Rolando Cordera y Carlos Tello: México, ¿qué disputa en qué nación?

July 8, 2017 | Autor: Israel Covarrubias | Categoría: Political Economy of Development, 20th Century Mexico, History of Political Ideas
Share Embed


Descripción

!"#$%&'(#)*$ AÑO 18, NÚM. 84, ENERO - MARZO 2014

www.metapolitica.com.mx

!"#$%&"'(" Rector Mtro. J. Alfonso Esparza Ortiz

4

EDUARDO OLIVARES: EL ARCHIVO INTERVENIDO. HISTORIA DE DOS HALLAZGOS

Secretario General Dr. René Valdiviezo Sandoval Director del ICGDE Dr. José Antonio Meyer Rodríguez Director editorial Dr. Israel Covarrubias

)"*(+,%,-%.(+#$% 16

MIGUEL ABENSOUR: EL MAPA DEL MUNDO Y EL ATAÚD DE LA UTOPÍA por Patrice Vermeren

23

¿INCONSCIENTE O MUNDO INTERNO? por Javier Roiz

27

ESTADOS UNIDOS Y LATINOAMÉRICA: UNA HIEDRA SIN CENTRO por Franco Gamboa Rocabado

31

EL DÍA MÁS INCIERTO DE LA HUMANIDAD por Juan Cristóbal Cruz Revueltas

36

SOBRE LA LLAMADA GOVERNANCE URBANA. ANÁLISIS DE LOS ALCANCES Y RIESGOS DEL PARADIGMA por Luis H. Patiño Camacho

44

ARGENTINA EN UNA PERMANENTE TRANSICIÓN POLÍTICA por Federico Saettone

[email protected]

Consejo editorial José Antonio Aguilar Rivera, Roderic Ai Camp, Alejandro Anaya, Antonio Annino, Álvaro Aragón Rivera, Israel Arroyo, María Luisa Barcalett Pérez, Miguel Carbonell, Jorge David Cortés Moreno, José Antonio Crespo, Jaime del Arenal Fenochio, Rafael Estrada Michel, Néstor García Canclini, Pablo Gaytán Santiago, Armando González Torres, Paola Martínez Hernández, María de los Ángeles Mascott Sánchez, Alfio Mastropaolo, Jean Meyer, Edgar Morales Flores, Leonardo Morlino, José Luis Orozco, Juan Pablo Pampillo Baliño, Mario Perniola, Ugo Pipitone, Juan Manuel Ramírez Saíz, Víctor Reynoso, Xavier Rodríguez Ledesma, Roberto Sánchez, Antolín Sánchez Cuervo, Ángel Sermeño, Federico Vázquez Calero, Silvestre Villegas Revueltas, Danilo Zolo. Coordinador de Debates del presente número: Israel Covarrubias Diseño, composición y diagramación Ivan Velasco Vega

!"#$%&'(#)*$, año 18, No. 84, Enero a Marzo de 2014, es una publicación trimestral editada por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, con domicilio en 4 Sur 104, Col. Centro, C.P. 72000, Puebla, Pue., y distribuida a través del Instituto de Ciencias de Gobierno y Desarrollo Estratégico, con domicilio en Av. Cúmulo de Virgo s/n Acceso 4 Puebla, Puebla. C.P. 72810, Tel. (52) (222) 2295500 ext. 5559, www.metapolitica.com.mx, Editor Responsable Dra. Claudia Rivera Hernández, [email protected]. Reserva de Derechos al uso exclusivo 04-2013-013011513700-102. ISSN: 1405-4558, ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Con Número de Certificado de Licitud de Título y Contenido: 15617, otorgado por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Impresa por MAGDALENA GARCÍA REYES, Circuito San Bartolo Oriente A, Edificio C 709 Int. 8, Infonavit San Bartolo, Puebla, Puebla, C.P. 72490, Tel. (222) 1411337, DISTRIBUCIÓN. PERNAS Y CÍA., EDITORES Y DISTRIBUIDORES S.A. DE C.V. Poniente 134 Nº. 650 Col. Industrial Vallejo C.P. 023000, México D.F., Tel. 55874455, éste número se termino de imprimir en Diciembre de 2013 con un tiraje de 3000 ejemplares. Costo del ejemplar $50.00 en México. Administración y suscripciones Dinorah Polin, Tel. 045 (222) 769 3450, [email protected]. mx, [email protected]. Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación. Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación sin previa autorización de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. !"#$%&'(#)*$ aparece en los siguientes índices: CLASE, CITAS LATINOAMERICANAS EN CIENCIAS SOCIALES (Centro de Información Científica y Humanística, UNAM); INIST (Institute de L’Information Scientifique et Tecnique); Sociological Abstract, Inc.; PAIS (Public Affairs Information Service); IBSS (Internacional Political Science Abstract); URLICH’S (Internacional Periodicals Directory) y EBSCO Information Services. !"#$%&'(#)*$ no se hace responsable por materiales no solicitados. Títulos y subtítulos de la redacción.

