Revisitando el imaginario urbano: Propuesta metodológica

July 14, 2017 | Autor: A. Pérez Indaverea | Categoría: Research Methodology, History of Art
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DRAFT VERSION OF: PÉREZ INDAVEREA A., and VILA VÁZQUEZ J. I., (2012) "Revisitando el imaginario urbano: propuesta metodológica", Mirando a Clío. El arte español espejo de su historia. Actas del XVIII Congreso del CEHA, vol. IV, Santiago de Compostela, Universidade de Santiago de Compostela, p.3128-3138, ISBN: 978-84-9887-947-6

REVISITANDO EL METODOLÓGICA

IMAGINARIO

URBANO:

PROPUESTA

Pérez Indaverea, Mª Aránzazu. Doctoranda en Historia del Arte. Universidade de Santiago de Compostela. [email protected] Vila Vázquez, José Ignacio. Doctorando en Geografía. Université Paris 1. Panthéon-Sorbonne. [email protected] Hace años que se habla de la necesidad de un abordaje interdisciplinar de las cuestiones urbanas, pero en general las disciplinas que trabajan esta temática siguen utilizando los métodos que les son propios, sin considerar los de las ciencias afines. La ciudad contemporánea, considerada a través de sus imaginarios, es un objeto de estudio complejo que debe de ser analizado desde un planteamiento metodológico claro y multiescalar. Tras haber realizado un análisis crítico de las teorías e investigaciones más significativas sobre los imaginarios urbanos, se extrajeron de ellas los métodos empleados. Esto permitió catalizar esas diversas técnicas para plantear la presente propuesta de sistema de trabajo. Partimos de la necesidad de la delimitación del área geográfico-temporal de estudio y de las escalas de análisis. A continuación, se considerará un doble enfoque conjunto e integrador para caracterizar el imaginario colectivo, partiendo de la percepción individual y de las representaciones con especial influencia en la sociedad. Esto permitirá obtener unas interpretaciones más contrastadas y rigurosas. Palabras clave: imaginario interdisciplinariedad

urbano,

percepción,

representación,

ciudad

contemporánea

e

1. Introducción El imaginario es uno de los elementos que conforman los territorios urbanos, por lo tanto su estudio nos acercará a conocer la ciudad. El concepto de imaginario urbano se identifica con la imagen colectiva de la ciudad: las representaciones mentales que tienen en común muchos habitantes de la misma. Estas se refieren a una realidad física y al conjunto de regímenes discursivos y prácticas cotidianas1 asociados a ella, en un contexto compartido2. La percepción es el eje a través del cual se estructura esta idea. Es un proceso propio a cada realidad cultural3, en el cual la información sensorial es adquirida, interpretada, seleccionada y organizada4. Este permite la generación de 1

M. Balshaw y L. Kennedy, ed: Urban space and Representation, London, 2000, p.1.

2

K. Lynch, La imagen de la ciudad, México, 1985, p. 16.

3

Y. F. Tuan, Topophilia: a study of environmental perception, attitudes, and values, N. York, 1990, p.75.

4

Definición de la Gestalt recogida por: Ch. Landry, The art of city Making, London, 2006, p.128.

representaciones, que son el soporte inmaterial (representación mentales) o materializado de una parte del universo perceptivo5. Los aspectos comunes del conjunto de representaciones individuales conforman la imagen colectiva de la ciudad. Existe un escaso número de investigaciones que aborden el tema del imaginario de la ciudad contemporánea desde diversos enfoques. Así, en el presente trabajo aspiramos a proponer una metodología interdisciplinar integrada para el análisis de este objeto en toda su complejidad. El punto de partida será el estudio de los métodos empleados en esta temática por las disciplinas que tratan las cuestiones urbanas contemporáneas. 2. Estado de la cuestión del imaginario urbano. El precursor y referente en los estudios sobre imaginario urbano fue K. Lynch6. En los años cincuenta comenzó a interesarse en la imagen que los ciudadanos tenían de su ciudad, los elementos que la constituían y cómo podía mejorarse el medio urbano. Desde la década de los setenta autores como H. Lefebvre7 o D. Harvey8 fomentaron la instauración del paradigma del espacio como objeto construido socialmente. Las percepciones y representaciones mentales de la ciudad se convirtieron en objeto de estudio sistemático para diversas disciplinas. Así, los análisis de las prácticas, representaciones e imaginación de los individuos influirían poderosamente en las investigaciones de la Sociología urbana y de la Geografía. Heredero de esta corriente es G. Amendola9, que da un giro hacia una visión más culturalista e integradora. El imaginario cobra para él una especial significación, diferenciando el mindscape o conjunto de elementos vitales y culturales que definen la ciudad, del cityscape o referente material de la ciudad. Algunos arquitectos han sido continuadores del estudio de la imagen urbana colectiva. Este es el caso de R. Venturi10

