La transformación de los municipios Aparte de unos pocos pioneros y pioneras, con el siglo XXI se inicia en Utiel-Requena un proceso de asentamiento y arraigo familiar de inmigrantes. El punto de inflexión de este proceso de asentamiento, de acuerdo con los registros patronales, lo constituye el año 2002 (tabla 3). La instalación de vecinos inmigrantes y sus familias prosiguió en años posteriores, hasta alcanzar la cifra de 4.810 vecinos inmigrantes en enero de 2012, el 11,6% del total del vecindario de la DO Utiel-Requena. Este asentamiento de los migrantes y sus familias indica, al menos, dos aspectos. Por un lado, la existencia de nichos laborales en la comarca como hemos visto. Por otro lado, la consideración de que Utiel-Requena ofrecía un marco adecuado para instalarse con la familia o iniciar aquí un proyecto familiar. La DO Utiel-Requena, como otras zonas rurales españolas con cierto dinamismo (López Trigal, 2008; Camarero, 2013), se ha beneficiado de la extensión de una parte de la inmigración extranjera desde las grandes áreas urbanas, en el caso de Valencia ubicadas a lo largo de la costa, hacia las zonas y comarcas agrícolas de interior que podían ofrecer pequeños nichos laborales y oportunidades para mejorar la calidad de vida (vivienda más barata, posibilidad de autocultivo y otras tareas productivas). Los vecinos inmigrantes se han distribuido de forma desigual en estos municipios. Los más importantes, Utiel y Requena tenían un 8,9 y un 12,4% de vecinos inmigrantes respectivamente en enero de 2012. Su presencia en los municipios más pequeños, también era importante oscilando entre el 17,1% del vecindario de Venta del Moro y el 9,6% de Caudete.

Otra característica destacable del vecindario inmigrante en la zona es el

marcado perfil familiar. Un indicador en este sentido lo constituye una sex-ratio

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relativamente masculinizada que se ha ido equilibrando con los años. Otro indicador, la proporción de vecinos extranjeros menores de 16 años, similar a la de sus pares españoles y que oscilaba ente el 18,6% en Utiel y el 15,8% en Requena. Tabla 3. Total población, vecindario extranjero y proporción sobre el total. Provincia de Valencia, D.O. Utiel-Requena y algunos municipios significativos. 2000-2012.

Provincia Valencia D.O. UtielRequena Camporobles Fuenterobles Requena Utiel Venta del Moro

Total Ext. % Total Ext. % Total Ext. % Total Ext. % Total Ext. % Total Ext. % Total Ext. %

2000 2.201.200 26.290 1,2 38.581 335 0,9 1.362 12 0,9 728 17 2,3 19.092 168 0,9 11.786 57 0,5 1.567 15 1,1

2002 2.267.503 84.727 3,7 39.029 1.192 3,1 1.378 67 4,9 706 24 3,4 19.168 710 3,6 11.789 224 1,9 1.543 53 3,4

2004 2.358.919 151.754 6,4 39.283 2.010 5,1 1.372 92 6,7 737 50 6,8 19.849 1.208 6,1 11.848 371 3,1 1.493 84 5,6

2008 2.543.209 294.846 11,6 40.775 3.764 9,2 1.423 151 10,6 737 84 11,4 20.807 2.101 10,1 12.294 795 6,4 1.401 142 10,1

2010 2.581.147 314.395 12,1 41.649 4.574 11,0 1.487 207 13,9 733 94 12,8 21.448 2.502 11,7 12.421 931 7,8 1.473 244 16,6

2012 2.580.792 298.804 11,5 41.595 4.810 11,6 1.402 166 11,8 719 98 13,6 21.429 2.666 12,4 12.429 1.104 8,9 1.443 247 17,1

Fuente: INE. Padrón continúo a 1 enero Tabla 4. Total vecindario extranjero, proporción sobre el total y nacionalidades más significativas. Requena. 1996-2012.

