Reseña sobre EL PRECIO DE LA GRACIA

June 24, 2017 | Autor: Bless Y. | Categoría: Filosofía Y Teología
Share Embed


Descripción

SEMINARIO TEOLÓGICO CENTROAMERICANO















"EL PRECIO DE LA GRACIA", EL SEGUIMIENTO










Reseña
Presentada en cumplimiento parcial de los requisitos de la materia
Soteriología







Adriel A. Yos Yos







15 de septiembre de 2015
Dietrich Bonhoeffer. El precio de la gracia, el seguimiento. Trad. José L.
Sicre (Salamanca: Suígeme. 1968, 1999; Chr. Kaiser Verlag, 1937), 238

"El precio de la gracia" es un excelente libro al que todos los creyentes
deberían de acercarse. Dietrich Bonhoeffer el pastor y teólogo alemán
desarrolla temas en las cuales muestra la gracia cara como resultado del
verdadero cristianismo que nace de la obediencia al llamado de Jesús y el
seguimiento.
Este libro de 238 páginas de contenido ofrece una división en dos
partes, la primera se enfoca en "Seguir a Cristo", y se subdivide en seis
capítulos. Y la segunda expone sobre el tema de "La Iglesia de Jesucristo y
el seguimiento", que igualmente se subdivide en seis capítulos.
En el primer capítulo Bonhoeffer diserta sobre dos tipos de gracia: La
primera es la "gracia barata. A la que el autor describe como el enemigo
mortal de la Iglesia. Por ser tenida como doctrina o sistema. En la que el
individuo que la afirmar posee ya el perdón de pecados, de los cuales no se
arrepiente y tampoco desea liberarse.
Es en esta gracia dónde el pecado encuentra la "justificación" pero no
el "pecador". La gracia barata es "la predicación del perdón sin
arrepentimiento, es la respuesta a la llamada sin seguimiento de Cristo, la
gracia sin cruz, la gracia sin Jesucristo vivo y encarnado.
Por otro lado está la "la gracia cara". Que resulta cara porque le ha
costado a Dios y porque le ha costado la vida a Cristo. Es cara porque
llama al seguimiento, es cara porque condena el pecado, es gracia porque
justifica al pecador. Y es a este tipo de gracia al que Jesucristo llama.
En el capítulo dos y tres, Bonhoeffer desarrolla el tema de "La
llamada al seguimiento y la obediencia". En ambos pone énfasis en el acto
de obediencia departe de "aquel" que ha sido llamado. Tal como le sucedió a
Levi: se produce el llamado y la respuesta del discípulo no consistió en
una confesión de fe sino en un acto de obediencia.
Aquí se puede apreciar que el cristianismo inicia con un acto de
obediencia y se mantiene en obediencia a los mandatos de Cristo. Para el
autor no hay otra indicación de un camino que conduzca a la fe, al
seguimiento; el único camino hacia la fe es el de la obediencia a la
llamada de Jesús.
Por eso el lector podrá encontrar que es preciso dar un primer paso de
obediencia para que la fe no venga a convertirse en una forma piadosa de
engañarse a sí mismo o para que no se convierta en gracia barata. Ante el
llamamiento de Jesucristo solo es posible dos reacciones: obedecer o
desobedecer. Y en éste cuadro de fe y obediencia solamente se requiere
confiar en la palabra de Jesús.
En el capítulo seis encontramos un estudio sobre El Sermón del Monte.
En la sección de "la comunidad visible", el autor menciona que Dios se hace
visible en este mundo por medio de las obras de los discípulos. No se dice
que Dios se hará visible, sino que se verán las "buenas obras" y los
hombres alabarán a Dios por ellas. Visible será la cruz y visible serán las
obras de la cruz, visibles serán la escasez y renuncia de los
bienaventurados.
Las obras a las que el autor se refiere son las relaciones del
creyente con cuestiones como la ley, la venganza, el enemigo, la justicia,
la oración, la práctica de la piedad. Es de esta manera en la que Dios se
hace visible por medio de las obras de los discípulos de Cristo.
Algo impresionante que el lector podrá encontrar en la disertación del
sermón del monte es la referencia de Jesús en cuanto al amor a los
enemigos. Bonhoeffer describe el amor al hermano como un mandato equívoco.
Lo que realmente Dios quiere en su ley es que se venza el enemigo amándole.

