RESEÑA DEL LIBRO \"COLOMBIA Y EL IMPERIALISMO CONTEMPORANEO. UN ESLABON GEOESTRATÉGICO DE LOS EUA\" VEGA CANTOR Y NOVOA.

May 24, 2017 | Autor: A. Cabrera Solarte | Categoría: Historia De Colombia, Imperialismo
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Descripción

VEGA CANTOR, Renán y NOVOA, Felipe Martin, Colombia y el imperialismo contemporáneo. Un eslabón geoestratégico de los Estados Unidos, Bogotá D.C. Editorial Ocean Sur, 2014, 263 pp.

En la presente reseña se trazan –de manera sucinta- los aspectos principales de un libro que resulta fundamental para comprender la importancia geopolítica de América Latina en general, y del territorio colombiano en particular, en el contexto de la guerra por el control de recursos y energía, la cual es encabezada por el imperialismo de los Estados Unidos (EEUU).
Así, en este texto se consideran siete cuestiones principales: 1) América Latina y Colombia en la geopolítica imperialista; 2) las relaciones entre la oligarquía colombiana y los EEUU; 3) la estrategia militar de los EEUU después de la Guerra Fría; 4) Colombia, un portaviones terrestre de los EEUU; 5) Colombia, eslabón esencial de la estrategia militar de los EEUU; 6) biosaqueo y despojo territorial; y 7) el capitalismo gansteril.
Con base en lo anterior, el primer punto analiza el rol que desempeña América Latina y Colombia en el marco de la geopolítica imperialista de los EEUU, resaltando que en estos momentos se libra una guerra por la apropiación y control de recursos que son indispensables para que el capitalismo mantenga sus niveles de despilfarro de materiales y energía debido al aumento del consumo a nivel mundial y la generalización de american way of life lo que requiere un flujo constante de petróleo y materiales para asegurar la producción de mercancías.
Los autores señalan que para mantener el nivel de producción y consumo del capitalismo se requiere asegurar fuentes de abastecimiento de recursos materiales y energéticos, los cuales se encuentran concentrados en pocas zonas del planeta, y no precisamente en los EEUU, Japón o la Unión Europea (UE), países que tienen déficits estructurales tanto en petróleo como en minerales estratégicos. En el escenario de esa guerra mundial por los recursos, América Latina es uno de los principales campos de batalla porque suministra el 25% de todos los recursos naturales y energéticos que necesitan los EEUU.
En el contexto geopolítico, Colombia tiene un papel fundamental: por su ubicación; por ser el único país suramericano que tiene costas en los dos océanos; por su biodiversidad y fuentes de agua dulce; y por sus riquezas forestales y minerales. Además, las clases dominantes de Colombia han mostrado históricamente su condición subordinada al imperialismo estadounidense, razones que explican por qué en las actuales circunstancias Colombia es tan importante para los EEUU.
En el segundo punto, los autores se centran en las relaciones Colombia-Estados Unidos siendo eje central de análisis el Plan Colombia, que se inició hace más de una década –durante el gobierno de Andrés Pastrana-. El mismo, presentado como un acuerdo encaminado a luchar contra el narcotráfico, fue concebido desde un principio con un doble propósito estratégico: como un proyecto contrainsurgente encaminado a fortalecer el aparato bélico del Estado colombiano, el cual había recibido duros golpes militares de la guerrilla; y controlar la región amazónica, una zona geopolítica esencial para los EEUU. Así, el Plan Colombia es el mayor proyecto geoestratégico que se haya trazado para recolonizar América Latina, en donde la militarización ha sido el mecanismo prioritario de los EEUU para ejercer su dominio económico y geopolítico.
En el tercer punto los investigadores Renán Vargas Cantón y Felipe Martín Novoa analizan la estrategia de EEUU después de la Guerra Fría, la cual se inscribe, según los autores, en el contexto más amplio de las nuevas formas de dominación a escala planetaria, subordinadas en forma directa a la imposición universal del neoliberalismo y la democracia de mercados. Los EEUU, como potencia hegemónica a nivel mundial, aprovecharon su triunfo en la Guerra Fría para reforzar su poder militar, valiéndose de los desarrollos científicos y tecnológicos, con el fin de aterrorizar y aplastar a sus eventuales adversarios en el caso de que se desencadenara una guerra formal o surgieran posibles competidores.
