Revista cultural de los guías de Arequipa nº1

November 13, 2017 | Autor: Guillermo Hercilla | Categoría: Historia, Turismo, Arequipa, Perú, aves, Colca, Guias De Turismos
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Descripción

Enero 2011

Revista cultural de los guías de Arequipa

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Una de las tareas más bellas que se pueden emprender en un país mayoritariamente joven, como el Perú, es la de educar a la ciudadanía en los valores culturales y naturales que el territorio con­ tiene. Hemos recibido un valioso legado histórico y cultural, una de las más espectaculares for­ maciones geográficas del planeta y un conjunto de singulares sistemas ecológicos que hicieron posible el desarrollo de diferentes culturas. El Perú se ubica entre los poco países del globo a los que se considera poseedores de una mega diversidad biológica y cultural. Para ADEGOPA es mo­ tivo de honda satisfacción sumarse, por medio de estas publicaciones, a la labor que cumplen, en silencio y a menudo con sacrificio, numerosas personas, en este caso, guías de turismo, desde más de dos décadas dedicados al turismo y a la difusión de los atractivos que nuestro país posee. Gracias a todos nuestros futuros seguidores por compartir sus inquietudes y sus aportes y que el esfuerzo sea fructífero y de mucha ayuda a la comunidad turística. Juan Marcelo Ramos Presidente ADEGOPA

Dedicada a nuestra fundadora Lidya Cárdenas cuya iniciativa creó la primera asociación de guías de turismo de Arequipa, a nuestros hermanos mayores, que son los cimientos de Adegopa, a los jóvenes que empiezan su camino, a todos nuestros amigos, pero sobretodo a nuestra bendita tierra “Arequipa”.

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Artículos de la revista

Tres plantas peruanas……………………………………………………...Aníbal Berdejo Mendiguri Comentario sobre algunas calles arequipeñas y algunos arequipeños ilus­ tres………………………………………………………………………………….Beatriz Manrique Pinto Nuestra visita al desierto de Arequipa……………………………..Martha Manrique Pinto Las aves y su realidad en el Perú……………………………………...José Berdejo Mendiguri Inés de Allende “La madre de Chile”………………………………….Hermann Bouroncle

Suplemento de Investigación: El Tinku…………………………………………………………………………….Eitel Manrique Sánchez Fotografía de la portada…………………………………………………...Viviana Tejeda Jaén Fotografía de los artículos………………………………………………...Archivo Adegopa José Berdejo Mendiguri

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Tres plantas andinas peruanas Anibal Berdejo M.

La coca

Se dice, entre los naturales; que antes que estuviese como ahora, era una mujer muy hermo­ sa y que por ser “muy mala con su cuerpo” la mataron y la partieron de por medio; y de ella había nacido un arbusto al cual llamaron Mamacoca o Cocamama, y que desde allí la comen­ zaron a comer. Es mujer verde y mágica que el indígena al mascarla bajo el carrillo podía tra­ bajar o caminar sin sufrir con la fatiga, ni la sed, ni el hambre, sin lugar a dudas era una planta magica!... Ahora sabemos que la hoja de Coca (Erythroxylum coca) posee Atropina, Benzoina, papaina, Globulina (proteína cardiotónica, que evitan la taquicardia y la hypotensión, por lo que es buena al mal de altura y recomendamos a nuestros pasajeros). Esta planta por se de consumo sencillo y directo quizás sea la primera en ser consumida de la naturaleza, pudo haber sido un hábito extendido durante la época pre­inca entre grupos étnicos que tenia acceso al recurso; pero su consumo se restringió a medida que el Estado Inca en su proceso de expansión, fue asumiendo el control y usufructo. En la actualidad La hoja de coca esta presente en la mayoría de sus actos sociales, religiosos y mágicos, desem­ peña el papel de integrador socio económico y favorece la interrelación entre los pueblos an­ dinos. La papa

El hijo prodigo de la

naturaleza en los an­ des se llama papa (Solanum tuberosum) do­ mesticada hace aprox. 9000 años, con cerca de 4000 variedades nos asegura su creci­ miento a cualquier altura, condición climáti­ ca, edafológica y cualquier variedad de plaga esto gracias a los grandes progresos de la tecnología agrícola que los antiguos perua­ nos aplicaron a la selección, domesticación y perfeccionamiento genético de las especies. Estudios realizados en EEUU, indican que una persona puede sobrevivir (vivir no saludable­ mente pero mantenerse vivo) durante años, solo comiendo papa con cáscara, (al ser una inte­ grante la familia de las solanáceas, posee solanina un potente veneno que se aloja en la cáscara, es así que es necesaria hervirla). La papa aun continúa siendo la base de la alimenta­ ción de millones de personas posee un 19% de carbohidratos en forma de almidón (azúcar que da energía al cuerpo), 2% de proteínas 75% agua vitaminas del complejo B Ca, Fe, Mg, P, K, Na. Entre otros. Para encontrar el lugar de origen o centro de domesticación de una planta, se le hace un se­ guimiento en el orden de 5 criterios; 1) Recolección, 2) Colonización, 3) Hibridación, 4) Muta­ ción y 5) Especiación. Todos estos 5 criterios los tiene el Perú, en bastantes plantas, pero en le caso de la papa, todos estos se cumplen en el norte del lago Titikaka, en el área de Perú y Bolivia, las papas que conocemos en el resto de América solo se dieron por especiación, con sus papas salvajes locales. Esto a modo de comentario pues algunos vecinos sureños, se die­ ron la aventura de autonombrarse como parte del origen de la papa con patente de algunas incluso.