,+.%$+) +/01234/-56-6/2738971-:-24; ,GHDVREUDV\DXWRUHVFRQWHPSRUiQHRVGHODUHÀH[LyQSROtWLFDPH[LFDQD ?)6@9;51-01786A 52

PABLO GONZÁLEZ CASANOVA: LA DEMOCRACIA EN MÉXICO por Rogelio Hernández Rodríguez

55

JULIO SCHERER GARCÍA: UNA VOZ EN EL SILENCIO A TRAVÉS DE LOS PRESIDENTES por Xavier Rodríguez Ledesma

61

JOSÉ REVUELTAS: MÉXICO. UNA DEMOCRACIA BÁRBARA O INTERFAZ DE LA DOMINACIÓN POLÍTICA por Pablo Gaytán Santiago

67

ROLANDO CORDERA Y CARLOS TELLO: MÉXICO, ¿QUÉ DISPUTA EN QUÉ NACIÓN? por Israel Covarrubias

75

BOLÍVAR ECHEVERRÍA: VUELTA DE SIGLO por Luis Martínez Andrade

80

ARNALDO CÓRDOVA: LA DOBLE ESTRUCTURACIÓN DEL PODER POLÍTICO EN MÉXICO por Cristhian Gallegos Cruz

85

MIGUEL LEÓN-PORTILLA: EL LABERINTO DE LOS VENCIDOS O LA VISIÓN DEL OTRO por Gerardo Martínez Hernández

SUMARIO !"#$%&'()#*+,!-( 90

DE PLAGIOS Y PLAGIARIOS por Cristina Puga

92

Sobre LA POESÍA DEL PENSAMIENTO. DEL HELENISMO A CELAN DE GEORGE STEINER por Edgar Morales Flores

96

Sobre LACAN, FRENTE Y CONTRA TODO DE ELISABETH ROUDINESCO por Isela Rodríguez Ramírez

99

Sobre TEORÍA DEL MUNDO DE LA VIDA DE HANS BLUMENBERG por María Luisa Bacarlett Pérez

102

Sobre FACTORY NUNCA MÁS. ESTUDIO DE CASO EN TORNO AL INCENDIO DE LA DISCOTECA FACTORY DE ANDREA MADRID TAMAYO, MARCELO NEGRETE Y TITO LIVIO MADRID por Hugo César Moreno Hernández

105

Sobre ESTADO, SEGURIDAD PÚBLICA Y CRIMINALIDADES. DEBATES RECIENTES DE RIGOBERTO OCAMPO ALCÁNTAR, ISRAEL COVARRUBIAS Y JUAN CRISTÓBAL CRUZ REVUELTAS (COORDS.) por José Antonio Bretón BetanzoS

107

Sobre ENTRE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN Y EL DERECHO A LA INFORMACIÓN DE CITLALI VILLAFRANCO ROBLES Y LUIS EDUARDO MEDINA TORRES (COORDS.) por Cecilia Aida Hernández Cruz

110 Sobre CIENCIA POLÍTICA COMPARADA. EL ENFOQUE HISTÓRICO-EMPÍRICO DE DIETER NOHLEN por Claudia Rivera Hernández

Foto de portada: Eduardo Olivares. El archivo intervenido. Historia de dos hallazgos. Fotografía. Plata / gelatina y pigmento negro.

!"#$%&"'(")&*)$'+'($)#",'-*##". !"#$%&'()*+"(,$-.+/0 12(*+1(20%$324 Israel Covarrubias*

E

n “Lo que queda por disputar. Nuevo prólogo al libro La disputa por la nación”, Rolando Cordera y Carlos Tello escriben en 2010 con motivo de la nueva edición del libro que publicaron en 1981, un sucinto recuento de las principales transformaciones que tuvieron lugar después de la publicación de su libro (obvio, no a causa de su publicación) en el terreno económico y que terminaron por definir el cambio de dirección del Estado mexicano hacia la economía del mercado, en conjunto con su inserción en el concierto de la globalización de los mercados y finanzas. De igual modo, ponen el acento en la formación de una retórica que justificó la ola radical de reformas y ajustes estructurales que tuvieron lugar entre finales de los ochenta y principios de la década sucesiva (Cordera y Tello, 2011: 30 y ss.). En su crítica, los autores sostienen que: Economía y política responden a otros códigos y claves. Sus imperfecciones e ineficiencias pueden todavía atribuirse a los ecos del Viejo Régimen pero, en lo fundamental, deben entenderse como defectos de los nuevos arreglos: “fallas del mercado”, como ocurre siempre salvo

* Profesor investigador de tiempo completo en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. Desde 2007 es Director de Metapolítica. Es autor de El drama de México. Sujeto, ley y democracia (México, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, 2012).

!"#$%&'(#)*$+núm. 84,

en la imaginería neoliberal. Pero también fallas de un Estado que no acaba de definir su perfil, ni de dar lugar al surgimiento de un nuevo orden democrático y de una nueva economía política, que permitan darle un sentido histórico a tanto cambio y reforma como los que México ha vivido (Cordera y Tello, 2011: 29).

