Gema de Cambra Florensa Barcelona, febrero 2015
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INFORME DE RESTAURACIÓN Pintura de género de interiores (Holanda, siglo XVII) Nombre del objeto: Cuadro Materia-técnica: Óleo sobre lienzo Autor-título-época: Anónima. Dentro de un espacio arquitectónico íntimo que unifica el espacio pictórico se organiza una escena amable y poética focalizada en la actitud y descripción de las dos figuras centrales. Este tipo de escenas cálidas, casi todas con connotaciones románticas, fueron muy populares en Holanda durante el siglo XVII y adquirieron independencia como género en la segunda mitad del XVII. El pintor más representativo de este género fue Gerard Ter Borch (1617-1681) cuya producción ya a partir de mediados del XVII se centró en este tipo de escenas. Como fue mucha la demanda de este tipo de pintura, Ter Borch multiplicó estos temas reutilizando motivos, escenas o partes de escenas en composiciones similares. El tapiz sobre una mesa, la chimenea, la cama en el fondo, el theorbo, la escritura y papel sobre la mesa o la educación fueron elementos recurrentes en sus composiciones pictóricas de este género y constituyen una descripción de los gustos y preferencias de la sociedad acomodada holandesa del XVII: El papel escrito y la escritura, casi siempre presentes en las composiciones, reflejaban el interés de la clase media holandesa por la educación tanto del hombre como de la mujer. El theorbo, como instrumento musical, simbolizaba la música que representaba la metáfora del amor y la armonía entre los miembros de una familia, amigos o amantes. Ter Borch fue maestro en texturas, luces y sombras, y fue muy apreciado por su habilidad en la plasmación de la diversidad de riqueza de los tejidos y por su equilibrio compositivo, rigor y sencillez. Tuvo numerosos seguidores e imitadores: Jan Ter Borch, Gonzales Coques, Roelof Koets, Jacobus Ochtervelt, Carl Enmanuel Biset, entre otros, pero de entre ellos, en este género destacó su pupilo Caspar Netscher. La producción artística en Los Paises Bajos durante el siglo XVII fue muy fructífera porque la demanda de pintura no solo procedía de los mercaderes acomodados sino que sectores de rentas moderadas también eran aficionados a los cuadros y los adquirían para decorar sus casas. El contexto económico de la Holanda calvinista (fuera del control de la Iglesia Católica y de la aristocracia) favoreció una extensa producción artística adaptada a los gustos de la amplia clase acomodada que estaba interesada en comprar obras de temas seculares para decorar sus viviendas. Posteriormente, coleccionistas franceses del XVIII, sensibles al gusto por las escenas poéticas y amables, fueron ávidos compradores de la producción de Gerard Ter Borch y de su entorno e influencia. Dimensiones: 50,5cm x 60cm Procedencia: Colección particular. Barcelona.
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ESTADO DE LOS MATERIALES COMPOSITIVOS DE LA OBRA: ALTERACIONES Y DETERIOROS DETECTADOS El bastidor de expansión con doble cuña y travesaños en forma de cruz. Éste bastidor probablemente substituyó el original cuando se enteló el lienzo original en una restauraciónanterior (XIX?).
El soporte textil original está reentelado. Probablemente se realizó a finales del siglo XIX en Francia (el bastidor conserva el sello de origen, París). El enteladose no provoca deterioros que supongan un peligro para la adecuada conservación de la adhesión de los estratos pictóricos.
Ruptura de las fibras de los dos soportes (original y del entelado) por impacto mecánico. El anverso fue repintado sin reforzar la ruptura de las fibras del soporte. El repinte no se acomodaba cromáticamente a las áreas adyacentes.
Lienzo original
Lienzo del entelado
Reverso Estado de la superficie en el área dañada
La observación detenida de la superficie del cuadro a través del microscopio óptico y luz ultravioleta facilita la detección de alteraciones en la superficie pictórica: Repintes Oscurecimiento por envejecimiento de las capas superficiales Superposición de capas de barnices Como consecuencia de la sumas de la reiteración de capas sobre la superficie se ha formado una corteza extremadamente dura que provocan la tendencia a la formación de cazoletas donde el substrato pictórico presenta el craquelado de edad. Lienzo del reentelado Soporte original Grueso del barniz
La intervención de restauración de la obra debe favorecer la adecuada conservación del original, y eliminar las sucesivas adiciones en la superficie. La restauración estructural antigua (el entelado del lienzo) se mantiene estable por lo que únicamente se procede a reforzar (a nivel estructural) la ruptura de fibras por impacto accidental. El tratamiento de esta pintura se concentra en la fase de limpieza o de saneamiento de las capas que falsean el estado y ocultan la peculiar superficie original y, también, en la fase de restauración estética en la que se reintegran cromáticamente las lagunas de materia pictórica restituyendo la continuidad formal y la correcta contemplación.