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El Maíz La enorme significación de la planta sagrada, refiere a las leyendas de la fundación del Cusco, con la variante de que Manco Cápac y sus hermanos después de su establecimiento, sembra­ ron Maiz (Zea mays), traídos por ellos desde su cueva de origen Paqaritampu. Cieza de León describe el jardín del templo del sol en el Cusco, ”artificiosamente sembrado de maizales los cuales eran de oro solido, así como las cañas, las hojas y mazorcas estaban bien plantados, que aunque hiciesen fuertes vientos no se arrancaban” Según Bonavia le da al maíz una antigüedad de 5000 años, tanto en México como en Perú dando a entender que su domesticación se llevo en simultáneo en estos dos lugares siendo en el Perú donde los antiguos agricultores lograron la mayor sofisticación, El maíz en el Perú se cultiva desde la costa hasta el borde de los páramos y las punas en el centro y sur, hasta los 3900 m. El maíz se consume en mote, cancha, chochoca, tanta, o en huminta, el hecho de que con el maíz se hacia chicha y esta bebida, por su contenido alcohólico y su mezcla con otras sustancias, era la base de brebaje de uso religioso, Pudo también ser consecuencia de un intento deliberado por conseguir un alimento fermentado, una inclinación observada en todos los pueblos. Un jesuita Anónimo, en su relación de las “costumbres antiguas de los na­ turales del Pirú”.(1615) … “explicaba de uso debido a la escasez de agua fresca y potable, a la que agregan su necesidad medicinal” se entiende que al ser hervida eliminaba todas las posi­ bilidades de enfermarse al consumir agua cruda no potable ,esto me recuerda un articulo en donde se comentaba que el antiguo peruano mas pobre, no tomaba agua de acequia ni ma­ nantial, tomaba chicha. Los españoles introdujeron en el área andina en los mismos días del descubrimiento y con­ quista el termino “chicha”, voz caribe para designar la bebida espirituosa que consumia la po­ blación indígena y que los inkas denominaban Akha o Asua. Anotaron, igualmente, el especial valor social que se le concedía como signo de cortesía y hospitalidad. La chicha es una bebida muy antigua en la región andina, en la costa del Perú la elaboraban ya los pueblos Mochica del siglo I y probablemente otras culturas lo hicieron mucho antes. No solamente hay chicha de Maíz, sino también otros productos, como la Chicha de siete se­ millas que se prepara con harina de siete clases de cereales; Maíz, trigo, cebada, garbanzo, haba , alverja y quinua, se hierven estos molidos y se fermentan para ser servidos; la Chicha de Jora, que es la bebida infaltable en las reuniones familiares, sociales, trabajos comunales y fiestas patronales, a veces , se cura con cañazo para elevar el grado alcohólico y embriaga­ dor, esta chicha de Jora es de granos fermentados de las variedades Alazán, Pagaladroga, Mochero. Y la chicha Arequipeña, mal llamada de Jora es en realidad Chicha de güiñapo. Chi­ cha de molle. Etc. La necesidad de tener una bebida alcohólica se hace imprescindible en toda sociedad por ca­ racteres mágico religiosos o simplemente por embriaguez; todas las sociedades lo tuvieron los europeos con su cerveza y el vino, los antiguos americanos sus chichas, los de la selva con su masato, etc. y es allí, en esa necesidad donde el maíz es protagonista con su preparado de Chicha. Todo ello gracias a una levadura (Saccharomyces cerevisiae) que se encuentra libre en la naturaleza que cambia los azucares en alcohol, produciendo así; de la papa el vodka y el aquavit, de la uva, el vino y el pisco, de la cebada la cerveza, de la yuca el masato, de la man­ zana el sidra .. etc, y del maiz, la chicha. EL maíz y la papa, fueron las dos plantas que mayor trabajo significaron para obtener mayo­ res subespecies y variabilidad genética por lo que fueron plantas muy importantes y la coca una planta con mucho sincretismo religioso. Tres plantas andinas interesantes a conocer, una que me alimenta, una que me quita la sed, y otra mágico­ religiosa.

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Por Beatriz Manrique Pinto

El orgullo de haber nacido Arequipeño es algo que los estudiosos han resaltado a través de los años desde sus albores coloniales y republicanos y es algo que los guías de turismo de Arequipa deben enarbolar en su pendón. Para este concepto cito a Belisario Calle que refiriéndose a la obra de María Nieves Bustamante “Jorge o el hijo del pueblo” dice: “Es Arequipa una colectividad prócer que no sólo hizo su historia propia, sino la del Perú mismo”. En este pequeñísimo escrito hablaremos de dos o tres personajes cuyos nombres llevan algunas calles y también de las casas emblemáticas donde vivieron y que deberían integrarse en el circuito turístico de la ciudad. Hablaremos de la Calle Rivero antes Guañamarca, que lleva el nombre del ilustre Arequipeño José de Rivero y Bengoaín quien nos representó como diputado en las Cortes de Cádiz en 1810. Su sobrino Mariano de Rivero Ustariz vivió en la casa de la calle Sucre donde hoy funciona el dia­ rio el Pueblo. Este personaje a sus 12 años partió a Europa a realizar estudios de Matemáticas, Ciencias Físicas, Geografía, Historia, Mineralogía , Francés y Alemán inclinándose por la Química Mineral. En Fran­ cia conoció al Varón Alexander Von Humboldt quién le aconsejo que prosiguiera sus estudios en Alemania donde descubrió la Oxalita que en honor a Humboldt la bautizó como la Humboldtina, en otra publicación en Francia dio a conocer sobre el salitre de Tarapacá. Después dirigió la expedición científica a Colombia con colaboradores europeos y donde fue ele­ gido director de minería sosteniendo siempre nutrida correspondencia con su maestro Hum­ boldt. En 1825 regresó al Perú para ser nombrado igualmente director de Minería y donde continuó su prolífica labor cultural y científica hasta que al final de sus días publicó en dos tomos su colección de memorias científicas agrícolas industriales. Según el Dr Mario Arce es sin duda la mayor Gloria Científica Nacional del siglo XIX.

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Ahora nos ocuparemos brevemente de la calle de las Piedras hoy calle Villalba. El insigne Francis­ co Bolognesi y Cervantes según sus propias palabras consignadas en su foja de servicios, nació en Arequipa, hecho que según algunos investigadores de la Historia no es cierto por que afirman que este hecho, ocurrió en Lima. Ahora los que sostienen que nació en Lima vayan en contra de las propias palabras de Bolognesi. El caso es que vivió, se educó y nutrió intelectualmente en la casa situada en la esquina de puente Bolognesi y Villalba. Y no queremos olvidar la casa de nuestra gran escritora María Nieves Bustamante situada en la esquina de San Pedro y Prolongación Melgar donde se escribió la novela “Jorge o el Hijo del Pue­ blo” y en donde escribe sobre la figura de Benito Bonifaz en la resistencia de Vivanco contra el asedio de Ramón Castilla a nuestra ciudad. Para finalizar doy las gracias al Dr. Mario Arce E. autor de varios libros y artículos periodísticos y quien próximamente presentará un nuevo libro sobre nuestra ciudad y su rol histórico y que gen­ tilmente me ha comentado anticipadamente alguno avances de su contenido.

