Reseña por encargo: \"Letra y voz de los poetas en la Edad Media castellana. Estudio filológico integral\"

July 27, 2017 | Autor: F. Pla Colomer | Categoría: Historical Linguistics, Medieval Literature, Phonetics, Medieval Studies, Metrics
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Descripción

Presentación de Letra y voz de los poetas en la Edad Media castellana Francisco Pla Colomer Universität Augsburg El libro Letra y voz de los poetas en la Edad Media castellana. Estudio filológico integral tiene como objetivo reconstruir la evolución del componente fónico del castellano a lo largo de la Edad Media, desde el siglo XII hasta el ocaso del reinado de los Reyes Católicos (1474-1504), en relación con el desarrollo de los géneros poéticos, las escuelas literarias medievales y los principales hitos históricos acaecidos en el Reino de Castilla a lo largo de cuatro siglos. El presente estudio filológico, en su concepción integral, se sustenta en el análisis sistemático de la métrica y la rima de un corpus poético que abarca desde la Disputa del alma y el cuerpo hasta la poesía de Juan del Enzina. Es bien sabido que la lengua hablada es anterior al proceso de escritura, en tanto que este, entendido como un sistema fonográfico, supone la existencia de cierto grado de conciencia fonológica, por lo que se hace necesario recurrir a una serie de instrumentos que permita la correcta interpretación de las grafías en su contexto fónico más adecuado, es decir, la relación que media entre los signos escritos y las unidades de lengua. Esta es la razón que justifica el establecimiento previo de los rasgos fonéticofonológicos de una lengua para esclarecer el contenido fónico subyacente en el proceso de escritura: “en lingüística diacrónica se parte por lo general de fuentes escritas, lo cual supone por necesidad una interpretación previa, sobre todo por lo que hace a los sonidos” (Echenique 2013: 29). Desde finales del siglo XIX, y sobre todo en el siglo XX, proliferaron estudios sobre fonología histórica que delimitaron los estadios evolutivos de la fonología castellana, como ha sido el caso de Menéndez Pidal, Amado Alonso, Dámaso Alonso, Rafael Lapesa, Joan Corominas, Emilio Alarcos o Diego Catalán, entre otros. Pese a ello, en los últimos años del siglo XX y en los primeros del siglo XXI se deja entrever cierta carencia en los estudios de fonética y fonología históricas, razón por la cual parece necesaria una revisión y reflexión renovadas de la teoría evolutiva.

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El estudio de los tratados ortográficos, así como el de otras fuentes indirectas no constituyen el único medio para llegar a reconstruir la historia de la oralidad del castellano, entendida esta como la relación que media entre grafía y sonido. Ahora bien, la métrica y la rima se erigen en instrumentos filológicos esenciales para inferir los rasgos evolutivos del componente fónico del castellano y la cronología absoluta que de ellos emana. El estudio de la disposición acentual y la relación entre las sílabas de los versos de una determinada métrica, conjuntamente con el análisis de la rima, entendida como la repetición de los mismos segmentos vocálicos y consonánticos desde la última sílaba acentuada del verso, permite reconstruir los rasgos fónicos del castellano en sus diversas etapas cronológicas, ya que “Es cierto que en la rima solo se igualan entre sí las sordas o solo las sonoras, sean cuales fueren las grafías” (Alarcos 1992: 13). Desde este convencimiento, el análisis de la métrica y la rima de los textos escritos en verso proporciona una ayuda inestimable a la hora de asegurar la forma en que se realizaba la articulación de los sonidos en el pasado. Acudir a la métrica y la rima de los poetas con la finalidad de reconstruir la oralidad, ha sido un recurso filológico que se ha utilizado en numerosas ocasiones de forma esporádica, como es el caso de las investigaciones de Menéndez Pidal, Dámaso Alonso, Rafael Lapesa, Gerold Hilty o Joan Corominas; sin embargo, no se ha llegado a trazar un estudio diacrónico conjunto y exhaustivo de los textos poéticos de cuyo análisis se pueda llegar a extraer la luz necesaria para la evolución de la fonética y fonología castellanas de manera sistemática. Las objeciones por parte de la crítica filológica radican, por una parte, en la artificiosidad de la obra poética, y en el convencimiento de que el género poético refleja unívocamente la lengua culta, distinta a la variante más popular, de otra. Las licencias de las que se valen los poetas, que moldean ligeramente la lengua, son variantes que pudieron haber existido o que podrían haberse dado en la lengua, ya que los poetas partían de una base lingüística real conformada por paradigmas y reglas gramaticales estrictas: “A hard core of forms presumably reflects the unadultered personal usage of the poet, especially if the fairly reliable rime scheme and the distinctly less dependable metric pattern support the authenticity of a passage” (Malkiel 1960: 317). Anteriormente a la aparición de las primeras obras codificadoras del castellano por Antonio de Nebrija, la lengua empleada por los poetas estaba ligada al gusto cortesano, 2

