Rodolfo Walsh: intermediación socialmente comprometida

July 14, 2017 | Autor: Lucy Garavito | Categoría: Testimonio, Recuperación de testimonios
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Descripción



María Virginia González. Tensiones en la crítica: el testimonio. Argentina: Universidad Nacional de la Pampa, 2004, 1.
Rodolfo Walsh. Operación Masacre. Argentina: Ediciones La Flor, 2000, 11.
Cecilio Manuel salguero. "Rodolfo Walsh: su pensamiento político". Tesina de licenciatura en Comunicación social. Córdoba, Argentina: Universidad Nacional de Córdoba, 1989, 22.
Rodolfo Walsh, 101.
Rodolfo Walsh, 121.
Rodolfo Walsh, 121.
Jean Franco. "La lucha por el poder interpretativo". La voz del otro: subalternidad, testimonio y verdad narrativa. Guatemala: Ediciones Papiro, 2002, 122.
Margaret Randall. "¿Qué es y cómo se hace un testimonio?". La voz del otro: subalternidad, testimonio y verdad narrativa. Guatemala: Ediciones Papiro, 2002, 38.
John Beverley. "Anatomía del testimonio". Revista de Crítica Literaria Latinoamericana (XIII): 9. (Las negrillas son mías).
John Beverley, 8.
John Beverley, 9.
Rodolfo Walsh, 9.
Rodolfo Walsh, 118. Las negrillas son mías.
Jean Franco, 122.
Silvia Nagy – Zekmi. "¿Testimionio o ficción? Actitudes académicas". Ciberletras: Revista de crítica literaria y de cultura. (2002).
Silivia Nagy – Zekmi, s/p.
Rodolfo Walsh, 110.
Margaret Randall, 35, 38, 42 – 47.

Universidad Rafael Landívar
Facultad de Humanidades
Maestría en Literatura Hispanoamericana
Catedrática: Dra. Aída Toledo
Cátedra: Seminario sobre estudios interdisciplinarios, oralidad y testimonial
Participante: Lucía Garavito


Rodolfo Walsh: intermediación socialmente comprometida

"Operación Masacre es el
prólogo de la tragedia que
vendrá después. Será
asesinadoa balazos,
como sus personajes…"
-- Oswaldo Bayer