México. La disputa por la nación. Perspectivas y opciones de desarrollo es una obra que fue publicada en los momentos preliminares del “colapso” económico del Estado mexicano. Su relectura reviste un interés particular ya que nos encontramos frente a un libro que hizo suya la discusión crítica de las opciones para el desarrollo a través de un eje que articulaba dos universos en contradicción: el campo económico con la querella por la nación. Ello supuso el establecimiento de un puente con el campo de lo político, del cual resultaba —y me da la impresión de que es una de las grandes contribuciones del libro— la operación de que la economía no podía sustraerse a la lógica de lo político, pues ambos eran espacios de frontera y por este hecho estaban “contaminados”. Entonces, las opciones de desarrollo traducían opciones de Estado, pero ante todo opciones de sociedad. Es oportuno recordar que las estrategias que se atisban en el horizonte y que actúan como opciones de desarrollo no fueron cosa menor, ni siquiera en

enero - marzo 2014

67

!"#$%"&

ISRAEL COVARRUBIAS

los países avanzados, donde estaba teniendo lugar el pico más alto respecto a las salidas1 al cambio de dirección en los regímenes de bienestar —donde su conducción había recaído en el Estado— y la distancia-discrepancia que se producía con el campo de lo económico-privado —definida a inicios de los años ochenta como “cambio estructural” (Cordera y Tello, 2011: 25).2 También, la obra recoge una serie de argumentos relacionados en modo directo con el fenómeno político de la apertura y liberalización de las redes de intermediación de la política mexicana, que en ese entonces aún se encontraba en un momento “naciente”, ya que sus modalidades alcanzaron un grado significativo de transformación hasta la década de los noventa, en particular, en su segunda mitad:

tiene ecos claros hasta el presente3 encuentra uno de sus picos más altos en las “brechas” que comienzan a surgir a partir del esquema de cooperación entre mercado político y mercado privado, así como en los desfases que producen con relación a sus probables conexiones con el mercado de lo social y el de los bienes simbólicos —como resulta de la experiencia social con la democracia (Cordera y Tello, 2011: 19).4 De hecho, páginas adelante dirán en este mismo sentido que una parte de sus intereses académicos radica en observar las “mutaciones bruscas en el terreno de las relaciones sociales, de las organizaciones básicas clasistas y de las ideologías populares, entre otras” (Cordera y Tello, 2011: 49). Justo aquí es donde comienza su alegato, pues sugieren que: La primera de estas opciones, que hemos llamado “neoliberal” […] contempla la necesidad de un periodo de ajuste estructural de duración indeterminada, durante el cual casi indefectiblemente se generaría una situación de mayor marginalidad y polarización económica y social, sin menoscabo de que, al mismo tiempo, se produjeran un mayor consumo y un crecimiento económico relativamente rápido La segunda vía, que llamamos “nacionalista” […] plantea la necesidad de realizar un vasto programa de reformas económicas y sociales con el propósito de lograr, en el plazo más breve, una efectiva integración económica nacional y una disminución sustancial de la desigualdad y la marginalidad social prevaleciente (Cordera y Tello, 2011: 42-43).

[…] puede presumirse que, a pesar de su lentitud, la reforma política rindió al final frutos considerables. Sin alejar la violencia política de su horizonte, como lo mostró 1994, la democratización avanzó con rapidez a partir de ese año, propició la derrota del PRI en la Cámara de Diputados en 1997 y el primer gobierno electo de la capital quedó en manos de Cuauhtémoc Cárdenas, indiscutible pionero del cambio democrático mexicano. Se levantaron los diques a un federalismo siempre contenido y desnaturalizado por el poder central y se entró en la fase, que no ha terminado, de una regionalización y una descentralización, que ha sido ya capaz de volverse una fuente de poder político decisiva dentro del actual Estado nacional (Cordera y Tello, 2011: 32).

En el “Prólogo” de 1981, los autores indican a grandes trazos el objetivo de su trabajo y el alcance que puede tener su lectura, sobre todo en la medida de relacionar las estructuras socio-económicas que modelarán en las sedes específicas de la política, “el carácter de una época”, definido por tres vocablos: “el cambio, el conflicto y la crisis” (Cordera y Tello, 2011: 41). En este sentido, un elemento relevante es la tensión que se abre entre las opciones polares de desarrollo, esto es, entre la opción neoliberal y la nacional —que a juicio de los autores es la más viable (Cordera y Tello, 2011: 43-44). En efecto, esta tensión que 1

La función de la salida puede ser interpretada como una opción de crecimiento y desarrollo, además de competencia, pero también como lo ha indicado Albert O. Hirschman (1970: 30-43) adopta un carácter político (por ejemplo, bajo la égida contemporánea de los fenómenos de éxodo-migración-exilio-fuga-desplazamiento). 2

Sobre las discrepancias y distanciamientos entre las estructuras nacionales de la economía con relación a los mercados globales, así como sus efectos en el orden político, véase el análisis de Strange (2003).

I El capítulo primero, “Los factores condicionantes”, está compuesto de un análisis sobre tres ámbitos que influyen directamente las opciones del desarrollo. El primero es lo que llaman el futuro de la sociedad internacional. Al respecto, es necesario identificar y discutir una serie de factores externos que cobraron vida mediante la diferenciación norte-sur respecto a tres dimensiones: a) “empate clasista en la crisis”; b) 3

Véase, por ejemplo, los debates y protestas en sede legislativa, en el régimen de la opinión pública, incluso en las calles, sobre la reforma educativa, hacendaria y energética en el segundo semestre de 2013. 4

Con relación a los grados de integración y centralización del sistema de organización de los intereses en función de las instituciones público-políticas (primordialmente los partidos políticos pero también otras agencias de intermediación), así como los límites de la racionalidad de la política como opción a las demandas que atraviesan por el campo del mercado, y que es básicamente el contexto en el cual está teniendo lugar el debate en México sobre las opciones de desarrollo, véase las observaciones todavía útiles de Schmitter (1992: 15-66), Donolo y Fichera (1981) y Pizzorno (1985: 9-45).