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NUESTRA VISITA AL DESIERTO DE AREQUIPA

Por Martha Manrique Pinto

Filósofos , psicólogos y sociólogos dicen que el concepto y la necesidad de lo “bello” o lo simple­ mente bonito es una de las lentes a través de la cual, todo ser humano mira diariamente su en­ torno; desde lo más simple como quizás un par de zapatos que se elige para ponerse un día hasta otros asuntos más complejos; cuando recibí la invitación de nuestro colega Guillermo Hercilla pa­ ra ir a una zona del desierto ubicada entre Vitor y Siguas el pasado 8 de este mes, acepte gustosa. La primera reflexión que hice en el trayecto fue sobre la frase de un amigo poeta “Hasta en el de­ sierto hay belleza”, sin embargo la palabra hasta subvalora la belleza de los colores en los celajes que ese día vimos al atardecer. Pero quiero dejar aquí las consideraciones estéticas. En esta planicie la formación principal es una arena volcánica de color marrón rojizo que es una arena silicatada o compuesto de oxido de silicio más aluminio y arcilla pero en mínima cantidad, este tipo de arena es demasiado pesada para ser soplada por el viento. Otra arena presente, es la arena gris que forma las dunas que son únicas en su formación y apariencia de perfecta media luna. Un turista ingles comentó: “Estas dunas no podrían ser más perfectas si hubiesen sido dise­ ñadas por un ser humano”. Recordé también que estas dunas gatean a través del desierto en di­ rección norte ¿Y por qué? Según explican es porque el viento es constante en esta dirección; el promedio de desplazamiento está estimado en 15 a 20 metros por año, este lento movimiento marca los años con casi la misma precisión y esmero con la que un reloj marca las horas.

La otra reflexión que me vino a la mente fue el rol determinante del desierto peruano en la vida de los primeros habitantes recordé a Victor Von Hagen quien en “The Realm of the Incas” nos dice: “the forces of nature in this extremely confine coastal desert have always been of supreme importance; here, as in few other places in the world”… y mas adelante prosigue: “For here nor­ mally rain never falls and the entire length of this is reduced to and extreme water desolation”. Sin embargo este paisaje tan poco incentivante fue uno de los factores vitales que modeló la vida humana. Efectivamente muy temprano el hombre sudamericano ocupó áreas fértiles o valles en medio de este desierto y luego de muchos esfuerzos y trabajo de construcción de canales y de otro tipo; acrecentaron estas áreas fértiles.

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Como los árboles en aquellos tiempos eran raros, sus ídolos eran de madera y como el sol repre­ sentaba una fuerza amenazante , la luna se convirtió en la divinidad de algunas importantes cul­ turas. Vemos que ya hemos mencionado culturas de la costa. ¿Cómo en este territorio desolado se desarrollaron culturas? Y hay que enfatizar que cada agrupación, tribu o posterior cultura, es­ taba separada de la otra por el desierto. Mi ultima reflexión fue el recuerdo de la inteligente defensa del historiador Julio Cesar Tello a propósito de este desolado desierto y referida al desarrollo autóctono de la cultura peruana , opuesta a la que sostenía Max Uhle para quien los primeros pobladores, vinieron del norte, eran los Mayas y los indígenas peruanos serían los Mayas atrasados. Pero el tiempo le dio la razón a Julio Cesar Tello y de que manera paradójico, pues ahora el Perú es reconocido como uno de los cuatro focos o centros generadores de cultura a nivel de la humanidad y toda esa cultura la creó gente sin influencia de personas de otro territorio que no sea el Perú ¡Pensar que parte de este territorio es el extenso y aridísimo desierto costero!

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LAS AVES Y SU REALIDAD EN EL PERU José Berdejo Mendiguri ¿Qué son las aves? Son animales vertebrados, de sangre caliente, cuyas características que las diferencian del resto son: tener un pico y su cuerpo cubierto de plumas. ¿Porqué las aves son importantes? 1.­Desde el punto de vista mágico ­­ religioso, por ejemplo: El Cóndor Andino en el Yawar Fiesta. 2.­De una visión económica: Fuente de alimento, comercialización de aves 3.­Desde el turismo por ejemplo: Visita al Valle del Colca para observar el vuelo del Cóndor Andino. 4.­Desde su problemática: Daños cultivos agrícolas, por ejemplo: las garzas Daños al patrimonio arquitectónico, por ejemplo: las palomas en el centro histórico 5.­Desde la perspectiva ecológica: Dispersión de semillas, aves frugívoras por ejemplo el Chiguanco (Turdus chiguanco) Polinización de las plantas: Todos los colibríes Control de plagas de insectos; los insectívoros por ejemplo; los atrapamoscas como el turtupilín (Pyrocephalus rubinus) Función sanitaria como el Cóndor andino, el caracara, los gallinazos Las aves son excelentes indicadores de la salud y de la calidad de diversos hábitats. Su presencia o ausencia nos permite descifrar el estado de conservación de los eco­ sistemas. Las aves en el Perú El Perú es uno de los 12 países más megadiversos del planeta, posee 84 de las 104 zonas de vida (81%), con cerca a 1800 especies de aves de las cuales aproximadamente el 85% son residentes El Perú ocupa el tercer lugar a nivel mundial después de Colombia y Brasil en número de es­ pecies de aves. El Perú tiene el récord de la mayor cantidad de especies en un solo lugar, 650 en el área que rodea el Explorer’s Inn lodge, ubicado en la selva de Tambopata. El record de mayor número de especies vistas en un solo día 361 en el área que rodea la Esta­ ción Biológica de Cocha Cashu, en el Manu realizada por Ted Parker y Scott Robinson en 1982 y aún no puede ser superado.