5

La referencia a la representación materializada proviene de: S. Zunzunegui, Pensar la imagen, Madrid, 1989, p. 22. 6

K. Lynch, Op. cit. H. Lefebvre, La production de l'espace, Paris, 2000. 8 D. Harvey, La condición de la posmodernidad. Investigación sobre los orígenes del cambio cultural, Buenos Aires, 2008; y Urbanismo y desigualdad social, Madrid, 1989. 7

9

G. Amendola, La ciudad postmoderna, Madrid, 2000.

10

Observa la influencia de la cultura pop en las formas arquitectónicas: R. Venturi, Aprendiendo de las Vegas. El simbolismo olvidado de la forma arquitectónica, Barcelona, 1998.

o de R. Koolhaas11. Este último analiza cómo los media afectan al imaginario llevándolo a una homogeneización global, generando, lo que él llama, ciudad genérica. Este tipo de aproximaciones que otorgan un papel destacado a la cultura han tenido en los últimos años una importante influencia en áreas como la Literatura Comparada, las Bellas Artes o la Historia del Arte. 3. Área de estudio y escalas de análisis El imaginario tiene como referente un territorio “físico” que está en constante evolución. Por lo tanto, el método de estudio sobre ese territorio debe intentar fijar inicialmente el devenir12 espacio-temporal. Esto implica la contextualización sociocultural en un período o momento histórico y de un área de estudio o lugar determinado. Si investigamos sobre transformaciones urbanas, será necesario el análisis de varios períodos que puedan compararse. Por otra parte, se debe relativizar la relevancia de las características de un área de estudio13 mediante la comparación con otra(s) área(s) limítrofe(s) o de características contextuales equiparables. La utilización de una o varias escalas de análisis combinadas y adecuadas al fenómeno espacial considerado permite su estudio en toda su complejidad. El imaginario colectivo se manifiesta a diferentes niveles que están interrelacionados. Esto implica la utilización de un análisis multi-escalar, con métodos adaptados a cada una de las siguientes escalas14: micro, del individuo; meso, de los grupos sociales, del barrio; e incluso macro: del conjunto de la ciudad o sistema de ciudades. A su vez, se determinará el grado de precisión y el margen de error adecuado para cada escala en función de las fuentes existentes. 4. Enfoques metodológicos para los imaginarios espaciales La complejidad del análisis de los imaginarios espaciales urbanos reside en tres hechos principales. Por una parte, son inmateriales y tienen que ser abordados de una manera indirecta a través de sus manifestaciones materiales. Por otra, la percepción es 11

B. Mau y R. Koolhaas, S, M, L, XL, 010 Publishers, Rotterdam, 1995.

12

Referencia a la constante transformación del espacio-tiempo. D. Harvey, Op. cit., 1989, pp. 225-356.

13

Este concepto se refiere a la parte de la superficie terrestre sobre la cual se realiza una investigación.

L. Sanders, “Les modèles agent en géographie urbaine.” en F. Amblard y D. Phan (ed.) Modélisation et simulation multi-agents ; applications pour les Sciences de l'Homme et de la Société, 2006, pp. 151-168. 14

