“Retórica y estilo” en P. Cavallero et al., Vida de Espiridón. Pp. 63-83. en P. Cavallero et al., Leoncio de Neápolis, Vida de Espiridón. Editorial de la Facultad de Filosofía y Letras, UBA. Buenos Aires, 2014, pp. 63-83. ISBN 978-987-3617-15-7.

July 3, 2017 | Autor: Analía Sapere | Categoría: Byzantine Literature, Byzantine Studies, Byzantine Hagiography, Hagiography (Greek
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Descripción

LEONCIO DE NEÁPOLIS

Vida de Espiridón

Edición crítica con traducción, introducción, notas y apéndices por

Pablo A. Cavallero Alberto C. Capboscq Tomás Fernández José Luis Narvaja Analía V. Sapere Soledad Bohdziewicz Fátima Iribarne

INSTITUTO DE FILOLOGÍA CLÁSICA SECCIÓN DE FILOLOGÍA MEDIEVAL FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES

FACULTAD DE FILOSOFIA Y LETRAS UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES Decana Graciela Morgade Vicedecano Américo Cristófalo Secretaria Académica Sofía Irene Thisted Secretaria de Hacienda Marcela Lamelza Secretaria de Extensión Universitaria y Bienestar Estudiantil Ivanna Petz Secretario General Jorge Gugliotta Secretaria de Investigación Cecilia Pérez de Micou Secretario de Posgrado Alberto Damiani Subsecretaria de Bibliotecas María Rosa Mostaccio Subsecretario de Publicaciones Matías Cordo Subsecretario de Transferencia y Desarrollo Alejandro Valitutti Subsecretaria de Relaciones institucionales e internacionales Silvana Campanini Diseño de tapa: María de las Mercedes Domínguez Valle © Editorial de la Facultad de Filosofía y Letras Universidad de Buenos Aires - 2014 Puán 480 Ciudad Autónoma de Buenos Aires - República Argentina José Luis Narvaja confeccionó el modelo tipográfico de esta obra, mediante el recurso informático TUSPET. SERIE: REVISTAS ESPECIALIZADAS ISSN: 0325-1721 / ISBN: 978-987-3617-15-7 Cavallero, Pablo Leoncio de Neápolis: Vida de Espiridón / Pablo Cavallero y Leoncio de Neápolis. - 1a ed. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Editorial de la Facultad de Filosofía y Letras Universidad de Buenos Aires, 2014. 200 p.; 23,5x17,5 cm. - (Textos y estudios / Rodolfo P. Buzón; 16) ISBN 978-987-3617-15-7 1. Literatura Clásica. 2. Estudios Literarios. 3. Enseñanza Universitaria. I. De Neápolis, Leoncio II. Título CDD 801 Fecha de catalogación: 08/04/2014

LEONCIO DE NEÁPOLIS

Vida de Espiridón

Edición crítica con traducción, introducción, notas y apéndices por

Pablo A. Cavallero Alberto C. Capboscq Tomás Fernández José Luis Narvaja Analía V. Sapere Soledad Bohdziewicz Fátima Iribarne

FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES INSTITUTO DE FILOLOGÍA CLÁSICA DIRECTORA Profª. Dra. Alicia Schniebs DIRECTOR DE LA SECCIÓN DE FILOLOGÍA MEDIEVAL Prof. Dr. Pablo A. Cavallero SECRETARIA TÉCNICO-ADMINISTRATIVA Prof. Dra. Diana L. Frenkel SECRETARIO DE REDACCIÓN Lic. Andrés Cárdenas BIBLIOTECARIOS Lic. Patricia D’Andrea Lic. Martín Pozzi

Dirección: Puan 480 – 4º piso – oficina 457 / C.A.Buenos Aires (1406) Teléfono: (0054-011) 4432-0606 interno 139 Mail: [email protected]

I´NDICE 7 8

Pro´logo Abreviaturas

Introduccio´n La Vida de Espirido´n en la obra de Leoncio La autorı´a El hipotexto ya´mbico El personaje protago´nico Personajes secundarios o episo´dicos Chipre y la Iglesia chipriota Lengua Reto´rica y estilo La cuestio´n de la autorı´a de Leoncio a partir de la reto´rica y el estilo Te´cnica Aspectos de la imagen de Dios en la Vida de Espirido´n La figura de Jesu´s en los textos leoncianos El ´ıcono de san Espirido´n, obispo Tradicio´n del texto Orthographica Esta edicio´n

11 11 15 18 24 40 49 54 63 83 89 102 106 116 120 125 138

Bibliografı´a

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Texto y traduccio´n

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Ape´ndices

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Vida de Espirido´n

Reto´rica y estilo1 La Vida de Espirido´n responde al modelo tradicional de los textos hagiogra´ficos, en los que la narracio´n de los hechos de la vida del santo esta´ puesta al servicio de la educacio´n espiritual de los lectores, en tanto que debe ser tomada como modelo a imitar2. En este sentido, las estrategias reto´ricas allı´ desplegadas tendera´n, todas ellas, al cumplimiento de este objetivo dida´ctico y adquirira´n matices particulares dependiendo de las restricciones que impone la materia a tratar (la fuente de la que se parte o la figura del santo, por ejemplo) o la intencio´n concreta del autor para dicha obra. Nuestro propo´sito en este apartado es consignar los recursos reto´ricos empleados en el texto de la Vida de Espirido´n, prestando especial atencio´n a la forma en que estos contribuyen a la realizacio´n de los objetivos que el propio autor nos expone en el pro´logo, para delinear en u´ltima instancia las peculiaridades estilı´sticas de la obra y del autor, a la luz de sus otras dos biografı´as3. En primer lugar, podemos reconocer que la vida reproduce mayormente el esquema discursivo de la reto´rica cla´sica, ya que cuenta con cuatro secciones diferenciadas, a saber, a) un pro´logo, b) una seccio´n de transicio´n que podrı´a hacer las veces de propositio, c) la narratio (que contiene tambie´n la argumentatio) y d) un epı´logo4. Analizaremos a continuacio´n cada una de estas partes y su funcionalidad en el armado argumentativo.

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A cargo de Analı´a Sapere. La Vita Antonii y la Vita Symeonis Stylitae prope Antiochiam son los textos arquetı´picos del ge´nero, en los que encontramos, a su vez, una serie de to´poi que aparecera´n en sucesivas hagiografı´as y que iremos relevando a lo largo de nuestro estudio. Cf. BOURBOUHAKIS-NILSSON (2010: 269). A pesar de la constriccio´n gene´rica, las posibilidades literarias y estilı´sticas de la hagiografı´a son amplias. Dice EFTHYMIADIS (2006: 166): “though ridden with stereotypes and cliche´s, hagiography is a genre more open to literary invention and creative imagination than, say, historiography or court poetry. The personal touch of the author in achieving an artistic result is more drastic here than in any other branch of Byzantine literature. Hagiography certainly echoes the voice of society and is influenced by contemporary trends; yet, this is done differently, case by case, and not according to literary schools. For instance, five or six vitae of the ninth and tenth centuries are known to have been produced in the monastic milieu of Stoudios, but their style, content and place of action vary considerably”. Y ma´s adelante (167): “Unlike theology and historiography, hagiography represents a fluid, flexible and everchanging format”. La Vida de Simeo´n el loco y la Vida de Juan el limosnero tambie´n esta´n estructuradas sobre la base de un esquema similar, aunque adaptado a los requerimientos particulares de cada una. 63

Leoncio de Nea´polis

a) El exordio o proemio es breve (164: 1–164: 12); de manera clara y simple expresa, por un lado, los objetivos del escrito1 (164: 3s. y 164: 5ss.) y, por otro, una invocacio´n al santo, junto con un pedido de ayuda de su parte en la empresa literaria (164: 1ss.; 164: 9ss.). El primero de los objetivos (164: 3s.) es que la obra sea de provecho para el alma de todos (cyxvfelhÄw); el segundo (164: 5ss.), que resulte de clara interpretacio´n (eiÆw toÁ eÆmfaneÁw aÆgageiÄn) incluso para los ma´s ru ´ sticos2, entre los que se incluye el enunciador (toÁ toyÁw kat’ eÆmeÁ aÆgroikoteÂroyw3). En efecto, el autor sen˜ala que intentara´ poner en palabras ma´s sencillas una vida anterior, compuesta por Trifilio, discı´pulo de Espirido´n, la que, al parecer, estaba escrita en un estilo erudito y ma´s sofisticado (se refiere a esta como sofhÁn syggrafhÁn TrifylliÂoy y dice del talento de Trifilio: th Ä w yëchlh Ä w toyÄ aëgiÂoy TrifylliÂoy dianoiÂaw4). Por otro lado, como dijimos, el autor invoca la figura del santo para pedir su intercesio´n (presbeiÂaw aiÆtoyÄmai proÁw bohÂûeian), sobre todo, a la hora de plasmar en un discurso llano y sencillo (koinoteÂrvì loÂgvì) las ensen˜anzas que deben ser comprendidas por todos, incluso por los menos instruidos, con los que se identifica, como ya se menciono´ (xorhghÄsai moi thÁn eÆmfaÂneian, di’ eÆmoyÄ deÁ toiÄw pa Ä si, diaÁ thÁn tv Ä n syÁn eÆmoiÁ vëw eiÍrhtai aëploysteÂrvn oiÆkodomhÂn) Tanto la actitud suplicante como la identificacio´n con un

pu´blico de bajo nivel son un constituyente esencial del to´pico de la humilitas5 en la captatio benevolentiae, mediante el que se pretende disponer bien 1 2

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Los objetivos son tambie´n lo que se conoce como causa scribendi. Para un ana´lisis de este to´pico en la literatura hagiogra´fica, Cf. PRATSCH (2005: 34 y ss.). Se observa aquı´ el papel de ‘educador’ que cumple el hagio´grafo, quien no solo se dirige a un grupo reducido como el de las comunidades mona´sticas, sino al pu´blico en general, sin instruccio´n ni preparacio´n religiosa. Cf. CONSTANTELOS (1993: 111), COON (1997: 5 y ss.) y KRUEGER (2010: 19). El te´rmino aÍgroikow es empleado ma´s adelante para describir al mismo Espirido´n, con lo que es evidente que el autor desea tambie´n identificarse con el santo: OyÎtow oyËn oë aÏgiow SpyriÂdvn aÍgroikow meÁn hËn vëw eiÆpeiÄn kataÁ thÁn aÆnatrofhÂn. En la Vida de Juan el Limosnero se hace tambie´n mencio´n de la fuente que se retoma, una vida compuesta por Juan Mosco y Sofronio, quienes tambie´n reciben numerosos elogios: “varones esforzados y piadosos anteriores a nosotros” (proÁ hëmv Ä n filopoÂnvn kaiÁ oësiÂvn aÆndrv Ä n), “verdaderamente poderosos en obra” (dynatoiÁ aÆlhûv Ä w oÍntew eÍrgvì), “veneradores de Dios y amantes de la virtud, realmente defensores de la religio´n” (oië ûeosebeiÄw kaiÁ filaÂretoi kaiÁ thÄw eyÆsebeiÂaw yëpeÂrmaxoi), “su sabidurı´a dada por Dios” (ûeodvÂrhton sofiÂan), “varones de bellos modos” (kallitroÂpvn aÆndrv Ä n), “sabios y poderosos en la palabra, estos amantes de las historias pintaron ha´bil y muy elevadamente el asunto” (sofoiÁ kaiÁ dynatoiÁ oÍntew eÆn loÂgvì oië filoiÉstorew oyÎtoi sofv Ä w kaiÁ aÆnvteÂrvw [kaiÁ] thÁn yëpoÂûesin diezvgraÂfhsan). Dice KRUEGER (2010: 15) acerca de este rasgo de humildad: “Authorial performances of humility and obedience in particular mark the early Byzantine hagiographer as an emulator of the saints he describes. Authorial claims to be inadequate to the task of composition, to be ‘witless and unskilled’ ties the author to the humility of apost64

Vida de Espirido´n

al auditorio1, al presentarle a un narrador / autor implı´cito sencillo, humilde y sin ma´s pretensiones que las de aprender del santo, al igual que los lectores2. Esta humildad es, desde luego, afectada, lo que se advierte por la acumulacio´n de recursos lingüı´sticos orientados en esta direccio´n, que pueden ser resumidos de la siguiente manera: * los atributos que se le asignan al narrador (kaÆmoiÁ tv Äì aëmartvlv Äì en 164: 4, toyÁw kat’ eÆmeÁ aÆgroikoteÂroyw en 164: 8, vëw aëmartvloÂw en 164: 9), que lo describen como un ru´stico y un pecador; * los verbos y acciones que se vinculan con su imagen, que expresan no so´lo una actitud suplicante (aiÆtoyÄmai “pido” en 164: 3, iëketeyÂv “suplico” en 164: 10) sino tambie´n una actitud conativa en vez de activa y resolutiva (peirvÂmenow “intentando” en 164: 2, meÂllv, “me propuse” en 164: 5), poniendo en evidencia adema´s su inferioridad intelectual (mhÁ katalambaÂnein en 164: 8, xorhghÄsai moi thÁn eÆmfaÂneian en 164: 10s.)3; * las caracterı´sticas de los personajes del santo Espirido´n y de Trifilio (toyÄ trismaÂkarow kaiÁ aÆoidiÂmoy patroÁw en 164: 1, eÆpiskoÂpoy toyÄ aëgiÂoy kaiÁ ûaymatoyrgoyÄ en 164: 1s., aëgiÂoy kaiÁ ûaymatoyrgoyÄ eÆpiskoÂpoy TrifylliÂoy 164: 6, thÄw yëchlhÄw toyÄ aëgiÂoy TrifylliÂoy dianoiÂaw en 164: 8s., tv Ä n yëp’