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Es hogar de 103 especies endémicas que no se puede encontrar en ningún otro lugar del mundo que no sea el Perú, ocupando el cuarto puesto en endemismo después de Austra­ lia, Filipinas y Brasil. Más de 400 de las aves del Perú tienen más de una sub­especie en el país, adicionando 1003 sub­ especies a las cerca de 1800 que tenemos en el Perú, llegando a un total de más de 2800 taxa? (Thomas Valqui). El Perú tiene el mayor número de "especies de rango­restringido”* en los Neo­trópicos y es el segundo en el mundo, después de Indonesia. * definido por by Birdlife International como una especie confinada a un rango de menos de 50,000 km2. El Perú tiene más atrapamoscas (Familia Tyrannidae, 248 especies), más horneros (Familia Furna­ riidae, 121 especies) y más fringilos (Emberizidae, 91 especies) que cualquier otro país del mundo Definitivamente nuestro maravilloso Perú, es un país de records , donde los birdwatchers se asombran por el gran número de especies de aves que habitan en hábitats contrastantes únicos, sensibles y frágiles. Para concluir este pequeño artículo me gustaría reflexionar algunos puntos, de los cuales espe­ ro sus comentarios y aportes: Si se invirtiera más en investigación, sin lugar a dudas el Perú ocuparía el 1er lugar en número de especies de aves a nivel mundial. El Perú cuenta con todos los recursos naturales y culturales para ofrecer un turismo especiali­ zado y selectivo, sin embargo, la promoción especializada es ínfima en relación a la pro­ moción del turismo de masas. Contamos con muy pocos guías especializados en biodiversidad, son muy pocos los centros de estudios superiores que ofrecen especializaciones serias y responsables en estos te­ mas. Si sólo se captara el 1% de los observadores de aves de Estados unidos (60 millones), las opor­ tunidades de negocios se incrementarían significativamente. La práctica del “Ecoturismo Verdadero” “Turismo Responsable” definitivamente ayudaría a nuestras comunidades pobres repletas en abundancia natural y cultural a salir de la po­ breza, participando activamente, ganándose el pan de cada día con el sudor de su frente. Hoy en día el término de “Ecoturísmo” está muy de moda, y pesimamente puesto en práctica por muchos operadores de turismo y autoridades locales. ¿Contamos con una conciencia ecológica, ecoturística, verde, sostenible, responsable o co­ mo se le denomine? La gran mayoría de la población peruana lamentablemente no, ¿Que se viene haciendo el respecto? Lamentablemente aún muy poco, no aprovechamos los medios de comunicación de una manera eficiente para generar conciencia, contamos con programas televisivos turísticos, que en la gran mayoría solo se dedican a describir generalidades, la edición de estos programas debería de contar con un pool de profesio­ nales como antropólogos, biólogos, marketeros entre otros y no solo de periodistas con buenas intenciones cuyo conocimiento en muchos casos no va más allá de lo que ven sus ojos.

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La mayoría de nuestras autoridades hacen muy poco para conservar y mejorar nuestro medio ambiente, por poner un ejemplo; el centro histórico de Arequipa, Patrimonio de la Huma­ nidad, como otras ciudades del Perú, está deteriorándose significativamente día tras día por las palomas que tienen alimentación completa y en abundancia, a vista y paciencia de nuestros líderes y todos nosotros sin que hagamos absolutamente nada para detener tal flagelo contra nuestro patrimonio. Si Ud. desea tocar, tomarse una foto, dar de comer, acariciar una ave, le recomendamos que vaya al Valle del Colca donde podrá apreciar una gran variedad de aves que se encuentran a su completa disposición, esto ya por más de 10 años. Yo me pregunto donde están nuestras autoridades, las entidades que lideran la protección del medio ambiente de la cultura, es muy triste, penoso, lamentable, doloroso ver todo esto. Al conversar con la gente, estudiantes de colegio, institutos y universidades, uno se puede darse cuenta que más del 90% desconoce el nombre de una ave común peor el rol que cumple en su entorno, no hay lugar a dudas que nuestra educación en el área de biodi­ versidad en la Capital Mundial de la Biodiversidad no es de las mejores. Debemos continuar con el proyecto de las aves regionales, como una de las cientos de medi­ das que se deben de ejecutar para generar conciencia y despertar interés en el cuidado del medio ambiente. Como decía Cesar Vallejo “HAY HERMANOS MUCHISIMO QUE HACER” o como decía Don An­ tonio de Raymondi “EL PERU ES UN MENDIGO SENTADO SOBRE UN BANCO DE ORO” Agradezco a ADEGOPA por darme la oportunidad de expresarme libremente sobre este tema tan apasionante como son las aves.

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INÉS DE ALLENDE, LA MADRE DE CHILE. (sobre una historia femenina de la conquista del Sur) Hermann Bouroncle