individual, mientras que en los imaginarios confluyen elementos compartidos por la sociedad. Finalmente, se ve influenciado en diferentes grados por las representaciones. Las metodologías que han sido empleadas por las diferentes disciplinas de lo urbano partían de la micro-escala de los individuos para conocer las características del imaginario a nivel colectivo. Unas adoptaron el punto de vista conductual y de las representaciones mentales y otras, el del análisis de ciertas imágenes significativas. A continuación presentaremos estos dos enfoques metodológicos, para después proponer su integración en una metodología que mejore cualitativamente las investigaciones sobre esta temática. 4.1. Enfoque de la observación del individuo. Uno de los enfoques metodológicos adaptados al análisis del imaginario urbano es el centrado en las representaciones mentales del espacio y las prácticas espaciales, a escala individual, de los utilizadores de la ciudad. Proponemos una reflexión sobre algunos métodos, sin aspirar a ser exhaustivos. Los agruparemos en tres grandes tipos: trabajo de campo, métodos orales y procedimientos gráficos o visuales. Las técnicas de observación directa y de participación en el área de estudio que vamos a considerar son las de las salidas de campo y la observación participante. Las primeras forman parte de una concepción empirista de la investigación científica y se definen por la toma de distancia con respecto al medio urbano que va a ser estudiado. El investigador es fundamentalmente un observador pasivo, mientras que en la observación participante realiza una inmersión en el grupo social que quiere estudiar. Este segundo enfoque15 permite un mayor acercamiento al contexto social de los ciudadanos, para mejorar la interpretación de sus prácticas espaciales y sus representaciones sobre la ciudad. La ética del trabajo de campo16 implica una transparencia metodológica hacia los colectivos urbanos estudiados. Las metodologías de campo han sido aplicadas sistemáticamente en estudios urbanos por la influencia de la denominada escuela de Chicago de sociología17.

15

El método de la observación participante es utilizado por investigadores como G. Velho, A utopia urbana: um estudo de antropologia social, Río de Janeiro, 1989. 16

B. Collignon, “L’étique et le terrain”, L’information géographique, 1, 2010, pp. 63-83.

R. E. Park, “Suggestions for the Investigation of Human Behavior in the Urban Environment”, en R. E. Park, R. D. Mackenzie, The City, Chicago, 1984, p. 3. 17

Los métodos orales de observación de individuos son aquellos en los que el investigador interpela a diferentes sujetos. Los tipos más adecuados a la problemática tratada son el de entrevistas y el de las encuestas. Las primeras permiten la profundización del análisis de los individuos interrogados; pero los datos obtenidos son más difícilmente explotables. Es un buen método para estudiar el discurso de los personas de especial importancia en la cuestión tratada. Por otra parte, las encuestas permiten un análisis a la vez cualitativo y cuantitativo de las representaciones mentales individuales. Los resultados son generalizables al nivel del imaginario colectivo ya que los individuos encuestados constituyen una muestra representativa de la población que interesa en la investigación. Para esto, todos los grupos de utilizadores del área de estudio deben de estar presentes en el muestreo para que su composición sea equiparable a dicha población de referencia18. La realización concreta de la encuesta debe iniciarse con la construcción de un proyecto en el que se defina la problemática y los temas de estudio del imaginario que se abordarán, las características de la población que será estudiada, los límites temporales y económicos del proyecto, cómo se va a interrogar (tipo de encuesta), así como construir la muestra. Posteriormente, se elaborará el cuestionario19 donde se intentará influir lo menos posible en la respuesta de los individuos interrogados, deducir las características sociales de los mismos y realizar cuestiones de control que indiquen el grado de comprensión y corroboren la validez de las respuestas. Las fases que deben seguir a esta concepción de la investigación comienzan por el reparto de unas encuestas piloto para comprobar la viabilidad del cuestionario. A continuación, los resultados obtenidos se utilizarán en la mejora y distribución de la encuesta principal. Después, se lleva a cabo la fase de recogida, transcripción y codificación de los datos de la misma, permitiendo su tratamiento y control de calidad. En el caso de que sea necesario, se realizarán ponderaciones individuales para adaptar la muestra a la composición de la población, finalizándose el proceso con la explotación de los datos obtenidos.