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les as described in Acts 4.13: ‘Now when they saw the boldness of Peter and John and realized that they were uneducated and unskilled men [aÍnûrvpoi aÆgraÂmmatoi eiÆsin kaiÁ iÆdiv Ä tai], they were amazed and recognized them as companions of Jesus’”. Asumimos la definicio´n de ‘auditorio’ (que intercambiaremos con otros te´rminos como ‘pu´blico’ o ‘lector’) sugerida por PERELMAN y OLBRECHTS-TYTECA (1958: 55): el auditorio, desde el punto de vista reto´rico, puede ser definido como “el conjunto de aquellos en quienes el orador quiere influir con su argumentacio´n. Cada orador piensa, de forma ma´s o menos consciente, en aquellos a los que intenta persuadir y que constituyen el auditorio al que se dirigen sus discursos”. Este constituye uno de los pilares de la argumentacio´n reto´rica. Cf. tambie´n Ar. Rh. 1388b–1391b, Quint. Inst. 3. 8. Se trata, de acuerdo con la divisio´n de Aristo´teles, de una persuasio´n por el hËûow. Cf. KENNEDY (1981: 25). El concepto de hËûow tambie´n ha sido retomado en las corrientes lingüı´sticas ma´s modernas: cf. por ejemplo MAINGUENEAU (2002) y AMOSSY (2008 y 2010). Puede ser definido como la representacio´n que el orador construye de sı´ mismo en el desarrollo de su discurso. No es esta´tico, sino que es construido en la relacio´n entre el emisor y su destinatario : a medida que se expresa, el emisor activa en su destinatario una imagen de sı´ mismo. En la Vida de Juan el limosnero Leoncio tambie´n se adjudica atributos que minimizan su imagen: “estamos imposibilitados para la virtud” (aÆdynatoyÄmen proÁw aÆrethÂn); “ı´nfimos” (oië eÆlaÂxistoi); “nuestra barata y frı´a empresa” (thÁn hëmeteÂran eyÆtelhÄ kaiÁ cyxraÁn proûymiÂan); “narremos con el cara´cter pedestre y sin adorno y humilde, propio de nosotros” (Ïina tv Äì eÆnypaÂrxonti hëmiÄn pezv Äì kaiÁ aÆkallvpiÂstvì kaiÁ xamhlv Äì xarakth Ä ri dihghsvÂmeûa), “que pueda ser ayudado por lo dicho tambie´n el hombre comu ´ n e iletrado” (eiÆw toÁ dyÂnasûai kaiÁ toÁn iÆdivÂthn kaiÁ aÆgraÂmmaton eÆk tv Ä n legomeÂnvn vÆfelhûh Ä nai). 65

Leoncio de Nea´polis

ayÆtoyÄ yëchlv Ä w eiÆrhmeÂnvn en 164: 10), cuya grandeza, resaltada por

superlativos y figuras reto´ricas enfa´ticas y acumulativas hacen, por contraste, ma´s pequen˜o al narrador1. b) Luego nos encontramos con el segmento que van den Ven denomina “pro´logo” (164: 14–168: 3), aunque funciona ma´s bien como una propositio, es decir, una especie de resumen de la causa a exponer2. Como es esperable en un texto hagiogra´fico, esta seccio´n introductoria contiene una breve presentacio´n de la vida del santo, un elogio de sus virtudes y una anticipacio´n de su bene´fico accionar. Aquı´ aparecera´ una serie de to´picos literarios3 que nos brindara´n informacio´n acerca del nacimiento de Espirido´n en Asquia, Chipre (164: 15)4; de su intere´s por la vida tranquila, que lo lleva a ser un eÆrhmopoliÂthw (164: 16)5, de su matrimonio y posterior entrega al sacerdocio (164: 17s.), de su labor como pastor de ovejas y de hombres (164: 19s.) y de sus caracterı´sticas sobresalientes (166: 8ss.). El lector recibe, en estas breves lı´neas, un panorama general del contenido central del relato, estrategia del docilem parare6. c) A continuacio´n se encuentra la narratio (168: 5–236: 17), organizada en diecisiete capı´tulos de corta extensio´n7. Cada capı´tulo corresponde a un episodio de la vida del santo8, por lo general, un hecho milagroso. 1 2

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Para un estudio del proemio puesto en correlacio´n con el de la Vida de Juan el limosnero y la Vida de Simeo´n el loco, Cf. SAPERE-VILLAHOZ (2012). La reto´rica prescribe que la propositio se ubique luego de la narracio´n, para recordar al auditorio lo que acaba de ser expuesto. De todas formas, es posible que se encuentre antes, como una forma de introduccio´n. Cf. LAUSBERG, ORTON and ANDERSON (1998, §§346–347). Se trata de los loci a persona (patria, genus, studia, animi natura), como veremos, propios de la literatura biogra´fica. Cf. LAUSBERG, ORTON and ANDERSON (1998, §§376 y ss.). “Gemäß der rhetorischen Vorschriften für das literarische Genus des Enkomions hatten zu Beginn der Narratio Angaben zur Herkunft und Heimat zu erfolgen. Die Angabe des Geburtsortes, der Provinz oder Region, des Landstrichs oder der Völkerschaft, der die Familie des Heiligen entstammte, erfolgt dabei meist recht knapp und stereotyp”. PRATSCH (2005: 56). A partir de aquı´ se inicia el to´pico hagiogra´fico de la renuntiatio. Cf. PRATSCH (2005: 118) y BROWNING (2001: 230 ss.). Dispone bien al auditorio saber de antemano de que´ va a tratar el discurso. Cf. Ar. Rh. 3.13, 1415a, 12; Quint. Inst. 10.4.48, 4.1.34; Rhet. Her. 1.7. La brevitas es considerada una virtud entre los autores cla´sicos (Cic. Inv. 1.18, 28 Quint. Inst. 4.2.40, 4.4.43, Rhet. Her. 1.14), porque facilita la comprensio´n y la atencio´n, a la vez que contribuye con el docilem parare. Cf. tambie´n RAPP (1998). Los episodios poseen una lo´gica narrativa propia y no tienen conexio´n entre ellos: no se hacen alusiones a los capı´tulos anteriores ni anticipaciones de lo que vendra´ (salvo mı´nimas), ası´ como tampoco se observa ningu´n tipo de evolucio´n o desarrollo. Por tal motivo, podrı´amos modificar el orden en el que aparecen y no se verı´a afectada la totalidad de la narracio´n. Cf. BOURBOUHAKIS-NILSSON (2010: 269). 66

Vida de Espirido´n

Comienzan con una breve introduccio´n de lugar (initium a re) o de personajes (a persona) y se cierran (en la mayorı´a de los casos) con un epifonema o comentario del narrador (retomaremos esto ma´s adelante). Como en todos los textos del ge´nero, la narracio´n se vera´ entrelazada con la argumentatio: puesto que los hechos de la vida de Espirido´n constituyen en sı´ mismos una prueba, pues representan un exemplum1 particular del que extraer un modelo general de conducta (se trata, en efecto, de persuadir a trave´s del razonamiento inductivo), los recursos estilı´sticos y reto´ricos desarrollados en esta seccio´n estara´n en funcio´n de reforzar su eficacia, que no es otra cosa que el cumplimiento del objetivo de la obra, esto es, narrar a los ma´s simples (los aÆgroikoteÂroyw mencionados en 164: 8) la vida de Espirido´n con un discurso comu´n (el koinoteÂrvì loÂgvì de 164: 10) que sirva de edificacio´n para todos. En efecto, ese koinoteÂrvì loÂgvì estara´ plasmado en una reto´rica de lo sencillo, de lo cotidiano, de lo comprensible, pero no desprovista de trabajo literario2. Las figuras de diccio´n por adicio´n representan un recurso de persuasio´n imprescindible para el objetivo de la obra, ya que contribuyen a generar e´nfasis, de gran efectividad en los textos dida´cticos. Nuestro autor es afecto a este recurso3, sobre todo, por medio de las descripciones de los personajes, pero no porque estas sean extensas y grandilocuentes; por el contrario, su efectividad radica en la brevedad y en la concisio´n, ya que adquieren la forma de epitheta ornantia4, sobre la base de adjetivaciones dobles (ditologı´as) o acumulativas (a trave´s del polisı´ndeton). De este modo, no se quiebra la narracio´n de los hechos (principal contenido a comunicar), sino que, al pasar, Leoncio dedica unas lı´neas a presentar los rasgos clave para conocer al personaje en cuestio´n5. Esta adjetivacio´n 1 2

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Para un ana´lisis de la ejemplaridad del santo en la literatura tardoantigua, cf. BROWN (1983). Dice FISHER (1993: 43) sobre la preocupacio´n de los hagio´grafos por las estrategias reto´ricas a utilizar de acuerdo con las espectativas de su auditorio: “Rhetoric and hagiography [...] intertwined inevitably in the Byzantine world, as did rhetoric and most literary genres. The basic intention of the hagiographer was, after all, to persuade, impress, and edify his audience, and the tenets of rhetoric assisted him in that goal. Since education in Byzantium included at all levels both the theory and practice of rhetoric, the educated portion of a hagiographer’s audience would expect him to use the familiar devices of rhetoric and would scorn poorly composed and incorrectly expressed hagiographic essays, no matter how spiritually beneficial”. Cf. tambie´n CONSTANTELOS (1993: 94). Acerca de la educacio´n en Bizancio y del nivel de sus textos literarios, cf. MULLET (2010) y SˇEVCˇ ENKO (2001). El e´nfasis a trave´s de diversos recursos se observa tambie´n en la Vida de Simeo´n el loco y en la Vida de Juan el Limonsero. Cf. CAVALLERO (2009) y SAPERE (2011). Cf. MORTARA GARAVELLI (1988: 253). Esto es un ejemplo particular de lo que dice PRATSCH (2005: 106) acerca de las 67

Leoncio de Nea´polis

podra´ ser repetida a lo largo del episodio (en caso de que el personaje vuelva a ser mencionado) o a lo largo de toda la obra (en el caso de Espirido´n, por ejemplo), mas de modo espaciado, para no saturar al lector, pero sı´ con la firme intencio´n de dirigir la interpretacio´n de la figura de la que se trata. Para dar un ejemplo claro de esta te´cnica, tomaremos las descripciones ditolo´gicas que se hacen de Espirido´n, por ser las ma´s abundantes. Entre las menciones ma´s significativas del santo a trave´s de la ditologı´a, se encuentran las casi formulaicas toyÄ trismaÂkarow kaiÁ aÆoidiÂmoy patroÁw (“tres veces bienaventurado y celebrado padre”, en 164: 1), toyÄ eÆpiskoÂpoy toyÄ aëgiÂoy kaiÁ ûaymatoyrgoyÄ (“obispo santo y taumaturgo”, en 164: 1s.), oë poimhÁn kaiÁ didaÂskalow (“pastor y maestro”, en 168: 6), kyÂrion kaiÁ pateÂra (“sen ˜ or y padre”, en 168: 13), oë pistoÁw kaiÁ diÂkaiow (“el fiel y justo”, en 182: 14), oë diÂkaiow SpyriÂdvn kaiÁ sofoÁw (“el justo y sabio Espirido´n”, en 230: 2) y oë meÂgaw kaiÁ ûaymastoÁw eÆkeiÄnow aÆnhÂr (“aquel hombre grande y admirable”, en 180: 8). De la misma manera, Leoncio podra´ recurrir a la ditologı´a para caracterizar a los personajes incidentales, como es el caso de Trifilio (toyÄ aëgiÂoy kaiÁ ûaymatoyrgoyÄ eÆpiskoÂpoy TrifylliÂoy en 164: 5s.; eÆn koÂpvì kaiÁ aÆskhÂsei en 198: 2, cap. 8), el rico del capı´tulo 3 (xrysoÁn ûeÂlontow toyÄ ploysiÂoy kaiÁ aÆposteroyÄntow thÁn tv Ä n penhÂtvn trofhÂn en 176: 7s.), el emperador en el capı´tulo 8 (aÆstraÂptonta thÄì porfyÂraì kaiÁ liÂûoiw vÏsper hëliÂvì lampoÂmenon en 198: 10s.), la mujer del capı´tulo 16 (xristofoÂroy kaiÁ pisth Ä w gynaikoÂw en 232: 2s.; ÆEkeiÂnh deÁ hë xrhsthÁ kaiÁ makariÂa gynhÁ en 232: 25), o Artemidoro del capı´tulo 9 (thÄw zvhÄw oÍnta dothÄra kaiÁ teÂxnhn eÍxonta kalhÂn en 206: 2), poniendo en evidencia, a trave´s de este tratamiento doble, sus caracterı´sticas sobresalientes. La ditologı´a es tambie´n una forma de circunloquio, del que hablaremos ma´s adelante. Emparentado con este recurso hallamos, como ya adelantamos, un gusto por la enumeracio´n de adjetivos y el polisı´ndeton, todavı´a ma´s enfa´ticos. Refirie´ndose a Espirido´n, dira´ Leoncio, por ejemplo, oë deÁ prayÉw kaiÁ meÂgistow kaiÁ oÏsiow poimhÁn SpyriÂdvn (“el manso y grandı´simo y piadoso pastor Espirido´n”, en 212: 17s.), toÁn fiÂlon kaiÁ syÂmponon kaiÁ leitoyrgoÁn toyÄ UeoyÄ kaiÁ ayÆtoiÄw toiÄw aÆggeÂloiw oëmoÂtropon iëereÂa (“amigo y compan ˜ ero de fatigas y liturgo de Dios y sacerdote de modos iguales a los a´ngeles mismos”, en 216: 15s.). Sera´ la divinidad, desde luego, quien reciba, a modo de diferentes formas de caracterizar a los personajes, que pueden ocupar, a su vez, distintos lugares dentro de la narracio´n: “Die Position der Personenbeschreibung oder einzelner ihrer Elemente (Gestalt, Wesen oder untergeordneter Aspekte dieses Begriffspaares) innerhalb der Vita scheint nicht eindeutig festzustehen. Sie kann sich kompakt als Einschub an verschiedenen Stellen der Vita finden, verstreut können einzelne ihrer Elemente an verschiedenen Stellen der Narratio auftreten oder auch, als der Rückshau heraus, im Epilog...”. 68