Mezclemos la potente voz de Joan Baez ­una mujer que protesta contra las fechorías castrenses de Vietnam­, el abrazo de una noche serrana a medio templar entre el verano fenecido y la aurora del in­ vierno, y algunas oscuridades como las víceras de la tierra vomitadas desde las entrañas de Islandia que no dejan a los franceses llegar a Li­ ma ni dejó a nadie volar para presentar sus exequias en Varsovia luego del sentido accidente en 2009. Mezclemos todo esto ante la paciencia y parsimonia de un café humeante sobre la mesa, la biografía del con­ quistador de Chile Pedro de Valdivia vía wikipedia, y la historia de un amor, o de varios amores, relatados por una anciana como fueran to­ das estas historias vividas las únicas brasas que valiera la pena salvar de apagarse, si fuera posible hasta antes y más allá de la propia muerte. El paisaje extremo y temido como los Andes o el desierto de Atacama. Hoy le llamaríamos limpio, puro, sin botellas de plástico ni sobres de champú regados, y en aquel entonces, paisaje salvaje casi sádico, devorador, omnipresente, con carácter de actor principal de reparto. Porque en aquellos tiempos de la llegada de los españoles a Indias, todavía la naturaleza derrotaba a los humanos con su tranquila y solemne presencia. El silencio de los espacios bastos increíbles para un europeo, los ruidos de maderas y metales, a lo sumo de vihuelas cuando no de voces huma­ nas, como órdenes o ayes de latigazo, o cánticos vencidos en la distancia por instrumentos más fuertes como tambores, trompetas o tibias guerreras, contra los que el hilo delgado y casi trans­ parente de una voz femenina del siglo XVI, con sutileza algunas veces y otras con explícito arrojo y determinación, surce la historia. Inés de Suárez existió. Isabel Allende la revive el 2006 novelada en trescientos sesenta pági­ nas con Inés del alma mía. Jorge Guzmán se le anticipó en 1993 con Ay Mamá Inés. ¿La diferen­ cia? Como Inés no está en youtube solo cabe imaginarla. La situación de Guzmán es más cerebral y la de Allende más intuitiva. En Guzmán asistimos a una crónica de sucesos históricos aunque matizada con truculencias subjetivas. Con Allende todo el planteamiento lo exuda la piel y el tes­ timonio de una mujer que asiste e interviene vivamente en los hechos que serán históricos. Con Guzmán Inés es gris y tiene quejas y dolencias día por medio. Con Allende Inés es más risueña, con sentido del humor, llena de temperamento y decisión. Con Guzmán Inés se fatiga a la hora del amor recargado, con Allende Inés no sólo es fértil a las llamas del deseo sino que la concien­ cia del acto le alcanza para exponerlo a la joven Isabel, su hija adoptiva e hija de su tercer aman­ te, segundo marido. Es una mujer que en pleno y cabalmente acepta el gozo de su condición de amante, una es una a la vez, no hay doble juego por mucha conjetura que se hagan las almas en­ vidiosas. Su femineidad es contorneada filudamente por el contraste con el pensamiento medie­ val y de amplia doble moral de esos conquistadores españoles, que al tiempo que tienen mance­ bas indias y fornicaciones al paso, se atreven a alisarse el cabello en misa y señalar con el dedo convenenciosamente a los que no han traído a sus esposas de España. Pizarro gobierna, pronto matarán a Almagro, Gonzalo vengará a Francisco, Pedro de Valdivia decapitará al rebelde y se congraciará con el pacificador La Gasca, sucesor del primer Virrey del Perú, ante quien los detrac­ tores de Pedro de Valdivia harán comparecer pero saldrá airoso al menos en lo político, porque, ay, en lo amoroso, siendo La Gasca sacerdote no le podrá hacer pasar que Valdidia siga viviendo en Santiago con esa comentada fulana a quien no han demorado en llamar hechicera, insulto comprometedor en los tiempos de la Inquisición, y la sentencia adversa será que la deba casar a la brevedad con alguien o que la deporte a España antes de seis meses, que traiga a su legítima

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esposa, doña Martina, con quien ya se le ha anquilosado el amor en los trece años que lleva Pe­ dro en estos lares y que serán diecinueve hasta que mande por ella, con quien poco o nada de aventuras ha compartido, pero a quien por supuesto mantiene, y quien finalmente vendrá seis años más adelante, sí, doña Martina Ortiz de Gaete, y traerá incluso parentela española, mas no para alcanzar a ver al conquistador vivo, sino bien enterrado y con deudas, pero además para ac­ cidentar en tener miles de descendientes entre los que contarán Pinochet o Allende, Bernardo O'Higgins o Gabriela Mistral, Vicuña Mackenna o Sebastián Piñera para mencionar celebridades, aunque ella misma, Martina igual que Pedro e igual que la amante de Pedro, doña Inés, ninguno haya podido hacer un hijo en este mundo. Pero a la Inés de Allende le sobró maternidad, la tuvo como una madre patria que curó las heridas de cada español caído en combate o les dio de beber incluso una vez en pleno desierto y a todo el ejército por arte y magia de su fe, no en Dios que eso es algo más encumbrado como abstracto, sino en la misión, en el éxodo a Chile para la materialización del sueño de su amante. Y así tuvo los pies siempre en la tierra apuntalando en su Pedro, no sólo las inasibles intenciones de refundar un mundo mejor sin las ambiciones por el oro que hacían aparecer cada hora españoles traspasados en las calles del Perú, sino también llevando los animales de corral con qué alimen­ tarse que cosas de primera necesidad como la ropa o la vajilla son las últimas que se les ocurren a los hombres y sin ellas no llegan ni a la esquina. Cocinaba, zurcía, curaba y todo en dimensiones de a mil porque estando Pedro siempre en campaña, la gobernadora de facto en el por fin funda­ do Santiago de la Nueva Extremadura, fue ella, Inés, la mujer que estuvo cuando había que estar y que tuvo trato de tú con los capitanes y comió en la misma mesa cuando en España las mujeres prácticamente sólo escuchaban detrás de la puerta. Un óleo de José Mercedes Ortega de 1897 la representa espada en mano, cuando viéndose casi perdida la ciudad de Santiago ante un nume­ roso ataque Mapuche, decapitó ella misma al cacique Quilicanta y luego a los otros rehenes arrojándo sus cabezas por los aires, "medida tan terrorífica que provocó la estampida de los gue­ rreros y salvó al saldo de santiaguinos que seguían vivos". Una novela es a veces una domesticación del tiempo. Cuando se termina uno cae en la cuenta de que fue víctima del encantamiento del autor. Se hizo el loco contándonos los hechos del pasado en tal eterno estado presente que cuando obtenemos el conocimiento del futuro pa­ recemos desengañados. Es que en el presente nadie sabe cómo va a ser el futuro exactamente. Pero a la vez desde esta piramidal visión que otorga la historia concluida de la vida de Inés, casi podemos navegar dentro de la inmensidad del corazón de una mujer desde que es virgen hasta que tiene setenta y tres años, y todo en una integridad tan cabal de su ser mujer que casi la nove­ la queda como un manual para hombres, cómo aproximarse al pozo misterioso e inexcrutable de experiencias femeninas que por sus circunstancias especiales, como prejuicios que ellas no han sembrado, señalamientos y animadversiones que han heredado desde los cicateros de Eva, obli­ gaciones y castraciones que han contraído antes de nacer, rara vez estamos cerca siquiera de sos­ pechar y comprender. Sí, la mujer ha debido ser siempre muy sagaz para minimalizar sus actos de tal manera que en una breve acción estén latentes, ataque, entrega y defensa. Inés de Allende es una mujer a todo pulmón, que espero la aplaude mejor la mentalidad contemporánea. Me alegro por su primer maestro de amor, su vago y devaneador esposo Juan, acarreado a tal estatus por la fuerza de la autoridad del abuelo, sin el cual no hubiera conocido las variaciones del placer como el césped a la espalda bajo cielo raso, por haber conocido al segundo, Pedro de Valdivia, que además le dio el boleto de entrada triunfal en la historia como madre de Chile, y me alegro por el tercero, Rodrigo de Quiroga, así pintado por Allende, más juicioso, menos arrebatado, y despa­ cioso alumno para desenrrollar otros treinta años de más amor. Pero Inés enterró a los tres y con el amor sobrante asistió a la viuda legítima de Pedro y crió a Isabel hija de Rodrigo, esto entre los principales, porque se dice que fundó varias instituciones porque había necesidad y dio de comer a los pobres. Sí, como en algún lugar está escrito, solo se tiene lo que se da, y doña Inés, no sólo se forjó una mujer rica sino que de tener, tuvo. Arequipa, abril 2010.