18

Dos tipos de muestreos representativos: empirista (proporcional a unos grupos caracterizadores de la estructura de la población o tirado al azar en estos) o aleatorio, que sigue una distribución probabilista normal. La muestra es representativa del conjunto (población) del que forma parte, para un intervalo de confianza y un margen de error. Ver: N. Berthier, Les techniques d’enquête en sciences sociales. Méthodes et exercices corrigés, Paris, 2004, pp. 115-137. 19

J. P. Paulet, Les représentations mentales en géographie, Paris, 2002.

Entre los métodos gráficos para el estudio del imaginario espacial urbano destacamos el de los mapas mentales20, por su especial adecuación a las cuestiones de contenido espacial. La construcción de mapas mentales intenta plasmar plásticamente las imágenes mentales espaciales de cada individuo. Su generalización permite demostrar las “similitudes en la construcción de las representaciones”21, pudiendo explicar los elementos definitorios del imaginario urbano. Es interesante que esta técnica esté acompañada por un cuestionario que permita conocer las características sociales del individuo,

así

como

complementarse

con

otras

informaciones

sobre

sus

representaciones mentales y prácticas sociales. Una limitación de este método es la posible carencia de una concepción espacial y de capacidad de interpretación de un mapa por parte de ciertos individuos. Dos tipos de procedimientos cartográficos permiten superar estos problemas: las cartografías participativas a gran escala22, al reducir la abstracción implícita en todo mapa; y los mental maps que son realizados de manera indirecta por el encuestador a partir de las indicaciones del encuestado23. Las metodologías de análisis del imaginario urbano expuestas presentan la dificultad del proceso de generalización o de emergencia desde el nivel individual hasta el del imaginario urbano a nivel colectivo. Esto se resuelve con la aplicación de los modelos probabilísticos de tendencia central y con las simplificaciones cartográficas. En todo caso, existe una complementariedad entre los diferentes métodos expuestos que permite la superación de sus limitaciones individuales gracias a una aplicación conjunta. 4.2. Acercamiento desde la Historia del Arte: las representaciones como fuentes Desde la Historia del Arte proponemos analizar la ciudad a partir de la suma de fragmentos que la componen, que haremos legibles a través de sus representaciones24. Los utilizadores de una ciudad comparten espacios contextuales y conceptuales; son 20

P. Gould, Cartes mentales, Fribourg, 1984.

21

J. P. Paulet, Op. cit., p. 46.

Nos referimos, por ejemplo, a los “mapas Gulliver”, que utilizan grandes escalas cartográficas para finalidades de participación ciudadana en fases de búsqueda de soluciones urbanísticas a escala intraurbana. 22

Este es el caso de la cartografía producida en la investigación de F. Guérin-Pace, “Vers une typologie des territoires urbains de proximité”, L’espace géographique, 4, 2003, pp. 333-344. 23

24

S. Zunzunegui, Op. cit., p.22: Seguimos la definición de este autor de imagen o representación. Entendemos que “es un soporte de la comunicación visual en el que se materializa un fragmento del universo perceptivo y que presenta la característica de prolongar su existencia en el curso del tiempo”.

consumidores y productores de símbolos y prácticas de representación que les llevan a concebir un imaginario urbano común. Este se verá plasmado en las manifestaciones culturales y por tanto, en las representaciones. Así, el estudio de las imágenes de un sector de una ciudad nos permitirá conocer el imaginario al que se asocian. Sólo pretendemos indicar los puntos fundamentales que deben aparecer en todo estudio de una representación urbana y cuya aplicación sistemática, posibilitará la elaboración de un discurso sobre el imaginario. Partimos de la Historia de las mentalidades25, complementada por las Teorías de la Recepción y la Hermenéutica. 4.2.1. Delimitación y selección de representaciones significativas El primer paso será la delimitación precisa de nuestro objeto de estudio26, para después preguntarnos cómo seleccionar qué representaciones son significativas en el estudio de ese sector de la ciudad. Nos basamos en dos premisas: lo que consideramos arte es una convención social y vivimos en entornos asediados por representaciones. En la busca de referentes, la Historia del Arte ha encontrado en el canon las obras sobresalientes en un determinado contexto. Está en continua redefinición y ha tenido que adaptarse a la sociedad de consumo y a la influencia de los media, abriéndose y globalizándose. Para que una representación entre hoy en él, tiene que ser aceptada por una institución, tener repercusión en los círculos de estudiosos o connoisseurs y ser reproducida en la mayor cantidad de medios, consiguiendo la máxima difusión posible. A más presencia, la importancia dentro del canon aumenta, incrementándose el impacto entre el público general. Se trata de conseguir el “mayor rendimiento económico y/o político” a través de la imagen, que sea “productiva”27. Así, las manifestaciones que más nos interesarán, serán aquellas imágenes de nuestro objeto de estudio que estén dentro del canon y que tengan una mayor presencia por ser las más reproducidas. 4.2.2. Contextualización y análisis de la representación

