Reseña sobre las Jornadas de la Guerra Civil en el término regional de Tarragona.

May 22, 2017 | Autor: Juncal Arcelus | Categoría: Women's History, Women and Culture, Women and Gender Studies
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Descripción

La Guerra Civil en la demarcación de Tarragona Historia Contemporánea de España Juncal Arcelus

El archivo municipal de Tarragona situado en el antiguo edificio de la tabacalera de esta ciudad acogió el pasado veinte de marzo una jornada que giraba en torno a la Guerra Civil en la demarcación de Tarragona. Ésta, fue organizada por el Memorial Democrático con la colaboración de la Generalitat de Cataluña y cuenta con la presencia de historiadores especialistas en el tema. Se trata de una actividad desarrollada dentro del marco de actos con el objetivo de conmemorar el final de la Guerra Civil en Tarragona, el cual tuvo lugar el 15 de enero de 1939. Siguiendo la actividad marcada por el profesor Ramon Arnabat, me propongo reseñar dos de estas ponencias: “Els bombardeigs” de Ramon Arnabat y “La destrucció i el salvament del patrimoni” de Jaume Massó. El tema de los bombardeos es algo que todavía en la actualidad se encuentra en auge, ya que existe una causa judicial abierta sobre los bombardeos italianos en Cataluña. Por lo tanto, no debemos pensar que a pesar de los años, este tema haya caído en el olvido o simplemente se trate de un tema de estudio para los historiadores. En el ámbito de la guerra existen dos tipos de guerra o combate: la guerra total, en la que un país entra en guerra, todo él, y no existe diferencia entre el frente y la retaguardia; la guerra aérea, es la que permite llevar la guerra de la retaguardia al campo de batalla. Con lo que, la capacidad bélica de un ataque aéreo es superior a ninguno otro, ya que, su objetivo es generar miedo y caos en la retaguardia mediante el homicidio de civiles, quienes tan solo intentan sobrevivir a la terrible situación en la que se encuentra su país. A diferencia de lo que podamos pensar hay una gran cantidad de documentación con respecto a los bombardeos en Cataluña durante la Guerra Civil Española. Existen cuadernos de civiles, sobre todo de niños, en los cuales podemos observar pequeños dibujos. Testimonios de ancianos que vivieron aquella situación o vestigios arqueológicos, entre los que se encuentran los refugios que se construyeron de la mejor manera posible. Entre estos, encontramos refugios públicos construidos por los ayuntamientos, pero también privados, los cuales eran hechos mediante la reutilización de algún espacio bajo tierra de las casas. La prensa fue una de las protagonistas a la hora de retratar esta situación, la cual se prolongó durante dos años. Asimismo, gracias a la minuciosidad de los italianos en sus informes de guerra tenemos acceso a una detallada información en la cual aparecen datos como el número de bombas arrojadas. Tras el golpe de estado, Mallorca quedo en manos de los sublevados mientras que Menorca en el bando republicano. Estos, temiendo un ataque a la pequeña isla intentaron recuperarla en vano, ya que el desembarco en Mallorca fue un total fracaso y concluyo con la huida de los republicanos. La cercanía de Mallorca hacia Cataluña era algo a destacar, pero los republicanos un tanto ingenuos no pensaron que habría un ataque aéreo, por lo que la poca flota aérea de la que disponían la colocaron en Valencia, capital de la República en ese momento. La sorpresa llegó cuando los portaviones fascistas y nazis se colocaron frente a la cosa catalana. Cabe destacar que la aviación italiana en 1936 era la más desarrollada del globo terráqueo por encima incluso de los estadounidenses. El puerto de Tarragona fue uno de los puntos más bombardeados, ya que, se trataba de un punto de abastecimiento para la República (tanto Cataluña como País Vasco). Junto con Reus, lugar donde se encontraba el mayor núcleo industrial de la provincia. Como ya he mencionado, el objetivo de estos ataques entre otros, era el de fomentar el terror entre la