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El Tinku, en la Antropología Aymara Introducción El núcleo central de este pequeño ensayo se dirige a la explicación del proceso de desa­ rrollo etnohistórico del Tinku donde la danza, música y las batallas rituales aún siguen manteniendo manteniendo su presencia en el lugar circundante a la zona de origen de Macha que fue capital de la Confederación Caracara en el departamento de Potosí del Al­ to Perú. La celebración del Tinku como espacio y tiempo festivo ritual, permite entender los proce­ sos de transición y conflicto entre las nuevas generaciones donde más es el compromiso social de ellos que la tradición que llevan los abuelos. El ensayo consta desde el sistema de oposición ecológica, que se sigue dando en el pen­ samiento del poblador hasta hoy, llegando a la dualidad y oposición complementaria en la zona andina; se hace un pequeño esbozo documental para ilustrar en nuestra historia, luego se hara un análisis del tinku antropológico y continuar con una descripción del baile y la batalla ritual con la que termina. Dentro de la búsqueda de la información en lo que respecta a la producción neta peruana sólo se ha encontrado referencia a la que hizo J. Orihuela, en el valle del Colca, acerca de las demás obras consultadas sobre el folklore de Puno y sobre las danzas de Bolivia no mencionan al tinku para nada (1). Esto va confirmando el retroceso de la danza altiplánica en ámbos países andinos. No se pretende en las siguientes lineas dar un realce étnico pero sí una valoración emi­ nentemente antropológica acerca del significado de la danza y no tanto en la parte core­ ográfica ya que en la actualidad mucho de esta parte está ligado a la fuerte influencia de la coreografía del carnaval de Brasil. Advertimos que el mayor material bibliográfico consultado, sobre el Tinku, es de proce­ dencia boliviana ya que los mayores estudios antropológicos y etnomusicológicos se han hecho y se siguen haciendo de ahí; y que, lástimosamente, ha entrado en un retroceso gradual, originado por la modernización de los Andes (2) en las últimas dos decadas, sí bien es cierto que en un inicio se bailaba en la zona andina de cuatro países (3) en la ac­ tualidad sólo se baila en el pais de origen.

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Estructura del Espacio Aymara La concepción mítica andina, distingue tres niveles espaciales: Alax pacha o cielo (arriba) Aka pacha o este mundo (centro) y Manqhapacha o subsuelo (abajo). El espacio físico (que correspondería al Akapacha) está organizado con arreglo a una divi­ sión tripartita similar al que, en el caso Aymara, adopta dos modalidades distintas, aun­ que simbólica estructuralmente equivalentes. Por un lado existe la oposición ecológica de las tierras altas (urqu) con la zona de las tie­ rras bajas (uma) (4) mediadas por un centro denominado Taypi; hay que añadir que tam­ bién se presenta la dualidad alto (alax) y bajo (manqha) (5). Todo lo anterior se inspira exactamente en la accidentada topografía andina y también en documentación inicial dejada por Luis Capoche (6) citando textualmente: “ ….el Collasuyo, se dividía en dos zonas, una Urcosuyo que es la zona alta y del Umasuyo que es la zona baja y llana del Altiplano, otros dicen que la zona alta es masculino y la baja femenino..” Claramente el concepto dual va a aparecer dentro de su sistema de oposi­ ción.

La Lógica Andina de Oposición Complementaria Hasta la actualidad tanto Quechuas como Aymaras perciben a la naturaleza y a la cultura en términos de opuestos simbólicamente sexuados, ya se habló de la oposición cerros y puna considerados como masculinos los valles y las pampas que son consideradas como femeninos. Entre los productos andinos la papa es mujer y el maíz es hombre. Análogamente dentro de la música nativa hay ciertos instrumentos considerados como masculinos y otros femeninos, siguen este principio los colores y los números. Viendo así, el mundo social y natural se concibe como una ampliación a mayor escala del modelo pre­ visto por la pareja humana, que es la verdadera metáfora del Cosmos. Entre el hombre y la mujer se establece una dialéctica de oposición complementaria, por una parte ámbos cooperan entre sí y conforman la unidad social, económica, política y ritual básica de la Organización Andina (7) Desde otro ángulo, aunque se trata de una unidad bien definida, la pareja humana está constituída por dos individuos y diametralmente opuestos en su polaridad sexual y atribu­ tos, dos contrarios potencialmente antagónicos que, sin embargo, se complementan pre­ cisamente en virtud de su oposición recíprocamente inversa: cada uno de ellos posee lo que le hace falta al otro, el matrimonio (8) es la solución a dicho antagonismo y su com­ binación restituye al todo.