Vida de Espirido´n

alabanza, la mayor cantidad de atributos acumulados: oë fiÂlow kaiÁ UeoÁw kaiÁ KyÂriow (“el Amigo y Dios y Sen ˜ or” en 172: 1s.), pateÂra eÆnypoÂstaton UeoÂn, yiëoÁn deÁ oëmoiÂvw kaiÁ pneyÄma aÏgion, triÂada oëmooyÂsion UeoÁn eÏna kaiÁ moÂnon (“el Padre, Dios enhiposta´tico e igualmente el Hijo y al Espı´ritu Santo, Trinidad coesencial, Dios uno y u´nico”, en 200: 29s.), tv Äì paÂnta eÆforv Ä nti taÁ kryÂfia Uev Äì kaiÁ aÆrxhgv Äì th Ä w pastaÂdow kaiÁ nymfiÂvì ûeiÂvì th Ä w aëgiÂaw parûeÂnoy eÆkklhsiÂaw (“Dios que ve todo lo oculto y es prı´ncipe de la alcoba nupcial y

divino esposo de la santa Iglesia virgen”, en 220: 7ss.). Muchas veces, el e´nfasis descriptivo se logra a partir de la sustantivacio´n de adjetivos (feno´meno que se conoce como meta´basis del adjetivo), de modo tal que aparecen en posicio´n destacada, pues se transforman en conceptos abstractos que son el nu´cleo del sintagma. Ası´, por ejemplo cuando se hace una referencia a “la simpleza del santo” (aëploÂthtow toyÄ dikaiÂoy), queda claro que´ rasgo de su personalidad le interesa a Leoncio resaltar (cf. 210: 5 y 210: 25). Otro recurso utilizado por nuestro autor para reafirmar las descripciones de los personajes es la hipa´lage: en 228: 4 y en 228: 6, por ejemplo, se alude al engan˜o de la esposa a trave´s del sintagma “lecho ilegal” (paraÂnomon koiÂthn); en 178: 19 se habla del “depo´sito injusto” (aÍdikow aÆpoûhÂkh) para hacer referencia al personaje del rico, que se comporta injustamente. Las acumulaciones o adiciones enfa´ticas se pueden observar tambie´n en el nivel de las figuras de pensamiento, como la commoratio, cuyo ejemplo ma´s llamativo en el texto es el de la para´frasis interpretativa, en los casos en los que el narrador, por necesidad de especificar y comunicar claramente su ensen˜anza, agrega, luego de un te´rmino, una explicacio´n adicional. De este modo, el lector no tendra´ dudas respecto de co´mo interpretar los conceptos fundamentales que se quieren transmitir. Ası´, en 166: 11s., la interpretatio apunta a explicar con claridad un concepto teolo´gico, como el de la “trı´ada de las virtudes” thÁn triaÂda deÁ tv Ä n aÆretv Ä n hÏtiw yëpaÂrxei piÂstiw, eÆlpiÂw, aÆgaÂph: “la trı´ada de las virtudes, que es fe, esperanza y caridad” (166: 11s.), algo similar a lo que leemos en 190: 6ss., donde explica en que´ consisten los carismas (taÁ xariÂsmata. ÊA kaiÁ yëpaÂrxei noÂmoy kaiÁ profhtv Ä n plhrvÂmata toyÄt’ eÍstin piÂstiw eÆlpiÁw aÆgaÂph, hÏtiw eÆstiÁn gnv Ä siw UeoyÄ kaiÁ paÂntvn aÆrxhÁ tv Ä n kalv Ä n: “carismas, que son cumplimiento de la ley de los

profetas, esto es fe, esperanza, caridad, que es conocimiento de Dios y principio de todos los bienes”). En el capı´tulo 14, en el que Trifilio se ve tentado por el deseo de posesiones terrenales, este recurso aparece reiterado, de lo que podemos colegir que nuestro autor estaba particularmente interesado en que su auditorio comprendiera a la perfeccio´n el episodio, para que la ensen˜anza que se desprende de e´l resultara efectiva. 69

Leoncio de Nea´polis

De este modo, a trave´s de la para´frasis interpretativa especifica concretamente en que´ consistı´a el “deseo” inapropiado de Trifilio (TrifyÂlliow eÆpiûymiÂan toyÄ toÂpoy, vëw ûeÂlvn thÁn kth Ä sin toyÂtvn eÍxein eÆn th Äì iÆdiÂaì poÂlei: “el bienaventurado Trifilio sintio´ en su alma un deseo por el lugar, queriendo tener la posesio´n de estas cosas en su propia ciudad” en 224: 4s.) y cua´l es el deseo que deberı´a tener en su lugar (eÍxeiw, eiÆ ûeÂleiw, aÊ krateiÄn se eÆstin diÂkaion´ taÁw ûeiÂaw toyÄ svth Ä row hëmv Ä n eÆntolaÂw: “Tienes, si quieres, lo que es justo que tu ´ poseas: los divinos mandamientos de nuestro Salvador”, en 224: 12s.; Ïina ûanaÂtoy payÂshì toÁn maûhthÁn kaiÁ zvh Ä w toyÂtvì parasxh Äì eÆpiûymiÂan, eÍxein meÂrimnan mhÁ tv Ä n parerxomeÂnvn aÆllaÁ tv Ä n melloÂntvn kaiÁ synteloyÂntvn hëmiÄn proÁw thÁn aiÆvniÂan zvhÂn: “procurar a este [Trifilio] el deseo de la vida, el tener pre-

ocupacio´n no de las cosas que pasan sino de las venideras y las que nos hacen llegar a la vida eterna”, en 226: 22ss.)1. Tambie´n dentro de las figuras de pensamiento, y en conexio´n con las perı´frasis interpretativas, se encuentran las definiciones, que tienden igualmente a limitar y especificar lo que debe entender el lector. Aparecen en la mayorı´a de los casos en el cierre de los episodios, donde el narrador suele demostrar su erudicio´n con una reto´rica ma´s elaborada, para dar su interpretacio´n del capı´tulo o conmover al lector por medio de comentarios lı´ricos, sobre todo de alabanza. Por ejemplo, como epı´logo del capı´tulo 7, cuyo hecho principal es el perdo´n de los pecados de la prostituta, el narrador proveera´, precisamente, una definicio´n de ‘pecado’ aplicable al contexto (Ti deÁ aÍra eÆstiÁn toÁ pleiÄon tayÂthw thÄw aëmartiÂaw; aÍvrow ûaÂnatow aÆsyÂggnvstow, aÆnelehÂw, oyÆk eÍxvn metaÂnoian. TayÄta toyÄ megaÂloy iÆatroyÄ kaiÁ oÍntvw toÁn despoÂthn mimoymeÂnoy taÁ svthÂria faÂrmaka “¿Que´ cosa es entonces ma´s que este

pecado? La muerte a deshora, inexorable, incompasiva, sin tener conversio´n. Estos son los remedios salvadores del gran me´dico y realmente imitador del Amo”). No hace falta que nos detengamos en explicar el peso argumentativo de este recurso, que resulta evidente. Las aclaraciones incidentales que hace el narrador esta´n relacionadas con este recurso estilı´stico, pues consisten, precisamente, en retomar una palabra o frase que puede resultar, en principio, de oscura comprensio´n, para especificar su significado. Ası´, en el comienzo de la obra, la primera 1

Muchos ejemplos se arman a partir de participios, que, a modo parente´tico, aclaran o restringen el sentido de lo dicho. Cf. 198: 4, donde se explica el simbolismo evange´lico de la actitud de “poner la otra mejilla” KaiÁ prv Ä ton meÁn eyÆûyÁw tyÂptetai para tinow thÁn siagoÂna kaiÁ streÂcaw thÁn aÍllhn plhrv Ä n thÁn eyÆaggelikhÁn eÆntolhÁn eÆdiÂdasken eÍrgvì mhÁ tyÂptein aÆdiÂkvw toÁn diÂkaion o 204: 16, donde el autor recurre a la perı´frasis para explicar en

que´ consiste la “lucha” de Artemidoro, como si no quisiera que al lector se le escapara la comprensio´n de la meta´fora (ÆArtemiÂdvron legoÂmenon diakonoyÄnta XristoyÄ toiÄw palaiÂsmasin paÂny eÆnaÂreton politeiÂan eÍxonta). 70

Vida de Espirido´n

vez que Leoncio se refiere a Espirido´n por medio de un extenso circunloquio (toyÄ trismaÂkarow kaiÁ aÆoidiÂmoy patroÁw hëmv Ä n toyÄ eÆpiskoÂpoy toyÄ aëgiÂoy kaiÁ ûaymatoyrgoyÄ, en 164: 1s.), necesita cerciorarse de que el lector comprenda sin duda de quie´n se trata, y explica leÂgv SpyriÂdvnow. El uso ma´s notable de estas aclaraciones se da junto con aquellas meta´foras cuya decodificacio´n pudiera resultar dificultosa para el pu´blico: en 200: 2, Leoncio encuentra necesario esclarecer en que´ consiste la “vajilla de arcilla” toÁ skeyÄow toÁ phÂlinon toÁ toyÄ basileÂvw leÂgv sv Ä ma: “la vajilla de arcilla (me refiero al cuerpo del emperador)”; en 200: 23s. debe explicar la meta´fora de la salvacio´n bebaiÂan svthriÂan laboyÄsan paraÁ UeoyÄ, thÁn Íiasin leÂgv: “segura salvacio´n, tomada de parte de Dios (me refiero a la curacio´n)”, y en 226: 4s., necesita hacer explı´cita la identificacio´n de la vida con el conocimiento divino thÁn zvhÁn paÄsin aÆnûrvÂpoiw, hÏnper kaiÁ eÍdvken hëmiÄn thÁn gnv Ä sin leÂgv thÁn ûeiÈkhÂn: “la vida a todos los hombres, la que tambie´n nos dio a nosotros (me refiero al conocimiento divino)”. Otras veces, las aclaraciones sirven para desarrollar una alusio´n a las Escrituras que, de otro modo, hubiera sido elı´ptica, como en 234: 22s. (toÁ thÄw grafhÄw eÆnnohÂsaw toÁ mhÁ aÆpodidoÂnai leÂgv kakoÁn aÆntiÁ kakoyÄ: “al comprender lo de la Escritura –me refiero a no devolver mal por mal”). La correctio en sus formas de contraposicio´n (no p, sino q, en griego oyÆ... aÆllaÂ) y superacio´n (‘p’ o ma´s bien ‘q’, en griego ma Ä llon) constituyen otro ejemplo de estas figuras de pensamiento que trabajan por adicio´n y que sirven, como hemos dicho, para poner e´nfasis en las ensen˜anzas que se desean comunicar. En su mayorı´a, las contraposiciones esta´n dispuestas estrate´gicamente con el fin de engrandecer la figura del santo y a la divinidad, acentuando sus atributos y buenas obras, en paralelo con ejemplos contrarios. En las citas que exponemos a continuacio´n veremos la contraposicio´n tiranı´a / salvacio´n, remedios humanos / salvacio´n y curacio´n de la gracia celestial, artificio humano / gracia, engan˜o, risa inoportuna y enojo / gracias y merced: oyÆ gaÁr tyranniÁw hËlûen aÆll’ eÆpiÁ svthriÂaw, oyÆdeÁ teÂxnhw syneÂrgeia di’ aÆnûrvpiÂnvn farmaÂkvn, aÆll’ hËlûen eyÆûeÂvw oyÆraniÂa xaÂriw thÁn svthriÂan kaiÁ thÁn Íiasin tv Äì paÂûei pareÂxoysa: “Pues no vino como una tiranı´a, sino para

salvacio´n, ni como colaboracio´n del arte mediante remedios humanos, sino que vino enseguida la gracia celestial, proveyendo al padecimiento la salvacio´n y la curacio´n” (200: 10ss., cap. 8). v Ë boylhÁ UeoyÄ noÂmow yëpaÂrxoysa oyÆ teÂxnhn aÆnûrvpiÂnhn eÍxoysa aÆllaÁ xaÂrin, oyÆ loÂgon eÍxvn aÆrgoÁn oyÍte deÁ poÂnon baryÂn (paÂnta gaÁr ayÆtv Äì eÆlafraÁ eÆdeiÂknyon aië proÁw toÁn UeoÁn eÆlpiÂdew) oyÆk aÆpotomiÂan eÍxvn v Ï sper rëomfaiÂan aÍxrhston, aÆll’ oyÍte glykostomv Ä n proÁw aÆpaÂthn tv Ä n aÆkoyoÂntvn, oyÆk aÍkairon geÂlvta oyÆdeÁ oÆrghÁn aÍlogon, aÆllaÁ xaiÂrvn didoyÁw pa Ä sin xariÂsmata, dvreaÁn 71

Leoncio de Nea´polis eÍxvn paraÁ UeoyÄ kaiÁ dvreaÁn toiÄw aiÆtoyÄsi dvroyÂmenow: “¡Oh, designio de

Dios existente como ley sin tener artificio humano sino gracia, sin tener [el santo] palabra ineficaz ni fatiga pesada (pues las esperanzas respecto de Dios le mostraban fa´ciles todas las cosas), sin tener filo como una espada sin uso pero sin ser tampoco de dulce boca para engan˜o de los que escuchan, sin risa inoportuna ni enojo sin razo´n, sino otorgando gozoso gracias a todos, teniendo merced de parte de Dios y concediendo merced a los que la piden!” (218: 1ss., cap. 12)1