Para los autores, los estrategas del imperialismo estadounidense diseñaron una vision del mundo que se basa en determinar si los países son o no obedientes a los dictámenes de Washington y a su proyecto de dominación mundial, el cual, se presenta con el nombre de globalización. Así, una de las estrategias es el Nuevo Mapa del Pentágono, en el cual se divide el mundo en tres regiones: por una parte está el centro, conformado por los países capitalistas desarrollados, como Estados fuertes; luego están los países eslabón, que se constituyen en zonas de amortiguación y el tercer grupo los países brechas, donde se encuentran los países fallidos y zonas de peligro para el nuevo orden mundial. Un ejemplo de esto es Colombia que hasta hace algún tiempo se lo caracterizaba como un Estado fallido o un territorio considerado ingobernable, pero hoy es mostrado como ejemplo de "avance democrático" y consolidación de una "economía prospera", y que recibe inversión extranjera, aprovechando las bondades de la seguridad que se le brinda al capitalismo.
En el cuarto punto, "Colombia como un portaviones de EEUU", los autores abordan el acuerdo firmado en 2009 entre el gobierno de Álvaro Uribe y EEUU, por medio del cual se concedía a ese país el establecimiento de siete bases militares, distribuidas a lo largo y ancho del territorio colombiano junto con otras prerrogativas. En síntesis, Vargas Cantón y Novoa indican que este tratado no es ningún acuerdo, sino una imposición imperialista en la que se pretende dar asistencia técnica en defensa y seguridad, donde las relaciones no son bilaterales sino unilaterales ya que los EEUU imponen sus reglas y condiciones. Pero este proceso no se limita a Colombia, sino que tiene implicaciones directas sobre un territorio amplio que abarca gran parte del continente, en especial a los intereses que tiene EEUU en el petroleo venezolano y los bienes comunes de la region andina-amazonica.
En el quinto punto, "Colombia, como un eslabón esencial de la estrategia militar de los EEUU" se trata la cuestión del despliegue de la IV Flota y el establecimiento de bases militares en varios continentes del mundo, incluida América Latina la cual cuenta con un total de 27 bases oficialmente reconocidas -incluyendo las colombianas-, la intervención en Haití en enero de 2010, y el despliegue de la guerra de cuarta generación –control de la población con el uso combinado de la propaganda y el terror- la cual forma parte de una estrategia global del imperialismo estadounidense con la intención de retomar el dominio pleno de los territorios del Caribe y de toda nuestra América.
En el sexto punto, "Del biosaqueo y despojo territorial", Cantor y Novoa analizan las formas de apropiación territorial y de recursos por parte del imperialismo contemporáneo, el cual recurre a diversas estrategias, tales como establecer y resguardar corredores híbridos y biológicos, la privatización del agua y de los parques naturales. Este control estratégico de bienes comunes constituye, según los autores, una de las premisas de la geopolítica de los EEUU, con el fin de perpetuar el capitalismo. Además, los investigadores destacan que la mayoría de estos corredores biológicos también son zonas de despliegue militar, lo cual tiene el objetivo de apropiarse y mercantilizar la biodiversidad.
Por último, en el séptimo punto, "Capitalismo gansteril", se explican las razones –de forma sucinta- de la prolongada sumisión de la oligarquía de Colombia ante los EEUU, resaltando que el imperialismo estadounidense no podría intervenir de una manera tan directa en este país sin contar con el apoyo de las clases dominantes, la que, inclusive dicen Vargas Cantón y Novoa, han adquirido un tinte mafioso que se centra en la violencia y el saqueo de los sectores populares. Pese a ello, los investigadores consideran que este proceso de acumulación por desposesión no implica el fin de las luchas sociales, sino su resignificación en otro contexto, con nuevas posibilidades, en las que se puede unir los intereses divergentes de trabajadores, campesinos e indígenas, sujetos que soportan en carne propia las consecuencias nefastas de la mercantilización de los bienes comunes y el brutal despojo que caracteriza el capitalismo gansteril y transnacional imperante en Colombia.
De esta forma, llegamos al final de una obra que si bien no aborda el tema del proceso de paz entre el gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) desde el 2012 –cuestión central si se considera que gran parte del territorio nacional está, en cierto modo, bajo el control de esta guerrilla, en donde también hay gran cantidad de recursos minerales esenciales-, resulta relevante para comprender de manera clara la importancia geopolítica de América Latina, y Colombia en particular, y los intereses del imperialismo estadounidense en la región, así como las características que cobra la dinámica capitalista, la lucha interimperialista y las consecuencias para los pueblos, no solo latinoamericanos sino del mundo.

Adrian Camilo Cabrera Solarte




Estudiante de Relaciones Internacionales e Integración. Universidad Federal de Integración Latino-Americana (UNILA) –Foz do Iguaçu, Parána, Brasil-. Contacto: [email protected]



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