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Extranjeros % Total Europa UE Bulgaria Polonia Rumania África Argelia Marruecos América Colombia Ecuador Asia

1996 62 0,3 21 * * * * 9 * * 24 * * 8

2000 168 0,9 43 22 * * * 39 * * 73 * * 14

2002 710 3,6 256 36 * * * 66 * 19 370 107 170 18

2004 1.208 6,1 573 173 * * 292 74 * 26 544 118 266 16

2006 1.515 8,1 862 219 74 * 527 89 * 39 526 109 225 36

2008 2.101 11,6 1.384 1345 132 108 943 101 45 48 569 98 223 46

2010 2.502 11,7 1.685 1.638 165 122 1.152 169 82 81 598 125 212 49

2012 2.666 12,4 1.915 1.866 207 137 1.307 160 51 96 542 107 177 48

Fuente: INE. Padrón continúo a 1 enero. (*) Datos no disponibles. UE incluye 15 miembros hasta 2004, 25 miembros en 2005 y 2006 y 27 miembros desde 2007. A pesar de que este perfil familiar no corresponde a todos los inmigrantes, sí podemos caracterizar la situación de la inmigración en la zona como de asentamiento y arraigo familiar. No solo porque el número de familias es ya muy importante sino porque el rápido proceso de reconstitución y/o formación de familias ha tenido y tiene importantes consecuencias para todos los actores, inmigrantes y municipios de acogida. La presencia de hijos e hijas estabiliza el domicilio, hace que se conceda más importancia a las condiciones de vida y genera una mayor relación con los servicios públicos (el Colegio Público, el Centro de Salud o Servicios Sociales) y otros espacios de la vida social. Como hemos visto, muy pocos jornaleros inmigrantes de los años 90, marroquíes y más tarde latinos, se instalaron en la comarca. Posteriormente, el número de latinos aumentó en número limitado. A partir de 2002, ya con la contratación en origen, el protagonismo correspondió a los europeos del Este que, desde 2006, constituyen los colectivos predominantes en la zona. En enero de 2012, los rumanos representaban el 49% del total del vecindario extranjero de Utiel y el 56,7% del total del vecindario extranjero de Requena (tablas 4 y 5). Tabla 5. Total vecindario extranjero, proporción sobre el total y nacionalidades más significativas. Utiel. 2000-2011.

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Extranjeros % Total Europa UE Bulgaria Polonia Rumania África Argelia Marruecos América Colombia Ecuador Asia

1996 41 0,3 10 * * * * 17 * * 10 * * 4

2000 57 0,5 14 13 * * * 20 * * 21 * * 2

2002 224 1,9 72 14 * * * 51 * 7 92 53 19 9

2004 371 3,1 187 63 * * 87 68 * 9 108 59 22 8

2006 545 4,5 332 80 37 * 194 67 * 9 129 68 14 17

2008 795 6,4 606 579 51 16 408 47 39 5 126 59 12 16

2010 967 7,9 759 736 49 21 560 47 47 8 126 62 9 16

2012 1.104 8,9 888 865 87 33 626 83 50 21 102 46 7 31

Fuente: INE. Padrón continúo a 1 enero. (*) Datos no disponibles. UE incluye 15 miembros hasta 2004, 25 miembros en 2005 y 2006 y 27 miembros desde 2007. ¿Qué podemos apuntar sobre la inserción de los nuevos vecinos? De forma provisional, ya que estos aspectos no formaban parte de los objetivos de este año, podemos afirmar que se ha dado un proceso de inserción tranquila, sin grandes tensiones y problemas, similar a lo sucedido en el conjunto de España y por los mismas razones, su carácter funcional, su aportación económica y la conciencia ciudadana sobre estos aspectos (Torres, 2011). Cuando se pregunta por los inmigrantes en la comarca se suele destacar razones similares, en clave local. Así lo expresaba un agricultor entrevistado: “(los inmigrantes) son gente que se dedica únicamente al campo porque españoles que sean jornaleros no hay, prácticamente no hay […]lo que es lo pueblos pequeños se están aguantando por ellos porque se han quedado a vivir en estos pueblos y están manteniendo a la agricultura ellos” (UR-9). Aunque no falten comentarios maliciosos, como los que atribuyen a los rumanos los robos puntuales que se dan en la comarca, lo que se observa y lo que transmiten todos los entrevistados es una copresencia tranquila de los vecinos de distintos orígenes. En no pocos casos, parece que se han generado lazos vecinales de cierta confianza. Un agricultor de Caudete comentaba: “con mi hijo por ejemplo, unos día baja mi mujer a mi hijo y otro chico que es de una chica rumana y otras veces es ella quien baja a los dos (a la escuela), se van turnando” (UR-9). Después de una de las entrevistas, fuimos a un pub de Utiel los dos investigadores, uno de nuestros entrevistados y la mujer de éste, maestra de primaria. Ella destacaba el gran número de “críos del Este” y el gran nivel de adaptación de esos menores, “en tres meses