Lo mismo ocurre con las superaciones; en las siguientes citas, veremos que se oponen dinero / voluntad de Cristo, dinero / regalo de fe, posesiones inu´tiles / posesiones eternas: xrysiÂoy oyÆk eÍsti toÁ pra Ä gma deoÂmenon, oyÆdeÁ gaÁr yëpaÂrxei xrhÂmasin aÆgoraÂsai toyÄto, Ïina kaiÁ xrysoyÄ geÂnhtai paiÂgnion. XristoyÄ deÁ ma Ä llon ûeÂlontow plhsiaÂzei soi hë zvhÂ: “No es oro la cosa que falta, pues ni siquiera es posible

comprar esto con dinero, como para que se torne del oro un juguete. Ma´s bien, querie´ndolo Cristo, la vida se acerca a ti” (206: 21ss.). OyÆ gaÂr eÆsti xrhmaÂtvn hë aiÍthsiw, aÆllaÁ ma Ä llon piÂstevw toÁ xaÂrisma: “Pues el

pedido no es cosa de dinero, sino ma´s bien el regalo es cosa de la fe” (208: 1s.). MhkeÂti, v Ë teÂknon, eÆn th Äì dianoiÂaì soy eÍxe tv Ä n aÆrgv Ä n kthmaÂtvn deinhÁn eÆpiûymiÂan tv Ä n mhÁ dynameÂnvn aÆkoloyûhÄsai soi eÆn tv Äì meÂllonti, aÆllaÁ proskaiÂrvn oÍntvn´ eÆkeiÂnvn deÁ ma Ä llon eÆrasthÁw giÂnoy tv Ä n syÁn hëmiÄn aÆperxomeÂnvn kaiÁ aiÆvniÂvn oÍntvn: “Ya no mantengas en tu pensamiento, hijo, el tremendo

deseo de posesiones inu´tiles que no pueden acompan˜arte en lo venidero, sino que son temporarias; ma´s bien, vue´lvete un enamorado de aquellas que se van con nosotros y son eternas” (226: 14ss.).

Los tropos empleados en el texto tambie´n sirven como refuerzo de las buenas acciones del santo. Pero ninguno de estos recursos esta´ utilizado por el autor con la intencio´n de sorprender al lector por lo ingenioso de la asociacio´n de los conceptos o la elaborada riqueza lingüı´stica, sino ma´s bien con el intere´s de evocar ima´genes familiares, conocidas y que encarnan un co´digo cultural compartido con el lector2. 1 2

Cf. tambie´n 174: 9s., 184: 7s. y 190: 1s. De este modo, se liga aun ma´s la relacio´n del autor con su auditorio, ya que se aprecia un vı´nculo basado en valores compartidos. Esta identificacio´n es fundamental como estrategia argumentativa basada en el eˆthos, ya que genera un sentimiento de pertenencia que suscita la simpatı´a del destinatario, en el sentido etimolo´gico de “sentir con”. Cf. AMOSSY (2008: 118–119). Dice CONSTANTELOS (1993: 93) acerca de los valores que se encuentran en los relatos hagiogra´ficos : “Life of saints were written by people from the people for the people. Some were written by highly educated persons from upper strata of society who, however, wrote for the edification of the 72

Vida de Espirido´n

Ya hemos mencionado el empleo de uno de los tropos, el circunloquio, como recurso para describir a los personajes mediante la ditologı´a; deberı´amos mencionar ahora sus posibilidades estructurales en tanto sintagmas nominales conformados por nu´cleos y complementos1, con la misma funcionalidad enfa´tica, desde luego. El circunloquio adopta en muchos casos la forma de la antonomasia, sobre todo aplicado a Espirido´n, quien es oë kaÂllistow eÆrgaÂthw (“el buenı´simo operario”, en 206: 14), oë meÂgaw kaiÁ ûaymastoÁw eÆkeiÄnow aÆnhÂr (“aquel hombre grande y admirable”, en 180: 8), tv Äì fiÂlvì ayÆtoyÄ kaiÁ ûeraÂponti (“su amigo y servidor”, en 172: 2), entre muchos otros2, y tambie´n aplicado a Dios (oë tv Ä n oÏlvn UeoÁw kaiÁ despoÂthw, en 174: 6; toÁn pareÂxonta thÁn zvhÂn, en 206: 5; toÁn tv Ä n aëpaÂntvn despoÂthn, en 226: 3). Ma´s alla´ de su expresividad enfa´tica, el circunloquio tiende a la alabanza mediante fo´rmulas reconocibles por el pu´blico, lo que aporta tambie´n un efecto persuasivo. Como ma´s ejemplos dentro de los tropos, hallaremos en el texto meta´foras, que son pra´cticamente to´picos, porque el autor pretende que sean fa´cilmente comprendidas por el lector3. Encontramos, por ejemplo, la analogı´a de la comida para referirse a las ensen˜anzas de Dios4 y la luz para aludir a la divinidad (taÁ toyÄ fvtoÁw thÄw ûeognvsiÂaw pareÂxvn eÆdeÂsmata: “la comida de la luz”, en 166: 5s.; thÁn aÆktiÄna thÄw ûeognvsiÂaw: “rayo del cono-

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ordinary folk. Lives of saints have been characterized as demotic, some others as encomiastic and rhetorical, and several more as liturgical. Whether written in demotic or high-style Greek, all constitute a mirror of the values the people cherished, and all reflect a thought-world”. El circunloquio puede estar formado, adema´s de por adjetivos dobles, por un solo adjetivo, sustantivo o participio nu´cleo de un sintagma, del que dependen a su vez complementos (atributos, objetos directos, circunstanciales, etc.). Por ejemplo: ayÆtoÁn aÆstraÂptonta th Äì porfyÂraì kaiÁ liÂûoiw v Ï sper hëliÂvì lampoÂmenon (“aquel que refulgı´a por la pu´rpura y brillaba con piedras como sol”, en 198: 10s.), eÆkeiÄnon toÁn fiÂlon toÁn met’ ayÆtoyÄ diaÂkonon (“aquel amigo dia´cono que estaba con e´l”, en 206: 15), etc. La antonomasia sin circunloquio es tambie´n frecuente aplicada a Espirido´n, mencionado como oë diÂkaiow, oë aÏgiow, oë oÏsiow poimhÁn, oë kaloÁw poimhÁn, etc. Cf. ma´s arriba lo dicho acerca de las aclaraciones. Como sen˜alan LAKOFF y JOHNSON (1980), las meta´foras no pertenecen al terreno exclusivo de la poesı´a o la literatura elevada, sino que esta´n presentes en la vida cotidiana y forman parte de nuestro universo conceptual, pues a trave´s de ellas pensamos y elaboramos razonamientos cotidianamente. Por tal motivo, la fuerza argumentativa de las meta´foras no radica exclusivamente en su creatividad y astucia, sino en las posibilidades que estas brindan a la hora de estructurar nuestro sistema de pensamiento. Cf. tambie´n PERELMAN y OLBRECHTS-TYTECA (1958: 569 y ss.; 610 y ss.). En el caso de la Vida de Espirido´n, el uso convencional de la meta´fora esta´ al servicio de reforzar una serie de ima´genes tı´picas del pensamiento cristiano, como veremos. Acerca de la meta´fora del alimento en la literatura bizantina, cf. CUNNINGHAM (2007). 73

Leoncio de Nea´polis

cimiento de Dios”, en 166: 10), la muerte para aludir al mal (eÆn ayÆthÄì ûanathfoÂrow zvhÁ xrysoÁn ûeÂlontow toyÄ ploysiÂoy: “la mortı´fera vida del rico que querı´a oro”, en 176: 7s., cap. 3), el calor para aludir a las pasiones (oë deÁ ´ l, hirviendo en su espı´ritu, le dijo”, en eiËpen proÁw ayÆtoÁn zeÂvn tv Äì pneyÂmati: “E 174: 19 y diployÄn deÁ kayÄma toyÄ leÂgontow hë gnvÂmh: “era doble quemazo´n la intencio´n del que hablaba”, en 212: 8), entre otros1. Las comparaciones tambie´n son to´picas, tal como la del santo y el pastor (eiËpen tayÄta tv Äì sofv Äì patriÁ stygnoÁw v à n vëw poimeÂni probaÂtvn: “le dijo esas cosas al sabio padre como a pastor de ovejas” en 174: 18; toyÄton oë oÏsiow poimhÁn vëw aÆrniÂon eÆk lyÂkoy ûeÂlvn rëyÂsasûai: “El piadoso pastor, queriendo proteger a este como a un cordero del lobo”, en 186: 3s., cap. 5), las palabras vanas comparadas con instrumentos musicales disonantes (oyÏtv kaiÁ oë diÂkaiow oyÆ polylogiÂaw hËn oÍrganon v Ï sper kyÂmbalon hÆxv Ä n hà xalkoÂw: “Ası´ tambie´n el justo no era instrumento de palabrerı´o, como un cı´mbalo o un bronce que resuena”, en 212: 26s.), o las palabras efectivas comparadas con una espada (ËV loÂgow oÍntvw vëw maÂxaira diÂstomow: “Oh, palabra realmente como espada de doble filo” en 230: 21)2. Pero este tipo de analogı´as, simples y hasta podrı´amos decir trilladas, tienen, al igual que los dema´s tropos, la funcio´n primordial de ser enfa´ticas, por lo que se vera´n reforzadas, a su vez, por recurrencias o isotopı´as le´xicas diseminadas por toda la obra, con la intencio´n de destacar temas centrales del pensamiento cristiano mediante ima´genes y sı´mbolos3, tales como: a) la servidumbre a Dios: * tv Äì fiÂlvì ayÆtoyÄ kaiÁ ûeraÂponti pareÂsxen thÁn aiÍthsin: “accedio´ a la peti1

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La sinestesia, considerada un tipo de meta´fora, no esta´ ausente en nuestro texto. Cf. por ejemplo: Ïina profhÂtoy ûeaÂshtai kaiÁ dikaiÂoy loÂgon: “para contemplar la palabra del profeta y justo” (176: 16, cap. 3). Hay un grupo de comparaciones que intenta trazar un vı´nculo con las Sagradas Escrituras, lo que implica, tal como dijimos, reforzar el co´digo cultural compartido con el lector: OyÆ xroÂnon eÍsxen hë xaÂriw oyÆdeÁ ûoÂrybon, vÏw pote eÆpoiÂhsen oë ûesbiÂthw ëHliÂaw eÍxvn thÁn proÁw UeoÁn filiÂan: “La gracia no tuvo dilacio´n ni hizo alharaca, como sı´, alguna vez, el tesbita Elı´as en amistad con Dios” (174: 9s. Cf. 1 Reyes 17: 1); kaiÁ gaÁr toiÄw ponhroiÄw tv Ä n poÂnvn kaiÁ tv Ä n plhgv Ä n aÆnvfelhÁw giÂnetai hë baÂsanow, v Ï sper kaiÁ tv Äì FaravÂì: “el tormento de las penas y las plagas queda sin provecho para los perversos, como tambie´n para el Farao´n” (178: 21. Cf. E´xodo 7: 8 – 12: 42.). No olvidemos que las comparaciones con personajes bı´blicos tambie´n funcionan para asimilar al santo con otros modelos a imitar. Cf. KRUEGER (2010b). Este es un elemento importante en la estructuracio´n de la biografı´a, ya que nos acerca al paradigma cultural del autor y su pu´blico. Como sen˜ala COON (1997: 5) “In the past few decades [...] intellectual and cultural historians have transformed the study of saintly narrative by focusing not only on the scant biographical information that can be gleaned from a text but also on the cultural paradigms transmitted to medieval audiences through the symbolic lives of the saints”. 74

Vida de Espirido´n

cio´n de su amigo y servidor” (172: 2) * toiÄw aiÆthÂsasi doyÂloiw taÁ proÁw zvhÁn paraÂsxoy aiÆthÂmata: “provee a los esclavos que te hacen peticiones” (174: 1s.) * ayÆtoÁw vëw ûeraÂpvn paraÁ UeoyÄ eÆkomiÂsv: “tu´, como servidor, trajiste de parte de Dios” (200: 24s., cap. 8) * vëw toyÄ ktiÂsantow pistoÂtatow oiÆkeÂthw: “¡que´ fidelı´simo sirviente del Creador!” (212: 22s., cap. 11) * metaÁ toyÄ aÆjiÂoy ayÆtoyÄ doyÂloy: “junto con su mismo digno esclavo” (214: 12s., cap. 12) * thÁn toyÄ ûeraÂpontow toyÄ XristoyÄ aÆmnhsiÂkakon proaiÂresin vëw aÆlhûv Äw yëphreÂtoy UeoyÄ kaiÁ tv Ä n ûeiÂvn eÆntolv Ä n plhrvtoyÄ: “admirar la decisio´n no rencorosa del servidor de Cristo como un verdadero sirviente de Dios y cumplidor de los divinos mandamientos” (236: 7ss., cap. 17) * gnhÂsion toyÄ UeoyÄ ûeraÂponta: “legı´timo servidor de Dios” (238: 12, cap. 17) b) heridas y enfermedades del alma: * ProshÂnegkaw toÁn kaysthÄra, sthÄsoÂn moy thÁn shpedoÂna: “Aportaste el cauterio; aplı´calo a mi putrefaccio´n” (192: 2s., cap. 7) * TayÄta toyÄ megaÂloy iÆatroyÄ kaiÁ oÍntvw toÁn despoÂthn mimoymeÂnoy taÁ svthÂria faÂrmaka: “Estos son los remedios salvadores del gran me´dico y realmente imitador del Amo” (194: 1s.)1 * ËV thÄw fyÂsevw tv Ä n aÆnûrvÂpvn iÆatroÂw, v Ë farmaÂkvn eiËdow dideiÄn tv Än paûv Ä n lythÂrion: “¡Oh, me´dico de la naturaleza de los hombres!; ¡oh imagen de los remedios para dar solucio´n a las pasiones!” (212: 21s., cap. 11) * ÎVn kaiÁ hëmeiÄw oië aëmartvloiÁ taiÄw ayÆtoyÄ iëkesiÂaiw meÂtoxoi genvÂmeûa, xrhÂìzontew eÆk th Ä w pollh Ä w aÍgan rëaûymi ì Â aw th Ä w iÆatreiÂaw tv Ä n te cyxv Ä n kaiÁ svmaÂtvn: “Entre ellos tambie´n nosotros, los pecadores, haga´monos

partı´cipes de sus su´plicas, necesitando la curacio´n de almas y cuerpos por nuestra muy excesiva indolencia” (238: 10ss., cap. 17) c) la esclavitud del pecado: * kaiÁ gaÁr lanûaÂnoysi paÂlin toÁn poÂnon thÄw dianoiÂaw ayÆtv Ä n th Äì filargyriÂa dedoylvmeÂnoi kaiÁ gaÁr ûeÂloysi doyÂloyw eÍxein toyÁw eÆleyûeÂroyw, aÆpaitoyÄntew keÂrdh paranoÂmvw yëpeÁr toyÁw noÂmoyw: “Pues, esclavizados por su

amor al dinero, olvidan de nuevo el esfuerzo de su pensamiento y quieren tener como esclavos a los libres, reclamando ganancias ilegalmente, ma´s alla´ de las leyes” (180: 1ss., cap. 4) 1