Y esto es lo extraordinario que puede percibirse de la vida cristiana.
La disposición de dar todo lo que se exija muestra que Jesucristo es
suficiente y sólo se procura seguirle a él. Incluso las ofensas del enemigo
contribuyen a unir más al discípulo a Dios. Toda persecución entonces sólo
contribuirá a que el enemigo esté más cerca de la reconciliación con Dios y
a que el amor aparezca invencible.
Desde un punto de vista humano, existen innumerables posibilidades de
entender e interpretar el sermón del monte. Sin embargo Bonhoeffer menciona
que Jesús únicamente conoce una y es: ir y obedecer. Y en esto consiste el
cristianismo: en el seguimiento a Cristo y la obediencia a sus mandatos.
Tal como lo son el amor a los enemigos y hasta el sufrimiento por causa de
la justicia.
En la segunda división, Bonhoeffer habla sobre el tema de la Iglesia
de Jesucristo y el seguimiento. En esta sección el autor menciona que
conocer a Cristo significa reconocerle, a través de su palabra, como Señor
y salvador de la vida propia. Persuadido de esto el autor describe la
relación que el creyente tiene con el bautismo.
El bautismo para el creyente significa una ruptura con el mundo.
Puesto que Cristo destruye el poder satánico y pone su mano sobre los suyos
y crea su comunidad. Tal ruptura exige y lleva a cabo la muerte del hombre.
Según el autor Jesús había llamado "bautismo" a su "muerte" y había
prometido a sus discípulos que ellos participarían de este bautismo. Ahora,
la cruz a la que el creyente es llamado es la muerte diaria.
Con relación al "cuerpo de Cristo", el autor menciona que el creyente
se hace partícipe de la comunión con el cuerpo de Cristo por medio del
sacramento del bautismo y por el sacramento de la cena. Los creyentes
pueden gozar de comunión unos con otros y de la comunión con Jesús.
En éste punto el lector no dejará de notar la declaración de
Bonhoeffer, "solo hay comunión con Jesús bajo la forma de comunión con su
cuerpo". En tal caso el discípulo no puede participar de verdadera comunión
con Cristo mientras desprecia o se resista a perdonar a otro creyente.
En el capítulo cuatro de la segunda división, Bonhoeffer retoma el
tema de la "Iglesia visible". El cuerpo de Jesucristo no pasa desapercibido
en la tierra, sino que ocupa un lugar en ella. Los que habían sido llamados
no podían permanecer ocultos; eran la luz que debía brillar, la ciudad
sobre el monte que debía ser vista. Y como ya lo mencionó, era por medio de
las buenas obras.
Obras que tienen que ver con la relación del creyente y la
santificación. El autor menciona que esto significaría tres cosas para los
santos: su santificación se verificará en una clara separación del mundo.
Su santificación se verificará en una forma de vida digna del santuario de
Dios. Su santificación estará oculta en la espera del día de Jesucristo.
La santificación oculta a la que el autor se refiere es a las obras
que son vistas por las demás personas pero ocultas para el discípulo. Por
la sencilla razón de no enorgullecerse de su santificación o de sus buenas
obras. Como lo recalca el autor, "que no sepa tu mano izquierda lo que hace
tu derecha".
En el tema de los santos, el autor habla sobre la iglesia que vive en
el mundo pero que ha sido transformada. En ésta iglesia de los santos se
predica el perdón de los pecados junto con el arrepentimiento. Pues la
iglesia que no llama pecado al pecado tampoco puede encontrar la fe cuando
quiera perdonar el pecado. En forma enfática, el autor declara "que nadie
desafíe a la gracia de Dios queriendo perseverar en el pecado".
En el capítulo final Bonhoeffer habla sobre la imagen de Cristo. Y
menciona que la vida de Cristo no ha terminado en la tierra, sino que
continúa en la vida de los que le siguen. Por tal razón la Iglesia lleva la
forma humana de Jesucristo, la forma de su muerte, la forma de su
resurrección.
El discípulo que ha sido convertido en imagen de Cristo debe ser como
él. Puesto que lleva la imagen de Cristo, solamente él puede ser su
"modelo". Y dado que Cristo vive en el creyente, le capacita para vivir
como él vivió. Hacer lo que él hizo, amar como él amó, perdonar como el
perdonó, tener los sentimientos que tuvo Cristo, seguir su ejemplo y dar su
vida por los hermanos como Jesús la dio por él.
Se concluye esta reseña retomando las palabras iniciales, "El precio
de la gracia" es un excelente libro al que todos los creyentes deberían de
acercarse. Un libro de fácil lectura y del que el lector puede sacar mucho
provecho para su madurez. En ésta lectura Dietrich Bonhoeffer desarrolla
temas en las cuales desvela la gracia cara como resultado del verdadero
cristianismo que nace de la obediencia al llamado de Jesús y el
seguimiento.
Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.