INSTITUTO DE CIENCIAS DE GOBIERNO Y DESARROLLO ESTRATÉGICO

68

ROLANDO CORDERA Y CARLOS TELLO: MÉXICO, ¿QUÉ DISPUTA EN QUÉ NACIÓN?

relación entre reestructuración económica y formas de vida (impacto); y c) problemas de integración en el terreno de las estructuras sociales de clase y sistemas de provisión institucional que tienen su incidencia, por ejemplo, en el fenómeno de la miseria (Cordera y Tello, 20011: 47-54). El segundo ámbito es el desarrollo económico y social en México. En este rubro, los fenómenos de la escasez eran palpables en los síntomas que manifestaba la asimetría de su impacto con relación a: 1) concentración del ingreso y bienestar en rubros como alimentos, educación, salud y vivienda; 2) actividades productivas; 3) desarrollo regional; 4) organización social, con particular énfasis en la organización de los intereses empresariales.5 ¿Por qué interpretar las contradicciones del desarrollo económico y social mexicano como parte esencial de un fenómeno mayor como es la escasez? Básicamente porque el desarrollo económico es una de las caras de reversibilidad de la escasez. De hecho, este último es uno de los caballos de batalla de la economía política del Estado contemporáneo. En consecuencia, podríamos agregar por nuestra parte que la asimetría que observaban Cordera y Tello hacía referencia a la (im)posibilidad de relacionar las dimensiones no económicas del desarrollo con el conjunto de dimensiones no políticas de la democracia, dado que la escasez es un fenómeno que tiene una relación estrecha con las opciones de desarrollo económico, pero también con el desarrollo político y con los indicadores inmateriales de calidad de vida (Cfr. Hirchman, 1995: 77-84). En síntesis, los autores sugieren que tenemos seis direcciones de querella sobre el rumbo de la nación mexicana: Junto al crecimiento sostenido de la economía por varias décadas, está el inequitativo reparto de la riqueza generada en el país (desde el punto de vista de las personas, las clases sociales, los sectores de actividad y las regiones). Junto al crecimiento en el ingreso real por persona y el nivel que éste ha alcanzado, está el rezago en la cobertura de servicios básicos (vivienda, educación, salud) y los bajos niveles de alimentación que prevalecen en la mayoría de la población. 5

De hecho, quizá sea posible identificar un cierto paralelismo o “similitud” con la forma de patrocinio de la política social y de desarrollo del nuevo gobierno priista encabezado por Enrique Peña Nieto, lo que podría sugerir que estas asimetrías se volvieron un tema crucial, abierto desde hace tres décadas, del presente institucional del país, pues la distancia por reducir entre deseos colectivos y la capacidad operativa de las instituciones de provisión se ha vuelto simplemente imposible de llenar o resolver en modo satisfactorio.

'"%$()*+%,-$.núm. 84,

!"#$%"&

Junto al elevado nivel de formación de capital, está la subsistencia de también elevados niveles de desempleo y subocupación. Junto a una industria relativamente diversificada y en crecimiento, está la penetración del capital extranjero y la concentración oligopólica en la propiedad de los medios de producción. Junto al consumismo y la modernidad de los artículos que adquiere unas parte de la sociedad, está un aparato de producción poco integrado, ineficiente y altamente dependiente del exterior. Junto al crecimiento de la industria, la infraestructura y los centros urbanos, está la relativa debilidad de las organizaciones de masas (Cordera y Tello, 2011: 76).

Finalmente, las salidas que en su momento los autores identificaban por medio de las posibilidades de desarrollo futuras en México, fueron una clara manifestación de los propósitos (¿o indicaciones políticas?) a seguir en términos de la enorme riqueza que suponía México como estructura social y económica, comenzando con la amplia disposición de recursos naturales del país: recursos minerales, hidrocarburos (¡bendito recurso!), recursos marinos, recursos forestales, recursos hidráulicos y de la tierra y recursos financieros (Cordera y Tello, 2011: 77-86). Esto nos ofrece a poco más de treinta años de distancia una indicación relevante acerca del fenómeno general de la escasez que produjo el desarrollo económico y político como efecto —en muchos sentidos perverso— y no como “fenómeno contrario al desarrollo” en las décadas posteriores a la segunda posguerra en México. En el capítulo 2, “Las opciones declaradas”, los autores apuntalan sus observaciones en seis direcciones. La primera revela la (in)eficacia del discurso de renovación del orden estatal,6 causado por los vaivenes y transformaciones de la “cuestión social” para ese momento ya desbordada con su inflexión presente en la ecuación de ineficacia administrativa y regulatoria que estaba acompañada por una profunda desconfianza social y económica (principalmente de los empresarios ya organizados para ese momento en el Consejo Coordinador Empresarial [CCE]) a la actuación estatal, sobre todo frente a la “expansión geométrica de las carencias sociales y […] el compromiso contraído por el Es6

Piénsese, por ejemplo, en la plataforma de la renovación moral que establece como eje rector de su administración hacia finales de 1982 el entonces recién electo presidente Miguel de la Madrid Hurtado; en particular, en las confrontaciones —más retóricas que reales— del combate a la corrupción (Covarrubias, 2012: 64-81).