A pesar de que el género testimonial se reconoce oficialmente a partir de 1970 con el Premio Casa de las Américas, en Cuba, el movimiento sociopolítico que permite que éste surja se venía gestando desde hacía décadas atrás, aproximadamente desde los '40.
Toda Latinoamérica, incluyendo Cuba, sufrió de una forma u otra los mismos patrones de explotación y opresión. Los gobiernos dictatoriales se quedarían en el poder por años, incluso décadas, llevando al límite a las clases populares, colmando la situación al permitir la entrada de empresas extranjeras, norteamericanas en su mayoría, que terminarían de socavar un sistema económico y sociopolítico desigual y raquítico.
Con la excepción de los años en gobernaron personajes progresistas como Juan José Arévalo en Guatemala, la vida política latinoamericana del siglo XX estuvo marcada por persecuciones, represión y muerte.
Es así que Argentina, al igual que el resto de la región latinoamericana, tiene un pasado manchado por la represión militar, sobre todo después del segundo período de gobierno de Juan Domingo Perón, el cual no pudo terminar pues fue derrocado por un golpe militar en 1955.
Es en este contexto que surge la figura y labor de Rodolfo Walsh como intermediario de diversos testimonios desde su papel de periodista, de quien, para efectos de este ensayo, se revisará su libro Operación masacre, en el que relata el testimonio de sobrevivientes civiles de un fusilamiento extra-judicial en 1956 en medio del ambiente tenso que Argentina vivió a raíz de levantamientos peronistas en contra del gobierno de facto. Dicho libro fue publicado por primera vez en 1957 por partes en la Revista Mayoría, siendo re-editado posteriormente en dos ocasiones más.
Rodolfo Walsh, como muchos otros intermediarios testimoniales ampliamente estudiados por la crítica alrededor del género en mención, fue un hombre letrado y con poder de denuncia, lo que ejerció constantemente a través de su profesión periodística. Sin embargo, a diferencia de la mayoría de figuras que hoy reconocemos como intermediarios, Rodolfo Walsh trascendió su papel al militar, a su manera, en los movimientos de izquierda y como un "comunicador social comprometido".
Aunque él mismo reconoció que no se consideraba un peronista, su ideología fue asentándose con el pasar de los años, al parecer, conforme fue desarrollando sus trabajos "periodísticos" – que hoy podemos insertar dentro del género testimonial a la luz de las teorías posteriores a la época en que él vivió - pues adquirió una conciencia más clara con respecto a la situación de su país, conciencia que eventualmente lo llevaría a su fatal destino de ser emboscado y desaparecido en el año de 1977, un día después de haber enviado una carta abierta a la Junta Militar a diarios locales y a corresponsales extranjeros, la cual no sería publicada sino hasta años después.
Nos interesa resaltar las especificidades de Walsh como intermediario porque éstas hacen de su rol uno que trasciende la mera labor de compilación u edición, incluso, más allá de la solidaridad que debe caracterizar a los intermediarios que dan a conocer un testimonio de la subalternidad.
¿Será posible que en la figura de Walsh se entremezclen los papeles de intermediación y de testimoniante / narrador? ¿Posee él un poder interpretativo en su papel como intermediario? Y ¿cómo lo ejerce?
Empecemos por ordenar un poco las ideas teóricas alrededor del papel del intermediario, a saber, según Margaret Randall,
…el que quiera trabajar el testimonio debe cultivar: la profundización de la ideología del proletariado; el conocimiento del tema a tratar; la sensibilidad humana, el respeto hacia el informante y su vida; la persistencia, la disciplina y la organización en el trabajo; el oficio de escribir.
John Beverley, uno de los teóricos que más se ha dedicado al género testimonial, dice que "la producción de un testimonio suele involucrar la grabación, transcripción y redacción de una narración oral por un interlocutor que es un etnógrafo, periodista o escritor profesional." Incluso, en ese mismo ensayo, Beverley menciona las "aparentes diferencias de forma (entrevista, autobiografía, novela, memorias, diario, crónica), modo de publicación (libro comercial, revista, panfleto, etc.)", lo que se ajusta al presente caso de estudio.
Entonces, hasta aquí, el papel de Rodolfo Walsh se apega a esas descripciones, especialmente porque él poseía un especial sentido de la persistencia y de sensibilidad humana. Sin embargo, nos preguntamos si en su figura se pueden vislumbrar rasgos de testimoniante / narrador a partir de analizar cómo él describe en sus propias palabras la génesis de la escritura de Operación masacre.
Regresemos a Beverley en el mismo ensayo cuando nos dice:
La situación del narrador en el testimonio siempre involucra cierta urgencia o necesidad de comunicación que surge de una experiencia vivencial de represión, pobreza, explotación, marginalización, crimen, lucha (…) es una narración de urgencia que nace de los espacios donde las estructuras de normalidad social comienzan a desmoronarse por una razón u otra.
Según lo anterior, esa urgencia es por lo general un rasgo del testimoniante – narrador y sin embargo, es posible localizar ese sentido de urgencia desde la voz de Walsh, cuando dice en el prólogo "Ésa (sic) es la historia que escribo en caliente y de un tirón…"
Además, Beverley dice que esa necesidad de comunicación surge de una experiencia vivencial de represión, crimen o lucha. Rodolfo Walsh, a través de las diferentes ediciones del libro, nos dejó su punto de vista plasmado en epílogos, prólogos y comentarios sobre las razones por las que continuó, a pesar de la adversidad del camino, con la tarea de buscar justicia para aquellas víctimas. No se limitó al papel de intermediario que recopila datos y da a conocer sino que fue más allá. Es más, en su narración pareciera que él se incluye dentro del mismo colectivo de los fusilados, de las víctimas, participando de forma activa como una especie de querellante en el proceso que llegó a la corte. Es decir, de alguna forma, él se apropió de aquella experiencia haciéndola suya, ejerciendo presión desde donde le era posible e inmediato: la pluma, con el fin de denunciar la represión y la lucha en torno a aquel caso de injusticia contra civiles. Para Walsh, la victoria o la derrota en la demanda por justicia eran tan propias como para las víctimas:
Ahora quiero decir lo que he conseguido con este libro, pero principalmente lo que no he conseguido. Quiero nombrar lo que de alguna manera fue una victoria, y lo que fue una derrota; lo que he ganado y lo que he perdido (…) Fue una victoria llegar al esclarecimiento de unos hechos que inicialmente se presentaban confusos, perturbadores (…) Fue una victoria sobreponerme al miedo que, al principio, me atacaba con alguna intensidad, y conseguir que ellos se sobrepusieran, aunque ellos tenían una experiencia del miedo que yo nunca podré igualar…
Nos parece interesante que es en este tipo de caso, en que el intermediario traspasa los aparentes límites de su función como transcriptor / editor que se logra llegar a un campo legal de denuncia y proceso en una corte (independientemente del resultado en ésta).
Por otro lado, nos preguntamos si él poseía cierto poder interpretativo como el tipo de intermediario tan especial que fue.
Jean Franco, citando en parte a Mijaíl Bajtín, al respecto de los géneros de discurso como relaciones comunicacionales entre un sujeto y otros sujetos, dice que:
Cada época, cada tendencia literaria y estilo artístico – literario en su época o tendencia se caracteriza por sus conceptos particulares del interlocutor de la obra (…) nos permite entender cómo la acentuación de ciertos términos nos remite a la posición del autor o la autora en la lucha social por el poder interpretativo.
Aunque Franco se enfoca en su ensayo sobre la posibilidad de la mujer de hablar o no desde la subalternidad y por ende, en su poder interpretativo, nos parece que presenta una perspectiva útil e importante para el análisis que hacemos de la figura de Walsh como intermediario – narrador, en el que el poder de interpretar y transmitir la información recibida acrecienta su poder discursivo – el cual, según Silvia Nagy a su vez citando a Foucault, nos dice que "el poder se ejerce (…) mediante la producción de discursos que se autoconstituyen en verdades incuestionables" – marcando ineludiblemente su obra como algo diferente a la literatura policial, como en algún momento de su contexto histórico se le llamó.
Entonces, ¿cómo ejerció Walsh este poder interpretativo? Precisamente presentando hechos recabados como verdades incuestionables. Recordemos que, estando su relato enmarcado aún dentro del pensamiento moderno, la verdad era única, no habían varias versiones de la verdad, concepto que se exploraría hasta entrada la posmodernidad. Además, Walsh tenía una ética muy bien definida con respecto a los hechos que presentaba como fidedignos,
No hay un solo dato importante en el texto de Operación Masacre que no esté fundado en el testimonio coincidente y superpuesto de tres o cuatro personas, y a veces más. En los hechos básicos, he descartado implecablemente toda la información unilateral, por muy sensasional que fuese…
Es su labor periodística y su compromiso social lo que permitió que el caso de las víctimas llegara a ser presentado delante de un juez – aunque los resultados, según mencionamos anteriormente, no hayan sido los esperados –.
Finalmente, Rodolfo Walsh, como demostraría con su propia vida y fatal destino, continuaría sirviéndose de su calidad periodística para recopilar, editar y transmitir las injusticias que vivirían muchos de sus connacionales en aquella difícil década de los 70.