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Pero, tomando el modelo de la simetría corporal, el lado derecho se opone al izquierdo al momento del trabajo se complementan y esto se refleja en muchas comunidades de habla quechua y aymara, para el caso de las mitades del ayllu la derecha es kupi y la iz­ quierda es chiqa. Sí en la comunidad, hay opuestos entonces hay una hostilidad institucionalizada entre ámbas mitades. En este caso se nota cómo claramente que existe una oposición dual que está culturalmente reforzada, y debe ser conciliado de una manera sexual pero simbólica como es en el Tinku. Los Ayllus y las Comunidades Andinas están en la práctica de la economía de la reciproci­ dad y de la redistribución, asimilando algunos de los avances tecnológicos.(9)

El Tinku Desde tiempos inmemoriales hasta la actualidad en diferentes festividades se libra en el Norte de Potosí una danza y un combate ritual que enfrenta a las dos parcialidades de una Comunidad. Se sabe que, esta práctica estaba muy generalizada en la zona Andina, pues los registros indican que desde Huamachuco (Perú) (10) pasando por el valle del Col­ ca, hasta Catamarca (Argentina) (11) se bailaba el Tinku.

Hasta ahora no se sabe exactamente dónde se originó el Tinku aunque la gran mayoría de científicos sociales señalan a la zona del departamento de Potosí como lugar de ori­ gen, porque es ahí donde hasta la actualidad, esta arraigada la danza y la batalla ritual.

Cristóbal de Molina en su crónica (12) menciona lo siguiente: …..que en el primer día de luna del mes de diciembre (kamay killa) los nobles cuzqueños que se habían “ armado de caballeros” tan to como los de la parcialidad de hanan cuzco como de hurincuzco, salían a la plaza con unas hondas en lasa manos, llamadas huaracas; y ámbas parcialidades se tiraban de hondazos con una fruta que llaman coco, que se da en unos cardones; y venían algunas veces a los brazos a probar fuerzas, hasta que el Inca que estaba ya en la plaza, se levan­ taba y los ponía en paz, y concluían ellos se sentaban todos por sus parcialidades……”

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Hay alusión a una segunda referencia que hace A.Vásquez de Espinoza (13) quién al ini­ cio del siglo XVII, recogió la información sobre competencias y crueles guerras que

suce­

dieron en el Collasuyo antes de los Incas: “….. En la cuarta conquista que hizo al sur el (Inca Capac Yupanqui) al fin del Collao de grandes pueblos de la provincia de Paria, los redujo a obediencia, y a dos reyes o caci­ ques que eran muy valorosos, traían entre sí compotencia y crueles guerras, eran Copoa­ ta, Moromoro hasta las sierras nevadas de Tapacarí” (14) Las Fiestas de la Cruz, la Churi fiesta, la del Tata Wila Cruz y la del Tinku son “ distintos denominativos de una misma manifestación cultural, donde se combinan elementos ri­ tuales, religiosos, sociales, económicos, generacionales y de identidad. Debemos tener encuenta que el Tinku no es sinónimo de violencia y enfrentamiento, sino que también es tiempo y espacio de encuentro con el “todo” (15) Pero, ¿Que lleva a enfrentarse periódicamente a las dos parcialidades en una misma co­ munidad? Debemos tener en cuenta que, a pesar que se conforman en una unidad social diferencia­ da, el ayllu está dividido en dos mitades endógamas, una simbólicamente masculina y la otra femenina y que la primera predomina sobre la segunda, y entre ellas existe una hos­ tilidad institucionalizada. Por consiguiente, el ayllu escindido en dos partes opuestas, mutuamente excluyentes y conflictivas, debe restablecer su unidad complementaria y su equilibrio para poder sub­ sistir como un todo. El medio para lograrlo es el Tinku (16) que es la cópula simbólica, que exacerba hasta la violencia, las contradicciones entre las dos parcialidades, para así poder integrarlas plena­ mente. Justamente el momento en que el encono y la oposición entre las dos mitades cul­ minan en un conflicto de máxima intensidad es cuando el ayllu logra su verdadera unidad. El tinku se trata de un juego (pujllay en quechua) cuyo éxito se mide, en gran parte, por el despliegue que ostenta, los miembros que viven en una parcialidad se reúnen con chi­ cha, alcohol, coca, música y baile, para luego enfrentarse con la otra parcialidad, en dos bandos guerreros, todos armados con hondas, cascos con plumas, manoplas, cinturones que esconden pedazos de plomo y otras herramientas de ataque y defensa. Las mujeres apoyan y levantan a sus maridos y se enfrentan a las mujeres de la otra mitad del pueblo, donde los puños y el jalarse las trenzas son comunes entre ellas.

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Para la comunidad local, la causa de la alegría y la algarabia es tener dentro de los resul­ tados del “ ansiado encuentro” una buena cantidad de muertos para que la sangre de ellos pueda alimentar a la tierra.(pachamama)

El Tinku en el Valle del Colca.­ El profesor J.L Orihuela recopiló danzas y menciona sobre el Qashwa Tinkuy (17) que se bailaba en los Carnavales y era donde las dos parcialidades Hanan y Hurin festejaban bai­ lando con los pinkullos y las tinyas,también cantaban canciones en coro. Dentro de la plaza se bailaba y luego subían hacia el cerro Saya­Saya, en la actualidad lo llaman Torre Qaqa, aquí era donde se iniciaba una competencia (18) hacia la cima entre hombres y mujeres de sus parcialidades, ahí terminaban peleando todos contra todos. (19)

La Danza y la Batalla ritual en Macha.Empiezan primero las bandas de las parcialidades a tocar música, en los extremos del pueblo, al ruido de la música todos los bailarines tanto hombres como mujeres de ámbas partes van a la calle central del pueblo que es la línea divisoria de ámbas mitades (20) ellos se van embraveciendo al son de los tambores y sicus. Avanzan hasta encontrarse frente a frente la danza estilizada viene a ser un movimiento permanente en una posición agachada de todas las personas y estas se encuentran mo­ viendo las manos con los puños cerrados, avanzando y retrocediendo cantando en coro (21) tanto los hombres como las mujeres llamando al encuentro. Sí bien es cierto que hasta los años secenta, setenta, peleaban una gran cantidad de los pobladores en la actualidad sólo lo hacen las personas que apuestan a la pelea que es más común en los hombres.