por lo que su modalidad lingüística era reflejo unívoco de los rasgos propios de la lengua estándar más prestigiosa. La Corte, entendida como centro cultural de progreso, representaba el espacio de comunicación más relevante de los intelectuales medievales del cual emanaba el modelo ejemplar de la lengua estándar, fruto de un proceso paulatino de formación de la koiné castellana. De esta manera, los poetas impregnaban sus obras tanto de rasgos lingüísticos prestigiosos como de aquellos relativos a los estratos sociales más populares, para el decorum lingüístico, tema central del epígrafe dedicado a los Poetas y reconstrucción fonética. El corpus de trabajo en el que se sustenta la investigación tiene que estar forzosamente editado de manera fiable con la finalidad de solventar los problemas relativos a la interpretación gráfica, rimantes y cómputo silábico de los versos. Con el fin de obtener resultados exactos y precisos, desde el punto de vista científico, es imprescindible trabajar con ediciones paleográficas que acerquen gráficamente al investigador de una forma correcta a los manuscritos, por un lado, al tiempo que, por otro, resulta conveniente efectuar el cotejo entre los manuscritos mismos, con el objetivo de reconstruir, en la forma más segura posible, el texto original del autor. Por esta razón, he manejado ediciones que ofrecen fiabilidad suficiente para, así, a través de los manuscritos colacionados, obtener resultados que sirvan para describir con precisión la articulación del castellano en su historia. Debido a ello, se presenta en el Corpus de la investigación las ediciones empleadas de las composiciones poéticas que abarcan las primeras manifestaciones literarias en lengua castellana hasta aquellas compuestas durante el reinado de los Reyes Católicos: el Auto de los Reyes Magos, la Disputa del alma y el cuerpo, la Razón de amor, las obras que forman parte de la escuela del mester de clerezía (Libro de Alexandre, Libro de Apolonio, las obras de Gonzalo de Berceo, la Historia Troyana polimétrica) y las que pertenecen a un segundo ciclo de la misma (Libro de Buen Amor y Rimado de Palacio), junto al análisis de la poesía lírica recopilada en cancioneros cortesanos como el de Juan Alfonso de Baena, Gómez y Jorge Manrique, Marqués de Santillana, Juan de Mena y Juan del Enzina. La segunda parte de la investigación (Estructura silábica y acentuación en el transcurso del romance castellano) trata de aclarar los estudios concernientes a los 3

conceptos sílaba fonológica y acento y su estrecha relación con el ritmo, metro y verso de la lengua castellana. Tras un breve estado de la cuestión, se llega a la conclusión de que la disposición acentual, principal causante de los juegos de tensión, junto con el número de sílabas, son las características que fundamentan la prosodia castellana y, por tanto, coincido con la tesis expuesta por Bělič (2000: 600 y ss.), para quien este tipo de verso se encuentra entre el silábico puro y el silabotónico, denominado verso variable: “Así, pues, determinado número de sílabas métricas, el recargo acentual, extraordinario y rítmico, y la pausa enfática, extraordinaria y periódica, éstos son los elementos de versificación que [...] constituyen la esencia de la métrica común española” (Bělič 2000: 340). El enfoque puramente teórico del presente esbozo de un tratado métrico está pensado tanto para el lector no iniciado como para el especialista en el conocimiento de las artes poéticas. De este modo, se pretende aclarar los conceptos conducentes a la correcta interpretación de la métrica, estructuras estróficas y rimas de las diferentes escuelas y géneros poéticos del castellano a través de su historia. Es el caso de la aplicación de la sinafía, fenómeno relacionado con la sinalefa y la compensación entre versos, consistente en la sinalefa entre un final de verso y el principio del siguiente, como ocurre con la sinafía que une alteza con en, en los siguientes versos de Jorge Manrique, resultando un verso octosílabo mixto (oóooóoóo) y un tetrasílabo de pie quebrado (óoóo): Pues la sangre de los godos, i el linaje e la nobleza tan crescida, ¡por quántas vías e modos se pierde su grand alteza en esta vida! (Jorge Manrique, Coplas a la muerte de su padre)

Resulta relevante subrayar que la investigación planteada pretende insertarse en las teorías de métrica descriptiva desde un punto de vista histórico. Las herramientas proporcionadas por los grandes estudiosos de la métrica española y romance arrojan luz al estado de la pronunciación del castellano en sus diversas etapas cronológicas, a partir del entendimiento de las estructuras de los versos medievales y los múltiples moldes estróficos asociados a una serie de autores determinados. La disposición de los fenómenos fonético-fonológicos en un eje cronológico temporal delimitado por los reinados, propuesta cronológica original para los estudios de Historia 4

de la lengua (recogido en el punto que versa sobre la propuesta cronológica), delimitan los procesos de apertura y cierre de los fenómenos lingüísticos a lo largo de los cuatro capítulos centrales que demarcan la tercera parte de este estudio (Letra y voz de los poetas medievales): 1. 2. 3. 4.