El endurecimiento de las gruesas capas de barnices superficiales superpuestos ejerce una fuerza que arrastra las capas de pintura perdiendo la adhesión con el soporte. Los levantamientos en las grietas de edad progresivamente provocarán desprendimientos de las capas de preparación y pintura.
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Saneamiento de la superficie: La composición de los diferentes estratos de barniz es diferente por lo que la elección del solvente más adecuado ha variado durante el proceso. Con el objetivo de evitar la retención de solventes con niveles altos de penetración que afecten al estrato oleoso, se ha realizado una eliminación combinada química y mecánica.
RESTAURACIÓN El perímetro del cuadro suele presentar pérdidas y repintes. En esta pintura fundamentalmente se concentran los antiguos deterioros en la parte superior e inferior. La limpieza de los cubrientes permite detectarlos a simple vista.
Extracción mecánica de los diversos estratos de barnices superpuestos.
Restos de barniz
El bisturí arrastra la capa reblandecida ya que para gelificarla se requería reiterar la operación y aumentar el tiempo de retención. La eliminación de los estratos de barnices superficiales ha resultado menos satisfactoria en la mitad superior derecha del cuadro. En esta zona, dañada y con abundantes pérdidas posiblemente antes del entelado, como se realizaron cubrimientos sistemáticos oscureciéndola, la penetración de estas capas en la pintura ha resultado prácticamente irreversible.
Lagunas y desprendimientos detectados tras el aligeramiento de los estratos aplicados en diferentes intervenciones.
Para igualar las lagunas se repintaron con veladuras amplias áreas del cuadro. Al eliminarlas es posible detectar los antiguos deterioros en el perímetro y apreciar y conservar la pintura original.
No podemos devolver a la pintura su estado original ya que no hay nada que se mantenga indefinidamente intacto y todo está sujeto a cambios. Del inevitable cambio que produce el paso del tiempo es necesario distinguir el cambio irreversible que ciertos procedimientos y materiales pueden producir en la obra ya que éstos suponen una transformación y alteración del conjunto original.
Fase de restauración estética: Tras aplicar los tratamientos adecuados para preservar la integridad material de la obra y eliminar, sin dañar el original, las adiciones posteriores, se inicia el proceso a través del cual la restauración busca devolver la correcta lectura de la obra. La restauración estética pretende mitigar los efectos distorsionadores que provocan las lagunas en la percepción del conjunto. Barnizado a pincel de la superficie con barniz de retoque extra fino. El barniz protege los estratos pictóricos y permite separar el retoque del original. La técnica de retoque se denomina pigmentos al barniz. Los materiales son de fácil reversibilidad y probado envejecimiento. Se trata de depositar sobre las lagunas, interrupciones formales, una mínima cantidad de materia, pigmento aglutinado con barniz, buscando el mimetismo por cercanía. Observamos el color no perdido más cercano depositando materia adecuada cromáticamente de forma que logramos continuidad en la percepción del conjunto. El retoque se limita a la laguna sin cubrir áreas originales. Reintegración efectuada con pigmentos puros aglutinados con barniz de retoque “Vernís a Retoucher Surfin” (Extra –fine). Con el objetivo de recuperar la correcta contemplación de la obra realizamos un punteado que permita imitar lo más correctamente posible el impacto visual de las diferentes texturas. El retoque de lagunas importantes en tamaño se convierte en la búsqueda de un juego óptico (brillo y color) a través del cual la laguna pierda entidad integrándose en el conjunto. El criterio seguido en la intervención refleja el proceso a través del cual se pretende recuperar la “correcta contemplación” de la obra. Con este criterio resulta imprescindible respetar al máximo la obra y conservar sus características lo más íntegras posible.
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