De acuerdo al dossier fotográfico mostrado al final del trabajo este ha sido sacado de in­ ternet, por lo visto es lo más auténtico en lo que respecta a la danza frente a los bailarines modernos y muy extremadamente estilizados con una coreografía que prácticamente ya no tiene nada que ver con lo que se ve en las fotos.

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La foto 1, pertenece a la localidad de Macha del Departamento de Potosí, la segunda es más clara con más colorido un grupo de músicos con el atuendo típico en la cabeza, los chucos, que son elemento identificario aymara que era en un inicio y que en la actualidad se habla el quechua y también en la canilla unos bordados de varios colores en zig­zag que identifican a la parcialidad de alasaya del pueblo de Macha. De la tercera foto se nota claramente dentro del conjunto varonil la línea recta en el textil que identifica al género másculino. En la cuarta foto se explica cuán grande es la influencia moderna de la decoración polí­ croma. Pero el detalle en que los círculos coloridos son identificatorios femeninos. La quinta foto se nota claramente como el sombrero impuesto desde la colonia sigue en la colonia contrastanto con el chuco del sicuri que esta al lado.

La sexta foto muestra la pelea de los hombres en plena calle. La séptima foto claramente se explica como la mujer mantiene el atuendo impuesto por los españoles que son el sombrero y la pollera, las llicllas son eminentemente andinas y con gran variación en el tocado cromático. La octava foto nos muestra a un guerrero bien occidentalizado con presencia de una ca­ misa y pantalón muy similares. La novena foto nos muestra la batalla campal de ámbas parcialidades donde hombres y mujeres de ámbas mitades están en su punto máximo. La décima foto, muestra a dos jóvenes peleando nótese que uno de los contrincantes no lleva el atuendo típico. La onceava foto, muestra la fiesta de confraternidad después de la batalla. La doceava foto, nos enseña a uno de los heridos en fase de recuperación.

Conclusión.­ Ya que han pasado más de 500 años de invasión cultural a nuestro continente, la danza del Tinku se mantiene en pie, a pesar de los grandes cambios en los patrones culturales de los pueblos andinos donde se bailaba, sobre la mencionada danza entonces podemos ver como en la actualidad solo se da ya no con esa fuerza comunal arrolladora, pero si con esa consigna del poblador de revalorar su identidad aymara llevando en cada fiesta el fervor y la emoción social de la danza de origen milenario.

26 Notas:

1.- Estas obras son: A. Paredes-Candia. La Danza Folklórica en Bolivia. Editorial Popular. 1991. La Paz. F. Paniagua. L. Glosas de Danzas del Altiplano Peruano. Separata del Boletín de Lima. 1981. Lima. 2.- H. Urbano. Tradición y Modernidad en los Andes. Centro Bartolomé de las Casas. 1997. Cuzco. 3.- Estos cuatro países fueron Perú, Bolivia, Chile y Argentina. 4.- La traducción de Uma en el Aymara es de agua, pero para el mundo

aymara, esta ascepción también

va dirigida a tierras bajas y planas. 5.- Sus equivalentes en Quechua son hanan y hurin. 6.- L. Capoche. La Villa Imperial de Potosí. Biblioteca de Autores Españoles. Tomo 122. 1969. Madrid. 7.- Hasta la actualidad, sucede que en las Comunidades Aymaras, los cargos tradicionales son desempeñandos por el esposo, pero su mujer o su hijo

asumen el cargo en ocasiones

especiales de representación del esposo. 8.- La conciliación de los opuestos es el acto sexual. 9.- Para el caso la la parabólica, internet ya han integrado al grupo aymara al mundo global de laas telecomunicaciones. 10.- Relación de los Agustinos de Huamachuco. PUCP.

1992. Lima.

11.- Provincia del norte de la Argentina cuyo vocablo es de origen netamente Aymara y cuya palabra original es el de Cotamarca que es como debería decirse; para el caso esta palabra significa “ El pueblo de la laguna “. 12.- Cristóbal de Molina. Relación de las fábulas y ritos de los Incas. De la Colección de libros y documentos referentes a la Historia del Perú. Imprenta San Martí. Tomo 1. 1916. Lima. 13.- A. Vásquez de espinoza. Compendio y descripción de las Indias Occidentales. Instituto Smithsoniano. 1948. Washington. 14.- Región Montañoza en el Departamento de Cochabamba de Bolivia. 15.- La competencia es entre las dos parcialidades de Hanan y Hurin de cada pueblo 16.- Tinku, es el nombre moderno que se da a las peleas. Bertonio es el que da nombres alusivos a la guerra. Tincutha, encontrarse los ejércitos, o bandos contrarios en la guerra, venir a la batalla Tincuthaptatha, venir a las manos, acometer la pelea de ámbas partes. 17- Qashwa Tinkuy que vienen del Quechua y significan el baile del encuentro. 18- La competencia era la carrera entre la gente de ámbas parcialidades. 19.- Testimonio de Ceferino Supo informante sobre lo que vió en su niñez entre Callalli y Sibayo como pastor de llamas. 20.- Precisamente es la calle del Tinku en la actualidad. 21.- El estribillo utilizado por ámbos grupos de danzarines para la zona de Potosí, es el de Hamuy Tinkumuy que traducido del quechua es el de “ven y encuentrame”.

27 Bibliografía.-

Albó X. Raíces de América: El Mundo Aymara. Ediciones UNESCO. 1988 Madrid.

Bertonio L. Vocabulario de la Lengua Aymara. Ediciones El Lector. 2004. Arequipa-Perú.

Gisbert T. Arte Textil y Mundo andino. Museo Nacional de Etnografía y Folklore. 2006. La Paz-Bolivia

Lara. A. Tinku: transición y conflicto. Edita El Programa de Investigación Estratégica en Bolivia. 2005. La Paz.

Montes Ruiz F. La Máscara de Piedra. Editorial Armonía. 1999. La Paz. Bolivia.

Orihuela M. J. Takitusuy. Ediciones de la Universidad San Agustín. 1994. Arequipa-Perú.

Van den Berg H. La Cosmovisión Aymara. Ediciones Hisbol-UCB. 1992 La Paz-Bolivia.

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