El uso de esta imagen aquı´, al final del capı´tulo 7, es anticipatorio del capı´tulo que viene a continuacio´n, en el que se trata la enfermedad del emperador. 75

Leoncio de Nea´polis

* oë aÍplhstow ployÂsiow thÄì filoxrhmatiÂaì dedoylvmeÂnow: “el rico insaciable, esclavizado por el amor a la riqueza” (180: 19, cap. 4) * SpyriÂdvn lyÂei taxeÂvw thÄì iÆdiÂaì presbeiÂaì toÁn eÆk parakohÄw gegonoÂta desmvÂthn: “el pastor Espirido´n libera velozmente con su intercesio´n al que se habı´a hecho prisionero por la desobediencia” (212: 17s., cap. 11) d) la lucha y el combate1: * vË belv Ä n iÆsxyÁw poleÂmoy hëmerinoyÄ: “oh, fuerza de los dardos de una lucha diaria” (178: 6s., cap. 3) * aÍndra tinaÁ ÆArtemiÂdvron legoÂmenon diakonoyÄnta XristoyÄ toiÄw palaiÂsmasin: “Artemidoro, que servı´a a Cristo con sus luchas”2 (204: 16s., cap. 9) * ÆIdvÁn deÁ tayÂthn bov Ä san oë diÂkaiow kaiÁ toiÄw keÂrasi polemoyÄsan th Äì biÂaì “El justo, al ver a esta gritar y guerrear fuertemente con los cuernos” (210: 18s., cap. 10) e) la amistad con Dios y entre los hombres3: * EyÆûeÂvw deÁ oë fiÂlow kaiÁ UeoÁw kaiÁ KyÂriow tv Äì fiÂlvì ayÆtoyÄ kaiÁ ûeraÂponti pareÂsxen thÁn aiÍthsin: “Enseguida, el Amigo y Dios y Sen ˜ or accedio´ a la peticio´n de su amigo y servidor” (172: 1s.) * oë ûesbiÂthw ëHliÂaw eÍxvn thÁn proÁw UeoÁn filiÂan: “el tesbita Elı´as en amistad con Dios” (174: 10s.) * ËV filiÂaw bohûoÁw: “¡Oh, ayuda de la amistad!” (178: 5, cap. 3) * vË pv Ä w hÍkoysen oë UeoÁw stenaÂzontow toyÄ fiÂloy: “oh, co´mo escucho´ Dios al amigo que se lamentaba” (178: 7, cap. 3) * ËHn de tiw aÍllow gnhÂsiow toyÄ oësiÂoy fiÂlow: “Habı´a otro, amigo sincero del piadoso” (178: 17, cap. 4) * keÂkthmai fiÂlon aÆgaûoÁn kaiÁ ployÂsion dideiÄn ûeÂlonta paÂnta toiÄw eyÆgnvÂmosi fiÂloiw, eÆkeiÂnvn paÂlin aÆpodidoyÂntvn ayÆtv Äì toÁ xreÂow´ oëpoiÄon oyËn ûeÂlei eiËdow oë ponhroÁw ployÂsiow, toyÄto poihÂsei oë hëmeÂterow fiÂlow: “poseo un

Amigo bueno y rico, que quiere dar todo a los amigos bienintencionados, devolvie´ndole e´stos, a su vez, lo debido. En efecto, cualquier especie [en oro] que el rico perverso quiere, esa la hara´ nuestro Amigo” (180: 10ss., cap. 4) * oë toyÄ UeoyÄ fiÂlow SpyriÂdvn: “Espirido´n, amigo de Dios” (180: 15, cap. 4) * toÁn toyÄ UeoyÄ fiÂlon: “el amigo de Dios” (182: 8, cap. 4) 1 2 3

Acerca de esta meta´fora, Cf. nota correspondiente en el capı´tulo 9 de nuestra traduccio´n. Aquı´ se reproduce el to´pico hagiogra´fico del miles Christi. Acerca del tema de la amistad, cf. nota correspondiente en el capı´tulo 2 de nuestra traduccio´n. Es evidente, por su recurrencia, que es una imagen poderosa en el texto. 76

Vida de Espirido´n

* maÂûe fiÂlon toÁn moÂnon yëpaÂrxonta aÆgaûoÁn UeoÁn kaiÁ eyÍsplagxnon: “ente´rate de que el u´nico amigo es el Dios bueno y de entran˜as misericordiosas” (182: 11s., cap. 4) * filikv Ä n eÆdesmaÂtvn: “amistosas comidas” (184: 5s. **110: 4, cap. 4) * Ïina tv Äì eÆmv Äì fiÂlvì thÁn lyÂtrvsin aÆnoiÂsv: “para que yo aporte a mi amigo el rescate” (186: 8, cap. 5) * kaiÁ maÂlista thÁn filiÂan eÍxvn soyÄ: “ma´s au´n con la amistad tuya” (188: 8, cap. 5) * kaiÁ timaÄì se vëw fiÂlon: “te honra como a un amigo” (188: 11s., cap. 5) * ëO deÁ diÂkaiow eÆpeyjaÂmenow toyÂtvì aÆnexvÂrhsen eÍxvn meû’ eëaytoyÄ toÁn lytrvûeÂnta fiÂlon: “El justo, tras rogar por este, se alejo´ teniendo consigo al amigo rescatado” (188: 13s., cap. 5) * kaiÁ gaÁr eÆpiÁ toiÄw fiÂloiw toyÄ UeoyÄ pleiÂv taÁ xariÂsmata: “pues en los amigos de Dios tambie´n hay muchos carismas” (190: 6, cap. 6) * EiËpen deÁ paÂlin proÁw eÆkeiÄnon toÁn fiÂlon toÁn met’ ayÆtoyÄ diaÂkonon´ ËV fiÂlvn moi prosfileÂstate kaiÁ tv Ä n ûeiÂvn koinvneÁ mysthriÂvn: “Dijo de nuevo a aquel amigo dia´cono que estaba con e´l: – Oh el ma´s querido de mis amigos y partı´cipe de los divinos misterios” (206: 15ss., cap. 9) * diaÁ oiÆkeiÂvn fiÂlvn eÆnergv Ä n taÁ ûayÂmata, kaiÁ martyreiÄ toyÂtoiw toÁ jeÂnon ûayÄma oÏper nyÄn hÍkoysaw, v Ë fiÂle th Ä w piÂstevw: “por medio de sus propios amigos; y testimonia con aquellas cosas el extran˜o milagro que ahora escuchaste, oh amigo de la fe” (222: 13s., cap. 13) * ËV thÄw toyÄ despoÂtoy filiÂaw, pv Ä w toiÄw gnhsiÂoiw fiÂloiw thÁn gnv Ä sin diÂdvsi tv Ä n kekrymmeÂnvn: “¡Oh, amistad del Amo, co´mo da a los legı´timos amigos el conocimiento de las cosas ocultas!” (226: 17s., cap. 14) * toyÄ mhnyÂontow makroÂûen taÁ praÂgmata aÆndraÂsi fiÂloiw: “quien de lejos informa de las cosas a los amigos” (232: 21, cap. 16). Es posible concluir que aquı´ se desarrolla un procedimiento reto´rico similar al que analizamos para las descripciones: los te´rminos y las meta´foras que conforman estas ima´genes esta´n ubicados estrate´gicamente a trave´s de la narracio´n, de modo que se le presenten al lector de manera dispersa y gradual. No pierden su fuerza expresiva, dado que el e´nfasis esta´, precisamente, en la repeticio´n paulatina de estas ima´genes. Tambie´n aparecen en el texto figuras de pensamiento por sustitucio´n. Una de ellas es el procedimiento de la personificacio´n, entrelazado generalmente con un hecho milagroso, para reforzar ası´ su funcionalidad drama´tica. En el comienzo del capı´tulo 5 (186: 7ss.), por ejemplo, el santo de dirige a las aguas para pedirles que suspendan su flujo y estas, luego de escucharlo, obedecen el pedido. En el capı´tulo 10 (210: 13ss.), por su parte, una cabra que habı´a sido robada le habla al malhechor para hacerle entender lo incorrecto de su accio´n y lograr ası´ su arrepentimiento. Tambie´n 77

Leoncio de Nea´polis

hay personificaciones de situaciones negativas, como el hambre (170: 5, 172: 1, 176: 5) y la pobreza (180: 9). Otra de las figuras de pensamiento por sustitucio´n es la alusio´n, empleada sobre todo con las citas de las Sagradas Escrituras, que no dejan de ser argumentos de autoridad que refrendan las ensen˜anzas que el autor desea transmitir (cf. 166: 3, 182: 15s., 222: 1ss., 236: 8ss., etc.)1. Hemos mencionado ma´s arriba que la narracio´n episo´dica se cierra con un epifonema. Este cierre constituye uno de los momentos de mayor elaboracio´n reto´rica, puesto que es de intere´s para el autor destacar el didactismo de los ejemplos de la vida del santo mediante un desarrollo argumentativo y, a la vez, mover los sentimientos del lector mediante la alabanza y la exclamacio´n. En definitiva, se recurre a la persuasio´n por el loÂgow y a la persuasio´n por el paÂûow. Como ejemplo de persuasio´n por el loÂgow exhibiremos una cita del final del capı´tulo 3, donde el narrador, luego de referir co´mo las aguas, por accio´n divina, han arruinado las posesiones del rico codicioso y usurero, explica el porque´ de lo ocurrido: ToyÄto deÁ geÂgonen, UeoyÄ ûelhÂsantow, oÏpvw geÂnhtai toiÄw peÂnhsin eyÆvxiÂa kaiÁ toiÄw oiÆkeiÂoiw plaÂsmasin taÁ proÁw toÁ zh Ä n xorhghûeiÂh kaiÁ paÂntew laÂbvsin aÆfûoÂnvw eÏkastow oÏson xrhÂìzei xvriÁw toyÄ pikroyÄ kaiÁ dysseboyÄw kaiÁ paranoÂmoy toÂkoy: “Esto ocurrio´ por voluntad de Dios, para que tuviesen abun-

dancia los pobres y para que lo necesario para la vida fuese procurado para sus creaturas; y para que todos tomasen sin envidia cuanto cada uno necesita sin el pago extra, amargo e impı´o e ilegal” (178: 12ss., cap. 3)

y pone de relieve los conceptos que se deben desprender del relato, tales como la voluntad de Dios (UeoyÄ ûelhÂsantow), la ayuda desinteresada (aÆûoÂnvw) y la condena a la usura (xvriÁw toyÄ pikroyÄ kaiÁ dysseboyÄw kaiÁ paranoÂmoy toÂkoy). De la misma manera, como cierre del capı´tulo 13, dira´ : OyÏtvw oyËn kaÆkeiÄnow oë oÏsiow pathÁr profhtikoÁn kekthmeÂnow xaÂrisma thÁn oëmoiÂan di’ eyÆxh Ä w kateployÂtei xaÂrin, kaiÁ gaÁr hËn oë ayÆtoÁw UeoÁw kaiÁ eÆn ÆElissaiÂvì kaiÁ eÆn toyÂtvì vëw diaÁ oiÆkeiÂvn fiÂlvn eÆnergv Ä n taÁ ûayÂmata, kaiÁ martyreiÄ toyÂtoiw toÁ jeÂnon ûayÄma oÏper nyÄn hÍkoysaw, v Ë fiÂle th Ä w piÂstevw: “Ası´, en efecto,

aquel padre piadoso, poseyendo carisma profe´tico, enriquecı´a con la similar gracia a trave´s de la oracio´n, pues estaba tambie´n el mismo Dios no solo en Eliseo sino tambie´n en este, operando los milagros por medio de sus propios amigos; y testimonia con aquellas cosas el extran˜o milagro que ahora escuchaste, oh amigo de la fe” (222: 11ss.)

para resignificar lo ocurrido en te´rminos teolo´gicos (profhtikoÁn xaÂrisma, di’ eyÆxh Ä w, xaÂrin, ûayÂmata) y destacar el paralelo (kaiÁ eÆn ÆElissaiÂvì kaiÁ eÆn toyÂtvì) 1

Cf. DELOUIS (2002). 78

Vida de Espirido´n

entre el milagro de Espirido´n en favor de la viuda y el episodio bı´blico aludido (2 Reyes 4: 1–7)1. Es interesante mencionar que los razonamientos deductivos han quedado confinados casi exclusivamente a estos cierres de episodio. Tomaremos como ejemplo el siguiente entimema: ÆEsteÂnajen deÁ eÆn proseyxh Äì pollaÁ kaiÁ breÂxei thÁn gh Ä n toiÄw tv Ä n oÆmmaÂtvn daÂkrysi. ToyÂtoiw gaÁr xaiÂrei UeoÂw´ oÏpoy gaÁr eÍsti kardiÂa kaûaraÂ, toÁ kaûaÂrsion eÆkeiÄ tv Ä n dakryÂvn yëpaÂrxei: “Comienza a lamentarse mucho en ora-

cio´n y moja la tierra con las la´grimas de sus ojos, pues con estas se goza Dios, pues donde hay corazo´n puro, allı´ hay purificacio´n por las la´grimas” (206: 8ss., cap. 9).