F. López Silvestre “Por una historia comprensiva de la idea de paisaje”, Quintana nº2, 2003, pp. 287303. La aproximación que realiza en este artículo al estudio desde la historia de las mentalidades del paisaje, como construcción visual y mental, establece fuertes paralelismos con el estudio del imaginario urbano. Aprovechamos esta nota para agradecerle sus aportaciones a esta comunicación. 25

26

Ibídem, p. 293.

27

J. Jiménez, Teoría del Arte, Madrid, 2002, p. 235.

Definido un corpus de representaciones, podremos analizar cada una de ellas, apoyados en las fuentes. Lo primero será estudiar el contexto general y particular, en el que aparece, intentando encontrar en ellos las razones que expliquen dicha manifestación. De ser posible, concretaremos su autor(es), su contexto específico, que características le definen y se manifiestan en esta obra y cuáles fueron sus intenciones. Procederemos entonces al análisis de la obra en sí. Accederemos al código de la misma a través del análisis iconográfico; identificado el tema, realizaremos un estudio del propio objeto de representación. Cabrá preguntarse cómo se construye la imagen, cuáles son las formas de discurso y si existen focalizadores28. El mismo tema tratado de formas diferentes puede ofrecer lecturas distintas, por lo que debemos simultanear el análisis temático y compositivo con el formal. Examinaremos cómo se representa y cuáles son las características que definen la imagen, intentando responder al porqué de esas elecciones. Expuestos los elementos característicos, podremos trabajar con la intertextualidad, que nos conectará con las teorías de la recepción. 4.2.3. La importancia del estudio de la recepción y la intertextualidad Las representaciones se insertan en un sistema de códigos culturales, parte del lenguaje que las configura procede de conceptos, modelos y convenciones preexistentes29. Tendremos que encontrar los principales, compararlos con la obra que analizamos, ver sus diferencias y qué aporta cada una. Por otra parte, una imagen cobra sentido por la experiencia de observación que la completa, sin importar el grado de atención del espectador. Teniendo en cuenta la existencia de diferentes contextos de recepción30 y públicos, estudiaremos las condiciones en las que los espectadores acceden a la representación y las repercusiones de la misma entre los diferentes grupos de observadores. Examinaremos los efectos de la obra en diferentes escalas y si ha tenido influencia en otras manifestaciones culturales. 4.2.4. Interpretación, comparación y conclusiones

28

Las primeras, son las maneras en las que los elementos o personajes se relacionan entre sí y con el espectador; los segundos, aquellos dispositivos que utiliza el autor para dirigir la atención del receptor a algún elemento en particular. W. Kemp: “Narrative” en R. S. Nelson y R. Shiff (coords.), Critical terms for art history, Chicago, 2003, p. 72. 29