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hablan español… y ya tienen amiguitos de aquí” y concluye “son muy espabilados… los ves en el mercado con su madre y, a veces, es el crio o la cría de seis y siete años la que traduce a la madre” (Cuaderno campo. 28.08.2013)

9. A modo de conclusiones En las últimas tres décadas, la comarca Utiel-Requena ha conocido importantes transformaciones como consecuencia de factores globales, entre los que destacan la reestructuración globalizada del mercado del vino y las migraciones internacionales. Dichos factores globales han adoptado formas relativamente específicas en UtielRequena, respecto a otras zonas vitivinícolas (Pan-Montojo, 2009), lo que nos permite hablar de ruralidad “glocalizada”. Algunos de los rasgos que habían caracterizado a Utiel-Requena como zona vitivinícola se mantienen pero transformados. La organización productiva y social de la comarca continua nucleada alrededor de los pequeños viticultores, organizados en cooperativas, pero su situación es estructuralmente más débil que hace tres décadas. Los viticultores y las cooperativas pequeñas y medias no disponen de los recursos económicos, relacionales y profesionales, para competir en los procesos de calidad, distinción e integración de la actividad vitivinícola (producción, elaboración y distribución) que impone la reestructuración globalizada del mercado del vino. Como hemos constatado, muchos viticultores consideran no sin razones que ese proceso de calidad y distinción descansa sobre su trabajo mal pagado. Por otro lado, las cooperativas acumulan una serie de límites y problemas (envejecimiento, tamaño limitado, falta de profesionalidad para los requerimientos actuales) que debilitan su posición y les dificultan cumplir –como en el pasado- su papel de instrumento de defensa del pequeño viticultor. Así, en la actualidad, el papel central lo ostentan las bodegas privadas que, si bien no son mayoritarias en términos de tierra y/o producción, sí constituyen la punta de lanza de la reestructuración vitivinícola en la zona (junto con la cooperativa de segundo grado Coviñas), cuentan con el apoyo de la DO Utiel-Requena y de la Administración y han sido las mayores beneficiados de los cambios de las últimas décadas. De acuerdo con nuestro trabajo de campo, las contradicciones que genera el proceso de reestructuración del vino tienden a presentarse como un debate entre mentalidades,

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“granelistas” versus “emprendedores”, lo que en nuestra opinión oscurece el problema de fondo: las desigualdades que genera la globalización entre los distintos actores de la zona. Por otro lado, este proceso de reestructuración vitivinícola ha comportado importantes modificaciones respecto a la estructura productiva. Por un lado, se ha dado una dualización del mercado de trabajo entre un reducido pero significativo grupo de profesionales y técnicos y, por otro lado, una mayoría de jornaleros con trabajo temporal, precario y mal pagado, que dado los cambios sociales en España y la comarca se ha cubierto con inmigrantes. Esta segmentación étnica se ha consolidado en los últimos años, con diversos impactos en la vida local dado que una parte de los inmigrantes y sus familias se han instalado en estos municipios. Por último, es constatable la tendencia creciente a la asalarización y a la extensión de las relaciones capitalistas a ámbitos y situaciones de trabajo que, anteriormente, se resolvían en términos de ayuda familiar y/o ayuda mutua, lo que debilita más todavía la posición de los pequeños viticultores. Más allá de los aspectos labores, los municipios de Utiel-Requena se han transformado radicalmente. Algunos de los elementos que tradicionalmente habían definido a las áreas rurales pierden capacidad para explicar la realidad. Si en el pasado podíamos caracterizar a la comarca de Utiel-Requena como homogénea, sedentaria y relativamente aislada, en la actualidad tenemos una sociedad mucho más heterogénea, socioeconómicamente pero también étnica y culturalmente, móvil y conectada por múltiples y diversas redes, nacionales y transnacionales, unas de tipo empresarial y otras de tipo social.

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