enero - marzo 2014

69

!"#$%"&

ISRAEL COVARRUBIAS

tado en cuanto al desarrollo de la reforma política” (Cordera y Tello, 2011: 92). La segunda dirección aborda el agotamiento del modelo de desarrollo que organizó con cierta eficacia a los intereses económicos en los periodos precedentes —sustitución de importaciones y desarrollo compartido—, que termina no sólo reducido, sino además experimenta una cierta colonización al apostar el desarrollo a una economía que cada vez más dependerá del petróleo. Cito en extenso: La reanimación de la economía —limitada en el inicio a unas cuantas actividades— fue lograda, primero, gracias a una mayor utilización de la capacidad instalada y la importación de equipos, materiales y materias primas. Sólo después se hicieron esfuerzos de inversión pública y privada para aumentar la base productiva del país. La expansión de ésta ha encontrado severos límites para continuar su desarrollo, los cuales no pueden ser resueltos por entero mediante una mayor importación. Así, han surgido numerosos cuellos de botella que frenan el crecimiento y presionan aún más las finanzas públicas y a la balanza de pagos, a pesar de los cuantiosos recursos —fiscales y de divisas— que el auge petrolero está proporcionando ya a la economía nacional. Ello ha provocado, desde luego, presiones inflacionarias adicionales que limitan y condicionan la recuperación. La crítica situación por la que atraviesan las economías capitalistas desarrolladas occidentales —a las cuales México está integrado— se suma a lo anterior. La recuperación se ha visto también limitada, y amenazada con tener un prematuro fin, por su carácter tardío, que acentuó las diferencias extremas de pobreza y riqueza que existen en México. Desde antes, pero definitivamente en 1976, era ya evidente que el grado de desarrollo de ciertas actividades clave para un crecimiento económico sostenido era insuficiente. La agricultura, la ganadería, el transporte, la energía eléctrica, los puertos eran actividades, entre otras, cuya promoción no era posible aplazar a riesgo de frenar el posterior crecimiento de la economía en su conjunto, particularmente si se toma en cuenta el rezago de la inversión en los primeros años de la década y la característica de freno y aceleración que tuvo la política económica puesta en práctica entre 1970 y 1976. Por no haber atendido con oportunidad esas actividades se limitó la expansión de sectores declarados prioritarios para el desarrollo nacional. La escasez pudo resolverse parcialmente por la vía de la importación, pero especuladores y acaparadores pronto vieron que podían maximizar sus ganancias por la vía de aumentos en los precios. El haber pospuesto, supues-

tamente para mejores épocas, la inversión en sectores clave acentuó el carácter desequilibrado y desigual de la economía (Cordera y Tello, 2011: 91).

La tercera dirección atañe a que la política económica trasciende su encapsulamiento técnico y termina siendo parte de la agenda del debate político nacional, cuyo sucedáneo en los años noventa será la democracia y la alternancia en el poder. La cuarta dirección es la pérdida de lo que podríamos llamar “densidad” social,7 visible en el decrecimiento del salario, el aumento del desempleo, el desabasto de granos y la erosión del campo (Cordera y Tello, 2011: 96). La quinta dirección aborda el proyecto empresarial de desarrollo. Si bien se puede decir que la fundación en 1975 del CCE es la manifestación de un proceso inicial que aglutina a un sector importante del empresariado nacional (principalmente al empresariado urbano) de manera totalmente independiente a los dominios corporativos-punitivos del Estado mexicano (Tirado y Luna, 1992: 17), también supuso la entrada al mercado político de los intereses económicos organizados con el objetivo de exigir garantías que dieran fe de la posibilidad de recuperación de la confianza en las estructuras público-políticas. Conjuntamente aparece la declinación de la acción combativa del sindicalismo en esferas que fueran más allá de la pura defensa de sus intereses gremiales. De igual modo, la organización campesina se encontraba en “vías de extinción”. Para completar el cuadro, el crecimiento de los problemas de la administración pública estaban a la orden del día a causa de los desplazamientos que dejan las querellas en el interior de la clase gobernante, espacios que serán ocupados por el capital y por los intereses privados en general (Cordera y Tello, 2011: 97). En la declaración de principios del CCE, del 8 de mayo de 1975, se puede leer lo siguiente: […] el Consejo Coordinador Empresarial define su proyecto de desarrollo para la nación. El concepto de la empresa privada (“la célula básica de la economía”); el papel del Estado en la economía (“la actividad económica corresponde fundamentalmente a los particulares”); la planeación de la actividad económica (“la planeación no deberá pervertir su finalidad convirtiéndose en un instrumento de presión política y económica”); sobre las organizaciones (“la lucha de clases es 7

Este argumento fue recuperado y desarrollado recientemente con amplitud por Zermeño (2010).

INSTITUTO DE CIENCIAS DE GOBIERNO Y DESARROLLO ESTRATÉGICO

70

ROLANDO CORDERA Y CARLOS TELLO: MÉXICO, ¿QUÉ DISPUTA EN QUÉ NACIÓN?