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población. Sin embargo, también se encontraba la intención de destruir vías de comunicación, como la carretera que unía Barcelona y Valencia, que cruzaba por la provincia de Tarragona; o la vía ferroviaria Sant Vicenç de Calders que unía Barcelona y Madrid. No se trata de obtener algún tipo de victoria, sino minar los recursos del bando enemigo. La defensa desplegada por la República fue muy efectiva. Por un lado se desarrolló una activa llevada a cabo por la DECA y se trataba de la defensa espacial contra las aeronaves por parte de la artillería, además del desplegué de la aviación republicana. Por otro lado se llevó una defensa pasiva que consistía en la formación de personal civil, la formación de sistemas de camuflaje, como la construcción de refugios. También desarrollaron propaganda informativa para defenderse. Junto con la invención de los fonolocalizadores, una maquinaria compuesta por varias enormes trompetas con el objetivo de detectar la aproximación de los aviones. En definitiva, todo el conjunto defensivo tuvo bastante eficacia, lo que permitió salvar un gran número de vidas. A pesar de esto, las principales ciudades bombardeadas fueron entre otras, Amposta, Cambrils, L’Hospitalet del Infante, Reus, Sant Vicenç y Tarragona. Hubo un total de 1.135 heridos, de los cuales solo un 8% eran militares y 11.346 heridos. Logrando lo que se proponían, crear el horror entre la población y hacer que hoy en día recuerden este momento con verdadero pánico. El caso de los desperfectos sobre el patrimonio religioso ocasionados durante los primeros meses de la guerra es un tema que desde un principio generó bastante controversia. El programa franquista utilizado tras la guerra lanzó el mensaje de que se trató de un caso excepcional, sin embargo no fue así. En realidad, la historia nos ha mostrado, en más de una ocasión, que la imposición de un culto ha conllevado, en muchas ocasiones a superponerse a otro, deshaciéndose de cualquier vestigio del primero. Como es el caso de la antigua Roma, la cual en un principio adoraba a dioses paganos y después pasa a adorar al Dios cristiano. En el caso de Cataluña es algo parecido. Sin embargo, observamos que durante la República, como bien es sabido por todos, existió una gran oposición hacia la Iglesia. Existen panfletos propagandísticos en los que se puede observar como la imagen de la Iglesia es tachada de fascista, colocándola en el punto de mira, lo cual conlleva a su persecución. Es sabido por todos que durante este período histórico muchos monasterios fueron quemados y muchos religiosos fueron perseguidos y asesinados. No obstante, la historia a veces juega una mala pasada y al ser reescrita olvida a ciertos personajes que, a fin de cuentas se salen del esquema trazado por ésta y que en realidad deberían ser destacados por ello. Con esto quiero referirme al papel jugado por ciertos ayuntamientos catalanes que, en un intento por salvaguardar las obras religiosas las desmontaron cuidadosamente y las guardaron en un lugar seguro. O como la Generalitat de Cataluña llevó a cabo una ley mediante la cual protegía estas obras colocándolas dentro de su propio patrimonio, lo cual conllevaba al hecho de que atacarlos significaba atacar a los bienes públicos. Asimismo, el mismo ministro de cultura de la Generalitat se encargó no solo de salvaguardar el patrimonio, sino que además logró salvar la vida de un gran número de religiosos, los cuales mandó a Italia. Esta acción fue llevada a cabo también

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por otros políticos republicanos. Hoy en día, esto es sabido ya que, existe documentación que lo demuestra. Durante la guerra, debido a que se trata de un período convulso, los acontecimientos que tras ésta son narrados suelen quedar un tanto distorsionados. Como es que caso de los desperfectos ocasionados en el patrimonio eclesiástico, debido a los bombardeos ocasionados por parte de los nacionalistas españoles. Se trata de un episodio que jamás salió a la luz durante la dictadura de Francisco Franco. Ni tampoco el hecho de que la República, a pesar de todo el daño que pudo ocasionar a la Iglesia, siendo consciente de que en España existía un gran número de creyentes y practicantes, oficializó el culto durante el conflicto bélico. Sin embargo, lo que no se cuenta es que, el Vicario de Tarragona se opuso a su reconocimiento y espero a que las tropas franquistas llegaran a la ciudad. En definitiva, me gustaría destacar algo es que, es interesante observar lo caprichosa que puede resultar a veces la historia, o en todo caso, la mano que la elabora. A fin de cuentas, no se escribe por si sola.

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