Reyes y profetas, o cómo Enmeduranki se convirtió en Henoc-Metatrón

Reyes y profetas, o cómo Enmeduranki se convirtió en Henoc-Metatrón Carlos Santos Carretero (Universidad de Salamanca) Henoc es uno de los personajes más misteriosos y polémicos del mundo bíblico. No hay más que echar un vistazo a Gn 5: 21-24 para darse cuenta de que el séptimo patriarca antediluviano sigue una trayectoria radicalmente diferente a la de sus "coetáneos". Ya caminara con los ángeles o con el propio Dios, en torno a su figura se ha desarrollado un ciclo literario apócrifo en el que confluyen numerosas leyendas y tradiciones, tanto de origen judío como persa, babilónico o incluso griego. Ángeles, demonios y todo tipo de entidades sobrenaturales ocupan los capítulos de los llamados "libros de Henoc", pero eso no es óbice para dejar de lado al propio patriarca. De hecho, él es, junto a los Vigilantes (los ángeles caídos de Gn 6), el gran protagonista de estas obras. Sacerdote, escriba, juez, ángel e incluso Mesías o ser semidivino. Estos son algunos de sus rasgos, roles y títulos, pero para entender la magnitud de Henoc dentro de la literatura apócrifa intertestamentaria es necesario echar la vista aún más atrás en el tiempo, e ir a la época de los reyes míticos mesopotámicos. Allí encontramos la figura de Enmeduranki, rey de características semejantes a las de Henoc, y casi tan legendarias como las de este. A lo largo de la presente comunicación se va a mostrar la evolución de la figura de este arquetipo mítico, comenzando por el citado rey mesopotámico, y yendo al Henoc de Génesis y los apócrifos del Antiguo Testamento, cuya forma literaria final dará lugar a la figura definitiva de emisario de lo divino en la literatura hebrea apócrifa: el ángel Metatrón.