!"#$%"&

un elemento antisocial; su armonía y su coordinación, por el contrario, es el único camino para alcanzar el bien de cada empresa, de sus integrantes y de toda la nación”); las relaciones obrero-patronales (“trato humano y justo al trabajador”); los medios de comunicación (“se considera imprescindible que se preserve la propiedad privada”); los sistemas de control de precios (“son causa del estancamiento de la actividad económica”); la pequeña propiedad (“columna vertebral de la economía agrícola”); la educación (“es conveniente que el Estado propicie un clima de libertad que facilite la participación del sector privado”) son, entre otros, temas fundamentales precisados en la declaración (Cordera y Tello, 2011: 97-98).

enemigos irreconciliables. Esta coincidencia es fundamentalmente un síntoma claro de la magnitud en que la crisis actual afecta no sólo al conjunto de los trabajadores sino a las capas que hasta la fecha lo han dirigido y dominado. Como sea, lo que importa destacar aquí es que los propósitos declarados del movimiento obrero organizado son: que el Estado ejerza su derecho a imponerle a la propiedad las modalidades que dicte el interés público, que se cuente con la activa participación de los trabajadores en la conducción de la economía y que se invierta la tendencia de la acumulación del capital a favor de los trabajadores del campo y de la ciudad y del Estado (Cordera y Tello, 2011: 101).

En suma, lo que sucede en nuestro país en ese entonces puede ser interpretado como una expresión de aquello que podríamos decir en paráfrasis de Norberto Bobbio (1980: 184; Bobbio, 2012: 3032) como uno de los efectos más acuciosos que tenían lugar en las estructuras de organización y reproducción de la política en los regímenes contemporáneos, al encontrar una de sus piedras de toque en la reivindicación de la representación de los intereses sobre el espacio político (representación política), con el consecuente cortocircuito que produjo en la lógica específica que daba vida a los lugares del ius publicum versus el ius privatum. En la última dirección analizan el proyecto obrero. Al respecto, dicen que la eficacia retórica que se gesta a través del Congreso del Trabajo (CT) no sigue, o por lo menos se distancia parcialmente, los llamados y dictados oficialistas sobre la supuesta protección al trabajo y a las luchas históricas que venían de las décadas anteriores. De hecho, se entrecruza con el “fantasma” de la democratización de las organizaciones obreras, que coincide en el espacio político de las reivindicaciones de los sectores obreros antagónicos. Esta ambigüedad de la reivindicación obrera priista y no priista, se expresa en:

El capítulo “Dos proyectos de desarrollo” es el más largo y rico en descripciones sobre el proyecto neoliberal y el proyecto nacionalista, sus fundamentos y estructuración, obviamente con particular atención al caso mexicano. Sobre el proyecto neoliberal, los autores desarrollan una serie de factores que han permitido las posibilidades de su instauración. Para comenzar, abordan la naturaleza autoritaria del proyecto, ya que el patrocinio del libre mercado fue acompañado por una inflexibilización de las mediaciones políticas, desarrolladas abiertamente a través de un cariz autoritario (ponen de ejemplo el caso chileno), por lo que su esencia se vuelve a un solo tiempo radical y conservadora, sobre todo en aras de controlar el llamado “gigantismo” estatal. Después, hacen referencia a la experiencia mexicana con el proyecto neoliberal. En particular, señalan el adelgazamiento de las instancias sociales del Estado, expresable en la reducción del gasto público y el control de la inflación a costa de la contracción de los salarios reales. En este sentido, los autores sugieren la cornisa de la “teoría y la política económica del proyecto” neoliberal (Cordera y Tello, 2011: 117), lo que permite evidenciar la apuesta por construir un ámbito de autonomía de la economía frente al lastre de la administración pública en materia económica, con lo que se logra curiosamente una acertada justificación política en un discurso eficientista: “Elegir la inflación como el enemigo principal del neoliberalismo obedece a razones políticas más o menos evidentes, aparte de que permite articular, en el terreno de la política económica, el diagnóstico central que dicha doctrina ha elaborado respecto de los males fundamentales del capitalismo hoy. La inflación funcio-

El programa que proponen el sector obrero del PRI y sus diputados tiene sus raíces en las luchas del movimiento obrero de las décadas de los años veinte y treinta, en especial el periodo 1934-1940, y encuentra sus antecedentes directos e inmediatos en los planteamientos realizados en años recientes por los electricistas agrupados en la Tendencia Democrática, el Frente Nacional de Acción Popular y los sindicatos universitarios, todas ellas formaciones de trabajadores que hasta hace poco eran vistas por el movimiento obrero organizado como sus

'"%$()*+%,-$.núm. 84,

enero - marzo 2014

71

!"#$%"&

ISRAEL COVARRUBIAS

na así como un elemento maestro para configurar —al menos ideológicamente— una férrea cohesión entre la economía y la política” (Cordera y Tello, 2011: 117). Sin embargo, páginas más adelante matizan su argumento: “[…] desde la perspectiva global de lo que puede denominarse la estrategia neoliberal para la crisis y para después, el embate contra el gigantismo estatal es algo más que un recurso ideólogico hipostasiado” (Cordera y Tello, 2011: 119). Y es aquí donde entra al juego toda la estrategia de la liberalización del mercado. Finalmente, trabajan tres grandes dimensiones con relación al proyecto neoliberal: a) las manifestaciones de este proyecto en el ámbito agrícola, petrolero e industrial; b) otras implicaciones que supone en “materia laboral, campesina, educativa y de bienestar” (Cordera y Tello, 2011: 132); y c) la base de su apoyo (gobierno de Estados Unidos, el capital financiero, los grandes comerciantes, los terratenientes agrícolas, entre otros). Termina este capítulo dando cuenta del proyecto nacionalista, el cual puede ser sintetizado como: “La lucha por mantener y ampliar el control de la nación sobre las condiciones generales en que se desenvuelve la producción; el manejo nacional de los recursos, sobre todo los naturales; el fortalecimiento de la independencia económica, y el ejercicio pleno de la soberanía nacional en materia de política económica y social constituyen el núcleo de principios que definen y orientan el proyecto nacionalista de desarrollo” (Cordera y Tello, 2011: 138). El último capítulo del libro, “El movimiento popular y el desarrollo nacional”, resume en dos vertientes los dilemas que tenía México en los años ochenta: por una parte, la cuestión social (desigualdad) y, por la otra, el grado de autonomía del Estado en el diseño de políticas de desarrollo economico; todo ello en un contexto donde el movimiento popular intensificó su participación política, en específico, con las formas de democratización de ciertas organizaciones tradicionales como lo eran los sindicatos (Cordera y Tello, 2011: 167-168). Lo específico de su perspectiva y de su preferencia política es que hacen coincidir la participación del movimiento popular con el proyecto nacionalista. Forzada o no esta coincidencia, para los autores era fundamental que “[…] pensar a la democracia como un proceso ascendente de participación social, que desborde las esferas tradicionales del quehacer político popular […] constituye un mandato indispensable para las fuerzas que luchan por implantar en México un desarrollo nacional, popular y democrático” (Cordera