La premisa omitida −por obvia– serı´a “el santo tiene corazo´n puro”. En el ejemplo que ofrecemos a continuacio´n, la premisa ausente, tambie´n obvia, podrı´a ser parafraseada “Dios ayuda a quien tiene fe”: ëVw deÁ tayÄta metaÁ piÂstevw eiËpen, payÂei eyÆûyÁw loipoÁn oë tv Ä n oÏlvn UeoÁw kaiÁ despoÂthw toÁn oÍmbron: “Como dijo esto con fe, enseguida el Dios y amo

del universo hace cesar de ahı´ en ma´s la lluvia” (174: 5s.).

Como vemos, incluso en los momentos en los que el discurso parecerı´a volverse ma´s elaborado, se mantiene como prioridad que sea comprensible para el lector: se apela a razonamientos lo´gicos, pero su interpretacio´n no reviste complejidad. Por tal motivo tendra´ mayor peso en los cierres de las narraciones episo´dicas un tipo de persuasio´n ma´s directa, a trave´s del paÂûow, adoptando mayoritariamente la forma de la exclamacio´n. La estructura de las exclamaciones es invariable: comienzan con la interjeccio´n exclamativa vË2 seguida del elemento del relato o el concepto que se quiere destacar, funcionando ası´ como repaso y refuerzo para el lector. Puede adoptar la forma de la ana´fora, cuando se repite la interjeccio´n vË acompan˜ada de diferentes nu´cleos sema´nticos (cf. 178: 5ss.). En 168: 15ss., por ejemplo, la exclamacio´n resalta la figura de Espirido´n y de su hija muerta, mediante la que acaba de realizar el milagro (ËV nekraÄw eyÆgnvÂmonow kaiÁ zvÂshw th Äì xaÂriti, v Ë eÍrgon parûeneiÂaw niÂkhw yëpaÂrxon syÂmbolon, v Ë patroÁw aëgnoyÄ kaiÁ ûygatroÁw aÆfûoÂroy); en 174: 8, luego de mencionar la gracia divina y la amistad (ËV ûeiÂa xaÂriw, vË filiÂaw synûhÂkh), resume el milagro de la contencio´n de las aguas (vË pv Ä w oë poimhÁn eÍdhsen loÂgvì toÁn oyÆranoÁn kaiÁ eÍpaysen thÁn aÍmetron rëyÂsin tv Ä n yëdaÂtvn: “¡oh, co´mo obligo´ el pastor al cielo con la

palabra e hizo cesar el desmedido fluir de las aguas!”). Hacia el final del capı´tulo 14, en el que el santo pone en evidencia los deseos ocultos de 1 2

Este tipo de explicaciones tambie´n esta´ presente en la Vida de Simeo´n el loco y la Vida de Juan el limosnero. Cf. CAVALLERO (2009: 10, 11). Algunas veces, se complementa con un pronombre exclamativo (pv Ä w, por ejemplo). 79

Leoncio de Nea´polis

Trifilio por las posesiones materiales, la exclamacio´n da cuenta, primero, de la asombrosa revelacio´n de esos deseos ocultos (ËV thÄw toyÄ despoÂtoy filiÂaw, pv Ä w toiÄw gnhsiÂoiw fiÂloiw thÁn gnv Ä sin diÂdvsi tv Ä n kekrymmeÂnvn: “¡Oh, amistad del Amo, co´mo da a los legı´timos amigos el conocimiento de las cosas ocultas!” en 226: 17s.) y luego resume el contenido principal de lo ya narrado: pv Ä w gaÁr boylhÂsei toyÄ despoÂtoy tv Äì pneyÂmati tv Äì aëgiÂvì eÆfanervÂûh tv Äì dikaiÂvì aÏper eÆn tv Äì kryptv Äì eÆnnohÂsaw oë TrifyÂlliow eiËxen aÆnûrvÂpoiw mhÁ ginvskoÂmena, moÂnvì deÁ tv Äì ûeofoÂrvì kaiÁ oësiÂvì SpyriÂdvni vëw UeoyÄ ûeraÂponti ginvskoÂmena, Ïina ûanaÂtoy payÂshì toÁn maûhthÁn kaiÁ zvh Ä w toyÂtvì parasxh Äì eÆpiûymiÂan, eÍxein meÂrimnan mhÁ tv Ä n parerxomeÂnvn aÆllaÁ tv Ä n melloÂntvn kaiÁ synteloyÂntvn hëmiÄn proÁw thÁn aiÆvniÂan zvhÂn: “¡Pues co´mo por la voluntad del Amo fue mani-

festado por el Espı´ritu Santo al justo lo que Trifilio, pensando ocultamente, mantenı´a no conocido para los hombres mas tan solo conocido para el portador de Dios y piadoso Espirido´n, como servidor de Dios, para apartar de la muerte al discı´pulo y procurar a este el deseo de la vida, el tener preocupacio´n no de las cosas que pasan sino de las venideras y las que nos hacen llegar a la vida eterna!” (226: 19ss.).

Pensemos que, en definitiva, estos cierres funcionan como una peroratio, de modo que los procedimientos que encontramos en ellos no son ma´s que una muestra de lo que es deseable en la finalizacio´n de cualquier discurso: mover los sentimientos del pu´blico, hacer una breve recapitulacio´n de los hechos o elementos clave y exponer con precisio´n las pruebas ma´s importantes1. Con el fin de citar un ejemplo ma´s elaborado, nos remitiremos al final del capı´tulo 11 (212: 21s.), en donde se destaca una acumulacio´n de atributos del santo (ËV thÄw fyÂsevw tv Ä n aÆnûrvÂpvn iÆatroÂw, v Ë farmaÂkvn eiËdow dideiÄn tv Ä n paûv Ä n lythÂrion: “¡Oh, me´dico de la naturaleza de los hombres!; ¡oh imagen de los remedios para dar solucio´n a las pasiones!”) y luego se explica el milagro recie´n operado (el castigo de la falta de voz al dia´cono desobediente) de una manera poe´tica, metafo´rica y erudita, entrelazando allı´ una cita de las Escrituras: vëw toyÄ ktiÂsantow pistoÂtatow oiÆkeÂthw kaiÁ vëw pistikoÁw UeoyÄ taÁw kleiÄw kateÂxvn kaiÁ lyÂvn kaiÁ desmeyÂvn taÁ praÂgmata´ kaiÁ gaÁr thÁn proÁw toÁn UeoÁn svÂìzvn aÆgaÂphn, vëw eiËpen oë KyÂriow ÆIhsoyÄw´ “MeiÂnate eÆn th Äì aÆgaÂphì th Äì eÆmh Äì kaiÁ bebaivÂsate thÁn toyÄ patroÂw moy eÆntolhÂn”, oyÏtv kaiÁ oë diÂkaiow oyÆ polylogiÂaw hËn oÍrganon v Ï sper kyÂmbalon hÆxv Ä n hà xalkoÂw, aÆll’ eÍxvn, vëw eiÍrhtai, thÁn ûeiÂan aÆgaÂphn aÆntiÁ loÂgvn eÍrgvì eÆpeteÂlei tv Ä n shmeiÂvn thÁn dyÂnamin: “... ¡que´ fidelı´-

simo sirviente del Creador y que´ fiel al retener las llaves de Dios y al liberar y aprisionar las cosas, salvando pues tambie´n el amor a Dios 1

En te´rminos de la reto´rica cla´sica, nos referimos al affectus, recapitulatio y conquestio. Cf. LAUSBERG, ORTON and ANDERSON (1998, §§431–442). 80

Vida de Espirido´n

como dijo el Sen˜or Jesu´s, ‘Permanezcan en mi amor y confirmen el mandamiento de mi Padre’. Ası´ tambie´n el justo no era instrumento de palabrerı´o, como un cı´mbalo o un bronce que resuena, sino que –como se ha dicho– teniendo el divino amor con obra en vez de palabras, llevaba a cabo la potencia de los signos” (212: 22ss.)1.

Vinculadas con las exclamaciones esta´n las interrogaciones, como una forma de dirigirse directamente al pu´blico y captar ası´ su atencio´n. Algunas veces, con la forma de la dubitatio, como en 192: 6, donde el narrador pedira´ ayuda para decidir la gravedad del pecado mencionado previamente en el episodio (Ti deÁ aÍra eÆstiÁn toÁ pleiÄon tayÂthw thÄw aëmartiÂaw) y luego introducira´ la respuesta (aÍvrow ûaÂnatow aÆsyÂggnvstow, aÆnelehÂw, oyÆk eÍxvn metaÂnoian), poniendo en evidencia el artilugio. Otras veces recurrira´ a la pregunta reto´rica que, al no esperar verdaderamente una respuesta, deja en manos del destinatario la tarea de reflexionar al respecto, lo que es de gran utilidad aplicado al final de los episodios, pues permite que el lector elabore sus propias conclusiones. Ası´, en el final del capı´tulo 3, leemos: TiÂw tv Ä n nefv Ä n hÍgeiren thÁn toiayÂthn syndromhÂn, tiÂw deÁ tv Ä n brontv Ä n eÆkiÂnhsen toÁn toioyÄton coÂfon, tiÂw deÁ taÁw aÆstrapaÁw eÆjeÂlamcen toiÄw aÆnûrvÂpoiw, oÏpvw toÁ th Ä w aÆdikiÂaw peplhrvmeÂnon peÂshì dvmaÂtion; “¿Quie´n reunio´ tal concurren-

cia de nubes; quie´n movio´ tal fragor de los truenos; quie´n hizo refulgir los rela´mpagos para los hombres, para que caiga la morada que se habı´a llenado de injusticia?” (178: 8ss.).

Nuestro autor tambie´n emplea preguntas reto´ricas y exclamaciones para generar dramatismo en el medio del relato. Aparecen, sobre todo, en los pasajes dialo´gicos, a los que les imprimen emocionalidad y energı´a, dado que significan una modificacio´n en la linealidad tonal del relato (cf. 178: 5ss., 184: 5ss., 202: 3ss. 1). d) Nos ocuparemos ahora del epı´logo (238: 2–238: 17). Este se inicia con un pasaje metaliterario (238: 2s.), en el que el autor se pregunta que´ ma´s debe agregar como contribucio´n al encomio del santo (KaiÁ ti eÍti proÁw eÆgkvmiÂvn eiÆsforaÁn toiÄw toyÄ aëgiÂoy katorûvÂmasin eÆpeneÂgkvmen; “¿Y que´ aportaremos todavı´a como contribucio´n a los encomios de las rectas acciones del santo?”), pregunta que tendra´ su respuesta inmediata: no es necesario decir nada ma´s que la exposicio´n de los milagros y la familiaridad con Dios (tv Ä n oiÆkeiÂvn ûaymaÂtvn hë eÆnerghÁw aÆpoÂdeijiw kaiÁ hë proÁw UeoÁn parrhsiÂa: “Pues le basta a cambio de todo encomio la eficaz exposicio´n de sus milagros y su familiaridad con Dios”). Acaso mediante este breve comentario el autor confiesa que no le ha interesado un exhaustivo trabajo reto´rico, porque la narracio´n de la vida de un hombre tan extraordinario es 1

Aquı´ se observa tambie´n, dentro de la exclamacio´n, el recurso del apo´strofe. 81

Leoncio de Nea´polis

suficiente para lograr la persuasio´n, sin ma´s adornos que los hechos mismos. Concatenada con esta idea, se aludira´ a continuacio´n a la muerte de Espirido´n, a trave´s de perı´frasis y meta´foras (toÁn thÄìde aÆpolipvÁn eyÆsebv Ä w biÂon kaiÁ taiÄw ûeiÂaiw nyÄn eÆpifoitv Ä n skhnaiÄw “incluso al abandonar aquı´ piadosamente la vida y frecuentar ahora las divinas tiendas” en 238: 4s.; ayÆtoyÄ tv Än leicaÂnvn ûhÂkhw “la colocacio´n de sus despojos” en 238: 9s.; eÍti zv Ä nta oyÏtv kaiÁ pollv Äì pleÂon tv Ä n th Äìde metastaÂnta “todavı´a viviente tanto y mucho ma´s que los de aquı´, al pasar a la otra vida” en 238: 13s.). El objetivo del epı´logo es un pedido de curacio´n (rëaûymi ì Â aw th Ä w iÆatreiÂaw tv Ä n te cyxv Ä n kaiÁ svmaÂtvn “la curacio´n de almas y cuerpos por nuestra muy excesiva indolencia”) y de favores (taÁ xariÂsmata). El argumento que subyace a dicha su´plica es: si el santo al que acabamos de honrar mediante esta biografı´a tiene familiaridad con Dios (proÁw UeoÁn parrhsiÂa), que sirva de intermediario para nuestro pedido. Aparecera´ a continuacio´n la alabanza con la que finaliza el relato (toyÄ KyriÂoy hëmv Ä n ÆIhsoyÄ XristoyÄ, meû’ oyÎ tv Äì PatriÁ doÂja timhÁ kraÂtow syÁn tv Äì aëgiÂvì kaiÁ zvopoiv Äì PneyÂmati proÁ pantoÁw toyÄ aiÆv Ä now kaiÁ nyÄn kaiÁ aÆeiÁ kaiÁ eiÆw toyÄw aiÆv Ä naw tv Ä n aiÆvÂnvn. ÆAmhÂn. “de Nuestro Sen ˜ or Jesucristo, con el