Fernando I el Grande (1035-1065) - Enrique I de Castilla (1214-1217) Fernando III el Santo (1217-1252) - Fernando IV el Emplazado (1295-1312) Alfonso Onceno (1312-1350) - Enrique III el Doliente (1390-1406) Juan II de Castilla (1406-1454) - los Reyes Católicos (1474-1504)

Cada uno de estos capítulos comienza con un estudio de carácter histórico que pretende evaluar los acontecimientos que marcaron los reinados para centrar, en el contexto más adecuado, el desarrollo de los géneros poéticos, juntamente a la evolución de los fenómenos fonético-fonológicos del castellano estándar. Precisamente por tratarse de poesía culta, los estudios histórico-literarios, todos ellos actualizados, versan sobre el teatro medieval y el Auto de los Reyes Magos, el género dialogado que cubrió la segunda mitad del siglo XII, los rasgos caracterizadores de los dos ciclos que conformaron la escuela del mester de clerezía (desde el Libro de Alexandre hasta el Rimado de Palacio), así como sus obras satélites (la Historia troyana polimétrica), y la poesía de cancionero compuesta hasta el ocaso del reinado de los Reyes Católicos. La revolución poético-estética iba de la mano de los grandes cambios fonéticos de la lengua castellana. La estabilización de las estructuras silábicas o la aspiración procedente de [f] inicial latina y su pérdida, además de otros cambios relativos al consonantismo, facilitaron la entrada de formas poéticas más innovadoras: desde la acomodación del octosílabo, metro por excelencia del castellano coincidente con el nuevo ritmo silábico-acentual con sinalefa, hasta la introducción de los rasgos poéticos de corte italianista. El molde poético caracterizador de la escuela del mester de clerezía, a modo de ejemplo, se vio modificado para conseguir un ritmo más ágil e innovador, en concordancia con el incipiente espíritu humanista del siglo XIV (como ya subrayó en numerosas ocasiones el propio Le Goff). Del mismo modo, la elección de una determinada forma estrófica trajo consigo el empleo de variantes lingüísticas marcadas, que convivieron con el uso de licencias poéticas, latinismos o arcaísmos que, a su vez, modificaron la lengua hasta producir resultados modeladores de la tradición poética.

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Al tiempo que la oralidad evolucionaba, los rasgos métricos también se veían modificados. Desde el punto de vista métrico, una vez analizadas las composiciones poéticas en conjunto, frente a la tesis defensora de la idea según la cual la tendencia métrica en la poesía castellana compuesta en la Edad Media estaba guiada por el anisosilabismo, considero que era más bien la composición versal isosilábica la que de manera general impregnaba el ideal poético cortesano, si bien es cierto que, a su vez, determinadas composiciones incurrían en dislocaciones silábicas concretas en beneficio de un ritmo acentual más adecuado al verso. Los resultados de la investigación (recogidos en las Conclusiones generales) apuntan a que el gobierno de Alfonso Onceno (1312-1350) representa un punto de inflexión en la evolución del componente fónico del castellano. Los acontecimientos socio-culturales que se desencadenaron en todos los órdenes (índice demográfico, migración, guerras, epidemias, etc.), unido a que la Corte prefería modelos poéticos innovadores que cristalizaron en el segundo ciclo de obras del mester de clerezía y en la producción de la poesía lírica recogida más tardíamente en cancioneros, fueron determinantes a la hora de originar los procesos de apertura y cierre de los fenómenos fonético-fonológicos relevantes de la lengua castellana: la homogeneización de estructuras silábicas, el proceso de monoptongación, la documentación del cierre del proceso de la apócope extrema, así como el de la apertura de la desfonologización de los fonemas bilabiales, el ensordecimiento de las sibilantes fricativas (apicoalveolares y prepalatales) o la aspiración procedente de [f] inicial latina, entre otros. Todo ello nos lleva a concluir que el reinado de Alfonso Onceno, junto con el asentamiento de la dinastía Trastámara (durante la cual tendrá lugar el resto de procesos fonético-fonológicos más relevantes, a saber, la pérdida de la aspiración de [f] inicial latina, la fricatización de la sibilante africada sorda, el fenómeno de çeçeo, etc.) representan la etapa más importante en la evolución del componente fónico del castellano desde sus orígenes hasta el reinado de los Austria. A partir de la unión entre fonología histórica y análisis métrico se ha pretendido reconstruir la cronología absoluta de los procesos de apertura y cierre del estándar oral basándose en la métrica y la rima de los principales textos poéticos en su contexto histórico-literario más adecuado. A la luz de estos datos, se puede afirmar que los rasgos prosódicos de la lengua de los poetas castellanos medievales son manifestación del 6

sociolecto más culto, caracterizado por la convivencia de soluciones patrimoniales heredadas de las generaciones anteriores, junto a otras más prestigiosas, resultado de lo cual fue la generalización, en las capas populares, de un modelo lingüístico que originaba formas cultas propulsadas desde las élites. Este trabajo pretende cubrir, siquiera sea parcialmente, la laguna textual reconstructiva que la diacronía de la lengua castellana tiene en la época medieval en lo relativo a la pronunciación y sus implicaciones de orden prosódico. La perspectiva filológica integral, como así lo entendieron nuestros maestros anteriormente, permite que la Lingüística se nutra de otras disciplinas como la Historia y la Literatura, hecho que dota a este libro de interés para los estudiosos de la Historia de la lengua y de la literatura castellanas.

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