y Tello, 2011: 181). Sin más, estas eran las consideraciones finales de su libro. II ¿Es posible hablar de una nueva disputa por la nación después de tres décadas de aquella vieja disputa entre historia y economía? Los autores sugieren que la disputa por venir es el de un México como nación de desigualdades, “pobreza y tendencias a la desintegración comunitaria y el desplome de la cohesión social” (Cordera y Tello, 2011: 36). En una entrevista que le hice a Cordera en 2009 decía sobre el particular que: La nueva disputa tendría que centrarse otra vez en la cuestión del desarrollo, que se extravió. Cuando Carlos Tello y yo escribimos México. La disputa por la nación…, las condiciones eran otras. Inmediatamente después de su aparición vino la crisis, pero cuando escribimos este texto había una perspectiva de un crecimiento sostenido alto, con una incorporación acelerada de nueva tecnología, con mucha inversión. Después, todo cambió —como diría el viejo Silva Herzog. ¿En qué sentido cambió? En el sentido de que el desarrollo como proyecto se extravió, el crecimiento económico se volvió —del todo— insuficiente y la innovación se puso entre paréntesis, junto con la producción productiva del Estado y de la empresa privada. Esa es la realidad que vivimos hoy. Entonces, por un lado, el tema de la disputa debería desdoblarse en la cuestión del desarrollo y, por otro, en el tema —que si está mencionado en aquel libro— de la igualdad o de la cuestión social (Covarrubias, 2009: 32).

Ocupemos una ironía para comprender el desorden presente de nuestro país. Así como Platón suponía que las formas de gobierno se suceden de las malas a las peores, el desempeño económico en México sugiere la manifestación de una opción que fue equivocada pues se dirigió hacia espacios que en definitiva no han logrado revertir el estancamiento del crecimiento económico (Esquivel y Hernández Trillo, 2010: 56 y ss.). De hecho, parece que en nuestro país las opciones de crecimiento y desarrollo han terminado por perderse en la falta de competitividad que ofrece un marco regulatorio enredado y sin autonomía. Es casi un sentido común decir que diversos estudios sobre México han indicado con precisión que en los últimos treinta años no han sido los mejores en cuanto a ingreso, bienestar y política económica se refiere. En efecto, una somera comparación con los periodos económicos precedentes —el de la sus-

INSTITUTO DE CIENCIAS DE GOBIERNO Y DESARROLLO ESTRATÉGICO

72

ROLANDO CORDERA Y CARLOS TELLO: MÉXICO, ¿QUÉ DISPUTA EN QUÉ NACIÓN?

titución de importaciones y el del desarrollo estabilizador— nos dan una pequeña muestra. Lo que cambia es el contexto, así como las formas de su reproducción concomitante con el ámbito económico: si vincularnos con el mundo globalizado suponía además un grado de democratización efectivo y creciente, la posibilidad de participar con fruición en el juego democrático —y que se vuelve una realidad de los años noventa en adelante—, no tuvo su corolario en la economía, ya que no hemos crecido lo suficiente. Quizá una ausencia en todas las páginas de este libro —una ausencia que puede operar como clave explicativa del estancamiento institucional— sea la relación causal entre las variables que los autores utilizan para explicar las posibilidades de desarrollo y el papel que juega la corrupción como variable independiente en la ampliación de los márgenes de la escasez. Esto no quiere decir que la corrupción actúe como simple bloqueo al desarrollo, pues hoy como hace treinta años, sigue siendo uno de los problemas principales de las instituciones públicas y políticas de nuestro país, sobre todo si lo pensamos como un fenómeno de privatización de lo público (Covarrubias, 2012). Es decir, como fenómeno que pone en evidencia la problematización entre bienes públicos y bienes privados y el uso en común o no de ambos con sus grados de “toxicidad” e ineficacia, a tal grado de encontrar un vínculo claro con ciertos fenómenos degenerativos tanto para la democracia como para la economía. De este modo, México. La disputa por la nación. Perspectivas y opciones de desarrollo es una obra frente a la cual quizá no sea necesaria la pregunta por su vigencia —el “Prólogo” de 2010 pone al día el texto con relación a su “arché”—, pues su argumento central es completamente (in)actual.8 Incluso a pesar de su prosa que por momentos podría parecer en “desuso” para cierta semántica predominante en nuestros días en el campo de la economía política y de algunos saberes disciplinarios y académicos, expresa ser una hija genuina de su tiempo. Su lectura para las generaciones de cientistas sociales que se formaron profesionalmente en nuestro país —e interesados por él como tópico de análisis— de los años noventa del siglo pasado en adelante resulta indispensable para comprender con profundidad algunos de los males “absolutos” de la organización contemporánea del Estado mexicano. Además, esta inactualidad lo vuelve un auténtico 8

Sobre la(s) (in)actualidad(es) de la discusión en campo de teoría política alrededor del desarrollo, véase Descamps (2012).

