Riesgos actuales de la universidad. Cómo librarse de ellos / SELLÉS, Juan Fernando

July 6, 2017 | Autor: Alberto Vargas | Categoría: Filosofía, Antropología, Universidad, Teoría del conocimiento
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Descripción

Publicada en: Nuevas tendencias, Instituto de Empresa y Humanismo, Pamplona, pp. 145-149. SELLÉS Juan Fernando (2010) Riesgos actuales de la universidad. Cómo librarse de ellos, Eiunsa, Madrid. Es políticamente incorrecto que un profesor universitario escriba un libro como éste pero, afortunadamente para el autor, el mundo universitario no gira, o al menos no puede girar –tal y como él mismo plantea– alrededor del consenso democrático. Así, frente al interés de agradar retóricamente, en este libro hay un esfuerzo solidario por denunciar la crisis universitaria que padece el mundo occidental, acompañado de un análisis de las posibles alternativas de superación. Un intento de este tipo compromete profesional y –sobre todo– personalmente al autor, de tal modo que no es posible desvincular este trabajo filosófico del mismo filósofo que lo escribe. El autor no se siente ajeno a la cultura que le rodea y por lo tanto la crítica es constructiva y le compromete por completo. Esta es, tal vez, la característica fundamental de este libro: su reflexión vital. Juan Fernando Sellés, después muchos años de trabajo universitario en España, pero también en América y África, nos ofrece una síntesis de las características de la crisis universitaria. En este libro se encuentran acertadamente los principales errores en que tanto profesores como alumnos e instituciones educativas pueden recaer en la actualidad. Nos encontramos con un desfile de vicios universitarios que van desde la politización, el curriculismo, la sofística, el culturalismo o el relativismo hasta la soberbia, la envidia, la pereza y el fideísmo, no sin antes pasar por otros tan novedosos como el e-mailismo, el conferencismo, la reunionitis, el congresismo, el articulismo, el idiomatismo y el internautismo. Pero no se trata de una simple enumeración descriptiva: el estudio a partir de sus causas que se presenta en el texto es lo que permite el acierto en su eficaz remedio. Sería un error pensar que nos encontramos ante un ensayo de un tópico irrelevante. Nada más lejos de eso. Es posible detectar en este libro una labor de madurez que acrisola la reflexión del autor junto con las inquietudes de muchos pensadores que ven en la crisis universitaria la raíz de una sociedad decadente. Precisamente la madurez de las ideas aquí presentadas permite que la profundidad filosófica no vaya en detrimento de una lectura accesible a toda persona de cultura media. Ciertamente no es un trabajo de rigurosidad académica, pero sí es una síntesis de mucho trabajo especulativo previo. Su lectura es ligera porque combina la profundidad teórica con gran cantidad de experiencias prácticas fruto de muchos años de vida en la universidad. Será frecuente para el lector encontrar anécdotas y casos concretos con los que se sienta identificado. Ciertamente se ha hablado mucho de las crisis contemporáneas, que van desde lo económico hasta lo ético, pasando por la política e incluso la ecología; sin embargo, este trabajo aporta una aproximación a las claves de la crisis que, si bien hace referencia concreta a la universidad, se puede aplicar a otras esferas humanas, tal vez porque todas ellas tienen un origen común: el desconocimiento de la condición personal del hombre y la sociedad. El pensamiento del autor con respecto a la universidad no se permite el pesimismo tan propio de la crítica mordaz frecuente en muchos círculos intelectuales. En todo caso, la denuncia de los problemas viene acompañada de los caminos esperanzadores que la propia verdad ofrece. Hoy, en opinión de muchos, ser realista es ser pesimista, pues es cierto que nuestra sociedad occidental se encuentra en una situación penosa. Sin embargo, este libro no pretende hacer solamente un acertado

diagnóstico de la situación universitaria, sino que le anima de fondo un espíritu de propuesta, de inconformidad ante la situación de las cosas. Y este espíritu es hoy, desafortunadamente, muy escaso. Parece como si hubiera muchos interesados en que las cosas permanezcan siempre del mismo modo. Por eso, aunque el compromiso con la Verdad que anima este libro pueda en algún momento parecer pesimista, muy pronto el lector descubrirá que es muy esperanzador si comparte también aquella sentencia verdadera: “la Verdad os hará libres”. Y la libertad es siempre esperanza. Esta es la principal propuesta, la búsqueda de la verdad como un descubrimiento que encomienda, que encarga y otorga una misión que sólo el universitario puede aceptar libremente. Como una sólida infraestructura de este libro se encuentra patente la apertura a la trascendencia y a la religión, pues se reconoce la verdad personal como la cumbre del conocer a la que sólo la universidad se dirige con rigor. Hay una apuesta constante del autor por la libertad orientada a la verdad, siempre al servicio del amor. Este planteamiento parece responder a la invitación de Benedicto XVI en Caritas in veritate de transformar las realidades sociales en orden a la caridad fraterna a través del ejercicio de la libertad. Es destacable señalar la claridad mediana con que el autor diagnostica la crisis. No son propiamente las universidades las que se encuentran en problemas, ni siquiera tampoco –como muchos profesores dicen con frecuencia– las nuevas generaciones de alumnos; son los propios profesores los responsables de la situación actual del mundo universitario. ¿Por qué? Porque en la universidad los empresarios son los profesores y por lo tanto sólo en ellos se encuentra la esperanza del futuro universitario. Toca a cada profesor aceptar esa vocación que nadie más puede realizar por él. Más aún, la claridad que el autor tiene sobre el hombre en cuanto “persona” le permite acierto y contundencia en el origen de los problemas y vicios universitarios. Es muy útil e ilustrativa la distinción que establece entre los vicios personales y los institucionales en nuestras universidades, porque hace ver la primacía de los primeros sobre los segundos. De este modo queda claro que el problema universitario radica en la persona, en la persona universitaria, en el profesor universitario en cuanto persona. Este planteamiento anima y permite descubrir el sentido trascendente del oficio universitario. Porque la universidad son sus profesores, Sellés dedica los últimos capítulos al estudio de los dos grandes vicios universitarios: la soberbia y la envidia. Esta es la gran tentación a la que se enfrenta un joven profesor universitario: dejarse llevar por la soberbia engreída, que muchas veces va acompañada de la vanidad y la arrogancia. Pero ¿cuál es la alternativa?: el estudio sereno y constante. Sellés está convencido que la situación en que hoy nos encontramos tiene su causa primera en el miedo a pensar, en la evasión del trabajo propio del universitario: el estudio. Si la verdad es tan atractiva, el estudio paciente ordenará lentamente las pasiones desordenadas que puedan aquejar al universitario. Este estudio debe ir siempre acompañado por la humildad, pues “la humildad es la verdad”. El autor es consciente de que, paradójicamente, hoy en día acometer ese reto no es tarea fácil y requiere de profesores valientes y magnánimos. La reflexión personal del autor sobre su propio oficio –el quehacer universitario– demuestra el interés genuino por alcanzar la verdad más alta y profunda: la verdad personal. De algún modo corresponde a todo profesor universitario la interiorización de su propia vocación profesional, y este libro es una invitación a todo universitario para que realice ese ejercicio vital. Alberto I. Vargas Doctorando en Gobierno y cultura de las organizaciones

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