Cual tenga el Padre gloria, honra, poder, junto con el santo y vivificante Espı´ritu, por toda la eternidad y ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Ame´n”), que sigue un esquema ma´s o menos convencional. Como conclusio´n de lo expuesto podemos afirmar que hemos visto cumplidos los objetivos planteados en el proemio. En primer lugar, comprobamos que ese “discurso comu´n” con el que se anunciaba que iba a ser narrada la Vida (el koinoÁw loÂgow mencionado en 164: 10) adopto´ la forma de una narracio´n simple, esto es, una serie de breves episodios milagrosos concatenados, que tienen la fuerza argumentativa del ejemplo, pues ellos solos bastan para transmitir apropiadamente la ensen˜anza a los lectores. A este entramado narrativo se le an˜ade un trabajo reto´rico que sigue siendo koinoÂw, pues no pretende llamar la atencio´n por su sofisticacio´n sino servir de refuerzo de las ensen˜anzas antes mencionadas1. Por tal motivo, las 1

En efecto, no se espera que el hagio´grafo se esfuerce por hacer alarde de sus dotes literarias. Dice EFTHYMIADIS (2006: 168): “it is plausible as a general rule that the more literary a vita is the more we should suspect a saint to have been fictitious or, more accurately, that he was shaped by the hagiographer’s creative imagination. No matter whether he was a humble monk or a Church Father, we Byzantinists have blamed this author for being submissive to rhetorical convention or, worse, a sinister figure prompt to literary manipulation, manoeuvrings and mannerism. He has never received our appraisal, not to say our attention, as an attractive story-teller, a master of style and language, or as challenging established narrative practices. As we know, hagiography was not an art served by big name but mostly by many anonymous, humble and ‘single-work’ (hapax!) authors whose qualities in several instances betray a literary gift and talent. Yet all talent requires good material; in this case, an engaging hero and a colourful setting”. 82

Vida de Espirido´n

estrategias argumentativas apuntan a afianzar las caracterı´sticas del modelo de santidad, mediante 1) el e´nfasis que se logra en la adjetivacio´n (ditologı´as, enumeraciones, polisı´ndeton, hendı´adis, etc.); 2) la claridad conceptual, lograda por medio de simples argumentos lo´gicos, explicaciones, definiciones, reiteraciones, para´frasis y otras figuras de pensamiento; 3) la apelacio´n a un repertorio doxolo´gico plasmado en ima´genes y meta´foras, entre otros tropos que evocan en el lector un mundo conocido de valores religiosos y culturales, y finalmente, 4) el dramatismo que se le confiere a la narracio´n a trave´s de pasajes exclamativos, lı´ricos y dialo´gicos. En definitiva, es este conjunto de procedimientos literarios el que determina que el texto sea eÆmfaneÁw (164: 7) y, por consiguiente, cyxvfelhÁw (164: 3) para todos (toiÄw paÄsi: 164: 11). Ahora bien, nada de esto resultarı´a posible sin la fuerte presencia de la voz del narrador, que, como vimos, actu´a como garante en el proceso persuasivo, en la medida en la que se dirige al lector como a un igual y lo incluye en su universo de valores y saberes. De este modo, su funcio´n dida´ctica no es percibida en principio como tal, ya que establece con su auditorio un vı´nculo que no esta´ basado en la asimetrı´a intelectual de un sofoÂw, sino en la familiaridad propia de la filiÂa.

La cuestio´n de la autorı´a de Leoncio a partir de la reto´rica y el estilo1 a. Caracterizacio´n del estilo leonciano Nos proponemos a continuacio´n hacer un comentario acerca del estilo de la presente obra en comparacio´n con el de la Vida de Simeo´n el loco y el de la Vida de Juan el limosnero, a fin de contribuir con los argumentos en favor de la autorı´a de Leoncio. Nos centraremos en detectar las coincidencias estilı´sticas que, a pesar de no ser determinantes, nos aportan un indicio posible de autorı´a comu´n. En primer lugar, es importante sen˜alar una evidente correspondencia de estilo que se observa en las tres obras, esto es, la intencio´n este´tica (y explı´cita) de combinar una reto´rica elevada, destinada a agradar a un pu´blico culto, pero que a la vez sea sencilla, de modo que sea comprendida tambie´n por el pu´blico amplio2. En este sentido, encontraremos en las tres obras recursos persuasivos afines a esta intencionalidad3. Para no ser 1 2

A cargo de Analı´a Sapere. En efecto, en los tres Pro´logos se manifiesta dicha intencionalidad, asociada desde luego a la importancia de la edificacio´n moral para todos (cf. VJ, Pro´l. 61–69, VS 122:4 ss., VE 166: 9ss.). 83

Leoncio de Nea´polis

reiterativos, remitimos al lector a los estudios puntuales acerca de la reto´rica en las otras Vidas1, en donde vera´ ejemplificado de manera exhaustiva lo que aquı´ mencionaremos. Mostraremos simplemente algunos ejemplos, que intentara´n probar nuestro planteo. Como vimos en el apartado dedicado a la reto´rica y al estilo, es frecuente en la Vida de Espirido´n el uso de figuras de diccio´n por adicio´n, entre las que encontramos la ditologı´a, el polisı´ndeton y la para´frasis, rasgo de estilo que comparte con la Vida de Juan y la Vida de Simeo´n. Ası´, un epı´teto perifra´stico aplicado al santo tal como oë poimhÁn kaiÁ didaÂskalow (“el pastor y maestro”, en 168: 7), nos remite inmediatamente –por su estructura ditolo´gica y enfa´tica pero tambie´n por su sema´ntica– a epı´tetos de las otras Vidas de Leoncio, referidos a los otros santos, como oë sofoÁw iÆatroÁw kaiÁ didaÂskalow (“el sabio me´dico y maestro”, en VS en 129.15) o sofoÁw kaiÁ aÆlhûinoÁw didaÂskalow (“sabio y verdadero maestro”, en VJ Pro´l. 72). Entre ellos podrı´amos citar muchos ma´s, aplicados a los personajes principales y como alabanza a la divinidad2, lo que nos sugiere que hay un patro´n comu´n en la caracterizacio´n de los personajes, indicio de que tal vez tengan origen, todos ellos, en la inventiva de Leoncio. Como ya se ha analizado oportunamente, las enumeraciones y ditologı´as se aplican tambie´n en la narracio´n, generando un efecto de amplificacio´n tanto en la Vida de Espirido´n como en las biografı´as de autorı´a probada. A la hora de describir situaciones, Leoncio prefiere, pues, el tratamiento dual y hasta pleona´stico, de claro tono dida´ctico3 (aiÆtoyÄntew ayÆtoÁn eyÆûeÂvw kaiÁ aÆnyperûeÂtvw, “pidie´ndole enseguida y sin dilacio´n”, en VS 129: 20; EiÆ eÆnnooyÄmen kaiÁ eÆlogizoÂmeûa: “Si pensa´ramos y calcula´ramos”, en VJ 43: 1; eyÆûhÂnhsan kaiÁ eÆplhûyÂnûhsan: “florecieron y se acrecentaron” en VJ 3: 9; peinv Ä n kaiÁ limvÂttvn “estando necesitado y hambriento” en VE 174: 14). Este gusto por la amplificacio´n a trave´s de la coordinacio´n doble (sobre todo) y mu´ltiple de adjetivos, verbos u otros vocablos no puede escapar a la mirada de ningu´n lector de las tres hagiografı´as. 3

1 2

3

Somos conscientes del hecho de que se trata tambie´n de un rasgo gene´rico, pero intentaremos mostrar que la forma en la que los recursos literarios se combinan es lo que marca el estilo leonciano. Cf. CAVALLERO (2009) y CAVALLERO-FERNA´ NDEZ-LASTRA (2009: 49–57), SAPERE en CAVALLERO-UBIERNA et alii (2011), SAPERE (2011) y SAPERE-VILLAHOZ (2012). Adema´s de las descripciones y epı´tetos ya mencionados para VE, cf. VS 123: 20 (paraÁ ûeoyÄ timhûeÂnta kaiÁ yëcvûeÂnta: “honrado y glorificado por Dios”), 125: 18 (aÆndriÁ ûaymastv Äì kaiÁ eÆnaretv Äì: “varo´n admirable y virtuoso”), 126: 23 (katalaÂmpvn kaiÁ... yëpoÁ ûeoyÄ tetimhmeÂnow: “brillando y honrado por Dios”), 129: 24 (sofvÂterow kaiÁ gnv Ä sin pleiÂona kekthmeÂnow: “ma´s sabio y duen ˜ o de mayor conocimiento”), 130: 24 (sofoÁw kaiÁ sympaûeÂstatow...: “el sabio y muy compadecido...”) y los citados en SAPERE en CAVALLERO-UBIERNA et alii (2011: 83) en referencia a la VJ. Cf. SAPERE en CAVALLERO-UBIERNA et alii (2011: 84–7). 84

Vida de Espirido´n

A su vez, las figuras de pensamiento (definiciones, contraposiciones, superaciones) tienen en las tres obras el rol fundamental de transmitir al auditorio (de manera enfa´tica o aclaratoria) las ensen˜anzas que se desprenden de los hechos de la vida del santo. Las contraposiciones y superaciones son las ma´s apreciadas por el autor, pues son numerosas en el relato. Algunos ejemplos son tiÂ... vÆfelhÄsai... hÆdyÂnato... aÆllaÁ maÄllon kaiÁ blaÂcai; (“¿En que´ podrı´an favorecernos... sino ma´s bien dan ˜ arnos?”, en VS 126: 5), iÆdoyÁ loÂgoi saloyÄ, maÄllon deÁ sofoyÄ (“He ahı´ las palabras del loco, ma´s bien del sabio”, en VS 160: 19), eiÆw ayÆtoÁn aëmarthÄsai, maÄllon deÁ eiÆw ûeoÂn (“habı´a pecado por ignorancia contra e´l, y ma´s au´n contra Dios”, en VJ 23: 65), OyÆ gaÂr eÆsti xrhmaÂtvn hë aiÍthsiw, aÆllaÁ maÄllon piÂstevw toÁ xaÂrisma (“Pues el pedido no es cosa de dinero, sino ma´s bien el regalo es cosa de la fe”, en VE 208: 1s.)1. El recurso es lo suficientemente marcado, tanto en la Vida de Espirido´n como en las otras dos obras, lo que nos hace pensar en la deliberada intencio´n reto´rica (y dida´ctica) de un mismo autor. Otro rasgo de estilo que asemeja las tres obras es el recurso de la immutatio de la estructura sinta´ctica, representado por los pasajes lı´ricos o exclamativos y por las preguntas reto´ricas y dirigidas al lector2. Observamos aquı´ tambie´n un patro´n, que consiste en reservar este recurso primordialmente para el final de los episodios o en momentos de tensio´n narrativa. De este modo, Leoncio produce un cambio en el tono del relato, llamando ası´ la atencio´n del lector, ya sea porque lo inspira a la alabanza hacia Dios o a reflexionar sobre lo narrado (pongamos en paralelo, por ejemplo, los pasajes de VS 145: 5 ss., VJ 56: 1 y VE 238: 2s.). La similitud en el empleo del recurso nos invita a conjeturar, nuevamente, un rasgo propio del autor. Pero tal vez sea en el a´mbito de los tropos (circunloquios, meta´foras, ima´genes, comparaciones, etc.) donde se evidencie ma´s claramente un estilo comu´n, al punto de que podrı´amos intercambiarlos en las diferentes obras y no notarı´amos la diferencia, pues todos ellos se valen de ima´genes simples, conocidas y hasta cristalizadas, que constituyen campos sema´nticos e isotopı´as que recurren en las tres Vidas. Las ma´s destacadas son las ima´genes y comparaciones creadas a partir de la idea de lucha y de combate (cf. VS 123: 5 ss. y 19 ss., 127: 22 ss.; VJ 1: 16; 32[33]: 5 y 7, 46 [48]: 17 ss.; VE 178: 6; 204: 13; 210: 19;), calor y fuego (VS 127: 7 ss.; 130: 17, 134: 15 ss., 135: 4; VJ 13: 30 ss., 40[41]: 22; VE 174: 19, 212: 8), luz (VS, 126: 22, VJ 271: 71, 27: 47–8, 24: 35, 45: 9–10; VE 166: 10), alimento (VS 121: 22 ss., VJ 1

2

Como complemento de lo ya expresado acerca de este recurso en Espirido´n, cf. CAVALLERO (2009 b: 54) sobre VS y SAPERE en CAVALLERO-UBIERNA et alii (2011: 87–89) sobre VJ. Cf. SAPERE en CAVALLERO-UBIERNA et alii (2011: 95–100). 85