A. D’Alleva, Méthodes & Théories de l’Histoire de l’Art, Paris, 2006, p. 134.

30

W. Kemp, Op. cit., p.71.

Establecidas las interrelaciones entre los universos del creador, la representación en sí y sus receptores, estamos en disposición de interpretar la obra. Debemos ser escépticos con nuestras capacidades al dialogar con ellos, ya que cada uno de estos universos se mueve en un contexto diferente, que además, no es el nuestro. Pero contamos con una ventaja, como representaciones contemporáneas estamos más cerca de sus contextos; esto nos obligará a su vez a ser especialmente cautelosos: la cercanía puede suponer un obstáculo para nuestra objetividad. Por otra parte, nuestra interpretación, es sólo una de las posibles; de ahí, la importancia de compararla con otras, para finalmente, obtener una serie de conclusiones sobre la representación. Tras el estudio sistemático de un número de imágenes significativas, podremos encontrar constantes que definirán el imaginario de nuestra área de estudio. 5. Propuesta de metodología integrada Nuestra propuesta metodológica (ver Fig. 1) pretende integrar una pluralidad de enfoques disciplinares que incremente la rigurosidad del conocimiento sobre el imaginario urbano. Para construir un conocimiento en torno a los estudios urbanos y a la Historia del Arte debemos presentar claramente una metodología, derivada de un determinado paradigma31 o posicionamiento teórico. Esto permitirá la evaluación de los criterios y por tanto, de la calidad de la investigación; nuestras herramientas podrán ser mejoradas, contribuyendo al avance del conocimiento; y se construirá un saber hacer reproducible en otros estudios. Esta metodología conjunta parte del principio de que las diferentes técnicas y enfoques mostrados son complementarios y pueden contrastarse mutuamente si se concatenan siguiendo un orden determinado. El primer paso será la delimitación espacio-temporal de nuestro objeto de estudio y de la concepción de la existencia de un conjunto de ideas comunes entre los ciudadanos de una urbe, que conforman su imaginario. Delimitada el área de estudio, deberemos contextualizarla para buscar los indicios que puedan definir la esencia del imaginario y plantear una serie de hipótesis sobre este. Tras documentarnos, realizaremos un trabajo de campo que nos muestre si nuestras hipótesis son fundamentadas e indicarnos nuevas líneas de trabajo. Completaremos esta fase con una labor de observación participante para aproximarnos a algunas prácticas sociales 31

Tomamos aquí la acepción de trabajo ejemplar que sirve de referencia a una disciplina en un período concreto de ciencia normal. Th. Kuhn, La estructura de las revoluciones científicas, México, 1981.

especialmente

significativas.

A

continuación,

construiremos

el

corpus

de

representaciones singulares que contribuyen a la definición del imaginario. Una vez establecido, buscaremos los temas fundamentales y los contrastaremos con nuestras hipótesis de partida. Con este trabajo, estamos ya en disposición de entrevistarnos con los actores principales del territorio, que nos darán información directa sobre el imaginario. Realizaremos una encuesta piloto para comprobar si el corpus de representaciones y nuestras hipótesis tienen solidez y si el cuestionario es correcto. Una vez conocidos los resultados podremos iniciar el trabajo sobre el conjunto de representaciones singulares. A través de este análisis, obtendremos unas conclusiones preliminares sobre qué elementos definen el imaginario. Por otra parte, realizaremos la encuesta principal que contenga un mapa mental y se aplique sobre una muestra representativa. El análisis de sus resultados nos confirmará cuales son los hitos del imaginario de diferentes individuos. Su generalización y confrontación con las conclusiones procedentes del análisis de las representaciones, nos permitirá testar los elementos esenciales que definen al imaginario urbano colectivo. Con esta metodología integrada los resultados sobre el imaginario urbano colectivo serán contrastados por los dos tipos de análisis: el que parte de las representaciones mentales y prácticas individuales y el que parte de las representaciones singulares para el colectivo. Así explicaremos el imaginario urbano de un referente territorial concreto en un momento determinado y su dinamismo a lo largo del tiempo. 6. Conclusión El imaginario colectivo es un elemento conformador de los territorios urbanos. Su estudio es complicado por el carácter abstracto y comprehensivo de las ideas compartidas por los usuarios de la ciudad. La confluencia entre metodologías de diferentes disciplinas ayuda a la construcción de un conocimiento más completo y seguro sobre el imaginario urbano. La verdadera importancia de esta propuesta reside en su mayor adecuación a este objeto de estudio que se manifiesta a diferentes escalas y el enriquecimiento recíproco entre disciplinas. Sirve para mejorar la calidad y rigor de las investigaciones, permitiendo contrastar las interpretaciones realizadas sobre el imaginario urbano colectivo a través de los diferentes enfoques. Las futuras líneas de investigación tienen que aspirar a completar el salto desde el estudio del imaginario a cual es la mentalidad en la que se inserta. Para ello, es

necesario adoptar metodologías híbridas que se adapten lo más posible a las múltiples manifestaciones de esta última. En definitiva, para aproximarnos a una comprensión exhaustiva del imaginario y en un futuro, de la mentalidad, nos vemos obligados a la creación de grupos interdisciplinares que empleen una metodología cooperativa, minuciosa y transparente.

Fig. 1 Esquema de la propuesta de metodología integradora para el análisis del Imaginario urbano.

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