Reseña sobre libro: “De boca en boca. El chisme en la trama social de la pobreza”

Reseña sobre libro: "De boca en boca. El chisme en la trama social de la pobreza"
De Rosa, L., Toro, J., Piquinela, P., Vidal, K. & Sepúlveda, M.

Comunicar es, de cierta manera, decir más de lo que se dice. En ciertos ámbitos, ello implica asegurar que los escenarios faciliten, que el sentido se articule y emerja a partir de la interacción entre las palabras, su significado y el contexto. En otros, no obstante, conlleva la producción de una realidad que, según el modo, pueda co-existir junto a otras múltiples versiones de la misma, sostenida sólo por el goce que implica interpretar situaciones, producir versiones o, simplemente, comunicar.
La etnografía desarrollada por Patricia Fasano comienza con la identificación problemática del estudio de las prácticas de comunicación informales que se desarrollan en contextos de pobreza urbana, que a pesar de su marginalidad, constituyen la vida social. En este sentido, el fenómeno central que aborda en la investigación es el de la práctica del chisme, la cual frecuentemente es vista como un factor poco relevante para ser estudiado, pero que sin embargo, influye de manera relevante en la articulación de los sistemas de significados en la vida social.
Identificando este problema de investigación, la autora elige la metodología de la etnografía puesto que esta le permite observar e incluirse como un miembro más de la comunidad y con ello involucrarse dentro de los procesos de producción de significados, o en otras palabras, los procesos de "chismear".
Conforme a esto, la investigación se realiza en el barrio de "La Pasarela", en la ciudad de Paraná de la Argentina. La autora años antes había realizado una investigación en otro barrio de la ciudad, logrando observar que la práctica comunicativa del chisme era explicitada en los discursos cotidianos de la comunidad. Esta investigación previa fue la que permitió reconocer al chisme como un objeto de estudio y que motivó la realización de esta etnografía.
En este sentido, se buscó como objetivo en un primer momento conocer el recorrido de los chismes mediante el contacto con la vida social de la comunidad en un sentido amplio y con una aspiración de "neutralidad" en el fenómeno. Sin embargo, en el transcurso del proyecto, la autora refiere que para poder acceder efectivamente al objeto de estudio debía hacerse parte del proceso de "chismear". En otras palabras, para poder conseguir comprender la dinámica del chisme se debía tomar posición en el espacio de las relaciones sociales de la comunidad.
Esto implicó que Fasano complejizara lo que entendemos por chisme. Para esto, ella realiza en el texto un recorrido teórico en donde contrapone distintos autores y sus concepciones. A partir de ese recorrido es que surge el problema que motiva su investigación, ya que al contraponer los aspectos teóricos a la práctica, evalúa que algunos aspectos del chisme no han sido investigados. Así, concibe que el problema central es que existe una práctica de comunicación -el chisme- que no es debidamente entendida en cuanto a su rol en la sociedad.
La pregunta de investigación que Fasano se propone, no queda explícita en la redacción de la etnografía, pero implícitamente se puede visualizar cuestionamientos que versan como: ¿Por qué el chisme es la forma de comunicación en ese contexto? ¿Para qué es utilizado? ¿Cómo el chisme participa en la producción de la vida social de las personas de La Pasarela? De esta manera no concibe al chisme solamente como una forma de comunicación sino que considera que el mismo hace, genera o construye a la vida social de esos sujetos.
La etnografía aborda la cotidianidad de modo de re-construir el sentido que tiene para los actores el hecho narrado. De esta manera, la autora plantea las distintas versiones de los hablantes sobre el hecho "chusmeado", siguiendo el relato del mismo a modo de hilo conductor. Las versiones de los hablantes avanzan conforme a los capítulos de modo que cada una implica un nivel diferente en cuanto al capital social simbólico que poseen.
Así, la versión primera es la de Mari, y su lugar liminar tanto desde su función específica en la puerta como en lo que tiene que ver con la adhesión a la moralidad dominante en el Club de Abuelas. De alguna manera, los relatos también atraviesan la historia como el pasillo que recorren, pero yendo desde la periferia hacia el centro moral. Esto muestra la heterogeneidad que tiene lugar dentro de un mismo contexto socio-económico, donde conviven diferentes modos de concebir la vida en sociedad; moralidades marcadas por la dicotomía hogar/calle, donde el trabajo como valor supremo -y como herencia política del Peronismo- es aquel que divide las diferentes facciones.