Leoncio de Nea´polis

Pro´l. 81, VE 166: 6), familia (VS 134: 22; VJ 6: 8, 33: 2–4, 60: 46–7, VE 226: 2), pastor y ovejas (VS 133: 15; 134: 23; VJ 2: 14 ss., 5: 29, 12: 19 ss. y 45 ss., 45: 9 ss.; 33: 11 ss., VE 174: 18, 186: 4), enfermedad (VS 145: 10, 156: 8; VJ 40[41]: 9; 41 [42]: 22, 42[43]: 20, VE 194: 2, 212: 22s., 238: 8ss.), esfuerzo y sacrificio (VS 128: 5 ss. y 24 ss., 134: 27; VJ Pro´l. 24 ss. y 34 ss.; VE 180: 2, 188: 22), esclavitud y servidumbre (VS 123: 23 ss., 128: 14, 134: 20, 135: 8; VJ 23: 90; VE 180: 2s., 180: 19), dinero y valores (VS 134: 14 ss.; VJ Pro´l. 48 y 57; VE 178: 19s., 208: 2), entre otros ejemplos1. La aparicio´n de estas ima´genes en la VE, en la medida en que se hallan tambie´n en las otras dos hagiografı´as, evocan un mismo universo conceptual, lo que a nuestro entender es un argumento de peso para sostener la autorı´a de Leoncio: si la VJ y la VS comparten este campo de ideas afı´n al que emerge en la VE es porque existe, evidentemente, una fuerte cohesio´n le´xica, sema´ntica e ideolo´gica2, que se explica –teniendo en cuenta adema´s las otras estrategias analizadas– a partir de una ge´nesis comu´n. Los recursos mencionados actu´an, pues, de manera conjunta, con un claro resultado: el lector que tiene ante sus ojos la Vida de Espirido´n y que conoce el estilo de la Vida de Juan y de la Vida de Simeo´n advierte una notoria familiaridad en el tratamiento de la materia literaria, que no es otra cosa, segu´n intentamos mostrar aquı´, que el estilo del autor, que se manifiesta inevitablemente en cada uno de sus escritos. b. La figura autoral en las tres hagiografı´as Por u´ltimo, no queremos pasar por alto la importancia que tiene para nuestro estudio estilı´stico la figura del narrador, puesto que es quien encarna la voz autoral que sustenta el entramado narrativo y argumentativo. Diremos entonces unas palabras acerca del eˆthos del narrador en la Vida de Simeo´n y la Vida de Juan que nos permitan reflexionar acerca de las caracterı´sticas compartidas con la Vida de Espirido´n y sus rasgos distintivos. Este emerge con mayor fuerza en los pro´logos, que sera´n la base de nuestro ana´lisis3. La Vida de Simeo´n nos ha llamado poderosamente la atencio´n, a causa del tono apologe´tico que adopta el narrador; en el pro´logo Leoncio se esfuerza por justificar su funcio´n en tanto hagio´grafo y por defender la eleccio´n de su materia literaria. En este sentido, resulta elocuente la can1 2

3

Cf. CAVALLERO (2009: 15) y SAPERE en CAVALLERO-UBIERNA et alii (2011: 101–105). Con esto queremos decir que ma´s alla´ de las particularidades de cada uno de los santos, se evidencia un intere´s por transmitir, por ejemplo, la importancia de llevar una vida de esfuerzos, sacrificios y luchas, la servidumbre hacia Dios, el abandono de los valores materiales, la felicidad de la luz y el alimento divinos, entre otros conceptos que son sugeridos por las ima´genes mencionadas. Cf. SAPERE-VILLAHOZ (2012). 86

Vida de Espirido´n

tidad de lı´neas que dedica el narrador a reflexionar en un estilo objetivo y cuasi solemne acerca de la tarea dida´ctica de la hagiografı´a (121: 1 y ss.); para ello, apela al borramiento de la primera persona1, a oraciones enunciativas y de tono sentencioso, giros impersonales, citas de autoridad y un uso insistente de conectores lo´gicos, que conforman un estilo erudito y distante (distante, al menos, comparado con el pro´logo de las otras dos hagiografı´as)2. Adoptando un tono completamente pole´mico, Leoncio criticara´ a los “pasionales y mundanos” (toiÄw eÆmpaûesteÂroiw kaiÁ sarkvdesteÂroiw, en 122: 18), y a “los insensatos y los despreciativos” (toiÄw aÆfronesteÂroiw kaiÁ katafronhtaiÄw, en 122: 28), que pueden interpretar erro´neamente la biografı´a de Simeo´n, acaso por las caracterı´sticas peculiares de la vida del santo (signada fundamentalmente por la locura3). Es posible conjeturar que este empen˜o de autojustificacio´n se deba a que podrı´a tratarse de la primera de las hagiografı´as del autor, inexperto, dudoso y cuidadoso de co´mo sera´ interpretado su texto. En la peroratio vuelve a surgir esta actitud de autojustificacio´n, con lo que confirmamos su preeminencia en el planteo leonciano4. Nada de esto encontramos en el pro´logo de la Vida de Espirido´n, cuyo tono, como vimos, es llano, amistoso y no busca la confrontacio´n, sino el acercamiento con su pu´blico. Esto podrı´a ser un indicio de que estamos en presencia de un autor consolidado, que no necesita polemizar con eventuales detractores para defender su trabajo literario; por el contrario, afianzado en su rol de hagio´grafo, apela a un universo de valores compartido con su auditorio, que lo situ´an en un plano de cercanı´a y familiaridad.

1

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Con el uso del plural mayesta´tico, por ejemplo (aÆdynatoyÄmen (121: 19), hëmiÄn (122: 26)). Cf. lo dicho por AMOSSY (op. cit., p. 110–122) acerca del borramiento de la primera persona. Como ejemplo de oraciones enunciativas y de estilo sentencioso podemos sen˜alar: aÍrtow meÁn gaÁr toÁ sv Ä ma sthriÂzei, loÂgow deÁ ûeoyÄ thÁn cyxhÁn proÁw aÆrethÁn spoydaiÂvw pollaÂkiw diegeiÂrei (121: 22), KaiÁ oÏti aÆlhûeÁw toÁ legoÂmenon eÆleÂgxoysin hëma Ä w aÏpantew meÁn oië aÆp’ aiÆv Ä now aÍnûrvpoi oië tv Äì Uev Äì eyÆaresthÂsantew (122: 13). Entre los conectores lo´gicos y ordenadores de discurso, se encuentran : dioÁ, gaÁr, oyËn. Las expresiones impersonales ma´s destacadas son: aÆnaÂgkh, eÆf’ hëmiÄn eÆstin, aÆnagkaiÄon. Por u´ltimo, mencionamos algunas de las citas de autoridad: oyÏtvw lamcaÂtv toÁ fv Ä w eÍmprosûen tv Ä n aÆnûrvÂpvn (121: 4), toyÄto gaÁr kaiÁ PayÄlow toÁ meÂga skeyÄow th Ä w eÆklogh Ä w eÆpiplhÂttvn toiÄw ëRvmaiÂoiw eÍgrafen oyÏtvw leÂgvn ‘eiËta oë didaÂskvn eÏteron seaytoÁn oyÆ didaÂskeiw;’ (121: 15).

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Acerca de las caracterı´sticas poco convencionales de Simeo´n cf., por ejemplo, KRUEGER (1996). Pensemos, adema ´ s, que es el primer “loco por causa de Cristo” al que se le dedica una biografı´a independiente. Cf. SYRKIN (1982). Para un estudio ma´s profundo del estilo de la Vida de Simeo´n, cf. CAVALLERO (2009). 87

Leoncio de Nea´polis

Lo mismo podemos afirmar de la Vida de Juan el limosnero1, donde Leoncio declara explı´citamente que recurrira´ a un estilo “pedestre” (pezv Äì), “sin adorno” (aÆkallvpiÂstvì) y “humilde” (xamhlv Äì), lo que inmediatamente nos remite al koinoÁw loÂgow que caracteriza la Vida de Espirido´n2. Ma´s alla´ de las divergencias esperables, es claro que Leoncio mantiene en ambas obras (en contraste con lo que ocurre en la Vida de Simeo´n) el mismo intere´s por identificarse con su pu´blico sobre la base de la humilitas: en ambas nos encontramos con una declaracio´n de inferioridad respecto de los predecesores (Trifilio en el caso de la Vida de Espirido´n, Juan Mosco y Sofronio en la Vida de Juan3) y, de la mano de esto, una confesio´n de la propia impericia literaria. En consonancia con esta estrategia, en las dos obras se advierte que el narrador pretende establecer un paralelo con algunos atributos del santo que va a retratar (la humildad en el caso de Juan, la rusticidad en el caso de Espirido´n4) aunque no puede dejar de mencionar la distancia que existe entre e´ste y su propia persona (que es tambie´n un rasgo de humildad, desde luego). Por u´ltimo, y ma´s importante para lo que intentamos probar, es de notar en ambas obras el intento visible del narrador por aproximarse a su destinatario, al asignarle las mismas caracterı´sticas que se adscribe a sı´ mismo5. En la Vida de Simeo´n hay un intento similar de identificacio´n con el lector, pero este cumple, nuevamente, una funcio´n apologe´tica, porque es un procedimiento usado de manera ostensible para justificar la escritura de la hagiografı´a: Leoncio se presenta a sı´ mismo como uno ma´s del pu´blico, que ha aprendido tras conocer la vida y las obras de Simeo´n, coloca´ndose ası´ como garantı´a de su propio texto y poniendo en relieve el 1 2

Para un ana´lisis de la reto´rica y el estilo de la Vida de Juan el limosnero, cf. SAPERE (2011). De hecho, el mismo Leoncio dice en la Vida de Juan que ese estilo humilde caracteriza tambie´n la vida de Espirido´n: toyÄto [i. e.: el estilo literario pedestre, accesible a todo pu´blico] gaÁr hÍdh kaiÁ eÆn tv Äì toyÄ trismaÂkarow patroÁw hëmv Ä n SpyriÂdvnow biÂvì keleysûeÂntew kaûaÁ kaiÁ nyÄn yëpoÁ toyÄ aÆrxipoimeÂnow kaiÁ patroÁw tv Ä n pateÂrvn kaiÁ aÆrxiereÂvn sofoyÄ kaiÁ aÆlhûinoyÄ didaskaÂloy pepoihÂkamen (Prol. 70 ss.).

3 4 5

Cf. ma´s arriba el ana´lisis del pro´logo. En efecto, el personaje de Juan es descripto a lo largo de toda la obra como “humilde” (tapeinoÂw) y Espirido´n es presentado como aÍgroikow. En la Vida de Espirido´n Leoncio habla de un auditorio de ru´sticos (aÆgroikoteÂroyw) y simples (aÆploysteÂrvn) y explicita con claridad que e´l posee las mismas caracterı´sticas (kat’ eÆmeÁ y di’ eÆmoyÄ). En la Vida de Juan el limosnero Leoncio describe a su auditorio como iletrado, comu´n y necesitado de ensen˜anzas (eiÆw toÁ dyÂnasûai kaiÁ toÁn iÆdivÂthn kaiÁ aÆgraÂmmaton eÆk tv Ä n legomeÂnvn vÆfelhûh Ä nai), atributos que e´l tambie´n posee, lo que demuestra en numerosos pasajes (oië eÆlaÂxistoi, aÆdynatoyÄmen proÁw aÆrethÂn, Ïina tv Äì eÆnypaÂrxonti hëmiÄn pezv Äì kaiÁ aÆkallvpiÂstvì kaiÁ xamhlv Äì xarakth Ä ri dihghsvÂmeûa, vësper nhÂpioi aÆmaûeiÄw kaiÁ aÆpaiÂdeytoi, etc.).

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Vida de Espirido´n

potencial dida´ctico de la vida del santo. A diferencia de la Vida de Juan y de Espirido´n, donde la humilitas esta´ en consonancia con un tono afable, en la Vida de Simeo´n esta´ utilizada como un tipo de argumentacio´n racional para probar la utilidad de la obra. En suma, el estudio de la figura del narrador en las tres obras nos permite concluir que existe una transformacio´n en el tratamiento que hace Leoncio de los textos hagiogra´ficos de su autorı´a. En primer lugar, un tratamiento apologe´tico para la Vida de Simeo´n el loco: si especulamos con que se trata de la primera vida de las tres, tiene sentido el tono ma´s distante con el que el autor encara la relacio´n con su “nuevo” auditorio. Luego, un tratamiento familiar para la Vida de Espirido´n y la Vida de Juan el limosnero, ma´s acorde con un autor ya formado en el ge´nero, que no necesita defender su escrito ante posibles crı´ticas, sino consolidar la relacio´n con su destinatario apelando a la palabra amistosa. Desde luego que las tres obras comparten la prioridad de que el trabajo reto´rico este´ al servicio de una paideı´a dirigida a todo pu´blico a trave´s de los patrones estilı´sticos ya analizados, pero es imposible no advertir las diferencias. Por u´ltimo, se puede an˜adir una explicacio´n complementaria y considerar que ese tratamiento diferenciado encuentra su justificacio´n en los rasgos distintivos de cada uno de los santos presentados1: mientras que la vida de un humilde pastor que deviene santo y la de un obispo compasivo y generoso constituyen una materia literaria fa´cilmente maleable a la hora de cautivar al pu´blico, la vida de un santo saloÂw con conductas poco convencionales requiere, tal vez, un esfuerzo persuasivo mayor, que se refleja en un estilo apologe´tico y pole´mico, vehiculizado por una figura autoral ma´s distante, neutral e impersonal, compensando de este modo la extran˜eza que a primera vista pudiera generar el personaje. Si esto es ası´, se refuerza aun ma´s la idea de que sea Leoncio autor de las tres obras, pues conserva en todas ellas los rasgos estilı´sticos esenciales, pero la figura autoral adopta una actitud distinta frente a los distintos personajes presentados.

Te´cnica2 Como vemos en el estudio del estilo y la reto´rica, estructuralmente, el relato hagiogra´fico tiene cuatro partes: 1. Pro´logo. 2. Propositio. 1 2

Cf. SAPERE-VILLAHOZ (2012). A cargo de Pablo Cavallero. 89

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