Técnicamente, tal y como es posible comprobar con el proceso de escritura de Operación masacre, Walsh fue un profesional disciplinado que a través de recabar y confirmar la información metódicamente (como lo sugiere Randall en su ensayo) lograría presentarse como un intermediario solidario y ganar la confianza de sus interlocutores (los testimoniantes de los casos que trabajó) y así registrarlos para la posteridad, aportando invaluablemente a la teorización del género testimonial.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Beverley, John. «Anatomía del testimonio.» Revista de crítica literaria latinoamericana (XIII): 7-16.
Franco, Jean. «Si me permiten hablar: La lucha por el poder interpretativo.» Achúgar, John Beverley y Hugo. La voz del otro: testimonio, subalternidad y verdad narrativa. Guatemala: Ediciones Papiro, 2002. 121-128.
González, María Virginia. Tensiones en la crítica: el testimonio. Argentina, 2004. Universidad Nacional de la Pampa.
Randall, Margaret. «Qué es, y como se hace un testimonio?» La voz del otro: testimonio, subalternidad y verdad narrativa (1992): 33-57.
Salguero, Cecilio Manuel. «Rodolfo Walsh: su pensamiento político.» Tesina de licenciatura en Comunicación social. Córdoba, Argentina: Universidad Nacional de Córdoba, 1989. Tesis.
Walsh, Rodolfo. Operación Masacre. Argentina: Ediciones de la Flor, 2000.
Zekmi, Silvia Nagy. «¿Testimonio o ficción? Actitudes académicas.» Ciberletras: Revista de crítica literaria y de cultura (2002).




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