Rubem Alves, La seriedad de los niños al jugar (2000)

July 1, 2017 | Autor: L. Cervantes-Ortiz | Categoría: Friedrich Nietzsche, Rubem Alves
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Descripción

LA SERIEDAD DE LOS NIÑOS AL JUGAR Rubem Alves Correio Popular, 27 de agosto de 2000

no son aquellos que anuncian lo que va a suceder en el futuro. Profetas son quienes P rofetas sueñan con un futuro posible. Ellos hablan para que sus palabras sean semillas, para que los seres humanos queden grávidos y de ellos nazca el futuro soñado. Pero las palabras, para que se vuelvan semilla, es necesario que los hombres que las oyen sean seducidos por el sueño y se enamoren de él. Los profetas hablan para que los hombres hagan el amor con aquello que no existe, pero que puede existir. El 25 de agosto se cumplieron 100 años de la muerte de Nietzsche, filósofo que circula en mis venas. Murió luego de 10 años de locura. Enloqueció, pienso, de tristeza. Era un profeta. Proclamaba su sueño. Pero los hombres no entendían y hasta se reían de él. Quería que ellos se volviesen seres alados. Pero las tortugas no entienden la voz de las aves. Quería que los hombres serios y graves volvieran a sonreír y a la ligereza de las mariposas y de las burbujas de jabón. Pero las piedras no entienden la voz de la levedad. Quería que los adultos se volvieran niños de nuevo, para jugar, que es el verdadero sentido de la vida. Pensé escribir una crónica sobre él, pero creí mejor ofrecer algunos aperitivos de su pensamiento. 

La vida es una fuente de alegría.



En cuanto a mí, gusto de la vida: mariposas y burbujas de jabón y todas las cosas que, entre los hombres, se asemejan a ellas, parecen saber más sobre la felicidad. Viendo flotar esas almas leves, móviles, pequeñas, —eso sedujo a Zaratustra y le provocó lágrimas y canciones.  ...el hombre ha experimentado muy poca alegría: ése es, únicamente, hermanos míos, nuestro pecado original.  La madurez de un hombre consiste en encontrar de nuevo la seriedad que tenía como niño —al jugar.  Hay siempre alguna locura en el amor. Pero también hay siempre alguna razón en la locura.  El precio de la fertilidad es ser rico en oposiciones internas. La gente permanece joven solamente mientras no se despereza y desea la paz.  Solamente mi dolencia me llevó a la razón. Ella me dio el derecho de cambiar completamente todos mis hábitos; ella permitió, ordenó que olvidase; ella me concedió la necesidad de estar quieto, de yacer, de esperar y ser paciente. Es decir, de pensar. Solamente mis solhos colocaron un fin en la obsesión por los libros... Fui liberado de los libros. Por años no leí cosa alguna —el mayor beneficio que jamás me di a mí mismo. Así es como aquel largo periodo de dolencia se me presenta ahora: fue como si hubiera descubierto la vida de nuevo, incluyéndome a mí mismo; probé todas las cosas buenas, incluso las pequeñas, de una forma en que los otros no las prueban con facilidad —transformé mi voluntad de salud, de vivir, en una filosofía.

 Yo podría creer solamente en un dios que bailase. Cuando vi mi demonio lo encontré serio, riguroso, profundo y solemne: era el espíritu de la gravedad —en él se basan todas las cosas. A él no se le mata odiándolo. Se le mata por medio de la risa. ¡Vengan, vamos a matar al espíritu de la gravedad! ¡Ahora estoy ligero! Ahora un dios danza a través de mi cuerpo.  Y ustedes, para quienes la vida es un trabajo furioso y agitación —¿no están cansados de la vida? ¿No están maduros para la predicación de la muerte? Todos ustedes, que aman el trabajo furioso, que aman lo rápido, nuevo y extraño —en verdad para ustedes es difícil soportarse a sí mismos. Su trabajo es una fuga, una voluntad de olvidarse de sí mismos. Si creyeran más en la vida no se agitarían tanto en el momento. Pero ustedes no se contienen a sí mismos lo suficiente para esperar —ni siquiera para la pereza. 

Creación —ésa es la redención del sufrimiento, es la vida pasando ligera. Pero para que haya creadores es necesario el sufrimiento, y muchos cambios. Ciertamente, en la vida de ustedes, creadores, ha de haber mucho morir amargo. Así, ustedes son abogados y justificadores de toda impermanencia. Para ser un niño recién nacido el creador debe desear también la madre que da a luz y los dolores de quien tiene al hijo.



Ellos dieron el nombre de "Dios" a lo que se les oponía y los hacía sufrir. Quisieron vivir como cadáveres. Vistieron sus cadáveres de negro y en su lenguaje se puede sentir el tufo de las cámaras mortuorias. No sabían cómo amar a su dios, excepto crucificándolo. Y cualquiera que viva cerca de ellos vive cerca de una laguna negra donde una rana agorera canta su canción con dulce melancolía. Ellos tendrían que cantar mejores canciones para para que yo tuviese fe en su redentor. ¡Y sus discípulos tendrían que parecer más redimidos!



Puedo perdonar lo que ustedes hicieron conmigo. ¿Pero cómo puedo perdonar lo que ustedes hicieron consigo mismos?



Valores falsos y palabras engañosas: esos son los peores enemigos de los mortales.



La voz de la belleza habla delicadamente: ella se mueve dentro de las almas más iluminadas.



¡Se fue la penumbra vacilante de mi primavera! Se fue la maldad de mis copos de nieve en el verano. ¡Me volví verano enteramente, mediodía de verano! Verano en las esferas altas con fuentes frescas y silencio bendecido. ¡Oh! ¡Vengan amigos míos, para que el silencio sea más bendecido aún!



¡Solamente en la danza sé contar la parábola de las cosas más altas!



Entre ellos todos quieren hablar, pero ninguno sabe entender: todo ace en el agua, nada cae en las aguas profundas.

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