'"%$()*+%,-$.núm. 84,

!"#$%"&

clásico contemporáneo, al ir en una dirección y en un espacio de inteligibilidad donde también podemos encontrar diversos estudios de economía política como The Dilemma of Mexico’s Development. The Role of the Private and Public Sectors, de Raymond Vernon (1963); La política del desarrollo mexicano de Roger D. Hansen (1981), publicado originalmente en 1971 y ese mismo año traducido y publicado al español; o El progreso improductivo de Gabriel Zaid (2004), cuya primera edición es de 1979, es decir, en la misma línea de tiempo del trabajo de Cordera y Tello. Es factible vincular la disputa entre las opciones que discutieron estos autores en su momento con los problemas que se desarrollaron a través de los ámbitos que irrumpieron en los regímenes de historicidad que el México contemporáneo reveló y que exigen ser revisitado con cierta profundidad. En otras palabras, es un libro que puede ser el comienzo de un debate sobre las dimensiones no económicas presentes en los fenómenos de la escasez y sus múltiples relaciones con las dimensiones no políticas de la democracia como sucede con ciertos “indicadores” como lo es ese fenómeno raro a los economistas (quizá porque no lo juzgan pertinente) de la voz y, en particular, la posibilidad de elaborar un umbral de opiniones “genuinas” y propias, que operen como elemento constitutivo y necesario del desarrollo en la dimensión de lo social en contextos de profundización del fenómeno de la democratización (Hirschman, 1995). REFERENCIAS Bobbio, N. (1980), “La democrazia e il potere invisibile”, Rivista italiana di scienza politica, año. 10, núm. 1, agosto. Bobbio, N. (2012), “El futuro de la democracia”, en N. Bobbio, El futuro de la democracia, México, FCE, séptima reimpresión. Cordera, R., y C. Tello (2011), México. La disputa por la nación. Perspectivas y opciones de desarrollo, México, Siglo XXI Editores. Covarrubias, I. (2009), “Rolando Cordera: decepcionante la democracia mexicana”, Metapolítica, vol. 13, núm. 67, noviembre-diciembre. Covarrubias, I. (2012), “Corrupción y formas desviadas de la política democrática en México. Un análisis de su pasado reciente”, Metapolítica, vol. 16, núm. 78, julio-septiembre. Descamps, C. (2012), “Interrogar al concepto de desarrollo”, Metapolítica, vol. 16, núm. 76, enero-marzo. Donolo, C., y F. Fichera (1981), Il governo debole. Forme e limiti della razionalità politica, Bari, De Donato.

enero - marzo 2014

73

!"#$%"&

ISRAEL COVARRUBIAS

Esquivel G., y F. Hernández Trillo (2010), “La economía en México: perspectivas futuras”, en É. Ruiz Sandoval (ed.), México 2010: hipotecando el futuro, México, Taurus. Hansen, R. D. (1981), La política del desarrollo mexicano, México, Siglo XXI Editores, decimoprimera edición. Hirschman, A. O. (1970), Exit, Voice, and Loyalty. Responses to Decline in Firms, Organizations, and States, Cambrigde, Mass., Harvard University Press. Hirchman, A. O. (1995), “Opinionated Opinions and Democracy”, en A. O. Hirschman, A Propensity to Self-Subversion, Cambrigde, Mass., Harvard University Press. Pizzorno, A. (1985), “Sobre la racionalidad de la opción democrática”, en AA.VV. (1985), Los límites de la democracia, Buenos Aires, CLACSO. Schmitter, P. C. (1992), “¿Continúa el siglo del corporativismo?”, en P. C. Schmitter y G. Lehmbruch (coords.), Neocorporativismo I. Más allá del Estado y mercado, México, Alianza.

Strange, S. (2003), La retirada del Estado. La difusión del poder en la economía mundial, Barcelona, Icaria/Intermón Oxfam. Tirado, R., y M. Luna (1992), “El Estado y los empresarios. De la activación al repliegue político relativo”, en J. Alonso, A. Aziz Nassif y J. Tamayo (coords.), El nuevo Estado mexicano. Tomo III: Estado, actores y movimientos sociales, México, UdeG/CIESAS/ Nueva Imagen. Vernon, R. (1963), The Dilemma of Mexico’s Development. The Role of the Private and Public Sectors, Cambridge, Mass., Harvard University Press. Zaid, G. (2004), El progreso improductivo, en G. Zaid, Obras de G. Zaid, vol. 4, México, El Colegio Nacional. Zermeño, S. (2010), Reconstruir a México en el siglo XXI. Estrategias para mejorar la calidad de vida y enfrentar la destrucción del medio ambiente, México, Océano.

INSTITUTO DE CIENCIAS DE GOBIERNO Y DESARROLLO ESTRATÉGICO

74

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.