A partir del relato de Mari, la autora nos presenta los relatos de Yoli y Gloria dos abuelas del club que se encuentran posicionadas en lo que Fasano determinó como segunda plana, es decir, que están debajo jerárquicamente de Pedro y Ana. Al comenzar el chisme ambas permanecen en silencio, no brindan su opinión sobre los hechos, ya que ellas responden a la moralidad del club de abuelas y por ello deben esperar la versión "oficial" antes de brindar la suya.
Luego, se presenta a Pedro, continuando con su orden poco ingenuo. Pedro representa la autoridad en el Club de Abuelas. En él existe una acumulación de capital simbólico que lo coloca en determinado lugar de jerarquía. Pedro sí da su punto de vista sobre lo sucedido, pero no como una opinión sino como aquello que realmente es, él verticalmente transmite qué y cómo opinar sobre la cuestión. Hace suya la moralidad del Club, la toma como propia.
En este punto Fasano considera necesaria la inclusión del relato de Sole. Es un personaje del Club de Abuelas que al parecer no es determinante, sin embargo encuentra el momento para hablar y lo hace sin involucrarse en un postura o la otra. Sole no pertenece a ningún espacio físico del Club, no es del comedor ni de talleres, ella es de "los pasillos". Encuentra un lugar justamente allí en el paso para poder hablar con Fasano, y su relato gira en torno a dar su postura sobre los dos "grupos", no se posiciona en uno ni en el otro. Por ello se comprende que la autora presenta su relato a la mitad de la etnografía.
Dejando planteadas estas opiniones resulta necesario conocer lo que opinan quienes están dentro del comedor, y sobre todo la propia Ana. Es así que Fasano muestra las opiniones de las mujeres de la cocina. La cocina del comedor oficia de centralidad moral, allí es el lugar privilegiado para desarrollar los principios morales que atraviesan al Club de Abuelas, a Ana, a Pedro y a las Abuelas. En ese espacio físico, y a través de los relatos de la autora, se puede observar el cómo chusmear y el cuándo chusmear.
Por último se encuentra Ana, ella es la referente moral para las abuelas y la gente que, de una forma u otra, se encuentra alrededor del club. Ha delegado en Pedro, su hijo, los aspectos económico-materiales necesarios para llevar adelante la institución. La imagen de Ana se visualiza como intachable, es una mujer que ha dado todo por el comedor, incluso una parte de su casa. A la hora de relatar su opinión respecto del suceso Ana es la única que se encuentra sola con Fasano, lo hace en su habitación.
A partir del relato que Fasano realiza de cada uno de los personajes, contando historias o hechos del pasado, logra explicar lo que significa para cada uno de esos personajes el "chusmear". Logra mostrar en qué formas y cómo afecta a cada uno dicho acto. Es allí que retoma los aportes teóricos, y le da una nueva lectura, analizando otros aspectos de los mismos a partir de su propio recorrido, a partir de sus propias conclusiones respecto del chisme en dicho contexto. Con ello permite comprender al chisme como una forma de desambiguación de los hechos de la vida social.
Importa destacar que en los contextos de pobreza urbana el lugar "se gana" a través de la acumulación de capital simbólico, ya que lo material no es lo que abunda. Sin embargo, resulta pertinente resaltar que a partir de los recursos simbólicos que se generan por medio de estas prácticas se producen recursos materiales, y el Club de Abuelas es un claro ejemplo de ello.
En suma, el texto de Patricia Fasano es una etnografía urbana que puede ser un gran aporte a aquellos que se estén acercando a esta metodología de investigación. Uno de los grandes aciertos de la autora es relatar la investigación como se fue desarrollando. La trama mencionada en el título es desarrollada a modo de historia, pero respetando el espíritu transversal de una etnografía como intento de comprender las múltiples aristas por las que el investigador es atravesado a partir de su intervención investigativa.
Es, asimismo, un texto muy valioso para quienes quieran conocer más sobre las investigaciones en contextos de pobreza y su validez como medio para conocerlos y comprenderlos con una mayor profundidad.

Referencia
Fasano, P. (2006). De Boca en Boca: El Chisme en la Trama Social de la Pobreza. Buenos Aires: Antropofagia.